Y de postre… Mousse de bricolate

ImagenDe repente qué calor, cómo apetece un postre fresquito. Qué facilones somos los gordos buscando excusas. Además de un pretexto para entregarnos a la lubricidad dulcera, esta receta es un pequeño homenaje a esos programas de bricolaje a los que tanto dedo magullado y sanguinolento debemos, y a los padres de los presentadores de quienes tanto nos acordábamos mientras un cirujano intentaba reimplantarnos el brazo que nos habíamos amputado con la sierra de calar. Y es un homenaje porque en esta receta, más que cocinar, vamos a hacer trabajos manuales como hacen ahora mucho los grandes maestros de la gastronomía. Para ello utilizaremos un sofisticado aparato que, con un fluido frigorégino y mediante transferencia de calor, enfría los alimentos. Se llama nevera. Que tiemble el Adriá.

Ingredientes: 1 pack de mousse de chocolate Nestlé (vienen 4 y nos viene bien porque aunque en la foto parece más grande, son pequeñas), crema de queso de cabra President, mermelada de frambuesa.

Preparación: retiramos la tapa y, en el mismo recipiente, con una cucharilla y bastante cuidado ahuecamos un poco el interior de la mousse, procurando que las paredes y el fondo queden intactos. Rellenamos el agujero con un poco de mermelada, primero, y crema de queso después. Repetimos la operación en los cuatro envases, variando si queremos el relleno (por ejemplo, la mermelada de naranja amarga, le va estupendo también). Tapamos el pack con plástico transparente de cocina y lo metemos en el congelador. Cuando esté congelado y queramos utilizarlo, sacamos el producto (1 o los 4, según la bajada de glucosa que nos acometa) y procedemos de la siguiente forma. Cogemos un cuchillo fino y con buena punta y lo Introducimos por un lateral del envase, llevándolo hasta el fondo. Si presionamos un poco, veremos que lo traspasa con sorprendente facilidad (como si fuera papel). Vamos girando el cuchillo por todo el borde y a la vez que separamos la mousse, vamos cortando el fondo hasta dejarlo completamente suelto. Pero no lo quitamos. Ponemos un poco de mermelada en el plato en que vayamos a servir, ponemos encima el envase volteado de nuestro postre y presionamos el fondo suelto hasta que el contenido se deposite en el plato con toda facilidad. Se tarda bastante más en contarlo que en hacerlo. Que conste.

Nota: antes de sacar a la mesa es conveniente dejarlo descongelar un ratito a temperatura ambiente, Para que no esté como una piedra, más que nada.