CAPÍTULO 4
MEJORAR EL SUEÑO
Introducción
“En los sueños eres tú quien determina todo. Los personajes se convierten en lo que tú quieres que sean y hacen lo que tú les ordenas”. “Los sueños son desahogos emocionales en el nivel de la percepción en los que literalmente profieres a gritos: ¡Quiero que las cosas sean así!”(T-18.II.3:4-5/4:1)
La acción es un aspecto fundamental en el mundo de la ilusión, en el que estamos actuando constantemente para cambiar aquellas cosas que no nos gustan, y si es posible cambiar a las personas y las ideas que no concuerdan con la ortodoxia del momento. Es un mundo de conflictos permanentes, un mundo caótico, un mundo lleno de deseos divergentes luchando para ver cuál domina.
Aspiramos a vivir en este mundo lo más cómodamente posible. Para ello, indagamos en la mente y analizamos las situaciones. De esta manera intentamos buscar a nivel mental las causas de nuestros problemas, que se reflejan en nuestras relaciones diarias.
Lo que me mantiene atrapado en el sueño es la disonancia entre las cosas que yo creo placenteras y las que creo dolorosas. En el sueño, lo único que puedo hacer es lograr que ciertas partes del mismo sean menos desagradables. Asisto a seminarios para mejorar mis relaciones, mis habilidades, mis capacidades. Practico técnicas para mejorar el control mental; viajo para ampliar mis horizontes; busco y sigo buscando. La última moda es ser un buscador espiritual. Este es un mundo que se alimenta del hacer; hay que hacer algo y hay que hacerlo constantemente. Es un mundo de insatisfacción, en él nunca hay bastante.
“Mas lo que tiene lugar en sueños no tiene lugar realmente. Es imposible convencer al que sueña de que esto es así, pues los sueños son lo que son debido a la ilusión de que son reales” (T-17.I.1:5-6).
“Tú deseo de cambiar la realidad es, por lo tanto, lo único que es temible, pues al desear que la realidad cambie crees que tu deseo se ha cumplido” (T-17.I.2:1).
Estoy proyectando constantemente mis fantasías en lo que yo pienso que es el mundo real. Mi propósito es que este se adapte a mis deseos, a mis anhelos, creyendo que si lo consigo seré feliz. Si no lo consigo, entonces me deprimo, y muestro mi descontento con el propósito oculto de hacer que los demás se sientan culpables; así pretendo manipularlos.
Esta pérdida de paz, esta lucha constante para resolver mis problemas del modo que a mí me place mina mi mente y mi cuerpo, que manifiestan enfermedades y síntomas cuyo origen no alcanzo a comprender. En ningún momento pienso que la causa de dichos síntomas esté en mí, en mi desasosiego y en mi lucha para cambiar lo que no me gusta.
En este apartado pretendo llevar mi conciencia a un estado de madurez mental, pretendo dar un primer paso para alcanzar la comprensión de que siempre estoy frente a mí mismo, atrayendo las circunstancias y las relaciones que vibran con mi manera de ver y de pensar. Como vivo en un mundo dual, un mundo de opuestos, cuanto mayor es mi interés en que las cosas sean de una manera, más alimento todo lo opuesto y complementario.
Debo utilizar el sueño como un recurso para ver y comprender cómo opera mi mente. De esta manera, conseguiré hacerme más consciente y empezaré a transformar mi sueño.
UCDM me inspira cuando leo: “Dije antes que el primer cambio que tiene que producirse antes de que los sueños desaparezcan es que tus sueños de miedo se conviertan en sueños felices” (T-18.II.6:3).
Que quede claro que por mí mismo no puedo ir más allá del sueño. Lo máximo que puedo hacer es transformarlo y convertirlo en un sueño feliz.
No está al alcance de la conciencia ir a parte alguna. La conciencia está y se identifica con el personaje que creemos ser y pertenece totalmente al ámbito del sueño. Por mucho que en el sueño aumente mi nivel de conciencia, porque cada vez esté expresando más nivel de Consciencia, se hace imprescindible la total desidentificación de mi concepto del yo. Explico esto en mi exposición de la Ecuación Emocional Fundamental, que viene al final de este libro como colofón.
¡¡Vamos a mejorar nuestro sueño!! Que nuestras relaciones sean para la felicidad y no para el dolor y el sufrimiento.
Relaciones especiales - La resonancia
Voy a entrar en un terreno resbaladizo y pantanoso. Lo digo porque cuando hablamos de relaciones, y concretamente de aquellas donde los lazos emocionales y sentimentales están más reforzados, parece que la injerencia en la vida de los demás no tiene límites. Existe una especie de acuerdo tácito por el que se nos permite opinar sobre las decisiones que tome cualquier miembro de la familia, sobre todo si dicha decisión no es acorde con el pensamiento global del grupo familiar.
Entraré en este terreno resbaladizo desde la visión del Curso. En él se nos enseña a utilizar las relaciones especiales de tal manera que no sean causa de dolor ni de sufrimiento. Para ello, el Curso nos propone utilizar la relación especial como un medio para erradicar la culpabilidad. Hemos de tomar conciencia de que el otro no está allí por casualidad ni por azar; está allí sosteniendo el espejo para que yo pueda ver lo que no podría ver sin él. Así podré seguir teniendo una relación especial que no sea una fuente de dolor o de culpabilidad.
Para que mis sueños sean felices, para que mis relaciones sean de dicha y liberación, lo primero que debo hacer es no imponer papeles en los demás. Dejar de querer que el otro se comporte de una manera que me satisfaga. No voy a hacer cosas para manipularle y hacer que se sienta culpable proyectando en él mis necesidades inconscientes.
Hay que mantenerse alerta, observar qué es lo que me molesta y lo que me gusta del otro, y preguntarme para qué estoy relacionándome con él.
Vamos a hablar de las relaciones especiales, de las de las madres con sus hijos —sobre todo hijos varones— y de las relaciones de pareja, que conllevan multitud de opiniones y de desencuentros. El problema es que se toman desde la dualidad, desde el punto de vista de que tú me puedes dar aquello que creo que me falta, y además yo procuraré darte aquello que pienso que te hace falta. Las relaciones de pareja dan para escribir una enciclopedia, sobre todo si se hace desde este punto dual; tú y yo no somos uno, somos pareja.
Si entramos en la relación madre/hijo, las sensibilidades aumentan y los escozores también. Para muchas sociedades, las madres parecen ser unos seres intocables, y ellas manipulan con mucho cariño, y muchas veces de forma inconsciente, las relaciones entre los demás miembros del clan. El rol de madre es uno de los más importantes en la naturaleza. En todos los animales, desde los reptiles hasta los mamíferos, las madres saben lo que tienen que hacer y cómo comportarse. Otro cantar es con las madres humanas. Esto es obvio porque la conciencia de ser y de estar es muchísimo más amplia que en el resto de las madres biológicas en general. Aquí expongo los excesos y los conflictos más comunes que he visto, procurando aplicar esta visión integral y holística para sanarlos y encontrar un estado de paz y bienestar.
Aquí no contemplaremos las relaciones interpersonales desde un punto de vista dual, sino holístico; desde una visión cuántica de la realidad.
Una de las formas de comunicarse desde la visión cuántica es a través de la resonancia. Para comprender qué es la resonancia hay que partir de la idea de que todo está unido, y esta unión se produce a través de las partículas cuánticas que conforman el tejido que lo sustenta todo.
“Nuestros cuerpos interactúan con el universo”. “La verdad está en Todo”.1 El doctor, oncólogo e investigador Boukaram, nos dice:
- Las emociones y los pensamientos generan ondas que pueden materializarse en el mundo físico.
- El ADN de las células se adapta al entorno (bioquímico, social, ambiental, emocional, electromagnético).
- Entrelazamiento cuántico. Nuestros componentes más pequeños se comunican entre sí y, al mismo tiempo, con el resto del universo.
- La resonancia es un medio de comunicación instantáneo. Transmitimos nuestros pensamientos por este método a las células. Las características determinantes que nos predisponen al cáncer son la desesperación y la represión de las emociones. Gestionar las emociones puede ser una de las soluciones.
Querido lector y querida lectora: nos relacionamos con nosotros mismos a través de los demás; así es el mundo dual. Como la separación no es posible —o mejor dicho, no es real—, resonamos con todos, desde el que está frente a nosotros hasta los más íntimos y los que vemos diariamente, por ejemplo, en el trabajo.
Mis años de experiencia, que empiezan a ser unos cuantos, me han enseñado y me han llevado a desarrollar este pensamiento cuántico, esta mente cuántica, para comprender que todos estamos donde debemos estar. Nos relacionamos con nosotros mismos en función del grado de desarrollo de nuestra conciencia.
En mi libro La visión cuántica del transgeneracional expongo las distintas relaciones con sus complejos, que se complementan mutuamente. En el estudio del árbol genealógico es normal ver que un hijo con el síndrome de hijitis —absorbido por su madre, con características de inmadurez emocional— se une en matrimonio con una hija con mamitis —hijas que han carecido del afecto de sus madres y también con inmadurez emocional—, buscándose mutuamente para complementar sus programas inconscientes. El marido busca más una madre que una esposa y la mujer busca más un hijo que un marido. Estas relaciones acostumbran a estar intoxicadas por la madre del marido, y este prioriza inconscientemente estar con su madre en lugar de estar con su mujer. Por su parte, la esposa ve a su suegra como una rival —no nos olvidemos de que la madre del esposo también tiene mamitis, como su esposa— y esto provoca muchos problemas entre la pareja.
En esta exposición ya muestro dos relaciones interpersonales que son clave en las relaciones humanas en general, pues todas tienen su origen en este punto en común. Las relaciones entre madres e hijos se derivan a su vez de la relación entre los padres, de la relación de pareja. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Esta visión me permite hallar los programas parásitos, tóxicos, que hacen que las relaciones no sean estables. Los programas se repiten de generación en generación y la información nunca se pierde. Su objetivo es que alguien tome conciencia y la transforme en una información de índole espiritual más elevada.
Cuando el esposo toma conciencia de que en realidad se ha casado con su madre —obviamente de manera inconsciente—, descubre a otra mujer; entonces cambia su percepción y su relación con ella. Cuando la esposa toma conciencia de que se ha casado con su padre —ya que ese es el programa que ha heredado de su madre, que le ha transmitido el problema del marido ausente—, cambia su percepción y descubre a su auténtico marido. Ahora ambos tienen la oportunidad de rehacer su relación y de dar un nuevo sentido a sus vidas; ya no se sienten víctimas ni se culpabilizan. Esta relación ha sanado, y quizás tome otro rumbo con otras personas, otras parejas. Esto es lo menos importante, lo realmente satisfactorio es que ambos empiezan una nueva vida sin ningún tipo de resentimiento, y con el agradecimiento de que han podido ver su cara oculta, su programa oculto, en el otro. Una vez más, no existe un yo y un tú; existe un yo viéndose a sí mismo en el otro.
Esta es la grandeza de la visión cuántica de toda relación. Nos lleva a un estado de comprensión mucho más elevado, en el que tomamos conciencia de que en realidad no sabíamos por qué nos habíamos unido a esa persona. Ahora sabemos que era por resonancia, por la necesidad de reequilibrar estos programas inconscientes que nos hacían vivir relaciones tóxicas, inestables, llenas de dolor, resentimiento e incomprensión, que en muchos casos pueden acabar produciendo conductas violentas.
La violencia de género
En cuanto a la violencia de género, estamos ante una lacra social. Hay mucha incomprensión, mucho victimismo, mucha culpabilidad, mucha violencia. Todos nos hemos preguntado alguna vez: “¿Cómo es posible que esta mujer siga con este hombre que la maltrata día sí y día también?”.
Si le preguntamos a ella, muchas veces nos responde: “Es que lo quiero mucho”. En mi experiencia como psicólogo y especialista en Bioneuroemoción, he comprobado que algunas de estas mujeres llegan a justificar el maltrato y hasta la violencia sexual. ¿Cómo es posible esto?
Si queremos una respuesta desde la dualidad, muy probablemente buscaremos a un buen psiquiatra o psicólogo para que encuentre las causas de esta desarmonía en la mente de su paciente.
Desde una visión cuántica, buscaremos estos programas en el árbol genealógico con la esperanza de que nuestro consultante alcance un estado de comprensión que lo libere de la culpabilidad inconsciente. Esta comprensión puede llevarle a darse cuenta de que está buscando en su pareja el cariño de mamá o de papá, repitiendo patrones de sus ancestros. Esto le permite soltar resentimientos y emociones, y con ello dar un cambio radical a la percepción de su vida.
Este cambio radical de la percepción, fruto de esta toma de conciencia, modifica la información, y esto se refleja en el cuerpo y en nuestras relaciones. La relación sana. Surgen nuevas opciones, nuevas oportunidades y todo vuelve a empezar de cero. Te liberas, liberas la información del árbol y liberas a tus descendientes de repetir estos programas. Esta es la propuesta que llevo a todas las personas que quieran escucharme y experimentarla en sus vidas. La culpabilidad está ausente porque uno comprende que la elección se ha realizado desde el inconsciente. Aquel hormigueo que sentías en el estómago y que llamaste enamoramiento era simplemente la resonancia entre unos programas que se encuentran y se complementan.
No me estoy cargando el romanticismo —antes pensaba que sí—, lo estoy haciendo más consciente. Ahora puedo saborear el cosquilleo en el estómago sabiendo que estoy frente a alguien que me complementa para alcanzar niveles más altos de libertad y amor.
Muchísimas veces este amor empieza por el respeto a una misma, a uno mismo. La violencia que el otro ejerce sobre mí es la violencia que yo me ejerzo sobre mí mismo a través del otro.
Varias veces en mi consulta he tenido a mujeres casadas con policías que eran maltratadas por ellos. Esto es rizar un poco más el rizo. Por eso digo, a fuerza de ser políticamente incorrecto, que la diferencia entre un ladrón y un policía es una cuestión de matices. Al final, ambos tienen que pensar de la misma manera para poder encontrarse, para poder relacionarse. Si los miro desde un punto de vista dual, estoy loco; si los miro desde un punto de vista cuántico, veo que todo se complementa. Repito una vez más: no hay un yo y un tú, hay un yo relacionándose consigo mismo a través de otro yo, al que llamo tú, como si fuera un ente separado de mí.
Recientemente, en uno de mis cursos, tuve otro caso de violencia de género. La persona en cuestión era una mujer policía. Durante el curso, ella confesó públicamente que su trabajo estaba relacionado precisamente con la violencia de género, y explicó que ella la sufría en su hogar. Curioso, ¿verdad? Una mujer policía cuya área de acción es la misma violencia que ella está viviendo. La Bioneuroemoción —mediante el estudio de los programas inconscientes y de cómo se proyectan en nuestras relaciones— le llevó a tomar conciencia, a liberarse del victimismo y a comprender que ambos son víctimas y victimarios. Este proceso le llevó a sanarse; ahora su visión es muy diferente y puede contemplar los casos que se le presentan en su trabajo libre de juicios. Esto no quiere decir que no tenga que llevar a cabo las acciones legales que sean necesarias en su situación. Ahora las hace con plena conciencia, dando “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
En su libro El ojo del yo2, el doctor David R. Hawkins nos dice que la causa solo existe como un producto mental de la imaginación, que se puede evocar y elaborar a conveniencia de uno. Pero, cuando se llevan las cosas al extremo, los conceptos de víctima y verdugo se entremezclan. Analizando las situaciones en profundidad, podemos ver que la decisión de quién es el verdugo y quién la víctima es, en realidad, un posicionamiento que seleccionamos de forma arbitraria. La víctima seduce al verdugo para que actúe siguiendo la respuesta depredador/presa.
Yo explico todo esto desde una visión cuántica de la realidad, desde una visión holística en la que cada uno atrae a su vida situaciones y personas que resuenan con sus programas inconscientes. De hecho, en nuestras relaciones resonamos, y nuestro inconsciente, lleno de victimismo, atrae al verdugo para tener esa experiencia. La enseñanza está en comprender la polaridad y trascenderla. La falta de respeto que recibes es la falta de respeto que no tienes hacia ti mismo.
Por eso, como suelo decir: “Cambia tus circunstancias y te cambiará la vida, pero no cambies de circunstancias para cambiar tu vida”. Esto se debe entender como: no cambies tus circunstancias para conseguir algo. Actúa y deja que la vida manifieste el cambio. Por descontado, este cambio de circunstancias va precedido de un cambio de pensamientos, sentimientos y emociones. La coherencia emocional te libera de la dualidad, del yo y del tú, y así empiezas a vivir con la responsabilidad de que todo es Yo.
Todo en el universo es polar. La química me enseñó que los elementos de la tabla periódica se complementan para formar compuestos más estables. Asimismo, las personas —con sus condicionamientos, con sus programas inconscientes heredados de sus ancestros— buscan desesperadamente complementarse para encontrar la estabilidad emocional que las generaciones anteriores no han podido vivir, en especial algunos de sus miembros, como mujeres obligadas a casarse por intereses económicos, hombres ausentes con relaciones extramatrimoniales, que incluso tienen hijos de otras mujeres, hijos no deseados, mujeres violadas, sometidas por sus parejas, hombres manipulados por sus madres y/o por sus parejas, hijos ilegítimos, incestos, multitud de silencios y de cosas no dichas que acaban expresándose en las vidas de los miembros del clan.
Está escrito: “Y los pecados de los padres se heredarán hasta la tercera y la cuarta generación”. Estas no son palabras dichas a voleo ni para hacer bonito. Son palabras llenas de sentido, de sabiduría, para que las generaciones que tengan la capacidad de leer entre líneas puedan llevar luz a tanta oscuridad y cerrazón mental.
La sociedad grita frente a las muertes de mujeres a manos de sus parejas, esposos o ex-maridos. No le falta razón. Es algo incomprensible, como también es incomprensible que estas mujeres no denuncien los malos tratos. Recuerdo el caso de una pareja: el juez dictaminó que se mantuvieran a distancia. El distanciamiento terminó cuando ella fue a buscarle a él, y todo terminó con la muerte de ella. Perdón por el resumen tan simplista, pero es que no da para más. Son historias que he visto en mi consulta y les he llegado a decir: “Si no terminas esta relación, saldrás en la portada de los periódicos”.
En una relación donde la violencia campa a sus anchas, lo primero —por salud— es la separación, y después los tratamientos que hagan falta. Mi aportación es la expuesta anteriormente: llevar a mi cliente a un estado de comprensión que le permita soltar resentimientos, emociones reprimidas y programas tóxicos. Liberarse y liberar, desde la paz interior, desde el desarrollo del amor hacia uno mismo, desde la comprensión de que lo que quería era llenar mi vacío emocional a expensas del otro.
Cuando te maltratan y dices “Es que lo quiero mucho”, me estás diciendo lo mucho que no te quieres.
La relación madre/hijo
¡¡Con la iglesia hemos topado!! Este es un punto clave por las consecuencias que conlleva en las relaciones posteriores que estos hijos puedan llegar a tener. Es el quid de la cuestión, la madre del cordero, lo más sagrado; es la llave que abre todas las puertas. El rol materno quizás sea el más complejo que la humanidad ha desarrollado. Es el rol donde la Consciencia se expresa con el máximo celo. Solo tenemos que mirar el reino animal y la dedicación con que las madres de cualquier especie cuidan de su prole. Como son seres con poca o ninguna conciencia, saben soltar este rol en su debido momento, cosa que no ocurre con las madres humanas.
Un día oí esta frase lapidaria: “Si fuera por mí, cogería a mi hijo y lo encerraría en un armario lleno de algodón para que nada malo le sucediera”. Sin comentarios.
El escenario más común que he visto en mi consulta es el siguiente:
- Marido ausente por trabajo, porque está fallecido, porque siempre está con señoritas o porque está en casa pero es como si no estuviera. Todo esto no importa para el inconsciente; para él, el marido simplemente no está.
- El matrimonio tiene un hijo varón. Como el marido y padre no está, la madre proyecta inconscientemente en su hijo el rol de macho alfa. Su inconsciente escoge a su hijo como pareja. Aquí tenemos la semilla de lo que se ha dado en llamar el complejo de Edipo.
- Hijo encuentra esposa. Obviamente, por lo explicado anteriormente, esta es el complemento perfecto de su pareja. Surge la rivalidad madre/esposa. El inconsciente del hijo tiene a su madre como hembra alfa y a su esposa como hembra beta. Aquí empiezan los problemas de pareja, que pueden llegar a ser muy graves. Este no es el libro adecuado para profundizar en el asunto y el lector interesado puede buscar en los textos de Bioneuroemoción.
Otro escenario también muy común:
- El hijo o la hija están muy sobreprotegidos por su madre. Esta vuelca en ellos el afecto que no está presente en la relación con su esposo. Se queja de que el marido no ejerce de padre; ella no es consciente de que bloquea este rol de su marido con su exceso.
- Hijos muy inmaduros emocionalmente. He visto que muchos de ellos tienen problemas con todo tipo de adicciones. La más grave es la adicción emocional, la dependencia excesiva de recibir afecto de otro. Y como el otro está en la misma tesitura, aunque en la versión complementaria, solo hay dolor y desesperación.
Varios ejemplos dramáticos que hemos visto en mis consultas grupales:
- Varón de 50 años con una fobia tremenda a salir de casa. Cuenta que vive con su madre, incluso duerme con ella.
- Hombre de mediana edad, de unos 35 años, que no consigue tener una relación duradera con una pareja. Motivo: su madre interfiere constantemente en su relación de pareja.
- Mujer de unos 30 años no consigue que ninguna de sus relaciones llegue a buen puerto. Motivo: para su madre ningún hombre es digno de ella.
- Hombre con problemas con el alcohol, con una madre sobreprotectora, se ve incapaz de responsabilizarse de nada en la vida.
- Mujer con los mismos problemas del caso anterior. Ambos coincidieron en la misma consulta grupal. Ambos expresaron lo mismo con relación a sus madres, sumamente controladoras y posesivas. Ellos, al menos, eran conscientes y pudieron tratar sus problemas. Hay muchos que no son capaces de lograrlo.
- En todos los casos, por diversos motivos, las madres están casadas con un marido ausente. A su vez, son hijas cuyas madres vivieron el mismo problema de soledad y ausencia de pareja. La historia se repite una y otra vez.
Conclusión:
- No hay culpables, no hay víctimas ni victimarios. En todos los casos hay una gran carencia emocional y afectiva. Sea por exceso o por defecto, el problema es el mismo. “Hay amores que matan”, dice el refrán.
- Los programas se heredan de padres a hijos, y estos a su vez los transmiten a su descendencia. Es necesario tomar conciencia, cambiar programas, pasar a la acción. Acción plena de sentido, libre de resentimientos, libre de culpa. Acción llena de amor hacia uno mismo, porque solamente existe el yo.
- En todos los casos, cada uno de los actores que están en el teatro de la vida tiene su papel, que se complementa con el papel del otro. No hay un yo sin un tú, no hay un tú sin un yo. Lo único que existe es un yo relacionándose consigo mismo a través de sí mismo, por medio de otro llamado tú. Así es el mundo dual, así se expresa la Unidad en la pluralidad.
El doctor David R. Hawkins hace algunas reflexiones sobre la violencia:
- “Nadie vence en ningún conflicto, porque el que se cree vencedor tiene como consecuencia el odio del perdedor”.
- “Evita hacer comentarios constantemente, pues así evitas crearte enemigos y adversarios, lo cual te impediría llevar una vida más tranquila”.
- “La mayoría de las veces, la violencia doméstica se basa en una respuesta física a una provocación verbal. Sin embargo, en nuestra sociedad, las víctimas rara vez asumen su responsabilidad por la provocación, la tentación o el insulto proferido”.
- “Para el progreso espiritual conviene aceptar siempre la responsabilidad por todo lo que le acontece a uno y evitar la trampa de ir de víctima. Nada en el mundo de las apariencias tiene la facultad de ser causa de ninguna otra cosa”.
- “El amor no es algo que uno consigue; hay que merecerlo, y cuanto más se da, más se tiene”.3
- “Muchas veces observamos que las personas disfrutan y son adictas a los melodramas de sus vidas. Seremos conscientes de esto cuando practiquemos el desapego”.
Relación con nuestro cuerpo/mente
Si estás en un cuerpo y tienes una mente es porque, de alguna manera, tu espíritu así lo ha decidido. Por consiguiente, no tiene mucho sentido renunciar a tu cuerpo y no saber utilizar tu mente.
Se me antoja fundamental aprender a relacionarnos con nuestro cuerpo/mente para poder vivir en este mundo dual con relativa paz de espíritu y mantener una salud notable en ambos.
Hay que tener plena conciencia de que en la Consciencia no cabe el error, y el único que podemos cometer es identificarnos con nuestro cuerpo y con nuestra mente como si solamente fuéramos eso.
Nuestro cuerpo y nuestra mente son unos instrumentos fantásticos. Vendrían a ser como unas escafandras, unos trajes espaciales, para que el ser humano pueda moverse en un ambiente determinado.
Tu mente y tu cuerpo forman parte de este todo; son tu propia creación. El cuerpo tiene muy pocas necesidades y, de hecho, está sometido a la mente y a todo el sistema de emociones que esta expresa.
En el mundo en el que vivimos, nuestra mente debe estar consciente, ser una mente omniabarcante, mientras que la mente conciente* es la que se debe centrar, identificar y posicionarse frente a lo que percibe. Cuando unimos nuestra mente Consciente con la conciente, entonces estamos relacionándonos con nosotros mismos y con todos al unísono. Esta debe ser la relación con nuestro cuerpo/mente.4
Cuando este estado se establece con plena conciencia, se manifiesta la auténtica importancia de este cuerpo/mente, cuyo fin es la comunicación. De esta manera, el cuerpo/mente se convierte en un medio para transmitir información y compartir conciencia. Nos ayudará a Todos a tener un posicionamiento que trascienda la dualidad.
“Recuerda que, para el Espíritu Santo, el cuerpo es únicamente un medio de comunicación” (T-8.VII.2:1).
“El ego separa mediante el cuerpo. El Espíritu Santo llega a otros a través de él” (T-8.VII.2:3-4).
“Ver un cuerpo de cualquier otra forma que no sea como un medio de comunicación es limitar tu mente y hacerte daño a ti mismo” (T-8.VII.13:3).
Recapitulación y reflexión
Voy a hacer una recapitulación desde una visión más espiritual, más metafísica:
Del Uno deviene el Dos,
pero nunca deja de ser Uno.
El Tres es el vínculo para no olvidarlo,
el Cuatro es el escenario para experimentarlo.
El Uno está en todos, para divinizarlos.4
Ya que nos encontramos en un mundo dual, una de las mejores maneras de llegar a este estado de comprensión es conocerse a sí mismo, pero no como algo aparte de los demás, sino a través de los demás, porque entre ellos y tú no hay separación, no hay un tú y un yo. Por eso, el Curso nos recuerda que siempre que te encuentras con alguien, te encuentras contigo mismo.
“Nunca te olvides de esto, pues en tus semejantes o bien te encuentras a ti mismo o bien te pierdes a ti mismo” (T-8.III.4:5).
Aún puede ser más concreto y explícito:
“Solo puedes encontrarte con parte de ti mismo porque eres parte de Dios, Quien lo es todo” (T-8.III.7:1).
¿Cómo puedo hablar del despertar desde el estado de sueño o ilusión? ¿Cómo surge la necesidad de mover mi pensamiento hacia unos confines que no sé si existen? ¿Qué camino dicta mi interior que siga? ¿Qué o quién me ha llevado hasta este momento, hasta este ahora? ¿De dónde surge este inconformismo? ¿Hacia dónde me dirige mi mente?
La Consciencia se expresa a Sí Misma en Sí Misma a través de la conciencia, que vive y se desarrolla en el mundo dual. La primera es la esencia de la divinidad, lo contiene Todo, ES.
“No es tan difícil de entender, al menos intelectualmente, que este universo es un sueño; pero es casi imposible aceptar que quien se supone que entiende esto es, él mismo, parte del sueño. Esta creencia en uno mismo es lo único que realmente está impidiendo que ocurra la apercepción de lo real.”5
Qué importante es salir de la mente dual y empezar a percibir conscientemente la realidad intrínseca que conllevan nuestras relaciones interpersonales, nuestras maneras de mostrarnos al mundo, mediante los trabajos, las asociaciones, los grupos, nuestras aficiones y todo el amplio abanico de actividades sociales que podamos realizar en nuestro mundo particular. Todas y cada una de ellas son la expresión de programas inconscientes heredados de nuestros ancestros, de un inconsciente colectivo social.
¿Te has preguntado alguna vez cómo sería si hubieras nacido en otra sociedad, en otra comunidad, en otras creencias? ¿Te has preguntado alguna vez cómo verías el mundo si fueras chino, o japonés, o alemán, o profesaras otra religión distinta a la que has incubado desde tu nacimiento?
Si lo has hecho, entonces pregúntate: “¿Cómo podemos atrevernos a juzgar a los demás, a opinar, a condenarlos?”. Ciertamente estamos mucho más condicionados de lo que somos conscientes. Es hora de empezar a ampliar nuestra conciencia, a comprender, a despertar a la realidad de que lo que vemos es solamente la expresión de unos programas que pensamos que son la realidad. Bueno, son nuestra realidad, pero no la Realidad.
¿Cómo despertar de este sueño? La verdad es que no hay cómo ni cuándo ni de qué manera. Entiendo la pregunta, pero no hay una respuesta concreta. Cuando ocurre el despertar, el ser que despierta, el ser que alcanza la comprensión, dice cosas como:
“En verdad no he obtenido nada con la iluminación.”6
“Solo hay una misteriosa comprensión tácita, y nada más.”7
“Todo sigue igual, pero no es lo mismo.”8
“El mundo real es también un sueño. Excepto que en él los personajes han cambiado y no se ven como ídolos traicioneros. El mundo real es un sueño en el que no se usa a nadie para que sea el substituto de otra cosa, ni tampoco se le interpone entre los pensamientos que la mente concibe y lo que ve” (UCDM, T-29.IX.7).
Nadie puede despertar de un sueño si cree que no está soñando. Por ello, si quieres empezar de alguna manera, deja de juzgar. El porqué es muy simple: el sueño en el cual vivo es un sueño de juicios, un sueño de escala de valores, en el que la comparación es ley, la crítica el alimento diario, y el descontento la energía que lo alimenta. Cuando dejo de juzgar, cuando vivo según mi criterio, respetándome y respetando, entonces estoy haciendo posible que mi universo cambie.
“La espada del juicio es el arma que le entregas a esta ilusión de ti mismo, para que pueda luchar e impedir que el amor llene el espacio que mantiene a tu hermano separado de ti. Mientras empuñes esa espada, no obstante, no podrás sino percibirte a ti mismo como un cuerpo, pues te habrás condenado a estar separado de aquel que sostiene el espejo que refleja otra imagen de lo que él es, y, por ende, de lo que tú no puedes sino ser también” (T-31.VII.9:2-3).
Conclusión: las relaciones en general
Toda relación tiene una finalidad: conocerse a sí mismo mediante los opuestos. Como vengo explicando, la razón es muy sencilla: vivimos en un mundo polarizado. El yin y el yang; lo masculino y lo femenino; lo positivo y lo negativo; el blanco y el negro; luces y sombras; personalidad y sombra; inocencia y culpabilidad; salud y enfermedad; el día y la noche, el bien y el mal. Para conocer una polaridad tienes que experimentar la otra. Nadie puede saber lo que es el día si no conoce la noche, nadie puede conocer el valor de la salud sin la enfermedad; en general, nadie valora lo que tiene si nunca le ha faltado.
Las relaciones humanas funcionan bajo el mismo prisma. Si no te respetas, encontrarás a alguien que te enseñe a respetarte; si eres rígido e intransigente, vivirás experiencias con personas que te pondrán a prueba constantemente. Positivo atrae a negativo; cuando algo o alguien sobresale, aparecen los detractores. Si llevas un programa de no tener hijos, puedes encontrarte —como he visto en mi consulta— con personas que sean infértiles. Siempre te encuentras contigo mismo. Cuanto antes viva esta verdad, antes podré trascenderla y alcanzar la paz interior.
“El mundo que ves no es sino el testigo fútil de que tenías razón” (T-21.II.5).
Esta frase refleja exactamente lo que estoy explicando. Es imposible que vivas experiencias que estén fuera del marco de tu manera de ver y entender las cosas. Tu percepción te muestra simplemente aquello que puedes ver, no lo que realmente ves. Tu percepción, como ya se ha dicho, solamente refleja tu estado mental.
“Soy responsable de lo que veo.
Elijo los sentimientos que experimento y decido
el objetivo que quiero alcanzar.
Y todo lo que parece sucederme yo mismo lo he
pedido, y se me concede tal como lo pedí”.
UCDM (T-21.II.2:2)
Para poder entender estos párrafos hay que cambiar de mentalidad, hay que ver el mundo desde una perspectiva holística, cuántica, bajo el prisma de que yo soy el responsable de los acontecimientos que experimento en mi vida, y si los quiero cambiar, esto solo depende de mí.
“[El E.S.] Tiene que llevar a cabo Su labor mediante el uso de los opuestos porque tiene que operar para una mente y con una mente que está en oposición” (T-5.III.11:3).
Y veamos la siguiente cita, todavía más clarificadora:
“Tu hermano es el espejo en el que ves reflejada la imagen que tienes de ti mismo mientras perdure la percepción” (T-7.VII.3:9).
La suprema verdad es vacía, omnipresente, silente, pura;
Es una gloriosa bienaventuranza misteriosa y pacífica.
Y eso es todo.
Entra profundamente en ella por ti mismo, despertando.9
Las relaciones especiales tienen por objetivo liberarme de los condicionamientos que están almacenados en mi inconsciente, programas que esperan salir a la luz y ser liberados bajo el prisma de la comprensión y de la liberación de creencias obsoletas y esclavizantes. Son una oportunidad maravillosa para conocerme a mí mismo, para abrir mi conciencia.
Comprendo que todas las relaciones especiales contienen elementos de miedo y culpabilidad, como el miedo a la soledad, y por ello las revisto de sufrimiento y de sacrificio. Comportan mucho dolor y están llenas de ansiedad y desesperación intercaladas con períodos de placer.
Cuando las pongo a la luz de una visión cuántica, de una visión holística, comprendo que son experiencias educativas, transpersonales, y que nadie es especial. Ya no creo que mi felicidad dependa de encontrar a ese ser especial, que el ego se encarga de llamar mi media naranja. Ciertamente, en toda relación, del tipo que sea, siempre encuentro mi otra mitad; la mitad que me complementa para que pueda llegar a la integración. Ya no proyecto en el otro mis necesidades personales, ahora ya sé que el otro es yo mismo.
Reflexiones
El Tú pregunta: —¿No es verdad que la finalidad de la relación de pareja es que sea duradera?
El YO responde: —Toda relación tiene un sentido y un para qué. Las relaciones no son mejores porque duren muchos años, ni peores porque duren pocos meses. Lo importante de cada relación es el aprendizaje que conlleva. Muchas relaciones están revestidas de un amor especial que, tal como define el Curso, está basado en la creencia de que Dios me quiere con un amor especial. El ser especial está lleno de matices, así es el mundo dual. En la unidad solamente existe el Amor, que se manifiesta en todo y en cada parte. Cada encuentro de tu vida debería ser un encuentro santo, una oportunidad de reconciliarte contigo mismo a través del otro, y a la inversa. Como dice el Curso: en tu hermano te pierdes y en tu hermano te salvas.
El ego divide las relaciones especiales en muchos tipos. La verdad es que no son reales, pues el Yo se relaciona consigo mismo, en sí mismo, en relaciones virtuales pertenecientes al mundo de la ilusión.
Muchas veces, el apego y el miedo nos llevan a mantener relaciones tóxicas. Amamos al otro con el fin de que no nos abandone, y este amor está lleno de egoísmo, de hipocresía, de dependencia, de dolor, de sacrificio y de sufrimiento. Cuando por fin esta relación termina, abrigamos un gran resentimiento contra el otro. No somos conscientes de que nosotros mismos somos los artífices de este final tragicómico.
Una relación puede durar un minuto, un día y ser perfecta. Otra relación puede durar una vida entera y ser el fruto del miedo, convirtiéndose en una relación estéril porque no ha dado los frutos del aprendizaje.
Cuando en las relaciones no se consigue el aprendizaje que toca, simplemente se repiten una y otra vez las mismas situaciones.
El Curso nos dice: “El amor no abriga resentimientos.”
“El Amor no es una emoción, sino una forma de ser y relacionarse con el mundo.”10
4* Mente conciente: aquí el autor utiliza la palabra “conciente” para diferenciar entre los dos tipos de mente, consciente (relativa a la Consciencia) y conciente (relativa a la conciencia).