109. Cualesquiera que me viera
entre cadenas metido,
creerá que contra la iglesia
algún mal he cometido.
Pues jamás cometí daño,
ni en obra, ni en pensamiento,
y estoy, por decreto humano,
condenado a fuego eterno.
Suélenme sacar al aire,
y es para mí más tormento,
pues el fuego en que me abraso
crece con el movimiento.
110. Es santa, y no es bautizada,
y trae consigo el día,
gorda es y colorada
y tiene la sangre fría.
111. Yo tengo nombre de santa,
y en mi hermosura y olor,
merezco ser comparada
con la que es madre de Dios.
112. Un árbol con doce ramas,
cada una tiene un nido,
cada nido, siete pájaros,
y cada cual su apellido.
113. En medio del mar estoy y no me mojo,
en brasas me colocan y no me abraso,
en el aire me hallo y no me caigo,
sin que puedas echarme me tienes en tus brazos.
114. ¿Cuál es aquel asmastrote,
ídolo de la mujer,
por cuyos costados entran
dos a dos, y tres a tres?
Dos cosas tiene de llave,
y de Fortuna una y tres,
dos del juego de ajedrez,
tiene una de hombre armado,
y otra que si le falta
ya no se puede mover.
115. Mil veces doy alegría,
y otras mil causo dolor,
y aunque saben que yo engaño,
todos me tienen amor.