100. Largo larguero

Martín Caballero,

calzas coloradas

y penacho negro.

 

101. «Ave» tengo yo por nombre,

y es «llana» mi condición;

el que no me lo acertase,

le digo que es un simplón.

 

102. Alto altanero,

gran caballero,

gorro de grana,

capa dorada.

 

103. Cuatro losas,

cuatro pelosas,

dos esparavanes

y un oseador de moscas.

 

104. Altos padres,

chicas madres,

hijos prietos

y blancos nietos.

 

105. Hablo y no pienso,

lloro y no siento,

río sin razón

y miento sin intención.

 

106 Arca chiquita, de buen parecer,

ningún carpintero la ha podido hacer,

sino Dios con su poder.

 

107. El boticario y su hija,

el médico y su mujer,

se comieron nueve huevos,

les tocaron a tres.

 

108. Un huevecito prieto,

con su huevero,

y que tiene muy alto

el ponedero.

 

109. Un convento muy cerrado,

sin campanas y sin torres,

con muchas monjitas dentro

haciendo dulce de flores.

 

110. Una arquita muy chiquita,

y blanca como la cal,

que todos saben abrir,

pero ninguno cerrar.

 

111. De siete hermanas que somos,

yo la primera nací,

y la más pequeña soy.

¿Cómo podrá ser así?

 

112. Veinte patos caminaban,

todos al mismo compás,

y los veinte caminaban

con una pata no más.

 

113. Cuatro caballitos,

que todos danzan,

y por más que corren,

nunca se alcanzan.

 

114. Cincuenta damas,

cinco galanes;

ellos piden pan,

ellas piden ave.

 

115. Una torre muy alta, muy alta,

a la que la cal y el canto le falta;

tiene bóvedas más de un ciento,

y la lleva y la trae el viento.

 

116. Entre sábanas de holán

y cortinas de marfil,

parió la reina un infante

más verde que el perejil.

 

117. Grande cuando niña,

grande cuando vieja

y chica en la edad media.

 

118. Es tanto mi poderío,

que si mil hijos tuviera,

a cada cual su corona

le pondría en la cabeza.

 

119. Aliqué, aliqué, aliqué,

que no tiene alas, ni pico, ni pies;

y su hijo el aliconcillo,

tiene alas, patas y piquillo.

 

120. Pingue, pingue, está pingando;

mango, mango, lo está mirando;

si pingue, pingue, cayera,

mango, mango, lo cogiera.

 

121. Tiene la cara de oso,

tiene cabeza de vaca,

tiene dientes en las patas,

y nace en un calabozo.

 

122. Más de cien damas hermosas

vi en un instante nacer,

encendidas como rosas,

y en seguida fenecer.

 

123. En un huerto no muy llano

hay dos cristalinas fuentes;

no está a gusto el hortelano

cuando crecen las corrientes.

 

124. ¿Quién fue el que nunca pecó,

ni jamás pudo pecar,

y que se vino a encontrar

en la Pasión del Señor,

y no se pudo salvar?

 

125. Nací como clavellina,

me crié como redoma;

de los huesos de mi cuerpo

todo el mundo se enamora.

 

126. Yo sé de una campanilla

que tan de quedito toca,

que no la pueden oír

no más que las mariposas.