Notas
[1] Hace unos años, la obra de Malamud comenzó a relanzarse con prólogos de sabios autores jóvenes y admiradores confesos como Jonathan Lethem, Aleksandar Hemon y Jonathan Safran Foer entre otros. <<
[2] Todas y cada una de ellas —a pesar de la diferencia entre sus tramas— tienen un punto en común: Malamud siempre escribió, de un modo u otro, sobre el trabajo y la profesión como «segunda vida» en la que escritor era casi sinónimo de obrero y la vista era siempre la misma. «Imposible equivocarte si tienes que imaginarme en mi escritorio. Hoy, mañana, el mes que viene, el próximo año… Siempre será y seré igual. En ocasiones me pregunto si queda tiempo para vivir, pero parece que me las voy arreglando para que así sea», apuntó Malamud en un margen. <<
[3] El héroe literario de Nathan Zuckerman en los libros de Roth —E. I. LonofF— es una transparente combinación de Malamud y Bellow en La visita al maestro y, a partir de Sale el espectro, del patriarca Henry Roth. Vale la pena leer la tan sentida como rothianamente impiadosa elegía por Malamud recopilada en El oficio: un escritor, sus colegas y sus obras (2001). <<
[4] Los motivos para esto —si hablamos de calidad y constancia— son incomprensibles, pero aún abundan las teorías conspirativas. La caída en cierto olvido de Malamud —alguna vez considerado uno de los más grandes de su generación— es, para muchos, la injusta consecuencia de los justos premios Nobel a Saul Bellow y Isaac Bashevis Singer (en 1976 y 1978 respectivamente) y del ascenso de Philip Roth, cubriéndose así todos los casilleros disponibles para Grandes Escritores Judíos. Otros —ya se dijo— «culpan» a la timidez de Malamud, a su escasa fotogenia, a su inexistente afición a la polémica académica o periodística, a su cautela casi patológica heredada de padres inmigrantes y hambreados, y al relativo entusiasmo de su editor —Roger Strauss de Farrar, Straus and Giroux— quien, cuando una vez le sugirieron la posibilidad de una biografía de Malamud, sentenció a muerte: «Me parece una idea ridícula. Ahí no hay nada que contar, pocas veces ha tenido lugar una existencia tan poco excitante. Saul Bellow es filet mignon, Malamud es hamburguesa». <<
[5] Entrevista de John Marshall en The Gazette-Times, Oregon, 1977 <<
[6] Entrevista de Ralph Tyler, The New York Times Book Review, New York, 1979. <<
[7] Entrevista de Valerie Restivo, Daily Herald, Vermont, 1980. <<
[8] En esa carta fechada el 25 de marzo de 1979, Saul Bellow celebra «la alegría y emoción que me produce tanta buena escritura, inteligencia y estilo resultando en un orden mucho mejor articulado que aquel en el que vivimos» y se destaca «tu intimidad con la Naturaleza, cosa que me ha tomado por sorpresa». Y Bellow ofrece el elogio definitivo: «Un libro de primera clase desarrolla en mí órganos que llevaba latentes o cegados. He estado viendo mejor desde que leí Dubin». <<
[9] La canción de amor de J. Alfred Prufrock, de T. S. Eliot (1915). (Todas las notas a pie de página son de la traductora.) <<
[10] De los diarios de H. D. Thoreau. <<
[11] «¡Ah!, yo soy la flauta». Tal vez por analogía con Ach, ich fuhl’s… «¡Ah!, lo presiento…», del aria de Pamina en el segundo acto de La flauta mágica. <<
[12] En la cultura judía, alma en pena de un difunto que se apodera de los seres vivos. <<
[13] Protagonista de Pamela o la virtud recompensada, novela epistolar de Samuel Richardson (1740). <<
[14] «Hermandad de sangre». <<
[15] Primer verso de To His Coy Mistress («A su amante esquiva») de Andrew Marvell, poeta inglés del siglo XVII. <<
[16] «¡Por la vida!» El brindis en yiddish. <<
[17] Del inglés will, «deseo», yam «boniato». <<
[18] Padre de Desdémona. <<
[19] «No me encuentro bien» en yiddish. <<
[20] «Gentil» en yiddish. <<
[21] Indian summer (equivalente a nuestro «veranillo de San Martín»), alusión a An Indian Summer Day on the Prairie, poema de Nicholas Vachel Lindsay, que en 1931 se suicidó, como la madre de Dubin, tomando desinfectante. <<
[22] Protagonista de la obra homónima (1841) de Robert Browning, poeta y dramaturgo inglés que murió en Venecia. <<
[23] En yiddish «cretino». <<
[24] «De ahí proviene que mi nombre reciba una afrenta, y de ahí, sobre todo, que mi naturaleza lleve las marcas de su oficio, como las manos del tintorero.» William Shakespeare, soneto CXI (traducción de Luis Astrana Marín). <<
[25] «En esta casa vivía mi amada. Y aunque hace tiempo que dejó la ciudad, la casa continúa en pie, en el mismo lugar.» Der Doppelgänger (en alemán, doble fantasmagórico de una persona viva), Lied de Schubert sobre un poema de Heine. <<
[26] La víspera de Santa Inés (1819), poema de John Keats en el que se refleja la pasión del poeta por Fanny Brawne. <<
[27] «Con este tiempo, con este vendaval, nunca debí dejar a los niños fuera», Canción a los niños muertos de Gustav Mahler. <<
[28] «¿No sigues siendo la mariscala de siempre?», El caballero de la rosa de Richard Strauss. <<
[29] De maudlin «lloroso, sensiblero». <<
[30] Muddy «embarrado», moody, «caprichoso». <<
[31] El nombre de William separado de ese modo significa «Voluntad (o Deseo) Yo Soy». <<
[32] Meliorismo. Doctrina anglosajona, que supone una actividad orientada a la esperanza de lo mejor y a la voluntad de realizarlo. <<
[33] Presidente de los Estados Unidos (1901-1909), famoso por su afición a los deportes. <<
[34] Los siete días de luto estricto del judaísmo. <<
[35] «Tú existes» en alemán. <<
[36] «Pues, ¡ay!, yo soy el único que se extravía en un bosquecillo». <<
[37] «Una poderosa fortaleza es nuestro Dios…» <<
[38] «¡Ea, ahí viene el novio!…» <<
[39] «Así pues, ven a mí,/¡Tú, mi novia elegida!». <<
[40] «Seguramente con arpas y címbalos». <<