HELLINGER al grupo Una mujer que muere de parto provoca un miedo tremendo en su sistema.

Hellinger pone a la bisabuela muerta a la izquierda de la madre del padre.

HELLINGER al padre de la mujer ¿Qué tal así, si se pone a la vista?

PADRE DE LA MUJER Mejor.

MADRE DEL PADRE DE LA MUJER Para mí también.

BISABUELA DE LA MUJER † Yo me encuentro bien aquí. Mientras estaba detrás de ellos, también sentía mucho cariño por ellos.

HELLINGER al grupo Las mujeres que murieron de parto son benévolas hacia los hijos y nietos que nacen después. Los miran con cariño.

A la representante de Christa ¿Cómo te encuentras ahora?

MUJER Mejor. Empiezo a notar calor en todo el lado izquierdo. De la izquierda me llega mucha fuerza y energía.

HELLINGER Ahora cambiaré las posiciones en el sistema. Normalmente, en una Constelación Familiar, en un primer lugar se encuentra el marido; después, la mujer; y después, los hijos, todos en el sentido de las agujas del reloj. Ahora bien, si por parte de la mujer hay algo tan grave como aquí, primero va ella y después el marido.

HELLINGER ¿Qué tal ahora?

MUJER Hay energía.

HELLINGER ¿Energía?

MUJER De golpe hay vida en ambos lados. Antes me encontraba como partida por la mitad. Después, empecé a sentir calor en el lado izquierdo, y ahora también se calienta el lado derecho. Puedo estar muy bien aquí.

HELLINGER al grupo ¿Os habéis dado cuenta?

A Christa «Energía» fue tu palabra clave. Ahora ponte tú misma en tu lugar.

CHRISTA Curioso, después de dar a luz a mi hija, quedó paralizado mi brazo izquierdo.

HELLINGER Ponte tú misma y prueba dónde está el lugar más adecuado para ti. También puedes mover a los demás si alguien tiene que acercarse o apartarse más.

Christa ocupa su lugar, se acerca más a su marido, y después les hace señas a su padre, a su abuela y a su bisabuela para que se acerquen más a ella.

HELLINGER ¿Qué tal el marido ahora?

MARIDO Así me encuentro bien.

HELLINGER Bien. ¿Qué tal la hija?

HIJA Sí, estoy bien aquí.

HELLINGER al grupo He sacado a la hija de la esfera de la madre, pasándola a la del padre, porque el sistema de la madre está demasiado lastrado.

A Max, el marido de Christa ¿Quieres ponerte también en la imagen y disfrutar de tu felicidad?

Max ocupa su lugar y asiente con la cabeza, lleno de satisfacción.

HELLINGER a Christa Dile a la bisabuela: «¡Por favor, bendíceme si me quedo!» ¡Mírala!

CHRISTA ¡Por favor, bendíceme si me quedo!

HELLINGER También puedes decírselo en un tono más amable. Díselo con fuerza: «Por favor...»

CHRISTA con voz segura Por favor, bendíceme si me quedo.

HELLINGER Exacto.

CHRISTA Por favor, bendíceme si me quedo.

HELLINGER Dile: «Me quedo...»

CHRISTA Me quedo...

HELLINGER «...con mi marido».

CHRISTA ...con mi marido.

HELLINGER «Y con mi hija.»

CHRISTA Y con mi hija.

HELLINGER «Y bendíceme si me quedo.»

CHRISTA Y bendíceme si me quedo.

HELLINGER Ahora díselo a la abuela.

CHRISTA Bendíceme si me quedo.

HELLINGER Y al padre.

CHRISTA Bendíceme si me quedo.

HELLINGER Sí, exacto.

Hellinger la apoya de espaldas contra la bisabuela; ésta, suavemente, le pone las manos en sus hombros.

HELLINGER ¡Coge fuerzas con la bisabuela!

Al cabo de una pausa Ahora vuelve con tu marido, mira una vez más a la bisabuela y dile: «Bendíceme si me quedo.»

CHRISTA Bendíceme si me quedo.

HELLINGER Ahora hay fuerza. Bien, ya está.

Constelación: Identificación con el otro sexo

HELLINGER a Daniel Ahora te cogeré a ti. Ya estuvimos hablando durante la pausa. Ponte a mi lado. Únicamente quiero saber algo de tu familia, nada más. ¿Tus padres están casados?

DANIEL Sí.

HELLINGER ¿Cuántos hijos tienen?

DANIEL Tienen tres hijos varones.

HELLINGER ¿Alguno de los padres estuvo casado anteriormente o tuvo una relación estable?

DANIEL No.

HELLINGER ¿Hubo sucesos especiales en las familias de origen de los padres?

DANIEL La madre de mi padre murió de cáncer.

HELLINGER ¿Qué edad tenía cuando murió?

DANIEL Sesenta o sesenta y cinco años.

HELLINGER Entonces no es tan significativo. ¿Alguien murió de parto?

DANIEL Creo que un hijo nació muerto, pero no lo sé seguro.

HELLINGER ¿Sería un hermano tuyo?

DANIEL Exacto.

HELLINGER ¿Un niño o una niña?

DANIEL No lo sé.

HELLINGER ¿Cuál es tu imagen?

DANIEL Creo que fue más bien una niña.

HELLINGER Exacto. ¿Qué lugar ocupas tú entre tus hermanos?

DANIEL Soy el último, el tercero.

HELLINGER ¿Y la niña que nació muerta? ¿Qué lugar ocupa, está antes o después que tú?

DANIEL Antes que yo.

HELLINGER ¿Inmediatamente antes?

DANIEL Creo que sí.

HELLINGER De acuerdo, ahora configuraremos este sistema. Adelante. Aún no introduzcas a la niña muerta; la pondremos después.

Abreviaciones:

P padre

M madre

1 primer hijo

2 segundo hijo

4 cuarto hijo (= Daniel)

HELLINGER ¿Qué tal el padre?

PADRE Me estaba preguntando qué habría pasado para que mi hijo mayor se marchara de esta manera. Además, mi mujer me impide el contacto con mi segundo hijo. Me gustaría tener ese contacto.

HELLINGER ¿Qué tal la madre?

MADRE Estoy un poco desorientada. A mi marido no lo veo, a mi primer y a mi segundo hijo, tampoco. Mi hijo menor es el único que tengo a la vista.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el hijo mayor?

PRIMER HIJO Tengo una sensación fuertemente negativa a mis espaldas. Veo justo a mis padres y, por lo demás, nada. Veo a mis padres, pero sólo de reojo.

HELLINGER ¿Qué tal el segundo hijo?

SEGUNDO HIJO Quisiera correr detrás de mi hermano mayor.

HELLINGER ¿Qué tal el hijo menor?

CUARTO HIJO Cuando me pusieron aquí, me pareció que estaba demasiado cerca de mi madre. Preferiría ir con mis hermanos.

HELLINGER a Daniel Ahora introduce también a la hermana que nació muerta, guiándote por tu intuición.

Abreviaciones:

+3 tercera hija; nació muerta

HELLINGER ¿Qué ha cambiado para el hijo menor?

CUARTO HIJO Me da mucho miedo. Para mí está demasiado cerca, y es algo inseguro.

HELLINGER ¿Qué tal la hermana?

TERCERA HIJA † Me siento absolutamente extraña aquí.

HELLINGER ¿Qué tal ahora para los padres?

MADRE A mí me gusta tenerla aquí.

PADRE Se ha añadido algo, pero la situación básica no ha cambiado.

HELLINGER a Daniel ¿Me permites que describa brevemente tu situación?

Daniel asiente con la cabeza.

HELLINGER al grupo Durante la pausa me contó que se sentía dividido, justo por la mitad, y que no sabía claramente cuál era su identidad sexual, si era hombre o mujer. Eso ocurre en una familia cuando un niño tiene que estar identificado con una niña, porque a ésta no se le concedió ningún lugar en la familia. Aquí tenemos exactamente esta situación. La niña tiene que ir con sus padres.

A la representante de la niña que nació muerta Siéntate en el suelo, delante de tus padres, y apóyate contra ellos.

Hellinger lleva a la madre a la izquierda del padre y les pide a ambos padres que, suavemente, pongan una mano en la cabeza de la hija. Después pone a los hermanos enfrente de los padres, por orden de edad.

HELLINGER ¿Qué tal así?

PADRE Soy un padre orgulloso.

MADRE Me encuentro bien así.

HELLINGER ¿Qué tal el hijo menor?

CUARTO HIJO Me siento otra vez relajado. Ahora es armónico.

Los padres se sonríen.

HELLINGER al grupo Ahora sale de la identificación porque la otra hija recibe el lugar que le corresponde. Ahora él puede ser él mismo sin tener que representar a otra persona, es decir, a la niña.

A la hermana ¿Qué tal se encuentra la hija allá abajo?

TERCERA HIJA † Aquí tengo mi lugar.

HELLINGER Exacto.

A Daniel ¿Quieres ponerte tú mismo en tu lugar?

Daniel ocupa su lugar y mira a su alrededor.

HELLINGER ¿Cómo se encuentran los otros hermanos?

PRIMER HIJO Fantástico.

Los hermanos se miran con un gesto afirmativo.

HELLINGER De acuerdo, ya está.

Identificación heterosexual en el amor homosexual y en la psicosis

HELLINGER al grupo Hace poco, Gunthard Weber y yo dimos un curso al que invitamos a 25 pacientes psicóticos, cada uno con su médico o terapeuta y con sus padres. Queríamos averiguar cuál era la dinámica familiar en la psicosis. Teníamos la hipótesis de que los psicóticos quizás estarían identificados con dos personas diferentes a la vez, pero la práctica desbarató rápidamente esta idea. Pronto vimos que casi todos los pacientes psicóticos estaban identificados con personas del otro sexo. Así, por ejemplo, en el caso de un matrimonio cuya hija estaba en una clínica psiquiátrica, la Constelación mostró claramente que esa hija estaba identificada con el hermano gemelo del padre, que había muerto. Por eso se volvió loca.

Si en la familia de Daniel hubiera habido otra niña más, ésta habría representado a la hermana muerta; así, no hubiera tenido que hacerlo un hermano. Pero sólo hubo hijos varones. Por eso, uno de ellos tuvo que representar a la hermana muerta.

La pregunta es cómo se maneja esto. No se sabe con certeza si aún es posible cambiar algo. Ésta es la experiencia. Ya que también en una relación homosexual se crea un vínculo que, más tarde, resulta difícil de disolver. Si puede ser disuelto, es algo muy especial. Quien, por su situación familiar, ha sido llevado a la homosexualidad, tiene un destino especial, y tiene que asumirlo como su destino.

A Daniel Una posibilidad para ti sería también que durante un año le enseñaras a tu hermana muerta las cosas bellas del mundo; con amor. Lo curioso es que el amor rompe la identificación. En la identificación soy como la persona que represento; ésta no aparece como persona real ante mis ojos. Por tanto, tampoco puedo amar a la persona con la que estoy identificado. En cuanto la quiero, la veo enfrente de mí o a mi lado. Entonces estoy tanto unido a ella como también separado de ella, y la identificación se disuelve y se anula. ¡Confía en que tu hermana hará algo bueno por ti!

Al grupo ¿Aún hay más preguntas al respecto?

UNA PARTICIPANTE Acabas de decir que en la homosexualidad el hijo siempre está identificado con una persona del otro sexo. Primero, ¿se trata de una afirmación general sobre este tema? —ya que esto abre una dimensión totalmente nueva en la discusión acerca de la homosexualidad—, y segundo, ¿qué ocurre en el caso de la transexualidad?

HELLINGER La transexualidad siempre es homosexualidad. En esto no hay diferencia. Es una forma extrema.

Sin embargo, la homosexualidad no siempre se basa en una identificación heterosexual. También aparece la homosexualidad cuando alguien sólo tiene que representar a una persona expulsada. Para el hombre, también puede ser un hombre. La homosexualidad se experimenta como una marginación. Por tanto, es posible que un homosexual sólo represente a una persona marginada sin que esto implique una identificación con el otro sexo. Sin embargo, esta forma de homosexualidad no parece tan abrumadora como cuando la persona tiene que identificarse con una persona del otro sexo. ¿He respondido a tu pregunta?

OTRA PARTICIPANTE Aún no está respondida la pregunta. Si esto fuera la única causa de la homosexualidad, ¿cómo se explicaría el hecho de que otras sociedades la traten de una manera completamente distinta, por ejemplo, los antiguos griegos, para quienes la homosexualidad era simplemente algo normal?

HELLINGER Me cuido mucho de hablar de cosas que no veo. Esto lo puedo ver, y hasta donde pueda verlo, lo digo; pero como afirmación general me parece demasiado arriesgada. Simplemente lo presento como un impulso. Así permite aliviar la suerte de alguna que otra persona homosexual, dándole la posibilidad de verse a sí mismo desde otra perspectiva. Si se puede dar un cambio es otra pregunta.

OTRA PARTICIPANTE ¿Cómo te explicas la bisexualidad?

HELLINGER Es homosexualidad.

Decidirse a favor del padre y en contra del amigo de la madre

DANIEL al día siguiente Con relación a mi Constelación, recordé que mi madre tuvo también un amigo que desapareció y se marchó a Estados Unidos.

HELLINGER ¿Tu madre tuvo también un amigo?

DANIEL Exacto. Lo supe por casualidad, una vez que vino por pocos días y después se marchó y desapareció. Éste era el hombre que ella hubiera deseado. Ésta es la sensación que hoy tengo.

HELLINGER En una situación así, un hijo tiene que representar a ese amigo para la madre, sin que él se dé cuenta y sin que la madre lo quiera. En vuestro caso, no sé cuál de vosotros será, porque sois tres. Ese hijo entra en conflicto con su padre, por lo que le resulta difícil hacerse hombre. Él no puede tomar a su padre, ni su padre puede darle lo paternal, ya que el hijo representa a un rival del padre.

La solución es que mire a su madre y le diga: «Éste es mi padre, sólo éste. Con el otro no tengo nada que ver.» Y que le diga a su padre: «Tú eres mi padre y te tomo como padre. Tú eres el verdadero para mí; con el otro no tengo nada que ver. Soy tu hijo.»

DANIEL Frecuentemente he sentido ese papel de rival.

El saber sirve al actuar

DANIEL El día de ayer también me aportó la conciencia de que la familia de mi padre es muy importante para mí. Allí desapareció el abuelo. No se habla de lo que pasó; hay algo que falta.

HELLINGER No quiero tratarlo más detenidamente ahora. Es suficiente que veas al abuelo detrás de tu padre y que lo honres junto con tu padre. El principio es éste: el saber sirve al actuar. En cuanto conozco los datos suficientes para actuar, dejo de investigar y actúo. Si pretendo saber más de lo que necesito para actuar, la fuerza para la acción se pierde. De esta manera, el saber sustituye el actuar.

Constelación: «Mejor que sea yo que tú»

HELLINGER a Ernst Siéntate aquí a mi lado. ¿Qué te trae aquí?

ERNST Hace cinco años, me hice operar un melanoma; hace tres años, tuve una metástasis; y actualmente tengo una flebitis. Aparte de las operaciones hice...

HELLINGER Eso no lo necesito saber. ¿Quieres mirar tu sistema familiar?

ERNST Sí, quiero mirarlo.

HELLINGER ¿Estás casado?

ERNST Sí.

HELLINGER ¿Tienes hijos?

ERNST Tengo una hija, y otro hijo está a punto de nacer.

HELLINGER Es un deber con tus hijos que te cures, ¿lo sabes?

ERNST Lo sé.

HELLINGER De lo contrario, ellos te seguirán. ¿Es una buena motivación para que hagamos algo bueno por ti?

ERNST Sí, lo es.

HELLINGER ¿Ocurrió algo especial en tu familia de origen?

ERNST Somos cuatro hijos. Por parte de mi madre, no hay nada especial. Es una familia inmensa...

HELLINGER ¿Sucedió algo con tus hermanos? ¿Murió o nació muerto alguien?

ERNST Mi padre también tiene cáncer de piel, y mi hermana y mi hermano mayor, también.

HELLINGER ¡Uf! Eso se va acumulando. ¿Qué sucede en la familia de tu padre?

ERNST El padre de mi padre murió cuando mi padre tenía siete u ocho años...

HELLINGER ¿De qué?

ERNST Se dice que murió a causa de un casco de granada defectuoso. Al parecer se produjo una toxemia de la que murió repentinamente.

HELLINGER ¿Cuántos hermanos tenía el padre?

ERNST Una hermanastra.

HELLINGER ¿De quién era hija la hermanastra?

ERNST Era hija del primer matrimonio de su padre y es mayor que él.

HELLINGER ¿Qué pasó con su primera mujer?

ERNST Por lo que sé, se tiró por la ventana durante el posparto o poco después; no sé por qué.

HELLINGER Esta es la persona importante. Pero primero empezaré con tu familia actual. Configúrala ahora; es decir, tú, tu mujer, y vuestra hija. ¿Qué edad tiene la niña?

ERNST Cuatro años.

Abreviaciones:

Mar marido (= Ernst)

Muj mujer

1 primera hija

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el marido?

MARIDO Me siento muy tapado, es decir, terriblemente apretado. Por una parte, es bonito, pero por otra parte, es demasiado.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la mujer?

MUJER Demasiado apretada, y estoy mirando hacia adelante.

HELLINGER ¿Qué tal la hija?

PRIMERA HIJA Tiendo a apartarme un poco de mi madre.

Hellinger aparta al marido un poco de la familia.

HELLINGER al marido ¿Cómo te va ahora?

MARIDO Ahora estoy demasiado lejos.

HELLINGER Siente atentamente cómo es. ¿Es mejor o peor?

MARIDO Un poco mejor.

En cuanto el marido se fue, madre e hija se sonrieron.

HELLINGER al grupo ¡Curioso! ¿Lo veis?

Madre e hija se ríen a carcajadas.

HELLINGER ¿Lo veis? Para ellas tiene que desaparecer. ¡Oh!

A Ernst ¿Es así?

Ernst asiente con la cabeza.

HELLINGER ¿Qué dices a todo esto?

ERNST De momento, así de golpe, no puedo decir nada.

HELLINGER Sí, es difícil.

ERNST ¡Hm!

HELLINGER ¿Qué ocurrió en la familia de tu mujer?

ERNST Su padre también murió de cáncer.

HELLINGER ¿Qué edad tenía cuando murió?

ERNST No lo sé exactamente. Sesenta o setenta años, pero ya antes se había divorciado de su mujer.

HELLINGER ¿Por qué se divorció?

ERNST Creo que la mujer lo envió fuera, por lo que más o menos sé.

HELLINGER ¿La mujer lo envió fuera?

ERNST Le buscó un puesto de trabajo en Suiza.

Risas en el grupo.

HELLINGER al grupo Aquí tenéis exactamente la misma situación. Lo que la madre de ella hizo con su marido, la hija lo hace ahora con su marido. Se repite, es exactamente lo mismo.

A Ernst Ahora pon también al padre de tu mujer.

Abreviaciones:

PMuj padre de la mujer

HELLINGER ¿Qué ha cambiado para la mujer?

MUJER Siento el impulso de retroceder y de apoyarme contra mi padre.

HELLINGER Hazlo.

HELLINGER Probablemente, la dinámica exacta será ésta:

Hellinger gira al padre de la mujer, colocando a ésta detrás de él, como si le siguiese.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el padre de la mujer?

PADRE DE LA MUJER Esta dirección es mucho mejor.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la mujer?

MUJER Mejor. Quisiera abrazar a mi padre por detrás.

HELLINGER al grupo Su dinámica es: «Te sigo.» ¿Y quién se va? Su marido. Los hombres son amables, ¡realmente hay que decirlo! Risas y aplausos en el grupo.

Hellinger gira al marido y pone a la hija a su lado.

HELLINGER ¿Qué tal ahora para el marido?

MARIDO Es más bonito. Ahora no estoy tan solo.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la hija ahora?

PRIMERA HIJA Me encuentro bien.

HELLINGER a Ernst Ésta sería la dinámica secreta en este sistema. No es ninguna dinámica buena, como puedes ver. Te he enseñado la peor de las posibilidades.

ERNST Pienso que aún hay también una barriga de por medio (su mujer está embarazada). Ésta también tiene algo que ver con todo esto.

HELLINGER Esa no cambia nada. Tampoco ha cambiado nada aquí.

ERNST Pero mi hija cambió algo.

HELLINGER ¿Qué?

ERNST Que el padre ya no está tan solo.

HELLINGER Eso sí. La hija tiene que ir con el padre. Pero la pregunta es: ¿cómo se puede salvar tu mujer?

ERNST Desligándose de su padre.

HELLINGER ¡No, no, eso no puede ser!

ERNST Bueno, pues que ya no quiera seguirle.

HELLINGER Tenemos que introducir también a su madre en la Constelación, entonces veremos. Ponla.

Al grupo Al hacer una Constelación, frecuentemente se muestra primero el extremo al que el sistema tiende. Sólo entonces se manifiesta toda la seriedad. Después, se mira si aún habría otras soluciones más. Frecuentemente no hay otras soluciones, pero para el cliente es importante que al menos se intenten.

Abreviaciones:

MMuj madre de la mujer

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la mujer ahora?

MUJER Mejor. Me gustaría ir hacia mi madre.

HELLINGER Hazlo.

La mujer mira a la madre furiosamente.

HELLINGER al grupo ¿A quién representa la hija ahora, con esta rabia? Al padre que fue enviado fuera. ¿Y quién tendría que recibir la rabia que él tiene? La madre. ¿Y quién la recibe en realidad?

PARTICIPANTE DEL GRUPO El marido.

HELLINGER El marido. Es lo que se llama una doble transferencia.

Al padre de la mujer ¿Cómo te encuentras ahora?

PADRE DE LA MUJER Noté a mi mujer a la izquierda.

HELLINGER Date la vuelta. Tu hija se pondrá a tu lado, y tu mujer se apartará.

HELLINGER ¿Qué hay ahora?

MUJER Me estoy poniendo furiosa. No quiero que se dé la vuelta y se vaya.

PADRE DE LA MUJER Yo me encuentro mucho mejor ahora.

Risas en el grupo.

HELLINGER ¿Qué haremos con los hijos? Son fieles a ambos padres. ¿Qué tal la madre de la mujer?

MADRE DE LA MUJER Tengo poco contacto con ellos.

HELLINGER Exacto. Apártate todavía un poco más.

HELLINGER al grupo No sabemos qué ha ocurrido en esa familia, ni por qué la madre tiende a salir de ella. Pero lo dejaremos y buscaremos la solución en esta familia.

A la mujer ¿Quieres que busque la solución?

MUJER Sí. Se ríe.

Hellinger configura la imagen de la solución.

HELLINGER ¿Qué tal ahora?

MUJER Mejor. Noto que puedo respirar mejor. Espontáneamente tuve la sensación de que éste era mi lugar. Antes no sabía a qué lugar pertenecía realmente.

MARIDO Noto que ahora está mucho más conmigo, es decir, a mi lado. Esta es una buena cercanía. La de antes no era real.

PRIMERA HIJA Ahora tengo unos padres.

PADRE DE LA MUJER Con buenas intenciones. Se ríe.

HELLINGER a Ernst ¿Quieres ponerte tú mismo en tu lugar?

Ernst se pone en su lugar; él y la representante de su mujer se ríen y se acarician.

HELLINGER A veces sí que hay otra solución.

A Ernst En un primer lugar he tratado el problema de primer plano, es decir, tu familia actual. Si el cáncer tiene que ver con la dinámica de tu familia, no se sabe. Para esto tendríamos que configurar también a tu familia de origen. Pero no debo hacer demasiado a la vez. ¿De acuerdo?

ERNST Está bien.

HELLINGER Bien, ya está.

Las Constelaciones actúan a través de la imagen interior

HELLINGER ¿Hay preguntas con relación a esta Constelación?

UN PARTICIPANTE En las Constelaciones anteriores, los afectados podían hacer algo ellos mismos: o bien honrar al padre, o sentir el amor. En esta Constelación, la solución depende de la mujer. ¿Qué puede hacer el afectado en este caso?

HELLINGER Estas Constelaciones actúan a través del cambio de la imagen interior. Ernst tiene ahora otra imagen de su mujer y de las implicaciones de su mujer, y eso ya actúa. Pero también tendrá que contarle lo que ocurrió aquí.

A Ernst Cuéntaselo exactamente como fue, sin interpretar nada. Simplemente cuéntalo y confía en que surtirá su efecto.

Al grupo Lo cierto no necesita ninguna explicación. Si le cuenta lo que aquí pasó, es suficiente. Todo lo demás lo hará la imagen que la mujer después lleve en su interior. Él tendrá que esperar. Pero su relación con su mujer ya ahora ha cambiado, ya que cuando él vuelva a casa, su mujer lo percibirá de manera diferente, porque él, en su interior, tiene otra imagen de ella. Yo no hago más en este caso; no debo hacer más.

Del terapeuta se exige una gran discreción. No debe trabajarlo todo, hasta el final, sino que, en el punto culminante de la fuerza, acaba y entrega el sistema a sus propias fuerzas buenas.

Lo «correcto»

UNA PARTICIPANTE Aún tendría una pregunta técnica. ¿Hay alguna diferencia si eres tú quien elige a alguien para que ocupe un papel, o si el paciente mismo busca a las personas? Y también tengo una pregunta de contenido. Frecuentemente dices «correcto», o «eso es cierto», o «así corresponde». Mi pregunta es la siguiente: ¿tienes unos principios para estas afirmaciones, o lo dices porque en ese momento el ambiente transmite esa sensación?

HELLINGER En una Constelación, no tiene ninguna importancia quién represente a quién, es decir, si el paciente mismo elige a los representantes, o si yo lo hago para abreviar el trabajo. Cualquier persona puede representar a cualquier persona; es decir, cualquier hombre puede representar a cualquier hombre, y cualquier mujer puede representar a cualquier mujer, suponiendo que se abran al proceso.

«Correcto» o «cierto» para mí significa que en un momento concreto cada uno se siente bien en su posición. Nada más. Y «orden» significa para mí: cada uno tiene el lugar que le corresponde. Esto, sin embargo, depende de muchos factores, por lo que en muchas Constelaciones es diferente. Me abstengo de establecer leyes generales, aunque sí veo ciertos órdenes por los que en un principio me guío; pero los abandono cuando veo que se muestra algo diferente.

Constelaciones Familiares con símbolos

UN PARTICIPANTE Cuando trabajas sin grupo, es decir, con símbolos, ¿cómo logras integrar la dinámica de los sentimientos que los diferentes cónyuges y parejas y participantes expresan?

HELLINGER De esta manera únicamente trabajo en grupo. Ya veis que esto, en el fondo, sólo puede hacerse en un grupo, y la intensidad que gana entonces. Es difícil que una terapia individual llegue a esta intensidad. Sin embargo, hay situaciones en las que el terapeuta no dispone de ningún grupo. En un caso así, también puede servirse de símbolos.

Lo que ha mostrado ser útil es el trabajo con zapatos. Éstos se colocan en lugar de las personas, y el cliente y el terapeuta ven a las personas encima de ellos. Ambos pueden también moverse y ponerse al lado de los zapatos, para sentir cómo se encuentran las diferentes personas. Éste sería, pues, un medio auxiliar.

También pueden utilizarse pequeñas alfombras rectangulares, en las que el cliente se pone. Como en todo, la regla es: el alma se adapta a las circunstancias, por lo que, también de una situación así, puede sacar el máximo provecho.

UN PARTICIPANTE ¿Eres tú quien aporta los «comentarios de los zapatos», o debería hacerlo el cliente?

HELLINGER Hay que hacerlo con máximo cuidado. En cuanto entran en juego fantasías e interpretaciones, el camino ya es el errado. Pero un amigo mío me contó que cuando él trabajaba de esta manera, sólo tenía que ponerse al lado para sentir con toda exactitud lo que las personas representadas sienten. Puede fiarse de su percepción. También es posible ejercitarla. Sin embargo, es mejor que el cliente se ponga en las diferentes posiciones para sentir cómo les va a aquellas personas. Él se encuentra más próximo a ellos.

Constelación: Un hermano murió inmediatamente después de nacer, el otro se suicidó

HELLINGER a Frieda ¿Qué te ocurre a ti?

FRIEDA Hace medio año, se suicidó mi hermano, y yo me siento afectada existencialmente. Mis padres esperan que yo...

HELLINGER ¿También has intentado suicidarte alguna vez?

FRIEDA No, pero lo estuve pensando.

HELLINGER Entonces trabajaré contigo ahora. ¿Quién pertenece a tu familia?

FRIEDA Ahora sólo quedamos mis padres y yo.

HELLINGER ¿Cómo se suicidó tu hermano?

FRIEDA Se tiró de un puente de la autopista.

HELLINGER ¿Qué edad tenía?

FRIEDA Veintisiete años.

HELLINGER Configuraremos a estos cuatro: tu padre, tu madre, tu hermano muerto y tú.

FRIEDA Mi madre tuvo otro hijo, que murió seis días después de nacer. Era mi hermano mayor.

HELLINGER Aquí vemos otra vez la dinámica de «te sigo». Por supuesto necesitamos también a este hermano; porque de él se olvidaron por completo. Pero lo introduciremos más tarde.

Abreviaciones:

P padre

M madre

+2 segundo hijo; se suicidó a los 27 años

3 tercera hija (= Frieda)

HELLINGER al grupo Toda la familia está enfocada hacia un solo punto, ¿lo veis? Probablemente estarán mirando todos al hijo que murió después de nacer.

A Frieda ¿Se le ha reprochado a alguien la muerte de ese hijo?

FRIEDA Sí. Ese hijo nació prematuramente, a los siete meses, y mi madre le reprocha a su padre que le hiciera la vida tan imposible que, por razones psíquicas, acabó teniendo al niño prematuramente. El niño no mamaba, y prácticamente se murió de hambre.

HELLINGER Ahora introduce también a este hijo.

Abreviaciones:

+1 primer hijo; murió seis días después de nacer

HELLINGER ¿Qué tal el padre?

PADRE Antes me sentía totalmente solo, o sea, únicamente orientado hacia adelante. Ahora me siento atraído por el hijo muerto y empiezo a sentir rabia contra mi mujer.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la madre?

MADRE Antes me encontraba fatal. Estaba realmente mareada, era muy desagradable. Ahora, al menos tengo algo donde mirar. Pero no es que me encuentre bien.

SEGUNDO HIJO † Me resulta muy desagradable que mi madre esté a mis espaldas. Antes, cuando me puso la mano en el hombro, aún era peor.

TERCERA HIJA Quería que hubiese más distancia entre mi padre y yo, y me sentía muy atraída por este hermano a mi lado. Desde que está el otro hijo, todo ha cambiado. Ahora me parece que hay más distancia entre mi padre y yo.

HELLINGER ¿Quién siente que merece la muerte? La madre. ¿Y quién murió por ella? El hijo.

Al hijo que murió después de nacer ¿Cómo te encuentras tú?

PRIMER Hijo † Antes, espontáneamente me sentía mal. En un primer momento, la carga venía de la familia, pero después, poco a poco se mostró que provenía de mi madre.

Hellinger lleva a la madre fuera de la familia.

HELLINGER a la madre ¿Cómo te encuentras aquí?

MADRE Mejor. El peso en el lado derecho ha desaparecido.

HELLINGER La solución sería ésta:

HELLINGER ¿Cómo se siente ahora el padre?

PADRE Me siento aliviado.

PRIMER HIJO † Siento que tiendo hacia mi madre.

SEGUNDO HIJO † Yo me siento seguro y protegido.

TERCERA HIJA Ahora está bien.

Hellinger pone al hijo que murió después de nacer delante de la madre, de espaldas a ella.

HELLINGER Ésta es la dinámica. La madre dice: «Te sigo.»

A la madre ¿Cómo te encuentras aquí?

MADRE Me siento llena de cariño. Me encuentro mucho mejor.

PRIMER HIJO † Ahora tengo una posición relativamente buena. No del todo bien, pero...

Hellinger pone a la madre a la derecha del hijo que murió después de nacer.

HELLINGER ¿Qué tal así?

PRIMER HIJO † Aun podría ser mejor.

HELLINGER El lugar correcto para él sería al lado del padre y con los hermanos. ¿Qué tal para los hermanos si él no está?

SEGUNDO HIJO † Me siento vacío en mi lado derecho.

TERCERA HIJA Me siento totalmente confundida.

HELLINGER Si éste no está con sus hermanos, ellos le siguen. Ahora mostraré otra solución.

Hellinger pone a la madre a la izquierda del marido, y al hijo que murió después de nacer, sentado en el suelo delante de los padres, apoyado contra ellos.

HELLINGER a los padres Poned cada uno una mano en la cabeza de vuestro hijo, suavemente.

La mujer rompe a llorar.

HELLINGER a la mujer Mira a tu hijo. Apóyate en tu marido y después dile a tu hijo: «Mi querido hijo.»

MADRE Mi querido hijo.

HELLINGER ¡Repítelo!

MADRE Mi querido hijo.

HELLINGER ¡Respira hondo! ... ¡Abre la boca! ... ¿Qué tal ahora?

MADRE Me encuentro mejor. Ahora también puedo ver a los demás.

HELLINGER al hijo que murió después de nacer ¿Cómo te encuentras tú?

SEGUNDO HIJO † Es la primera vez que veo a mi madre.

HELLINGER al grupo Cuando pasa algo así, que se muere un hijo, para los padres es más fácil buscar algún culpable, o sentirse culpables ellos mismos; así no necesitan encarar el dolor ni tampoco aquello que el destino dispone. Ésta fue una suerte dura para ambos padres. Ante un destino así, la solución sería que los padres se unieran y que se apoyaran mutuamente, diciendo: «Lo llevamos juntos», y que tuvieran al hijo presente y que lo llevaran en su corazón. Aquí habían perdido de vista al hijo, y lo habían desterrado de sus corazones.

A Frieda Ahora ponte tú misma en tu lugar.

Cuando ella se encuentra en su lugar ¿Está bien así?

FRIEDA Sí.

HELLINGER De acuerdo, ya está.

Suicidio por amor

HELLINGER al grupo Según he podido observar, un suicidio casi siempre sigue la dinámica expresada en las frases «te sigo» y «mejor que sea yo que tú». Sabiendo esto, podemos manejarlo de manera diferente; con mucho más amor y con mucho menos miedo. Así, se busca a la persona a la que un suicida pretende seguir y, con amor, se le hace entrar en juego nuevamente. En cuanto esta persona aparece y recibe el lugar que en el sistema le corresponde, el peligro de suicidio desaparece. Lo mismo se aplica también a los casos de peligro de suicidio ilustrados por la frase: «Mejor que sea yo que tú», es decir, cuando alguien pretende seguir a una persona muerta en lugar de otro miembro de su familia.

Aún existen otras implicaciones por las que alguien entra en peligro de suicidio: por ejemplo, la necesidad de expiar una culpa; aunque también en este caso, la frase «te sigo» desempeña un papel importante. En la mayoría de los casos, sin embargo, una persona se encuentra en peligro de suicidio por amor, al igual que se pudo ver aquí.

UN PARTICIPANTE Hasta ahora, siempre has buscado la solución a través del cliente; en este caso, sin embargo, lo hiciste a través de la madre. Ahora bien, aquí la cliente es Frieda. ¿Qué puede hacer ella?

HELLINGER La cliente en este caso fue la madre; la cliente en el auténtico sentido de la palabra. Aquí lo hice por la madre y por toda la familia.

Buscar culpables para evitar el dolor

FRIEDA Aún tendría una pregunta: hasta cierto punto me siento culpable. Tengo la sensación de que hubiera podido evitar el suicidio de mi hermano, y...

HELLINGER No, no. Ésta es la misma dinámica que acabo de describir: cuando se busca la culpa en uno mismo o en otro, ya no se necesita enfrentar ni el dolor ni la dureza del destino. Ésa es la solución más fácil. Es más fácil que aceptar el destino. Puedes decirle a tu hermano muerto que respetas su decisión —si lo miramos aquí, no fue ninguna decisión libre en este sentido—, que respetas su destino y sus implicaciones, y que no tiene que preocuparse de que permanezca algo malo. ¿De acuerdo?

Frieda asiente con la cabeza.

HELLINGER Eso aún faltaba.

Respuesta negada

UNA PARTICIPANTE Aún no tengo claro por qué el suicidio ocurrió tan tarde. Si el hijo quiere seguir a otra persona, ¿por qué no lo hizo ya mucho antes?

HELLINGER ¿Qué aporta esta pregunta? ¿A quién le ayuda? Es una pregunta que pretende saber más de lo que necesitamos para la solución. Aquí, esa pregunta sólo resta fuerzas. Por eso, me niego a responder. ¿Puedes comprenderlo si lo digo así?

La participante asiente con la cabeza.

UN PARTICIPANTE El principio por el cual uno tiende a sentirse culpable, ¿es algo específicamente católico, cristiano o depende del ámbito cultural? ¿También lo tienen los aborígenes de Australia, como nosotros aquí?

HELLINGER Eso no me interesa.

Risas en el grupo.

HELLINGER ¿Qué aporta si respondo a esta pregunta? Veo lo que aquí actúa, y eso me basta. Lo demás no tiene ninguna importancia para mí. La dinámica aquí sigue siendo la misma, independientemente de si respondo a esta pregunta de una manera o de otra.

El procedimiento en el trabajo con Constelaciones Familiares

OTRA PARTICIPANTE Cuando un paciente empieza a ser sintomático en un sentido psicoterapéutico y, finalmente, se sabe que su madre se suicidó, ¿por principio configurarías también la historia de la madre en la Constelación, o la dejarías aparte?

HELLINGER Seguramente habrá que incluir a la madre. Ahora bien, en un principio empiezo con pocas personas, como pudiste ver aquí. Después, cuando veo que aún falta alguien, lo añado posteriormente. Por la dinámica del grupo restringido se ve si éste necesita ser ampliado. Como la madre se suicidó, seguramente tenderá hacia fuera. En un caso así, miraría a ver con quién quiere ir. Preguntaría por lo que ocurrió en su familia, y si encuentro a las personas clave, las introduzco en la Constelación. Pero nunca deben configurarse más personas de las estrictamente necesarias para la solución; no todo el sistema, por ejemplo; eso inmediatamente crea confusión.

¿Cuándo entra en juego el cliente?

OTRA PARTICIPANTE Una pregunta técnica: ¿el cliente sólo entra en juego en cuanto todos los participantes hayan encontrado sus posiciones correctas?

HELLINGER Por regla general, sí. Cuando otros antes le reflejan lo que realmente está ocurriendo, le afecta de manera muy diferente que si él mismo participa directamente. Ya que, quizás, se resista interiormente en algunos puntos. Los que actúan como representantes se oponen mucho menos. Por tanto, la impresión es mucho más fuerte si primero le llega de otros. Sin embargo, existen casos en los que no le pido al cliente que ocupe su lugar, ni siquiera al final. Por ejemplo, si noto que se siente intimidado; en una situación así, lo protejo y sólo dejo que observe el trabajo.

¿A qué distancia pueden estar los muertos de los vivos?

UNA PARTICIPANTE Antes hiciste que el hermano muerto se pusiera al lado de la hermana viva. Mi intuición fue que tendría que haber un poco de distancia para reconocer y respetar esa decisión del hermano. ¿Por qué lo hiciste?

HELLINGER Él tenía que estar directamente al lado de la hermana.

A Frieda ¿Es así?

Frieda asiente con la cabeza.

HELLINGER Ésta ha sido la respuesta: su gesto. De lo contrario, nos orientamos por medio de discursos teóricos, alejándonos de la dinámica. Por la dinámica estaba clarísimo que era así. Si no hubiera querido ponerse al lado, él mismo se habría apartado; no se habría quedado allí. Por tanto, me fío totalmente de la dinámica del momento.

Constelación: hija heroinómana — lo masculino falta

HELLINGER a Georg ¿De qué se trata?

GEORG Tengo una hija heroinómana.

HELLINGER Entonces configuraremos tu familia actual. ¿Quién forma parte de ella?

GEORG Mi mujer, yo, una hija que tenemos, y otros dos hijos de un primer matrimonio de mi mujer.

HELLINGER ¿Por qué se separó el primer matrimonio?

GEORG Eran muy diferentes y se fueron distanciando. En el fondo, mi mujer hubiera querido casarse con otro hombre, pero por algún motivo acabó casándose con aquél.

HELLINGER ¿Por qué quería tener al otro?

GEORG Por lo que me dijo se sentía más unida al otro.

HELLINGER A éste también lo necesitamos. ¿Tú tuviste algún compromiso antes?

GEORG No.

HELLINGER ¿Con quién se criaron los hijos del primer matrimonio de tu mujer?

GEORG Con mi mujer. Pero su hijo se ha distanciado mucho; también la hija se ha distanciado algo de ella, pero aún queda algún contacto.

Abreviaciones:

Muj mujer

1Mar primer marido de la mujer; padre de 1 y 2

1 primera hija

2 segundo hijo

Mar marido (= Georg), padre de 3

3 tercera hija; heroinómana

AMuj amigo de la mujer

HELLINGER al representante de Georg ¿Qué tal el marido?

MARIDO Tengo varios sentimientos: por una parte, auténtica rabia porque aquí estamos encerrando a nuestra hija en un triángulo; en segundo lugar, la impotencia de no poder hacer nada. Por otro lado, quisiera saltarle a la cara a ese amigo, pegar un golpe en la mesa y aclarar qué porquería se está cociendo aquí.

HELLINGER ¿Qué tal la mujer?

MUJER Me llega mucho calor de aquí, de la izquierda, de mi amigo. Se ríe. Es sorprendente. Lo que me irrita es no ver a mis otros hijos, sino sólo a esta hija. Mi marido está muy lejos.

HELLINGER La solución es obvia. Sólo hay una solución.

Hellinger gira a la mujer y al amigo, colocando a la mujer detrás de éste.

HELLINGER Ésta es la solución. ¿Cómo se encuentra el marido ahora?

MARIDO En el momento que éstos dos se giraron, la tensión cesó. Ahora estoy solo y triste.

HELLINGER ¿Qué tal la hija ahora?

TERCERA HIJA Antes, fatal. Me sentía sola; tenía la sensación de que podía pegar golpes a diestra y siniestra sin nunca hacer daño a nadie. Ahora las cosas están un poco más claras. Sigo mirando al vacío, pero me estoy serenando un poco.

Hellinger la lleva a la izquierda del padre; asimismo, gira al primer marido de la mujer y pone a sus hijos a su lado.

HELLINGER ¿Qué tal aquí, al lado de tu padre?

TERCERA HIJA Mejor, más claro. Tengo la sensación de que aquí podría encontrar la paz.

HELLINGER ¿Qué tal el hijo?

SEGUNDO HIJO Muy bien. Antes estaba demasiado apartado; eso no era correcto.

PRIMERA HIJA Yo también me encuentro mejor ahora.

PRIMER MARIDO Yo también; es mucho mejor.

HELLINGER ¿Qué tal la madre?

MUJER Yo no me encuentro bien. Me siento como castigada aquí. Se ríe.

HELLINGER Con razón.

Risas en el grupo.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra su amigo?

AMIGO DE LA MUJER Me encontraba muy bien en la primera Constelación. Después, cuando me giraste, pensé: «Ahora estoy totalmente fuera», y ni siquiera me di cuenta de que también la giraste a ella. Cuando lo vi, de repente volví a sentir mucho cariño y pensé que en el fondo podría estar a mi lado.

HELLINGER Podemos hacerlo.

HELLINGER cuando la mujer y su amigo no parecen realmente felices El sueño del amor es más grande que la realidad.

Risas y aplausos en el grupo.

HELLINGER a Georg ¿Quieres ponerte tú mismo en tu lugar?

Georg se pone primero a la derecha de la hija, después quiere ponerse a su izquierda.

HELLINGER No, no, quédate en tu lugar.

GEORG Para mí, la mujer está demasiado lejos. Tengo que verla. Tiene que estar más cerca de mí.

La hija dice: «¡No!», sacudiendo la cabeza.

HELLINGER al grupo La hija no tiene de quién fiarse.

Hellinger la pone al lado de sus hermanastros.

HELLINGER ¿Qué tal así?

TERCERA HIJA Quisiera empezar con lo que sentía cuando aún estaba allá. Antes de que Georg mismo ocupara su lugar, tenía la sensación de estar más segura, y tenía la esperanza de que él podría darme aún más seguridad. Pero cuando dijo: «Mi mujer tiene que acercarse más», pensé: «No, eso no lo quiero». Aquí, al lado de mis hermanos, tengo la sensación de que puedo orientarme y que hay un mismo nivel, aunque no sé de dónde puedo recibir ayuda ahora y si ésta vendrá del padre. Pero aquí me encuentro en un nivel adecuado, con igualdad de derechos.

HELLINGER Quisiera decir algo acerca de la adicción.

La adicción se crea cuando la madre desprecia al marido, y le transmite al hijo la idea de que no viene nada bueno del padre, sino sólo de ella. Entonces, el hijo toma tanto que le hace daño. La adicción es la venganza del hijo. Se venga de la madre por no poder tomar nada del padre. Por tanto, la adicción se cura cuando también el padre le da al hijo, y cuando el hijo toma del padre; siempre con la mirada puesta en la madre.

Aquí, este paso no es posible, ¿os habéis dado cuenta? El marido, como padre, no está dispuesto a darle a la hija aquello que necesita. La hija no puede recibir ni tomar aquello que necesita, ni de la madre, ni del padre. Sólo le quedan los hermanos.

Al primer marido ¿Qué tal para ti si ella está al lado de tus hijos?

PRIMER MARIDO Es igualmente bueno de una manera o de otra.

HELLINGER al grupo Él es el más fiable de todos, con mucho el más fiable. Aquí está segura la hija, aquí tendría que ir.

A Georg ¿Lo he dejado claro?

GEORG Sí. Pero es difícil traducirlo a la realidad.

HELLINGER al grupo Mi sospecha es que Georg mismo no tiene ningún padre. Tampoco él puede apoyarse en su padre.

A Georg ¿Cómo fue en tu familia?

GEORG No me crié con mi padre; mi mujer tampoco.

HELLINGER Ya lo tenemos. En esta familia no hay ninguna fuerza masculina que pueda salvar a la hija. Ahora introduciremos a su padre para ver qué cambia.

Hellinger pone al padre de Georg detrás de éste, un poco a su derecha.

HELLINGER ¿Qué tal para la hija ahora?

TERCERA HIJA Se me hace más simpático. Se ríe abiertamente.

HELLINGER a la hija Ahora intenta ponerte otra vez al lado de tu padre.

Abreviaciones:

PMar padre del marido

HELLINGER ¿Qué tal así?

TERCERA HIJA Es mejor que antes.

GEORG Para mí también está bien.

HELLINGER ¿Podrás ahora cuidar a tu hija y renunciar a tu mujer?

GEORG vacila Sí, sí.

HELLINGER De acuerdo, ya está.

Al grupo ¿Hay preguntas en relación a esta Constelación?

UNA PARTICIPANTE ¿Por qué pusiste a la hija a la izquierda del padre?

HELLINGER Lejos de la madre.

UN PARTICIPANTE Para mí aún no había una auténtica sintonía. Yo no hubiera dejado que Georg se marchara simplemente así. Creo que quizás aún necesite algún consejo.

HELLINGER Me fío de su alma.

Los hijos deben seguir al padre, al igual que la madre al marido

OTRA PARTICIPANTE Dijiste que si el padre fuera respetado y valorado, no se desarrollaría ninguna adicción, o ésta desaparecería. Me sentí muy aludida. Mi padre no estuvo. Cayó en la guerra cuando yo tenía cuatro años. Lo respeto mucho y, por lo que parece, ya de niña debí de buscarlo mucho. Él y su familia, de origen muy humilde, nunca fueron respetados ni valorados por mi madre. ¿Qué hay que hacer en este caso?

HELLINGER Primeramente, uno se pone interiormente al lado del padre, mirando con desafío a la madre y diciendo: «Él me es tan importante como tú, y lo tomo todo de él, igual que de ti.» Después se dice el apellido —supongamos que el padre se llame Schmitt— y se le dice a la madre: «Yo soy una Schmitt.» Es algo que también hay que recuperar en la realidad, si la madre aún vive. Es muy difícil. Exige ir hasta el límite de la propia valentía.

El orden del amor en la relación entre marido y mujer, y en la familia, por regla general exige que la mujer siga al marido. Es decir, que lo siga en lo que respecta a su familia, a su idioma —si es que habla otro idioma—, a su cultura, quizás incluso a su religión; y también quiere decir que ella les permite a los hijos que sigan al padre en este mismo sentido. No puedo alegar razones para esto. No tiene nada que ver con el patriarcado ni nada similar. Pero se ve el efecto de optar por una actitud o por otra, por la paz que de repente reina, y por la fuerza positiva que de repente surge en una familia así.

La única excepción que yo conozco se da cuando la familia del padre está especialmente afectada por destinos trágicos y difíciles. En un caso así, los hijos deben salir de la esfera del padre y de su familia, para pasar a la esfera de la madre y de su familia.

Una vez, en un grupo, participó una paciente con trastornos psicóticos, acompañada de su madre. Cuando configuramos la familia, la madre dijo:

—Mis hijos son medio árabes, porque me casé con un árabe, un sirio.

El padre, sin embargo, vivía con la familia en Alemania. Le dije:

—Tus hijos son sirios, ¿eres consciente de este hecho?

La madre no había encarado abiertamente el problema; así, por ejemplo, ni siquiera sabía cuál era la religión que su hija consideraba suya. Se lo pregunté a la hija, y ésta contestó:

—Soy musulmana.

Era algo que en esa familia se había mantenido en secreto ante la madre.

Después configuramos una Constelación con los dos países, de la misma manera que se configura una Constelación Familiar. El hombre que representaba a Siria dijo:

—Me siento tan generoso.

Y la madre dijo:

—Así es, exactamente.

Alemania recibió un lugar respetado en la Constelación, pero la cultura, el idioma y la religión del marido tenían una clara prioridad. Una vez se aclaró este punto y la hija pudo admitirlo, se sentía completamente feliz y bien, y en el lugar que le correspondía.

Pero la frase que antes dije aún debe ser completada por otra para lograr el equilibrio. La frase es ésta: «El marido debe estar al servicio de lo femenino.»

Ambos aspectos forman parte del orden del amor: que la mujer siga al marido, y que el marido esté al servicio de lo femenino.

UN PARTICIPANTE Aún tendría otra pregunta más. Aunque el sirio viva en Alemania, a pesar de todo sigue siendo sirio, el padre sirio. Por tanto, ¿no tendría que volver a Siria, y la mujer con él?

HELLINGER No estoy seguro.

OTRO PARTICIPANTE También tengo una pregunta. En la Biblia se dice: el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer. En Westfalia, donde me crié, existe otra frase: «Cuando en una familia se casa el hijo, los padres pierden al hijo; cuando se casa una hija, los padres ganan un yerno.» ¿Eso significaría justamente lo contrario?

HELLINGER Sólo digo: ¡pobre diablo!

Risas en el grupo.

UNA PARTICIPANTE ¿Qué hay que hacer cuando uno creció en una familia en la que el padre vino a Alemania y vivió aquí como si hubiera sido su propio país? Mi padre era checo y siempre vivió aquí. Realmente abandonó a su familia y no volvió a ver a su madre antes de que se muriera.

HELLINGER ¿Sabes checo?

PARTICIPANTE No.

HELLINGER ¡Tienes que aprenderlo! Los hijos que tienen padres de dos países diferentes tienen dos patrias. Eso es muy importante. En este caso, la patria del padre tiene prioridad, y la de la madre recibe el más alto respeto.

PARTICIPANTE Noto que hay algo en mí que no me deja tranquila. Es como si estuviera partida en dos.

HELLINGER al grupo Haremos una prueba ahora, y con su ejemplo demostraremos lo que antes conté de aquel otro caso.

A la participante Pon a alguien para Chequia, a alguien para Alemania, y a alguien para ti. Configúralo tal como es para ti actualmente.

Abreviaciones:

Ch Chequia

A Alemania

Muj mujer (= cliente)

HELLINGER ¿Cómo se encuentra Chequia?

CHEQUIA Mal, estoy fuera.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra Alemania?

ALEMANIA Sólo veo a una persona: a la mujer.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la mujer?

MUJER No muy bien. Echo en falta a Chequia, y con Alemania no me acaba de gustar lo que veo.

HELLINGER gira a Chequia y después pregunta a la mujer Si pruebas dónde te encuentras mejor, ¿adónde quisieras ir?

MUJER Quiero ir con Chequia.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra Chequia ahora?

CHEQUIA Mejor. Pero siento la tendencia de acercarme a Alemania.

HELLINGER ¿Qué tal Alemania?

ALEMANIA He perdido algo.

HELLINGER a la mujer afectada ¿Quieres ponerte tú misma? Aún puedes probar a qué distancia quieres ponerte del uno o del otro.

La mujer se pone al lado mismo de Chequia y se ríe.

HELLINGER al grupo De acuerdo. ¿Acabo de demostrar que un hijo, para que le vaya bien, tiene que seguir al padre a su país y a su familia?

Risas en el grupo.

HELLINGER De acuerdo, ya está.

OTRA PARTICIPANTE Aún tengo otra pregunta más. Según tu concepto, mi hijo sería español. Tiene seis años, y no tengo ningún contacto con su padre. ¿Cómo es eso para el niño?

HELLINGER ¿El niño tiene también abuelos españoles?

PARTICIPANTE Un abuelo, sí.

HELLINGER Es lo que se suele olvidar, que detrás del padre también hay una familia.

PARTICIPANTE También tiene unos tíos.

Risas en el grupo.

Constelación: Ninguna simpatía hacia los hombres

HELLINGER al grupo Tengo a mi lado a una mujer con la que quisiera trabajar ahora. Ella dirá brevemente de qué se trata.

HEIDI Tengo cáncer de mama. Me operaron hace dos semanas, y desde entonces lo sé definitivamente. Hace nueve años, mi madre murió también de cáncer de mama. Se ríe.

HELLINGER ¿Estás casada?

HEIDI Estoy casada y tengo dos hijos. El mayor es de otro hombre; supongo que éste también entrará en juego aquí. Se ríe. Aunque no estuve casada con ese hombre. Mi marido actual adoptó a este hijo.

HELLINGER Horrible.

HEIDI Además, tenemos también una hija común. Mi marido también tiene otro hijo, pero yo no tengo nada que ver con él; es de otra relación anterior.

HELLINGER ¿Por qué no te casaste con tu primer compañero?

HEIDI No quise. Pensé: «Ahora tengo un hijo, y eso basta.» Y también: «Éste no es el marido que yo quiero.»

HELLINGER ¿No? Y tú marido actual, ¿estuvo casado anteriormente o también tuvo sólo una relación?

HEIDI Fue una relación. Él quería casarse con aquella mujer, pero ella, la madre de su hijo, no quiso.

HELLINGER Empezaré por el sistema actual. Es decir, necesitamos a tu marido anterior —digámoslo así—, te necesitamos a ti, y al hijo de aquella relación; después, también tu marido actual, la mujer anterior de éste, su primer hijo, y vuestra hija común. ¿Se casó su mujer anterior?

HEIDI No, crió al hijo sola.

HELLINGER ¿Se casó tu marido anterior?

HEIDI No lo sé. Ya no estamos en contacto. Como no fue ningún matrimonio...

HELLINGER En cuanto hay un hijo, éste vincula a los padres como si fuera un matrimonio. Entonces ya no se puede tratar de la manera en que tú lo haces. Fue tu primer marido. Ahora nos lo miraremos de cerca. Configúralo.

Abreviaciones:

Muj mujer (= Heidi); madre de 2 y 3

1Mar primer marido de la mujer; padre de 2

2 segundo hijo; fue adoptado por el marido actual

Mar marido; padre de 1 y 3

3 tercera hija

1Muj primera mujer del marido; madre de 1

1 primer hijo; se crió con su madre

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el marido?

MARIDO Me encuentro como en un miniclub aquí. Con mi primera mujer y con mi primer hijo no tengo nada que ver.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la mujer?

MUJER Mis hijos me cortan el paso, me separan de mi primer marido. Están en medio.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el hijo de ella?

SEGUNDO HIJO Quisiera ir con mi padre.

HELLINGER ¿Y cómo te encuentras aquí? ¿Qué sientes?

SEGUNDO HIJO Es demasiado estrecho.

TERCERA HIJA Estoy muy cerca de mi madre. Para mí está demasiado cerca, y mi padre está demasiado lejos.

HELLINGER En una familia así, el hijo del primer marido representará a su padre en la nueva familia, y frente a su madre y a su padre adoptivo tendrá los sentimientos de su padre. Y la hija representará a la primera mujer de su padre, y tendrá los sentimientos de ésta frente a su padre y a su madre. Ésta es una ley inquebrantable. Siempre que haya un marido o una mujer anteriores que no son respetados, en el siguiente matrimonio serán representados por algún hijo o alguna hija que vuelven a llamar la atención sobre ellos. ¿Cómo se encuentra la primera mujer?

PRIMERA MUJER Quisiera ver a mi compañero anterior y me irrita que el otro marido me dé la espalda.

PRIMER HIJO Me siento aislado. No sé a qué lugar pertenezco.

PRIMER MARIDO Me siento apartado, engañado, aislado y también furioso.

HELLINGER Éstos son los sentimientos que su hijo tendrá en esta familia. Ahora configuraremos un cierto orden.

Hellinger pone a la mujer a la izquierda del marido; y a la primera mujer de éste, a la derecha de él.

HELLINGER al primer hijo ¿Cómo te encuentras? Acabas de reírte.

PRIMER HIJO Esperaba que pudiera ir con ella y con mi padre, que se me colocara allí. Allí quiero ir. Si puedo ir allí, no me sentiré tan solo.

HELLINGER ¿Qué tal ahora la segunda mujer?

MUJER Siento que estoy perdiendo terreno. No me siento bien.

HELLINGER ¿Qué tal el marido?

MARIDO Ella está demasiado cerca.

HELLINGER ¿Quién?

MARIDO Ella.

Indica a su mujer actual y se acerca más a la primera.

HELLINGER Con ella existe el primer vínculo.

Hellinger configura la imagen de la solución.

HELLINGER ¿Qué tal ahora?

El segundo marido de la mujer asiente con la cabeza.

MUJER Bien.

PRIMER HIJO De acuerdo.

SEGUNDO HIJO Sí, está bien.

TERCERA HIJA Bien.

PRIMER MARIDO Estoy contento, pero siento la necesidad de que ella repare lo que pasó. Tendría que ponerse a mi izquierda.

La mujer se ríe.

HELLINGER No quiero indagar más aquí.

A Heidi ¿Quieres ponerte tú misma en tu lugar?

HEIDI al cabo de una pausa Este no es mi lugar. ¿Dónde están mi hija y mi marido?

HELLINGER Prueba a ver si encuentras algo mejor. Adelante. Pero tienes que ponerte en las respectivas posiciones y ver cómo es para ti y cómo es para los demás. No puedes hacerlo únicamente como a ti te parezca.

HELLINGER ¿Qué dice su segundo marido?

MARIDO Es un poco raro. Debe saber a qué lugar pertenece. Aquí no.

HELLINGER a Heidi Los has perdido a todos.

Al grupo ¿Os dais cuenta de cómo los trata? Sin ningún respeto. Ni siquiera piensa en lo que deben sentir el primer y el segundo marido. No se percibe ninguna simpatía hacia los hombres. Piensa que puede actuar según le parezca. Y ahora no tiene ni al uno ni al otro, éste es el resultado.

A Heidi A veces, el cáncer es una reparación. Según mis observaciones —que ciertamente son muy limitadas—, el cáncer de mama es a veces la expiación de una injusticia cometida contra un hombre.

Al grupo Con su primer marido se cometió una gran injusticia, y también con el hijo, porque se le quitó el padre. El hijo incluso fue adoptado; de esta manera, se le quitó doblemente el padre. No sólo tuvo que vivir con la otra familia, sino que, además, tuvo que renunciar al nombre de su padre.

Heidi protesta.

HELLINGER Lo que aquí es legal no tiene ninguna importancia para mí. El hijo tiene que llamarse como el padre para que pueda sentirse bien.

Al grupo Aquí se ve el matriarcado. ¿Lo notáis? Cuando se trata de los hijos, las mujeres son las únicas que mandan.

A Heidi De momento lo dejaré aquí y que actúe en tu interior.

La prioridad de lo inmediato

HELLINGER al grupo Naturalmente, aquí aún está obrando otra dinámica, que tiene que ver con su familia de origen y que no se mencionó antes. Pero mientras no se trabaje sobre la situación actual, no aporta nada abordar el sistema anterior. Se empieza en el primer plano, con el presente. Sólo después se indaga en el pasado. Buscar la solución en el pasado sin haber arreglado lo que sigue pendiente en el presente no llevaría a ninguna parte.

Además, hay que tener en cuenta otro principio más: existe una jerarquía entre los problemas. Es decir, lo inmediato tiene prioridad sobre lo anterior, la familia actual sobre la familia de origen. Por tanto, cuando en la familia actual aún queda pendiente algún asunto significativo, aquello que en la familia de origen sigue sin solucionar pierde importancia y fuerza.

Cónyuges anteriores son representados por hijos posteriores

UN PARTICIPANTE ¿Podrías explicar otra vez esa ley inquebrantable?

HELLINGER ¿Qué ley inquebrantable?

PARTICIPANTE Al principio de esta última Constelación mencionaste una ley inquebrantable.

HELLINGER Ahora me acuerdo. Bien. Cuando hubo un vínculo anterior —es posible determinar si hubo o no hubo tal vínculo; y siempre que hubo hijos de una relación, existe un vínculo fuerte—, y cuando los miembros de la pareja posteriormente establecen nuevas relaciones y tienen hijos, los cónyuges anteriores son representados por estos hijos. Asimismo, estos hijos vengarán con sus propios padres la injusticia que éstos cometieron con sus parejas anteriores.

Aquí significa que la hija representará a la mujer anterior de su padre si la injusticia que ésta sufrió no es reconocida y reparada. Asimismo, el hijo representará en la familia nueva al marido anterior de la madre; en este caso, a su propio padre.

Hasta ahora, no he visto ninguna excepción a esta dinámica. Por tanto, cuando en una Constelación surge algo así, empiezo en este punto, y sólo cuando éste está aclarado, paso a lo siguiente. Este es el motivo por el que siempre pregunto por parejas anteriores de los padres antes de configurar una Constelación.

UNA PARTICIPANTE ¿La identificación con una pareja anterior siempre está relacionada con el sexo de la persona, o también puede ser que una chica represente a un compañero anterior de la madre?

HELLINGER Cuando en un matrimonio sólo hay hijas, también una chica representará al marido anterior de la madre; y si sólo hay hijos, frecuentemente un chico representará a la mujer anterior o al amor de su padre. En un caso así, el chico corre el peligro de convertirse en homosexual. No sé si en caso de que sea una mujer ocurre de manera análoga, pero con los hombres lo he visto así.

Hijos de relaciones extramatrimoniales

UNA PARTICIPANTE ¿Qué ocurre con hijos que nacen de relaciones extramatrimoniales?

HELLINGER ¿Hijos putativos?

PARTICIPANTE Sí.

HELLINGER Siempre deben ir con su padre.

PARTICIPANTE ¿Y qué ocurre si esto se repite? Mi padre tuvo un hijo de una relación extramatrimonial, y mi marido también.

HELLINGER Hay que distinguir. Cuando un hombre, durante un matrimonio, tiene un hijo con otra mujer, tiene que dejar su matrimonio e ir a vivir con esa mujer. El sistema nuevo tiene prioridad sobre el antiguo. Si no lo hace, será fatal para todos. Aunque tenga muchos hijos en su matrimonio: si tiene una nueva relación, e hijos de esa pareja, tiene que ir a vivir con esa mujer y con esos hijos. Naturalmente, sigue siendo padre y responsable de sus hijos, pero la relación de pareja sólo puede ser con la nueva mujer. Es una gran exigencia para la primera mujer, pero, por regla general, cualquier otra opción sería aun peor.

Cuando una mujer, durante un matrimonio, tiene un hijo de otro hombre, este hijo siempre tiene que ir con aquel hombre, es decir, con su padre. Naturalmente, también se acaba el matrimonio, aunque en apariencia siga existiendo. Quizás no se sepa si la mujer puede formar un hogar con aquel hombre, pero el hijo siempre tiene que ir con el padre. En ninguna parte estará tan seguro como con su padre; por regla general.

UN PARTICIPANTE El siguiente caso: se forma un matrimonio y nace una hija que no es del marido; este hecho, sin embargo, es silenciado. Esa hija tiene ahora 26 años. ¿Debe ponerse sobre el tapete este asunto, o no?

HELLINGER Es imprescindible que se ponga sobre el tapete. Es uno de los derechos fundamentales de la persona saber quiénes son su padre y su madre. Esa hija tiene que ir con su padre. Ése es el único lugar seguro.

OTRA PARTICIPANTE ¿De dónde provienen estas pautas, según las cuales, en un caso así, un hijo siempre tiene que ir con el padre? ¿Cómo te lo explicas?

HELLINGER Únicamente veo que todo lo demás aun es peor; por tanto, elijo el mal menor, y éste, frecuentemente, resulta ser una suerte. Es un procedimiento puramente fenomenológico, un resultado de la observación.

Risas y aplausos en el grupo.

Los abortos no les interesan a los hijos

UN PARTICIPANTE ¿Los padres deben contarles a los hijos si hubo abortos espontáneos o intencionados?

HELLINGER No. Los abortos espontáneos e intencionados pertenecen a la relación íntima de los padres, que no les interesa a los hijos. No hay que contarles nada, y si se les dijo a los hijos, éstos deben olvidarlo. Es posible olvidarlo si se mira a los padres con amor, respetando sus secretos. Los hermanos nacidos muertos, sin embargo, no sólo pertenecen a los padres, sino a toda la familia; por tanto, los hijos deben y pueden saber de ellos.

UNA PARTICIPANTE ¿Y si los hijos preguntan por abortos espontáneos o intencionados sin recibir ninguna respuesta?

HELLINGER Es correcto que los padres no lo digan. Es una pregunta inadmisible, una intromisión de los hijos en el sistema superior.

Nota: También con relación a este tema ha habido un desarrollo ulterior. La experiencia de los últimos años ha demostrado claramente que los hijos abortados también tienen una importancia para sus hermanos, y que, si éstos saben de un aborto espontáneo o intencionado, suelen darle a ese hermano un lugar en sus corazones.

Si no hay ninguna solución

UNA PARTICIPANTE Tengo una pregunta que ya quería hacer ayer. Cuando en una Constelación Familiar no hay ninguna solución, como lo vimos ayer cuando dijiste: «Aquí no se puede hacer nada más, aquí tenemos que dejarlo», ¿qué ocurre entonces? También te he oído decir alguna vez que con una suerte especialmente difícil, la persona también recibe fuerzas especiales. A este respecto no dijiste nada en tu conferencia de ayer, «Cielo y tierra», ni tampoco en este seminario. ¿Aún podrías hacerlo?

HELLINGER Cuando no se encuentra ninguna solución, o cuando de repente queda claro que no existe tal solución, para el terapeuta es una de las intervenciones más difíciles interrumpir y renunciar a la solución. De esta manera, toda la fuerza del problema no solucionado se queda con el cliente, y esta fuerza busca la solución si la persona se abandona a ella. Puede tardar años, y toda intención de intervenir por parte de otros sólo empeora las cosas. Yo actúo siguiendo el principio de que cada cliente es capaz de hacerse cargo de su propio problema. Si hay alguien capaz de asumir el problema, en primer lugar será el cliente mismo. Ninguna persona puede asumirlo y solucionarlo como él. En muchos casos he podido ver que cuando surgía algo horrible y se confrontaba al cliente con este hecho, por ejemplo, que se moriría pronto, la reacción era de auténtico alivio. Ya que no le digo nada extraño; él lo sabe. Simplemente no ha tenido nunca la oportunidad de mirarlo tan abiertamente como ahora.

Constelación: Accidente del hijo — «Prefiero irme yo antes que tú, querido padre»

HELLINGER a Isabel Dinos brevemente de qué se trata.

ISABEL Hace once años, mi hijo sufrió un accidente serio y quedó gravemente disminuido. Creo que en el fondo se trata de la familia de mi marido, ya que la madre de mi marido murió en un accidente. La hermana de mi marido también sufrió un accidente grave, pero ella está bastante bien ahora.

HELLINGER ¿Qué edad tiene tu hijo?

ISABEL Treinta y un años.

HELLINGER De momento, configuraremos tu sistema actual e introduciremos a las demás personas más adelante. ¿Cuántos hijos tienes?

ISABEL Dos.

HELLINGER ¿Alguno de vosotros, tú o tu marido, estuvo casado anteriormente o tuvo una relación estable?

ISABEL No.

HELLINGER Bien. Configura primero a tu marido, a ti y a los hijos; después añadirás a la madre de tu marido.

Abreviaciones:

Mar marido

Muj mujer (= Isabel)

1 primer hijo; gravemente disminuido a causa de un accidente

2 segundo hijo

+MMar madre del marido; murió en un accidente

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el marido, y qué ha cambiado desde que está la madre?

MARIDO Noto las piernas inseguras y temblorosas; es una sensación muy desagradable. Todo esto se reforzó cuando fue introducida mi madre.

HELLINGER Ponte muy cerca de ella. ¿Qué tal ahora?

MARIDO Más agradable. Me siento más estable, pero ahora no tengo relación con mi entorno.

HELLINGER a Isabel ¿Qué ocurrió en la familia de su madre?

ISABEL El marido de su madre desapareció en la guerra.

HELLINGER A él lo introduciremos también.

Abreviaciones:

+PMar padre del marido; desapareció en la guerra

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el hijo mayor?

PRIMER HIJO A mi madre no la siento en absoluto, y mi abuela me parece amenazante.

HELLINGER Te sacaré de este campo de tensión.

Hellinger modifica la imagen.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la mujer?

MUJER Ahora mejor. Antes me encontraba muy mal. Tenía la sensación de que mi hijo mayor me aplastaba el corazón. Con mi marido no tengo ninguna relación.

Cuando apareció su madre empecé a notar una amenaza. Ahora siento que algo fluye hacia allá, hacia mis hijos. Estoy más libre ahora. Respira profundamente.

HELLINGER ¿Cómo se encuentran los hijos?

PRIMER HIJO Mejor.

SEGUNDO HIJO También me encuentro mejor. Antes tenía la sensación de estar perdido.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el marido ahora?

MARIDO No estoy en el lugar correcto. Siento el impulso de ponerme al lado de mi mujer.

Se pone al lado de su mujer y su cara se ilumina.

HELLINGER a Isabel Mi imagen es que el marido tiende a seguir a su padre y a su madre, a ambos. Pero en vez de hacerlo él, su hijo tuvo ese accidente. Ésta es mi imagen. El hijo le dice al padre: «Prefiero irme yo antes que tú.» Ahora bien, en cuanto los muertos aparecen como personas y son reconocidos, el marido puede quedarse y también el hijo puede quedarse.

ISABEL ¿En cuanto los reconoce, o...?

HELLINGER En cuanto reconoce a los muertos y los mira sin miedo, abierta y claramente. Es lo que ahora está haciendo, se puede ver. ¿Ves el cambio en él?

ISABEL Sí.

HELLINGER Entonces, vuestros hijos quedan libres. Pero los hijos tienen que pasar a la esfera de la madre, porque la familia de su padre está demasiado lastrada. ¿De acuerdo? Ahora ponte tú misma en tu lugar.

A Isabel, en cuanto ésta se encuentra al lado de su marido Ahora asegúrale a tu marido que os encargáis juntos del cuidado del hijo. ¡Díselo!

ISABEL a su marido Del cuidado de nuestro hijo nos encargamos juntos.

HELLINGER ¿Qué tal el marido al oírlo?

MARIDO Me cuesta aceptarlo. Antes me sentía muy fuerte aquí, y ahora me cuesta aceptar lo que ella dice.

HELLINGER a Isabel Tienes que decirle: «Te ayudo a cuidarlo.»

ISABEL Te ayudo a cuidar a nuestro hijo.

HELLINGER al marido ¿Mejor así?

MARIDO Es mejor.

HELLINGER al grupo Él tiene la responsabilidad principal. Por tanto, la mujer sólo debe apoyarlo, pero no compartirlo con él. Entonces puede aceptar que ella le ayude. Él tiene la primera responsabilidad porque el hijo lo hizo por él y en su lugar.

A Isabel ¿Está claro para ti?

ISABEL Tengo claro que es así.

HELLINGER De acuerdo, ya está.

Al grupo ¿Preguntas al respecto?

REPRESENTANTE DEL HIJO ACCIDENTADO Cuando uno se encuentra en este papel de víctima, ¿qué es lo que a uno le corresponde? ¿Qué es lo adecuado para la víctima?

HELLINGER Eso lo omitimos; es una pregunta complementaria muy importante.

Si ahora estuviera aquí el hijo, le pediría que le dijera al padre: «Querido padre, por ti lo hice a gusto.» Ésta es la verdad, y cuando sale a la luz se convierte en fuente de fuerza para el hijo. ¿Puedes comprenderlo?

REPRESENTANTE DEL HIJO ACCIDENTADO Sí. ¿Entonces, el hijo tampoco tiene que hacerse más preguntas, por ejemplo, por qué el padre no lo hizo él mismo?

HELLINGER No, ya no necesita pensar en eso. Ahora lleva un destino que ya es irrevocable. Pero mirándolo con perspectiva, ve su motivación y le es más fácil reconciliarse. Así, también puede aceptar los cuidados de sus padres con la conciencia y el corazón tranquilos, lo cual también es muy importante porque, de lo contrario, el hijo tendría miedo de ser una carga para los padres. Así, sin embargo, sabe que se halla en un contexto muy bueno, de inocencia y de amor. REPRESENTANTE DEL PADRE Aún quisiera decir algo con relación a la situación final de la Constelación. Encontrarme frente a mi hijo accidentado ha sido una sensación muy intensa y de profunda vinculación.

HELLINGER Éste ha sido un comentario importante para Isabel.

UNA PARTICIPANTE Sólo una pregunta corta: ¿existe alguna regla para saber cuál de los hijos adopta este papel?

HELLINGER Frecuentemente es el primero, pero no hay ninguna regla fija.

OTRA PARTICIPANTE Quiero decir lo agradecida que estoy por haber podido presenciar todo esto. Ese hijo iba al colegio con mi hijo, y encontré muy acertado todo lo que pasó aquí.

Constelación: Mujer anoréxica — «Prefiero desaparecer yo antes que tú, querido padre»

UNA PARTICIPANTE Antes mencionaste un caso de anorexia; ¿podrías decirnos algo más acerca del tema de la anorexia, y de dónde proviene?

HELLINGER Tenemos una mujer anoréxica aquí en la sala. Simplemente podríamos configurar su sistema y observar la dinámica.

A Julia ¿Quieres?

JULIA Sí.

HELLINGER al grupo Acaba de salir de la clínica, por eso ya tiene mejor aspecto.

A Julia No tienes que contar nada. Simplemente configura tu sistema de origen. ¿Quiénes forman parte de él?

JULIA Mi padre, mi madre, yo y cuatro hermanos. También quisiera incluir a mi ex novio, porque concretamente empecé a desarrollar la anorexia cuando lo conocí a él.

HELLINGER Él no nos hace falta, sólo la familia de origen. ¿Alguno de tus padres estuvo casado anteriormente o en una relación estable?

JULIA No en una relación estable, pero hubo una mujer importante para mi padre, con la que no hay ningún vínculo, aunque siempre está presente en un segundo plano.

HELLINGER A esa mujer la incluiremos.

Abreviaciones:

P padre

M madre

1 primera hija

2 segundo hijo

3 tercera hija (= Julia); anoréxica

4 cuarta hija

5 quinta hija

AP amiga del padre

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el padre?

PADRE ¿Quién es ésta? Indica a la mujer que representa a su amiga.

HELLINGER La amiga secreta.

PADRE Desde que está ella me encuentro bien.

Risas en el grupo.

PADRE Antes pensaba: «Ya va siendo hora de que me busque una mujer.»

HELLINGER ¿Qué tal la madre?

MADRE Fatal. No sé para qué estoy en este sistema.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la mayor?

PRIMERA HIJA Por una parte, me encuentro bastante bien aquí con mi padre, y, por otra parte, me gustaría tener a mi madre a mis espaldas.

SEGUNDO HIJO Me siento muy mal. Estoy entre mi madre y mi padre. Mi madre está a mis espaldas y me siento como en la vanguardia, no me encuentro bien.

TERCERA HIJA Tengo la sensación de que tendría que ayudar a mi madre.

CUARTA HIJA Yo quiero ir con mi madre. Estoy enfadada con nuestro hermano porque está delante de ella, y no sé qué quiere esta otra mujer que está aquí a mi lado.

HELLINGER Ahora haremos un pequeño experimento.

A la representante de Julia Sal de la sala y cierra la puerta detrás de ti.

La representante sale por la puerta y la cierra de golpe.

HELLINGER ¿Qué ha cambiado para el padre?

PADRE No lo soporto. Es insoportable.

HELLINGER ¿Qué es insoportable?

PADRE Que ella falte. ¡Si era mi hija!

HELLINGER al grupo La dinámica de la anorexia es ésta: «Prefiero desaparecer yo antes que tú, querido padre.» Cuando la hija se va, el padre puede quedarse con la familia. Esta es la dinámica en este caso: el padre tiende hacia esta mujer, y desapareciendo la hija anoréxica, él tiene que quedarse. Es una solución fatal, pero éste es el sentido de la anorexia. ¿Lo he dejado claro?

VARIOS PARTICIPANTES DEL GRUPO Sí.

HELLINGER Ahora buscaremos la solución mejor. ¡Hacedla entrar otra vez!

Hellinger aparta al padre y a su amiga de la familia y pone a la madre enfrente de los hijos.

HELLINGER ¿Qué tal ahora para la mujer?

MADRE Estoy aliviada.

PRIMERA HIJA Me siento confusa.

SEGUNDO HIJO Mejor.

TERCERA HIJA Es bueno estar en esta fila.

CUARTA HIJA Va bien, pero aún no estoy muy segura.

QUINTA HIJA Confusa.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el padre?

PADRE Estoy vacilando entre: «¿Irá bien con la amiga? ¿Será un principio con ella?», y: «¿No funcionará en absoluto?».

HELLINGER Es un bello sueño.

El padre asiente con la cabeza.

AMIGA DEL PADRE En el fondo, yo me encontraba muy bien allá. Podía verlos muy bien a todos, y tenía la sensación de que aquélla era mi familia. Ahora, aquí, no es en absoluto bueno.

HELLINGER Ahora intentaremos otra solución.

HELLINGER ¿Qué tal ahora?

MADRE Mejor.

PADRE ¡Hola, hijos!

PRIMERA HIJA Me siento llena de amor.

SEGUNDO HIJO Aún estaba furioso porque él se había marchado. Ahora está mejor.

TERCERA HIJA Está bien.

CUARTA HIJA Está bien así.

QUINTA HIJA También para mí está bien.

HELLINGER al grupo La mujer no ha tomado plenamente al marido; aún no se ha puesto conscientemente entre él y la otra mujer. Tampoco el marido ha tomado plenamente a la mujer. Así resulta una situación en la que un hijo pretende desaparecer en lugar del padre para mantenerlo con la familia.

A Julia ¿Quieres ponerte tú misma en tu lugar?

JULIA Me siento en una posición tan central; es muy difícil de soportar. HELLINGER La desdicha y la muerte son más fáciles, ¿te das cuenta?

Julia asiente con la cabeza.

HELLINGER Ahora mira a tu madre y dile: «Mamá, me quedo.»

JULIA Mamá, me quedo. Mamá, me quedo.

HELLINGER «Aunque papá se vaya, yo me quedo.»

JULIA Aunque papá se vaya, yo me quedo.

HELLINGER Dilo tranquilamente con tus propias palabras.

JULIA Mamá, me quedo, aunque papá se vaya.

HELLINGER ¿Qué sientes al decirlo?

JULIA Es difícil creer en esta posición.

HELLINGER ¿Qué tal para la madre?

MADRE Bien. Antes, cuando ella salió de la sala, yo también quería salir. PADRE Estas frases me han hecho más libre, también de los sentimientos de culpabilidad.

HELLINGER a Julia ¡Ponte al lado de tu madre, pegada a ella! Y ahora mírala y dile: «Mamá, me quedo.»

JULIA con voz fuerte y clara Mamá, me quedo.

HELLINGER al grupo ¿Verdad que suena bien?

Risas en el grupo.

JULIA Aquí me resulta más fácil.

HELLINGER Exacto. ¿Qué te dije ayer cuando estuvimos hablando? ¿Dónde está tu lugar?

JULIA Aquí, al lado de mi madre.

HELLINGER al grupo Las hijas anoréxicas están seguras al lado de la madre, en contra de tantas teorías terapéuticas. Aquí acabamos de demostrarlo; ¡ojalá! De acuerdo, ya está.

Ataques de hambre con vómitos posteriores (bulimia)

UN PARTICIPANTE ¿Puedo hacer una pregunta al respecto? Hoy en día la anorexia y la bulimia frecuentemente se alternan; cada vez hay más casos de éstos. Cada vez hay menos casos de pura anorexia y muchísimos casos con una alternancia entre la anorexia y la bulimia.

HELLINGER La bulimia y la anorexia presentan dinámicas distintas. En la bulimia, la situación familiar es la de una hija, o un hijo, que sólo debe tomar de la madre, pero no del padre. En consecuencia, toma de la madre, por lealtad a ella, y por lealtad al padre vuelve a escupirlo. De esta manera, es leal a ambos padres.

La terapia para la bulimia es muy sencilla. La indicación estándar para la paciente bulímica es que, cuando tenga un ataque de hambre, compre con ganas todo lo que quiera comer y que, después, lo extienda sobre la mesa. A continuación, coge una cucharita, se imagina a sí misma en las faldillas de su padre, toma el primer bocado y mira a su papá, diciéndole: «A tu lado me gusta; de ti lo tomo con gusto», y se lo come con placer. Y así sigue con cada bocado. Por regla general, la mera idea ya es suficiente. Pero no hay que hacerlo como un ritual, sino que en cada caso hay que sintonizar con la dinámica para variar las indicaciones de manera correspondiente.

En lo que a la alternancia entre anorexia y bulimia se refiere, ésta tiene que ver con que la persona que antes era anoréxica aún no se ha decidido plenamente a quedarse. Así, come para quedarse y escupe para marcharse. La solución sería que, en cuanto quiera devolver, le diga al padre: «Papá, me quedo.»

Estar en sintonía con algo más grande

HELLINGER Quisiera decir algo sobre la actitud fundamental que mantengo al momento de ayudar y que también es importante para otros cuando busquen soluciones para algún problema.

Muchas veces me llaman personas con problemas matrimoniales y me preguntan si pueden venir a verme para solucionarlos. En la mayoría de los casos les respondo:

—No, no lo hago. De lo contrario, me pasáis algo que se tiene que quedar entre vosotros. Si venís a verme juntos, vuestro amor sufrirá, ya que traspasáis a un tercero algo que es exclusivamente vuestro.

En cambio, les propongo que cada uno de ellos me llame por separado. Entonces, quizás, les haga una propuesta diferente a cada uno, y lo que hagan a partir de ahí no lo quiero saber. Los abandono enteramente a su propio amor, a su propia responsabilidad y a su propia fuerza.

Lo mismo se aplica también a cualquier persona que busque la sanación: en cuanto traspasa la sanación a otra persona, haciéndola depender de ésta, socava sus propias fuerzas.

Las soluciones duraderas son un don y una gracia. Quien las vive, de repente se experimenta en sintonía con algo que supera sus propias fuerzas y que lo sostiene. Lo que en mi trabajo intento conseguir es que una persona sintonice con esa fuerza. Yo mismo me someto a esa fuerza, estoy en sintonía con ella, y así colaboro con algo que tan sólo fluye a través de mí.

Estas palabras también se dirigen a aquellos que aún quisieran trabajar aquí y que notan que en este seminario ya no será posible. Quizás lo consideren una desgracia. Pero no sabemos si realmente es así.

Hay una historia china de un campesino que encontró dos caballos extraviados. La gente le dijo:

—¡Qué suerte tuviste!

Él, sin embargo, contestó:

—Ya veremos.

Al día siguiente, uno de sus hijos montó los caballos, se cayó y se rompió una pierna. Ahora la gente le decía:

—¡Qué mala suerte tuviste!

Él, sin embargo, contestó:

—Ya veremos.

Al día siguiente vinieron unos emisarios del Emperador para reclutar soldados para la guerra. Por tanto, nunca se sabe.

Risas y aplausos en el grupo.

HELLINGER El tiempo para este seminario ha terminado. Pero al final aún os contaré una historia. Se trata de una historia filosófica en la que los contrincantes luchan por la verdad y por el conocimiento como otros lo hacen por la solución o la salvación. Pero tampoco aquí el que parece ganar puede existir sin el que fue vencido; ya que ¿cómo podría uno superar la fuente mientras aún está bebiendo de ella?

Nosotros, sin embargo, al oír la historia, no necesitamos tomar una postura, y, así, mientras la escuchamos, nos sentimos maravillosamente librados de la obligación de los opuestos. Sólo cuando nosotros mismos estamos obligados a referirnos o a actuar y, por tanto, también a decidirnos, los opuestos recuperan su dominio.

Dos tipos de saber

Un erudito preguntó a un sabio

cómo los detalles se reunían para formar un todo,

y cómo el conocimiento de lo diverso

se diferenciaba del conocimiento

de la plenitud.

El sabio dijo:

«Lo disperso se convierte en un todo

si logra encontrar un centro

y actuar centrado,

ya que tan sólo a través de un centro

lo diverso se hace esencial y real;

su plenitud, empero, nos parece simple,

casi poca cosa,

como una fuerza tranquila dirigida a lo próximo,

permaneciendo debajo y cerca de aquello que sostiene.

Para experimentar o transmitir la plenitud, por tanto,

no necesito saber

ni decir

ni tener

ni hacerlo todo,

uno por uno.

El que quiere llegar a la ciudad,

entra por un solo portal.

El que toca una campana una vez,

sólo con ese tono hace sonar muchos otros más.

Y el que coge la manzana madura

no necesita averiguar su origen:

la tiene en su mano y la come.»

El erudito objetó que el que quería la verdad,

también tenía que saber todos los detalles.

Pero el sabio lo contradijo:

Tan sólo de la verdad antigua se sabía mucho.

La verdad que conducía más allá

era arriesgada

y nueva,

ya que, así como una semilla oculta el árbol,

también ella esconde su final.

Por tanto, el que vacila en actuar,

porque pretende saber

más de lo que el siguiente paso le permite ver,

pierde lo que es efectivo.

Toma la moneda

en vez de la mercancía,

y de los árboles

hace madera.

El erudito pensaba

que eso sólo podía ser parte de la respuesta,

y le pidió aun un poco más.

Pero el sabio se negó:

la plenitud en un principio es como un barril de mosto,

dulce y turbio,

y necesita la fermentación y el tiempo suficiente

para aclararse.

El que entonces,

en vez de probarlo,

bebe,

fácilmente se tambalea.

PREGUNTAS A UN AMIGO

de Norbert Linz

La dimensión sistémica de los problemas y el destino

LINZ Querido Bert, ¿cuál fue el camino que te llevó a la Terapia Sistémica?

HELLINGER Es difícil reconstruir ese camino, puesto que pasó ya mucho tiempo desde que comencé a recorrerlo; pero sí recuerdo que la idea clave me sobrevino cuando estaba practicando el Análisis Conciliatorio según Eric Berne. Él partía de la idea de que toda persona vivía siguiendo un patrón determinado. Es posible descubrir este patrón a través de historias literarias, como por ejemplo cuentos, novelas, películas, etc., por los que la persona en cuestión se muestra especialmente afectada. Primeramente se le pregunta por una historia que le impresionaba en su primera infancia —ya antes de los cinco años—, y después, por otra que le cautiva de manera especial en el presente. Al comparar estas dos historias, las similitudes encontradas permiten desentrañar el plan de vida secreto. Eric Berne pensaba que este guión se basaba en mensajes que los padres transmitían a los hijos a una edad temprana. Pero en un momento determinado descubrí que eso no era cierto.

LINZ ¿Cómo lo descubriste?

HELLINGER Vi que algunos de los llamados guiones —es decir, los planes de vida que las personas siguen sin darse cuenta— se fundamentan en vivencias anteriores, independientes de lo transmitido por los padres. Cuando, por ejemplo, una persona aporta la historia de El enano saltarín, se ve que es una historia en la que un padre da a su hija, y en la que falta la madre. Así es posible seguir este indicio preguntando a la persona: «¿Hubo en tu familia algún niño que haya sido dado, o te dieron a ti mismo de niño?» En un caso así, quizás salga a la luz que la persona se siente como un niño abandonado y que se ha propuesto sentirse y comportarse así.

LINZ Posteriormente, ¿cómo se desarrolló tu trabajo con guiones?

HELLINGER Al cabo de un cierto tiempo descubrí que muchas de estas historias no se referían en absoluto a la persona que las contaba, sino a otro miembro de su familia. Así, una vez un hombre se mostraba muy impresionado por la historia de Otelo, y de repente me di cuenta de que esa historia no podía referirse a él, ya que la experiencia de Otelo no puede ser la de un niño.

Así, pues, le pregunté directamente:

—¿Qué hombre de tu familia mató a alguien por celos?

Me dijo:

—Mi abuelo.

Su mujer le fue infiel y él mató al amante.

Desde entonces, en mi trabajo con guiones distinguía muy claramente cuándo una historia se refería a una vivencia personal y cuándo estaba relacionada con la vivencia de otra persona. Así me encontré por primera vez con la dimensión sistémica de los problemas personales y de los destinos.

LINZ ¿Todo eso resultó de la observación?

HELLINGER No exclusivamente. Eric Berne, al hablar de guiones, ya pensaba también en una dimensión sistémica, pero no se dio cuenta de su alcance. Otros terapeutas posteriores a él, del ámbito del Análisis Transaccional, volvieron a tapar esa idea. Es decir, Eric Berne ya me dio una pista.

LINZ ¿Aún hubo otras pistas?

HELLINGER Sí, hubo algo más que me llevó a una visión sistémica. Durante mucho tiempo estuve trabajando con Terapia Primaria. En un caso trabajé con una cliente que expresaba sentimientos que me parecían incomprensibles. Esa mujer había tratado a un hombre de una manera imposible, pero a nivel emocional no lo había advertido en absoluto. En aquel entonces aún no sabía cómo tratar un caso así, por lo que cometí algunos errores que más tarde lamenté mucho.

LINZ Desde tu punto de vista posterior, ¿qué hiciste mal en aquel entonces?

HELLINGER Le adjudiqué esos sentimientos como si de sus sentimientos personales se tratara. Sólo más tarde me di cuenta de que también existía algo así como sentimientos adoptados. Antes partía de la idea de que únicamente había dos grupos de sentimientos: los sentimientos primarios, que surgen como reacción inmediata a determinados sucesos o a un dolor sufrido, y los sentimientos que sustituyen un sentimiento primario o sirven de defensa contra éste. Por ejemplo, el caso de una persona que se pone triste cuando en realidad tendría que estar furiosa; o enfadada, cuando tendría que dar las gracias.

LINZ Es decir, los sentimientos secundarios.

HELLINGER Sí. Al intentar comprender el caso antes descrito, me di cuenta de que también existían los sentimientos adoptados, es decir que alguien, sin saberlo, adopta los sentimientos de otra persona, transfiriéndolos, al mismo tiempo, a una tercera persona que no tiene nada que ver con ellos. Así, también desde la Terapia Primaria me topé con la dimensión sistémica de sentimientos y de destinos trágicos.

Aun pude observar otra cosa más. Vi que a veces también los sueños no tenían nada que ver con el soñador, sino que éste soñaba algo que pertenecía a otra persona de su familia. Adjudicar el contenido de estos sueños al soñador puede llevar a malentendidos y también puede resultar injusto con la persona en cuestión. Es decir, también los sueños a veces revelan implicaciones con la suerte de otras personas; también ellos encierran, a veces, una dimensión sistémica.

Maestros e impulsores

LINZ Mencionaste a Eric Berne como uno de tus impulsores. ¿Qué otros maestros a los que debes tu desarrollo como terapeuta habría que citar?

HELLINGER Son muchos. Mis primeros instructores fueron maestros de Dinámica Grupal sudafricanos, formados en Estados Unidos. En su mayoría, esos entrenamientos de Dinámica de Grupo eran organizados por miembros del clero anglicano para colaboradores de la Iglesia. También invitaban a miembros de otras confesiones y de diversas razas. Fue una vivencia muy profunda para mí ver cómo las diferencias podían disiparse gracias al respeto mutuo. Además pude emplear lo aprendido en seguida, ya que en aquel entonces era director de una gran escuela para africanos negros en Natal. Es decir, la Dinámica de Grupo fue lo primero. En aquel entonces no pensaba, ni remotamente, en la psicoterapia.

LINZ ¿Y cómo llegaste a la psicoterapia?

HELLINGER Al volver a Alemania, en 1969, comencé yo mismo a ofrecer entrenamientos de Dinámica de Grupo, pero pronto me di cuenta de que aquello no era suficiente. Por tanto, estudié psicoanálisis en Viena. También eso me aportó mucho.

Durante esa formación, y a través de mi analista, cayó en mis manos el libro de Arthur Janov, The Primal Scream (El Grito Primario). En aquel entonces, el libro aún no se conocía en el ámbito germanohablante. La inmediatez con la que Janov abordaba los sentimientos centrales me impresionó profundamente. Secretamente probé sus métodos en mis cursos de Dinámica de Grupo, percibiendo inmediatamente su fuerza explosiva. En consecuencia decidí someterme también a una Terapia Primaria una vez terminada la formación psicoanalítica. Dos años más tarde fui a Estados Unidos, donde durante nueve meses hice Terapia Primaria con Janov y su primer director de formación. Allí aprendí mucho sobre cómo enfrentar sentimientos; a partir de entonces, los arranques de sentimientos fuertes, o incluso violentos, ya no me aturdían. Sí que me afectan y conmueven determinados sentimientos...

LINZ ...pero no te dejas atrapar por ellos.

HELLINGER Sé poner mis límites. Pero muy pronto me di cuenta de que la Terapia Primaria también tenía sus puntos débiles.

LINZ ¿Cuáles?

HELLINGER Algunos clientes y terapeutas ya no se guían más que por sus sentimientos. Lo comprendí muy pronto y procuré protegerme contra ese fallo. Sin embargo, quise conservar lo valioso, sobre todo el hecho de que el individuo quedara remitido a sí mismo, es decir, que no pudiera escaparse de sus propios sentimientos ocupándose de los demás y desviando la atención de su propia persona. Así, por ejemplo, la persona no recibe de los demás ninguna respuesta a los sentimientos que expresa.

LINZ ¿Cómo aprovechaste tus experiencias en Terapia Primaria más adelante?

HELLINGER Cuando regresé a Alemania estuve trabajando un tiempo muy intensamente con Terapia Primaria. Con el tiempo, sin embargo, noté que casi todos los grandes sentimientos que allí surgían encubrían otro sentimiento, a saber, el amor primario a la madre y al padre. Es decir, sentimientos como la rabia y la cólera, o el dolor y la desesperación, muchas veces no son más que una defensa contra el dolor causado por una interrupción de un movimiento temprano hacia la madre o el padre.

LINZ ¿Qué podemos imaginarnos concretamente bajo el concepto de «movimiento interrumpido»?

HELLINGER El hecho de que el niño pequeño quiera estar con la madre o con el padre, pero no pueda llegar a ellos, por ejemplo, por estar ingresado en un hospital, o por hallarse en la incubadora, o porque el padre o la madre murieron pronto. En todos estos casos el amor se convierte en dolor. Este dolor es la otra cara del amor, pero en el fondo es exactamente lo mismo. El dolor es tan grande que más tarde el niño no quiere volver a tocarlo nunca más. En vez de acercarse a la madre, o a otras personas, prefiere mantenerse alejado de ellos, sintiendo rabia o desesperación o tristeza en vez del amor. Al saber esto, es posible dejar de lado esos sentimientos que aparecen en un primer plano y abordar directamente el amor. Se lleva al cliente al punto en el que el movimiento hacia uno de los padres se interrumpió, para reanudarlo allí mismo, o bien a través de la Terapia Primaria, o bien en el marco de una Constelación Familiar. Así, el amor interrumpido alcanza su meta y llega una profunda paz. Muchas consecuencias de las heridas sufridas en temprana edad, es decir, miedos, comportamientos compulsivos, fobias, susceptibilidades y demás comportamientos neuróticos, terminan allí.

LINZ ¿Cuál es la tarea del terapeuta en todo este proceso?

HELLINGER Yo represento a la madre o al padre para el cliente, y sólo siendo consciente de esta representación, puedo acompañar y dirigir el movimiento del cliente hacia sus padres. Lo llevo con su madre o con su padre y, una vez llegado allí, hago sitio para ellos y desaparezco.

LINZ ¿Qué haces para que el cliente, en un trabajo tan propenso a crear vinculaciones, no transfiera demasiado a ti?

HELLINGER Una vez llevado a término su movimiento interrumpido, el cliente se olvida de mí. Lo entrego a sus padres, a las mejores manos para él, y yo puedo retirarme tranquilamente. Por eso, el peligro de que se produzcan transferencias es ínfimo.

LINZ ¿Aún habría que mencionar otros métodos terapéuticos que fueron importantes para ti, por ejemplo, la Terapia Familiar?

HELLINGER Durante muchos años, entre 1974 y 1988, combinaba el Análisis Conciliatorio y la Terapia Primaria. Después me dediqué intensamente a la Terapia Familiar. Ésta era la nueva corriente durante los años setenta. Por tanto, me fui a Estados Unidos para participar, durante cuatro semanas, en un gran seminario de Terapia Familiar con Ruth McClendon y Les Kadis que me permitió aprender mucho. Hicieron Constelaciones Familiares impresionantes, y encontraron buenas soluciones intuitivamente, o a través de experimentos, pero yo no podía captarlo en todo su sentido. Tampoco ellos podían explicarlo, ya que no eran conscientes de los patrones básicos.

LINZ Para tener un punto de referencia, ¿en qué año fue eso?

HELLINGER En 1979. Más tarde, Ruth McClendon y Les Kadis vinieron a Alemania para dar dos cursos de Terapia Multifamiliar, es decir, durante cinco días trabajaban simultáneamente con cinco familias, padres e hijos. Entonces pensé que quizás me dedicaría exclusivamente a la Terapia Familiar, que aquello era lo único verdadero. Pero después miré mi trabajo realizado hasta entonces y decidí seguir en esa línea, ya que había ayudado a muchas personas. Pero la Terapia Familiar me había cautivado por completo, y dado que veía cada vez con más claridad las dimensiones sistémicas de problemas y destinos, en cuestión de un año mi trabajo cambió tanto que acabó transformándose en Terapia Familiar, pero de una manera que englobaba mis experiencias anteriores.

LINZ Después, tú mismo hiciste Terapia Familiar.

HELLINGER Sí. Pero antes participé en dos cursos de Constelaciones Familiares con Thea Schönfelder. Ella trabajaba de una manera muy clara, y yo ya lo comprendía algo mejor, pero aún no del todo.

Después, mientras preparaba una conferencia sobre la culpa y la inocencia en los sistemas, me quedó claro que existía un orden de origen, es decir que lo anterior en un sistema tenía prioridad sobre lo posterior.

LINZ Junto con los «sentimientos adoptados» y el «movimiento interrumpido», éste es otro enfoque originalmente tuyo.

HELLINGER ¿Qué quiere decir «originalmente»? Comprendí una realidad oculta, de la misma manera que hubiera podido comprenderla otro. Por tanto, tampoco reclamo ningún derecho. Pero de esta manera tenía el patrón fundamental que me permitía reconocer y solucionar trastornos en las relaciones familiares. Sólo entonces pude comenzar a trabajar yo mismo con las Constelaciones Familiares. Con el tiempo encontré aun otros patrones, por ejemplo la representación de personas excluidas por otras nacidas posteriormente, y la importancia del equilibrio entre el dar y el tomar, tanto en la familia como en la red familiar.

Constelaciones Familiares

LINZ Antes mencionaste que muchos otros trabajaron con Constelaciones Familiares antes que tú. ¿Qué distingue tu manera de hacer constelaciones?

HELLINGER Yo confío plenamente en que el individuo, al configurar su familia, está en contacto con algo que lo supera. Por tanto, me abstengo de dar indicaciones previas. Algunos terapeutas les dicen a los participantes qué posturas deben tomar, por ejemplo, que se inclinen hacia adelante o que miren en una dirección determinada. Es lo que llaman una escultura familiar. Yo no permito nada de eso. En cuanto alguien se entrega al proceso de una manera centrada, esta persona hace todo eso por su propio impulso, siempre que sea necesario. Así el trabajo resulta más convincente que si yo antes les digo qué hacer.

También, cuando una persona configura su familia de una manera preconcebida, nunca es acertado. La imagen de cómo es la familia va surgiendo paso a paso durante la Constelación, sorprendiendo incluso a la persona que la configura.

LINZ ¿Cómo te explicas el hecho de que en las Constelaciones Familiares realmente aparezca la verdad sistémica?

HELLINGER No puedo explicarlo. Pero es posible ver cómo, en cuanto los participantes de una Constelación son situados en relación unos con otros, ya no actúan y sienten como ellos mismos, sino como los miembros de la familia a la que representan.

Incluso desarrollan los síntomas físicos de aquellas personas.

Hace poco, en un curso para enfermos, participó un hombre que sufría de epilepsia. Quería configurar su sistema familiar, pero no era capaz de hacerlo porque psíquicamente ya no estaba del todo presente. Entonces le pedí a su mujer que configurara la familia de origen de su marido; ella sí podía hacerlo. Cuando ese cliente tenía diez años, su padre perdió la vista en un accidente con explosivos. Desde entonces ya no se atrevía a acercarse a su padre por miedo de quedarse también ciego. En la Constelación le dije a su representante que se arrodillara ante el padre, bajara la cabeza hasta el suelo y le dijera: «Te honro.»

Así lo hizo: se arrodilló, bajó la cabeza hasta el suelo y al decir esas palabras, se mostró muy emocionado. De repente, empezó a convulsionarse, como si tuviera un ataque epiléptico; no podía resistirlo.

Es decir, se percibe que existe un saber y un sentir inmediatos que sobrepasan con mucho aquello que nos es comunicado exteriormente.

LINZ ¿Sería una especie de inconsciente colectivo que actúa aquí?

HELLINGER No lo sé. También me guardo mucho de encontrar un nombre para este fenómeno. Simplemente veo que existe. Por tanto, también es posible ver en seguida cuándo una persona realmente se entrega y se abre en una Constelación Familiar, y cuándo no. Algunos se resisten, o se encuentran en un embrollo personal; en un caso así, los saco en seguida de la Constelación.

La percepción

LINZ Muchas veces dices que esto o lo otro «se ve en seguida». ¿Qué proceso supone este ver para ti?

HELLINGER Es un mirar que va más allá del fenómeno, es decir, de aquello que resulta apreciable en ese momento.

LINZ Por tanto, ¿no es un mero observar?

HELLINGER No, es algo totalmente diferente. Al observar, la mirada se concentra en un foco. El mirar abarca la amplitud; se dirige al todo, sobrepasando lo individual y aquello que se encuentra en un primer plano. Es decir, veo a una persona junto con su familia. Por tanto, cuando alguien configura a su familia, puedo ver inmediatamente si falta una persona o no, ya que mi mirada va más allá de la imagen. A continuación, al comprobarlo en el grupo, preguntando: «¿Cuál es la imagen que tenéis vosotros?, ¿falta alguien aquí, o no?», muchos me confirman lo mismo. Es decir, no se trata de un conocimiento exclusivamente mío. Tan sólo requiere un poco de práctica para que uno pueda fiarse de esta percepción y sepa «mirar».

Resistirse a mirar

Sin embargo, hay un hecho muy importante que debe tenerse en cuenta. Cuando una persona mira de esta manera y, al mismo tiempo, interiormente hace una pregunta o formula una objeción, ya no puede ver así. Cuando dice, por ejemplo: «Eso no es posible», o: «Ahora puede ser que me lo esté imaginando», cuando empieza a dudar o a tener miedo. Cuando de repente es consciente de lo que realmente ve, por ejemplo, que una persona está cerca de la muerte, y empieza a sentir miedo de mantener esta percepción y de manifestarla, entonces ya no puede ver.

LINZ ¿Cómo se ve algo así, es decir, si una persona está cerca de la muerte? ¿Cuáles son los indicios que permiten determinarlo?

HELLINGER Esto ya sería...

LINZ ...¿una objeción?

HELLINGER Esto sería una objeción. Pero en vez de hacer una objeción, se comprueba si lo que se acaba de ver es cierto por el efecto que produce. También el cliente lo comprueba de ese modo. Cuando le comunico mi percepción, diciendo: «Veo que tu vida está llegando a su final», es posible que reaccione de manera espontánea, por ejemplo, confirmando mis palabras y mostrándose profundamente afectado. Así veo que acabo de percibir algo que él mismo también sabía, pero que aún no se atrevía a admitir. De la misma manera también es posible ver otras cosas, por ejemplo, que una relación está terminada. Eso se puede ver. Cuando uno les dice a las personas en cuestión lo que ve, respiran aliviados porque finalmente el asunto ha salido a la luz. Estas reacciones permiten tanto comprobar lo visto como ejercitar la mirada, y el valor de comunicar abiertamente lo percibido aumenta.

Hipnoterapia según Milton Erickson

LINZ ¿Hay otros impulsores o terapeutas que han influido en tu trabajo?

HELLINGER Sí, en gran parte los discípulos de Milton Erickson.

LINZ ¿Podrías describir más concretamente los conceptos de Milton Erickson y de sus discípulos que consideras importantes?

HELLINGER Lo más importante es que Milton Erickson reconoce a la persona tal como es y reconoce las señales tal como son, dejándose guiar directamente por las señales del cliente. Este proceso se desarrolla en varios niveles: en un primer plano, por ejemplo, al escuchar lo que una persona dice; y, en un segundo plano, por ejemplo, al percibir los movimientos casi imperceptibles que la persona realiza. En este nivel se emiten señales que muchas veces difieren totalmente de lo que se expresa verbalmente. El terapeuta ve y diferencia estos niveles. Es esto lo que muchas veces asombra a los clientes, y me preguntan: «¿Cómo lo ves? ¡Si yo dije otra cosa totalmente diferente!»

Pero yo vi sus reacciones.

LINZ ¿Cuáles fueron los discípulos de Erickson con los que estudiaste principalmente?

HELLINGER Jeff Zeig y Stephen Lankton fueron mis principales maestros. Antes ya había participado en dos seminarios con Barbara Steen y Beverly Stoy. Ellos me iniciaron en los métodos de Milton Erickson, así como en la Programación Neurolingüística (PNL) y en el trabajo con historias. Así, por ejemplo, a cada uno en el grupo le contaron una historia que daba en el blanco; es decir, a través de la mera percepción inmediata captaban algo importante, transmitiéndolo después mediante una historia. Al conocer este tipo de trabajo, me hubiera gustado emplearlo también, pero no me salía. Dos años más tarde, sin embargo, se me ocurrió por primera vez una historia terapéutica en un grupo: «Los dos Orfeos», que más tarde se convirtió en «Las dos Caras de la Felicidad».

Historias

LINZ ¿Cuándo empleas las historias? ¿Existen reglas determinadas para cada caso?

HELLINGER Cuando me quedo bloqueado en el trabajo con alguien, a veces se me ocurre una historia para esa persona. Muchas de mis historias nacieron de esta manera y siempre tienen un efecto sorprendente.

LINZ ¿A qué efectos te refieres?

HELLINGER Lo primero es que la persona ya no tiene que tratar conmigo directamente. Cuando le digo algo directamente, por ejemplo, que podría o debería hacer esto o lo otro, él se convierte en interlocutor y aunque sea acertado lo que le digo, también tiene que poner sus límites frente a mí. Así se lo exige su dignidad. Contándole una historia, sin embargo, ya no tiene que tratar conmigo, sino con las personas de la historia. Muchas veces no le cuento la historia a él, sino a otra persona, de manera que el primero ni siquiera sabe que la historia está pensada para él.

LINZ A veces, sin embargo, por ejemplo en una terapia individual, también te diriges directamente a una persona. ¿Cuál es la diferencia? ¿Tienes que tener más cuidado, o empleas otro tipo de historias?

HELLINGER Hay pequeños trucos. Por ejemplo, se puede decir: «Una vez conocí a un hombre que le contó a alguien...»

LINZ Es decir, creas una historia marco.

HELLINGER Sí. Entonces se trata de una historia que otra persona contó a un tercero, de manera que la atención de mi interlocutor se desvía de mí. El marco crea un grupo ficticio en el que se cuenta la historia.

LINZ A veces, aparte de su función aclaratoria, tus historias también parecen servir de distracción. ¿Tienes un plan determinado según el cual empleas las historias en el curso de un seminario?

HELLINGER No, a este respecto no planeo nada. A veces, después de un trabajo muy duro, veo que hace falta algo relajante, así que miro a ver si se me ocurre alguna historia que pudiera contar. Es como un volver a la tranquilidad y un prepararse para lo siguiente. También los ejemplos que aporto para explicar determinados aspectos de mi trabajo son tales historias; también en este caso se trata de un descanso. Es decir, procuro que un curso se desarrolle como un drama: primero hay acción, después una cierta reflexión; o, a veces, después de un caso muy serio, hace falta una broma u otra cosa divertida.

LINZ Es decir, se crea un cierto equilibrio.

HELLINGER Son momentos de equilibrio y, curiosamente, también de profundización, ya que también entra en juego el elemento opuesto. Es decir, no solamente serio, ni únicamente divertido, y no sólo teoría, ni sólo trabajo, sino todo a la vez: la vida plena.

Experiencia de vida

LINZ Cuando miras a tu vida, ¿qué experiencias personales, aparte de las experiencias que ganaste a través de tus maestros, desempeñaron un papel importante en el desarrollo de tu enfoque terapéutico?

HELLINGER Naturalmente, una experiencia muy importante para mí fueron los muchos años de estancia con los zulúes en Sudáfrica. Allí conocí otro tipo de trato humano; por ejemplo, ellos tienen mucha paciencia y se respetan mutuamente. Allí se sobreentiende que no hay que dejar en ridículo a otra persona, de manera que pueda guardar la cara y conservar su dignidad. También me impresionó mucho la manera en que los zulúes tratan a sus hijos, cómo los padres hacen valer su autoridad con toda naturalidad y cómo los hijos, con toda naturalidad, respetan a sus padres. Así, por ejemplo, no oí nunca que nadie hablara con desprecio de sus padres. Sería impensable entre ellos.

LINZ En aquel entonces trabajabas en una orden de misioneros católicos. ¿Hasta qué punto te marcó ese entorno concreto?

HELLINGER Fue para mí una experiencia que me exigió mucha disciplina y un trabajo intenso en todos los niveles; es algo que aún ahora me marca. En Sudáfrica, durante mucho tiempo dirigí escuelas superiores y dicté también clases de diversas asignaturas, especialmente de inglés. Asimismo, durante muchos años administré toda la enseñanza de una diócesis que comprendía unas 150 escuelas. Las experiencias pedagógicas de aquel entonces aún hoy me resultan provechosas para mis cursos.

LINZ Cuando, a principios de los años setenta, abandonaste la orden y cambiaste de profesión, ¿también hubo resistencias?

HELLINGER Cuando me fui, no hubo ninguna resistencia, ni por parte de la orden, ni por la mía. Fue como un crecimiento ulterior. Por tanto, tampoco lo viví como una ruptura, sino como un desarrollo.

LINZ Es decir, ¿tu despedida fue realmente pacífica?

HELLINGER Sí. Puedo recordarlo con buenos sentimientos, y también conservo el contacto con mis amigos de allá. Puedo valorar lo que allí recibí, y también puedo valorar el trabajo que se realizó.

Comprensiones

LINZ ¿Podrías resumir los aspectos nuevos que aportas a la Psicoterapia Sistémica?

El amor

HELLINGER Lo más importante fue reconocer que detrás de todo comportamiento, por muy extraño que nos parezca, actúa el amor. Y que también detrás de los síntomas que una persona presenta siempre actúa el amor. Por tanto, lo decisivo en terapia es encontrar el punto en el que este amor se concentra. Ésta es la raíz, y desde allí siempre se encuentra el camino a la solución, ya que también la solución siempre pasa por el amor. En un primer lugar experimenté esto en Terapia Primaria, pero más tarde también en Análisis Transaccional y en Terapia Familiar. Noté que gran parte del trabajo con los sentimientos —tan fomentado en muchas ocasiones, por ejemplo, cuando se le dice al cliente: «¡Saca toda tu rabia!»— pasa por alto lo más esencial. También he podido ver que la persona que en una terapia es animada a expresar ante sus padres que está furiosa con ellos o que incluso quisiera matarlos, más tarde se castiga duramente a sí misma. El alma del hijo no tolera el menosprecio de los padres. Sólo al ver todo eso, me di cuenta del pleno alcance del amor. Por tanto, siempre busco primero el amor, resistiéndome a todo lo que pueda ponerlo en peligro.

El equilibrio

Otro descubrimiento muy importante fue que la necesidad de llegar a un equilibrio entre el dar y el tomar, entre la ganancia y la pérdida, es tan fuerte que nunca podrá ser sobrestimada. A un nivel inconsciente, esta necesidad actúa como una tendencia a la compensación en la fatalidad. Es decir, si yo hice algún mal a otra persona, también me hago sufrir a mí mismo; o si vivo algo bueno, lo pago con algo malo.

LINZ ¿Cómo se desarrolla esta manera de actuar paradójica?

HELLINGER Simplemente por el deseo de escaparse de la presión. La presión por alcanzar un equilibrio es inmensa. De repente me di cuenta de que muchísimos problemas se deben a esta necesidad instintiva de llegar a un equilibrio, necesidad que no conduce a ninguna solución, a no ser que se encuentre otro tipo de compensación en otro nivel: la compensación a través del bien, del respeto y del amor.

LINZ ¿También recibiste impulsos exteriores para desarrollar tu modelo terapéutico?

HELLINGER Boszormenyi-Nagy escribió un libro titulado Lealtades Invisibles; sus ideas me indicaron un rumbo. Pero pronto dejé de lado el libro para mirar y ver yo mismo cómo actuaba la necesidad de compensación en las familias. Además, me di cuenta de que Boszormenyi-Nagy tan sólo describía la compensación instintiva, que tenía consecuencias nefastas; la compensación que conduce a la solución, sin embargo, se encuentra en otro nivel más elevado.

El mismo derecho a la pertenencia

LINZ ¿Existen otras ideas básicas? ¿En qué se centra primordialmente tu esfuerzo terapéutico?

HELLINGER Sintonizo con un movimiento que vuelve a unir lo separado; pero de modo que primero se encuentre lo que separa y también lo que une. Lo más importante que descubrí de lo que separa y lo que une fue que, tanto en la familia como en la red familiar, cada miembro tiene el mismo derecho a la pertenencia —independientemente de si aún vive o ya está muerto. Es decir, el alma misma, a través de sus reacciones ante la negación o el reconocimiento de este derecho, demuestra que se trata de un derecho fundamental, reconocido por todos en la profundidad del alma. Por tanto, siempre que un miembro de la familia o de la red familiar es excluido, apartado u olvidado, la familia o la red familiar reacciona como si se tratara de una injusticia grave que reclamara la expiación. Así ocurre, por ejemplo, en el caso de una persona que por razones morales es considerada indigna de pertenecer a la familia; o cuando alguien ocupa el lugar de un miembro de la familia como si pudiera desplazarlo; o cuando ya no se quiere saber nada de un miembro de la red familiar porque su suerte causa temor; o aun cuando tan sólo se le olvida, por ejemplo, en el caso de un hijo que murió al nacer. El alma no tolera que nadie sea considerado más grande o más pequeño, mejor o peor. Únicamente los asesinos pueden y deben ser excluidos, es decir, los demás miembros de la familia los despiden de sus corazones con amor.

La injusticia de la exclusión se expía en la familia nuclear y en la red familiar por medio de otro miembro del sistema, que, muchas veces sin darse cuenta personalmente, es llevado a representar a la persona excluida u olvidada y a reproducir sus sentimientos y su suerte. Ésta es la causa más importante de las implicaciones sistémicas y de los problemas resultantes tanto para el implicado como para su familia. El derecho fundamental a la pertenencia, por tanto, no es una exigencia impuesta desde fuera, sino que en lo profundo de nuestra alma actuamos como si de una ley predeterminada se tratara, por mucho que pensemos o hagamos en la superficie para justificarnos.

En las familias rige la ley de la igualdad de todos sus miembros. Cada uno, por así decirlo, está al servicio de la familia, y ninguno es prescindible o puede ser olvidado. Los problemas más graves que como terapeuta me encuentro tienen su origen en el incumplimiento de la ley de la igualdad. Por tanto, como terapeuta procuro que la persona excluida aparezca nuevamente ante los ojos de los demás, y, una vez reconocido e integrado este miembro del sistema, vuelve la paz y los implicados se encuentran libres. En este reconocimiento mutuo de la igualdad vuelven a encontrarse aquellas personas que antes quizás estaban separadas: marido y mujer, padres e hijos, sanos y enfermos, los que vinieron y los que se marcharon, los vivos y los muertos. Como terapeuta me encuentro profundamente comprometido al servicio de la reconciliación.

Enfermedad y sanación en el seno de la familia

LINZ Desde hace algún tiempo, también trabajas con personas gravemente enfermas. ¿También en este ámbito ha mostrado ser válido tu enfoque terapéutico?

HELLINGER Sí, sobre todo en caso de tratarse de problemas o afecciones causados por implicaciones sistémicas.

LINZ ¿Y cuáles son los síntomas que mejor responden a una Psicoterapia Sistémica?

HELLINGER Podemos apreciar que determinadas enfermedades graves, como por ejemplo el cáncer, tienen también causas sistémicas. El contexto sistémico se muestra en la dinámica ilustrada por la expresión: «Te sigo»; es decir, la persona pretende seguir a otro miembro de la red familiar, enfermo o muerto, cayendo enfermo o buscando la muerte también él. Lo mismo ocurre en el caso de un hijo que ve que alguien en su familia tiende a seguir a otra persona de esta manera, por lo que pretende retenerlo diciendo: «Mejor que vaya yo que tú.» A todo esto aun se añade el deseo de expiar y compensar una fatalidad, buscando a su vez la fatalidad. Conociendo estas dinámicas fundamentales es posible despojarlas de su poder y mitigar el sufrimiento y el dolor.

Otros síntomas están relacionados con el movimiento interrumpido hacia uno de los padres. Así, por ejemplo, los dolores cardíacos o de cabeza frecuentemente expresan un amor retenido, y los dolores de espalda muchas veces se desarrollan cuando la persona se niega a realizar una inclinación profunda ante la madre o el padre.

Procedimientos importantes

LINZ ¿Cuáles son tus procedimientos terapéuticos más importantes en el trabajo con Constelaciones Familiares? ¿Cómo los resumirías en unos cuantos puntos principales?

Asumir el mando

HELLINGER Una vez configurada la Constelación, no dejo la solución únicamente en manos del cliente. Así, por ejemplo, no dejo que busque sólo el lugar en el que se encuentra bien. Cuando alguien configura la Constelación de su familia, en virtud de mi percepción y de mi experiencia me sobreviene una imagen del orden, de la manera en que está perturbado y de cómo debería ser corregido. Esta es la imagen que me guía para buscar la solución. Es decir, yo mismo configuro las imágenes intermedias y la de la solución, pero siempre contando con la colaboración del cliente. Así compruebo la imagen por su efecto, viendo si éste afirma la imagen o si aún se requieren otros pasos más.

LINZ Es decir, ¿también compruebas tu imagen interior?

HELLINGER Sí, siempre, en cada caso. Por tanto, nadie tiene que creer simplemente lo que digo o hago. Sin embargo, no le dejo la iniciativa al cliente, ya que no encontraría la solución por sí solo. Si supiera hacerlo, no necesitaría acudir a mí. Una vez encontrada la imagen de la solución, le pido al cliente que ocupe su lugar en la Constelación tomando la posición que su representante tenía. De esta manera tiene la posibilidad de comprobar por sus propias reacciones si la solución es la correcta para él.

Ir hasta el límite

LINZ Muchas veces, partiendo de la imagen de la solución, le haces ver al cliente consecuencias aparentemente muy duras.

HELLINGER Enfrento a la persona con las máximas consecuencias de aquello que en su familia ocurre; por ejemplo, que morirá un hijo si él abandona a la familia. Y también lo enfrento con los pasos necesarios para llegar a una solución, por ejemplo, que debe inclinarse profundamente ante su padre y honrarlo. O, quizás, que tiene que salir de la familia; también eso puede ser una consecuencia en algunos casos.

LINZ ¿Qué significa eso en concreto?

HELLINGER Que la persona en cuestión renuncie a sus exigencias. Por ejemplo, una madre que dio a su hijo ya no tiene ningún derecho sobre él. En un caso así, tiene que marcharse y dejar al hijo con el padre.

Éstas son intervenciones terapéuticas de gran trascendencia; asumir la responsabilidad de dar un paso así requiere mucho valor. Pero sólo al confrontar a la persona con todas las consecuencias de su comportamiento y con las condiciones para arribar a una solución, la decisión se hace inevitable y posible.

En este contexto me acuerdo de otro de mis maestros: este ir hasta el límite fue algo que Frank Farrely presentó de manera muy patente en su «Terapia Provocativa». Él me indicó un camino, y me acuerdo de él con gratitud.

Quedarse con la realidad aunque sea chocante

LINZ En tus grupos terapéuticos, sin embargo, ¿una y otra vez habrá participantes que se mostrarán impactados por la manera tan directa en que los confrontas?

HELLINGER Tan sólo confronto al participante con una realidad visible.

LINZ ¡Que tú ves!

HELLINGER Y que el otro, por supuesto, conoce. Únicamente es chocante para aquellos que no quieren ver lo que es.

Así, por ejemplo, en un curso hubo una mujer con una enfermedad mortal incurable; es decir, ya no le quedaba mucho tiempo de vida. Ella quería configurar su familia, pero yo le dije:

—Cogeré únicamente a dos personas: tú y la muerte. Elige a alguien para ti y elige a alguien para la muerte.

Eso es chocante para alguien de fuera. Para esa mujer, sin embargo, no fue así, ya que sabía que iba a morir. Eligió a una mujer más baja como representante de ella misma, y una mujer más alta para la muerte. Colocó a las dos mujeres una en frente de la otra, muy cerca, pecho a pecho. La mujer más baja que representaba a la cliente levantó la vista, se quedó mirando a la muerte y dijo:

—Tengo una sensación cálida y siento el aliento suave de la muerte en mi cara.

También la muerte tenía una sensación de calidez frente a esa mujer.

Le dije a la mujer que representaba a la cliente que le dijera a la muerte: «Te honro.» Así lo hizo, y la muerte y la mujer se cogieron de las manos muy suavemente, de ambas manos, mirándose con gran cariño.

Ésta es la realidad que sale a la luz, la realidad que actúa precisamente porque pudo salir a la luz. Pensando, sin embargo, que la muerte es algo horrible, se tiene miedo de sacar a la luz esta verdad. Cuando yo saco a la luz un asunto de esta índole, siempre se trata de una realidad que se presenta de la manera que es, con toda seriedad. Es algo que no se contradice, es decir, el cliente no lo contradice. Quizás, a otros les infunda miedo esta realidad, por lo que intentan resistirse diciendo que la enfermedad no será tan grave y que aún tendrán la posibilidad de hacer algo más que enfrentarse con el final. Yo no permito este tipo de comentarios, aunque parezca duro en ese momento.

LINZ ¿Qué consecuencias tendrían estas objeciones si las permitieras?

HELLINGER En un caso así, la realidad se encontraría transferida a un nivel propio de las opiniones y de las arbitrariedades, lo cual es inadmisible. Es aquí donde mi trabajo se hace directo y denso: no tolero que la realidad se minimice.

LINZ ¿Cuáles serían los efectos para el cliente si toleraras la arbitrariedad?

HELLINGER Le debilita. La realidad, en cambio, por muy dura que parezca, le hace fuerte y libre en cuanto la mira abiertamente y la reconoce. Una vez, por ejemplo, después de configurar la Constelación Familiar de una cliente, le dije que su matrimonio ya no tenía salvación, que los hijos tenían que ir con el marido y que ella debía quedarse sola. Otros participantes querían hacer objeciones y presentarle soluciones más cómodas, pero yo los corté. Lo que le había dicho no era un producto de mi imaginación, sino que había quedado claro en el curso de la Constelación, tanto para ella como para mí. Más tarde, uno de los participantes me contó que durante la noche siguiente se pasó tres horas discutiendo interiormente conmigo porque pensaba que había sido demasiado duro con ella. La mañana siguiente, sin embargo, aquella mujer vino al grupo, radiante, y el otro participante se dio cuenta de que su preocupación por ella y su lucha interior conmigo habían sido innecesarias.

LINZ ¿Cómo te ves a ti mismo al realizar una intervención que supone tanta responsabilidad?

HELLINGER En primer lugar me considero una persona que saca a la luz determinadas realidades, que son las que verdaderamente ayudan y curan, no yo. Sea cual fuere la decisión que se toma después, no tiene nada que ver conmigo.

LINZ ¿Qué ocurre en el interior del cliente cuando encara la realidad de esta manera?

HELLINGER Ya no se hace ilusiones. De esta manera, su visión y sus actos cobran otra seriedad y otra fuerza. Así, aun actuando en contra de su conocimiento, sabe lo que hace, ya no actúa por un mero impulso.

Dejar de lado el problema referido

LINZ ¿Por qué no dejas que tus clientes refieran más que descripciones breves de sus problemas? Es algo que desconcierta a muchas personas.

HELLINGER El problema que una persona relata, tal como lo relata, en realidad no es su problema. Ya que si realmente lo hubiera captado...

LINZ ...ya no existiría.

HELLINGER Exacto. Por tanto, aquí parto de la idea de que casi todo lo que una persona refiere de su situación, no corresponde realmente a ella. Si lo escuchara, no haría más que darle la oportunidad de justificar y reforzar una vez más su problema a través de su descripción. Por tanto, no le permito que me cuente su problema de la manera que él quisiera hacerlo, sino que le digo que únicamente me interesan los sucesos, por ejemplo, si alguno de los padres estuvo casado anteriormente, cuántos hermanos tiene, si uno de sus hermanos murió, o si hubo otros acontecimientos significativos en su infancia y en su familia.

LINZ Es decir, únicamente quieres oír los hechos.

HELLINGER Únicamente los hechos, sin ninguna interpretación. A partir de los hechos puedo saber lo que ocurre en su alma y cuál es la raíz de sus problemas o de las dinámicas en las que se ve implicado. Así tengo las informaciones que necesito.

Centrarse en la energía

LINZ Algunas personas, sin embargo, podrían aportar un sinfín de hechos. ¿Cuándo consideras suficiente la información recibida para poder formarte una imagen clara? ¿Cuáles son los hechos importantes?

HELLINGER Los acontecimientos y hechos están cargados de energía. Cuando una persona habla de un acontecimiento, puede percibirse inmediatamente la energía que éste encierra y el alcance de sus consecuencias. Cuando alguien relata que un hermano suyo murió de pequeño, siempre se trata de un hecho de gran impacto. O también el caso de una madre que murió de parto: un hecho así actúa con una fuerza inmensa a través de generaciones. Sucesos de este tipo deben ser abordados y reconocidos, puesto que se trata de hechos que infunden miedo y, en consecuencia, suelen ser ocultados. Pero es justamente este secreto el que les confiere su poder. Cuando se nombra un acontecimiento de este tipo, noto en seguida si está cargado de energía o no. Muchas veces, cuando alguien nombra a una persona determinada, sé inmediatamente que esta persona forzosamente tiene que ser representada e imitada por otro miembro del sistema.

LINZ ¿Cómo puedes estar tan seguro?

HELLINGER Lo noto por la energía, por la fuerza que de allí emana. Después compruebo lo percibido a través de la Constelación. Muchas veces aun se añaden otros factores. Pero una vez nombrada una persona importante, comienzo a trabajar en seguida. Todas las demás informaciones surgen a través de la Constelación.

Reducir el trabajo al mínimo

LINZ ¿Existen aún otros procedimientos terapéuticos que considerares significativos?

HELLINGER En las Constelaciones Familiares he podido comprobar la efectividad de un trabajo reducido al mínimo, es decir, se trata de no hacer más de lo estrictamente necesario, renunciando a abarcar la totalidad de un caso. De lo contrario, la energía se encauza hacia la curiosidad y el deseo de saber, desviándose del actuar. Corto inmediatamente en cuanto se percibe la solución. Corto en el punto culminante, cuando hay un máximo de energía. De esta manera impido que la energía se escape hacia los debates, conservándola concentrada para la acción. Por esta misma razón, tampoco tolero las discusiones detalladas una vez finalizado el trabajo.

LINZ ¿Cuáles serían los efectos de tales discusiones?

HELLINGER Debilitarían a la persona en cuestión y, al mismo tiempo, darían a otros participantes la oportunidad de dirigir la energía hacia ellos mismos y hacia sus problemas.

LINZ Es decir, ¿inmediatamente sigues trabajando con otro participante o cambias de tema?

HELLINGER Sí, inmediatamente paso a lo siguiente.

Interrumpir el trabajo

LINZ ¿Qué haces cuando no encuentras ninguna solución en una Constelación?

HELLINGER Cuando no encuentro ninguna solución, interrumpo en seguida, y también en este caso no admito ninguna discusión. De esta manera, la interrupción es efectiva. Se trata de una intervención dura, pero, frecuentemente, al cabo de unos días, el participante encuentra lo que aún le faltaba para la solución. Sin la interrupción y sin las fuerzas movilizadas por ella quizás no lo hubiera conseguido.

LINZ Por tanto, ¿también la interrupción de una Constelación tiene un efecto terapéutico?

HELLINGER Sí, también está al servicio del cliente. Lo mismo ocurre cuando hay que admitir un fracaso. Así, por ejemplo, hay veces en las que digo: «No puedo hacer nada ahora», y lo dejo allí. Aunque veo que la situación es dura para el cliente, no me preocupo, ya que dejando las cosas como están, quizás a otro participante del grupo se le ocurre algo al respecto, aportando así la palabra clave que nos permite avanzar. Por tanto, no pretendo tener siempre un control absoluto de todo, sino que me muevo con la corriente. La misma corriente también lleva a los demás, dándose así un intercambio entre todos que sirve al desenlace bueno.

Guardarse de la curiosidad

LINZ Es una imagen muy buena. Varias veces he podido observar cómo te resistes a determinadas preguntas mediante una respuesta ambigua o un comentario irónico, ¿cuál es la razón de fondo?

HELLINGER Si una persona hace una pregunta seria que es importante para ella, siempre le respondo; así me lo exige el respeto. Pero si el objeto de la pregunta es ponerme a prueba, me retiro a través de la ambigüedad o de una broma, pero también mediante el enfrentamiento.

LINZ Muchas veces también se trata de una cierta curiosidad.

HELLINGER La curiosidad es una falta de respeto ante la otra persona; y de la misma manera que yo no hago preguntas curiosas, tampoco permito que me las hagan a mí.

El éxito no se controla

LINZ A veces da la impresión de que no necesitas ni tampoco quieres ninguna información de los efectos posteriores de tu trabajo. ¿Por qué?

HELLINGER Sí que necesito el feedback. La respuesta principal, sin embargo, se me da durante el trabajo mismo, cuando veo el impacto inmediato sobre los sentimientos del cliente, y los cambios que se producen. Pero nunca limito el trabajo a los síntomas, de modo que tenga que investigar para saber si han desaparecido o no. Mi meta no consiste en eliminar un síntoma, sino en hacer que una persona recobre la unión con su familia, de manera que pueda estar en contacto con todas las fuerzas buenas que ésta alberga. Este hecho le da al cliente muchas energías nuevas y siempre es un éxito. Hasta qué punto este trabajo influye también en los síntomas es otro asunto que, en primer lugar, atañe a los médicos y psiquiatras. Por tanto, a clientes con síntomas graves siempre les aconsejo que consulten también a un médico o a un psiquiatra si veo que eso sería lo más indicado en el caso concreto.

LINZ El no preguntar por el éxito, ¿tiene un significado terapéutico?

HELLINGER Esta es una pregunta interesante que considero muy importante. Naturalmente me alegro cuando, al cabo de un tiempo y a través de terceros, me entero de que alguien se encuentra bien. Pero nunca lo preguntaría directamente, por la simple razón de que no quiero ponerme entre él y su alma, ni tampoco entre él y su destino, ni entre él y la «Gran Alma» —para llamarlo de alguna manera— que le guía. Cuando trabajo con él, me siento en sintonía con su destino y en sintonía con su alma y en sintonía con la «Gran Alma». Así, una vez terminado mi trabajo, puedo retirarme sin seguir investigando. Si sintiera curiosidad o pretendiera investigar, ya no confiaría en estas fuerzas, lo cual tendría consecuencias muy graves tanto para mí como para el cliente, ya que dichas fuerzas me abandonarían a mí y le abandonarían a él.

LINZ Por tanto, cuando un cliente te comunica, todo contento, que la terapia fue un éxito, ¿te parece bien o te frena?

HELLINGER Me distancio de ello viéndolo como una tentación de ceder al poder.

LINZ ¿También podría ser una tentación de querer encontrar reglas y de fiarse más de las reglas que del momento y de lo que éste muestra?

HELLINGER Eso es lo mismo. También sería una tentación de ceder al poder. En cuanto me dejo llevar por una reacción eufórica, dejo de pisar terreno firme y pierdo claridad. Y también pierdo fuerza. En ese momento ya no estoy libre. Cuanto menos sepa, más centrado y recogido en mí mismo puedo estar. Por este mismo motivo tampoco quiero saber nada de lo que el cliente, ya anteriormente, hizo para solucionar sus problemas. Así puedo trabajar con él con toda libertad.

El momento actual es lo que cuenta

LINZ Muchas veces, las personas que llegan a conocer tu enfoque psicoterapéutico preguntan: «¿De dónde saca Hellinger todo esto? ¿Cómo llegó a esta visión de las cosas?»

HELLINGER He aprendido de muchas personas.

LINZ De eso ya hablamos.

HELLINGER Lo más importante lo percibo en el momento. Es decir, cuando el trabajo me exige, me expongo enteramente a la situación y a las personas en cuestión, sobre todo, a los excluidos. Cuando los tengo presentes a todos, cuando los miro con respeto y cariño, de repente me surge la solución, y es ésta la que señalo. Al cabo de un cierto tiempo, también descubro determinados patrones básicos.

LINZ Esta sería la parte propia de la experiencia.

HELLINGER Sí, gracias a la experiencia reconozco patrones que se repiten, como por ejemplo el hecho de que las parejas anteriores de los padres siempre sean representadas en la familia por uno de sus hijos.

LINZ Si se casan otra vez...

HELLINGER ...o si anteriormente hubo una novia u otra relación importante; también ésta, más tarde, es representada por un hijo o una hija. Este es uno de los patrones que descubrí. También existen patrones insólitos, de los que ya no recuerdo cómo llegué a conocerlos; por ejemplo, que alguien que siente una preferencia por el cuento de Juan con suerte, tiene en su familia a alguien que perdió su fortuna, en la mayoría de los casos, uno de los abuelos. De repente lo veo, y me puedo fiar de esta percepción.

LINZ ¿Encontraste otros patrones más?

HELLINGER A veces llego a comprender realidades que en un principio no quisiera admitir, como por ejemplo la que se expresa en la frase: «La mujer tiene que seguir al hombre», y aquella otra: «El hombre tiene que estar al servicio de lo femenino». Cuando sobrevinieron estas frases, primeramente me resistía a esta comprensión, pero finalmente no podía seguir ignorándola. Cuando llego a comprender una realidad de esta manera, lo expreso ante el cliente o ante el grupo y espero el efecto. Pero no intervengo en lo que una persona haga de estas frases. No presento esta comprensión como una tesis mía que tendría que defender. Tan sólo se trata de algo que me llegó, y como tal lo transmito. Que posteriormente se reconozca o no, no tiene ninguna importancia para mí.

LINZ Esto nos lleva directamente a otra pregunta que también oigo muchas veces: «¿De dónde saca Hellinger esta seguridad para presentar sus afirmaciones como verdades apodícticas?»

HELLINGER Siempre presento las «verdades» como algo que en un momento determinado veo y que cualquier otra persona puede ver si se centra en el momento concreto. Para mí, la verdad es algo que el momento me muestra, indicándome la dirección del próximo paso a dar. Cuando veo algo de esta manera, lo digo con toda seguridad, comprobándolo por sus efectos. Si en otra situación vuelvo a encontrarme con lo mismo, no me apoyo en la comprensión anterior —precisamente porque no es ninguna verdad inamovible la que proclamo—, sino que una y otra vez intento ver de nuevo lo que el momento me muestra. Quizás, esta vez me presente algo diferente, y lo digo tal como en ese momento lo veo. Aunque difiera de lo anterior, o quizás incluso lo contradiga, lo expreso con la misma seguridad porque el momento no me permite otra cosa.

LINZ Es decir, ¿no tienes reglas fijas?

HELLINGER No, en absoluto. Por tanto, cuando alguien me dice: «Pero antes de ayer dijiste esto y lo otro», me siento mal interpretado, porque me reprochan que no me centro en el momento. En cada momento me fijo de nuevo, ya que la verdad de un momento sustituye la verdad de otro momento. Por eso, únicamente considero válidas mis palabras para el momento presente. Es a este guiarme por la verdad del momento al que me refiero cuando defino mi proceder como «Psicoterapia Fenomenológica».

LINZ Pero eso se contradice con lo que antes dijiste de los patrones que se repiten.

HELLINGER Exacto. Se ríe. Afronto la contradicción cuando ésta se presenta, sopesando lo uno y lo otro.

LINZ ¿Fue también esta visión de las cosas un motivo por el que no publicaste nada escrito durante tanto tiempo?

HELLINGER Hacía tiempo que también quería transmitir algo por escrito. Pero mucho de lo que veía aún estaba incompleto, por ejemplo, mi comprensión de la conciencia. Al cabo de un tiempo, sin embargo, me di cuenta de que era suficiente ver tan sólo determinados aspectos y comunicarlos; también de esta manera surtían su efecto. Por eso, la manera en que está concebido el presente libro, Órdenes del amor, corresponde mucho más a mi proceder y a mi percepción que si pretendiera ofrecer algo completo.

LINZ ¿Hay otro elemento decisivo en este tipo de percepción?

HELLINGER En su primer libro, Las Enseñanzas de Don Juan, Carlos Castaneda presenta un breve tratado sobre los enemigos del saber. Como primer enemigo cita al miedo. Sólo quien vence el miedo puede ver claramente la realidad. LINZ ¿Y cuál es la mejor manera de vencerlo?

HELLINGER Estando de acuerdo con el mundo tal como es, con todo tal como es. Este es el gran paso. Quien es capaz de estar de acuerdo con la muerte, de estar de acuerdo con la enfermedad, con su propio destino y con el de los demás, de estar de acuerdo con el final, con el carácter efímero de este mundo, éste ha superado el miedo y sigue ganando claridad.

LINZ Gracias por esta conversación.

HELLINGER Gracias también a ti. Ha sido un intercambio intenso que me ha servido para formular más claramente muchos conceptos.