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Los heridores profesionales

Demasiadas personas a menudo consideran que haber obtenido un máster o un postgrado, o haber alcanzado un cargo de privilegio las habilita para lastimar, subestimar y desestimar otros en público.

Ostentan sus títulos, su poder económico o su status sin darse cuenta de que la arrogancia y el maltrato se han apoderado de su trato con los demás.

¿Te pasó alguna vez que un trabajo al cual le habías dedicado horas y todo tu tiempo libre fue brutalmente menospreciado delante de todos tus compañeros? ¿Solían tus padres avergonzarte delante de tus amigos a raíz de las calificaciones que obtenías?

Por cierto, en algún momento de nuestra vida, todos hemos sido maltratados o avergonzados por nuestros padres, pares, jefes o superiores. El hecho es que este trato lastima, penetra y causa severas heridas y secuelas en la estima de la persona que las recibe.

Algunas personas son máquinas avasallantes, que no se detienen a separar el trigo de la cizaña; para ellas todo lo es mismo, todo está permitido, lo único que les importa es el provecho y la ganancia que podrán obtener de cada movimiento que ejecuten.

Son personajes tóxicos que a diario se empecinan en hacemos difícil nuestro diario vivir: «Si yo no puedo ser feliz, tú tampoco», retumba como eco en sus mentes. No viven ni dejan vivir.

Pero eso era hasta hoy. Unas pocas líneas más abajo podrás leer los rasgos más sobresalientes de estas personalidades tóxicas y entonces serás capaz de identificarlas y de hacer algo aún mejor: al reconocerlas conseguirás ubicarte lo más lejos que puedas de ellas, ignorarlas y seguir tu camino. Descubrir sus movimientos te permitirá subir un escalón en el camino hacia la libertad.

Características de los heridores profesionales

  • Siempre tienen piedras en la mano: Son personas que estarán esperando la oportunidad en la que cometas un error para hacértelo notar y demostrar ante los demás que, si no hubiese sido por ellos, tu error hubiera desprestigiado a la empresa o hubiese puesto en peligro la ejecución de algún proyecto, como es de esperar, harán su corrección en público. Estas personas sólo logran aumentar su figura si el otro merma o es descalificado, de lo contrario no saben cómo hacerse notar. Ahora bien: ¿quién puede afirmar que nunca erró, que nunca falló o tomó una mala decisión?, como le dijo Jesús a los que apedreaban a María Magdalena: «El que esté Libre, que tire la primera piedra». Tú: ¿estás en condición de tirarla? Yo tampoco. Sin embargo, los heridores profesionales se sienten intocables y con capacidad para ver la paja en el ojo ajeno que en el suyo propio, dejando así secuelas difíciles de sanar y restaurar.
  • Siempre vigilan, esperando que lo malo suceda al fin: reclamos y «acuses de recibo» presentan a diario este tipo de personas. Son aquellas que tarde o temprano te pasarán factura por el favor o la palabra o la conexión que te ofrecieron. Se trata de personas tóxicas que no entendieron la ceremonia del Potlach, un ritual que, utilizado como corresponde, podría resultar beneficioso para nosotros. El Potlach es una antigua ceremonia que celebraban los indios nutras, la cual consistía en abrumar a alguien a base de regalos. El Potlach, dentro de los límites razonables, tenía su utilidad[19].

«No malgastes el tiempo intentando superar tu fobia a las serpientes, es mejor que las evites».

Richard Koch

Claro que no es el caso de los heridores profesionales, de esa gente que vive y disfruta del fracaso y del dolor ajeno para poder brillar y tornar protagonismo. Estos heridores profesionales son aquellos que no festejarán contigo tus éxitos, y, lo que es peor, pronosticarán que si algo te salió bien pronto alguna fatalidad va a desatarse. Hay un dicho popular que dice que si te ríes mucho el día viernes, algo malo va a pasarte el fin de semana. Así es como piensa esta gente: anuncia desgracias, tragedias, huracanes, tratando de robarte la felicidad que tienes o que alcanzaste al haber abrazado la felicidad o el éxito.

Son personas que no saben de arrepentimiento ni de perdones. En su vocabulario no se encuentran las palabras: perdón, disculpas, lo siento. Sus decisiones son inmutables e inamovibles. Prefieren continuar con su razón, sea cual fuese resultado que sus palabras o sus actos puedan producir en los otros. Son conocidos por ser «los dueños de la verdad», claro que se trata de sus verdades, pero no de la tuya ni de la mía.

«Si no puedes ser un buen ejemplo, tendrás que conformarte con ser una horrible advertencia».

Catherine Aird

Te podrán decir:

  • ¿Para qué quieres correr?
  • ¿Para qué deseas lograr tu sueño?
  • Otro día lo puedes hacer.
  • No es tu tiempo, no es tu momento.
  • Siempre hay tiempo, no te apures.
  • ¿Para qué vas a hacer más?
  • ¿Para qué vas si no hay premio, si el rey no te va a dar una corona?
  • ¿Para qué te esfuerzas, si no hay ni recompensa ni ganancia?

Un anónimo dijo: «El hombre muere cuando deja de aprender». Bill Gates aseguró hace años que 640 kb eran más que suficientes para una persona; hoy seria ridículo afirmarlo. Mientras puedas aprender estarás vivo para realizar tus sueños.

En el transcurso de nuestra vida seguramente nos encontremos con personajes como los descritos. El objetivo es que a pesar de su existencia, sus estrategias y sus arpones no nos alcancen ni aún nos rocen. Si a una persona le buscas el lado malo, seguramente se lo vas a encontrar, pero si te empecinas en sacar lo mejor de ella, también podrás hacerlo.

Claro que es mucho mejor quedarse con lo bueno del otro que con sus defectos, pero éste no es el modo de pensar de las personalidades tóxicas. En cuanto a ellas, no hagas nada por cambiarlas, sólo cambia el que desea hacerlo; lo mejor que puedes hacer es evitar al máximo el contacto con este tipo de gente, resguardando así tu estima y tus emociones. Ser libre de todas sus especulaciones te permitirá llegar mucho más rápido al objetivo.

Sólo aquel que es libre puede hacer al otro libre.