Capítulo 29

Bruselas, 3 de mayo

Williams

Es cierto que Europa tiene una institucionalidad fuerte y un poder creciente en Bruselas, y esto aún así es una garantía. Pero a veces tener una institucionalidad fuerte es un mal, si no se tienen recursos suficientes, las suficientes materias primas o garantizada una producción.

EEUU tiene el monopolio de su sistema financiero, donde Europa es un cliente excepcional. Europa jugará una baza. Y China tiene a sus países emergentes, pero en cuanto a Europa, China nos puede ver como su cliente favorito. Europa lo que tiene es que está pasiva pero para mí que es porque se nos ha etiquetado de cliente “costumer” y ya no se nos quiere ver de otra cosa. Si tenemos todo el oro donde ellos quieren que esté guardado, en Suiza, pues todo puede seguir bien o como hasta ahora. Pero las instituciones peligran y pueden llegar a peligrar las reservas de oro.

Desengañémonos Europa es un cliente perfecto y además tiene a Bruselas que es una perfecta administradora de lo Europeo. Europa está jugando con los países rezagados pero porque en verdad no nos queda otra cosa que hacer el papel malo. Lo único que nos piden es un plan de inversiones y estamos ahí ahora con el plan Juncker.

Y en China tengo noticias de Qiang Li, me dice que quiere venir a verme.

Mis ojos lanzan selváticas miradas a la China y mantengo los labios prietamente cerrados. El pájaro vuela. La flor baila. Pero oigo siempre el sordo sonido de las olas de Qiang Li, una gran señora, que vive en un continente misterioso.

Esta es la última de todas nuestras ceremonias. Nos sentimos embargados de extraños sentimientos. Cuando somos viejos o mayores no somos mejores, al contrario, todos nuestros defectos se vuelven a repetir. Pero Qiang Li con su abanico de señora me ha cambiado. Me hace sentir que no hay nada retenido, ni orgullo, ni rencor en mí, que todo fluye de nuevo.

El círculo está cerrado, la armonía es perfecta. Ahí está el ritmo central, ahí el muelle que los mueve a todos. Mira cómo se dilata y se contrae y vuelve a dilatarse. Ahora soy yo y no soy el centro de nada. La flor baila.

Fueron varios mecanismos que surgieron de la gran diversidad y fragmentación de Europa, fragmentación geográfica, climática, étnica y política, la que permitió que Europa se hiciera rica antes que China, y muy pronto. Es decir, los obstáculos entre ella misma, entre sus fronteras nos hicieron emular la riqueza e imitarla y hacer un esfuerzo mayor por salir adelante. Esta diversidad y fragmentación ―que solía estar ausente en los grandes imperios asiáticos― creó un gran depósito de nociones y planteamientos alternativos en el “mercado” de las ideas, y fue el punto de partida de la rivalidad que generó la continua emulación entre los diferentes Estados y países.

Cabe preguntarse también cómo y por qué se distribuyó tan parejamente el desarrollo en Europa, alcanzando una homogeneidad relativa tan ostensible en el siglo XVIII desde el norte de Suecia hasta el Mediterráneo. Está claro que fueron muchos los factores que contribuyeron al avance europeo: la situación geográfica de sus fuentes de energía (carbón); más tarde la disponibilidad de alimentos, madera y mercados de las colonias; pero también su brutalidad, celo religioso, capacidad organizativa, creatividad institucional (por ejemplo, la contabilidad de doble entrada) y curiosidad intelectual.

Pero curiosamente en el siglo XII la mayoría de las civilizaciones conocidas no eran europeas, y una parte importante de la historia de Europa consiste en la emulación de tecnologías y habilidades de otros continentes: del mundo islámico, de Asia y también de África.  Recientemente se ha argumentado que Eurasia contaba desde un principio con claras ventajas en términos de clima, microorganismos y animales domesticables, y también se ha subrayado el papel de la vaca como máquina prototípica abastecedora de leche, carne y estiércol con el que abonar la tierra.

   Luego ahí tenemos un ejemplo de lo que fuimos, y también tuvimos que luchar contra los turcos en la batalla de Lepanto en 1571, fue en ese momento cuando empezó el resurgir de Europa hasta un esplendor no conocido nunca en la historia. Y hasta el momento en que ahora padecemos una crisis y hay un mundo y un universo más complejo que entonces. Tal vez tengamos que volver a empezar a plantearnos lo que somos frente al mundo.