Agradecimientos

Agradecimientos

Este libro le debe un montón de cosas a un montón de personas, y entre las más importantes están mi asombrosa agente, Alexandra Machinist, y mi increíble editora, Jennifer Enderlin. ¡Muchísimas gracias, chicas! Sois impresionantes, y estoy convencida de que ambas lleváis vidas secretas como superheroínas.

Gracias a todos los miembros de Macmillan Audio, y una mención especial a la siempre encantadora Lorelei King, por insuflar vida a mis personajes. Literalmente. Y ya que estamos, gracias también a todo el mundo de St. Martin’s Press, Macmillan y Janklow & Nesbit Associates.

Quiero dedicarles un agradecimiento especial a Jacquelyn Frank y a Natalie Justice, por ponerle título a este libro mientras esperaban un transbordo, agotadas y hechas un desastre después de una conferencia de tres días donde la efervescente Natalie domó al potro mecánico y Jacki se ganó mi corazón en una partida porno de Round Robin. Chicas, sois la bomba.

Muchísimas gracias a Mary Jo, a Mary Ellen y a Bette por las consultas y consejos sobre el trastorno de estrés postraumático. Chicas, me habéis ayudado muchísimo, sobre todo teniendo en cuenta que solo tenía tres días para entregar el libro. Os estoy muy agradecida.

Gracias a ti, Danielle «Dan Dan» Swopes, por darme ideas incluso cuando tu cerebro estaba casi tan machacado como el mío, y a tu maravillosa familia, a la que considero como si fuera mía. Y gracias también a mi verdadera familia (vosotros sabéis quiénes sois), por apoyarme y comprender que me perdiera vacaciones y cumpleaños con la excusa del libro. Tan pronto como cumpla el próximo plazo, haremos una barbacoa.

Un gigantesco agradecimiento a Cait Allison, por leer este libro cuando aún estaba en pañales, por más doloroso que fuera, para darme su opinión. Lo valoro mucho más de lo que te imaginas.

Y, por desgracia, debo admitir que al menos tres de las mejores frases de este libro no proceden de mi retorcida… ejem, quiero decir «vívida» imaginación, sino de las ilustres y en ocasiones aterradoras reflexiones de Jonathan «Doc» Wilson y de Quentin «Q» Eakins. Chicos, sois como los pasteles de harina integral: divertidos y fáciles de digerir.

Y sobre todo gracias a ti, querido lector, por hacer todos mis sueños realidad. O al menos la mayoría de ellos. Tengo uno en el que estoy desnuda en un aeropuerto y… no, tienes razón. Es mejor dejarlo para los profesionales. En cualquier caso, ¡muchísimas gracias! Espero que disfrutes leyendo este libro tanto como yo he disfrutado escribiéndolo.