4 TU FUNCION ESPECIAL TRABAJANDO EL HUERTO DEL UNIVERSO

TRABAJO es sinónimo de nobleza. No desprecies e! trabajo que te toca realizar en la vida El trabajo ennoblece a aquellos que lo realizan coa entusiasmo y con amor

No existen trabajos humildes Solo se distinguen por estar bien o mal realizados. Da valor a tu trabajo, cumpliéndolo con amar y

cariño, y así te valorarás a ti mismo

Mahatma Gandhi

Qué bellas son las palabras de Gandhi y qué bien definen lo que debe ser el trabajo en nuestra vida.

Hemos de entender que el trabajo es algo bello, que, como dice Gandhi, ennoblece siempre que se hace con amor. El trabajo que te toca realizar en estos momentos, ¿lo realizas con amor y entusiasmo? ¿O, por el contrario, no paras de quejarte de lo duro que es o de lo mal que te pagan? Aquí también identifico como trabajo al estudio en sí. Si. estudiar, si es lo único que haces, es tu trabajo en estos momentos. ¿Disfrutas estudiando? Cuando les preguntas a los demás si les agrada su ocupación te dicen, en la mayoría de las ocasiones, que no se plantean si les gusta o no, porque trabajar hay que trabajar; de lo contrario, «¿cómo nos ganamos el sustento?». Bien, estas personas parten de algo cierto: se nos retribuye monetariamente por nuestro trabajo para poder vivir en este mundo. Pero no plantearte si te gusta o no tu trabajo es un error. Tienes elección. Escoge el empleo que te guste, no uno cualquiera, sino el que tu realmente quieras. Si no lo haces, puede que otros lo hagan por ti, y eso a la larga no te gustará, pues sentirás que eres la marioneta de esas personas. Todos tenemos una función especial que desempeñar en este mundo. Ahora bien, la gracia consiste en comprender que esa función (trabajo) no es más que un juego, pues todos, hagamos lo que hagamos, contribuimos a aumentar la fertilidad del huerto del Universo, sembrando semilla tras semilla, realizando acción tras acción, y contribuir en algo en este mundo.

Puede que en estos momentos estés trabajando en algo que no es tu verdadera vocación. Sin embargo, pese a ello, puedes hacer algo: decidir cómo trabajas, es decir, con amor o sin él. Tú eliges. Está claro que tú eres el responsable de lo que haces o, al menos, de cómo haces lo que haces. Has de ser consciente de lo importante que es lo que decides realizar en esta vida. No limites tu idea de trabajo a «trabajar para ganar dinero». Esta dinámica de trabajar sin pasión, solo para ganarse el sustento, la aprendemos de jóvenes y la repetimos sistemáticamente de adultos. Tus familiares, tus amigos, ¿disfrutan con lo que hacen? Si conoces a alguien que lo haga, toma ejemplo; de lo contrario, sé el primero en demostrar que trabajar es bello y enriquecedor.

Cuando eres joven y te incorporas al mundo laboral, en la mayoría de los casos lo haces en trabajos temporales, a veces mal pagados y un poco duros, pero que te permiten tener tu propio dinero para después utilizarlo en lo que quieras.

¿Recuerdas ese primer empleo? Fue duro, estabas asustado, no sabías cómo efectuar tu tarea, pero aprendiste rápido. Quizás todavía no te has iniciado en el mundo laboral. Si es así, perfecto, porque lo que te voy a contar a continuación te servirá para empezar este camino desde una magnífica actitud y te predispondrá a disfrutar de excelentes experiencias profesionales. Si ya has tenido algún que otro trabajo temporal o estás trabajando de forma continuada en La actualidad, estés satisfecho o no con lo que haces, las palabras que siguen a continuación te servirán como guía para redefinir tu actitud, o reafirmarla, y disfrutar con tu trabajo. Partas de donde partas, lo importante es que llegues a comprender que te mereces trabajar en aquello que desees, en aquello en lo que puedas expresar tu máximo potencial. Piensa que no hay nada mejor en la vida que sentirse útil. Se tiene que aprovechar tu potencial. Y así se hará.

PLANTÉATE QUÉ QUIERES HACER

¿En qué quieres trabajar? Cierra los ojos y escucha a tu corazón. Ábrete al Universo y dile que estás dispuesto a escuchar su mensaje de amor. Pregúntate: «¿Cuál es mi tarea en este mundo?». ¿Te viene algo a la cabeza? Seguro que sí. Pero si no es así, porque estás confuso, no desistas, deja que la creatividad venga a ti. Cada vez que pienso en cuál es mi trabajo en esta vida, en cuál es mi camino, inmediatamente me viene mi imagen dando conferencias y escribiendo libros que ayuden a engrandecer el alma de las personas. Siento algo maravilloso, como un cosquilleo en el estómago y un gran entusiasmo. Escucha tu intuición, que es una de las formas más milagrosas en las que el Universo se manifiesta en ti.

Si no sabes qué hacer, pues en el mundo recibimos muchos estímulos que al final nos acaban agotando e incluso perturbando, no te preocupes. Simplemente deja que de tu mente brote lo que sea, aunque al principio parezca una locura. Lo único que debes tener presente es que hagas lo que hagas debe satisfacerte, ser útil —ha de aprovecharse tu potencial— y repercutir en el bien mundial. Hay muchas opciones; escoge una. Aunque tampoco tienes que sentirte angustiado por el hecho de elegir una. En la vida puedes ir cambiando de profesión. Mucha gente empieza un camino y acaba yendo por otro. Todo está bien. Pero ahora céntrate en una sola cosa para que puedas trabajar en ella. Y si te apetece cambiar, hazlo y comienza de nuevo. Todo forma parte de nuestro aprendizaje en este mundo. El Universo sabe muy bien cuál es tu trabajo, porque con él se estará aprovechando tu potencial al máximo.

CÓMO VIVIR EL PRESENTE DE ACUERDO CON EL TRABAJO SOÑADO

Algo que deberíamos recordar a menudo es que aunque no estemos realizando el trabajo que en verdad nos gustaría desempeñar, jamás hemos de despreciar el de ahora. No menosprecies tu trabajo actual. Piensa que es justo el que necesitas en estos momentos para aprender ciertas habilidades que te encaminarán hacia tu trabajo soñado. Te he dicho que me agrada la idea de dar conferencias. En realidad no las doy aún. Pero a pequeña escala sí, porque trabajo en un gimnasio como monitora y doy clases a una veintena de personas diariamente. Es como dar conferencias, si lo miras desde mí óptica. Además, estudio en la universidad, donde de vez en cuando realizo exposiciones en clase y, ¡adivina!, también es como dar conferencias. Aunque estas dos actividades que te comento parecen no tener nada que ver con mi sueño laboral, en el fondo me acercan a él. ¿Lo ves? Mira con nuevos ojos tu trabajo, aquello que quizás detestes. ¿Seguro que no te sirve para algo? De alguna manera ya te está acercando a tu trabajo soñado. Es muy importante amar lo que haces en el presente; de lo contrario, ¿cómo pretendes que te guste lo que hagas en un futuro? Por mucho que parezcan cambiar las circunstancias externas y pese a la novedad de un nuevo trabajo, tu sentimiento de desidia resurgirá enseguida. Intenta amar lo de ahora, para que disfrutes con lo de después.

Siempre se me ha dicho que lo importante no es lo que haga, sino cómo lo haga. Pero ¿cómo lograrlo realmente? ¿Cómo estar motivado con algo que no te genera motivación? Motivado todo el tiempo, puede que no lo estés. Sin embargo, para lograr al menos un pequeño estado de satisfacción puedes hacer uso de tu mente. Cada vez que te venga un pensamiento negativo referente a tu trabajo, sustitúyelo por uno positivo. Sí, es así de sencillo. ¿Sabes la energía que desperdicias con cada pensamiento negativo? Malgastas muchísima energía, que podrías estar utilizando en proyectar una situación ventajosa para ti. De verdad, utiliza esta técnica. Es más, cuando te levantes por la mañana, agradécele al Universo tu trabajo. Dile que te gusta tu trabajo, aunque también recuérdale que ya ha llegado el momento de cambiar. Si logras vivir con armonía tu presente, te harás fuerte para el futuro. Como te sientas ahora, te sentirás en un futuro, si no cambias nada. Si cambias ahora, tu futuro también cambiará, pero solo desde el ahora. Tu futuro no es más que

una proyección dilatada de tu presente. Además, hay algo importante en las palabras de Gandhi: si valoras tu trabajo, te estás valorando a ti mismo. Por el contrario, si no disfrutas con lo que haces, te estás diciendo a ti mismo que no mereces nada mejor. Que recibes lo que te mereces, que no es nada bueno. Y eso no es así. Se tiene que aprovechar tu potencial, porque eres magnífico, brillante e importante en este mundo.

DESDE EL PRESENTE ME ENCAMINO HACIA EL FUTURO

Creo que la mejor manera de lograr aquel trabajo futuro que uno desea es mediante la visualización, el agradecimiento y la acción. Con la visualización te acercas a tu sueño. Es muy importante que sepas concretar en tu mente aquel trabajo que deseas realizar. Este ejercicio de concreción te obliga a estar centrado en lo que deseas, y eso hace que poco a poco se vaya materializando —aunque creo que uno tampoco debe preocuparse demasiado por «pensar» en su trabajo, porque lo más importante es llegar a sentirlo—. Pero algo más importante que la visualización es mostrar una actitud de agradecimiento. Tienes que agradecer el trabajo que realizas en estos momentos. Recuerda que te acerca a tu trabajo futuro. No puedes estar enfadado y pretender que las cosas cambien porque tú lo dices. Sé humilde y agradecido. Así te llegarán más oportunidades. Sin embargo, hay algo más importante que la visualización y el agradecimiento, o al menos es una pieza clave que no podemos olvidar en todo ello: la acción. Imagina una línea recta. Tú partes de un extremo y al otro lado está tu trabajo soñado. Para llegar a él debes emprender algunas acciones, has de actuar, no te puedes quedar parado sin más.

Al principio, antes de iniciarme en el mundo de la escritura, mi mente solía divagar con la idea de escribir un libro. El primer paso para lograrlo fue visualizarlo y, sobre todo, visualizar cómo lo escribía y sentir cómo iba tomando forma. Tras ello, y siempre desde la gratitud del presente, decidí que debía dar un primer paso. Me compré una libreta que me sirvió para ir anotando ideas, así como frases célebres de otros autores, como la de Gandhi que aparece al principio de este capítulo. Era una forma de decirle al Universo que estaba preparada para mi libro. Tras ello, ya con una buena preparación, un día empecé a escribir. Estaba hablando por teléfono con mi padre, y como de costumbre le decía que quería escribir un libro pero que no sabía por dónde empezar. Mi padre me interrumpió diciéndome: «Celia, escribe algo, lo que sea, aunque te parezca que no tiene sentido». Tras colgar el teléfono, así lo hice. Eso que escribí ese día no lo he utilizado como contenido del libro, pero me sirvió para entender que un primer paso, por pequeño que parezca, te lleva hasta lo que quieres lograr. Lo único que hice fue actuar. Quiero ser escritora, entre otras muchas cosas, pero sin escribir no lo conseguiré. Por eso, no me espero a que sea el momento adecuado, como por ejemplo tener más tiempo. Simplemente escribo, actúo, sin esperar nada a cambio. Actuando hacemos que crezca nuestra emoción hacia lo que queremos lograr, lo sentimos y lo vivimos desde el gozo. Pregúntate a menudo: «Desde mi presente, ¿qué puedo hacer para acercarme a mi trabajo futuro? ¿Qué puedo hacer ahora por insignificante que parezca?». A mi hermana le encanta bailar. Aún no sabe si su profesión será la de bailarina. Pero de momento baila, no solo en la escuela a la que va dos veces por semana, sino que es normal verla en casa ensayando las coreografías, practicando y practicando, un día sí y otro también. Nunca me ha dicho que quiere ser bailarina, pero en su interior creo que lo sabe. No la veo quejarse diciéndome que es difícil este mundillo de la danza. Simplemente baila, actúa. Sé que llegará a ser una gran bailarina, o al menos se predispone a ello. Ahora te toca a ti, nos toca a nosotros. Por favor, no hagas las cosas con desidia, sin más, sin motivación, por hacer algo. Motívate y ten fe en ti. Mi padre siempre me dice que desde el momento que concibes algo en tu mente, el Universo de inmediato lo crea para ti. Depende de ti verlo. Son bellas palabras, que a mí me motivan a emprender nuevos proyectos, porque sé que tarde o temprano se lograrán.

TIENES TALENTO, NO TIENES LÍMITES

Muchas veces, tras idear algo en la mente, y pese a sentirlo con claridad en el corazón, enseguida desistimos, y dejamos de intentarlo. Nos decimos que quizás no tenemos el suficiente talento para lograr aquello que queremos. No lo hagas. No dejes que tus miedos te frenen. No hay nada ni nadie que pueda limitarte ante la consecución de tus objetivos. Pero una advertencia: aunque estés emocionado por haber descubierto lo que se convertirá en tu profesión, no lo comentes con todo el mundo, ya que así solo disipas tu energía. Recuerda, céntrate en lo que quieres hacer y hazlo.

Lamentablemente, los demás no son tus peores enemigos. No son los únicos que a veces te dicen que no podrás alcanzar el trabajo que deseas. En bastantes ocasiones tu peor enemigo eres tú mismo. Por ejemplo» ¿piensas que tienes talento? Responder con un «sí» demuestra que crees en tu valía. Responder con un «tal vez» refleja una falta de fe en tí. ¿Acaso no vales? Por supuesto que sí. Te repito lo que he dicho en otras ocasiones: eres importante en este mundo. Tú cuentas. El trabajo que decidas hacer es trascendental para la humanidad. Tienes talento, y mucho. Si crees que no tienes talento para algo, ¿no será porque te has empeñado en verlo así? Ni tu genética ni tus aptitudes determinan tu capacidad.

Es tu actitud lo que la determina, y eso lo puedes controlar con tus pensamientos.

Tal vez me digas que quieres ser cantante aunque no cantes bien. Eso es lo que me ocurrió con una joven un día cuando le di a un grupo de jóvenes una charla sobre el talento. La chica parecía estar en lo cierto, no cantaba muy bien.

En ese momento, tras vacilar un poco, le dije que, si esa era su profesión soñada, se dedicara a ella. Pero que debía reflexionar sobre dos cuestiones antes de actuar: primero tenía que reflexionar sobre si el hecho de cantar era algo que deseaba porque creía que con ello lograría aprovechar al máximo su potencial, o si por el contrario, simplemente era una artimaña para conseguir fama, poder y éxito fácil. Tras ello, debía pensar, en el caso de que respondiera que realmente era su pasión, qué era lo que le había hecho creer que cantaba mal. Era tan fuerte ese sentimiento que entorpecía su aprendizaje. Necesitaba deshacerse de esa creencia tan dañina, porque no es que no tuviera talento (todos lo tenemos) sino que creía no tenerlo.

Posees talento, en todo. Tú eres quien pone el límite. Tendrás que trabajar más o menos, pero el talento nunca te dejará de lado.

Si no lo encuentras, quizás es porque has buscado mal. Mira en otra dirección. Piensa qué deseas hacer en esta vida, cuál quieres que sea tu profesión, y sé el primero en apostar por ello. Recuerda, el talento ya lo tienes.

LA EXPECTATIVA DE HACERLO BIEN A LA PRIMERA

¿Cuántas veces has tratado de hacer algo nuevo y, tras intentarlo una primera vez y ver que «fracasabas», lo dejaste? En muchas ocasiones nos exigimos hacer las cosas bien a la primera. Como no lo logramos, nos desanimamos.

Es curioso, porque hacerlo bien a la primera no es tan sencillo como parece. Cuando nos proponemos algo, pese a la emoción de llevarlo a cabo, solemos estar bastante nerviosos. Con nerviosismo y nuestro cuerpo en tensión, es difícil lograr lo que nos hemos propuesto. Entonces, ¿por qué te exiges hacerlo bien a la primera? ¿Acaso no mereces más oportunidades? Muchas veces, al exigirnos hacerlo bien a la primera, si no lo logramos, nos sentimos fracasados y rápidamente abandonamos nuestros propósitos. Pero si ante algo nuevo te dices, sencillamente, que lo vas a intentar, sin juzgar el resultado que obtengas, te predispones a triunfar. Paradójicamente, como no te tensas, porque no estás preocupado por el resultado que vayas a obtener, en calma dejas que la energía del Universo te acompañe y permites que todo ocurra por sí mismo, y a la vez contigo. Tu cuerpo, tu mente y tu corazón se relajan y empiezas a vivir el momento presente. Tal vez entonces te des cuenta de que el objetivo real era disfrutar durante el proceso, en lugar de tener que llegar hasta el final.

Mi hermana Paula se creó la expectativa de entrar en una compañía de danza a la primera. No se dio la oportunidad de, simplemente, intentarlo. Creía que si no lo lograba a la primera, debía abandonar la idea de ser bailarina. No logró cumplir su objetivo, se desanimó y decidió guardar en su interior ese sueño que aún ardía en su corazón. Pasado un tiempo desde su «decepción», parecía haberlo olvidado, pues empezó a hablar de que quería hacer la carrera de Biología. Pero mi intuición me decía que algo no andaba bien.

Pese a intentar convencer a los demás de que había encontrado su vocación, bien al contrario, lo que estaba haciendo era negarse a soñar. Como es lógico, un día explotó. No pudo soportar más su propio engaño. Tras hablar un buen rato con ella, me dijo tímidamente que seguía queriendo ser bailarina, pero que creía que no servía para ello. Me confesó, totalmente convencida, que tenía un montón de impedimentos (excusas) que no le dejaban lograr su sueño. Me dijo que era cuestión de dinero, de competencia entre compañeros, y más y más excusas. Pero el verdadero problema, en esencia, era la expectativa de hacerlo bien a la primera.

Cuando las cosas no te salgan bien en un principio, no te desanimes. Todo tiene un para qué. Las cosas, aunque nos parezca increíble, siempre ocurren de la mejor manera posible. Que mi hermana no lograra entrar al primer intento en la compañía de danza no fue porque no fuera buena o porque el Universo decidió castigarla. Probablemente, no era el momento indicado. Quizás emocionalmente no estaba preparada para tal proyecto. Todo llega siempre en el momento adecuado.

Ese día que mi hermana se puso a llorar, algo cambió en su interior, aprendió una lección: permite que todo se desarrolle por sí mismo, pues uno solo debe centrarse en disfrutar con lo que hace y no con el resultado que obtendrá con todo ello. Ahora mi hermana está preparada.

Muchos conocemos estas verdades o hemos oído hablar de ellas, pero ¿quién las pone en práctica realmente? No se trata de saber, sino de sentir y actuar de acuerdo con lo que pensamos. No sirve de nada saber que la paciencia es una virtud. Lo realmente útil es hacer uso de la paciencia, ponerla en práctica y saber que, como dice Un Curso de Milagros, «una paciencia infinita trae resultados inmediatos». Las cosas se logran a su debido tiempo. Aunque creas que algo externo a ti te pone frenos para que avances, eso no es cierto. No hay nada ni nadie que pueda limitarte. Los límites siempre los ponemos nosotros. No hay persona o circunstancia que pueda tener el suficiente poder para decidir si vales o no. Siempre hemos de tener presente que valemos, y mucho, todos y cada uno de nosotros. Pero no es necesario hacerlo bien a la primera para saber si uno vale o no. Únicamente hemos de tener bien presente la idea de disfrutar con lo que estamos haciendo, eso es todo. Si vibras con lo que estás haciendo, ¿no será porque se trata de una señal de que realmente es esa tu misión en este mundo? Tú encárgate de emocionarte con lo que haces, que el Universo pondrá el resto. Si no logras lo que quieres a la primera..., quizás este no sea el momento, pero cuando lo sea todo se dará con facilidad. ¿Algo en ti debe cambiar? Sí, la confianza en ti mismo. Me acuerdo de un pequeño diálogo de una serie de televisión a la que me aficioné a ver hace años. En The O. C., uno de los personajes,

Seth, le confiesa a su amiga Ana que se siente inseguro porque no sabe si podrá conquistar el corazón de la explosiva y exuberante Summer. Ana le responde: «Confianza, ten confianza, Seth Cohén». Y es que esa explosiva y exuberante Summer simboliza nuestros sueños, tan atractivos v a la vez inalcanzables. Confía e inténtalo y, después, dime qué lograste. Tu misión en este mundo te está esperando.

LLENA DE ABUNDANCIA TU VIDA

El trabajo y el dinero, para bien o para mal, van de la mano. Todos en esta vida queremos sentirnos llenos de abundancia, y pretendemos que nos llegue a través de nuestro trabajo. Tener abundancia es algo positivo. Existe la abundancia económica, la del dinero material. Pero también está la espiritual, la de sentirse próspero internamente. A veces creemos que la más importante es la material, y nos decimos: «Cuando tenga todo lo que necesito en la vida, lograré estar bien conmigo mismo». En cierta manera, puede que esto sea cierto, aunque el verdadero estado de abundancia, el de sentirse próspero o no, no depende de lo que tengamos externamente, sino de lo que sintamos por dentro. ¿Qué es sentirse próspero y abundante? Sentirse agradecido. Cada día recibimos infinidad de señales que reafirman nuestra ya lograda abundancia, pero no les hacemos caso. Muchas veces ni les prestamos siquiera un poco de atención, porque lo que queremos es ver cómo amasamos el dinero, y dejamos de atender las señales que el Universo nos envía. Para mí, los céntimos de euro que me encuentro en la calle están cargados de simbolismo, y los veo como un indicador de mi camino hacia la abundancia. Me encanta encontrarme céntimos.

recogerlos y decir: «Gracias, Universo, por mi abundancia». Ese pequeño gesto, para mí, está cargado de simbolismo.

La abundancia, repito, viene del interior. No podemos pretender llenarnos solamente con lo que obtenemos del exterior. Lo de fuera no es más que un reflejo de lo de dentro. Siempre hemos de empezar por nuestro interior, analizando nuestros pensamientos y nuestros sentimientos con preguntas como ¿qué pensamos acerca de la abundancia? o ¿me merezco vivir en la abundancia? Por supuesto que sí, todos y cada uno de nosotros merecemos vivir en la abundancia, externa e interna. Pero primero cultivemos la interna. Cuando a uno le parece que lo que cobra por su trabajo no es suficiente y se queja por ello, está diciéndole al Universo que no vive bajo la ley de la abundancia. Hemos de entender que estamos cobrando justamente esa cantidad de dinero porque pensamos que es eso lo que nos merecemos.

Recibimos lo que creemos que nos merecemos.

En el pasado, creímos que no merecíamos más que un sueldo mísero por nuestro trabajo, pero con un simple gesto todo esto puede cambiar. Son pequeños gestos diarios los que harán que vivamos realmente en la abundancia. Hemos de agradecer lo que tenemos en el presente. Incluso aquella persona que ahora se encuentra sin empleo y cree estar totalmente alejada de la abundancia debe dar gracias por lo que tiene en el presente y de ahí partir hacia el cambio. Con nuestros pensamientos y sentimientos creamos lo que somos y seremos. A veces la gente, en una situación de desesperación y miedo, se aferra a lo que sea para subsistir. Cuando uno pierde su empleo tiene que intentar verlo como una oportunidad. Dios jamás pretendió provocarnos ningún mal, en absoluto. Si uno no tiene trabajo, se encuentra en el momento más indicado para reafirmar su abundancia. ¿Como hacerlo? Normalmente, como tenemos miedo y creemos que somos cobardes, nos decimos que trabajaremos en lo que sea, que da igual el trabajo, porque lo importante es tener un empleo, en lo que sea, ya que lo que necesitamos es dinero. Y nos ponemos a buscar trabajo sin entusiasmo.

Pero hay otro modo más inteligente de actuar: reafirmando nuestra abundancia. Cambia tus pensamientos conformistas por otros. Siente que mereces todo lo bueno, que mereces el mejor trabajo del mundo, aquel en el que se podrá aprovechar al máximo tu potencial. Recuerda, visualiza qué quieres hacer, siéntelo. No optes por cualquier trabajo, busca tu trabajo. Si buscas cualquier oferta de empleo en los diarios o en Internet, el Universo, consecuentemente, te ofrecerá cualquier trabajo. Sin embargo, si tienes las ideas claras desde un principio, ya no solicitarás cualquier trabajo, sino «tu trabajo». ¿Qué te ofrecerá en ese caso el Universo? Te ofrecerá «tu trabajo». Eso es actuar con una actitud de abundancia.

Somos seres completos, que nos merecemos vivir en la abundancia. Cuantas más veces te niegues a creer en ello, más te alejarás de ese estado que te pertenece. Nuestra realidad se manifiesta de acuerdo con nuestros pensamientos. Si nos sentimos abundantes por dentro, tendremos abundancia por fuera.

Cuando no te guste la situación actual que estés viviendo, ve a tu interior y trata de generar un cambio desde ahí.

desde dentro. Acepta esa situación perdonándote a ti mismo por lo que estás viviendo, porque lo estás haciendo lo mejor que sabes. Luego reconoce que mereces todo lo bueno. Acepta la abundancia, agradécela.

Agradece la abundancia que siempre has tenido y tendrás.

¿Cómo? Dando las gracias por el sueldo que cobras y recogiendo los céntimos de euro que te encuentras tirados en la calle. ¿Se te ocurre algo más?

Hay muchas formas prácticas de mostrar gratitud hacia la abundancia que ya tienes, pues naciste en la abundancia y solo necesitas recordarla. Lo más importante: deja que penetre en tu corazón el verdadero sentido de lo que es vivir en sintonía con la abundancia.