NOTA DE LA AUTORA

Una de las cosas que me frustran (y hay unas cuantas) es cómo sigue estando estigmatizada la enfermedad mental, y en particular el trastorno bipolar. En mi opinión, para vivir con trastorno bipolar hay que ser muy valiente. Es como que te destinen a Afganistán, aunque en este caso las balas y las bombas vienen de dentro. A veces, ser bipolar puede ser un desafío arrollador, que requiere gran capacidad de resistencia y sobre todo coraje. En resumen, si vives con esta enfermedad y tienes una vida mínimamente funcional, debes enorgullecerte de ello, no sentirte avergonzado.

Deberían darnos medallas, junto con el flujo constante de medicinas que nos toca ingerir.