XXVII
¡Delirio de persecución! Siempre los realistas, los famosos sujeto de las “debidas proporciones”. Cuando por fin me quemen, recién entonces se convencerán; como si hubiera que medir con un metro el diámetro del sol, para creer lo que afirman los astrofísicos.
Estos papeles servirán de testimonio.
¿Vanidad post mortem? Tal vez: la vanidad es tan fantástica, tan poco “realista” que hasta nos induce a preocuparnos de lo que pensarán de nosotros una vez muertos y enterrados.
¿Una especie de prueba de la inmortalidad del alma?