Salmón al hojaldre
Inauditamente fiel a mis compromisos, y tras
meterme en el jardín de garantizar que habría una especial oferta
de recetas impostoras para Navidad, he aquí la primera entrega. Un
plato para personas solitarias que no se resignan a comer mal por
estar solas en Nochebuena. Un plato sencillo de hacer, pero que
tiene suficiente prestancia como para dar color y apariencia
festiva a una mesa para uno. En cualquier caso es bueno recordar
que Papá Noel siempre cena solo. Antes cenaba con los renos, pero
el médico le prohibió la hierba. Tanta risa le resultaba
sospechosa.
Ingredientes: 1 lata de salmón Calvo en aceite (es un poco más grande que las latas normales, pero se encuentra fácilmente), 1 bote de salsa tártara (en este caso Calvé), 1 paquete de masa de hojaldre Nestlé.
Preparación: encendemos el horno y ponemos el termostato a 220 grados. Previamente hemos retirado la placa (esa misteriosa bandeja negra que tiene en su interior) y extendemos sobre ella la masa de hojaldre con el papel de cocción que lleva. Con un cuchillo la cortamos por la mitad (nos sobrará) y guardamos el resto. Abrimos la lata de salmón, escurrimos el aceite, y con cuidado y la ayuda de un cuchillo, sacamos el lomo de salmón procurando que nos quede entero. Lo ponemos sobre el hojaldre y con una cucharilla le untamos sin miserias una capa de salsa tártara por encima. Con astucia y pericia (o como siempre) procedemos a plegar la masa haciendo un paquetito. Se corta lo que sobre y se pliegan los bordes sellándolos con los dedos como si fuera plastilina. Si nos da el día artístico, con un recorte de masa hecho un rulito podemos poner un adorno por encima. Cuando esté caliente el horno introducimos la bandeja hacia la mitad y dejamos allí el hojaldre hasta que esté dorado, lo que sucederá en unos diez minutos. A algún pesimista puede parecerle un poco triste eso de hacer un plato impostor para engañarse a uno mismo, pero la tristeza va incluida en el lote: no en vano es Navidad.