FRANK Me gustaría hacerlo.

HELLINGER Entonces hazlo ahora mismo. Aún nos queda un poco de tiempo.

FRANK Bien, los que forman parte son mi primera mujer, de la que estoy divorciado, yo, dos hijos, y Dagmar, mi compañera actual, que está aquí conmigo.

HELLINGER ¿Hubo algún matrimonio anterior?

FRANK Dagmar estuvo casada anteriormente.

HELLINGER También necesitamos a un representante para este marido.

Abreviaciones:

Mar marido (= Frank)

lMuj primera mujer de Frank; madre de 1 y 2

1 primer hijo

2 segunda hija

2Muj segunda mujer de Frank (= Dagmar); no están casados

lMar2Muj primer marido de la segunda mujer

HELLINGER al representante de Frank ¿Qué tal el marido?

MARIDO Cuando mi compañera actual vino aquí a mi lado, me dio calor humano. Echo un poco de menos a mis hijos.

HELLINGER ¿Qué tal la primera mujer?

PRIMERA MUJER No lo sabría decir.

PRIMER HIJO De la manera en que estoy posicionado ahora, no mantengo ningún contacto con mi padre. Además, tengo la sensación de que pierdo el contacto con mi madre si me dirijo a él.

HELLINGER Acércate un poco a él para que veas cómo te sientes.

PRIMER HIJO se pone al lado del padre Así me parece mejor. De esta manera, también tengo más contacto con mi madre.

SEGUNDA HIJA Aquí me encuentro bien. Pero preferiría hacer algo por mi cuenta.

PRIMERA MUJER Me parece que estoy soñando.

HELLINGER a la hija Ponte al lado de tu hermano.

A la primera mujer Gírate hacia fuera. ¿Qué tal así?

PRIMERA MUJER Bien.

MARIDO También para mí está muy bien.

HELLINGER a la primera mujer Da otro paso más hacia fuera. ¿Qué tal así?

PRIMERA MUJER Bien.

PRIMER MARIDO DE LA SEGUNDA MUJER Yo no tengo nada que ver con todo esto. Pero siento que aún hay tensiones entre mi ex mujer y yo.

La segunda mujer se ríe. Hellinger modifica la imagen.

HELLINGER a Frank y Dagmar Ocupad vosotros mismos vuestros lugares.

A la hija ¿Te encuentras bien aquí?

SEGUNDA HIJA Me encuentro bien, aunque pienso que con esta otra mujer hay problemas señala a la segunda mujer.

HELLINGER ¡Desde luego! Naturalmente representarás a tu madre frente a ella.

PRIMER HIJO También yo la echo en falta.

PRIMERA MUJER Yo también estaba curiosa de ver lo que ocurría ahora. Se acaba de girar nuevamente hacia la familia.

HELLINGER ¿Qué tal al ver a la familia así, de lejos?

PRIMERA MUJER Una imagen más completa.

FRANK Estoy absolutamente perplejo.

HELLINGER Es una solución simple y clara. De acuerdo, ya está.

FRANK después de sentarse otra vez No consigo atar cabos. De golpe me vinieron a la mente varias cuestiones.

HELLINGER ¡Simplemente alégrate de lo que acabas de ver! Si te alegras, es suficiente.

FRANK Me siento muy inseguro con todo esto.

HELLINGER Alégrate con inseguridad. Algunos no pueden estar contentos hasta que no hayan encontrado algún inconveniente. Existe la posibilidad de esquivar esta tendencia y disfrutar a pesar de todo. De acuerdo, siempre te sucede lo mismo: la felicidad da miedo, y la felicidad conlleva responsabilidad.

FRANK Pienso que, antes de asumir la responsabilidad, también debo aclarar todo esto.

HELLINGER Está claro: tu mujer tiende a volver a su país y a su sistema, y tus hijos deben ir contigo. Se mostró realmente aliviada al verlo.

FRANK Siempre me sentía culpable.

HELLINGER También para mí fue un alivio verlo. Me alegro por ti. Aquí no hace falta que hablemos de culpa; la dinámica lo conlleva. La dinámica se desarrolla así, y así está bien.

Al grupo De acuerdo, por hoy terminamos.

Tercer día

La ronda

La «ronda» consiste en que los participantes, uno tras otro, puedan tomar la palabra para decir lo que el trabajo hasta ahora realizado ha obrado en ellos, hagan preguntas y aborden inmediatamente lo que en ese momento necesita ser tratado. Los demás participantes escuchan centrados y con atención, sin intervenir ni decir nada. Así, ningún participante necesita atender a comentarios u objeciones de los otros. A pesar de todo, el grupo sirve de presencia que ayuda a cada participante a centrarse, ya que, en cuanto uno se desvía hacia detalles que más bien sirven de justificación o de acusación, en lugar de fomentar el desarrollo personal, el grupo se inquieta. En este caso, el terapeuta interrumpe el proceso y se dirige al siguiente cliente. En cambio, mientras alguien esté trabajando algo importante para él, todos permanecen atentos y centrados, aunque el proceso requiera más tiempo.

Lo que tiene importancia para el individuo afecta a todos, y cuando un miembro del grupo descubre o soluciona algo esencial para él, los demás aprenden con él, como en un modelo, sin tener que trabajarlo personalmente en el grupo.

Al principio, las rondas suelen ser relativamente cortas. Hacia el final de un curso, sin embargo, se alargan, porque para muchos es la última posibilidad de solucionar cuestiones no solucionadas que les apremian. Los capítulos que se desarrollan desde aquí hasta la próxima Constelación son una descripción resumida de una de estas rondas.

Síntomas adoptados

ANNE Me encuentro bien. Noto que muchas cosas han empezado a moverse y que algunas se han aclarado. Me he dado cuenta de que estoy identificada con una persona, quizás incluso con varias...

HELLINGER No, por regla general, sólo existe una identificación. Si hubiera varias, la persona se volvería loca.

ANNE Pues, una identificación que me supongo, o que me quedó más clara, es con mi abuela; es decir, lo noté físicamente. Una y otra vez tiendo a respirar mal, sólo con la parte superior del tórax y sin llegar a respirar profundamente. Por ejemplo, sé que aguanto la respiración cuando tengo miedo o en situaciones conflictivas, y que en tales momentos también me encojo físicamente. Me vino a la mente el recuerdo de que la abuela tenía cierta fobia persecutoria; cuando yo era niña, siempre me pedía que mirara a ver si había alguien escondido en alguna parte. Creo que en buena parte adopté este miedo y que, ya de pequeña, aguantaba la respiración en tales situaciones.

HELLINGER ¿Qué se hace entonces en tales situaciones?

ANNE Supongo que respirar.

HELLINGER Se mira a la abuela con amor y se le dice: «Aguanto la respiración por ti.» ¿Sí? ¿Es posible?

ANNE Lo intento.

HELLINGER ¿Notas el amor? Ese amor te hace libre si le permites que surja. ¿Algo más, Anne?

Origen judío

ANNE Sí. Esta mañana, al hablar de mis abuelos paternos, en vez de decir que murieron o perecieron, por primera vez pude admitir la expresión «fueron asesinados».

HELLINGER ¿Por quién?

ANNE Durante la época nazi. Soy de familia judía.

HELLINGER Eso es siempre muy, muy significativo. Una mujer judía no puede casarse con ningún alemán.

ANNE Yo me casé con un alemán.

HELLINGER No funciona. Una mujer judía no puede casarse con ningún alemán.

ANNE ¿Puedes decirme el porqué?

HELLINGER La relación fracasa. Aún no he visto ningún caso en el que haya acabado bien. Al revés, sí. Un judío puede casarse con una alemana, pero no a la inversa. Eso no funciona.

JOHANN ¿Hay alguna explicación, o simplemente fracasa?

HELLINGER No lo explico. Es así.

A Anne ¿Has visto algún ejemplo de lo contrario?

ANNE Sí.

HELLINGER ¿Realmente?

ANNE Realmente.

HELLINGER De acuerdo, entonces tendré que revisar mi afirmación.

ANNE Pero soy consciente del problema.

HELLINGER Cuando una mujer judía se casa con un hombre que no es judío —en el caso de un marido alemán aún es más difícil—, sólo funciona si ella abandona el judaísmo. Pero un judío no puede hacer eso; no es posible. El vínculo por un destino común es más fuerte entre los judíos que entre otras personas, entre otras personas normalmente no sucede.

ANNE ¿Por qué piensas que es diferente con un marido judío?

HELLINGER Eso tiene que ver con lo que dije ayer, con que la mujer debe seguir al marido. Una mujer judía no puede hacerlo sin abandonar su confesión. Una mujer que no es judía puede seguir a su marido, pero a la inversa no es posible.

GEORG ¿No es cierto también que las mujeres transmiten el judaísmo? De esta manera, los hijos se alejan automáticamente de la familia del padre.

HELLINGER Sobre todo tiene que ver con que la mujer judía no puede casarse con un hombre que no sea judío sin abandonar su confesión, mientras que una mujer que no es judía puede seguir al marido judío sin dejar su religión. En este caso no es así. El vínculo con el sistema de valores, impuesto por la pertenencia a su sistema religioso, impide este paso para la mujer judía. Este, sin embargo, no es más que un motivo; es decir, se trata de un conjunto de múltiples factores. Por regla general, no funciona, y más vale no engañarse.

ANNE Sin embargo, elegí a este hombre. Ahora bien, lo que hace más complicado el asunto es el hecho de que mi marido era un candidato para la vocación religiosa. Es decir, también es teólogo católico. Su madre no lo había destinado para el matrimonio.

HELLINGER De acuerdo, eso es más fácil de solucionar. Ése no sería ningún motivo para distanciarse de él. La dificultad más bien se halla en ti y en tus padres y en tu destino. (Anne vive separada de su marido.)

ROBERT Quizás sea también importante tener en cuenta el porcentaje de la parte judía; ¿quizás sea sólo un cincuenta o un veinticinco por ciento?

HELLINGER No quieto meterme en casuística. Aquí se trata de percibir las fuerzas que actúan. Después hay que examinar cada caso concreto.

A Anne Es una información importante la que acabas de dar. Así será más fácil configurar tu familia.

La medida justa

IDA Me siento alterada y tengo una pregunta: ¿cómo se encuentra la medida justa de las cosas?

HELLINGER ¿La medida justa?

IDA Sí, la medida justa.

HELLINGER Hay una orientación interior. Cuando la persona es consciente de ella, centrándose en su interior, nota cuándo llega al límite o cuál es la medida justa. A veces fijamos la medida sirviéndonos de nuestra razón, pero frecuentemente resulta equivocada. Así, por ejemplo, cuando en una persona brota un sentimiento fuerte y auténtico, como fue el caso de Ute con su madre, ayer o anteayer, y cuando la persona se entrega a este sentimiento, éste le indica la medida. Esta persona nunca puede pasarse de la medida justa.

Es diferente cuando alguien se imagina un sentimiento, como por ejemplo Wilhelm con el sentimiento de ser una víctima. Era un sentimiento falso. Entonces se excede la medida justa, ya que la persona no está centrada. Sin embargo, el sentimiento que brota inmediatamente de una situación contiene la medida justa, aunque nos imaginemos que es desmesurado. De pronto se siente claramente: ahora está bien. De esta manera, también es posible encontrar la medida en otras situaciones.

Algunos piensan que la medida pequeña sería más segura que la grande. Pero no: sólo la medida justa es la segura.

IDA Es decir, también en la compensación entre el dar y el tomar, primero hay que esperar para encontrar la medida justa, la medida adecuada para cada uno.

HELLINGER La medida resulta de la interacción con un asunto, o con una tarea, o con una persona. Es imposible calcularla de antemano.

Aliviado

WILHELM He dormido muy bien y, asombrosamente, ahora tengo un montón de tiempo.

HELLINGER Muy bien.

WILHELM Y, por lo demás, me encuentro bien.

El precio

HELLINGER ¿Cómo te va, Klara?

KLARA Bien. Estoy bastante cansada.

HELLINGER Sí, claro.

KLARA Quisiera preguntarte algo: desde ayer, cuando salió el tema de la compensación entre el dar y el tomar, estuve pensando directamente en mi accidente. Hace nueve años tuve un grave accidente de tráfico y, a este respecto, siempre he visto el tema de la compensación referido a mi relación de aquel entonces. Tuve el accidente con un hombre. Ayer, sin embargo, se me ocurrió que quizás el accidente esté relacionado muy concretamente con la familia. HELLINGER Es posible que sea así.

KLARA ¿Con la familia?

HELLINGER Sí. ¿Y qué haces ahora con todo esto?

KLARA No lo sé.

HELLINGER Bien, las secuelas del accidente son irreversibles; ahora tienes que llevarlas. Pero puedes atenuarlas recordando lo que viviste ayer, es decir, dando un lugar en tu corazón a todos los que pertenecen a tu familia; así habrá paz. Lo demás debes tomarlo como tu destino.

Al grupo Quisiera decir algo con relación a los traumas, accidentes o fatalidades. Muchos de los que sufrieron una fatalidad, por ejemplo, personas que fueron torturadas o que se salvaron de los campos de concentración, frecuentemente se olvidan de lo más importante. ¿Qué es lo más importante?

KLARA Que sobrevivieron.

HELLINGER Que acabó bien. Y esto es lo más difícil de tomar.

Una vez me llamó un hombre contándome que había participado en un viaje organizado a Rodas. Allí visitaron un túnel acuático de la Edad Antigua. Justo en medio tuvo un ataque de pánico. Salió como pudo y volvió al hotel. Allí tuvo otro ataque de pánico. Así que decidió volver a casa de inmediato. Pero una vez llegado allí, tuvo otro ataque. Al oír su relato, le dije:

—Éste es un recuerdo de tu nacimiento. Cuando tenga una plaza en un curso te cogeré; así podremos solucionarlo.

En cuanto tuve una plaza libre, el cliente vino y revivió su nacimiento. Pero no le ayudó. Le pregunté:

—¿Qué pasó durante tu nacimiento?

Contestó:

—Mi madre estuvo a punto de morir por una hemorragia.

Le dije:

—De acuerdo, arrodíllate, cara a la pared, e imagínate a tu madre; mírala y dile: «Lo tomo al precio que a ti te costó.»

Pero el cliente no se veía capaz de decirlo. Era demasiado para él. Finalmente, al cabo de tres días, consiguió pronunciar esa frase y quedó en paz. Así es.

A Klara Éste fue el sentido de la reverencia de ayer: cogiste lo que cada uno había dado por tu vida, al precio que habían pagado. Y todos se mostraron afables contigo, ¿verdad? De hecho, cuando alguien ha pagado un precio, también quiere ver que no fue en vano.

KLARA ¿Quieres decir que el precio fue el accidente?

HELLINGER No, los demás pagaron el precio por tu vida, y quieren ver que no fue en vano. Es decir, si tomas tu vida al precio que los demás pagaron por ella, y le sacas partido, los demás estarán reconciliados con el precio que pagaron. En cambio, si tú misma no permites que las cosas te vayan bien, el precio se pagó en vano. ¿De acuerdo?

KLARA Sí.

HELLINGER Bien. ¿Algo más?

KLARA Gracias.

El nivel emocional básico, y cómo elevarlo a un estado positivo

SOPHIE Yo también dormí bien esta noche, en dos partes. Es decir, después de una fase de un sueño realmente profundo, me desperté y en un principio estaba muy tranquila. Pero después sí que surgió alguna que otra cosa que me conmovió ayer. No tengo preguntas en relación directa con la familia, pero de repente noto muy claramente que si hoy en día me encuentro tan bien se debe a mi posición segura con mi padre al momento de morir mi madre.

HELLINGER ¿Cuándo murió tu madre?

SOPHIE Yo acababa de cumplir siete años. Mis hermanos no lo sobrellevaron tan bien.

HELLINGER Mirando a las personas, es posible determinar inmediatamente su nivel emocional básico, es decir, el estado emocional al que la persona se retira para tener el mínimo estrés. Cuanto más feliz es, su estrés es mayor, y lo mismo ocurre cuando es infeliz. Es posible clasificar a las personas por su estado emocional básico imaginando una escala que, pasando por el cero, fuese desde el cien negativo (como punto más bajo) hasta el cien positivo. Tú te encuentras aproximadamente en el cincuenta negativo.

A quien se encuentra en el nivel negativo de su estado emocional básico, le falta uno de los padres. Anne, por ejemplo, se encuentra en el nivel positivo de su estado emocional básico.

Klara, curiosamente, va subiendo. Se dice que el nivel emocional básico es invariable. Pero yo descubrí cómo se puede influir sobre él.

SOPHIE riendo Espero que me digas algo al respecto.

HELLINGER De lo contrario, hubiera podido ahorrarme esta introducción tan larga. Bien, cuando se logra integrar al padre o a la madre ausentes o excluidos, el nivel emocional básico sube unos setenta y cinco puntos.

Risas en el grupo.

A Sophie Si perdiste a tu madre cuando tenías siete años, te faltará; está clarísimo. Pero puedes recuperar el darle su lugar. Debes saber que un niño que pierde a uno de los padres en edad temprana no puede soportar la aflicción porque es demasiado débil. En consecuencia, el niño reacciona con rabia, ésta es su forma de expresar dolor. Más tarde, cuando pretende llegar al dolor, no lo consigue, sino que llega a la rabia. Este hecho le avergüenza. Sin embargo, se trata de la forma adecuada del dolor en un niño. Los padres saben que ésta es la forma adecuada del dolor en un niño; tu madre lo comprendería. ¿De qué murió tu madre?

SOPHIE De las consecuencias de una operación. La verdad es que ella estaba psíquicamente enferma. Siempre estuvo enferma y simplemente no se recuperó.

HELLINGER Quisiera hacer un ejercicio simple contigo, nada dramático, de manera que entres en contacto con tu madre y con el amor que sientes hacia ella. Pero sólo si tú también quieres.

SOPHIE Me da un poco de miedo.

HELLINGER Siempre es así cuando se toca algo esencial. Pero es algo sano y muy simple.

SOPHIE De acuerdo.

Paz a través del amor

HELLINGER a Klara ¿Me ayudarías en este ejercicio?

KLARA Sí.

HELLINGER Entonces échate de espaldas en el suelo, cierra los ojos y simplemente permanece así.

A Sophie Ahora échate tú a su lado, también de espaldas, dejando una pequeña distancia y con la cabeza aproximadamente a la misma altura que la de ella. Ahora imagínate que te encuentras, de niña, al lado de tu madre enferma mirándola con amor. ¡Mírala! ¡Respira profundamente, deja la boca abierta! La estás viendo en su enfermedad. ¡Mírala con amor!

Sophie respira fuertemente, sintiendo su dolor y llorando con los ojos abiertos.

HELLINGER ¡Con amor! ¿Cómo le decías a tu madre?

SOPHIE Mami.

HELLINGER Di: «¡Querida mami!»

SOPHIE ¡Querida mami!

HELLINGER «¡Querida mami!» ¡Con todo el amor! Dilo con todo el amor: «¡Querida mami!»

SOPHIE ¡Querida mami!

HELLINGER Dilo muy tranquilamente.

SOPHIE ¡Querida mami!

HELLINGER Y dile: «¡Querida mami, bendíceme!»

SOPHIE ¡Querida mami, bendíceme!

HELLINGER al cabo de unos instantes, al cesar el dolor Ya está.

Al grupo ¿Veis lo radiante que está? ¡Muy bien! Así se hace en psicoterapia. El método básico es llegar a la solución mediante el amor. Una vez que se ha llegado al amor, se puede seguir trabajando.

La felicidad secreta

HARTMUT ¿Dónde situarías mi nivel emocional básico?

Risas en el grupo.

HELLINGER Curiosamente, más bien en el lado positivo.

HARTMUT Me sorprende, pero también me alegra.

HELLINGER Cada cual sabe inmediatamente dónde se encuentra su nivel emocional básico. Puede deducirlo de su estado emocional.

HARTMUT Me veo como una persona muy melancólica, y pensaba que la melancolía conduce a la persona hacia el lado negativo.

HELLINGER La melancolía protege una felicidad secreta.

HARTMUT riendo Bien. He aprendido mucho y me siento agradecido. También percibo las ondas de este ambiente como curativas. Es la primera vez que participo en un curso así, y quisiera decir algo que fue absolutamente nuevo para mí y me ayudó inmediatamente.

HELLINGER De acuerdo.

El otro saber

HARTMUT Fue nuevo para mí descubrir que existe un saber directo, o un conocimiento directo y espontáneo, del que disponemos sin que nos haya sido transmitido verbalmente. Fue nuevo para mí pensar que existía un saber de este tipo. Pero me pareció evidente inmediatamente; de lo contrario, todo lo que dijiste y configuraste, y que se contradecía tan fuertemente con la realidad exterior de la familia, me habría parecido paradójico o, al menos, hipotético. Éste fue el punto número uno.

Punto número dos. Durante decenios yo parecía un mensajero loco que, poco antes de entregar su mensaje, se desmaya, intentando intermediar entre diferentes miembros de mi familia y descuidando mis propios asuntos. Una y otra vez invertía muchas energías en lograr una reconciliación, o en restablecer un orden que —como veo ahora— no existía como tal, o no era fundamental. Por primera vez, gracias a ti y al trabajo en este grupo, he aprendido que existe la posibilidad de dirigirme a mi padre sin ningún enfrentamiento personal. Antes estaba muy resentido con él, porque siempre había evitado el enfrentamiento conmigo. Durante toda mi vida no hubo ni una sola frase de orientación de su parte. Por mucho que yo le provocara, él tenía un alma impermeable, y así estaba resentido con él. Ahora, por primera vez, veo una posibilidad de encontrar una salida con él, aunque ya murió hace cinco años. Es un gran alivio saber que no tengo que renunciar a él para siempre, porque con toda seguridad soy la persona que más se esforzó por él y de la que él, al mismo tiempo, más se retiró.

Lo tercero —y aquí aún no he llegado al final— es que me estoy reconciliando con el hecho de no haber empleado en mi vida ni las agresiones, ni la rabia, ni toda esa clase de manifestaciones; y que he perdido mucho al no luchar por ello. Pensaba que aún tenía que recuperar esos sentimientos, volviéndome agresivo de alguna manera, o luchando, y ahora veo, aunque aún no con toda claridad, una manera interior de sacar la fuerza y la energía atadas por ese esfuerzo de represión.

Dar sin tomar

HELLINGER Frecuentemente, la rabia es un camino para aproximarse al otro sin amor y, por tanto, la manera más fácil de acercarse. El acercarse con amor, una vez alcanza su meta, es mucho más exigente que el aproximarse con rabia.

HARTMUT Actualmente, muchas personas que son importantes para mí me dicen: «Nos aplastas, nos importunas con tu amor; ni siquiera nos das la oportunidad de esperar tu amor, de exigirlo...»

HELLINGER Sobre todo, no tomas. Quien da sin tomar, le dice al otro: «Antes que sentirme culpable yo, prefiero que te sientas culpable tú.» Entonces el otro se enfada, y con razón. ¿Has oído hablar alguna vez de un tal Vicente de Paul?

HARTMUT Sólo oído, pero no estudiado.

HELLINGER Era un santo de París, un experto en caridad, en el buen sentido. Una vez le confió a un amigo un secreto de su experiencia de vida. Le dijo: «Cuando pretendan ayudarte, ¡cuidado!»

HARTMUT Es esta desconfianza la que experimento y por la que sufro.

HELLINGER Con razón. Te diré algo, un pequeño aforismo: «Algunos auxiliadores se asemejan a un escarabajo pelotero que piensa que con sus patas traseras mueve el mundo.»

Risas en el grupo.

Una nueva perspectiva

ROBERT Ayer me fue de gran ayuda que me dijeras que aún era demasiado pronto para tomar todas aquellas decisiones; me hizo recobrar la serenidad. Además, noto que, desde anteayer, han desaparecido el enfado y la rabia contra mi mujer; aunque los busque, no los encuentro en ninguna parte. Se ríe. HELLINGER ¡Terrible!

ROBERT Sí, una perspectiva absolutamente nueva. Aún no sé lo que saldrá de aquí. De momento, esperaré. Pero por lo demás, me encuentro bien.

Ideal vano de una relación

JOHANN Estoy interiormente intranquilo, algo nervioso, y me empiezan a sudar las manos. Ayer estuve todo el día como trastornado, medio ausente hasta la tarde. De alguna manera, hubo muchas cosas que me irritaron. Noto que aún estoy un poco desorientado. Muchas cosas empiezan a tambalearse. Mi ideal de una relación de pareja empieza a quebrarse.

HELLINGER Con razón. Un amigo mío, el psicoterapeuta Hans Jellouschek, acaba de publicar un libro en el que describe muy bien los efectos de estas nociones ideales. El libro se titula El arte de vivir en pareja.

JOHANN Hay varias cosas que despiertan mi interés, también lo que Hartmut acaba de decir. Yo también tengo la sensación de que doy muchísimo y, al mismo tiempo, me cuesta mucho aceptar algo de los demás. Quiero llegar al prado verde, pero, al mismo, tiempo me da miedo.

Dar y tomar en una relación de pareja

HELLINGER Quien toma es humilde. Debe frenarse y renunciar a un poco de su fuerza. Sólo entonces el otro puede darle, no antes. Pero la persona también recibe fuerza, y por ésta, a su vez, da. Eso, por una parte, es humilde, pero así, ambos miembros de la pareja siempre permanecen en un mismo nivel.

En la relación de pareja, el hombre tiene algo que a la mujer le falta, y la mujer tiene algo que al hombre le falta. Son iguales tanto en su capacidad de dar como en su necesidad de recibir. En este nivel, existe una absoluta igualdad entre ellos. De la misma manera que la igualdad está claramente establecida en este nivel, así también debe funcionar en otros niveles.

En cuanto en una relación uno da más que el otro, y éste toma más que el primero, la pareja fracasa. Por tanto, en terapia de pareja, la primera medida consiste en descubrir quién da más o quién toma más, para después restablecer el equilibrio entre el dar y el tomar. De todos modos, cada uno sabe inmediatamente si da más o si toma más.

JOHANN Tengo la idea de que de esta manera me encuentro totalmente expuesto al otro.

HELLINGER Éste es el miedo. Ya que debes confiar en el otro. De ahí también resulta que sólo debo darle al otro tanto como éste pueda o quiera devolver. Si lo abrumo dando, el otro se ve obligado a marcharse. No debo darle más de lo que él quiera o pueda devolverme. Así, de antemano se establece hasta qué punto puede llegar el dar.

Toda relación comienza con una renuncia obligada, puesto que la medida del dar y del tomar es limitada; es limitada en cualquier relación. Algunos buscan una relación en la que no exista esta limitación. Ésta, sin embargo, no existe. Quien se desprende de esta ilusión, se mentaliza para una relación modesta, pero ésta, justo por renunciar a grandes pretensiones, resulta feliz.

JOHANN Lo que me acabas de decir es lo mismo que me dijo mi amiga.

HELLINGER ¡Ves!

JOHANN Me resulta comprensible.

HELLINGER ¿Sabes cuál es la mejor manera de manejar el tomar y el dar en una relación de pareja? Pidiéndole algo concreto al otro. Es decir, no se le dice: «Por favor, quiéreme más», eso no es concreto; sino: «Por favor, quédate media hora conmigo y hablemos». Así, al cabo de media hora, el otro sabe que ha cumplido el deseo. En cambio, si le dices: «Quédate siempre conmigo», el otro nunca sabe cuándo ha cumplido tu deseo, por lo que acaba sintiéndose agobiado. Estos consejos son simples y sencillos.

JOHANN Ya lo tengo claro.

HELLINGER De ahí va bajando.

Dejar que salga la presión

MARTHA Noto una presión muy fuerte en la cabeza. Tengo la sensación de que son lágrimas o miedo; no sé qué.

HELLINGER Trae aquí tu silla.

Martha coge su silla y se sienta enfrente de Hellinger, cerca de él.

HELLINGER Ponte cómoda aquí.

Martha se relaja y se ríe.

HELLINGER ¡Cierra los ojos! Le coge la cabeza tirándola suavemente hacia delante. ¡Respira! Le pone la mano en la nuca, moviendo su cabeza suavemente de un lado para otro. ¡Cógeme!

Martha se abraza a Hellinger y se balancea suavemente hacia la derecha y la izquierda.

HELLINGER Abandónate al movimiento sea cual sea. Imagínate que el amor fluye, y hacia dónde fluye. ¡Con fuerza!

Martha respira fuertemente.

HELLINGER ¡Espira con fuerza! ¡Más rápido! ¡Espira con fuerza! ¡Más rápido!

El dolor brota de lleno y Martha llora con gran aflicción.

HELLINGER al cesar el dolor Ahora respira silenciosamente.

Martha respira más tranquilamente.

HELLINGER ¿Cómo te encuentras ahora?

MARTHA Bien. Sí, ahora todo está libre.

La cuestión religiosa

ROLF En relación con mis clientes estoy inseguro en un punto: una vez se han aclarado, llegan a la cuestión religiosa. Aún no he visto a ninguno con el que no ocurriera así. Siempre procuraba contenerme, pero noto que en el fondo tendría que decir más.

HELLINGER No se llega a la cuestión religiosa.

ROLF ¿Pero hacia dónde deben encauzar sus energías? ¿Adónde dirigir su creatividad, la entrega?

HELLINGER De la cuestión religiosa no sabemos nada. Tus clientes topan con misterios; eso es diferente. Pero algunos esquivan el misterio queriendo saber. Así lo despojan de su fuerza. Pero, en realidad, el misterio se retira ante ellos.

Dolor por la muerte violenta de dos tías

CLAUDIA Para mí están presentes dos cosas a la vez, que no siempre tienen la misma importancia. A veces aparece una, a veces, la otra. Una está en relación con la familia de mi padre. No sé si eso aún tiene alguna importancia: hace unos momentos me acordé de que dos hermanas de él murieron en el campo de concentración. Empieza a llorar.

HELLINGER ¡Eso es importante, y tanto! ¿Por qué fueron al campo de concentración?

CLAUDIA Después de que Alemania perdiera la guerra, las llevaron a un campo de concentración en Polonia. Llora.

HELLINGER Míralas con respeto. Con respeto ante su destino. ¿De acuerdo? Volveré sobre este tema cuando configuremos tu sistema. Estas tías tendrán que incluirse en tu Constelación con toda seguridad. Así verás la fuerza que de ellas emana hacia ti.

Ayudar a los padres de hijos disminuidos — con respeto

KARL Hoy estoy pensando mucho en las personas con las que trabajo, y en la renuncia que realizan las personas a quienes les nace un hijo disminuido. Antes, cuando hablaste de los auxiliadores, también yo sentía cada vez más mi propio desvalimiento.

HELLINGER Siento el más alto respeto ante ti y ante tu trabajo. Muchos tienen la idea ilusoria de que la vida feliz es la grande. Pero eso no es cierto. En este desafío y en este encarar las exigencias de cuidar a niños disminuidos se hallan una grandeza y una riqueza que la supuesta vida feliz no puede alcanzar nunca. Para los padres de hijos disminuidos, éste es un camino trazado al que no se pueden sustraer. Si guardas este respeto hacia ellos, sin compadecerlos por su suerte —¡y eso es importante!—, sino viendo que se trata de un reto para ellos y que tú les ayudas a arrostrarlo, entonces has cumplido bien tu servicio.

ROLF Estoy pensando en una cliente difícil y empiezo a notar una cierta empatía.

HELLINGER En relación a la compasión te diré un aforismo: «La compasión requiere el valor de encarar todo el sufrimiento.»

La arrogancia y sus consecuencias

UTE Físicamente e interiormente me encuentro bien. Tampoco siento ningún miedo ya. Pero en cuanto se tocan determinados temas, noto una opresión en el pecho. Ya no son dolores de corazón, pero hay una presión. Así, por ejemplo, con el tema de la culpa de los inocentes. En un primer lugar afecta a mi madre, pero también me afecta a mí. En lo que se refiere al abuso de confianza por parte de mi padre, con la consecuencia del hijo ilegítimo, mi madre me insistía mucho en que ella se encontraba en una situación extremadamente difícil con el niño enfermo. Decía que mi padre la había engañado y dejado en la estacada y que, si hubiera tenido la posibilidad, ella se habría marchado con los dos niños. Me pregunto si esta idea no me limita, porque, en el fondo, quisiera hacer una reverencia profunda.

HELLINGER El hijo no debe inmiscuirse en lo que es asunto de los padres. Cualquiera que sea la dicha o desdicha entre ellos, el hijo no debe saberlo. Los padres tampoco deben decírselo al hijo. Si tu madre te lo dijo, debes olvidarlo. Y es posible olvidarse.

UTE ¿Sí?

HELLINGER Es una disciplina espiritual. Es posible ejercitar el olvido retirándose interiormente. De repente, ya no está. Entonces dejas a los padres en ese conflicto, mirándolos con cariño y tomando de ellos lo que ambos te dieron. UTE Bueno, pues...

HELLINGER Aún te diré otra cosa: sólo los pecadores conocen la indulgencia.

UTE ¿Indulgencia?

HELLINGER Indulgencia, sí. Los inocentes son duros.

UTE Hm, ahora lo entiendo.

HELLINGER Inocencia y culpa no son lo mismo que «bueno» y «malo». Frecuentemente es más bien al revés.

UTE Me doy cuenta de que he sido dura durante muchos años de mi vida; sobre todo, he sido dura al momento de juzgar, y también al momento de decidir lo que era justo o injusto.

HELLINGER ¡No describas tanto, si no, vuelves a caer en lo mismo!

UTE De acuerdo.. Este fue el primer tema. El segundo, que surgió por Klara, es éste: tres meses después de la muerte de mi padre tuve un grave accidente de tráfico. Entre otras cosas tuve una fractura de la base del cráneo y tres o cuatro vértebras rotas. Desde entonces...

HELLINGER Ya me basta. ¿Cuál es la dinámica?

UTE He llegado a pensar en el accidente y en la alusión a la tumba, porque después aún tuve varios accidentes más, y sigo tendiendo a sufrir accidentes.

HELLINGER ¿Sabes cuál es la correlación?

UTE Yo lo interpreté como si hubiera querido crear una solidaridad con mi padre, declarándome leal con él.

HELLINGER Por una parte. Por otra parte, estos hechos aparecen como expiación de una arrogación, de la arrogación de saber lo que hubo entre los padres.

Cuando una persona atenta contra el orden de origen, es decir, cuando un hijo se arroga el derecho de querer saber lo que hay entre los padres, y de juzgarlo, entonces se pone por encima de los padres. Dondequiera que aparezcan procesos trágicos en un sistema, accidentes graves, suicidios u otros sucesos similares, se trata de las consecuencias de una transgresión de este orden. En un caso así, una persona pospuesta se arroga el lugar de una persona antepuesta. En consecuencia, y sin que la persona sea consciente de ello, reacciona con la necesidad de fracasar, de sufrir la desdicha y la ruina.

La solución es que te retires y que des las gracias de que, de alguna manera, aún saliera bien, de que puedas aprender de ello y, después, arreglarlo.

UTE Noto que quiero asimilarlo, pero me encuentro como en una nube. Ni siquiera te veo.

HELLINGER No importa. Si no lo comprendes, tampoco puedes estar en contra. Así llega hondo sin encontrar barreras.

UTE Pensando en los accidentes, surge una sensación que no puedo describir. Es realmente difusa. Y es ardiente. Tuve que pensar en que el hermano de mi padre, por agotamiento, se murió en un accidente a los 54 años. Yo también me encuentro agotada muchas veces. No tengo ningún sentimiento al respecto, pero noto cómo me va subiendo un calor desagradable.

HELLINGER Ya conté una vez la historia del esquimal, ¿te acuerdas? Se fue al Caribe a pasar unas vacaciones, y al cabo de quince días se había acostumbrado. ¿A qué se había acostumbrado?

UTE Al calor. De acuerdo, comprendido.

Esperar hasta que la imagen desarrolle su efecto

FRANK Aún me ocupa la Constelación de ayer por la tarde. Hay algo en mi papel que aún no comprendo del todo.

HELLINGER No se puede comprender. Sólo puedes ver el efecto y ves una solución. Si sigues buscando, finalmente crees que has encontrado todas las causas, pero sólo lo crees ya que, al final, todas estas causas se pierden en las tinieblas. Todo lo que necesitas para la solución ya lo has visto. Si sigues investigando, vuelves a perder la solución.

El saber bueno apunta a una realización. En cuanto pretendo saber más de lo que el acto concreto requiere, el saber se vuelve destructivo, sustituyendo el actuar.

FRANK En el fondo, mi pregunta es ésta: si esta Constelación es cierta, ¿sería bueno que los hijos vinieran a vivir conmigo?

HELLINGER Desde luego que es bueno.

FRANK Eso se contradice con lo que veo actualmente, porque parece que están felices con la madre.

HELLINGER Naturalmente. Porque tu mujer es una buena madre. Por tanto, no necesitas decidir nada ahora. Ahora sólo tienes que llevar en tu interior la imagen de que es bueno, y después dejas que la imagen trabaje por ti.

FRANK Es decir, así está bien.

HELLINGER La imagen lo hace por ti. Tú esperas hasta que la imagen desarrolle su efecto.

Sí y no a tener un hijo propio

DAGMAR El final de la Constelación de Frank, de ayer por la tarde, fue especialmente importante para mí. Me resulta difícil expresarlo así, pero es lo que siempre había deseado. Sin embargo, mi primera reacción fue pensar: «No es posible que los hijos estén al lado de Frank sin que yo tenga ningún hijo con él.» Es un punto que me preocupa desde hace años y que seguramente tendrá que ver también con un aborto voluntario y con otro espontáneo que tuve recientemente. Es decir, tengo sentimientos muy ambivalentes al pensar si quiero tener un hijo con Frank o si deseo que tengamos otro futuro.

La segunda mujer

HELLINGER Aún quisiera decirte algo en relación a la Constelación de Frank que mencionaste. Si la imagen se realizara de la manera que acabamos de ver aquí, para ti rige el siguiente principio: en lo que a los hijos de Frank se refiere, tú no tienes ni derechos ni obligaciones. Eso es enteramente asunto de Frank y de su primera mujer.

DAGMAR Absolutamente de acuerdo.

HELLINGER Tan sólo eres la mujer de Frank, y nada más. Así, también puedes decirles a sus hijos: «Yo sólo soy la mujer de Frank; todo lo demás lo arreglan él y vuestra madre.» En consecuencia, si eres amable con ellos, él te debe algo, porque haces algo a lo que no estás obligada.

DAGMAR Soy amable con sus hijos.

HELLINGER Uno también es amable con otras personas; no se trata de eso. Me refiero a que hagas algo especial por ellos, por ejemplo, cocinar para ellos cuando visiten vuestra casa. Eso merece ser valorado especialmente. Frank debe reconocer que haces algo especial. Naturalmente, también entra en juego el amor hacia Frank; pero es algo especial, y él debe valorarlo.

DAGMAR Les hice regalos, fui amable en Navidades...

HELLINGER Eso es demasiado. De esta manera ocupas el lugar de la madre; no debes hacer eso. Sólo debes ser amable de una manera muy general; a la segunda mujer se le recomienda la máxima discreción. Frank hace lo que haya que hacer por los hijos. Tú lo apoyarás, pero manteniéndote en un segundo plano. Eso es lo que hay que tener en cuenta.

Aún existe otro aspecto más que es necesario tener en cuenta en una segunda relación. También en este caso rige el orden de origen. En un primer matrimonio, siempre se encuentra en un primer lugar la relación entre el hombre y la mujer; ésta tiene prioridad sobre todo lo demás. Cuando la pareja tiene hijos, frecuentemente la preocupación por los hijos cobra prioridad sobre el amor de los cónyuges, lo cual representa un trastorno del orden. Los hijos lo viven como un agobio. En un caso así, hay que restablecer el orden. La relación entre el hombre y la mujer tiene prioridad sobre la preocupación por los hijos. Es fatal cuando los padres se sacrifican por los hijos. Eso debe estar claro para todos.

En cambio, cuando el hombre ya tiene hijos de una primera relación, como en vuestro caso, en primer lugar es padre de sus hijos, y sólo en un segundo lugar es tu marido. O sea que, aquí, la solicitud por los hijos y el amor hacia ellos tienen prioridad sobre el amor hacia ti. Y tú tienes que reconocerlo. Si hubiera un conflicto en este punto, es decir, si dijeras: «Primero voy yo y después van tus hijos», éste sería un atentado contra el orden, con consecuencias fatales para vuestra relación.

DAGMAR Es una buena advertencia.

HELLINGER ¿Algo más?

Sí y no al tabaco

DAGMAR Esto no guarda ninguna relación con lo que dije antes, pero estoy pensando en que quiero dejar de fumar; quiero dejar este comportamiento autodestructivo. En este punto te pediría que me ayudaras, ya que lo haces bastante rápido.

HELLINGER después de una pausa Te haré una propuesta: cuando cojas un cigarrillo, acuna al niño abortado.

Lo que calma los dolores de cabeza

ULLA Me encuentro mal. Esta mañana tuve un dolor de cabeza tan fuerte que no pude venir antes.

HELLINGER ¿Cómo eran los dolores?

ULLA Eran en la parte posterior de la cabeza y en la nuca. No parecía que tuviesen que ver con un resfriado.

HELLINGER ¿Sabes lo que significan los dolores de cabeza? Amor contenido. ¿Dónde tiene que ir el amor?

Ulla suspira profundamente.

HELLINGER ¡Espirar! Ya tienes un camino para hacerlo fluir; mirar amablemente es otro camino. ¡Sí, mírame amablemente! ¡Buenos días!

ULLA ¡Buenos días!

HELLINGER Otro camino es dejar que el amor salga a través de las manos. ¡Abre las manos hacia arriba! ¡Exacto, así! También así puede fluir. Espirando, mirando con amabilidad, y a través de las manos.

ULLA Muchas veces tengo la sensación de que no quiero lo suficiente a mi marido.

HELLINGER Sí, es cierto, no lo haces.

ULLA ¿Y eso desaparece poniéndome a su lado conscientemente?

HELLINGER Exacto.

ULLA Pero no fluye por sí solo, sino que una y otra vez tengo que hacerlo conscientemente.

HELLINGER No importa. Lo importante es que haga efecto. ¿Y al lado de quién tienes que ponerte además? Después, en la pausa, puedes preguntárselo a Sophie. Ella te contará de quién se trata y cómo se hace. ¿Algo más?

ULLA Más tarde.

Honrar al padre y, con él, a Dios

HELLINGER ¿Aún hay algo que añadir?

HARTMUT Sí. Estuve como electrizado cuando Ute contó la historia de sus padres y tú dijiste que esa intromisión y esa arrogación se compensan a través del deseo de ser aniquilado. De pronto se me aclaran muchas cosas. Desde que cumplí trece años y durante toda mi adolescencia, mi madre se pasó noches enteras informándome sobre mi padre de una manera infame y negativa, sin que yo pudiera evitarlo. Eso seguramente perturbó la relación con mi padre. Después, la única relación con mi padre fue la risa homérica. Acabo de acordarme ahora.

Sólo estaba de acuerdo con mi padre cuando, en algún chiste estúpido, nos poníamos a reír al mismo tiempo. Nunca más me reí así con otra persona.

HELLINGER ¿Qué es exactamente la risa homérica?

HARTMUT Es una especie de... En el fondo, no llegué a saberlo exactamente. Risas en el grupo. En todo caso, nunca me reí así con nadie más. (La risa homérica es una fuerte carcajada y se refiere a «la risa inextinguible de los dioses felices.») Quizás tenga que ver con este conocer los secretos de los padres el que muchas veces corriera riesgos muy altos. Así, por ejemplo, arriesgué cantidades importantes de dinero...

HELLINGER No, no, no. Toda descripción refuerza el problema. Hay que interrumpir inmediatamente una vez se haya dicho lo fundamental.

HARTMUT De acuerdo.

HELLINGER ¿Y cuál es la solución ahora?

HARTMUT El ejercicio espiritual del olvido.

HELLINGER Para ti, el ejercicio consiste en inclinarte ante el padre. ¡Y ves a Dios tras él!

Rechazar la descarga

JAN Quisiera hacer una pregunta. Cuando, en una relación, uno ha ofendido gravemente a otro y éste se niega a darle al primero la posibilidad de reconciliarse a través de una conversación diciendo: «No, ya no quiero tener nada que ver contigo», ¿qué puede hacer el primero?

HELLINGER Nada. ¿Qué podría hacer? Tiene que asumir las consecuencias de su comportamiento. Entonces vuelve a estar libre. De lo contrario, significaría que yo cometo una injusticia con el otro y acaso, después, ¿tendría éste aun que intentar que yo vuelva a encontrarme bien? Eso es imposible.

Aquí termina la ronda.

Constelación: La hija más joven está identificada con la madre de la madre

RUTH Me quedé enganchada por la frase de que la melancolía protege la felicidad secreta. Pero ahora estoy harta y quisiera configurar mi familia de origen y ocupar mi lugar en ella. Tengo la impresión de que...

HELLINGER No necesitas contarlo. Quieres hacerlo y, por tanto, lo hacemos. ¿Quiénes forman parte de tu familia de origen?

RUTH Mi padre, mi madre, mis hermanas gemelas y yo. La mayor de mis hermanas gemelas murió cuatro semanas después de nacer.

HELLINGER ¿Qué pasó?

RUTH Fueron prematuras. Estuvieron un buen tiempo en la clínica. Después, la madre pudo traer a la más joven a casa. La mayor se quedó en la clínica y allí murió.

HELLINGER ¿Aún hay otras personas que forman parte del núcleo familiar?

RUTH La hermana de mi padre murió de parto y, algo más tarde, un hermano de mi padre se ahorcó.

HELLINGER ¿Sucedió algo especial con los padres de tu padre?

RUTH Se dice que, después del suicidio del hijo, se reprocharon mutuamente por la desgracia.

HELLINGER Eso sirve para evitar el dolor y la aflicción. De acuerdo, ahora configura tu familia.

Abreviaciones:

P padre

M madre

+1 hermana gemela mayor; murió cuatro semanas después de nacer

2 hermana gemela menor

3 tercera hija (= Ruth)

HELLINGER ¿Hubo reproches entre tus padres por la muerte del bebé?

RUTH Sí. Culparon a la clínica, pero también mi madre se hizo reproches a sí misma. Se los creyó cuando le dijeron que sería más fácil llevarse primero un bebé a casa para que fuera acostumbrándose. También hay reproches contra mi padre, que yo comparto. Pienso que si él hubiera impuesto su autoridad en casa, mi madre habría sacado también a la otra niña.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el padre?

PADRE En un primer momento, me encontraba muy bien con mi mujer. Tenía un buen contacto. Pero cuando se pusieron mis hijas aquí al lado, el contacto fue desapareciendo. Ahora noto un distanciamiento. A mi derecha noto un vacío; falta algo aquí. Mi hija menor, delante de mí, parece una maestra que me recrimina algo y pretende corregirme.

MADRE Ante mi hija menor me siento como en el banquillo. Tiene la mirada muy severa y enfadada, es una mirada acusatoria.

PRIMERA HERMANA GEMELA † Me duele mucho el hombro izquierdo. Es lo único que siento: que me duele el hombro y que el brazo izquierdo se me hace cada vez más pesado.

SEGUNDA HERMANA GEMELA Tuve un auténtico escalofrío cuando mi hermana menor se puso aquí enfrente; una auténtica rabia. Me sentí agredida. Esa sensación sólo cesó cuando miré a otra persona. Noto que necesito a mi hermana gemela como apoyo. Ella es importantísima para mí. Mis padres están muy lejos.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la hermana menor?

TERCERA HIJA En un principio pensaba que tenía que subir los ánimos en la familia, y después se me ocurrió que debía enseñarles a mis padres cómo pueden encontrarse bien el uno con el otro. Se ríe.

HELLINGER Ésta es una identificación. Ella adopta el papel de otra persona anterior. La pregunta es: ¿de quién podría tratarse?

A Ruth ¿Qué sucedió en la familia de tu madre?

RUTH La madre de mi madre es la más joven de cuatro hijos. Sus tres hermanos mayores murieron de una enfermedad infantil en un plazo de quince días, cuando ella aún era muy pequeña. Ella fue la única que sobrevivió.

HELLINGER Con ella estás identificada. De ella has adoptado la melancolía y la sensación de ser responsable de que los padres se encuentren bien.

A la hermana gemela muerta Ahora siéntate delante de los padres y apóyate en ellos. ¿Qué tal así?

PRIMERA HERMANA GEMELA † Mucho más agradable. Los dolores en el hombro se van calmando.

Hellinger modifica la imagen.

HELLINGER ¿Qué tal así para los padres?

PADRE Está bien así. Hay un buen contacto con mi mujer. Las hijas están presentes. La imagen es equilibrada.

MADRE Bien.

HELLINGER a los padres Poned cada uno una mano en la cabeza de la hija muerta, como si la bendijerais con amor. ¿Qué ocurre ahora con la hermana menor?

TERCERA HIJA Fue un alivio inmediato cuando se me puso a un mismo nivel con mi hermana.

SEGUNDA HERMANA GEMELA Fue terrible cuando me apartaste de mi hermana gemela. La echo de menos. Pero puedo acostumbrarme a este lugar. Cuanto más tiempo estoy aquí, tanto mejor me encuentro.

PRIMERA HERMANA GEMELA † Está bien.

HELLINGER Cuando hayas tomado bastante de los padres, puedes ponerte al lado de tu hermana.

HELLINGER ¿Qué tal ahora?

PRIMERA HERMANA GEMELA † Está bien así.

TERCERA HIJA Está bien. Naturalmente pierdo importancia con todo esto. Las tres hermanas se ríen.

PADRE Está bien.

MADRE Sí, bien.

HELLINGER a Ruth ¿Quieres ponerte tú misma en tu lugar?

Ruth ocupa su lugar y mira a su alrededor. Después, Hellinger introduce también a la madre de la madre en el lado de ésta, y, en el lado del padre, a la hermana de éste, que murió de parto, y a su hermano, que se ahorcó.

Abreviaciones:

+HaP hermana del padre, murió de parto

+HoP hermano del padre, se suicidó

MM madre de la madre

HELLINGER a Ruth ¿Qué tal para ti ahora que la abuela está allí? Tienes que ver a sus hermanos muertos a su lado, aunque no haya introducido aquí a los tres hermanos.

RUTH Mientras esté en ese lugar, está bien. Si se pone más cerca, se hace demasiado triste.

HELLINGER ¿Qué tal la abuela?

MADRE DE LA MADRE Bien.

HELLINGER Este es un lugar honroso.

Al padre ¿Qué tal el padre si sus hermanos muertos están allí?

PADRE Bien. Se acaba de llenar el vacío.

RUTH Para mí está bien así.

HELLINGER De acuerdo, ya está.

Heredar con y sin precio

RUTH Heredé algunas piezas de cubertería de la hermana muerta de mi padre. Tenemos las mismas iniciales.

HELLINGER Tienes que devolverlas.

RUTH ¿Y cómo lo hago?

HELLINGER No sé quién entra en cuestión. Pero tienes que devolverla. ¿Lo comprendes?

RUTH Sí.

HELLINGER De lo contrario, sacas provecho de su desgracia, y eso no puede ser; tendría consecuencias fatales.

REPRESENTANTE DE LA MADRE Antes de que dijeras aquello de devolver la cubertería, notaba una presión en el pecho. En el momento que ella asintió, la presión desapareció.

RUTH Veo las cucharas de plata delante de mí. ¡Es curioso el valor tan grande que tienen para mí! Realmente tienen un significado muy especial. Se ríe.

HELLINGER ¿Sabes cómo se llama eso? Amor a la desgracia.

FRANK En relación a este desprendimiento me viene a la mente un anillo de rubíes que tengo de mi padrino, mi tío homosexual.

HELLINGER Éste sí lo guardaría.

FRANK No lo llevo nunca. Sólo lo tengo en el cajón de mi escritorio.

HELLINGER De acuerdo, pero lo tienes. Yo valoraría ese anillo.

FRANK ¿Simplemente debo dejarlo donde está?

HELLINGER Exacto. No hay reglas fijas al respecto, pero se nota en seguida si es bueno o no. Estas cosas están impregnadas de algo que actúa. Toman parte en la vida; no son simplemente objetos sin vida, objetos muertos. Es un hecho que ha de ser tenido en cuenta.

A Ruth Hay que regalar estas cucharas de plata a alguien más cercano.

RUTH Aún no se me ocurre nadie.

HELLINGER De acuerdo, simplemente lleva la imagen en tu interior.

WILHELM Aún tengo una pregunta al respecto. Dijiste que Ruth debería devolver la herencia o desprenderse de ella. ¿Qué ocurre a la inversa? ¿Existe también un derecho sobre una herencia, de manera que la persona tenga que aceptarla o incluso reclamarla?

HELLINGER A veces existe la obligación de hacerse cargo de algo.

WILHELM Es decir, ¿de aceptar algo si se recibe en herencia?

HELLINGER No, no siempre. Pero a veces la lealtad exige, por ejemplo, que una persona se haga cargo de un negocio.

WILHELM ¿Que se haga cargo del negocio de sus padres?

HELLINGER Sí. Y quien rechaza esta responsabilidad, quizás fracase con lo que él mismo elija. Depende de las circunstancias.

WILHELM Aún tengo otra pregunta más concreta: ¿qué ocurre cuando los padres de dos hijos le dicen a uno: «Tú no recibes nada», y al otro: «Tú lo recibes todo»?

HELLINGER En un caso así, el hijo que lo recibe todo, toma todo, y después, le da la mitad al otro. De esta manera, se hace justicia a todos.

WILHELM Esto responde enteramente a mi pregunta.

DAGMAR Yo también tengo una pregunta con relación a este tema. Pongamos por caso que una madre le deja a su hija una herencia, de manera que la hija probablemente se encuentre en dificultades inmensas ante las autoridades fiscales, y que incluso deba devolver más de lo que recibe, ¿es necesario que la hija acepte la herencia a pesar de todo?

HELLINGER Un hijo no tiene que hacerse cargo de las deudas de sus padres; eso pertenece al ámbito personal de los padres, y no al hijo.

DAGMAR O sea que ya antes puede decidir no aceptar la herencia.

HELLINGER Es absolutamente libre de hacerlo. Sin embargo, tiene que hacerlo de manera que esté en paz con los padres. Por eso, puede decirles tranquilamente que lo hará, pero cuando se dé el caso no está obligada a hacerlo realmente. Asimismo, cuando la herencia implica otros agravantes, como por ejemplo una injusticia con otros, es mejor que el hijo se distancie. De lo contrario, se verá implicado en la fatalidad ajena.

Constelación: La culpa y sus secuelas

CLAUDIA Me gustaría configurar mi familia de origen ahora.

HELLINGER De acuerdo. ¿Quiénes forman parte de tu familia?

CLAUDIA Mi padre, mi madre, tres hijas. Al cabo de doce años, mi madre tuvo un hijo de otro hombre. A continuación, mis padres se separaron y mi madre contrajo otro matrimonio. Pero más tarde se divorció de ese hombre.

HELLINGER ¿Por qué se separaron tus padres?

CLAUDIA Durante mucho tiempo pensábamos que fue porque mi padre era alcohólico. Bebía bastante. Pero en el fondo se habían distanciado interiormente al cabo de muy poco tiempo.

HELLINGER ¿Y de qué parte eran las tías que perecieron en el campo de concentración?

CLAUDIA Eran hermanastras de mi padre, de la primera mujer del abuelo, que murió de parto con el sexto o séptimo hijo.

Al elegir a las personas para la Constelación, Claudia le dice a la representante de su hermana menor Tú emigraste al Canadá.

HELLINGER Al darle esta información, ella ya no puede sentir de manera inmediata. Suponiendo que sintiera el deseo de marcharse, ya no puede distinguir si este deseo es originalmente suyo o si fue creado por lo que tú dijiste.

Abreviaciones:

P padre

M madre

1 primera hija

2 segunda hija (= Claudia)

3 tercera hija

2Mar segundo marido de la madre, padre de 4

4 cuarto hijo

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el padre?

PADRE Tengo que contenerme para no coger en brazos a mi hija. Noto que hay varias cosas que no están en orden. Me siento como si hubiera hecho algo malo.

Padre e hija se sonríen.

HELLINGER a Claudia ¿Cómo se siente el padre? ¿Con quién está identificado?

CLAUDIA Con su padre.

HELLINGER ¿Y cómo ve a su hija? Como a la primera mujer del padre. Estos dos reflejan la relación del abuelo con su primera mujer. Por eso, los introduciremos en seguida.

Abreviaciones:

PP padre del padre

+1 MujPP primera mujer del padre del padre; murió de parto

HELLINGER ¿Qué tal el padre ahora?

PADRE Noto de dónde vengo, pero no adónde quiero ir.

HELLINGER ¿Es mejor o peor?

PADRE En dos terceras partes, mejor.

HELLINGER Algo es algo. Y en la relación con la hija, ¿ha cambiado algo?

PADRE Muy poco.

HELLINGER ¿Qué tal la segunda hija?

SEGUNDA HIJA Ahora me es un poco más fácil estar aquí que antes. Antes, la otra esquina no me interesaba en absoluto. Pero me gustaría salir de aquí. Apenas puedo mirar hacia mi madre.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la madre?

MADRE Al configurarse la Constelación, cuando sacaste a mi marido, noté que de repente tenía aire, y cuando se fue mi hija menor pensé: «¡Gracias a Dios, también me he librado de ésta!» No tengo ninguna relación con nadie; solamente estoy un poco ofendida con mi hija mayor, pero no sé por qué. Cuando aparecieron el abuelo y su primera mujer, mi marido y mi segunda hija ganaron peso para mí. Se volvieron interesantes, sobre todo la chica; mi marido no tanto.

HELLINGER a Claudia ¿Qué ocurrió en la familia de la madre?

CLAUDIA Su hermano murió. Sólo llegó a vivir seis semanas. Su padre se quedó en la guerra cuando ella tenía diez años.

Hellinger cambia la imagen, añadiendo también a la madre del padre y a sus hermanastras, que murieron en el campo de concentración.

Abreviaciones:

MP madre del padre

+HaP hermanastras del padre; murieron en el campo de concentración

HELLINGER ¿Qué tal el padre?

PADRE Es muchísimo mejor.

PRIMERA HIJA Desde que estoy al lado de mi padre, ya no tan apegada a él; me encuentro menos dependiente.

SEGUNDA HIJA No puedo decidir si mirar hacia la familia de mi padre o apartar la vista. Antes sentía una necesidad irresistible de apartar la vista; pero ahora puedo mirar hacia allí.

HELLINGER ¿Qué causó este cambio?

SEGUNDA HIJA Fue cuando vi a la mujer del abuelo.

PRIMERA MUJER DEL PADRE DEL PADRE † También lo noté.

HELLINGER Ella es la figura más significativa de todas.

TERCERA HIJA Yo me siento bien.

MADRE Yo no me siento en absoluto bien. Empiezo a sentirme mareada aquí. Y a éstos, aquí a mi izquierda, ni siquiera los percibo.

CUARTO HIJO Mientras me encontraba enfrente del primer marido de mi madre, me notaba muy agresivo. Eso cambió de golpe cuando se puso su padre detrás de él. Ahora, al lado de mi madre, empiezo a sentirme agresivo con ella. Siento un gran malestar aquí.

HELLINGER Ponte al otro lado del padre. ¿Qué tal así?

CUARTO HIJO Claramente mejor.

HELLINGER a la madre ¿Cómo te encuentras tú ahora?

MADRE No muy bien.

HELLINGER a Claudia La madre quiere marcharse. ¿Ha intentado suicidarse alguna vez?

Claudia llora.

HELLINGER ¿Quería hacerlo?

CLAUDIA A veces pienso que lo hará.

HELLINGER Sí, quiere marcharse. Ahora introduciremos también a su hermano muerto.

Hellinger coloca al hermano muerto de la madre a la derecha de ésta.

Abreviaciones:

+HoM hermano de la madre; murió seis semanas después de nacer

MADRE Eso está mejor.

CUARTO HIJO Para mí también.

HELLINGER Quizás estés identificado con él.

A la madre ¿Bien así? ¿Ahora está bien para ti?

MADRE Siento escalofríos en la cabeza y en la espalda. Por una parte es agradable, pero, por otra parte, también es estremecedor.

Hellinger aún añade al padre de la madre, que murió en la guerra.

Abreviaciones:

+PM padre de la madre; murió en la guerra

HELLINGER ¿Qué cambia para el hermano de la madre?

HERMANO DE LA MADRE † Es un alivio que nuestro padre esté aquí.

MADRE Siento que pertenezco al grupo.

HELLINGER al grupo La idea, la imagen que tengo es que, si ella permaneciera allí durante un tiempo, podría volver a su familia actual y ocupar su lugar en ella.

Hellinger hace que el padre y el hermano de la madre retrocedan un poco.

HELLINGER a la madre ¿Cómo te encuentras ahora?

MADRE Mejor, porque están aquí mi hermano y mi padre. Desde que están aquí, ha desaparecido la sensación de malestar. Ahora puedo mirar. Al mismo tiempo me siento aislada. A mi izquierda, hacia mi segundo marido y mi hijo, las cosas aún no están en orden.

SEGUNDO MARIDO Pienso que ella me tomó el pelo. Me falta alguien a mi lado.

Hellinger coloca al hijo al lado de la madre.

CUARTO HIJO Aquí me empiezan a sudar las manos. Me gustaría mirar hacia él (al hermano muerto de la madre).

Hellinger pone al hijo a la derecha de su padre.

CUARTO HIJO Aquí me encuentro mejor.

TERCERA HIJA Yo no me encuentro tan fabulosamente bien.

HELLINGER Ponte al lado de la madre.

Al grupo Esta hija dice: «Prefiero irme yo en lugar de que te vayas tú, querida mamá.»

A Claudia Ahora ponte tú en tu lugar. ¿Bien así? al ver que Claudia se queda dudando ¡Ponte al lado de la hermana menor!

Claudia sacude la cabeza.

HELLINGER ¡Inténtalo!

Ella se resiste y llora.

HELLINGER De esta manera no sabrás nunca cómo hubiera sido.

Claudia se pone al lado de la hermana menor, a la derecha de la madre.

CLAUDIA No me fío de la madre.

MADRE Estoy preocupada por ella. Cuando se acercó más a mí, sentía cariño por ella.

Claudia llora. Hellinger pone al hermano de la madre a la izquierda de ésta.

HELLINGER a Claudia ¿Qué tal ahora?

Ella asiente con la cabeza.

PRIMERA HIJA a Claudia Cuando te pusiste a mi lado como hermana, de golpe me sentí mareada.

HELLINGER a la hermana mayor Ponte también tú al lado de las hermanas. ¿Qué tal así?

PRIMERA HIJA Sí, así está mejor.

PADRE Poco a poco me gustaría saber qué he hecho de malo.

HELLINGER Ésta es la pregunta de tu padre; y es su sentimiento. Lo adoptaste de él. Prueba a ponerte al lado de las hijas.

PADRE Así me va bien.

SEGUNDO MARIDO Noto una ligera tensión en los hombros. Desde que el hermano de mi mujer está a su lado, yo también quisiera ir con ella.

HELLINGER A través de él, la ves bajo otro aspecto.

A Claudia ¿Está bien así?

Claudia se ríe y asiente con la cabeza.

HELLINGER De acuerdo, ya está.

Una ronda corta

A continuación, sigue una ronda corta. Su efecto es comparable al de una siesta después de una comida copiosa: le permite al grupo volver a la tranquilidad y recuperar fuerzas para el trabajo posterior. Uno tras otro, los participantes tienen la posibilidad de hablar de sus reacciones, hacer preguntas y trabajar lo que quedó pendiente. De esta manera, todos saben lo que preocupa a cada uno, reparan en lo que aún está pendiente y debe ser trabajado, tanto para el individuo como para el grupo, y ven lo que tiene prioridad o lo que aún debe esperar.

Sobre mis dos pies

ANNE Desde esta mañana, tengo la sensación de que me resulta más fácil aguantarme sobre mis dos pies. Frecuentemente pongo todo el peso en un pie; el otro más bien sirve de apoyo. Con el consejo que me diste para la respiración me es más fácil respirar. Si lo hago de esta manera, puedo aguantarme sobre mis dos pies.

Huir de la plenitud

IDA Esta mañana, mientras Sophie estaba trabajando, me dije: «No puedo soportarlo, toda esta felicidad y esta desdicha.» Sentía una gran necesidad de salir por la puerta, pero finalmente me quedé aquí.

HELLINGER La plenitud de la dicha unida a la desdicha es difícil de soportar.

IDA Es difícil de soportar.

HELLINGER Por eso, algunos se retiran y prefieren volverse depresivos. Eso resulta más cómodo. La depresión es la vida más fácil. ¡Mira a los ojos a la felicidad, como a un desafiador!

La plenitud y la sensación de estar completo

WILHELM Me encuentro bien. A lo largo de la mañana, me vino a la mente una idea curiosa: estuve pensando que, en el fondo, ya estaba bastante completo; ya no necesito tanto.

HELLINGER Exacto. Te diré algo de la sensación de estar completo y de dónde nace. La sensación de estar completo brota cuando cada uno que pertenece a mi sistema ha recibido su lugar en mi corazón. Éste es el auténtico sentido de estar completo. Sólo desde esta plenitud, la persona se halla libre de desarrollarse. Aunque sólo falte uno de los que forman parte de su sistema, la persona se siente incompleta.

A Claudia Supongo que para ti, Claudia, también será así; ahora te sientes completa, después de haberlos visto a todos delante de ti.

Claudia asiente con la cabeza.

HELLINGER Exacto.

SOPHIE Me encuentro bien. Estoy presente en todo lo que ocurre aquí; un poco cansada, pero bien.

HELLINGER Algo así ya puede dejarte cansada.

Sophie se ríe.

KLARA Noto que, desde que te hice aquella pregunta esta mañana y tú me respondiste, me siento tremendamente aliviada.

HELLINGER Ese llegar a la plenitud, ese llegar a estar completo, lo mostraste maravillosamente ayer. Bien.

Al grupo Aún os contaré una historia sobre esta plenitud. Si os abandonáis a la historia, quizás, aun mientras estéis escuchando, se produzca lo que en ella se cuenta.

La Fiesta

Alguien se pone en camino y, al mirar hacia adelante, a lo lejos distingue la casa que le pertenece. Sigue caminando hacia ella y, al llegar, abre la puerta y entra en una habitación preparada para una fiesta.

A esta fiesta acuden todos los que han sido importantes en su vida; y todo el que asiste trae algo, se queda un tiempo —y se va.

Así, pues, llegan a la fiesta, cada uno con un regalo que ya ha pagado por completo, sea como fuere: la madre — el padre — los hermanos — un abuelo — una abuela — el otro abuelo — la otra abuela — los tíos y las tías — todos los que hicieron sitio por ti — todos los que te cuidaron — los vecinos quizás — amigos — maestros — parejas — hijos: todos los que tuvieron importancia en tu vida, y los que aún la tienen. Y cada uno que llega trae algo, se queda un poco —y se va. Al igual que los pensamientos que llegan, traen algo, se quedan un poco —y se van. Y al igual que vienen los deseos o el dolor. Todos traen algo, se quedan un poco — y se van. Y también la vida: viene, nos trae algo, se queda un poco —y se va.

Después de la fiesta, la persona se encuentra colmada de regalos, y sólo permanecen a su lado aquellos a quienes les corresponde quedarse aún un tiempo. Así, se acerca a la ventana y se asoma: allí ve otras casas, sabe que en su día también allí habrá una fiesta, y él irá, llevará algo, se quedará un poco —y se irá.

También nosotros nos encontramos aquí en una fiesta, trajimos algo y tomamos algo, aún nos quedamos un poco —y nos vamos.

Querer y respetar

HARTMUT Siento mucha alegría por los demás, mucha más alegría que compasión. Al ver las soluciones, comienzo a sentir una inmensa alegría por los demás.

Antes de ayer por la noche, cuando me fui, aún no había integrado a los familiares muertos que no llegué a conocer. Entre ellos también se encuentran los dos únicos hermanos de mi padre. Eran ocultistas y yo nunca hablaba de ellos. Eran un auténtico tabú. A la tía llegué a conocerla en su época espiritista, de médium automático, con todo tipo de síntomas de posesión. Al tío no lo conocí. Nadie lo mencionaba, excepto esa tía, y según todos los relatos de testimonios, el tío...

HELLINGER No necesitamos los detalles. Es suficiente que sepas que forman parte de tu familia, y que les des un lugar digno. Acabas de hablar de manera muy despectiva de ellos.

HARTMUT ¿Se notaba?

Risas en el grupo.

HELLINGER Eso no se puede esconder.

HARTMUT Mis sentimientos son en gran parte positivos. Yo quería a esa tía.

HELLINGER No es cuestión de querer, sino de respetar a las personas. Eso es mucho más.

Igual entre iguales

THEA Tengo la cabeza muy clara y es una sensación muy estimulante.

HELLINGER Cuando cede la inocencia, aparece la claridad.

THEA se ríe Es posible. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza. Me resulta muy importante la distinción entre «aceptar algo» y «respetarlo». Hasta ahora no hacía esta diferencia, pero ahora veo clarísimo que existe una diferenciación y que, después de aceptar, el respetar es el paso siguiente. Así lo siento de momento.

HELLINGER Aquí no cabe el aceptar. Cuando aceptas algo, actúas como si tuvieras también la posibilidad de rechazar el hecho de que sea como es.

THEA En principio estaba contenta de haber llegado hasta aquí.

HELLINGER No es suficiente, de ninguna manera.

THEA También lo noté.

HELLINGER Lo fundamental es el asentimiento sin pena y sin segundas intenciones. Respetar algo significa tomar algo tal como es. Respetar a una persona supone tomarla tal como es, tomar su destino y sus implicaciones tal como son. Esta actitud es muy humilde y mantiene las distancias. Pero justo en esa distancia se hallan la solicitud auténtica y una fuerza que actúa silenciosamente. Sólo quien está en sintonía con el destino recibe de él, a veces, la fuerza de cambiarlo.

THEA Sí, creo que éste es un punto importante. Muchas veces mezclo con demasiada facilidad mi propio destino con el de otros...

HELLINGER La confesión de tus pecados no sirve de nada. Siempre que una persona se rebaja con una interpretación o un comentario de este tipo, no hace más que perjudicarse. No he visto ningún caso en que las consecuencias hayan sido positivas. De esta manera, dices: «¡Por favor, acéptame, porque soy tan pequeña!» El otro, sin embargo, se irrita, puesto que con esta actitud lo colocas en una posición superior, privándolo de la libertad de ser igual entre iguales.

Claridad reconciliadora

ROBERT Estoy muy impresionado de ver cómo, poco a poco, empiezan a notarse los efectos de lo que trabajé anteayer. Pienso en las imágenes que configuré: mi hija y mi hermana pequeña muerta detrás. Por lo visto, estuve muy dolido por su muerte, pasando por alto a otros y siendo injusto con ellos, especialmente con mi mujer.

Robert se muestra muy conmocionado.

HELLINGER Tienes que decírselo. Eso reconcilia.

Mantenerse alerta

CLAUDIA Sigo pensando en la nueva imagen de mi familia y, poco a poco, empiezo a comprender todo lo que contiene.

HELLINGER Es algo que aún puede seguir actuando durante mucho tiempo.

CLAUDIA Mencioné lo del posible suicidio de mi madre porque durante una época creí que en algún momento se quitaría la vida. Ahora lo comprendo. Pienso que, de momento, dejaré que la imagen vaya actuando.

HELLINGER Cuéntaselo a tu madre. Enséñale la imagen y dile lo que supuso para todos el que su hermano estuviera a su lado. ¿No le querías traer un regalo de cumpleaños de este curso?

CLAUDIA se ríe Ayer pensé que lo mejor era no ir a verla.

HELLINGER Ya lo has estropeado, ¿te das cuenta?

CLAUDIA Intenté estropearlo.

HELLINGER Lo has estropeado y ya no se puede recuperar. Algunos piensan que, una vez realizado un acto, serán libres. Una vez realizado un acto, nadie es libre. Antes se es libre.

Contenerse: alerta y con fuerza

LEO Me siento algo más perteneciente. En lo que a mi casa se refiere, estoy curioso de ver lo que haré.

HELLINGER Debes estar curioso y dejarte sorprender por lo que cambia por sí solo, sin que intervengas directamente y sin tu intención. Eso requiere una gran fuerza. Requiere la fuerza de contenerse. Por otra parte, la fuerza que a ti te exige el contenerte les llega a los demás.

FRANK En mi interior se mueven bastantes cosas, y es una buena imagen para mí simplemente esperar hasta que pase algo por sí solo; no apartarlo, sino aguantar.

HELLINGER ... esperar encarándolo.

Los límites de la inocencia

JONAS Me preocupa cierto asunto y me gustaría que me dijeras algo al respecto. Durante los últimos diez años me he ido acercando más y más a mi padre, descubriendo un amor maravilloso. En virtud de esa confianza él me dijo que, durante la guerra, cuando tenía veinte años, tuvo que hacer la guardia en un campo de concentración. Recordándolo me siento en el filo de la navaja, y quisiera poder salir de eso.

HELLINGER No dejó que lo pusieran.

JONAS ¿Él mismo se puso?

HELLINGER Tuvo que hacerlo.

JONAS No puedo aceptar a mi padre en ese punto.

HELLINGER No tienes ningún derecho a juzgarlo.

Hace un tiempo, por televisión vi un reportaje sobre una poetisa yugoslava obstinada en levantar un monumento por un soldado alemán. Éste había sido enviado a un comando de fusilamiento con la orden de fusilar a un grupo de partisanos. Él, sin embargo, se negó a levantar el arma, se fue al lado de los partisanos y se dejó ejecutar con ellos.

Bien, ¿y este hombre qué es? ¿Es bueno o es malo? ¿Qué hizo realmente? Rehuyó su destino. Si hubiera disparado, diciéndose: «Estoy implicado en mi grupo, y éste, por su parte, está implicado en su grupo, y el Destino quiso que yo les tenga que disparar en vez de dispararme ellos a mí, y yo asiento a ello, sean cuales fueran las consecuencias.» Eso es grandeza. Pensar que puedo rehuir el destino eligiendo la muerte es fácil. ¿Comprendes?

Debes respetar que tu padre se encontrara en una situación así, y a ti no te interesa en absoluto. No debes encontrarlo ni bueno ni malo: ni una cosa ni la otra.

JONAS Yo veo más.

HELLINGER Eso también significa grandeza para ti, y respeto ante las fuerzas del Destino.

El alivio de permanecer en el presente

ULLA En mí hay un movimiento que va y viene entre la cabeza y las manos. Cuando me siento totalmente presente, mis manos están calientes y llenas de energía. Cuando pienso qué tonto fue que no estuviera esta mañana, empiezo a tener dolor de cabeza.

HELLINGER Tienes que decir: «Fui tonta, y ahora cargo con las consecuencias.» Así vuelve a funcionar.

Ulla se ríe.

Centrarse en los gestos que se realizan interiormente

DAGMAR Estoy llena de impresiones. De momento, lo más importante para mí son los gestos que se realizan interiormente. Una y otra vez me encuentro inclinándome ante mi madre y reconociendo mi sistema de origen y a mi familia. Todo eso es muy positivo para mí.

Lo que aún quisiera solucionar es más bien de carácter profesional. Me gustaría saber más acerca de cómo tratar a clientes que fueron víctimas de un abuso sexual; es decir, aquellos casos en que no se respetaron los límites en este ámbito.

Incesto: ¿Cómo ayudar a las víctimas?

HELLINGER Frecuentemente, el abuso sexual de menores en el incesto es la consecuencia de un desequilibrio entre el dar y el tomar. Una constelación muy común es la de una mujer que ya estuvo casada anteriormente y tiene un hijo o una hija. Más tarde, se casa en segundas nupcias con un hombre que aún no tiene hijos, produciéndose así el desnivel correspondiente. El hombre debe cuidar del niño, aunque no sea suyo; es decir, tiene que dar más de lo que recibe. Quizás, la mujer incluso se lo exija expresamente, resultando aún mayor la diferencia entre el dar y el tomar, entre ganancia y pérdida. Así, pues, en ese sistema se crea la necesidad irresistible de llegar a un equilibrio, y el camino más fácil es que la mujer le ofrezca al hombre su hijo si se trata de una niña, como compensación. Muy frecuentemente, ésta es la dinámica familiar de trasfondo en el incesto; aunque también existen casos con otras dinámicas.

Aquí —de manera muy obvia en el caso de un desequilibrio entre el dar y el tomar, pero también en las demás formas de abuso sexual de menores—, casi siempre se encuentran implicados ambos padres, a saber, la madre, en un segundo plano, y el padre, en un primer plano, y mientras no se llegue a una visión de conjunto, no hay solución.

¿Cuál sería, pues, la solución? Primeramente, parto del supuesto de que estoy tratando con la víctima y que mi interés debe ser el de ayudar a la víctima. Mi interés como terapeuta no puede ser el de perseguir a los perpetradores, ya que no le ayudaría en absoluto a la víctima. Cuando una mujer, por ejemplo en un grupo, cuenta que fue abusada por su padre o por su padrastro, le digo que se imagine a su madre y que le diga: «Mamá, por ti lo hago con gusto.» De repente hay otro contexto. Y le digo que se imagine al padre y que le diga: «Papá, por mamá lo hago con gusto.» De repente, la dinámica oculta sale a la luz y nadie puede comportarse como antes.

En caso de tratarse de una situación actual, es decir, si trato con uno de los padres, por ejemplo con la madre delante de su hijo le digo a la madre: «Su hijo lo hace por usted», y le pido al hijo que le diga a la madre: «Por ti lo hago con gusto.» En ese momento se acaba el incesto. Ya no puede seguir.

Si también está presente el hombre, le pido al hijo que le diga: «Lo hago por mamá, para compensar.» Entonces, el hijo se percibe como bueno y sabe que es bueno. Ya no necesita sentirse culpable.

Un segundo aspecto de la solución consiste en ayudar al hijo a recuperar su dignidad, ya que vive el incesto como una deshonra. Para este fin le cuento una pequeña historia de un tal Johann Wolfgang.[**] Éste escribió el poema «La rosa en el zarzal», que termina con estas palabras: «Arrancó el chico salvaje la rosita del zarzal. Defendiéndose ella, lo pinchó; de nada le vale llorar, ahora tendrá que sufrir. Rosita, rosita roja, rosita en el zarzal.» Y después le confío un secreto: ¡La rosita aún desprende olor!

Tercero: para muchos niños, la vivencia también es de placer. Sin embargo, no pueden fiarse de esta percepción de que fue o es placentero, ya que en la conciencia, sobre todo por parte de la madre, se les dice que es malo. En consecuencia, se sienten confundidos. El niño debe tener la posibilidad de admitir que fue placentero si realmente fue así. Al mismo tiempo necesita la seguridad de que, aunque fuera placentero, él o ella es siempre inocente. Si se condena el placer, la sexualidad aparece bajo un aspecto extraño, como si fuera algo horrible. En realidad, el incesto sólo anticipa una experiencia necesaria. Dicho de una manera más frívola: algo que forma parte del desarrollo humano llega demasiado pronto para el niño. Si le transmito eso a la víctima, la alivio.

Un cuarto punto es la imagen de que el niño se verá frenado en su desarrollo posterior. Así es. El niño está cohibido en su desarrollo porque a través de la sexualidad —en este caso no cabe hablar de «consumación», eso iría demasiado lejos, pero sí de una «experiencia sexual»—, se crea un vínculo entre el niño y el abusador. Por tanto, más tarde, este chico no puede tener ninguna nueva pareja sin antes reconocer y valorar ese primer vínculo. Si la experiencia es condenada y el abusador perseguido, el niño lo tiene difícil. En cambio, pudiendo reconocer abiertamente ese primer vínculo, lo integra en la nueva relación. Así, aquella experiencia queda guardada y solucionada. Tratando este tema con indignación, se evita la solución y se perjudica a la víctima.

CLAUDIA Y si no fue placentero ni bonito para el niño, ¿cómo afecta eso al vínculo?

HELLINGER El vínculo se crea a pesar de todo. Pero, en todo caso, fuera una experiencia placentera o de dolor, el niño tiene el derecho de estar enojado con el abusador, ya que, sean cuales fueran las circunstancias, se comete una injusticia con él. Así, pues, debe decirle al abusador: «Me trataste injustamente y no te lo perdonaré nunca.» En ese momento pasa la culpa al abusador, se distancia y se retira. Sin embargo, no necesita ser un enojo apasionado, que le reproche lo pasado. Las emociones fuertes aún lo atarían más al abusador. El distanciamiento claro, en cambio, le hace libre. Ni la lucha ni los reproches pueden llevar a la solución. En cualquier contexto, una solución auténtica siempre encierra también el desapego, el alejarse de algo o de alguien. A través de la lucha no puede encontrarse la solución, ya que la lucha une a las personas.

Aún hay otro aspecto fundamental desde el punto de vista sistémico. Sistémicamente, el terapeuta siempre debe aliarse con la persona condenada; es decir, en cuanto trabajes con este tema, tienes que darle al abusador un lugar en tu corazón.

DAGMAR ¿En el mío?

HELLINGER Sí, en tu corazón. De lo contrario, no puedes encontrar ninguna solución, tampoco para la víctima. Debes partir de la base de que el abusador está implicado sistémicamente. No sabes cómo, pero, si vieras las implicaciones, lo comprenderías. De este modo tienes otro acceso para manejarlo. Aproximadamente es eso. ¿Lo he dejado claro?

JOHANN Me extraña que el niño o la víctima no perdone al abusador. ¿A pesar de todo, puede distanciarse?

HELLINGER Perdonar es un acto arrogante, que no le corresponde a un hijo. Si perdona, es como si también pudiera tomar sobre sí la culpa. Ninguna persona debe perdonar, excepto en caso de una culpa mutua. En ese caso, a través del perdón, las personas se permiten comenzar de nuevo. El niño sin embargo, debe decir: «Fue muy grave. Te dejo a ti con las consecuencias y, a pesar de todo, hago algo bueno de mi vida.» Si, más tarde, el niño, a pesar de haber sufrido un abuso sexual, llega a vivir una relación de pareja feliz, también supondrá un alivio y una descarga para el abusador. Si, por el contrario, la víctima no se permite que las cosas le vayan bien, también se venga, al mismo tiempo, del abusador. En el fondo, las cosas son totalmente diferentes que en la superficie.

CLAUDIA En muchos casos, cuando el abuso supuso mucho placer para el niño, éste se dirige de la misma manera también a otros adultos, recibiendo así cada vez más golpes y desencadenando toda una avalancha de «eso no puede ser» y de «eso es malo».

HELLINGER Cuando el niño o la niña se acerca de esta manera a otros adultos, con ello les dice a los padres: «Soy una fulana, y yo misma tengo la culpa del abuso; vosotros no tenéis por qué tener ninguna mala conciencia.» Es nuevamente el amor del hijo o de la hija el que se expresa en ese comportamiento. Si así se lo explico al niño, también en este contexto se sabe bueno. Siempre hay que buscar el amor. Una vez llegado al amor, también se encuentra la solución.

DAGMAR Donde yo no noto en absoluto este amor es en los casos de pornografía infantil.

HELLINGER Este tipo de objeciones te impide el acceso.

DAGMAR No entiendo lo que quieres decir.

HELLINGER Hay que contar con la premisa del amor en toda la línea. Puedo considerar algo realmente fatal sin condenar a nadie. Siempre tengo que buscar la manera de solucionar las implicaciones sistémicas; sobre todo, la manera de solucionarlas para la víctima. Si la víctima se distancia de todo eso, dejando la culpa y las consecuencias de sus actos con los abusadores, y si logra convertirlo en algo bueno para ella misma —sea lo que sea—, lo pasado está pasado y solucionado para la víctima. En cambio, en cuanto entran en juego los afectos, como cuando se dice que hay que «entregar al vil abusador a la justicia», se cierra el paso a la solución para la víctima. Un terapeuta que se abandona a tales afectos perjudica al cliente.

Aportaré un ejemplo: una vez, en un grupo para psiquiatras, hubo una psiquiatra que, llena de indignación, contó de una cliente que había sido violada por su propio padre. Entonces le dije:

—Configura el sistema.

Después, le dije que se pusiera ella misma en el lugar que, según su opinión, le correspondía. Ella se puso al lado de la cliente: inmediatamente, todos en el sistema se enfadaron con la terapeuta, nadie se fiaba de ella. A continuación, la puse al lado del padre: todos en el sistema se calmaron y confiaban en ella, y la cliente se mostraba muy aliviada.

Imagen de esta Constelación

Abreviaciones:

P padre

M madre

1 primera hija (= cliente)

2 segunda hija

T terapeuta

HELLINGER No se puede excluir a nadie de un sistema, excepto en caso de crímenes muy graves, y el incesto sólo muy raras veces se cuenta entre éstos. La solución se halla en reintegrar a todos los que fueron excluidos. Eso se logra con más facilidad si el terapeuta no sólo se centra en el padre como abusador que aparece en un primer plano, sino también en la madre como secreta perpetradora, como eminencia gris del incesto. Cuando el terapeuta únicamente se alía con la víctima, y no con el sistema en su totalidad, su modo de trabajar agrava aún más la situación. Ésta es la consecuencia, y su alcance es muy extenso.

¿Qué ayuda a los abusadores?

BRIGITTE ¿Y qué haces cuando tratas con los abusadores?

HELLINGER Únicamente hablaría con ellos individualmente y en un contexto protegido. Primeramente les preguntaría si ellos ven un camino que ayude a la víctima a librarse del acto incestuoso y a trocar el dolor sufrido y sus consecuencias en algo positivo. En ese momento, ellos ya no necesitan defenderse y yo gano su colaboración. Un primer paso en esa dirección sería que sintieran lo ocurrido. Ese dolor es, en primer lugar, un proceso interior. A veces, sin embargo, también es bueno expresarlo ante el niño: «Siento lo que hice contigo.» Esas palabras descargan a la víctima y le ayudan más que la persecución del abusador. Pero no debe pasar de aquí.

Los abusadores no deben ni explicar ni justificar ni paliar ni condenar su comportamiento ante la víctima. Tampoco deben confesarle su culpa, ni tampoco pedirle perdón, o esperar o exigir cualquier otra cosa que fuera una descarga para ellos mismos. Eso sería otro abuso más, una carga adicional para el niño, que nuevamente le vincularía a ellos. Lo mismo puede decirse respecto de las madres cómplices.

Aun los padres culpables siguen siendo padres, es decir, conservan una posición antepuesta y superior en relación con los hijos. Por tanto, tampoco debe discutirse el asunto ni entre padres e hijos a solas, ni ante terceros, por ejemplo, ante un terapeuta. Estas conversaciones humillan a los padres ante sus hijos, y también humillan a los hijos, aunque aparentemente se les haga justicia. Los padres humillados están perdidos para sus hijos.

Cuando se llega a un proceso judicial, aconsejo a los abusadores que acepten la pena sin intentar mitigarla mediante subterfugios o peritajes. Esta es la manera más segura de recuperar su dignidad.

Frecuentemente, los abusadores, aparte de recibir la pena justa, también se convierten en blanco de toda una campaña. O se sospecha de un inocente sin que éste se pueda defender, ya que la mera sospecha cae como una chispa en un campo de paja seca, presa fácil del fuego. A estas personas les cuento una pequeña historia:

El Silencio

En un congreso de psicoterapia, un psicólogo famoso dio una conferencia sobre lo femenino y, durante la discusión, se vio violentamente atacado por un grupo de mujeres jóvenes. Éstas eran de la opinión de que las mujeres aún recibían un trato sumamente injusto y que era arrogante que un hombre, en presencia de mujeres, osara hablar de lo femenino. El psicólogo, que obviamente había hablado con las mejores intenciones, se sentía acosado y juzgado injustamente, ya que parecía que no tenía mucho que oponer a los argumentos de las jóvenes.

Al terminar, empezó a reflexionar sobre qué habría hecho mal. Discutió el caso con sus compañeros y, finalmente, decidió pedir consejo a un hombre sabio.

El sabio le dijo:

—Las jóvenes tienen razón. Aunque ellas mismas no tienen dificultades para imponerse a los hombres, como tú mismo notaste, y probablemente tampoco habrán sufrido ninguna injusticia grave. Pero ellas toman sobre sí la injusticia sufrida por otras mujeres, como si ellas mismas la hubieran vivido, sacando, como el muérdago, sus fuerzas de un tronco extraño. Así, pues, no tienen un gran peso propio y en el amor quedan relegadas a las personas de su misma condición; pero ellas ayudan a aquellas que vienen detrás de ellas, ya que uno siembra y el otro recoge.

—Todo eso no me interesa —respondió el psicólogo—. Quisiera saber qué debo hacer si otra vez me encuentro en una situación así.

—Haz como aquel que es sorprendido por una tormenta en un campo abierto: busca un refugio y espera hasta que la tormenta haya pasado. Después, sal de nuevo y saborea el aire fresco.

Cuando el psicólogo se encontró de nuevo entre sus compañeros, éstos le preguntaron qué le había aconsejado el sabio.

—Ay —dijo—, no lo recuerdo bien. Pero creo que me dijo que saliera más veces al aire libre, aunque hubiera tormentas.

La indignación

HELLINGER También aquellas personas que ayudan en vez de perseguir, que intentan guiar tanto a las víctimas como a los perpetradores para que encuentren maneras de llevar a un futuro positivo el dolor y la culpa, a veces se convierten en blanco de indignación. Ya que los indignados se sienten al servicio de una ley imperiosa, sea la ley de Moisés, la ley de Cristo, la ley de los cielos, la «ley moral natural», la ley de un grupo, o simplemente aquello que un ciego Zeitgeist nos imponga. Cualquiera que sea el nombre de esa ley, les confiere a los indignados un poder sobre los perpetradores y sobre las víctimas, justificando toda injusticia que cometan con otros. La pregunta es: ¿cómo pueden reaccionar los terapeutas que topan con esta indignación sin perjudicar ni a las víctimas ni a los perpetradores, ni dañarse a sí mismos o atentar contra el orden justo? A este respecto, cuento una historia conocida:

La mujer adúltera

En Jerusalén bajó una vez un hombre del monte de los Olivos y se dirigió al Templo. Al entrar, un grupo de eruditos justos trajeron a una mujer y, rodeando a aquel hombre, la pusieron delante de él diciendo:

—Esta mujer ha sido sorprendida en adulterio. Moisés nos mandó en la Ley que la apedreáramos. ¿Tú qué dices?

Pero, en realidad, no les interesaba ni aquella mujer, ni lo que había hecho. Su propósito era preparar una trampa a un hombre conocido por su solicitud y su indulgencia. Su clemencia los indignaba. Ellos, sin embargo, en nombre de esa ley se sentían autorizados a aniquilar tanto a la mujer como a aquel hombre —suponiendo que no compartiera su indignación—, aunque éste no tuviera nada que ver con lo que la mujer había hecho.

Así, pues, nos encontramos ante dos grupos de perpetradores. Al primer grupo pertenece la mujer: ella era una adúltera, y los indignados la llamaban pecadora. Al otro grupo pertenecen los indignados: por sus intenciones eran asesinos; no obstante, se llamaban justos.

Sobre ambos grupos pesaba la misma ley implacable, con la única diferencia de que, en un lado, ésta llama injusticia a los actos malos, y en el otro, llama a los actos aún peores, justicia. Pero el hombre al que querían preparar la trampa escapó de todos ellos: de la adúltera, de los asesinos, de la ley, del cargo de juez y de la tentación de la grandeza. Ante todos ellos se inclinó hasta el suelo. Pero al ver que los indignados no comprendían su gesto, acechándolo y acosándolo, se incorporó y dijo:

—Aquel de vosotros que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra.

E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en la tierra.

De repente, todo había cambiado; ya que el corazón sabe más de lo que la ley le permite o le impone. Los indignados se fueron retirando, uno tras otro, comenzando por los más viejos. El hombre, sin embargo, respetaba su vergüenza y permanecía inclinado, escribiendo en la arena. Sólo cuando todos se hubieron marchado, se incorporó de nuevo, preguntando a la mujer:

—¿Dónde están? ¿Nadie te ha condenado?

—Nadie, Señor —contestó ella.

Después, como si estuviera de acuerdo con los que antes se habían mostrado indignados, le dijo a la mujer:

—Tampoco yo te condeno.

Aquí termina la historia. En el texto transmitido aún se añade: «No peques más.» Como pudo demostrar la investigación bíblica, esta frase fue añadida posteriormente, probablemente por alguien que ya no soportaba la grandeza y el poder de esta historia.

Aún queda por comentar otro aspecto más. La auténtica víctima es silenciada tanto por los indignados como por la historia: el marido de la mujer. Si los indignados hubieran apedreado a la mujer, su marido se habría convertido doblemente en víctima. Así, sin embargo, al no interponerse ya entre ellos ningún indignado, ambos tienen la posibilidad de encontrar el equilibrio y la reconciliación a través del amor, y de comenzar de nuevo. Si los indignados tuvieran el derecho de interponerse, se les negaría esta solución, y tanto el perpetrador como la víctima, tanto la adúltera como el marido engañado, sufrirían más.

A veces, también algunos niños que han sido objeto de abusos se encuentran en esta situación, cuando, en lugar de encontrarse en manos del amor, caen en manos de la indignación. Los indignados se preocupan poco de ellos. Puesto que las medidas que proponen e imponen desde la indignación hacen todo aún más difícil para las víctimas.

La niña que fue víctima de un abuso permanece vinculada y fiel al padre abusador. Por tanto, si éste es perseguido y aniquilado moral o físicamente, también ella muere moral o físicamente, o, más tarde, uno de sus hijos paga la culpa. Ésta es la maldición de la indignación, y la maldición de la ley que se apoya en la indignación.

Por tanto, ¿qué deberían hacer los terapeutas que se guían por el amor? Renunciar al dramatismo y buscar caminos sencillos que tanto a las víctimas como a los perpetradores les den la posibilidad de comenzar de nuevo, aunque con un conocimiento y una comprensión que antes no tenían. En lugar de fijar su mirada en una supuesta ley superior, miran a los otros, sean víctimas o perpetradores, considerándose uno más entre ellos. Así, saben que sólo la ley parece eterna y férrea —en la tierra, sin embargo, todo es ínfimo, y a todo final le sigue un principio. Su ayuda es humilde y conoce el amor para todos: para las víctimas, para los perpetradores, para los instigadores secretos y para los vengadores, que ellos mismos también habrán sido alguna vez. ¿Lo he dejado claro así?

PARTICIPANTE Sí.

Constelación: Lo que disuelve el poder de las mujeres que aparecen como Dios

HELLINGER Comenzaremos ahora con la ronda final. Esta es la última posibilidad de trabajar algo aquí. ¿Thomas?

THOMAS Quisiera configurar mi sistema de origen y mirar a mis abuelos.

HELLINGER ¿Quiénes forman parte de tu familia?

THOMAS El padre, la madre, yo, como el mayor, y cuatro hermanas más.

HELLINGER ¿Alguien estuvo casado o comprometido anteriormente?

THOMAS Mi madre, antes de casarse, tuvo un amigo que ya estaba casado y con el que sentía una afinidad espiritual. Pero al conocer a mi padre, dijo: «Este hombre es para mí», y se casó con él. Cuando murió mi padre reanudó la relación con aquel hombre.

HELLINGER ¿Tu padre tuvo algún compromiso anterior?

THOMAS No, fue un teólogo fracasado.

HELLINGER ¿Qué quiere decir «teólogo fracasado»?

THOMAS Entró en una orden y, según me dijo él mismo, quería hacerlo con un ciento cincuenta por ciento de perfección. Se mortificaba y era especialmente duro con sí mismo. Pero después tuvo una crisis nerviosa y abandonó la orden.

HELLINGER ¿Qué no agradeció tu padre? ¿Qué gracia no agradeció? La crisis nerviosa; porque ésta fue una gracia.

THOMAS Todo su camino se caracterizaba por el fracaso.

HELLINGER Porque no dio las gracias por aquella gracia. En relación a este tema te contaré una pequeña historia:

La gracia pasa

Durante una gran inundación, un rabino imploraba a Dios para que le ayudara. El agua, sin embargo, subía y subía y, finalmente, el hombre se refugió en el tejado de su casa.

Poco después, se acercó un hombre en una barca para salvarlo; el rabino, sin embargo, lo rechazó:

—Estoy esperando que Dios me ayude —y siguió rezando.

Después, un helicóptero se acercó para salvarlo; él, sin embargo, respondió:

—No, no. Estoy esperando que Dios me ayude.

Finalmente se ahogó.

Cuando el rabino llegó al trono de Dios, quejándose de que no le ayudara, Dios le respondió:

—Te envié una barca y te envié un helicóptero.

HELLINGER a Thomas De acuerdo, ¡ahora configura tu familia!

Abreviaciones:

p padre

M madre

1 primer hijo (= Thomas)

2 segunda hija

3 tercera hija

4 cuarta hija

5 quinta hija

HELLINGER a los representantes ele la familia ¿Con quién estáis enfadados todos?

SEGUNDA HIJA ¿Con el padre?

HELLINGER a Thomas Con Dios. Este Dios, ¿es un hombre o una mujer?

THOMAS No estoy seguro. No puedo concretarlo.

HELLINGER Siempre que aparece Dios en un sistema, en realidad es una persona del sistema.

THOMAS Entonces es un hombre.

HELLINGER No estoy tan seguro. Bien, empecemos. ¿Qué tal se encuentra el padre?

PADRE Fatal. Mi mirada se dirige al vacío y no tengo nada que ver con todos éstos.

HELLINGER Exacto, la gracia no sirvió de nada.

A la madre ¿Qué tal está la madre?

MADRE En una palabra: ¡imposible! ¡Absolutamente imposible!

HELLINGER ¿Qué tal se siente el hijo?

PRIMER HIJO No muy bien. Quiero salir de aquí.

SEGUNDA HIJA Me siento sobrecargada. Me siento como si fuera una madre sola a cargo de toda la familia.

TERCERA HIJA Tengo la sensación de estar aquí en un rincón totalmente tranquilo.

CUARTA HIJA Yo tampoco siento nada, es la única razón por la que me encuentro bien. No tengo nada más que decir.

HELLINGER a Thomas Cuéntame algo de la familia de tu padre.

THOMAS Mi padre es el hijo mayor. Tenía siete hermanos. Tenía un comercio que, en el fondo, pertenecía al padre de mi madre; es decir, él entró en el negocio por su matrimonio. Mi madre era y sigue siendo la persona central allí.

HELLINGER ¿Puedes mencionar algún otro hecho significativo, aparte del gran número de hermanos?

THOMAS Una hermana de mi padre murió de tuberculosis. Sus hermanos más jóvenes eran gemelos. Uno de ellos se cayó por unas escaleras y se murió. Su padre estaba destinado a hacerse sacerdote, según la voluntad de su madre, pero el padre de su padre lo impidió.

HELLINGER ¿El padre de su padre lo impidió?

THOMAS El padre de mi padre estaba destinado a hacerse sacerdote, igual que él y yo también, pero el padre de su padre lo impidió. Aparentemente, el deseo de que los hijos se hicieran sacerdotes se trasmitía siempre por las madres, y los padres, o aquel padre, lo impidieron.

HELLINGER De acuerdo. ¿Y ahora qué? ¿Es Dios un hombre o una mujer? Introduzcámoslo en la Constelación.

THOMAS ¿A quién?

HELLINGER A ese Dios. ¿Quién podría ser?

THOMAS Ahora hubiera escogido a una mujer.

HELLINGER Sí, escoge a una mujer para Dios.

Al grupo No os preocupéis, siempre se trata de un papel humano.

Abreviaciones:

D Dios

HELLINGER ¿Qué ha cambiado?

PRIMER HIJO Estoy un tanto aliviado.

TERCERA HIJA No sé para qué está allí y, además, no me mira.

HELLINGER Pero el nivel de energía ha subido. ¿Qué tal el padre?

PADRE Con este Dios no quiero tener nada que ver.

HELLINGER Sí, una vez aparece, ya no quedan muchos que quieran tratar con él.

PADRE Me deprime. Me pone muy nervioso. Quisiera marcharme.

MADRE Podría estrangularla.

REPRESENTANTE DE DIOS (Thea) Sabía que Thomas me elegiría a mí, porque frecuentemente mi papel es la amenaza.

HELLINGER No tienes que disculparte. ¿Cómo te encuentras en este papel?

DIOS No muy bien.

HELLINGER ¿Hacia dónde se dirige la energía?

DIOS Al vacío, hacia allá, directo.

HELLINGER a Thomas ¿De qué mujer se trata concretamente y adónde está mirando?

THOMAS Se me ocurre alguien: la otra abuela, la que vivía con nosotros.

HELLINGER ¿La madre de la madre? ¿Qué pasó con ella?

THOMAS Tuvo un hijo que nació muerto y, después, ella misma casi murió también. Más tarde tuvo a mi madre.

HELLINGER A esta mujer también la introduciremos. Ponla al lado de la otra mujer. Dios probablemente será la madre del padre.

Abreviaciones:

MP (D) madre del padre (Dios)

MM madre de la madre

SEGUNDA HIJA La energía aumenta increíblemente.

PRIMER HIJO También lo noto un poco, pero no es lo que hace falta.

HELLINGER a Thomas ¿Cómo se anula el poder de Dios? A través de los dos maridos. Pongamos también a los abuelos. Ponlos simplemente al lado, a cada uno con la mujer que neutraliza.

Abreviaciones:

PP padre del padre

PM padre de la madre

PRIMER HIJO Es cada vez mejor.

PADRE Es mucho más llevadero.

SEGUNDA HIJA Es mucho menos peligroso.

HELLINGER Sí, exacto. Porque las peligrosas son las mujeres. Los hombres, en cambio, representan la vida y la tierra.

SEGUNDA HIJA ¿La tierra?

HELLINGER La tierra, curiosamente. Cuando un hijo o una hija está en peligro, por ejemplo en peligro de suicidio, casi siempre están más seguros al lado del padre que con la madre.

PADRE Es un gran alivio desde que están los abuelos.

HELLINGER Ahora ve a buscar a tu mujer.

El padre da una palmada, va hacia su mujer, la coge por la cintura y la trae a su lado. Ella le sigue, riendo. Mientras tanto, la hermana mayor se pone a la izquierda de su hermano.

HELLINGER a los padres del padre y de la madre. ¿Qué tal vosotros?

MADRE DEL PADRE Ahora ya estoy bien.

PADRE DEL PADRE Neutro, todo en orden.

MADRE DE LA MADRE Me siento bien.

PADRE DE LA MADRE Tienen mi bendición.

MADRE Cuando aparecieron los abuelos, el temblor de mis manos desapareció. Ahora las tengo calientes.

HELLINGER Una vez configuré el sistema de una mujer cuyo padre era un pastor protestante. En las familias de sacerdotes siempre hay que representar también a Dios. Esa mujer tenía como guión La Visita de la Vieja Dama.[††] Al configurar la Constelación, en un lado se encontraba la mujer con las hijas y las niñeras, y en el otro, el padre, solo.

Ejemplo:

Abreviaciones:

P padre

M madre

1 primera hija (= cliente)

2 segunda hija

N niñeras

HELLINGER Después, le pregunté:

—En esta familia, ¿Dios es un hombre o una mujer?

Ella contestó:

—Una mujer.

Así introdujimos a una mujer, y ésta era La Visita de la Vieja Dama.

Ejemplo:

Abreviaciones:

D Dios

HELLINGER Siempre es terrible cuando Dios aparece en una de esas familias. Es enemigo de la vida y, casi siempre, una mujer. Cuando aparece como hombre no es enemigo de la vida.

MADRE DEL PADRE (DIOS) Mientras me encontraba sola aquí, tenía la sensación de que todas las agresiones y todo lo que había en esta sala se centraban en mí.

HELLINGER ¡Lo ves! ¡Menos mal que existen los hombres! a Thomas Creo que lo he dejado suficientemente claro. ¿Quieres ponerte tú mismo en tu lugar?

Thomas ocupa su lugar, mirando a su alrededor con un gesto afirmativo.

HELLINGER En esta Constelación me he limitado a lo más importante, porque no hace falta hacer nada más. ¿De acuerdo?

Thomas asiente con la cabeza.

HELLINGER Bien, ya está.

Mujeres y hombres

HELLINGER al grupo ¿Aún hay preguntas?

ANNE Yo aún tengo una pregunta: ¿por qué la tierra es algo masculino? Siempre lo había oído al revés. Me interesaría saberlo.

HELLINGER Es cierto, la tierra es femenina.

ANNE La tierra es femenina; sin embargo, ¿dijiste que la mujer...? No lo entendí bien.

HELLINGER La tierra es femenina, pero el hombre, a través de su trabajo, hace que florezca. Digámoslo así. Las imágenes son polifacéticas. Pero el hecho es que la mujer difícilmente distingue entre sí misma y su hijo. El hombre, en cambio, siempre distingue entre sí mismo y su hijo, excepto si está muy enfermo. Por eso, los hijos, en su individualidad, están más seguros con el padre.

ANNE Eso lo entiendo.

HELLINGER Es así. No es nada malo, la naturaleza simplemente es así. Por eso, los hombres —aún— tienen un papel determinado.

THOMAS Me pregunto qué pasa con la parte destructiva que hay en mí, qué sucede con esa inquietud destructiva.

HELLINGER Tienes que pasar a la esfera de los hombres; te lo he dicho siempre. Uno que lleva una barba como tú debe ir con los hombres, sobre todo con los padres: salir de la esfera de las madres para pasar a la esfera de los padres.

(Los hombres que llevan barba vienen de familias en las que, tanto en sus propias familias como en la línea paterna, a través de varias generaciones, los hombres han sido menospreciados y desplazados por sus mujeres.)

Renegar de Dios

HELLINGER a Thomas ¿Ya estás satisfecho? ¿Tienes todo lo que querías?

THOMAS Aún me interesa la cuestión de las identificaciones. ¿Con quién estaba identificado yo?

HELLINGER No creo que «identificación» sea la expresión correcta aquí. Aquí se transmite una obligación, y también una necesidad de romper esa misma obligación. Tanto lo uno como lo otro.

THOMAS Es así como lo vivo.

HELLINGER Se dan ambas tendencias. La imitación exige tanto que asumas como que no asumas la obligación.

THOMAS Exacto. Eso es.

HELLINGER ¿Y cuál es la solución? Renegar de Dios. Ya que ese Dios es muy pequeño. Despídete de él con dignidad; para dirigirte a algo más grande. Así, te pones en la línea sana. El Dios más grande le envió la crisis nerviosa a tu padre; pero él no lo reconoció.

THOMAS La cuestión es: ¿qué puedo conocer de él?

HELLINGER Nada. Quédate con el amor a la Tierra. Ese Dios que tiene un papel tan importante en tu familia, aparece como enemigo de la Tierra. Sin embargo, la única realidad que conocemos es la Tierra. Ella es lo más grande que conocemos. Y ella alberga el misterio más grande, no el cielo.

THOMAS Centrarme en la Tierra, eso ya lo hago últimamente.

HELLINGER Exacto. Lo importante es que también el niño en ti se deje llevar hasta allá, simplemente poniéndote al lado de los hombres; o delante de los hombres, de manera que ellos estén a tus espaldas. Eso es todo. ¿De acuerdo?

Aún quisiera decir algo de las vocaciones, de las «vocaciones religiosas» o como quiera que se les llame. Por regla general, sólo vienen del Dios que aparece en la familia, en la mayoría de los casos, éste es la madre.

Cuando alguien no obedece a una vocación de este tipo, por ejemplo la vocación hacia el sacerdocio, cuando obra en contra de ella, como fue el caso en tu familia, sólo puede lograrlo a través de una renuncia y de una conversión religiosa. De lo contrario, quizás acabaría viviendo de una manera aún más limitada que si hubiera seguido la orden recibida de su familia. Expresándolo de una manera muy drástica, una persona sólo puede librarse de una vocación de este tipo maldiciendo a ese Dios. Eso, sin embargo, sólo lo logra la persona que tiene una gran fe y una gran fuerza. Quien no logra dar este paso, tampoco consigue la solución.

Os contaré una pequeña historia. Podría titularse La Apostasía, o La Fe, o El Amor. En esta historia todo esto es lo mismo.

La Fe Mayor

Un hombre, en sueños, oyó una noche la voz de Dios, que decía: «Levántate, toma a tu hijo, a tu único y bienamado hijo, llévalo al monte que te señalaré, y allí ofrécemelo en holocausto.»

Por la mañana, el hombre se levantó, miró a su hijo, su hijo único y bienamado, miró a su mujer, la madre del niño, y miró a su Dios. Cogió al niño, lo llevó al monte, construyó un altar, le ató las manos al niño y sacó el cuchillo para sacrificarlo. Pero en ese momento oyó otra voz, y en lugar de su hijo sacrificó un cordero.

¿Cómo mira el hijo al padre?

¿Cómo el padre al hijo?

¿Cómo la mujer al hombre?

¿Cómo el hombre a la mujer?

¿Cómo miran ellos a Dios?

¿Y cómo Dios —suponiendo que exista— los mira a ellos?

También otro hombre, por la noche, oyó en sueños la voz de Dios, que decía:

«Levántate, toma a tu hijo, tu único y bienamado hijo, llévalo al monte que te señalaré, y allí ofrécemelo en holocausto.»

Por la mañana, el hombre se levantó, miró a su hijo, su hijo único y bienamado, miró a su mujer, la madre del niño, y miró a su Dios. Y le respondió, cara a cara: «¡No lo haré!»

¿Cómo mira el hijo al padre?

¿Cómo el padre al hijo?

¿Cómo la mujer al hombre?

¿Cómo el hombre a la mujer?

¿Cómo miran ellos a Dios?

¿Y cómo Dios —suponiendo que exista— los mira a ellos?

¿Lo he dejado claro?

HARTMUT Clarísimo.

HELLINGER Eso significa que lo he aclarado, que he dejado claro lo que significa la apostasía, y qué fuerza en la fe y en el amor exige; y qué pequeña es la fe de los fieles que sacrifican a sus hijos y se entregan a la arbitrariedad de ese Dios.

Constelación: Los padres del padre fueron asesinados en el campo de concentración, los padres de la madre sobrevivieron escondidos

ANNE Quisiera configurar mi familia de origen.

HELLINGER Adelante.

ANNE Los que forman parte de ella son: mi padre, mi madre, mi hermana, que me lleva dos años, y yo.

HELLINGER ¿Qué pasó con los padres de tu padre y con su familia?

ANNE Fueron deportados y murieron asesinados en el campo de concentración. Mi padre y su hermana fueron separados de ellos y sobrevivieron. En 1937 se exiliaron a Inglaterra.

HELLINGER ¿Y los padres de tu madre?

ANNE Mi madre tuvo un padre cristiano que se convirtió al judaísmo para poder casarse con mi abuela. Mi abuela, mi abuelo y mi madre fueron escondidos por una hermana de mi abuelo. Así sobrevivieron.

HELLINGER El abuelo que se convirtió al judaísmo es muy importante. En este caso podría lograrse un matrimonio tuyo con un alemán, como compensación. Sí, exacto. ¿Notáis que ésta sería una manera de llegar a un equilibrio?

Os daré un ejemplo:

Una persona contó que su abuelo, de soltero, llegó a un pueblo y allí se casó con la única hija del campesino más rico. Ella era reformada; él, católico. Sin embargo, la mañana de la boda y para gran espanto de los padres de la novia, no tocaron las campanas de la iglesia reformada, sino las de la parroquia católica. Sus padres habían sido engañados. Los abuelos de ese cliente se casaron según el rito católico, y todos sus hijos se bautizaron en la Iglesia católica.

Un día, pues, el hombre le preguntó a su hermana:

—¿Por qué tu hija se llama Karin?

—Ay —contestó—, en un principio debía llamarse Katharina, pero al final nos decidimos por la forma moderna, y así la llamamos Karin.

En ese momento, el hombre cayó en la cuenta:

—¡Pero si Katharina era nuestra abuela reformada!

Su hermana en ningún momento se había dado cuenta de esa relación. Ella misma se había casado según el rito católico con un hombre reformado, y habían acordado que todos los hijos se bautizarían en la Iglesia católica. Sin embargo, de una manera misteriosa, que nadie lograba comprender —pero, obviamente, por iniciativa de su propia hermana—, esa hija, Karin, fue bautizada según el rito reformado. Ésta fue la compensación.

ANNE Mi marido, del que estoy separada, es católico, y mis hijos también están bautizados.

HELLINGER Aquí es lo que corresponde. De acuerdo. Ahora configura tu familia. Escoge primero a representantes para tus padres, para ti y para tu hermana, y después también para todas las demás personas importantes; es decir, los padres de tu padre y los padres de tu madre, junto con la hermana que los escondió.

Abreviaciones:

P padre

M madre

1 primera hija

2 segunda hija (= Anne)

+PP padre del padre; asesinado en un campo de concentración

+MP madre del padre; asesinada en un campo de concentración

PM padre de la madre; se convirtió al judaísmo; sobrevivió

MM madre de la madre; judía; sobrevivió

HaPM hermana del padre de la madre; escondió a PM y a MM

HELLINGER ¿Qué tal se encuentra la madre?

MADRE Ahora me encuentro bien. Antes, mientras se estaba configurando la Constelación y yo había perdido de vista a mis dos hijas, realmente sentía la pérdida.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el padre?

PADRE Hay mucha energía, aunque también hay algo deprimente. Antes, cuando escuché que mis padres murieron en el campo de concentración, pensé: «Yo no estuve alerta.» Al mismo tiempo, sin embargo, era un sentimiento bastante realista; podía ver lo que les estaba pasando. Es terrible y, al mismo tiempo, pienso: «No estuve alerta.»

Finalmente, pude aceptarlo así.

HELLINGER ¿Qué tal la hermana mayor?

PRIMERA HIJA En un primer momento, mientras me encontraba sola aquí, sentía cariño hacia mis padres. Después, me llevaron de aquí para allá y el sentimiento se enfrió un poco. Luego vinieron también los abuelos, los padres de mi padre, que ejercían una atracción irresistible, algo que me parecía amenazante. Con mi hermana me encuentro bastante bien. A los otros abuelos los veo como un elemento que mantiene el equilibrio. Es decir, puedo estar muy bien aquí.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la hermana menor?

SEGUNDA HIJA Me siento fatal. Podría explotar de rabia. Los encuentro a todos tan amables y cariñosos ¡asfixiantes con su cariño! Únicamente existe una mínima relación con la hermana del abuelo. A esa mujer la encuentro genial. Pero todos los demás me parecen demasiado amables. Se sacude.

HELLINGER Explotar es lo más fácil.

SEGUNDA HIJA ¿Quieres decir que es más fácil que encarar esto?

HELLINGER Exacto.

SEGUNDA HIJA Sí, también noto que es más fácil.

PADRE DEL PADRE † Curioso. Mis piernas van echando raíces en el suelo y, al mismo tiempo, siento como si me estuviera elevando en el aire. Siento que hay como una corriente de calor hacia mi hijo y hacia su familia, y mucha simpatía hacia allá, hacia los otros abuelos y la hermana, aunque éstos sólo aparecen como grupo, no como personas diferenciadas. Hay afecto en todo esto.

MADRE DEL PADRE † Curiosamente no me siento implicada, como si todo esto no me interesara.

Hellinger cambia la imagen, de manera que las hijas se encuentren enfrente de los padres. Después lleva a los padres del padre, que habían sido asesinados, más hacia un segundo plano.

MADRE DEL PADRE † Mucho mejor así.

HELLINGER al padre ¿Qué tal así para ti?

PADRE Noto más fuerza.

HELLINGER Los muertos también tienen que hacer sitio.

PADRE DE LA MADRE Ahora me encuentro bien. Antes, cuando tenía a los otros abuelos enfrente, había un fuerte campo energético entre nosotros, que me resultaba agradable; hacía que me sintiese fuerte. Cuando ellos se marcharon, ya no fue así. Antes, mis dos nietas estaban demasiado lejos. Ahora, desde que las tengo delante, me siento mejor.

MADRE DE LA MADRE Antes me sentía como madre de la compañía. Ahora puedo centrarme más en mi marido.

HERMANA DEL PADRE DE LA MADRE Me empieza a latir fuertemente el corazón, pero también sé que está bien así.

Hellinger también lleva hacia un segundo plano a los padres de la madre y a su tía.

HERMANA DEL PADRE DE LA MADRE Así está mejor. Éste es el lugar más tranquilo.

SEGUNDA HIJA En lo que a mis padres se refiere, ahora tienen un lugar sólido y también puedo enfrentarme a ellos como personas. Los veo y puedo dirigirme a ellos con interés. Con los abuelos, de todos modos me encuentro bien. Aunque ya no veo tan bien a mi tía abuela.

HELLINGER a la madre ¿Qué tal encuentras ahora que tus padres y tu tía se hallan más a tus espaldas?

MADRE Bien.

HELLINGER Hay una gran diferencia entre hallarnos ante personas que están excluidas y estar ante personas que son poderosas. Los poderosos más bien pasan a un segundo plano; los excluidos, en cambio, deben pasar a un primer plano. Todos éstos son valorados y reconocidos, y para los demás, la vida sigue. Así, también la fatalidad puede darse por acabada.

A Anne De acuerdo, ponte tú misma en tu lugar.

Anne ocupa su lugar y empieza a llorar.

HELLINGER Deja los ojos abiertos y míralos a todos con amor.

Anne asiente con la cabeza y los mira a todos.

HELLINGER Bien, ya está.

La gracia de la vida

IDA Me siento centrada y noto un ardor en mi interior. Se emociona y le saltan las lágrimas. Quisiera escuchar algo más a mi voz interior. A veces noto que está allí; cada vez lo noto más. Pero me gustaría ganar más confianza en esa voz.

HELLINGER Hubo una vez un judío piadoso que cada noche le rogaba a Dios que lo dejara ganar en la loto. Al cabo de muchos años, oyó la voz de Dios:

—¡Dame, por fin una oportunidad y cómprate un cupón!

IDA En varias ocasiones he experimentado la gracia de la vida. Sigue muy emocionada.

HELLINGER Mira una vez a tu padre y déjalo allá, a una cierta distancia. Míralo con cariño; a él y a su familia. Y recibe su bendición; y toma en brazos al hermano de tu padre, a aquel que fue asesinado. ¿Intentaron hacerlo desaparecer?

IDA No. Suspira aliviada.

HELLINGER Tampoco sería posible. En alguna parte ha sido acogido. Déjalo allí. ¿Puedes dejarlo allí donde ha sido acogido?

Ida asiente con la cabeza.

HELLINGER En alemán tenemos una bella palabra para los cementerios: «Friedhof».[‡‡] Es allí donde debe y puede haber paz. Una vez muertos, los muertos también deben encontrar su paz. ¿Está bien así?

Ida asiente con la cabeza.

HELLINGER ¿Ves?, ahora hemos encontrado a otra persona mejor.

WILHELM Ya no tengo mucho que decir. Me siento muy conmovido.

SOPHIE Yo también me siento bien. Estoy tranquila. Mi nivel de energía ha vuelto a subir, algo más alto que esta mañana. Y ya no tengo ninguna cuestión pendiente.

HELLINGER Ahora, con tu madre estás en buenas manos.

KLARA Yo también me encuentro bien. Me siento ricamente obsequiada.

Constelación: Encontrar y tomar al padre que murió pronto

JAN Quisiera configurar mi familia.

HELLINGER Bien.

JAN Mi padre estuvo casado anteriormente, se divorció y tuvo un hijo de ese matrimonio.

HELLINGER ¿Con quién se crió?

JAN Durante los primeros dos años, hasta la muerte de mi padre, con nosotros; después, con su abuela paterna, y después de otros cuatro años, su madre lo llevó consigo a Italia, donde después se quedó. Mi padre era fármacodependiente y murió a causa de una insuficiencia renal.

HELLINGER ¿Por qué se rompió el primer matrimonio de tu padre? ¿Lo sabes?

JAN Presuntamente, por la adicción de mi padre. Ya no se entendían.

HELLINGER ¿Sucedió algo especial en la familia de tu padre?

JAN El padre de mi padre era alcohólico.

Abreviaciones:

P padre

1MujP primera mujer del padre, madre de 1

1 primer hijo

M madre

2 segundo hijo (= Jan)

HELLINGER ¿Qué tal el padre?

PADRE Estoy muy triste.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la primera mujer?

PRIMERA MUJER Estoy muy descontenta con mi posición. Sé que tengo un hijo, pero también que no tengo ninguna relación con nadie; eso me pone de mal humor. No estoy en contacto con nadie y quiero ir con mi hijo. Eso es lo mínimo.

HELLINGER ¿Qué tal el hijo?

PRIMER HIJO Es tan irreal que quisiera filosofar.

HELLINGER Sí lo es.

Hellinger pone al padre del padre delante de éste. Ambos se ríen; después, el padre da un paso hacia atrás. El hijo de la primera mujer gira hacia la familia. Cuando la primera mujer es colocada a su lado, ella respira aliviada.

Abreviaciones:

PP padre del padre

HELLINGER al padre ¿Qué tal así?

PADRE Fantástico.

HELLINGER ¿Qué tal la madre?

MADRE Antes de que estuviera allí el padre de mi marido, pensaba que quería darme la vuelta y marcharme con mi hijo. En el momento en que apareció su padre, él se me hizo otra vez interesante y atractivo.

SEGUNDO HIJO Al principio, mientras éste (mi padre) aún estaba solo allí, pensé: «Éste debe de ser un hombre interesante; me gustaría mirarle cara a cara.» En cuanto a mi madre, ella es mi apoyo. Estoy contento de que esté aquí. Cuando apareció el padre del padre, noté que mi padre se encontraba bien, y eso también me sentó bien a mí. Ahora me encuentro mejor que antes.

Hellinger modifica la imagen.

PADRE Tengo una perspectiva muy amplia ahora. Las dos mujeres irradian algo agradable. Los hijos están a la vista y todo el conjunto es estable para mí.

PRIMER HIJO Son como altibajos: por una parte, me gusta estar al lado de mi hermano, pero, por otra parte, sé que venimos de familias diferentes.

SEGUNDO HIJO Antes notaba una corriente de aire frío que pasaba por mi mano izquierda. Eso desapareció cuando vino el abuelo. Está bien así.

HELLINGER a Jan Ponte tú mismo en tu lugar.

Jan ocupa su lugar, mira a su alrededor y asiente con la cabeza.

HELLINGER Haré un pequeño experimento contigo, ¿de acuerdo? Para que sepas lo que son los hombres.

Hellinger lo pone de espaldas delante de su padre, apoyado contra éste.

JAN al cabo de un tiempo Me da un poco de miedo.

HELLINGER Quédate así de momento. Tras una pausa prolongada ¡Cede a tu impulso! Date la vuelta hacia el padre.

Jan se da la vuelta y se abraza a su padre. Ambos se cogen fuertemente y Jan rompe a llorar.

HELLINGER a Jan ¡Respira profundamente, con la boca abierta! ¡Respira silenciosamente! Inspirar y espirar. ¡Con fuerza! ¡Mantente en la fuerza! ¡Toma la fuerza!

Al padre del padre Si quieres, puedes abrazarlos a los dos.

El padre del padre abraza a ambos.

HELLINGER a Jan, cuando éste vuelve a tranquilizarse Ahora vuelve a tu lugar y míralos a todos.

HELLINGER a Jan ¿Bien así?

JAN Está bien así.

Constelación: La separación es adecuada

HELLINGER Hartmut, ahora te toca a ti.

HARTMUT Por mi parte sólo quiero mencionar una cosa: he recibido una buena paliza, y me alegro, porque sé que lo que ha pasado ya no puede interferir. Pero aún me pregunto por la importancia de la familia que fundé yo mismo, es decir, la familia secundaria, porque casi todas las Constelaciones que se configuraron aquí se referían a las familias de origen. Me lo pregunto porque me casé con una mujer que...

HELLINGER ¿Qué quieres?

HARTMUT Quisiera desprenderme interiormente de esa familia que formé y que, hace veinte años se disolvió, porque hasta ahora...

HELLINGER Configurémoslo, así lo tenemos hecho.

HARTMUT Creo que basta con una sola palabra.

HELLINGER ¡Haz!

PARTICIPANTE ¡Haz!

HELLINGER ¡No, no le presiones!

HARTMUT Lo hago muy a gusto, pero respeto el poco tiempo que nos queda; porque a veces sabes directamente la palabra que lleva a la solución.

HELLINGER ¿Quiénes pertenecen a la familia?

HARTMUT Mi primera mujer, yo y mis dos hijas. Después, también mi segunda mujer. Con ella no tengo hijos.

HELLINGER ¿Por qué te divorciaste?

HARTMUT Ella quería marcharse.

Abreviaciones:

Mar marido (= Hartmut)

1 Muj primera mujer; madre de 1 y 2

1 primera hija

2 segunda hija

2Muj segunda mujer

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el marido?

MARIDO Mi primer impulso fue en alto grado sexual; hacia las hijas. Le pedí a Hartmut que volviera a revisar mi posición, porque no estaba seguro y quería saber si esa sensación disminuiría. Pero aún está allí. A los demás miembros de la familia no los percibo.

HELLINGER ¿Qué tal la primera mujer?

PRIMERA MUJER Estoy totalmente furiosa, sobre todo cuando, encima, mi hija menor parece reírse de mí. Tengo la sensación de que está en medio, de que ella no debería encontrarse allí.

El padre le ríe a la hija mayor.

HELLINGER ¿Qué tal la hija mayor?

PRIMERA HIJA Mi atención se centra principalmente en mi padre. Con él tengo algún asunto que aclarar. También tengo la sensación de que represento a mi madre. A él se las tengo que cantar claras.

SEGUNDA HIJA Me siento totalmente desplazada. Si mi padre se acerca un centímetro más, empezaré a pegar bofetadas; y no sé si estoy más furiosa con mi madre o con mi padre.

PRIMERA HIJA Pensé: «¿Qué quiere mi hermana aquí?»

SEGUNDA MUJER Estoy totalmente furiosa con él, la rabia me ahoga. Siento que he sido dejada de lado, aprovechada y dejada de lado.

Hellinger modifica la imagen.

HELLINGER al representante de Hartmut ¿Qué sucede ahora?

MARIDO Veo la catedral a través de la ventana.

HELLINGER ¿Cómo te encuentras cuando miras por la ventana?

MARIDO Me atrae. Realmente lo siento así, no es broma. Está bien. Podría ir hacia allá. Prácticamente ya no siento a las personas que están a mis espaldas.

HELLINGER ¿Qué tal la primera mujer?

PRIMERA MUJER Para mí está bien así. Tengo la sensación de que tengo que aclarar algo con mis hijas.

PRIMERA HIJA Pues, yo estaba un poco enfadada aquí. Antes aún sentía que tenía una cuenta pendiente con él, y ahora simplemente se larga. Ahora podría estrangularlo por detrás.

Hellinger modifica nuevamente la imagen.

HELLINGER ¿Qué tal así?

Madre e hijas se ríen.

SEGUNDA HIJA Ya antes, cuando se fue el padre, todo estaba más claro, y lo estuvo aún más cuando la madre dijo que debía hablar con nosotras.

SEGUNDA MUJER Me siento otra vez libre y quisiera marcharme.

HELLINGER a Hartmut Las separaciones corresponden.

MARIDO Siento otra sensación más, algo que surgió después de la primera: es como un estar paralizado, un estar clavado en el suelo.

HELLINGER a Hartmut ¿Sucedió algo especial en tu sistema de origen?

HARTMUT En mi sistema de origen, mi madre se casó con mi padre sin amarlo, y yo estoy identificado con el tío con el que ella quería vivir. Mi primera mujer no quería casarse ni tener hijos. Me costó mucho tiempo convencerla.

HELLINGER Por tu implicación en tu sistema de origen no tenías derecho a hacerlo. Por tanto, corresponde que te vayas y dejes a tu familia.

HARTMUT ¿Y qué es lo que puedo hacer?

HELLINGER Yo sólo configuro lo que es visible aquí. No me corresponde juzgar lo demás. ¿Quieres ponerte tú mismo en tu lugar?

Hartmut ocupa su lugar y Hellinger pone a su padre al lado.

Abreviaciones:

PMar padre del marido

HARTMUT Me siento libre y muy cerca de mi padre. Me he reconciliado con él. Su suerte fue también la mía.

HELLINGER De acuerdo, ya está.

La bendición de lo difícil

FRANK Noto que una y otra vez me inquieto cuando pienso de qué manera comencé mi matrimonio. Desde el principio tuve muy claro que casarme con ella sería una equivocación porque no la quería lo suficiente —ésta era mi impresión—; no obstante, pensaba que, de no casarme, la situación seguiría siendo tan destructiva como siempre.

Así, los dos dijimos: de momento, nos casamos, y, si no funciona, nos volvemos a separar. Desde luego, fue una equivocación. Pero, después, continuamente quería terminar la relación y disfrutar de mi libertad. Pero así tampoco funcionaba. Constantemente lo hacía mal sin ser consciente de ello. Rabiaba y estaba furioso e intentaba las cosas más inverosímiles, pero no servía de nada. Así, siempre tenía la sensación de que yo tenía la culpa.

HELLINGER Hay una solución muy fácil. Hubo una vez un tal Le Bon que escribió cierto libro.

FRANK La psicología de las masas.

HELLINGER Exacto, La psicología de las masas. El mismo Le Bon, me dijeron, escribió también otro libro, sobre la psicología de las elites. No lo he leído, pero en una crítica leí que Le Bon había descubierto el único punto en el que las elites se diferencian de las masas.

FRANK Porque se creen la elite.

HELLINGER No, porque no buscan culpables, sino que en seguida se hacen cargo de las consecuencias de su propio comportamiento. De esta manera, siempre disponen de la capacidad de actuar. Pero, desgraciadamente, sólo pocos pertenecen a la elite.

Risas en el grupo.

FRANK Sobre todo, porque siempre dices que lo más grande que se puede lograr es lo ordinario.

HELLINGER Para ti, la solución sería que dijeras: «Lo he hecho mal, y me hago cargo de las consecuencias.» Así, inmediatamente recuperas la capacidad de actuar. Y eso sin tener en cuenta el sinfín de experiencias que ganaste gracias a estas vivencias. Ésta es la otra cara. No hay ninguna dificultad que no tenga también su lado positivo.

El siguiente paso

UTE Me siento un poco como en un tira y afloja, pero no sé exactamente por qué. Mi propósito es dejar que vaya actuando todo lo que he recibido de ti, pero ya no estoy tan tranquila como antes. No sé por qué.

HELLINGER Porque el siguiente paso ya te está esperando. Él te dará la tranquilidad.

La estrechez

UTE Me llamó la atención que en la mayoría de las Constelaciones que he visto, los diversos miembros de la familia se encontraban relativamente alejados unos de otros. De mi propia Constelación sé que me era sumamente importante poner a las personas muy juntas y apretadas. ¿Se puede deducir que en aquellas familias había demasiada estrechez y cercanía?

HELLINGER Sí. Los espacios libres son necesarios para todos.

UTE Por tanto, ¿en estos casos no existían?

HELLINGER No. La estrechez impide el desarrollo.

Madre e hijo

JOHANN Estuve pensando que, en el fondo, tendría que ir a ver a mi madre y abrazarla.

HELLINGER No, no. Eso sería arrogante. Deja a tu anciana madre en paz. Pero sí puedes pedirle que te bendiga. Y puedes decirle que comprendes lo duro que debería ser para ella que tú estuvieras en el hospital. De lo contrario, ya estás otra vez dando en vez de quedarte en un nivel inferior y tomar, como a un hijo le corresponde. Dile que te has dado cuenta de lo que hizo por ti, y que lo valoras; que lo aprecias, y que puede estar contenta.

Hacer por los padres mayores lo que corresponde

LEO Hace un momento, otra vez caí en la tentación, y ahora estoy intentando retenerme. Estuve pensando: ¿y qué si mi padre vuelve a comportarse como un niño? Entonces todo vuelve a cambiar. Pero después pensé que ahora, por fin, le toca a mi madre hablar con autoridad. Ella debe insistirle a su marido para que al menos se deje tratar debidamente cuando haga falta.

HELLINGER Es su tarea, no la tuya. Cuando tu madre falte, entonces puedes ocuparte tú de tu padre, de la manera que corresponda.

El problema es que un hijo, siempre que ve a sus padres, inmediatamente se siente como un niño de cinco a siete años, y que los padres, siempre que ven a sus hijos, por muy mayores que sean, los ven y los tratan como si siguieran teniendo entre cinco y siete años. Por eso, para muchos hijos la idea de tener que cuidar a sus padres mayores les resulta tan difícil. Esto es así porque piensan como el niño pequeño de aquel entonces.

La solución se halla en que les digan a los padres: «Siempre que me necesitéis, me ocuparé de vosotros; tal como sea bueno y adecuado.» Ésta es la frase clave. Así, pasan a otro nivel, al nivel de los adultos. Es en este nivel en el que se les exige la presencia ante sus padres. En este nivel, como hijos pueden respetar a sus padres y, a pesar de todo, hacer lo que corresponda.

El hijo adulto no solamente está para ocuparse de sus padres. Por tanto, los hijos no siempre pueden hacer lo que los padres quisieran, pero lo adecuado es factible en la mayoría de los casos.

Osar lo que corresponde

ROLF Me siento centrado, y en mi interior las cosas van brotando y fluyendo, aún no sé adónde. Estoy buscando mi alegría, y veo muchísimas cosas ante mí.

HELLINGER Osar lo que corresponde es el paso siguiente.

ROLF Sabía que aún vendría algo bueno.

La perspectiva

MARTHA Me encuentro bien. Siento que estoy en camino, pero para que el proceso iniciado aquí alcance su meta, aún tengo que esperar.

HELLINGER Aquí se concretó un punto de partida y se señaló un cauce. Después, en la mayoría de los casos aún se necesitan uno o dos años para que la semilla crezca y el tren llegue a su destino.

THEA Lo que acabas de decir, a saber, que lo que aquí ocurre necesita uno o dos años para desplegar toda su eficacia, lo noté en mí misma después de trabajar contigo el año pasado. Realmente, el trabajo siguió actuando en mi interior durante todo este año.

DAGMAR De momento, siento una gran gratitud. Me siento plena. Tantas semillas realmente necesitan su tiempo para germinar. Profesionalmente me resulta muy importante esta moderación, es decir, no invertir tantas energías y tener en cuenta el equilibrio entre el dar y el tomar. Es algo muy bonito, y en este sentido me llevo mucho de aquí. Aún me queda una pregunta. Quizás suene un poco extraño, pero siento un gran anhelo de trabajar a conciencia. De hecho, en un principio abordo un asunto con mucho entusiasmo e interés y, después acabo dejándolo para dedicarme a otra cosa.

HELLINGER Te diré algo en relación a la psicoterapia. En psicoterapia, la minuciosidad es de un veinte por ciento. Todo lo que pase del veinte por ciento es demasiado escrupuloso y no hace ningún bien.

KARL Con miras a la meta con la que vine aquí, tengo una sensación de libertad. De momento, lo que más me ocupa es la fuerza de la moderación. Eso es lo que me llevo.

ULLA Aún estoy llena de energías y me arden las manos. Me gustó mucho cuando Leo contó cómo primero estuvo discutiendo interiormente y después logró inclinarse ante su madre. Pensé que mi caso era similar, pero que yo no podría hacerlo así.

HELLINGER Puedes hacerlo a solas; así es más efectivo.

ULLA ¿Sí? Se ríe. Creo que no he valorado realmente a mi madre. Siempre me he puesto un poco por encima de ella. Quisiera valorarla.

HELLINGER Sí, ¿y cómo se hace? Lo mejor será que te cuente una pequeña historia:

El Curso de la Vida

Un abejorro se posó en una flor de cerezo, bebió su néctar, quedó saciado y se fue volando.

Pero después lo asaltaron los remordimientos. Se sentía como alguien que había tomado sin dar nada a cambio.

«¿Qué haré?», pensó, pero no lograba decidirse, y así pasaron semanas y meses.

Finalmente, ya no pudo quedarse tranquilo.

Se dijo:

—¡Tengo que volver a la flor de cerezo y darle las gracias de todo corazón!

Se echó al vuelo, encontró el árbol, la rama, la hoja exacta donde antes se hallaba la flor, pero ya no estaba. Tan sólo encontró un fruto maduro de un intenso color encarnado.

Al verlo, el abejorro se entristeció.

Se dijo:

—Nunca más podré darle las gracias a la flor de cerezo; la oportunidad está perdida para siempre. ¡Pero esto me servirá de lección!

Mientras lo estaba pensando, percibió un dulce perfume; la copa rosada de otra flor le sonreía, y con todas sus ganas se lanzó a una nueva aventura.

Valorar lo que hubo

MARKUS Siempre que hago un curso contigo, ya no tengo tan claros mis papeles, al menos por una semana. ¿No tienes alguna historia que me ayude?

HELLINGER Puedo contarte una historia que me ocurrió a mí. Una vez, después de un curso de terapia familiar, pensé: «Esto es justo lo que quería; esto es lo único verdadero.» Después, miré lo que había hecho hasta entonces y vi que era un trabajo bueno. Así, decidí seguir con aquello que desde siempre había hecho. Al cabo de un año, sin embargo, mi trabajo se había convertido en terapia familiar, pero de una forma peculiar.

Final del curso.

ÓRDENES DE LA PERTENENCIA

De un curso para terapeutas familiares

El desapego como realización religiosa

RITA Desde hace años estoy implicada sistémicamente. Me esfuerzo por librarme, pero noto que cuando, por un lado, lo consigo, por el otro sale algún gancho que me devuelve dentro otra vez.

HELLINGER Sólo pocos logran librarse de las implicaciones de su sistema. Lo digo muy en serio. Bien puede llegarse al conocimiento de ciertas implicaciones, pero cuando realmente toca decidirse, la tendencia a volver a quedar implicado actúa con tanta fuerza que la mayoría de las personas siguen atrapadas; ya que el paso que va de la implicación a la solución es también un acto existencial. Es decir, asciendo a un nivel superior, lo cual supone que he de despedirme de todo lo anterior. Esta realización nos convierte en personas solitarias.

Al vivir en un pueblo angosto, por ejemplo, entre montañas, me encuentro estrechamente unido con todos. Ahora bien, en cuanto empiezo a subir la montaña, me distancio, veo cosas que nunca antes había visto, y puedo sentirme unido a muchas otras cosas y personas, pero nunca de la misma manera estrecha y segura que me unía a los de allí abajo, en el valle. Lo amplio y lo grande, por tanto, siempre llevan también a la soledad. Aparte de este aspecto, el niño que hay en nuestro interior también vive el paso de lo angosto a lo amplio como una culpa, como un dejar atrás el vínculo seguro, un dejar atrás la inocencia y el saberse acogido.

Por tanto, el paso del problema a la solución únicamente se logra si, en vez de confiarnos a lo familiar y a lo conocido, nos abandonamos a algo desconocido que permanece inescrutable y oscuro. Esto, sin embargo, es un acto religioso, si así queréis llamarlo. Así, pues, como terapeuta nunca debo caer en la ilusión de que un proceso así puede ser controlado o manipulado. Bien podemos facilitar algún que otro paso en el camino a esta meta, pero cuando nos hallamos ante esas implicaciones tan profundas, el desapego y la purificación, si a pesar de todo se logran, son experimentados como un regalo, como una gracia, tanto por el terapeuta como por el cliente. Por tanto, el desapego y la purificación exigen la misma actitud y el mismo proceso interior, tanto por parte del terapeuta como por parte del cliente.

RITA Me preocupa un asunto relacionado con mi hermana. Empieza a llorar.

HELLINGER ¿En qué sentido es importante?

RITA Mi hermana fue asesinada. Su novio la apuñaló porque ella lo dejó, y ahora lo llevo todo yo.

HELLINGER ¿Le va mejor a tu hermana si tú lo llevas?

RITA No. Racionalmente ya sé que es así.

Constelación: La mujer no puede tener hijos y ha adoptado a una niña

HELLINGER a Rita, después de una pausa entre sesión y sesión Configuraré tu familia actual ahora.

Al grupo Se trabaja donde haya la máxima energía. Antes, la máxima energía estaba con ella. Por eso empiezo con ella.

A Rita ¿Estás casada?

RITA Sí.

HELLINGER ¿Tienes hijos?

RITA Una hija adoptiva.

HELLINGER ¿Una hija adoptiva? ¿Por qué?

RITA Porque yo no puedo tener hijos, y porque ambos lo queríamos, tanto mi marido como yo.

HELLINGER ¿Y la niña también lo quería?

RITA Creo que sí.

HELLINGER ¿Qué edad tenía la niña cuando la acogiste?

RITA Cuando vino a nuestra familia tenía cinco días.

HELLINGER ¿Por qué fue con vosotros?

RITA Porque la madre la dio en adopción. Aún estaba en el hospital y me esperaba allí.

HELLINGER ¿Y el padre de la niña?

RITA La madre no dio su nombre y, en lo que respecta a los papeles y demás, él no existe.

HELLINGER al grupo ¡Curioso! Los hombres no valen nada en nuestra sociedad. ¡Conque patriarcado!

A Rita ¿Ya se sabía antes del matrimonio que tú no podías tener hijos?

RITA No.

HELLINGER Es decir, ¿se supo cuando ya estabais casados?

RITA Sí.

HELLINGER ¿Cómo reaccionó tu marido?

RITA Para él no fue ningún problema que yo no pudiera tener hijos. Nunca puso en cuestión la relación conmigo por ese motivo.

HELLINGER al grupo Cuando uno de los cónyuges no puede tener hijos, no tiene ningún derecho a sujetar al otro. Y si el otro, a pesar de todo, se decide a seguir con la pareja, esta decisión debe ser valorada especialmente. Eso es importante. Así está claro y en orden.

RITA Estoy muy agradecida con él.

HELLINGER «Agradecida» es una palabra de doble filo.

RITA Lo reconozco, sí.

HELLINGER «Valorar» es la palabra adecuada. Entonces está bien. Por este hecho tú tienes menos derechos que él. Simplemente es así.

OTRA PARTICIPANTE Si, como tú dices, la relación de pareja tiene prioridad ante la paternidad, no comprendo lo que acabas de decir. ¿No se trata principalmente de la relación de amor que existe entre ellos dos?

HELLINGER ¿Aporta algo tu objeción?

PARTICIPANTE Sí, quizás aporte algo.

HELLINGER No, solamente resta.

Al grupo ¿Le ha ayudado a Rita? Le ha quitado seriedad. Es lo que se puede hacer con este tipo de objeciones; por tanto, son muy arriesgadas. Algunos hacen terapia en forma de objeciones. Cuando alguien les presenta un problema, sólo hacen una objeción, por ejemplo: «No es para tanto.»

PARTICIPANTE No hice ninguna objeción a las preguntas o frases de Rita, sino a tu interpretación del asunto.

HELLINGER Esta fue otra objeción.

La participante se ríe.

HELLINGER a Rita Configuraremos primero tu familia de origen. ¿Alguno de vosotros, tú o tu marido, estuvisteis casados anteriormente, o en una relación estable?

RITA Mi marido estuvo casado.