CAPITULO XV

 

 

Olivia contemplaba el reportaje fotográfico de su boda.

Como las cinco veces anteriores se había casado de blanco, luciendo un precioso vestido de encajes que le sentaba enloquecedoramente.

A las fotos de la boda, seguían un centenar de fotografías de su luna de miel.

—Va a causar sensación —aseguró Martin—. Después del escándalo que se ha armado en Haven, este reportaje va a caer como una bomba. Se va a hablar de ti mucho tiempo, querida.

Hugo, el apuesto marido número seis, un hombre atrayente, seis u ocho años más joven que Olivia, fumaba y bebía en un sillón.

—Tengo tu promesa de trabajar en tu primera película, Olivia; espero que no lo olvides.

— ¡Oh, sí, tienes mi promesa! Eres el marido más pesado que he tenido, querido. Déjame que vuelva a mirar las revistas, Martin...

Las cogió.

El montón de revistas publicaba fotos y más fotos de Suzy.

«Asegura que no es Olivia Russell, sino su "doble" Suzy Wayne. ¿Ustedes lo creen?»

Otra revista añadía:

«El amor más romántico de Olivia: Un rico leñador de Oregón que desconocía la auténtica personalidad de la famosa estrella del cine.»

Publicaba un montón de fotos de Luke.

—Hum, Suzy se ha divertido... —dijo Olivia—. Habrá sido dichosa. Este hombre tiene aspecto de ser capaz de hacer feliz a una mujer... Martin ¿y si fuéramos a Haven, y me casara yo con él?

Su marido pegó un salto en el sillón.

—Olivia, querida, debes esperar a hacer tu primera película antes de divorciarnos. Será muy publicitario trabajar juntos siendo todavía marido y mujer.

—Ese leñador me gusta... Tan robusto...,tan tranquilo...

—Hugo tiene razón, Olivia, debes esperar cuatro o seis meses, antes de divorciaros.

—Gracias, Martin —dijo Hugo—. ¿Lo oyes, Olivia? Tienes tiempo luego de casarte con él, si te gusta.

Olivia hizo un gesto de desdén mirando las fotos de Suzy.

—La gente es estúpida. No comprendo cómo pueden confundirla conmigo.

—Suzy aprendió mucho de ti —la tranquilizó Martin.

Olivia se echó la melena hacia atrás.

—Qué calor hace en México. Me aburro tanto tiempo aquí, sin decir quién soy...

— ¿Por qué no os vais a la playa? Así se os hará el tiempo más corto. Ya dentro de poco volveremos a California.

—A Oregón. Quiero conocer a ese leñador —dijo Olivia—. Cuando me vea a mí, se dará cuenta de la diferencia que hay entre Suzy y yo. Quizá me lo lleve a Hollywood.

Hugo se alarmó:

—Pero no olvides...

—No lo olvido, hombre, ¡qué pesado eres! Haré que trabajes en el cine. Bueno, acompáñame a la playa. Me aburro...