Órdenes del Amor

Traducción de Sylvia Kabelka

Herder

Título original: Ordnungen der Liebe. Ein Kurs-Buch

Traducción: Sylvia Kabelka

Diseño de la cubierta: Claudio Bado

© 2001, Bert Hellinger

© 2001, de la traducción Sylvia Kabelka

© 2001, Herder Editorial S.L., Barcelona

1ª edición, 4ª impresión

ISBN: 978-84-254-2196-9

Imprenta: Tesys

Depósito legal: B-26.869-2008

Printed in Spain - Impreso en España

Herder

www.herdereditorial.com

Índice

Introducción. 12

Agradecimiento. 15

LA FUERZA DEL CENTRO VACÍO.. 16

El conocimiento. 16

Epistemología científica y epistemología fenomenológica. 17

El proceso. 17

Libre de intenciones. 18

Libre de temor 18

La concordancia. 19

Fenomenología filosófica. 19

Fenomenología psicoterapéutica. 20

El alma. 22

Fenomenología religiosa. 22

La vuelta. 22

IMPLICACIONES SISTÉMICAS Y SUS SOLUCIONES. 24

Primer día. 24

Introducción. 24

La adopción es peligrosa. 24

Afrontar el riesgo. 26

Más o menos 26

La doble transferencia. 27

La primera mujer 28

La felicidad da miedo. 29

Constelación: El hijo representa al padre de la madre. 29

La diferencia entre estar identificado y seguir un modelo. 38

El principio minimalista. 38

La individuación merma la unión estrecha en una relación. 39

Amor y orden. 40

El orden de origen. 41

La prioridad de la primera relación íntima. 41

Jerarquías. 42

La jerarquía en el seno de la familia. 42

La intimidad es exclusiva. 43

La prioridad en un divorcio. 43

La jerarquía en las organizaciones. 45

Objeciones. 46

La decisión de no tener hijos. 47

Ser y No-Ser 47

Las consecuencias para una relación de pareja. 48

En pie de guerra. 48

Malas notas de los hijos. 49

Dolor transferido. 49

Constelación: La hija representa a la hermana fallecida del padre. 51

La recompensa negativa. 55

El orden del amor 55

La recompensa a través del reconocimiento. 56

Constelación: Tomar, aunque muchos otros tuvieron que dar 57

Ya están aquí 59

La culpa reconocida se convierte en fuente de fuerza. 66

Guardar las apariencias en lugar del padre. 67

El sufrimiento es más fácil que la solución. 68

La solución humilde duele. 69

El movimiento amoroso interrumpido. 69

Dolores de espalda. 72

El gusanillo. 72

Constelación: La madre amenazaba con matarse con los hijos. 73

Las consecuencias de amenazas de asesinato y de crímenes en la familia. 80

El miembro que ha perdido la pertenencia debe ser excluido. 82

Confiar en la imagen interior 83

La responsabilidad del terapeuta en el trabajo con Constelaciones Familiares. 84

El procedimiento en la configuración de la familia actual de Thea. 85

Confusión adoptada y sentimientos adoptados. 86

Amenazas de suicidio de la madre. 87

El Final 88

A vida o muerte. 89

La tumba. 91

Constelación: Dos tíos abuelos expulsados y un tío despreciado. 91

¿Quién pertenece al sistema familiar?. 97

Anexo: Unidos por el destino: supervivientes y muertos, perpetradores y víctimas. 98

Actuar sin obrar — mediante la imagen interior acertada. 99

Amenazas de suicidio de la mujer 100

Constelación: La hija representa a la novia anterior para el padre. 101

El lugar bueno para los hijos. 106

La identificación inconsciente con una pareja anterior de los padres. 106

Preocuparse por Dios. 108

¿Con quién debe ir la hija de una madre divorciada y drogadicta?. 109

Lo que lleva a la toxicomanía. 110

Toxicomanía como expiación. 113

La intuición va unida al amor 114

Toxicomanía como intento de suicidio. 114

El movimiento hacia la madre cura. 114

Sanar el movimiento amoroso hacia los padres. 115

A través de los padres. 115

A través de representantes de los padres. 116

La reverencia profunda. 116

El movimiento amoroso más allá de los padres. 118

Segundo día. 118

El papel de víctima como venganza. 118

La promesa. 119

La compensación. 120

Alivio inesperado. 120

Pacífico. 120

Siguiendo la pista de la doble transferencia. 121

Constelación: Una doble transferencia se arregla. 121

El perdón malo. 126

Las consecuencias para el hijo. 127

Constelación: Hermano disminuido y hermanastro silenciado, ambos muertos en temprana edad. 127

La Plenitud. 134

Lucha inútil 135

El dolor adoptado debilita. 136

Solucionar un problema soltándolo. 136

Sobrecargado de felicidad. 137

Divorcio y culpa. 137

Una separación a la ligera es expiada por los hijos. 138

La compensación impulsiva a través de la expiación. 138

La culpa como negación de la realidad. 139

El vínculo a través de la consumación del amor 140

En la esfera de la madre. 140

Las diferentes maneras de dar y de tomar en la familia. 141

Apreciada carga. 142

Víctima en lugar de otra persona. 143

Constelación: El padre ilegítimo, el padre del padre excluido. 144

Parentificación: cuando los hijos representan a los padres de los padres. 149

Expiar la muerte puerperal 149

El Engaño. 152

Padre e hijo. 155

Abuelo desconocido. 156

Valorar a la madre. 157

Afán transferido. 157

Constelación: La hija está identificada con la novia del padre y adopta los sentimientos de ésta. 158

Arrogación objetiva y subjetiva. 163

Nostalgia del padre. 164

¿Cuándo es el hombre quien tiene prioridad en una familia, y cuándo, la mujer?. 165

La mujer sigue al hombre, y el hombre tiene que estar al servicio de lo femenino. 166

Amor frustrado. 167

¿Qué te habré hecho para estar tan furioso contigo?. 168

La ira como rechazo del dolor 169

Ira contenida. 169

Diferentes tipos de ira. 169

Precaución y audacia. 171

Constelación: El hijo representa al novio de la madre. 172

El sentido del equilibrio sistémico. 174

Los diferentes tipos de conciencia. 175

La Inocencia. 176

Conciencia y compensación. 177

Compensación buena y mala. 177

Los límites de la compensación. 178

La compensación a través del agradecimiento y de la humildad. 179

Claridad duradera. 179

Respetar el pasado. 180

Del fuego, las cenizas. 181

Desaparecen los dolores de espalda. 181

Constelación: Igualdad no respetada y la ley del equilibrio. 181

Celos y compensación. 186

Inocencia y venganza. 187

Infidelidad y fidelidad. 187

Venganza en lugar de otra persona. 188

Reflexionar sobre la inocencia. 189

Regalos para la madre. 189

En el último límite las crisis se deciden con más facilidad. 189

Constelación: Después del divorcio, los hijos deben ir con el padre. 190

Tercer día. 193

La ronda. 193

Síntomas adoptados. 194

Origen judío. 194

La medida justa. 196

Aliviado. 196

El precio. 197

El nivel emocional básico, y cómo elevarlo a un estado positivo. 198

Paz a través del amor 199

La felicidad secreta. 200

El otro saber 201

Dar sin tomar 201

Una nueva perspectiva. 202

Ideal vano de una relación. 202

Dar y tomar en una relación de pareja. 203

Dejar que salga la presión. 204

La cuestión religiosa. 205

Dolor por la muerte violenta de dos tías. 205

Ayudar a los padres de hijos disminuidos — con respeto. 205

La arrogancia y sus consecuencias. 206

Esperar hasta que la imagen desarrolle su efecto. 208

Sí y no a tener un hijo propio. 208

La segunda mujer 209

Sí y no al tabaco. 210

Lo que calma los dolores de cabeza. 210

Honrar al padre y, con él, a Dios. 211

Rechazar la descarga. 211

Constelación: La hija más joven está identificada con la madre de la madre. 212

Heredar con y sin precio. 216

Constelación: La culpa y sus secuelas. 218

Una ronda corta. 227

Sobre mis dos pies. 228

Huir de la plenitud. 228

La plenitud y la sensación de estar completo. 228

La Fiesta. 229

Querer y respetar 229

Igual entre iguales. 230

Claridad reconciliadora. 231

Mantenerse alerta. 231

Contenerse: alerta y con fuerza. 232

Los límites de la inocencia. 232

El alivio de permanecer en el presente. 233

Centrarse en los gestos que se realizan interiormente. 233

Incesto: ¿Cómo ayudar a las víctimas?. 233

¿Qué ayuda a los abusadores?. 238

El Silencio. 238

La indignación. 239

La mujer adúltera. 240

Constelación: Lo que disuelve el poder de las mujeres que aparecen como Dios. 242

La gracia pasa. 242

Mujeres y hombres. 251

Renegar de Dios. 251

La Fe Mayor 252

Constelación: Los padres del padre fueron asesinados en el campo de concentración, los padres de la madre sobrevivieron escondidos. 253

La gracia de la vida. 259

Constelación: Encontrar y tomar al padre que murió pronto. 260

Constelación: La separación es adecuada. 264

La bendición de lo difícil 268

El siguiente paso. 269

La estrechez. 269

Madre e hijo. 270

Hacer por los padres mayores lo que corresponde. 270

Osar lo que corresponde. 271

La perspectiva. 271

El Curso de la Vida. 272

Valorar lo que hubo. 272

ÓRDENES DE LA PERTENENCIA.. 273

El desapego como realización religiosa. 273

Constelación: La mujer no puede tener hijos y ha adoptado a una niña. 274

El precio. 280

La jerarquía de la responsabilidad. 280

Objeciones. 281

El derecho del niño de tener a sus padres. 282

Mirar a las víctimas en vez de a los perpetradores. 283

El paso siguiente. 284

La solución a través del desapego. 285

Lo espantoso. 286

Compasión y olvido. 287

Oír y ver 288

La misma culpa tiene los mismos efectos. 288

La solución exige renunciar a las objeciones. 288

Comprensión y realización. 289

Niños heredados. 291

Constelación: El padre aceptó que su hija ilegítima fuese adoptada por el actual marido de la madre. 291

La vuelta a casa. 298

«Te acompaño con amor». 300

FUENTES DE ENFERMEDAD Y DE SANACIÓN DE LA FAMILIA.. 309

Cielo y tierra. 309

La comunidad unida por el destino. 309

El vínculo y sus consecuencias. 310

Similitud y compensación. 310

La enfermedad sigue al alma. 311

«Mejor que sea yo que tú». 311

El amor consciente. 314

Anorexia. 315

«Aunque tú te vayas, yo me quedo». 315

«Te sigo». 316

«Aún viviré un poco». 316

La fe que lleva a la enfermedad. 317

El amor que sana. 318

Fe y Amor 318

La enfermedad como expiación. 319

La compensación a través de la expiación causa un doble sufrimiento. 320

La compensación a través del tomar y de los actos de reconciliación. 321

La expiación sustituye la relación. 321

En la Tierra, la culpa pasa. 322

La enfermedad como expiación realizada en lugar de otra persona. 323

La enfermedad como consecuencia de la negación de tomar a los padres. 323

Honrar a los padres significa honrar la tierra. 323

Ser y No-Ser 323

Constelación: «Te sigo.». 326

Constelación: La madre sigue a su hija disminuida en la muerte. 335

Constelación: Morirse antes que inclinarse profundamente ante el padre. 347

Constelación: Secuelas tardías de una poliomielitis y de un embarazo y un parto difíciles 354

Constelación: Identificación con el otro sexo. 361

Identificación heterosexual en el amor homosexual y en la psicosis. 365

Decidirse a favor del padre y en contra del amigo de la madre. 366

El saber sirve al actuar 367

Constelación: «Mejor que sea yo que tú». 367

Las Constelaciones actúan a través de la imagen interior 376

Lo «correcto». 376

Constelaciones Familiares con símbolos. 377

Constelación: Un hermano murió inmediatamente después de nacer, el otro se suicidó 377

Suicidio por amor 383

Buscar culpables para evitar el dolor 383

Respuesta negada. 384

El procedimiento en el trabajo con Constelaciones Familiares. 384

¿Cuándo entra en juego el cliente?. 385

¿A qué distancia pueden estar los muertos de los vivos?. 385

Constelación: hija heroinómana — lo masculino falta. 386

Los hijos deben seguir al padre, al igual que la madre al marido. 392

Constelación: Ninguna simpatía hacia los hombres. 396

La prioridad de lo inmediato. 401

Cónyuges anteriores son representados por hijos posteriores. 402

Hijos de relaciones extramatrimoniales. 403

Los abortos no les interesan a los hijos. 403

Si no hay ninguna solución. 404

Constelación: Accidente del hijo — «Prefiero irme yo antes que tú, querido padre». 405

Constelación: Mujer anoréxica — «Prefiero desaparecer yo antes que tú, querido padre» 409

Ataques de hambre con vómitos posteriores (bulimia) 415

Estar en sintonía con algo más grande. 416

Dos tipos de saber 417

PREGUNTAS A UN AMIGO.. 420

La dimensión sistémica de los problemas y el destino. 420

Maestros e impulsores. 422

Constelaciones Familiares. 425

La percepción. 426

Resistirse a mirar 427

Hipnoterapia según Milton Erickson. 427

Historias. 428

Experiencia de vida. 429

Comprensiones. 430

El amor 430

El equilibrio. 431

El mismo derecho a la pertenencia. 431

Enfermedad y sanación en el seno de la familia. 432

Procedimientos importantes. 433

Asumir el mando. 433

Ir hasta el límite. 434

Quedarse con la realidad aunque sea chocante. 434

Dejar de lado el problema referido. 436

Centrarse en la energía. 436

Reducir el trabajo al mínimo. 437

Interrumpir el trabajo. 438

Guardarse de la curiosidad. 438

El éxito no se controla. 438

El momento actual es lo que cuenta. 440

Introducción

Durante los últimos años, Órdenes del Amor se ha convertido en una obra fundamental que, mucho más allá del mero campo de la psicoterapia, representa una ayuda para la vida cotidiana de muchas personas. Así, tras la quinta edición, surgió la necesidad de revisar el libro para adecuarlo aún mejor al siempre creciente círculo de lectores. El texto fue remodelado y, en algunas partes, también ampliado, por ejemplo, en un capítulo acerca del camino del conocimiento.

En general, este libro nos muestra cómo alcanzar la comprensión liberadora y sanadora mirando sin prejuicios la realidad.

Su tema son los órdenes preestablecidos para el amor en toda relación humana. Así, pues, el amor únicamente tiene posibilidades de lograrse donde nosotros conocemos estos órdenes. El amor ciego, sin conocimiento, ignora los órdenes y, en consecuencia, nos hace errar en nuestro camino. En cambio, donde el amor conoce y respeta estos órdenes, también puede traer el fruto que nosotros anhelamos. Así, el amor surte efectos benéficos y sanadores, tanto para nosotros como para nuestro entorno.

En este libro se reproducen textualmente tres cursos terapéuticos, en parte ligeramente resumidos.

El primer curso sobre «Implicaciones y sus soluciones» fue un curso abierto de experiencia personal y de formación terapéutica, que aquí se transcribe prácticamente en su totalidad.

Ofrece una introducción a la configuración de Constelaciones Familiares, explicando las causas de implicaciones en el seno de la familia o de la red familiar, así como los efectos de tales implicaciones. El interés central, sin embargo, reside en demostrar cuándo, cómo y según qué leyes se consigue encontrar la solución para la persona involucrada.

A través de las Constelaciones Familiares, los participantes pueden apreciar que tanto en la familia nuclear como en la red familiar existe una necesidad común de vinculación y de compensación que no tolera la exclusión de ninguno de sus miembros. De lo contrario, aquellos que posteriormente nacen en el sistema, inconscientemente repiten y prosiguen la suerte de los excluidos. Es lo que en este contexto definimos como «implicaciones sistémicas».

En cuanto los excluidos son reconocidos por los demás miembros de la familia, es decir, cuando se reconoce su derecho a formar parte del sistema familiar, el amor y el respeto compensan la injusticia cometida con ellos sin que su suerte tenga que ser repetida. Es lo que aquí llamamos «solución».

Las implicaciones obedecen a un orden según el cual la fatalidad debe ser compensada por la fatalidad, y los «pequeños», inocentes, avalan a los «grandes», culpables, pagando por ellos. La solución, en cambio, sigue otro orden, que cumple la necesidad de compensación de una manera saludable. Ambos órdenes, por tanto, son «órdenes del amor»: el primero se configura de manera nefasta; el segundo, de manera saludable.

El segundo curso se dirigía a profesionales del campo de orientación familiar. En este caso se eligieron aquellas partes que muestran de manera patente cuál es el lugar de los niños que perdieron a uno o a ambos padres y qué ocurre cuando unos padres dan a un hijo en adopción, o cuando personas ajenas a la familia adoptan a un niño sin ninguna necesidad apremiante.

El tercer curso se dirigía a enfermos, terapeutas y médicos. Durante este seminario, un grupo de participantes enfermos tuvo la oportunidad de configurar las constelaciones de sus familias de origen o actuales ante un gran número de observadores participantes. Por los efectos de las imágenes, tanto los afectados como los demás participantes pudieron experimentar y ver lo que, tanto en la familia como en la red familiar, vinculadas por el destino, lleva a enfermedades graves, a accidentes y al suicidio, y cómo tales fatalidades pueden tomar un giro favorable.

El presente volumen se considera un libro de texto en varios sentidos:

—Por una parte, se reproducen textualmente varios cursos terapéuticos. Así, el lector puede participar en la lucha por la solución como si él mismo la presenciara. De esta manera, quizás también encuentre una salida a su propia crisis o, en caso de enfermedad, la sanación.

—Por otra parte, se presentan y explican importantes procedimientos terapéuticos. En primer lugar, el trabajo con Constelaciones Familiares que, de manera sencilla, muestra las implicaciones sistémicas y sus soluciones. Lo mismo se aplica también al movimiento amoroso hacia la madre o el padre, interrumpido por la separación o la pérdida a una edad temprana. Una vez recuperado, este movimiento sana o al menos mitiga los miedos y heridas sufridos.

—Quien, además, pregunta por el camino del conocimiento que lleva a la comprensión de los órdenes aquí descritos, durante la lectura puede comprobar personalmente que la comprensión liberadora o sanadora únicamente surge de la mirada centrada, como un relámpago que destella y cae desde la oscuridad (Psicoterapia Fenomenológica).

Los nombres de los participantes se cambiaron, omitiéndose, asimismo, toda referencia a lugares concretos.

Las Constelaciones Familiares se documentan gráficamente en todas sus fases. Los capítulos intermedios explican los procedimientos terapéuticos y describen patrones repetitivos; asimismo, aportan alguna historia, resumiendo lo disperso. Una entrevista de Norbert Linz («Preguntas a un amigo»), al final del libro, facilita una comprensión más extensa del hacer terapéutico aquí descrito. En ella se presentan las diferentes etapas de mi desarrollo como terapeuta y asimismo se explican las comprensiones e intenciones que inspiran los procedimientos más importantes, pues, de lo contrario, quizás resultarían difícilmente comprensibles para algunos.

Así, les deseo que, con la lectura, encuentren la alegría, la comprensión de los Órdenes del Amor y la confianza en que, conociendo estos órdenes, también pueda lograrse el amor.

Bert Hellinger

Agradecimiento

En este lugar quisiera expresar mi gratitud hacia muchos amigos, por su consejo y su ayuda.

Gunthard Weber y Norbert Linz me acompañaron a través de todas las fases de la redacción de este libro, y no cedieron hasta que hube ordenado y presentado de manera clara y comprensible la gran cantidad de datos de que disponía.

Asimismo, agradezco la ayuda de Michael Angermaier y de Heinrich Breuer en la recopilación de los datos. Ellos prepararon y filmaron el primer curso aquí descrito. Friedrich Fehlinger grabó el segundo curso, Verena Nitschke, el tercero.

Michael Angermaier, Felizitas Betz, Heinrich Breuer, Otto Brink, Marianne Krüll, Jakob Schneider y Gunthard Weber corrigieron, completaron y mejoraron los textos gracias a sus numerosas sugerencias.

La redacción final estuvo a cargo de Norbert Linz, quien también realizó la entrevista «Preguntas a un amigo».

Mi agradecimiento se dirige a todos ellos.

Finalmente, quisiera dar las gracias a Herta, mi mujer. Ella me dejó el espacio que este trabajo exigía, acompañándolo con paciencia y comprensión.

Bert Hellinger

LA FUERZA DEL CENTRO VACÍO

A modo de introducción, una historia:

El conocimiento

Un hombre quiere saberlo, por fin. Monta en su bicicleta, se dirige a campo abierto y, lejos del camino habitual, encuentra otro sendero. No hay indicaciones, así que se confía a lo que ve con sus propios ojos ante sí y a lo que su paso puede recorrer. Le impele una cierta alegría de descubrir; lo que antes era más bien un presentimiento, se torna una certeza. Más adelante, el sendero termina a orillas de un ancho río. El hombre baja de su bicicleta: sabe que si quiere ir aun más allá tendrá que abandonar en la orilla todo lo que lleva. Entonces dejará de pisar terreno firme y será llevado e impulsado por una fuerza que puede más que él, de manera que tendrá que confiarse a ella. Por eso vacila y retrocede.

Al dirigirse de nuevo hacia su casa, se da cuenta de que sabe poco de qué cosas ayudan, y de que es difícil transmitirlas a otros. Demasiadas veces le ha pasado lo del hombre que sigue a otra bicicleta, cuyo guardabarros golpetea.

Le grita:

—¡Eh, tú! ¡Tu guardabarros golpetea!

—¿Qué?

—¡Tu guardabarros golpetea!

—¡No te entiendo!—responde el otro—. ¡Mi guardabarros golpetea!

Algo ha ido mal, piensa. Luego pisa el freno y da la vuelta.

Poco después, le pregunta a un maestro anciano:

—¿Cómo haces tú, cuando ayudas a otros? Muchas veces vienen a verte personas pidiéndote consejo en asuntos de los que sólo sabes poco. Pero después se encuentran mejor.

El maestro le dice:

—No depende del saber, si uno se para en el camino, y no quiere seguir adelante. Porque busca seguridad donde se pide valor, y libertad donde la verdad ya no le deja elección. Y así va dando vueltas. El maestro, sin embargo, resiste al pretexto y a la apariencia. Busca el centro, y allí recogido espera —como el que extiende las velas ante el viento—, si acaso le alcanza una palabra eficaz. El otro, al acercarse a él, lo encuentra allí donde él mismo tiene que llegar, y la respuesta es para ambos. Ambos son oyentes.

Y aún añade:

—El centro se distingue por su levedad.

Epistemología científica y epistemología fenomenológica

Son dos los movimientos que llevan al conocimiento. El uno se extiende, pretendiendo abarcar algo que hasta ese momento era desconocido, hasta poseerlo y poder disponer de ello. De esta índole es el esfuerzo científico, y bien sabemos lo mucho que ha contribuido a cambiar, a asegurar y a enriquecer nuestro mundo y nuestra vida.

El segundo movimiento resulta cuando, aún durante el esfuerzo de tender nuestro pensar, nos paramos y, de algo concreto que podríamos captar, dirigimos la mirada al conjunto. Es decir, la mirada está dispuesta a asimilar simultáneamente lo mucho que ante ella se extiende. Entregándonos a este movimiento, por ejemplo, ante un paisaje, una tarea o un problema, nos damos cuenta de cómo nuestra mirada a la vez se llena y se vacía. Ya que únicamente podemos exponernos a la plenitud y resistir su impacto prescindiendo primero de los detalles. Para ello nos detenemos en el movimiento que se lanza, retirándonos un poco hasta llegar a aquel vacío capaz de resistir la plenitud y la gran variedad.

A este movimiento que se detiene y después se retira, y que nos conduce a comprensiones diferentes de las que cabe alcanzar mediante el movimiento que se lanza hacia el entendimiento, lo califico de fenomenológico. Ambos movimientos, sin embargo, se complementan, ya que también en el que se extiende hacia el entendimiento científico a veces tenemos que detenernos para dirigir nuestra mirada de lo particular a lo general y de lo próximo a lo lejano. Por otra parte, también la comprensión lograda mediante el procedimiento fenomenológico requiere la comprobación en lo individual y más próximo.

El proceso

En el camino del conocimiento fenomenológico, la persona se expone a la gran variedad de fenómenos de un determinado horizonte sin seleccionarlos ni valorarlos. Así, pues, este camino del entendimiento requiere que la persona se vacíe, tanto en relación con las ideas que hasta ese momento albergaba, como en relación con los movimientos interiores, sea a nivel emocional, voluntario o de juicios. Aquí, la atención está a la vez orientada y no orientada, centrada y vacía.

La actitud fenomenológica requiere una disposición atenta para actuar, pero sin pasar a la realización. Gracias a esta tensión, nuestra capacidad y nuestra disposición para la percepción se potencian extraordinariamente. Quien logra sostener esta tensión, al cabo de un tiempo experimenta cómo se va configurando alrededor de un centro lo mucho que abarca su horizonte, y de repente descubre un contexto, quizás un orden, una verdad, o el paso que le lleva más allá. Esta comprensión viene de fuera, por así decirlo, se experimenta como un regalo y, por regla general, es limitada.

Libre de intenciones

La primera premisa para la comprensión lograda de esta forma es una actitud desinteresada. Quien se reserva intenciones, aborda la realidad con contenidos propios, pretendiendo, quizás, cambiarla de acuerdo a una imagen preconcebida o influir y convencer a otros según esta imagen. Pero, al actuar así, lo hace como si frente a la realidad se hallara en una posición superior, como si ella fuera el objeto para su sujeto, y no al revés, él, el objeto de la realidad. Aquí se evidencia la renuncia que nos exige el desistir de nuestras intenciones, incluso, de nuestras buenas intenciones. Además, también la sensatez exige esta renuncia, ya que, como muestra la experiencia, aquello que obramos con buenas intenciones, e incluso con la mejor de las intenciones, frecuentemente sale mal. La intención no sustituye a la comprensión.

Libre de temor

La segunda premisa para esta comprensión es una actitud libre de temor. El que siente miedo de lo que la realidad saca a la luz se pone anteojeras. Y el que siente miedo ante lo que otras personas pensarán y harán si comunica lo que percibe, se está cerrando ante cualquier comprensión ulterior. Y quien, como terapeuta, tiene miedo de encarar la realidad de un cliente, por ejemplo, la realidad de que sólo le queda poco tiempo de vida, acaba infundiendo miedo al otro, porque éste ve que el terapeuta no está a la altura de esa realidad.

La concordancia

Una actitud libre de intenciones y de temor permite la concordancia con la realidad tal como es, también con su lado temible, arrollador y terrible. Por tanto, el terapeuta está en concordancia con la felicidad y la desdicha, con la inocencia y la culpa, con la salud y la enfermedad, con la vida y la muerte. Pero justamente de esta concordancia gana la comprensión y la fuerza para enfrentarse también a la fatalidad, y en concordancia con esta realidad, a veces puede darle un giro. También a este respecto contaré una historia:

Un discípulo se dirigió a un maestro:

—¡Dime lo que es la libertad!

—¿Qué libertad? —le preguntó el maestro—. La primera libertad es la necedad. Se asemeja al caballo que, relinchando, derriba a su jinete. Pero tanto más fuerte siente su mano después.

La segunda libertad es el arrepentimiento. Se asemeja al timonel que se queda en el barco naufragado, en vez de bajar al bote salvavidas.

La tercera libertad es el entendimiento. Se presenta después de la necedad y después del arrepentimiento. Se asemeja a la brizna que se balancea con el aire y, porque cede donde es débil, se sostiene.

El discípulo preguntó:

—¿Esto es todo?

Replicó el maestro:

—Algunos piensan que son ellos mismos los que buscan la verdad de su alma. Pero la Gran Alma piensa y busca a través de ellos. Al igual que la Naturaleza, puede permitirse muchos errores, ya que sin esfuerzo sustituye a los jugadores equivocados por otros nuevos. A aquel, sin embargo, que deja que sea ella la que piense, a veces le concede algún margen de movimiento y, como el río lleva al nadador que se entrega a sus aguas, también ella lo lleva a la orilla, uniendo sus fuerzas a las de él.

Fenomenología filosófica

Ahora quisiera decir algo acerca de la fenomenología filosófica y de la fenomenología psicoterapéutica. En la fenomenología filosófica se trata de percibir lo esencial de entre la gran variedad de fenómenos, exponiéndome a ellos por completo, con mi mayor superficie, por así decirlo. Este algo esencial surge repentinamente de lo oculto, como un relámpago, y siempre sobrepasa, con mucho, aquello que yo podría imaginarme o llegar a entender lógicamente, partiendo de premisas o conceptos. A pesar de todo, nunca es completo. Sigue envuelto por lo oculto, como todo ser por el no-ser.

Ésta fue la actitud que me llevó a comprender los aspectos esenciales de la conciencia, por ejemplo, que ésta actúa como un órgano del equilibrio sistémico que me permite percibir inmediatamente si me encuentro en concordancia con el sistema o no, si aquello que hago me conserva y asegura mi pertenencia al sistema, o si la pone en peligro y la menoscaba. Por tanto, en este contexto, la buena conciencia no significa más que: puedo estar seguro de que aún formo parte del grupo. Y la mala conciencia significa: tengo que temer que ya no formo parte del grupo. Así, pues, la conciencia tiene poco que ver con leyes y verdades siempre válidas, y esto se debe a que es relativa y varía de grupo en grupo.

De la misma manera también comprendí que la conciencia reacciona de manera totalmente distinta cuando no se trata del derecho a la pertenencia tal como acabamos de describirlo, sino del equilibrio entre dar y tomar, y que aún reacciona de otra forma cuando vela por los órdenes de la convivencia. Cada una de estas funciones de la conciencia se controla y se impone mediante diferentes sentimientos de inocencia y de culpa.

Sin embargo, la diferencia más importante que se mostró fue la distinción entre la conciencia que sentimos y la conciencia oculta. Así, justamente por seguir a la conciencia que sentimos, atentamos contra la conciencia oculta, y aunque por la conciencia que sentimos nos creamos inocentes, la conciencia oculta castiga este acto como una culpa. El contraste entre estas dos conciencias es la base de toda tragedia, lo cual, en el fondo, no quiere decir otra cosa que tragedia familiar. Esta disonancia lleva a aquellas implicaciones trágicas que en el seno de la familia producen enfermedades graves, accidentes y suicidios. Y también es esta diferencia la culpable de muchas tragedias en las relaciones humanas, como cuando dos personas se separan pese al amor que sentían.

Fenomenología psicoterapéutica

Ahora bien, estas comprensiones no pudieron lograrse únicamente a través de la percepción filosófica y de la aplicación filosófica de la epistemología fenomenológica. Aún pedían otro modo de acceder a ellas, un acceso que yo suelo llamar saber participativo. Este acceso se abre a través del trabajo con Constelaciones Familiares siempre que éste se realice de forma fenomenológica.

Para configurar la Constelación de su familia, el cliente elige arbitrariamente, de entre un grupo de participantes, a representantes de sí mismo y de los demás miembros significativos de su familia, por ejemplo, el padre, la madre y los hermanos. A continuación, centrándose en su intuición, los posiciona en un espacio abierto, relacionándolos según su imagen interior. A través de este proceso, de repente surge algo que le sorprende. Es decir, durante el proceso de configuración entra en contacto con un saber que antes le era inaccesible. Así, hace poco, un compañero me contó que a raíz de una Constelación se evidenció que la cliente tenía que representar a una amiga anterior del padre. Ella preguntó al padre y a otros familiares, pero todos le aseguraron que estaba equivocada. Unos meses más tarde, su padre recibió una carta desde Bielorrusia. Una mujer que durante la guerra había sido su gran amor, tras una larga búsqueda había conseguido, por fin, averiguar su dirección.

Pero ésta es sólo una parte, la del cliente. La otra parte es que los representantes, una vez se encuentran configurados, sienten como las personas que representan. A veces también desarrollan los síntomas físicos de éstos. Incluso he visto casos en los que interiormente oían los nombres de aquellas personas. Todo esto se vive sin que los representantes tengan ninguna información previa de aquella familia, únicamente saben a quiénes representan. Se evidencia, pues, que entre el cliente y los miembros de su sistema actúa un campo de fuerza que hace posible acceder a un saber sin ninguna transmisión exterior y, lo cual resulta aún más sorprendente, también los representantes, que por lo demás no tienen nada que ver con esa familia ni tampoco pueden saber nada de ella, pueden conectar con ese saber y con la realidad de esa familia.

Naturalmente y de manera muy especial, lo mismo se aplica también al terapeuta; con la única condición de que tanto el terapeuta como el cliente y los representantes estén dispuestos a encarar la realidad que aquí se está abriendo paso, aceptándola tal como es, sin intenciones ni miedos, y sin remontarse a teorías o experiencias anteriores. Ésta sería, pues, la actitud fenomenológica aplicada a la psicoterapia. También aquí, la comprensión se halla en la renuncia, en el desprendimiento de toda intención y en la aceptación de la realidad tal como se presenta. Sin esta actitud fenomenológica, es decir, sin la aceptación de aquello que se muestra, sin querer exagerarlo ni mitigarlo o interpretarlo, el trabajo con Constelaciones Familiares no se mueve más que en la superficie, cayendo en el error con facilidad y careciendo de fuerza.

El alma

Aún más sorprendente que este saber transmitido a través de la participación, es el hecho de que este campo consciente o, como yo prefiero llamarlo, este alma consciente que sobrepasa y dirige al individuo, busca y encuentra soluciones que superan, con mucho, aquello que nosotros podemos imaginar, y logra generar efectos que nuestro actuar planificado es incapaz de producir. Esto se muestra más claramente en aquellas Constelaciones en las que el terapeuta se contiene al máximo, por ejemplo, configurando a personas significativas para después, sin ninguna indicación ulterior, abandonarlas a aquello que desde fuera se apodera de ellas como una fuerza irresistible, conduciéndolas a comprensiones y experiencias que de otra manera parecerían imposibles.

Les aportaré un ejemplo: cuando, en un taller realizado recientemente en Suiza, un hombre, después de configurar su familia actual, dijo que aún quería mencionar que era judío, elegí a siete participantes para que representaran a las víctimas del Holocausto, colocándolos en fila, los unos al lado de los otros. Después, detrás de ellos, coloqué a siete representantes de los asesinos, y les pedí a las víctimas que se giraran hacia éstos. A continuación, durante un cuarto de hora y sin que nadie pronunciara ni una palabra, se desarrolló entre ellos un proceso increíble que evidenció la existencia de algo así como una muerte no concluida y una muerte concluida, y que reveló claramente que para víctimas y perpetradores el morir no concluía hasta que unos y otros se encontraban en la muerte, experimentándose igualmente determinados, dirigidos y finalmente acogidos por una fuerza superior.

Fenomenología religiosa

Aquí, los niveles de la filosofía y de la psicoterapia se sustituyen por otro, más extenso, en el que nos experimentamos como expuestos a un Todo mayor que necesariamente tenemos que reconocer como un Último que determina a todos. También podría llamarse nivel religioso o espiritual. Pero también aquí me mantengo en la actitud fenomenológica, sin intenciones, sin temor, sin condiciones previas, simplemente con aquello que se muestra. Lo que esto significa para la comprensión y la realización religiosas, lo describo al final de este capítulo por medio de una tercera historia:

La vuelta

Alguien nace en su familia, en su país y su cultura, y ya de niño oye a quien, hace tiempo, fue su modelo y su maestro, y siente el profundo anhelo de hacerse y de ser como aquél. Se une a un grupo de iguales, se ejercita durante años en una disciplina, y sigue al gran modelo hasta ser idéntico a él, y pensar y hablar y sentir como él.

Pero una cosa, piensa, aún le falta. Emprende un largo camino para, quizás, aún superar en la soledad más lejana, una última frontera. Pasa por jardines antiguos, largamente abandonados. Aún florecen rosas silvestres y cada año altos árboles traen su fruto, pero éste cae al suelo sin cuidado por no haber nadie que lo quiera. Después comienza el desierto.

Pronto le rodea un vacío desconocido. Le parece como si aquí cualquier rumbo fuera indiferente, y también las imágenes, que a veces ve delante de sí, pronto se muestran vacías. Camina siguiendo su impulso, y cuando ya hace tiempo que no se fía de sus sentidos, de repente ve el manantial: brota de la tierra, y la tierra lo vuelve a recibir. Allí donde su agua llega, el desierto se convierte en un paraíso.

Al mirar a su alrededor, ve a dos desconocidos que se acercan. Ellos hicieron lo mismo que él: como él emprendieron un largo camino para, quizás, aún superar en la soledad del desierto una última frontera; y encontraron, como él, el manantial. Juntos se agachan, beben de la misma agua, y ya creen la meta casi conseguida. Después, se confían sus nombres:

—Yo soy Gotama, el Buda.

—Yo soy Jesús, el Cristo.

—Yo soy Mahoma, el Profeta.

Después, llega la noche y encima de ellos, como siempre, destellan las estrellas, inalcanzables en su lejanía y en su quietud. Todos enmudecen, y uno de los tres se sabe cerca de su gran modelo como nunca. Le parece como si por un momento pudiera intuir cómo se sentía cuando lo supo: la impotencia, la inutilidad, la humildad, y cómo debería sentirse si también conociera la culpa.

A la mañana siguiente, da la vuelta y sale salvo del desierto.

Una vez más su camino le lleva por los jardines abandonados, hasta acabar en uno que es el suyo. Delante de la entrada se encuentra un hombre mayor, como si lo hubiera estado esperando. Le dice:

—Quien, como tú, de tan lejos encontró el camino de vuelta, ama la tierra húmeda. Sabe que todo, si crece, también muere, y si acaba, también nutre.

—Sí —responde el otro— estoy de acuerdo con la Ley de la Tierra.

Y empieza a trabajarla.

IMPLICACIONES SISTÉMICAS Y SUS SOLUCIONES

De un curso de experiencia personal y de formación terapéutica

Primer día

Introducción

HELLINGER Bienvenidos a este curso. Comenzaremos con una ronda en la que pediría a cada uno de vosotros que brevemente nos dijera:

—su nombre,

—su profesión,

—su situación familiar,

—y el asunto que quisiera trabajar en este seminario.

La búsqueda de soluciones comenzará en cuanto se dé la oportunidad. Los diversos pasos podrán ser experimentados, o bien realizándolos personalmente, o bien presenciando su realización por los demás. Siempre que haya preguntas respecto del procedimiento, de los resultados del trabajo o de los principios fundamentales del mismo, intentaré responderlas lo mejor posible.

La adopción es peligrosa

KARL Me llamo Karl y actualmente convivo con mi mujer y nuestro pequeño hijo adoptivo. Tenemos cuatro hijos propios de entre veintiséis y treinta y tres años que ya hacen vida independiente. Anteriormente, también teníamos tres niñas en régimen de acogida, de la misma edad que nuestros hijos; el hijo adoptivo que ahora vive con nosotros es hijo de una de ellas. Soy pastor protestante y trabajo con niños y adolescentes minusválidos, y con sus familias. El año pasado, al conocerte, me di cuenta de que hasta ahora mi trabajo se quedaba corto, para decirlo de alguna manera, porque veía a los adolescentes minusválidos con los que trabajo y, en general, a las personas que viven relaciones difíciles únicamente como individuos. Ahora noto que prácticamente no tiene sentido querer ayudar a un niño sin que al mismo tiempo pueda trabajar también con su familia y que esta familia sea igualmente consciente del problema.

HELLINGER Tienes que anular la adopción.

KARL ¿Anular la adopción?

HELLINGER Sí, tienes que hacerlo.

KARL No puedo ni imaginármelo.

HELLINGER No tienes ningún derecho. La adopción es una empresa peligrosa, y el que se involucra en ella sin ningún motivo apremiante lo paga muy caro después, sacrificando a un hijo propio o a su pareja como compensación. ¿Quién quería la adopción?

KARL La adopción la quisimos nosotros dos, mi mujer y yo.

HELLINGER ¿Por qué el niño no está con su madre?

KARL La madre vino con el niño de cuatro meses y nos lo dejó en régimen de acogida, porque ella quería vivir con un grupo de amigos.

HELLINGER El régimen de acogida está bien, pero la adopción va demasiado lejos. Sobrepasa, con mucho, aquello que el niño necesita. De esta manera se corta el vínculo con sus padres.

KARL De momento aún no lo entiendo muy bien, porque la relación con su madre biológica sigue siendo exactamente la misma de antes.

HELLINGER La relación del niño con su madre biológica ya no es la misma de antes; eso es lo grave. Les quitaste sus derechos y su responsabilidad, tanto a la madre como al padre. ¿Qué pasa con éste, por cierto?

KARL El padre es turco y está casado en segundas nupcias con una mujer turca. Tiene más hijos con ella y ha abandonado la relación con este niño.

HELLINGER ¿Por qué el hijo no puede ir con su padre? ¿Tienes miedo de que se haga musulmán? ¡Debería hacerlo!

KARL No habría ningún problema si lo hiciera.

HELLINGER Ese es el mejor lugar para él. Tiene que ir con su padre, está clarísimo.

KARL Tengo que pensármelo.

HELLINGER ¿Sabes lo que ocurre con eso de «pensárselo»? Es como lo de aquel cura que, después de unos ejercicios espirituales, decía: «¡Maldita sea! Después de los ejercicios siempre necesito unas seis semanas para volver a ser el mismo de antes.»

Afrontar el riesgo

BRIGITTE Me llamo Brigitte, soy psicóloga y tengo una consulta propia. Tengo cuatro hijas de mi primer matrimonio; me divorcié de mi primer marido, que, más tarde, se murió. Después volví a casarme y tengo dos hijastras de este matrimonio. Vivo muy distanciada de mi marido para conservar mis energías. Estoy aquí para aprender algo sin esforzarme demasiado.

HELLINGER Eso aquí no tiene lugar. ¿Qué quieres realmente?

BRIGITTE No quiero involucrarme más de lo que por el momento pueda asumir interiormente.

HELLINGER Me parece demasiado arriesgado admitir a alguien que no esté dispuesto a asumir el riesgo de un compromiso personal, ya que esa actitud cohíbe lo íntimo. Por tanto, quisiera advertirte que lo que aquí hacemos no es solamente para observar.

BRIGITTE Tampoco quería decir eso. Pero como algunos de los participantes de este grupo son estudiantes míos y el grupo es tan grande, quisiera contenerme un poco. Sin embargo, estoy dispuesta a hacer lo que se me exija para poder participar.

HELLINGER Te dije las reglas y las has captado. Así, el asunto está arreglado para mí. Pero de todos modos te contaré una historia:

Más o menos

En Estados Unidos, un profesor de psicología llamó a uno de sus estudiantes, le dio un billete de un dólar y otro de cien dólares y le dijo:

—Ve a la sala de espera. Allí hay dos hombres: a uno le das el billete de un dólar, al otro, el de cien dólares.

El estudiante pensó: «¡Ya está otra vez con sus manías!»

Después, cogió el dinero, fue a la sala de espera y le dio a uno de los hombres el billete de un dólar, y al otro, el de cien dólares. Sin embargo, no sabía que el profesor, antes, le había dicho al primero:

—Después te darán un dólar.

Y al otro:

—Después te darán cien dólares.

Por casualidad, el estudiante le dio el dólar a aquel que esperaba un dólar, y al otro, que esperaba los cien dólares, le dio el billete de cien.

HELLINGER sonríe Curioso, ahora me pregunto qué pinta esta historia aquí.

La doble transferencia

CLAUDIA Me llamo Claudia. Soy psicóloga y no sólo trabajo de psicoterapeuta, sino también de perito judicial en asuntos de derecho de familia. Además, doy cursos de psicología a personas a las que retiraron el permiso de conducir. Mi estado: estoy divorciada, lo cual es algo embarazoso para mí, porque tan sólo estuve casada durante medio año, y me pregunto si se podrá considerar realmente un matrimonio, o un divorcio.

HELLINGER Estuviste casada y eso ya no se puede borrar. ¿Tienes hijos? CLAUDIA No, no tengo hijos.

HELLINGER ¿Por qué os separasteis?

CLAUDIA Porque fue horrible. Es decir, nos casamos poco tiempo después de conocernos, nos decidimos relativamente rápido, y después lo encontraba todo horrible.

HELLINGER Tú lo encontrabas horrible; ¿él también?

CLAUDIA Me esforcé por hacerlo terrible también para él.

HELLINGER ¿Y quién fue la mujer mala de tu sistema, a la que imitaste? CLAUDIA En todo caso, la madre.

HELLINGER Busquemos aún a otra más. La pregunta es: ¿qué mujer de tu sistema de origen tenía motivos para estar enojada con un hombre? Cuando ocurre algo como lo que acabas de describir, la dinámica de fondo frecuentemente es una doble transferencia. ¿Sabes lo que es eso?

CLAUDIA No.

HELLINGER Te daré un ejemplo. En un curso de Jirina Prekop, en el que demostraba su terapia de sujeción, animó a una pareja a que se sujetaran mutuamente. De repente, la cara de la mujer se transformó y se puso furiosa con su marido sin que hubiese ningún motivo aparente. Al verlo, le dije a Jirina:

—Mira cómo va cambiando su cara. Eso te indica con quién está identificada.

En esos momentos, la cara de la mujer parecía la de una persona de ochenta años, aunque ella misma no tenía más de treinta y cinco. Le dije:

—¡Fíjate en tu cara! ¿Quién tenía una cara así?

Ella respondió:

—Mi abuela.

Le pregunté:

—¿Qué pasó con esa abuela?

Me dijo:

—La abuela era una tabernera, y el abuelo a veces la arrastraba por los pelos a través del comedor, delante de todo el mundo; y ella lo aguantó.

¿Puedes imaginarte lo que esa abuela debió de sentir realmente? Estaba furiosa con su marido, pero no lo expresaba. Así, pues, esa rabia reprimida fue adoptada por su nieta. Ésta es la transferencia en el sujeto, es decir, de la abuela a la nieta. Ahora bien, no fue el abuelo quien recibió esa rabia, sino el marido de la nieta. Ésta es la transferencia en el objeto: del abuelo al marido. Para la mujer resulta menos arriesgada, ya que su marido la quiere y lo tolera. Ésta sería, pues, la dinámica de la doble transferencia. Pero nadie es consciente de ella.

La cuestión es si hubo algo así en tu caso.

CLAUDIA Que yo sepa, no.

HELLINGER Si hubiera sido así, aún le deberías mucho a tu marido.

CLAUDIA Hm.

HELLINGER Exacto.

Claudia se ríe.

HELLINGER ¿Te he pillado?

CLAUDIA No. Pero estuve pensando que estoy contenta de que le vaya bien.

HELLINGER Eso sucede porque uno se siente culpable. Pero no podremos comprobarlo si no seguimos trabajando. De momento, no es más que una hipótesis.

La primera mujer

GERTRUD Me llamo Gertrud. Soy médica de medicina general y tengo mi propia consulta. Estoy soltera y tengo un hijo que pronto cumplirá diecinueve años.

HELLINGER ¿Qué pasa con su padre?

GERTRUD No lo he visto desde hace unos cinco años.

HELLINGER ¿Qué pasa con él?

GERTRUD Está casado y tiene tres hijos de ese matrimonio. Desde hace aproximadamente cinco años tiene una hija más con otra mujer. Pero eso es asunto suyo; como ya dije, no he hablado con él desde hace cinco años.

HELLINGER ¿Ya estaba casado cuando lo conociste?

GERTRUD De hecho, éste ya es su tercer matrimonio. En aquel entonces también estaba casado, me parece que por segunda vez, pero se encontraba en vías de divorcio. Lo conozco desde la escuela y ya entonces fuimos novios. Después nos separamos. Él se fue a Hamburgo y se casó. Se casó por segunda vez para hacerle un favor a una mujer, para que ella pudiera salir de Hungría. Después se divorciaron y él se casó nuevamente.

HELLINGER Eso no se puede hacer; uno no puede casarse para hacer un favor a otro. ¿Tuviste una relación íntima con él ya antes de que se casara por primera vez?

GERTRUD Sí.

HELLINGER Entonces tú eres su primera mujer. Tú tienes prioridad ante todas las demás. Una buena sensación, ¿verdad?

GERTRUD Sí, sí, pero es difícil.

HELLINGER ¿Qué es tan difícil?

GERTRUD Pues, ahora no tengo la necesidad de tener esa sensación. Ahora ya no.

HELLINGER La prioridad no depende de lo que uno sienta.

GERTRUD ¿No?

HELLINGER Son realidades que existen independientemente de los sentimientos.

La felicidad da miedo

HELLINGER Te diré algo de la felicidad: la felicidad se experimenta como peligrosa, porque nos convierte en solitarios. Lo mismo se aplica a la solución: se experimenta como peligrosa porque nos convierte en solitarios. Con los problemas y con la desdicha, sin embargo, nos encontramos acompañados.

Los problemas y la desdicha van unidos a una sensación de inocencia y de felicidad. La solución y la felicidad, en cambio, van unidas a una sensación de traición y de culpa. Por eso, la solución únicamente es posible cuando la persona afronta esta culpa. Si bien no se trata de una culpa razonable, se experimenta como tal. Por este motivo, el paso del problema a la solución es tan difícil. Significa que tendrías que dar un cambio total si fuera cierto lo que te dije, y si tú lo aceptaras así.

Constelación: El hijo representa al padre de la madre

HARTMUT Aún necesito tiempo para acostumbrarme a esta concentración en las relaciones familiares. Me llamo Hartmut y soy asesor de empresas. Al mismo tiempo trabajo científicamente en mi rama, es decir, en el campo de la filosofía de la religión. Tengo tres hijas de dos matrimonios. Desde hace siete años estoy separado y vivo solo, pero seguimos casados y me encuentro con mi mujer una vez al año. Las hijas de mi primer matrimonio tienen treinta y veintisiete años, la del segundo tiene ocho años.

HELLINGER ¿Y qué quieres hacer aquí?

HARTMUT Quiero ver con claridad hasta qué punto debería entregarme en cualquier tipo de relación humana. He desarrollado una fuerte tendencia a la vida solitaria, y tengo la sensación de que salgo perdiendo. Tengo un gran potencial de amor, pero no sé adónde dirigirlo.

HELLINGER Configuraremos tu familia de origen. ¿Has hecho una Constelación Familiar alguna vez? ¿Sabes cómo funciona?

HARTMUT Sin seguir determinadas reglas, pero me he montado algún esquema.

HELLINGER Ese esquema es falso con toda seguridad. No sirve más que para defenderte. Todo lo que una persona idea anteriormente sirve para la defensa. También lo que le cuenta al terapeuta acerca de sus problemas sirve para la defensa. Sólo cuando la persona actúa, el asunto va en serio.

De acuerdo, ¿quién podría representar a tu padre?

HARTMUT Robert podría hacerlo, porque...

HELLINGER No tienes que dar razones. ¿Cuántos hermanos tienes?

HARTMUT Tengo dos hermanos y una hermanastra. Por eso dudaba. Pero no me crié con esa hermanastra.

HELLINGER ¿De quién es hija esa hermanastra?

HARTMUT De mi padre.

HELLINGER ¿Estaba casado anteriormente?

HARTMUT No. Después del divorcio se volvió a casar, y más tarde nació mi hermanastra. Mi madre no volvió a casarse.

HELLINGER ¿Hubo algún matrimonio, compromiso o relación seria de uno de tus padres antes de su matrimonio?

HARTMUT No. Pero mi madre hubiera querido casarse con otro hombre que, más tarde, fue mi padrino.

HELLINGER Éste nos interesa. ¿Alguien más que podría ser importante?

HARTMUT El hermano de mi madre es extremadamente importante.

HELLINGER ¿Qué pasa con él?

HARTMUT Mi madre siempre quería vivir con él; también quería formarme siguiendo su modelo.

HELLINGER ¿Es sacerdote o algo así?

HARTMUT No, era un actor famoso.

HELLINGER ¿Ella quería vivir con él?

HARTMUT Sí, en el fondo lo prefería a mi padre.

HELLINGER Esto lo miraremos más tarde. Primeramente haremos la Constelación con el padre, la madre, los hermanos, la segunda mujer del padre, tu hermanastra y el amigo de la madre. Para cada uno de ellos elige a alguien del grupo que lo represente: hombres para hombres o niños, mujeres para mujeres o niñas. Después, ponlos en relación unos con otros, únicamente siguiendo la intuición del momento; por ejemplo: ¿qué distancia hay entre la madre y el padre, y en qué dirección miran? Coloca a cada uno en su lugar sin decir ni explicar nada. Y hazlo centrado y con seriedad; si no, no funciona.

En los gráficos presentados a continuación se representa a las personas masculinas con un cuadrado y a las femeninas con un círculo, por ejemplo:

Los símbolos que representan al cliente, tanto si es él mismo quien configura la Constelación como si son otros quienes lo hacen, se resaltan en negrita. El ángulo abierto señala la dirección de la mirada. Siempre que no se indique lo contrario, las preguntas subsiguientes se dirigen a los representantes que participan en la Constelación. Éstos, por tanto, siempre se pronuncian en el papel de las personas representadas por ellos.

Hartmut configura su familia de origen.

HELLINGER Ahora da una vuelta alrededor y corrige lo que haga falta.

Abreviaciones:

P padre

M madre

1 primer hijo (= Hartmut)

2 segunda hija

3 tercer hijo

2MujP segunda mujer del padre

4 cuarta hija, nacida del segundo matrimonio del padre

AM amigo de la madre

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el padre?

PADRE Me encuentro muy aislado aquí. Mi familia anterior está lejos, y hay algo a mis espaldas que ni siquiera veo.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la madre?

MADRE Tengo contacto con mi ex marido. Antes estaba paralizada y ensimismada.

HELLINGER ¿Cómo te sientes?

MADRE Impotente. Incapaz de actuar.

HELLINGER ¿Y qué sientes hacia el amante, el padrino de Hartmut?

MADRE Me respalda, pero al mismo tiempo también me persigue. Mis sentimientos son más bien ambiguos.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el amante, el amigo?

AMIGO DE LA MADRE Ambiguo, también lo diría así. Encuentro atractiva y también simpática a la mujer, y también noto una relación con ella. Pero en este marco no me gusta. Me siento inmovilizado y bloqueado.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el hijo mayor?

PRIMER HIJO Cuando me pusieron aquí, pensé: «¡Uf!», y tuve la sensación de que en seguida alguien intentaría atraparme, curiosamente, en las pantorrillas. Las tengo calientes y siento como si un perro intentara morderme. Más bien parece algo cálido, pero también peligroso. Hacia el padre siento una cierta calidez, pero parece que se escape hacia este lado. Con los hermanos detrás de mí, la relación es prácticamente nula. La segunda mujer del padre y la hermanastra no tienen ninguna importancia para mí.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la segunda hija?

SEGUNDA HIJA Me encontraba muy bien cuando la madre aún se encontraba a mi lado, mientras se configuraba la Constelación. Ahora no me encuentro tan bien.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el tercer hijo?

TERCER HIJO Mi vista alcanza a mis padres, pero no puedo decidirme. Me siento atraído por mi padre, pero no puedo salir de aquí.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la segunda mujer?

SEGUNDA MUJER Me pregunto por qué mi marido no puede darse la vuelta hacia mí.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la hermanastra?

CUARTA HIJA En un principio me sentía excluida y también encontraba amenazante al padre. Desde que la madre está detrás de mí, me encuentro mejor. Pero el padre me corta el paso.

PRIMER HIJO Desde que me encuentro aquí, cada vez noto más calor aquí delante y quisiera coger algo.

HELLINGER a Hartmut Ahora pon también al hermano de tu madre.

Abreviaciones:

HoM hermano de la madre

HELLINGER ¿Qué cambia para el hijo mayor?

PRIMER HIJO El lado izquierdo me tira y me pregunto: ¿qué quiere éste aquí?

HELLINGER ¿Es mejor o peor?

PRIMER HIJO La fuerza que antes tenía, ahora se desvía hacia la izquierda. Siento que aquí me desgarran. Así no va. Aún hay un poco de fuerza que va hacia el padre. Detrás está todo cargado, y hacia la izquierda hay algo que se escapa.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el hermano de la madre?

HERMANO DE LA MADRE No sé muy bien para qué me habrán puesto aquí.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la madre ahora?

MADRE Me siento muy apretada.

HELLINGER ¡Y tanto!

MADRE Sí. Se ríe.

HELLINGER a Hartmut ¿Estaba casado el actor?

HARTMUT No; y hace mucho que murió.

Hellinger modifica la Constelación.

HELLINGER ¿Qué tal ahora para la segunda mujer?

SEGUNDA MUJER Noto que me resulta agradable tener a todos éstos aquí. Tengo la sensación de que así está bien.

HELLINGER ¿Qué tal para el hijo mayor? ¿Mejor o peor?

PRIMER HIJO De repente hay claridad aquí. Éste es un buen lugar.

HELLINGER ¿Qué tal el padre?

PADRE Ahora puedo dirigirme también a mi familia actual.

Hellinger modifica la configuración. El amigo de la madre puede sentarse, ya que obviamente ya no tiene ninguna importancia.

HELLINGER ¿Qué tal así para el padre?

PADRE Así me encuentro muy bien. Puedo mirar tranquilamente a mi primera mujer; mi matrimonio con ella fue un intento fracasado. La nueva relación me parece correcta, y me gusta tener a mis hijos tan cerca.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el tercer hijo?

TERCER HIJO Me gustaría tener más contacto con mi madre.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la hija?

SEGUNDA HIJA Aquí, en este círculo, me parece bien.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el hijo mayor?

PRIMER HIJO Sí, muy bien. De repente, también mi hermanastra y su madre forman parte. Que mi madre se vaya me parece correcto.

HELLINGER ¿Y cómo se encuentra la madre ahora?

MADRE Me gustaría mirar hacia mis hijos.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra su hermano?

HERMANO DE LA MADRE Me encuentro bastante bien aquí. Espontáneamente, siento el deseo de hacer algo.

HELLINGER a Hartmut ¿Qué te parece esta Constelación?

HARTMUT Naturalmente, no puedo reconocer la situación real en todo esto; pero tampoco sería éste el objetivo. Esto habría sido una solución viable si también los hijos hubieran accedido a ella. Pero es justamente la solución que no se dio nunca; por tanto, tiene un aire utópico para mí.

HELLINGER Los comentarios frecuentemente no sirven más que para cuestionar y evitar la solución. Simplemente quería saber cómo te encuentras cuando ves todo esto.

HARTMUT No muy entusiasta. Pero sí que pienso: «¡Qué pena que no haya sido así!» En el fondo debería callarme.

Hellinger da la vuelta a la madre y a su hermano, de manera que miren otra vez a la familia. Al mismo tiempo coloca a la madre a la izquierda de su hermano para que se encuentre más cerca de sus hijos.

HELLINGER a los representantes ¿Es mejor o peor así?

PRIMER HIJO Noto más calor.

SEGUNDA HIJA Peor.

HELLINGER ¿Para la madre?

MADRE Para mí, mejor.

HERMANO DE LA MADRE Para mí también.

HELLINGER al grupo Esta mujer engañó a su marido, porque no lo quiso. Por tanto, en el fondo debería darse la vuelta. Ha perdido el derecho de mirar en esta dirección.

Hellinger gira tanto a la madre como a su hermano, colocando luego a la madre detrás de su hermano.

HELLINGER a los representantes ¿Qué tal esto?

MADRE Es correcto así.

HELLINGER Exacto. Ahora podéis ver con quién está identificado Hartmut. Ahora la madre se encuentra exactamente en la misma posición respecto de su hermano de la que antes tenía respecto de su hijo mayor. Hartmut está identificado con este hermano.

PRIMER HIJO Me pasan escalofríos por la espalda y me viene a la mente la frase: «¡Pobre madre!»

HELLINGER al grupo En esta familia se desarrolla un drama en el que ni el padre ni los hijos pueden influir. Tampoco sabemos por qué ocurre así. No podemos intervenir; tenemos que dejar que tome su curso. Para Hartmut, la única solución es ponerse al lado de su padre.

HELLINGER a Hartmut ¿Quieres ponerte tú mismo en tu lugar?

HARTMUT Sí.

Hartmut ocupa su lugar en el cuadro familiar.

HELLINGER Éste es el orden. Aún quisiera decirte cómo manejar todo esto. En tu interior tenías una imagen trastornada de tu familia, en el sentido literal de la palabra. Y así de trastornada la configuraste también en un principio. Después, la modificamos y configuramos un orden, de modo que ahora tienes la posibilidad de dejar que esta nueva imagen llegue a tu interior y que la imagen antigua sea superada por la nueva. Entonces serás un hombre transformado sin que tenga que cambiar ninguna persona más, ni tampoco la situación. Tú cambias porque en tu interior llevas una imagen del orden. Así, también puedes relacionarte de manera muy distinta con tu familia actual. Ya que, en la posición que ocupabas, identificado con otra persona a quien tu madre amaba más que a tu padre, ninguna mujer podía sostenerte, ni tú podías sostener a ninguna mujer. ¿Te ha quedado claro? De acuerdo, ya está.

La diferencia entre estar identificado y seguir un modelo

IDA ¿Cómo pudo desarrollarse la identificación de Hartmut con su tío en este sistema?

HELLINGER Inconscientemente, su madre buscaba a alguien que en el sistema actual representara a su hermano, a quien tuvo que dejar en su sistema de origen. Por tanto, el hijo mayor adoptó el papel de hermano para ella sin que ni él mismo ni su madre ni nadie más lo advirtiera.

HARTMUT Pero hay una diferencia entre el hecho de que mi madre me induzca a adoptar el papel de su hermano, que perdió de joven y que yo conocí, y el hecho de que yo tome a este hombre como modelo, cosa que no hice. Serían dos tipos de identificación diferentes, ¿verdad?

HELLINGER No. Un modelo no es ninguna identificación. Un modelo se tiene presente. Por tanto, estoy separado del modelo; puedo seguirlo o no; es decir, soy libre. Estando identificado, sin embargo, no soy libre. Muchas veces ni siquiera sé que estoy identificado. Por este motivo, al estar identificado, me siento enajenado de mí mismo. En cambio, siguiendo un modelo no me siento enajenado.

HARTMUT ¡Eso da en el clavo! Es decir, empleas la palabra identificación para describir objetivamente un proceso que nadie inició conscientemente.

HELLINGER Sí. Tampoco hay ningún culpable. La madre no te eligió para la identificación; no se le puede reprochar nada. Es una dinámica que resulta de una constelación determinada sin que nadie lo pretenda conscientemente, y sin que el hijo pueda defenderse.

HARTMUT Es decir, todos son víctimas.

HELLINGER Sí. Todos se encuentran involucrados en implicaciones sistémicas, cada uno a su manera. Por tanto, es ocioso preguntar por culpas o culpables en este contexto.

El principio minimalista

DAGMAR ¿Quiere decir que no es necesario configurar también la familia materna para averiguar lo que pasó allí?

HELLINGER ¡Por Dios, dónde irías a parar! Hartmut no lo necesita; ya ha visto con toda claridad la solución. Ya no es posible reconstruir lo demás. Intentándolo, nos moveríamos a un nivel de imaginaciones. Por eso, las grandes reconstrucciones familiares frecuentemente acaban siendo confusas y aportan poco a la solución. Hartmut tiene todo lo que necesita para actuar, y una vez encontrados estos elementos, doy por acabado el trabajo. Lo importante es no hacer más de lo que la persona necesita para hallar la solución. Nunca busco soluciones para personas que no están presentes, es decir, me atengo al principio minimalista limitándome a encontrar la solución para la persona afectada en este caso concreto, y ahí se acaba. En seguida paso a lo siguiente. Tampoco me gusta hacer largos análisis posteriores. Esto es una excepción por tratarse de un curso de formación para terapeutas. En circunstancias normales no habría que hacerlo así, ni tampoco comprobar el efecto de una terapia. Todo eso resta fuerza.

La individuación merma la unión estrecha en una relación

IDA ¿No es cierto que los hijos en este sistema, tal como se configuró aquí, también recibieron algo importante, precisamente por existir este sistema de esta forma?

HELLINGER Sí, naturalmente. A través de esta constelación, aunque fuera una carga, los hijos recibieron la vida. Pero una constelación de este tipo también frena su desarrollo. Aquí, por ejemplo, el hijo tomó sobre sí algo que lo frenó en su desarrollo. Ahora tiene la posibilidad de superarlo.

El desarrollo en la familia de origen y en nuestras relaciones actuales tiende a la individuación. Es decir, cada persona se va desprendiendo progresivamente de sus relaciones. Al mismo tiempo, este desprendimiento aspira a la integración en un contexto mayor en el que la persona se encuentra vinculada y, al mismo tiempo, desprendida.

Algo semejante sucede cuando una persona, en una aldea en la montaña, donde todo es estrecho y apretado, empieza a subir una cuesta, cada vez más alto, y poco a poco llega a tener una vista más amplia. Sin embargo, cuanto más alto sube, tanto más solo se encuentra. A pesar de todo, se encuentra en un contexto mayor que antes. El desprendimiento de lo más próximo, por tanto, nos relaciona con algo mayor, aunque nos cueste el precio de una mayor soledad. Por eso, a muchos les parece tan difícil dar el paso del vínculo estrecho a algo nuevo y amplio. Pero toda relación estrecha tiende a desarrollarse hacia algo más grande y amplio. Por eso, la relación de pareja, al alcanzar su punto culminante con el nacimiento del primer hijo, pierde algo de su intensidad y comienza a desarrollarse hacia la amplitud. La relación se enriquece, pero la unión estrecha disminuye, tiene que disminuir.

Al comenzar una relación, algunos piensan que siempre permanecerán estrechamente unidos. Una relación, sin embargo, también es una parte del proceso de morir. Toda crisis en una relación se vive como un morir, y realmente es parte de nuestro morir. Se pierde algo de la unión estrecha y a otro nivel se da una nueva calidad en la relación. No es como antes, es más serena y desprendida, y más amplia también.

IDA ¿No es el amor, entonces, el que se pierde?

HELLINGER No, no, el amor puede ser más grande, mucho más grande, pero tiene otra calidad.

Amor y orden

HELLINGER Muchos problemas se desarrollan porque las personas piensan que a través del razonamiento, del esfuerzo o del amor —tal como nos lo exige, por ejemplo, el Sermón de la Montaña— podrían superar el orden. El orden, sin embargo, nos viene dado y no es posible sustituirlo por el amor. Sería ilusorio. Hay que volver al orden, al punto de la verdad: sólo ahí encontramos la solución.

HARTMUT Antes, de pasada, dijiste una frase cruel: que el amor no servía de nada, ni solucionaba nada en un caso así. Es decir, no es posible solucionar un problema así con amor. De hecho, lo intenté, de muchas maneras diferentes, y fracasé. Pero es terrible comprenderlo así.

HELLINGER El amor es una parte del orden. El orden precede al amor, y el amor únicamente puede desarrollarse en el marco del orden. El orden nos viene dado. Pretendiendo invertir esta relación, queriendo cambiar el orden a través del amor, se fracasa forzosamente. Es imposible. El amor se subordina a un orden y después puede prosperar, de la misma manera que una semilla se hunde en la tierra para crecer y florecer ahí.

HARTMUT Entonces estoy realmente «trastornado» o me comporté como si lo estuviera.

HELLINGER Sí. Pero ahora tienes la posibilidad de arreglarlo. Algunas personas son capaces de recuperar mucho en poco tiempo, si actúan. Confesar tus culpas y quejarte, sin embargo, no es más que aplazar la acción. Así se impide el actuar y se fomenta la debilidad.

El orden de origen

DAGMAR Configuraste el sistema de Hartmut con un cierto orden jerárquico. ¿De qué tipo de orden se trataba?

HELLINGER Existe una jerarquía en función del comienzo de la pertenencia a un sistema. Éste sería el orden de origen, que depende de la sucesión temporal de la pertenencia. Por eso, en el sistema de Hartmut, la primera mujer tiene prioridad sobre la segunda, y el hijo mayor sobre los hermanos menores. Cuando se configura una familia de acuerdo con este orden, por ejemplo, formando un círculo, las personas de rango inferior se encuentran siempre a la izquierda de las personas de rango superior, siguiendo el sentido de las agujas del reloj.

El ser se define y obtiene su rango gracias al tiempo. El tiempo le confiere su estructura. El que estuvo primero en un sistema tiene prioridad sobre aquel que vino después. Por tanto, el primogénito tiene prioridad sobre el segundogénito, y la relación de pareja sobre la paternidad. Lo mismo se aplica al sistema familiar.

Pero también los sistemas entre sí conocen una jerarquía, esta vez organizada a la inversa. El nuevo sistema tiene prioridad sobre el antiguo. Así, por ejemplo, la familia actual tiene prioridad sobre la de origen. Siempre que este principio se invierte, se fracasa. Para la madre de Hartmut, por ejemplo, el sistema de origen tenía prioridad sobre el sistema actual; por eso fracasó.

DAGMAR Es decir, existe una prioridad temporal, y después existe la prioridad de lo actual; ¿te he entendido bien?

HELLINGER En el seno de un sistema existe la prioridad en función del comienzo de la pertenencia a ese sistema. En la sucesión de los sistemas, sin embargo, la nueva familia tiene prioridad sobre la antigua.

La prioridad de la primera relación íntima

FRANK Así, también tendría que haber una prioridad entre sistemas en función de su calidad, es decir, entre un sistema natural, o sano, y otro no natural, o enfermizo.

HELLINGER No, ese tipo de distinción no es admisible. En el presente, el primer sistema, es decir, la primera relación íntima de una persona, tiene prioridad sobre la segunda, independientemente de la calidad de la primera. Quiere decir que la segunda relación establece un vínculo menos fuerte que la primera. La profundidad del vínculo disminuye con cada relación. Pero «vínculo» no es equivalente a «amor». Es posible que el amor en una segunda relación sea más grande, pero el vínculo es menor. La profundidad de un vínculo puede deducirse del grado de culpa que una persona siente al abandonar una relación: al tratarse de una segunda relación, se siente menos culpa que con la primera.

HARTMUT Me siento muy fresco y cargado de energías, como si siguiese el lema: «La verdad os hará libres», como al principio de una liberación.

Jerarquías

HELLINGER Quisiera decir algo acerca de las diversas jerarquías, sobre todo, respecto del orden de origen. Todo grupo dispone de una jerarquía que resulta del momento en que cada uno se inicia su pertenencia al grupo. Es decir, quien entró en un grupo antes, tiene prioridad sobre aquel que vino después. Esto se aplica tanto a la familia como a las organizaciones.

La jerarquía en el seno de la familia

Todos los procesos trágicos en las familias se deben a que un miembro pospuesto atenta contra el orden de origen. Es decir, se arroga un derecho que propiamente sería de un integrante antepuesto, aunque en muchos casos se trate de una arrogación objetiva, no subjetiva.

Este sería el caso de un hijo que intenta expiar una culpa en lugar de sus padres, o que padece, en otro contexto, las consecuencias de una culpa de los padres; eso sería una arrogación. Pero el hijo no se da cuenta de esta arrogación, ya que actúa por amor. No escucha ninguna voz en su conciencia que le advierta del peligro. Por eso, todos los héroes trágicos están ciegos al pensar que hacen algo bueno y grande. A pesar de todo, esta convicción no los protege de su ruina. Alegar la buena intención o la buena conciencia —lo cual, en la mayoría de los casos, ocurre posteriormente— no varía ni el resultado ni las consecuencias.

El niño no puede defenderse contra esta arrogación, dado que se siente impulsado por su amor y por las mejores intenciones. Es tan sólo de adulto que llega a comprender la situación real, pudiendo así librarse de las ataduras y retirarse al lugar que le corresponde. Sin embargo, le resulta difícil retirarse de la posición arrogada, porque de repente se ve pequeño y tiene que volver a empezar desde abajo. Éste es el único lugar que le permite estar en contacto con su interior, con su centro. En la posición arrogada se encuentra enajenado de sí mismo y de su centro.

Por tanto, en terapia familiar el interés se centra sobre todo en descubrir dónde la persona se arroga un derecho que no le corresponde. Es esto lo que se arregla en un primer lugar.

La intimidad es exclusiva

Un hijo no debe nunca conocer detalles que pertenecen a la relación de pareja de los padres. Es algo que no le interesa a un hijo, y tampoco a nadie más. El revelar detalles de la relación íntima constituye un abuso de confianza de graves consecuencias, ya que rompe la relación. Lo íntimo siempre debe ser un secreto para terceros. Sólo debe ser compartida por las dos personas que mantienen esa relación. Así, por ejemplo, un hombre no debe contarle a su segunda mujer nada de la relación íntima con su primera mujer. Todo lo que pertenece a la relación de pareja se mantiene como un secreto bien guardado entre el hombre y la mujer. El hecho de que los padres cuenten detalles de este tipo a sus hijos afecta muy negativamente a éstos. Así, por ejemplo, en caso de un aborto voluntario, los hijos no deberían saber nada, por tratarse de un hecho que pertenece a la relación íntima de los padres. Ante un terapeuta también hay que hablar de este tema de forma que el cónyuge permanezca protegido; de lo contrario, la relación se rompe.

La prioridad en un divorcio

UNA PARTICIPANTE Qué ocurre cuando unos padres se separan y los hijos preguntan: «¿Por qué os separáis?»

HELLINGER Se les dice: «Eso no es asunto vuestro. Nos separamos, pero seguimos siendo padre y madre para vosotros.»

No es la relación entre padres e hijos la que se divorcia. Pero frecuentemente, en un divorcio, los hijos son adjudicados a uno de los cónyuges, con lo cual, implícitamente, se le retiran al otro. Sin embargo, no es posible quitarles los hijos a los padres. Éstos conservan todos sus derechos y todas sus obligaciones, también después del divorcio. Es tan sólo la pareja la que se separa.

Tampoco hay que preguntarles a los hijos con quién quieren ir. De lo contrario, ellos se encuentran en la situación de tener que decidirse entre sus padres, a favor de uno y en contra del otro. No es lícito exigirles eso. Los padres aclaran entre ellos dónde irán los hijos y después se lo dicen. Aunque los hijos protesten, se encuentran interiormente libres y contentos de no tener que decidirse entre los padres.

PARTICIPANTE ¿Acaso no hay también muchos padres que intentan justificarse ante los hijos contándoles lo que no fue bien entre ellos como pareja?

HELLINGER Tenéis que partir de la base de que en la mayoría de los casos las separaciones se dan sin que haya culpa alguna por ninguna parte; por regla general, son inevitables. El que busca culpables o culpas, bien en sí mismo, bien en el otro, se niega a afrontar lo ineludible. Implícitamente se hace ver que habría podido llegarse a otra solución, si tan sólo... Pero eso no es cierto. Las separaciones son el resultado de implicaciones sistémicas; cada uno de los cónyuges se encuentra involucrado de una manera especial. Por tanto, yo como terapeuta no miro nunca quién o qué podría tener la culpa. Les digo: «Vuestra relación se acabó, y ahora afrontad el dolor de que todo terminó, aunque en un principio teníais las mejores intenciones.» Si realmente afrontan el dolor, pueden separarse en paz y arreglar tranquilamente los asuntos pendientes. Después, cada uno de ellos está libre para el futuro. Este es mi proceder, que alivia a todos los afectados.

PARTICIPANTE Colaboré en un estudio sobre las consecuencias del divorcio para los hijos, y me interesaría conocer tu opinión al respecto. Siempre que las parejas informaban a los hijos de que tenían la intención de divorciarse, el primer impulso de los niños era pensar que ellos habían hecho algo mal y que los padres querían divorciarse por ese motivo.

HELLINGER Siempre que algo no funciona bien entre los padres, los hijos buscan la culpa en ellos mismos. Prefieren tener la culpa ellos en lugar de atribuírsela a sus padres. Por tanto, es un gran alivio para los hijos si los padres les dicen: «Nosotros, como pareja, hemos decidido separarnos; pero seguimos siendo vuestros padres, y vosotros seguís siendo nuestros hijos queridos.»

PARTICIPANTE Yo puedo aceptar este planteamiento. Pero muchas veces he tenido que ver cómo los hijos cuestionaban estas palabras porque al mismo tiempo veían la gran desilusión de sus padres. ¿Qué puedo hacer en un caso así?

HELLINGER Ya te he dado la solución. Sin embargo, aún hay otro aspecto importante en un divorcio: después del divorcio, los hijos deben ir con aquel de los padres que más respeta al otro cónyuge en los hijos. Por regla general, éste es el marido. El hombre tiende más a respetar a la mujer en los hijos, y no a la inversa. No sé por qué es así, pero se puede ver. Al asesorar a una pareja que desea divorciarse, hay que decirles que, para el bien de sus hijos, lo mejor es que cada uno de ellos continúe en los hijos el amor original al otro cónyuge, tal como fue en un principio e independientemente de lo que resultó más adelante. Es decir, se vuelve al principio, a los tiempos más entrañables para la mayoría de las parejas. Recordando estos sentimientos entrañables pueden mirar a sus hijos, incluso después del divorcio.

La jerarquía en las organizaciones

HELLINGER Aparte del orden de origen, en las organizaciones existe también una jerarquía que depende de la función que se desempeña y de la aportación hecha al conjunto de la empresa. Así, por ejemplo, la administración tiene prioridad sobre los demás departamentos, ya que su función consiste en crear la base para el funcionamiento de todos ellos, lo cual puede compararse con lo que sucede en una familia, donde el hombre tiene prioridad sobre la mujer.

Pongamos por ejemplo una clínica: en este caso, el administrador se encuentra al lado del jefe, es su mano derecha. Las funciones del jefe y del administrador forman la base para todo lo demás en esta organización; sólo después vienen los médicos, aunque, por la esencia misma de toda clínica, parezcan el grupo más importante. (Algo similar ocurre en la familia, donde la mujer, en lo que a los fines de la familia se refiere, parece más importante que el marido.)

Los médicos, por tanto, son el segundo grupo importante. Después siguen las enfermeras, también como grupo propio, después el personal auxiliar, por ejemplo, de cocina, a su vez como grupo propio. Es decir, entre todos estos grupos existe una jerarquía según sus funciones.

Cada uno de estos grupos cuenta tanto con una jerarquía según las funciones de sus miembros como con una jerarquía según el orden de origen. Es decir, el médico que entró antes en el grupo, tiene prioridad sobre los que vinieron más tarde. El que entró en el grupo segundo, ocupa el siguiente lugar, etc. Esta jerarquía no tiene nada que ver con las funciones de los diferentes miembros, únicamente depende del tiempo de pertenencia al grupo.

Ahora bien, cuando a uno de estos grupos se le designa un jefe nuevo que antes no formaba parte del grupo, éste, de acuerdo con el orden de origen, ocupa el último rango en este sistema, aunque sea el jefe. Por tanto, tiene que dirigir el grupo como si por su rango fuera el último, lo cual le será fácil si considera su función un servicio para el grupo. Dirigir un grupo desde la última posición es especialmente efectivo, suponiendo que el jefe sepa cómo hacerlo. El que dirige desde la posición del último se gana a todos los demás, dado que respeta la jerarquía. Es decir, debe estar en primera fila y dirigir como si fuera el último.

A veces existe una jerarquía según el orden de origen también entre los diversos departamentos y grupos. Así, por ejemplo, cuando en una clínica se crea un nuevo departamento, éste ocupa el último rango después de todos los demás, a no ser que gane tal importancia que los demás departamentos dependan de él.

PARTICIPANTE En un caso así, ¿es posible que un jefe despida a una persona que ocupa un rango más alto porque entró primero en el grupo?

HELLINGER Si el jefe lo despide injustamente, el grupo se sentirá desconcertado y, al cabo de un cierto tiempo, se disolverá. Ahora bien, si la persona en cuestión cometió una falta, el despido es correcto. Es decir, si no cumplió sus obligaciones o si mostró ser incompetente, también puede ser remitido a un rango inferior. Sin embargo, no pierde su rango según el orden de origen; aquí se trata de dos ámbitos diferentes: por un lado, la función de la persona, por otro lado, el orden de origen. Una organización se desintegra cuando un grupo pospuesto se arroga un derecho que correspondería a un grupo antepuesto, por ejemplo, cuando la administración pretende dominar al jefe en vez de estar a su servicio, o cuando, en un subgrupo, una persona pospuesta se arroga un derecho que sería de una persona antepuesta. Naturalmente, entre los miembros de los diversos grupos existe la lucha por la posición más alta, la posición de dirigente. Eso no importa, siempre que su pretensión se fundamente en la competencia y en el rendimiento a favor del grupo, respetando al mismo tiempo la jerarquía del orden de origen. En un caso así, sería comparable a la lucha de los ciervos por las ciervas. Ahora bien, aunque el primer ciervo se retire, desplazado por otro, las ciervas se quedan. Lo mismo ocurre en cualquier organismo: cuando el primer ciervo se retira, desplazado por su sucesor, las ciervas se quedan. No quiero entrar en más detalle, pero cualquiera que observe este proceso con atención sabrá a lo que me refiero.

Objeciones

GERTRUD Naturalmente, esta jerarquía suscitó mi interés, y en seguida me asaltó una sensación, que ahora ya no puedo reconstruir: la sensación de que el padre de mi hijo quizás sí que se hubiera casado conmigo en aquel entonces. Esa idea me sacudió, y me pareció muy bien. Pero en seguida tuve que destruir esa buena sensación.

HELLINGER Hubo una vez un hombre que tenía mucha hambre. Cuando finalmente lo invitaron a sentarse en una mesa exuberante, dijo: «¡No puede ser, no me lo puedo creer!», y siguió pasando hambre.

La decisión de no tener hijos

SOPHIE Me llamo Sophie. Tengo treinta y siete años. Soy psicóloga y, desde hace medio año, tengo una consulta propia. En lo que a mi vida privada se refiere, estoy casada desde hace diez años.

HELLINGER ¿Tenéis hijos?

SOPHIE No, ahora mismo quería decirlo. Es un asunto que va cobrando importancia últimamente, ya que por nuestra edad hemos llegado a un punto que nos exige una decisión.

HELLINGER Ya está decidido.

SOPHIE ¿Ya está decidido? ¿Quieres decir que no tendremos hijos?

HELLINGER Sí.

SOPHIE Hm. ¿Cómo llegas a esta conclusión?

HELLINGER Se ve.

SOPHIE Sí, ya llevaba tiempo pensándolo.

HELLINGER Os habéis decidido de esta manera, y ahora asumid la decisión, y ya está. De lo contrario, os quedaréis clavados en este punto.

Ser y No-Ser

HELLINGER Quisiera decir algo fundamental al respecto.

La persona que se decide a favor de algo, por regla general tiene que renunciar a otra cosa a cambio. Aquello por lo que se decide es aquello que es, aquello que se realiza. En relación con lo que es y se realiza, lo otro, es decir, aquello a lo que la persona renuncia, es como un no-ser.

Por tanto, todo ser, que existe y se realiza, está rodeado de un no-ser, de una existencia no realizada, sin la cual no sería concebible. No se trata de una nada, sino sólo de un no-ser. Ahora bien, si menosprecio aquello que constituye el no-ser para mi ser, este no-ser merma mi ser. Si, por ejemplo, una mujer se decide a favor de seguir una carrera profesional, en lugar de formar una familia y tener hijos, y considera inferior a la familia, es decir, al hecho de casarse y tener hijos, entonces esta parte de su existencia que permanece sin realizar disminuye aquello que ella eligió; se va reduciendo. Pero, por otro lado, si ella valora la parte no realizada de su existencia, sacrificada por el bien de su carrera, entonces este no-ser incluso añade algo a aquello que ella eligió, permitiendo que crezca y aumente. ¿Comprendes?

SOPHIE Sí.

HELLINGER Bien. Así, si quieres, puedes aplicarlo a tu situación.

Las consecuencias para una relación de pareja

SOPHIE Pienso que no me decidí a favor de una carrera profesional sino a favor de la relación, ya que, obviamente, tengo la idea de que la relación se rompería si tuviéramos un hijo. Y cuando dijiste que ya nos habíamos decidido en contra de tener un hijo, de repente me di cuenta de que era yo la que había tomado esa decisión, pero creo que no tengo el derecho de exigirle a mi marido que renuncie a tener hijos.

HELLINGER Si tu marido quiere tener hijos, pero tú no, significa que la relación se termina. Tienes que tenerlo en cuenta como consecuencia de tu decisión; de lo contrario, te engañas. Si tu marido, a pesar de todo, se decidiera por quedarse contigo, tendrías que valorarlo expresamente.

En pie de guerra

IDA Me llamo Ida y estoy aquí con Wilhelm, mi marido. Tenemos mucho trabajo en nuestro negocio, donde ocupo un cargo de mucha responsabilidad. Al mismo tiempo soy madre y ama de casa y me gustaría trabajar como psicóloga, pues es la profesión que estudié; pero aún no parece haber llegado el momento. La última vez que participé en uno de tus seminarios, me di cuenta de que estaba en pie de guerra contigo.

HELLINGER Siempre lo estuviste un poco.

IDA Un poco. Pero de momento echo de menos algo concreto. De alguna manera te había interiorizado y siempre que me encontraba ante un problema acuciante, me decía: «Escribiré a Bert», y empezaba a redactar una carta; la corregía una y otra vez, y, en algún momento, por la noche o durante el día, encontraba la solución sin molestarte. Pero desde hace dos años esto ya no me funciona.

HELLINGER Hay algo que no está solucionado aquí. Tú quieres algo de mí; eso es lo que expresas cuando dices que estás en pie de guerra.

IDA Quisiera recuperarlo, porque era algo bueno para mí.

HELLINGER Cuando hay algo que no funciona, hay que sustituirlo por algo mejor.

IDA ¡Ay, Bert!, no lo encuentro.

HELLINGER Podemos buscar juntos, a ver si encontramos algo o a alguien mejor.

IDA Bueno, yo personalmente siento mucho que...

HELLINGER Te acabo de hacer una propuesta. ¿De acuerdo?

IDA Sí. Aún quería decir otra cosa más: ayer cogí las tijeras y me corté el flequillo.

HELLINGER Pero aún no lo suficiente.

Risas. En otra ocasión se había observado que las mujeres que llevaban el pelo de manera que les tapaba los ojos, estaban confusas; y cuanto más largo estaba el pelo, tanto mayor era la confusión.

HELLINGER ¿Algo más?

IDA Sí. A pesar de todo el jaleo que me rodea, me encuentro bien.

Malas notas de los hijos

WOLFGANG Me llamo Wolfgang. Trabajo en la universidad y también me dedico a psicoterapia, un número reducido de horas. Ignoraba que aquí hubiera tantas posibilidades de trabajar asuntos personales. Estoy casado y tengo dos hijos. Desde hace mucho me doy cuenta de que me afecta muchísimo cuando mis hijos sacan malas calificaciones en el colegio. Actualmente, ése es el caso de mi hijo.

HELLINGER ¿Cómo fue en tu caso, cuando eras pequeño? ¿Sacabas buenas notas en el colegio?

WOLFGANG Era extremadamente bueno en primaria, pero, después, al cambiar a secundaria, tuve un bache del que nunca me recuperé del todo.

HELLINGER Cuando los niños sacan malas notas tienes que decirles: «A mí me pasó igual, tuve un bache del que nunca me recuperé del todo.»

WOLFGANG Tengo qué pensármelo.

HELLINGER Tienes que decírselo, no pensar. Simplemente decirlo.

Al grupo ¿Se lo dirá? No se lo dirá. Él evita la solución.

A Wolfgang Una vez, una mujer me contó que estaba muy preocupada por su hija. Estaba enamorada de un tal Michael Jackson. Le había hecho un altar ante el que rezaba cada mañana, y cuando Michael Jackson tenía tos, ella tosía también. ¿Qué podía hacer? Le contesté:

—Dile: «Yo también era así.»

¿Sabes cuál es el problema con una medicina buena? Uno puede tomarla y entonces surte efecto. Pero el que antes la desmenuza, ya no puede tragarla tan bien.

Dolor transferido

ROBERT Me llamo Robert y trabajo como asesor de empresas. Tengo tres hijos adultos y vivo con el menor de ellos.

HELLINGER ¿Estás divorciado?

ROBERT Separado.

HELLINGER ¿Desde cuándo?

Robert rompe a llorar.

HELLINGER ¡Mantén los ojos abiertos! Estos sentimientos te debilitan. Esto no lleva a ninguna parte. ¡Mírame a mí! ¿Me ves realmente? El color de mis ojos, ¿lo ves?

Al grupo Hay que intentar dirigir su atención a otra cosa, así sale de este sentimiento.

A Robert ¿Desde cuándo estás separado?

ROBERT Desde hace medio año.

HELLINGER ¿Quién se fue?

ROBERT Ella.

HELLINGER ¿Y qué pasó?

ROBERT Ella no quería seguir.

HELLINGER Céntrate en esta sensación que ahora tienes. ¿A qué época de tu vida pertenece?

ROBERT Creo que es muy antigua.

HELLINGER ¿Qué edad tiene el niño que tiene este sentimiento?

Al grupo Podéis observarlo si lo miráis.

A Robert ¿Qué edad tiene este niño, más o menos?

ROBERT Tres años.

HELLINGER Exacto. ¿Qué pasó cuando tenías tres años?

ROBERT Entonces murió mi hermana pequeña.

HELLINGER Tu hermana. Aquí está.

Al grupo Aquí hay una transferencia de una situación y de sentimientos, del pasado al presente. Con estos sentimientos no se debe trabajar en el presente; deben permanecer allí donde pertenecen, y allí deben ser trabajados.

A Robert Configuraremos tu familia actual ahora.

ROBERT No, no ahora. Solloza.

HELLINGER Te doy una última oportunidad.

Robert configura la Constelación de su familia actual.

Constelación: La hija representa a la hermana fallecida del padre

HELLINGER a Robert ¿Alguno de vosotros estuvo casado anteriormente o comprometido?

ROBERT No.

Abreviaciones:

Mar marido (= Robert)

Muj mujer

1 primera hija

2 segundo hijo

3 tercer hijo

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el marido?

MARIDO Me siento perdido aunque me encuentre en la fila.

HELLINGER ¿Cómo le va a la mujer?

MUJER Me siento torcida. Estoy mirando a mi hijo mayor y quisiera girarme.

HELLINGER ¿Y cómo te va emocionalmente?

MUJER No muy bien.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la hija?

PRIMERA HIJA Tengo un buen lugar, pero en el fondo sólo veo a mi padre.

HELLINGER ¿Cómo le va al hijo mayor?

SEGUNDO HIJO Bien, porque los veo a todos, pero de alguna manera me falta el contacto.

HELLINGER ¿Qué tal se siente el hijo menor?

TERCER HIJO Me encuentro en un enfrentamiento muy fuerte aquí, con mi hermano mayor, y no me siento nada bien. Por otra parte es una sensación agradable estar, al menos aparentemente, tan arropado por mis padres.

MARIDO Aún quisiera añadir que no percibo a mi mujer, sino únicamente a mi hija. La sensación de estar perdido más bien venía de abajo. Hacia el menor de mis hijos siento mucha proximidad.

HELLINGER a Robert ¿Qué pasó con tu hermana menor?

ROBERT Se murió cuando yo tenía tres años.

HELLINGER ¿De qué?

ROBERT De una pulmonía.

HELLINGER Ahora introduce también a la hermana.

Abreviaciones:

+HaMar hermana fallecida del marido

HELLINGER al grupo Se ve que la hija está identificada con la hermana menor. Para el padre, ella representa a la hermana muerta.

HELLINGER ¿Qué ha cambiado para el marido?

MARIDO Sentía escalofríos en todas partes.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la hija ahora? ¿Mejor o peor?

PRIMERA HIJA Más excitada.

HELLINGER ¿Qué tal se siente la mujer?

MUJER Algo ha quedado claro para mí. Me encuentro diferente; en el fondo, mejor.

HELLINGER al grupo La hermana es la persona más importante aquí. Un sistema queda trastornado si falta una persona importante, cualesquiera que sean los motivos. Frecuentemente se trata de un hermano o una hermana del padre o de la madre, fallecidos en temprana edad. En cuanto esta persona se introduce, el sistema recibe nuevas energías, y sólo entonces se hace posible el cambio.

HELLINGER ¿Cómo le va a la hermana fallecida?

HERMANA FALLECIDA No puedo decirlo muy bien.

Hellinger coloca a la hermana muerta al lado de su hermano, el representante de Robert.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la mujer ahora?

MUJER Es increíble, pero ahora puedo girarme hacia mi marido.

Hellinger modifica la imagen.

HELLINGER ¿Qué tal para el marido?

MARIDO Cuando se acercó mi hermana fue muy bonito, y cuando vino mi mujer, también, pero tengo la sensación de que las dos deberían cambiar de lugar.

HELLINGER Es posible.

MARIDO Así está bien.

MUJER Es diferente y mejor.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la hermana fallecida?

HERMANA FALLECIDA Bien.

HELLINGER ¿Qué tal los hijos?

TODOS Bien.

HELLINGER a la mujer ¿Qué tal cuando los hijos se encuentran frente a ti?

MUJER Sí, bien.

HELLINGER a Robert Ahora ocupa tú mismo este lugar.

ROBERT al ponerse en su lugar No lo entiendo.

HELLINGER No necesitas entenderlo, únicamente tienes que ponerte en tu lugar.

Robert sacude la cabeza.

HELLINGER al grupo ¿Veis lo difícil que es la solución? ¿Cómo se resiste a la solución? Pero así es. De acuerdo, ya está.

La recompensa negativa

HELLINGER La pregunta es: ¿qué puede hacer para que la hermana reciba el lugar que le corresponde, y qué hay que tener en cuenta?

Primer punto: él vive y, por tanto, se siente culpable frente a su hermana menor, que está muerta. Él tiene la ventaja, la hermana la desventaja. Ésta es su idea. Cuando se da un desequilibrio tan grande, quien tiene la ventaja se niega a tomar aquello de lo que podría apropiarse, a fin de compensar ese desequilibrio. No toma su vida, ni tampoco a su mujer, porque quiere llegar a un equilibrio con su hermana menor. Ésta es una reacción ciega que actúa como una necesidad compulsiva a la que nadie se puede resistir. Detrás de ella se halla también la creencia mágica de que su hermana estaría mejor si él estuviera mal, y que ella viviría si él muriera.

El orden del amor

HELLINGER Sin embargo, existe una solución a un nivel superior. Podemos superar la necesidad de compensación encontrando un orden superior, un orden del amor. Es decir, no sólo a través del amor —ya que también la necesidad de compensación es amor—, sino a un nivel superior, a través de un orden superior del amor en el que reconocemos, tanto nuestro propio destino como el destino de la otra persona amada, como independientes el uno del otro, aceptándolos humildemente.

¿Cuál sería, pues, el paso liberador para él? Tiene que tomar en serio este sentimiento de culpabilidad y decirle una frase curativa a su hermana.

A Robert ¿Cómo se llamaba tu hermana?

ROBERT Adelheid.

HELLINGER «Querida Adelheid.» Repítelo. Di: «Querida Adelheid.» ¡Dilo!

Robert solloza.

HELLINGER Lo que estás haciendo es fatal para tu hermana.

Al grupo Al comportarse así, la muerte es doblemente dura para su hermana, ya que él actúa como si, a causa de la muerte de ella, también él tuviera que morir. Con su tristeza, por tanto, aún agrava el destino de ella, ya que tanto como él quiere a su hermana, también ella lo quiere a él.

Diré la frase liberadora a pesar de todo, aunque él no la emplee. La frase sería: «Querida Adelheid, tú estás muerta; yo aún viviré un poco, después moriré también.» Ésta es la frase liberadora que encierra tanto la compensación como la libertad. Y también hay humildad en ella; se acaba la superioridad. Él se muestra solidario con los muertos y vive. En segundo lugar, propongo un ejercicio que sería positivo tanto para él como para la hermana: que durante un año le enseñe el mundo. Se imagina que toma a su hermana de la mano y le enseña las cosas bellas del mundo, durante un año. Por ejemplo, puede presentarles a su mujer y a sus hijos; ésta sería una posibilidad. Así recuperará algo para ella.

A Robert Cuando tengas que hacer algo difícil, hazlo con ella al lado. De su suerte saca la fuerza para hacer algo que de otra manera no harías: hacer algo difícil, y hacerlo bien. Así, aunque ella ya no esté, su muerte temprana tendrá un efecto positivo en el presente. Ella seguirá viviendo a través de ti, en lo bueno que hagas. Esto lleva a la reconciliación y también sería una forma de recompensa.

La recompensa a través del reconocimiento

IDA Durante todo el tiempo que llevo trabajando conmigo misma me he olvidado de valorar a una persona: a mi hermana.

HELLINGER ¿Qué ocurre con ella?

IDA Ella es la mayor. Me cortó el camino hacia la madre, y durante todo este tiempo no he visto más que lo negativo. Por supuesto que hubo también una parte negativa, pero al mismo tiempo me dio mucho, y le debo muchísimo.

HELLINGER Eso incluso se puede decir en público.

IDA Siempre sentía la necesidad de hacer algo bueno por ella, pero no funcionó.

HELLINGER Tampoco puede funcionar así. Lo único que se puede hacer en una situación así es reconocer a la otra persona. Éste, en primer lugar, es un proceso interior, y después también se puede expresar con palabras, por ejemplo, diciendo: «Sé lo que me diste; lo valoro y me acompaña siempre.» Eso es lo más grande que se puede hacer, y es mucho más que intentar llegar a un equilibrio dando alguna otra cosa a cambio.

Constelación: Tomar, aunque muchos otros tuvieron que dar

KLARA Me llamo Klara, soy puericultora y estoy estudiando psicología. ¿Lo que quisiera conseguir? Me gustaría solucionar un asunto en relación con mi familia.

HELLINGER ¿De qué se trata?

KLARA De la situación con mis hermanas. Tengo dos hermanastras mayores. La primera, Barbara, es hija de mi madre; la segunda, Franziska, es hija de mi padre. Pero a esta última no la conozco.

HELLINGER ¿De quién es esta hija, de qué mujer?

KLARA Mi padre aún estaba casado cuando conoció a su madre. Poco después conoció a mi madre. Es decir, la relación con la madre de Franziska no duró mucho tiempo.

HELLINGER ¿Tu padre estuvo casado anteriormente?

KLARA Sí.

HELLINGER ¿Qué pasó con aquella mujer? ¿Por qué la abandonó?

KLARA Entretanto se desencadenó la guerra. Me dijo que con el tiempo se habían ido distanciando.

HELLINGER ¿Hubo hijos de ese matrimonio?

KLARA No.

HELLINGER ¿Y después conoció a su segunda mujer?

KLARA Sí.

HELLINGER ¿Y con ella tuvo una hija?

KLARA Sí.

HELLINGER ¿Por qué no se casó con ella?

KLARA Pienso que no lo hizo porque poco después conoció a mi madre.

HELLINGER ¿Tu madre también estuvo casada?

KLARA No.

HELLINGER ¿Pero tenía una hija?

KLARA Sí.

HELLINGER ¿Qué pasó con el padre de esa hija?

KLARA Mi madre me dijo que primero él no quería casarse con ella, y al final ella ya no quiso.

HELLINGER al grupo Hay que tener en cuenta lo que significa aquello que acaba de contar. Ella tiene su vida a costa de muchos que hicieron sitio para ella. ¿Cuántos? La primera mujer de su padre, su hija y la madre de ésta, el primer marido de su madre y la hija de esa relación. Es decir, ¿de cuántas personas se trata? De cinco. En una situación así, y para respetar a todos los demás, la hija intenta alcanzar un equilibrio entre la ganancia y la pérdida, perdiendo ella misma. Un caso un tanto complicado. Probablemente no haya nada que hacer; el impacto es demasiado fuerte. Apenas hay personas que consigan tomar plenamente la vida teniéndola a costa de tantos otros.

HELLINGER a Klara ¿Alguna vez intentaste suicidarte?

KLARA No.

HELLINGER ¿Lo pensaste?

KLARA No.

HELLINGER Gracias a Dios.

(Klara tuvo un accidente de coche grave y desde entonces está impedida.)

Parejas e hijos en la familia de origen de Klara:

Abreviaciones:

P=2MarM padre, segunda pareja de la madre

M=3MujP madre, tercera pareja del padre

1CoM primer compañero de la madre, padre de 1

1 primera hija de la madre, de su primer compañero

1MujP primera mujer del padre

2CaP segunda compañera del padre, madre de 2

2 hija del padre y de su segunda compañera

3 hija del padre y de la madre (= Klara)

HELLINGER Configuraremos tu familia de origen ahora. ¿Quién pertenece a ella?

KLARA Mi padre, mi madre, yo, la primera mujer de mi padre, su segunda mujer, con la que tuvo una hija que no conozco... pero no estuvo casado con esa mujer. Además, el hombre con el que mi madre tuvo una hija antes de estar casada con mi padre, y esa hija.

HELLINGER ¿Cuál es el orden entre las hermanas?

KLARA Primero va la primera hija de mi madre, después la primera hija de mi padre, y después yo, la más joven. Cuando nació la hija de mi padre aún estaba casado con su primera mujer.

HELLINGER ¿Por qué tu madre no se casó con el padre de su primera hija?

KLARA Ya estaba comprometido cuando conoció a mi madre, e inmediatamente después de nacer la hija volvió a la República Democrática Alemana.

HELLINGER ¿Está casado allí?

KLARA Creo que sí.

HELLINGER ¿Tiene más hijos?

KLARA Creo que sí.

HELLINGER Así, tu hermana mayor aún tendría más hermanos que no conoce. Es importante que vaya a ver tanto a su padre como a sus hermanos.

KLARA No quiere hacerlo.

HELLINGER Tu madre debería tomar la iniciativa por ella.

KLARA No lo hace.

HELLINGER Te contaré una pequeña historia.

Ya están aquí

En un curso hubo un joven que nunca había visto a su padre. De joven, su madre había conocido a un francés en París. Cuando quedó embarazada, la familia de él lo casó inmediatamente con otra mujer, porque en Francia los hombres casados no estaban obligados a pagar alimentos. Así, el hombre quemó las naves, y la mujer ya no supo dónde encontrarlo. No había ninguna dirección ni ningún otro indicio que pudiera servirle.

Cuando el hijo cumplió los veinte años, su madre lo metió en el coche y se fue a Francia con él. Interiormente, sin embargo, se había aliado con el abuelo del chico, con el padre de su padre, confiando en que él los guiaría.

Un día, al pasar por un pueblo, en una puerta vieron un rótulo con el apellido de aquel hombre. Entraron en la casa y preguntaron a una mujer por fulano de tal. La mujer exclamó:

—¡Un momento! —se fue al teléfono, marcó y exclamó—: ¡Ya están aquí!

A Klara De acuerdo, ahora configura tu familia.

PARTICIPANTE a Klara ¿Qué pasó con la primera mujer de tu padre? ¿Tiene familia, y aún vive?

HELLINGER Eso no tiene importancia aquí. Más vale no dar demasiada información; de lo contrario, se perturba la percepción inmediata de los sentimientos.

Al ver que Klara coloca a su propia representante entre el padre y la madre ¿Tus padres están divorciados?

KLARA No.

Abreviaciones:

P padre; segunda pareja de la madre

M madre; tercera pareja del padre

lMujP primera mujer del padre; sin hijos

2CaP segunda compañera del padre; madre de 2

1 CoM primer compañero de la madre; padre de 1

1 primera hija; hija de M y 1 CoM

2 segunda hija; hija de P y 2CaP

3 tercera hija (= Klara); única hija común de P y M

HELLINGER Configuraré directamente el orden.

HELLINGER ¿Qué tal para la segunda hija?

SEGUNDA HIJA Mejor.

HELLINGER Prueba a cambiar de sitio con tu madre.

SEGUNDA HIJA Aún es mejor así.

HELLINGER ¿Qué tal la segunda mujer del padre?

SEGUNDA COMPAÑERA DEL PADRE Así, bien.

MADRE Yo también.

HELLINGER La segunda mujer del marido debe ir allí; de lo contrario, tú tienes que marcharte. ¿Qué tal la hija menor?

TERCERA HIJA Antes era algo extraño estar al lado del padre. La madre se hallaba a mi izquierda y notaba cómo me iba apartando de ella para dirigirme hacia el padre, sin ver a la madre en absoluto. Mientras la hermana aún se encontraba delante de mí, pensé: «Esto es un resguardo; así, nadie ve lo que pretendo con el padre.» Ahora aún queda un poco de tensión hacia la madre, pero, por lo demás, está bien.

HELLINGER ¿Qué tal la hija mayor?

PRIMERA HIJA Mientras me encontraba detrás de la madre, me sentía muy poderosa. Ejercía una influencia sobre ella y sobre mis hermanas; al mismo tiempo, sin embargo, me sentía extraña, no perteneciente. Ahora me siento integrada, ya no tan poderosa ni tan fuerte.

HELLINGER ¿Qué tal el padre de la hija mayor?

PRIMER COMPAÑERO DE LA MADRE Antes, cuando me encontraba detrás de mi ex compañera, notaba calor a mi derecha y me sentía atraído por ella constantemente. Cuando me pusiste aquí, quedó equilibrado; pero a mi izquierda aún falta algo.

HELLINGER Aquí, naturalmente, iría tu familia actual. ¿Cómo se encuentra la primera mujer del padre?

PRIMERA MUJER DEL PADRE Me siento clavada aquí en el suelo, y continuamente me pregunto a qué viene todo esto. No lo entiendo.

HELLINGER El vínculo del marido con la segunda compañera y la hija de ésta tiene prioridad sobre el primer vínculo; uno reemplazó al otro.

PRIMERA HIJA Antes, al estar detrás de mi madre, me sentía poderosa, pero también irritada; no sé por qué. Ahora sigo sintiéndome fuerte, pero también siento una cierta irritación que tiene que ver con todas estas mujeres. Me siento la más fuerte de todas, pero me irrita que haya tantas mujeres aquí.

HELLINGER Aún me gustaría probar otra cosa: introduciré también a la novia de tu padre.

Abreviaciones:

NA1 CoM novia anterior del primer compañero de la madre

HELLINGER ¿Qué tal la novia?

NOVIA ANTERIOR DEL PRIMER COMPAÑERO DE LA MADRE A la izquierda del hombre me sentía mareada, y a su derecha se me cortaba la respiración. Aquí, más atrás, me encuentro mejor.

HELLINGER a la hija mayor ¿Para ti hay alguna relación con esta mujer?

PRIMERA HIJA De momento tengo la tendencia de salir, es decir, de retirarme.

HELLINGER Ponte al lado de la novia anterior del padre. ¿Qué tal así?

PRIMERA HIJA Mejor.

HELLINGER Con ella estás identificada.

PRIMERA HIJA Simplemente me encuentro mejor aquí.

HELLINGER Es la consecuencia de la identificación. Tienes sus sentimientos. Ella fue engañada a causa de la relación entre tu padre y tu madre. Ahora, tú sientes su irritación en este grupo. Son sus sentimientos; para ti son extraños.

A Klara ¿Es comprensible para ti?

KLARA Sí.

HELLINGER a la hija mayor Ahora vuelve a tu lugar. Únicamente se trataba de averiguar si estabas identificada con ella.

A la representante de Klara ¿Cómo te encuentras tú?

TERCERA HIJA Justo antes noté mi espalda, primero en la parte superior, y después, como si me estuviera doblando hacia atrás. Tenía que ver con el hecho de que se fuera mi hermana mayor. No es tan fuerte desde que vuelve a estar a mi lado.

HELLINGER Intenta cambiar con la madre.

TERCERA HIJA Aquí me encuentro mejor.

PADRE Para mí es como si aquí hubiera una balanza que se mantuviera en equilibrio, y aquí a la izquierda, con mi hija, se encuentra el eje. Cuando ella estaba al otro lado de su madre, el eje estaba conmigo. Incluso físicamente tambaleaba de un lado para otro.

HELLINGER ¿Qué tal para la madre?

MADRE Para mí es muy curioso. Todo esto no me interesa; no tengo ningún sentimiento. Pero aquí, al lado de mi hija mayor, me encuentro mejor.

PRIMERA HIJA Me siento responsable de la madre, pero no lo quiero.

HELLINGER La madre pertenece más bien al sistema de su primer compañero. Como tercera mujer no se atreve a tomar a su segundo marido.

A la hija mayor Ponte al lado de tu hermana menor.

PRIMERA HIJA Aquí no puedo respirar. Me siento increíblemente bien aquí, pero no puedo respirar.

HELLINGER a Klara ¡Ponte tú misma en tu lugar!

KLARA al encontrarse en su propio lugar Siento una fuerte unión con mi hermana mayor.

HELLINGER Exacto, porque con vuestros padres no podéis contar del todo.

Klara comienza a llorar con mucha aflicción.

HELLINGER Ahora ve a la primera mujer de tu padre e inclínate ante ella. Una reverencia ligera, pero con respeto.

Al cabo de unos instantes Ahora ve a su segunda mujer, y también haz ante ella una reverencia ligera.

Al cabo de unos instantes Ahora ve a tu segunda hermana y abrázala.

Klara la abraza, sollozando largamente y con aflicción.

HELLINGER Ahora ve a la novia anterior del padre de tu hermana mayor, e inclínate ante ella.

Al cabo de un tiempo Y ahora al padre de tu hermana mayor, e inclínate también aquí.

Cuando Klara vuelve a enderezarse Ahora vuelve a tu lugar y mira a tu alrededor. ¡Míralos a todos!

El padre le pone el brazo en el hombro.

HELLINGER Ahora ve hacia tu madre.

Klara se abraza a ella y solloza largamente.

HELLINGER Ahora vuelve otra vez a tu lugar y mira a tu alrededor. ¡Míralos a todos una vez más!

Al cabo de un tiempo ¿Está bien así?

Klara asiente con la cabeza.

La culpa reconocida se convierte en fuente de fuerza

HARTMUT Después de la Constelación de Robert y de ver su tristeza por su hermana muerta, me ocupa el problema de la culpa adoptada. Me he dado cuenta de que toda mi vida me he programado para pagar culpas, e incluso he conseguido darle un sentido cristiano a esta actitud.

HELLINGER El que tiene una superestructura cristiana tiene que pagar culpas, o piensa que debería hacerlo. Y lo que es aún peor, incluso piensa que realmente podría hacerlo.

Cuando una persona tiene una culpa personal, ésta se convierte, si es admitida, en fuente de fuerza. En cuanto la persona admite su culpa, ya no tiene sentimientos de culpabilidad. Los sentimientos de culpabilidad se desarrollan cuando alguien intenta apartar o negar su culpa. La persona que admite su culpa, sin embargo, tiene fuerza; la culpa se manifiesta como fuerza. Quien niega su culpa y rehúye sus consecuencias se siente culpable y débil. La culpa capacita a la persona para realizar actos buenos para los que antes no hubiera tenido la fuerza necesaria; pero únicamente si reconoce su culpa.

En cambio, la persona que toma sobre sí una culpa y sus consecuencias en lugar de otro, se debilita. Así no puede hacer nada bueno con esta culpa. Al contrario, las consecuencias suelen ser fatales. Al mismo tiempo también debilita a la otra persona, dado que, tomando sobre sí la culpa del otro, también lo priva de la fuerza para hacer algo bueno con esa culpa.

La adopción de una culpa ajena, por tanto, tiene consecuencias negativas en todos los niveles. Así, pues, deberías decirle a tu madre: «Cualquiera que fuera la culpa entre tú y mi padre, os respeto como mis padres. Tomo lo que me disteis, y ahora os dejo en paz.»

De esta manera dejas la culpa y sus consecuencias con tus padres. Esta actitud repercute inmediatamente en tus padres, aunque no digas nada en voz alta. Ellos tienen que encarar su culpa y sus consecuencias, y tú quedas libre para confrontar tu propia culpa. ¿Lo he dejado claro?

HARTMUT Está claro.

HELLINGER ¿Más preguntas al respecto?

CLAUDIA Aún no lo he comprendido del todo. Cuando alguien toma sobre sí la culpa de otro, se debilita...

HELLINGER Se debilita a sí mismo y al otro.

CLAUDIA Que debilite al otro lo comprendo, pero ¿a sí mismo?

HELLINGER También. La culpa adoptada siempre debilita. Quien lleva la cruz de los demás ya no tiene fuerzas para lo positivo. Sin embargo, quien lleva su propia cruz, su culpa y su destino, es fuerte. Los lleva con la cabeza en alto y tiene la fuerza de hacer algo grande con ellos.

Guardar las apariencias en lugar del padre

HELLINGER Aportaré otro ejemplo.

Una mujer sentía la necesidad de guardar las apariencias, temía que le perdieran el respeto. Intentó «guardarlas» exteriormente, por ejemplo, a través de diferentes peinados. Su padre —así suponía la hija— había cometido atrocidades durante la guerra. Por tanto era él quien debía sentir miedo de que dejasen de respetarle y debía procurar guardar las apariencias. Como solución le propuse que se imaginara de niña al lado de su padre, que levantara la mirada y le dijera: «Querido papá, guardo las apariencias en tu lugar.» Ciertamente era éste su comportamiento; pero no osó hacerlo, ni siquiera como un ejercicio. Ésta, sin embargo, hubiera sido la solución, ya que el padre se hubiera visto acosado. De esta manera, la culpa y el miedo hubieran vuelto al lugar al que pertenecían, dejando libre a la hija. Sin embargo, se trataba de un acto humilde. La hija ya no tendría más grandeza que la suya propia, ni más peso que el suyo propio. Pero, con un destino tal, los hijos raras veces tienen el valor y la fuerza para dar este paso. Así pues, una persona ajena a la situación debe dejar que el destino tome su curso. Intentando intervenir, un tercero se comportaría exactamente de la misma manera que aquella hija: tomaría sobre sí algo que no podría ni debería tomar.

El sufrimiento es más fácil que la solución

UTE Me llamo Ute. Hace un año y medio tuve una hernia discal, y desde entonces sufro de dolores de espalda persistentes. A pesar de mi trabajo terapéutico me cuesta poner límites, y pienso que aún hoy uno de mis padres no me quiere. Un indicio para mí es que, desde hace quince años, tengo relaciones en parte muy intensas, pero nunca duraderas.

HELLINGER Desde el punto de vista psicológico, los dolores de espalda siempre tienen la misma causa y se curan muy fácilmente: haciendo una profunda reverencia. ¿Ante quién habría que hacerla?

UTE ¿Una reverencia?

HELLINGER Sí, una reverencia. Mira cómo estás sentada: es exactamente todo lo contrario de una reverencia. La reverencia se hace así, hasta el suelo. Probablemente habría que hacerla ante la madre. Traducido a una frase interior, con una reverencia dices: «Te honro.» Es una frase curiosa: al mismo tiempo libera.

UTE Hay una parte de mí que podría hacer una reverencia, pero creo que no sería lo suficientemente profunda.

HELLINGER Si la haces, tendría que ser hasta el suelo. Pero los dolores de espalda son más fáciles que esta reverencia. El sufrimiento es más fácil que la solución. Por tanto, no hay que compadecerse de ti.

UTE Bueno, me gustaría hacerlo, pero noto que aún guardo algún rencor.

HELLINGER al grupo Es un grave error pensar que los clientes realmente desean librarse de sus problemas. Muchas veces, lo único que pretenden es que se les confirmen sus problemas, y aquí acabamos de ver un ejemplo muy ilustrativo.

La solución humilde duele

LEO Soy Leo. Desde hace dieciséis años trabajo de psiquiatra y psicoterapeuta. Con mi trabajo estoy totalmente satisfecho; con mi familia de origen, en absoluto. En la relación con mi mujer vivo muy feliz, con dos hijos de seis y nueve años, pero respecto de mis padres tengo la sensación justificada de tener a dos hijos más. Mi padre está cayendo en un senilismo precoz.

HELLINGER El modo en que hablas es bastante arrogante.

LEO Sí, lo soy.

HELLINGER Se ve en seguida.

LEO Aunque a veces no sé hasta qué punto no será mi familia la que me induce a ello. Es decir, mis padres, desde que tengo memoria consciente de ellos, están reñidos, aunque ya ni admitirían la palabra «reñidos». En algún momento se quisieron, pero desde que tengo memoria yo fui el mediador entre ellos dos.

HELLINGER Ahora quieres seducirme para que acepte tu interpretación y adopte tu visión. Si tu interpretación fuera correcta, el problema estaría solucionado. Dado que no está solucionado, se demuestra que tu interpretación es equivocada. Cuanto más se aleja una interpretación de la realidad, más veces hay que repetirla. De lo contrario, la percepción la cuestionaría. Bien, ¿qué quieres hacer ahora? ¿Quieres la solución? al grupo ¿Habéis visto la expresión de su cara? No quiere la solución. Por tanto, tampoco seguiré ahora.

La solución duele. También la solución buena duele; ya que la solución buena es humilde. Ésta es la traba. ¿Estás enfadado conmigo ahora?

LEO En mi familia se estaría enfadado en un caso así, pero sé que tampoco llevaría a ninguna parte. Lo de mis padres es una cuestión candente porque últimamente la situación se ha ido agravando. Pero también soy tenaz y no me rindo.

HELLINGER Muy bien. De acuerdo.

El movimiento amoroso interrumpido

JOHANN Me llamo Johann. Hice la carrera de magisterio, pero desde hace tres años trabajo como ecologista y asesor de jardinería, es decir, también planifico e instalo jardines. Desearía trabajar unos síntomas físicos que me acompañan siempre. Se trata de tensiones musculares en los hombros, en parte también dolores de cabeza, y una sensación de opresión en el abdomen.

HELLINGER Lo de la cabeza podría ser la consecuencia de un amor acumulado, acumulado porque se interrumpió un movimiento temprano hacia uno de los padres, por regla general, hacia la madre. Mirándote es ésa la impresión que me das: una persona en la que se interrumpió un movimiento temprano. ¿Estuviste hospitalizado de niño?

JOHANN Estuve ingresado dos veces. Una vez por una operación —eso fue de muy pequeño— y más tarde, con paperas.

HELLINGER Eso lo explicaría. Aquí se interrumpió un movimiento hacia los padres, y en ese punto frecuentemente surgen sentimientos de desesperación, de dolor y, muy a menudo, de rabia, y la convicción resignada de que «no sirve de nada.» Para arreglarlo hay que volver a aquella situación y posteriormente llevar a término el movimiento interrumpido. Es posible hacerlo mediante hipnoterapia o a través de terapia de sujeción. ¿Te suena la expresión «terapia de sujeción»?

JOHANN He oído el nombre.

HELLINGER También puede hacerse con adultos, pero de manera que vuelvas a tu infancia, que vuelvas a sentir como el niño de aquel entonces, y que el o la terapeuta se convierta en la madre de aquel entonces. Ambos vuelven a la situación de entonces para, posteriormente, llevar a término el movimiento interrumpido.

JOHANN ¿Quiere decir que el flujo de mi propio dar y moverme hacia mis padres fue interrumpido?

HELLINGER Exacto. El movimiento hacia la madre fue interrumpido. Siempre que alguien fue interrumpido en un movimiento temprano hacia uno de los padres, el recuerdo surge una y otra vez —aunque sólo sea como recuerdo corporal— en cuanto la persona se dirige a otro, por ejemplo, a su pareja. Así, en el mismo punto en que interrumpió el movimiento en aquel entonces, también lo interrumpe ahora. En vez de llevar a término el movimiento hacia la persona querida, la esquiva e inicia un movimiento circular, alejándose del punto de interrupción para después volver a él. Con esto acabo de darte una descripción de la neurosis. La neurosis nace en el punto en el que se interrumpió el movimiento hacia uno de los padres, y el comportamiento neurótico no es más que el movimiento circular antes descrito.

Junto con la descripción del problema también te he indicado la solución, ya que una buena descripción siempre encierra la solución. Pero la solución da miedo. Cuando la persona lleva a término el movimiento interrumpido, experimenta un gran dolor. Es la vivencia más dolorosa de todas, dado que va acompañada de una sensación de impotencia, de una impotencia muy profunda.

JOHANN Mi hermana me contó que mis padres querían visitarme en el hospital pero que no podían acercarse a mí. Tan sólo podían verme de lejos y debieron de llorar mucho. Pero no tengo ninguna imagen concreta de esta escena.

HELLINGER Ya tenemos una imagen concreta: mirándote, podemos ver exactamente tu edad y lo mal que lo pasaste. Coge tu silla y siéntate delante de mí, muy cerca.

Johann coge su silla y se sienta delante de Hellinger. Éste le coge la cabeza, que había mantenido muy erguida, y la mueve hacia adelante en un gesto de inclinación.

HELLINGER al grupo Aquí, en la nuca, es donde el flujo de energía estaba interrumpido y ahora puede volver a fluir.

A Johann Cierra los ojos, respira profundamente y vuelve, vuelve lejos, a tu infancia. Respira profundamente. Resiste a la debilidad, ve hacia la fuerza. Sigue, respira con fuerza. Ahora di: «¡Por favor!»

JOHANN ¡Por favor!

HELLINGER ¡Con fuerza!

JOHANN ¡Por favor!

HELLINGER Sí, sigue así, más fuerte.

JOHANN ¡Por favor!

HELLINGER Bien, ¡sigue!

JOHANN ¡Por favor! ¡Por favor!

HELLINGER ¡Extiende los brazos! Puedes abrazarme tranquilamente. «¡Por favor!»

JOHANN ¡Por favor!...

HELLINGER ¿Cómo le decías a tu madre?

JOHANN Mami.

HELLINGER Di: «¡Mami, por favor!»

JOHANN ¡Mami, por favor!

HELLINGER «¡Por favor, mami!»

JOHANN ¡Por favor, mami!

HELLINGER «¡Por favor!»

JOHANN ¡Por favor!

HELLINGER Dilo con insistencia.

JOHANN ¡Por favor, mami!

HELLINGER ¡Fuerte!

JOHANN ¡Por favor!

HELLINGER Con toda la fuerza.

JOHANN ¡Por favor! ¡Por favor!

HELLINGER Y ahora dilo muy tranquilamente: «Por favor, mami.»

JOHANN Por favor, Mami.

Johann abre los ojos.

HELLINGER ¡Hola! ¿Cómo te encuentras ahora?

JOHANN Bien.

HELLINGER ¿Ves lo mal que lo pasó el niño? Estaba desesperado. Pero es posible recuperar lo perdido. En este ejercicio, el inspirar significa tomar, y el espirar, moverse hacia la otra persona. También la reverencia es un movimiento hacia la otra persona. De acuerdo, ya está.

Dolores de espalda

GERTRUD También quisiera hablar de mis dolores de espalda. Desde hace mucho tiempo sufro de tensiones musculares en el lado derecho. Cada noche me despierto con la mano derecha totalmente insensible. No consigo solucionarlo. Hago gimnasia y todo, pero no se va.

HELLINGER Cuando vuelva a dolerte imagínate que con esa mano acaricias la mejilla de tu marido.

GERTRUD No tengo marido.

HELLINGER Acaricia al de entonces, ¿de acuerdo?

El gusanillo

KARL La frase «tienes que anular la adopción», me ha llegado muy hondo y está constantemente trabajando en mi interior. Es decir, tengo que concentrarme mucho en la situación de aquí para no pensar siempre en aquella frase.

HELLINGER Podrías deshacerte de ella muy fácilmente, ¿sabes cómo?

KARL Haciéndolo. Se ríe. En este punto aún me muevo entre los polos de «sí» y «no». En el lado del sí me afectó mucho cuando hablaste de hacer fluir nuevamente la energía en el caso de los dolores de espalda y de cabeza, y de los efectos de este inclinarse con respeto y de valorar a la otra persona. Pienso que el camino hacia el sí empieza valorando a ese hombre.

HELLINGER Muy bien. Has aprendido rápidamente. Aquí empieza.

Constelación: La madre amenazaba con matarse con los hijos

THEA Me llamo Thea, estoy casada, tengo cuatro hijos mayores que ya no viven en casa. En un principio trabajaba de profesora de religión y más tarde hice la formación de terapeuta familiar. La cuestión que quisiera trabajar: cuanto más tiempo pasa, más me acuerdo de mi hermano. En un principio pensaba que no podía tener tanta importancia, pero ahora me doy cuenta de que sí la tiene.

HELLINGER ¿Qué le pasa?

THEA Se suicidó hace veintitrés años.

HELLINGER ¿Qué edad tenía?

THEA Veintinueve.

HELLINGER ¿Cómo se suicidó?

THEA Se ahorcó.

HELLINGER ¿Y qué es lo malo?

THEA Noto que ya desde mi infancia me acompaña el sentimiento de que yo vivo a costa de él. Aún hoy me pasa; me pregunto por qué yo vivo y él tuvo que morir.

HELLINGER ¿Tuvo que morir?

THEA Pienso que para él parecía así.

HELLINGER ¿Hubo algún motivo para el suicidio?

THEA Sí que hubo un motivo, pero pienso que ésa no puede ser la única explicación.

HELLINGER ¿Cuál es el supuesto motivo?

THEA Mi hermano hizo el doctorado mientras ya trabajaba de profesor adjunto en la facultad. Había otro profesor adjunto que dijo que le haría la vida imposible de todas las maneras; mi hermano evitó eso.

HELLINGER Ese no puede ser el motivo.

THEA No, ya lo digo yo. Ése sería el motivo inmediato, el que tuviera la sensación de que alguien quería arruinarlo a toda costa y así él mismo puso un punto final.

HELLINGER Frecuentemente, los familiares viven el suicidio como una ofensa, comportándose como si tuvieran el derecho a sentirse ofendidos cuando una persona se decide de esta manera. Así, pues, un primer paso hacia una solución para ti sería que le dijeras: «Respeto tu decisión y siempre seguirás siendo mi hermano.»

THEA Este paso ya lo di hace aproximadamente diez años, pero a pesar de todo, no consigo encontrar la paz. Noto que aún hay algo más.

HELLINGER No lo has dado; de lo contrario, estarías tranquila.

THEA Creo que he llegado al punto de poder decir: «Acepto que tú solo hayas decidido sobre tu vida.»

HELLINGER No, no, no. Es algo totalmente diferente lo que tú dices y lo que dije yo. «Aceptar» expresa indulgencia y superioridad. Sin embargo, diciendo «respeto», el otro es grande. ¿Y qué ocurre con tus hijos? ¿Hay alguno que lo imita?

THEA El segundo.

HELLINGER Señal de que no está solucionado. ¿Ha intentado suicidarse ya? THEA No.

HELLINGER ¿Lo ha mencionado alguna vez?

THEA No.

HELLINGER ¿Qué hace que pueda preocuparte?

THEA No, no es así. No estoy preocupada. Pero es el que más se parece a él, también físicamente y en sus ideales.

HELLINGER Lo estás programando.

THEA Hm, me temo que sí.

HELLINGER Lo estás programando a través de lo que en él observas, lo que supuestamente observas. ¿A quién se lo tienes que entregar para que esté seguro?

THEA A su padre.

HELLINGER Exacto.

THEA Hace tiempo que quiero hacerlo, pero hasta ahora no funciona.

HELLINGER Entonces configuraremos tu familia actual. ¿Quiénes pertenecen a ella?

THEA Mi marido, nuestros cuatro hijos y yo.

HELLINGER ¿Tú o tu marido estuvisteis casados anteriormente o mantuvisteis una relación seria?

THEA No.

HELLINGER ¿Alguien más falta?

THEA Mi madre vive con nosotros, pero no sé qué papel juega ella.

HELLINGER ¿Desde cuándo vive con vosotros?

THEA Vive con nosotros desde que nuestro segundo hijo se fue de casa, hace aproximadamente seis años.

HELLINGER ¿Tu padre murió?

THEA Cayó en la guerra cuando yo tenía apenas cuatro años.

HELLINGER Tienes que cuidar a tu madre, está claro.

THEA Ése no es el problema.

HELLINGER ¿Tu padre murió cuando tú tenías...?

THEA Yo tenía apenas cuatro años. Lo vi por última vez cuando tenía tres años.

HELLINGER ¿Cómo murió?

THEA En Rusia, en Stalingrado.

HELLINGER Éste es el trasfondo para el suicidio de tu hermano: le siguió. ¿Qué edad tenía tu padre cuando murió?

THEA Treinta años. Mi hermano tenía casi treinta años; fue pocos días antes de cumplir los treinta.

HELLINGER Éste es el trasfondo.

THEA No lo entiendo.

HELLINGER Así es, simplemente. Los hijos lo hacen así. ¿Cómo reaccionó tu madre ante la muerte de tu padre?

THEA Con ideas de suicidio que también expresó ante nosotros, los hijos.

HELLINGER Esto refuerza aún más lo que sostengo. ¿Ella amaba a tu padre?

THEA Sí.

HELLINGER No estoy tan seguro. El que ama no reacciona con ideas de suicidio.

THEA Primeramente reaccionó con desesperación, y después nos dijo:

—Si perdemos la guerra, nos tiramos al río, matamos a toda la familia.

No sé si las amenazas de suicidio tenían que ver directamente con mi padre.

HELLINGER ¡Pero si son amenazas de asesinato!

THEA Amenazas de asesinato, sí.

HELLINGER Esto parece cada vez más inquietante. De acuerdo, configuremos tu familia.

Abreviaciones:

Mar marido

Muj mujer (= Thea)

1 primer hijo

2 segundo hijo

3 tercer hijo

4 cuarto hijo

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el marido?

MARIDO Muy extraño. Mi mujer no parece cercana, y mis hijos están aún más lejos. El contacto pasa a través de mi mujer, pero no hay ningún indicio de que este contacto deba realizarse verdaderamente, y los hijos que tengo enfrente están demasiado lejos para que pueda mantener un diálogo con ellos. HELLINGER ¿Cómo se encuentra el hijo mayor?

PRIMER HIJO Estoy realmente furioso. Estoy indignado; y cuando se colocó a mi madre aquí, entre mi padre y yo, esa sensación aun se intensificó. No soy parte de ellos y estoy enfadado.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el segundo hijo?

SEGUNDO HIJO Quiero apartarme de mi madre, al menos más que ahora.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el tercer hijo?

TERCER HIJO La primera sensación fue de inquietud y de amenaza. Mis dos hermanos mayores están muy lejos. Nuestra madre, para mí, está apartada. Noté que lo soportaba mejor si intentaba mantener la mente clara, sin meterme en esa sensación tan inquietante. Y cuando me giré hacia mi hermano menor pensé: «A éste lo tengo que cuidar, debo sacarlo de aquí.» Es decir, creo que lo tengo claro pero me preocupo por mi hermano menor; mi hermano mayor, allá atrás, no me inquieta, sólo está enfadado.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el cuarto hijo?

CUARTO HIJO Estoy frente a mi madre, pero noto que no hay ningún contacto. También mi padre está lejos de mí. Me siento un poco solo. El contacto más estrecho es con este hermano que se halla a mi lado. No me encuentro a gusto así.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la mujer?

MUJER No puedo mirar a los hombres. No tengo brazos, los siento tan pesados, y no puedo levantar la mirada. Tengo que mirar siempre al suelo.

Hellinger modifica la imagen de manera que la mujer mire hacia fuera y los hijos se encuentren enfrente del padre, por orden de edad.

HELLINGER ¿Qué ocurre con el marido?

MARIDO En el fondo, no echo en falta a la mujer. Me alegro de que los hijos estén aquí, alineados.

HELLINGER ¿Qué tal ahora el hijo mayor?

PRIMER HIJO Encuentro que para mí todo está en orden aquí. No echo en falta a la madre.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el segundo hijo?

SEGUNDO HIJO Bien, por mi parte. Aunque me gustaría tener contacto con la madre. Pero, por lo demás, está bien para mí.

TERCER HIJO Ya no me preocupa el hermano menor.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el más pequeño?

CUARTO HIJO Me encuentro mucho mejor aquí en este círculo. Recibo mucha fuerza y me siento arropado. Lo único que me parece una pena es que no esté aquí la madre.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la mujer?

MUJER Me encuentro mejor. Para mí está bien.

HELLINGER a Thea Naturalmente, esto no es ninguna solución buena, pero ésta es la situación. Ahora pondré a tu padre y a tu hermano.

Abreviaciones:

+PMuj padre de la mujer; murió en la guerra cuando ella tenía cuatro años

+HoMuj hermano de la mujer; se suicidó

HELLINGER ¿Qué tal así para la mujer?

MUJER Así está bien para mí, detrás del padre y del hermano.

HELLINGER Esa es la fidelidad. Ella sigue al padre y al hermano. La propia vida no tiene ninguna importancia para la fidelidad.

Al marido ¿Cómo se encuentra el marido en todo esto?

MARIDO Está bien así.

HELLINGER ¿Y su hermano?

HERMANO DE LA MUJER † Yo también lo siento así.

HELLINGER al grupo Aún intentaré una solución más sutil. Primero hay que considerar el caso extremo antes de poder pensar también en una alternativa más sutil. Pero muchas veces la solución más sutil no es más que un deseo vano, siendo la solución extrema la que al final se impone y actúa.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el marido así?

MARIDO Es una pena que los hijos ya no estén delante de mí.

HELLINGER ¿Qué tal la mujer?

MUJER Estoy atada a mi familia de origen. Quisiera apoyarme un poco en mi marido, pero no quiero mirar ni ver nada.

HELLINGER a Thea Ahora aún necesitamos a tu madre.

Hellinger introduce una representante de la madre, y la coloca de espaldas a la familia.

Abreviaciones:

MMuj madre de la mujer

HELLINGER ¿Cómo se encuentra su madre aquí?

MADRE DE LA MUJER No está mal.

HELLINGER ¿Qué ha cambiado para la mujer?

MUJER Es bueno que esté aquí. Así también puedo mirar un poco este círculo.

HELLINGER al grupo Es su madre la que tiene que marcharse. Ella ha perdido el derecho a la pertenencia.

HELLINGER ¿Qué tal el padre de la mujer?

PADRE DE LA MUJER † Desde que está mi mujer, todo me parece redondo y completo.

HELLINGER a Thea Ocupa tú misma tu lugar.

THEA una vez se encuentra en su lugar Con los hijos me va bien. ¿Y aquí, con el marido?

HELLINGER Al menos podrías dirigirle una mirada un poco más amable.

MARIDO Ha evitado todo contacto físico.

HELLINGER Aún necesita acostumbrarse. Érase una vez un esquimal que se fue de veraneo al Caribe. Después de quince días se acabó acostumbrando.

THEA Aún hay algo más que me llama la atención y no me deja tranquila: estoy entre mi marido y mi hermano.

HELLINGER Pues acércate más a tu marido, hasta que lo toques realmente. MARIDO Aún faltan tres centímetros más.

HELLINGER al grupo Sería un crimen gravísimo que ella fuera feliz con su marido, ya que traicionaría a su madre y se arrogaría el derecho de tener una felicidad mayor que la de ella. Ya veis el valor que requiere esta felicidad.

Las consecuencias de amenazas de asesinato y de crímenes en la familia

HELLINGER La persona que mata a otro miembro de su sistema, o quiere matarlo, pierde su derecho a la pertenencia.

ULLA ¿Por las amenazas de asesinato?

HELLINGER Sí. Por las amenazas de asesinato su madre perdió su derecho a la pertenencia.

ULLA ¿Aunque no lo cometiera?

HELLINGER Aunque no lo cometiera. Aquí estaba clarísimo. También en el caso de crímenes graves cometidos contra otras personas, ajenas al sistema, el criminal pierde el derecho de pertenencia en su sistema. Entre tales crímenes siempre cuenta el asesinato.

En un curso, un hombre contó que su padre había sido alcalde y que, al final de la guerra, se negó a entregar la ciudad. En consecuencia, murieron muchas personas más. Después de la guerra, este hombre fue condenado a muerte; él, sin embargo, se sentía inocente y su hijo lo consideraba un héroe. No obstante, cuando configuramos el sistema, se vio claramente que había perdido su derecho a la pertenencia. Así, lo hicimos salir de la sala, y todo el sistema quedó en paz. Tales situaciones existen. Sin embargo, hasta ahora no había visto ningún caso como el de la familia de Thea, en el que la madre tenía que abandonar el sistema por sus amenazas de asesinato.

A Thea De todos modos está clarísimo: tu madre ha perdido el derecho a la pertenencia. Eso, sin embargo, no tiene consecuencias en lo que a tus obligaciones con ella se refiere. Pero debes saber que el sistema está envenenado por el asesinato, o las amenazas de asesinato, lo cual tuvo consecuencias graves, por ejemplo, para tu hermano. Por este mismo motivo, también tus hijos tienen que salir de la esfera de tu sistema lastrado para pasar a la parte sana del sistema, esto significa que todos deben colocarse al lado del padre; allí están seguros.

ROBERT ¿Qué ocurre en caso de un aborto voluntario? ¿También sería un asesinato cometido dentro del sistema?

HELLINGER No. No tiene estas consecuencias. Sólo las tendría en condiciones muy especiales.

THEA Aún quisiera preguntar algo más. Mi madre —y esta idea me permitió vivir con todo esto— lo reparó cuando, al final de la guerra, quedamos atrapados entre los dos frentes en Alta Silesia. Ella se tiraba delante de nosotros para protegernos de las granadas con su propio cuerpo. Es decir, más tarde intentó muchas veces salvar nuestras vidas. Para mí, eso fue una especie de reparación.

HELLINGER Eso no puede anularlo. Es bueno lo que hizo, y debes valorarlo; pero no puede liquidar lo otro, como pudiste ver en la suerte de tu hermano. Frecuentemente tenemos la idea de que sería posible deshacer lo hecho, por ejemplo, a través de la expiación. Pero no es así. En un caso así hay que asumir la culpa. Así es. La culpa ya no puede anularse ni repararse. Pero con la fuerza de la culpa puede hacerse algo bueno o grande. Eso reconcilia. A pesar de todo, no liquida la culpa. Cuando una persona asume su culpa de esta manera, su actitud tiene mucha más grandeza que la que supone decir que todo está perdonado o reparado. ¿Cómo podría o debería una persona perdonar un hecho así? La culpa sigue existiendo y actúa como fuerza.

KARL Me asusté cuando antes dijiste que el suicidio de su hermano fue algo así como una repetición de la muerte del padre. No lo entendí.

HELLINGER Ahora lo interpreto de otra manera. La que en realidad hubiera tenido que suicidarse era la madre, y el hijo lo hizo por ella. Ésta es la dinámica de fondo.

A Thea ¿Es comprensible para ti?

THEA Sí.

CLAUDIA ¿Entonces el suicidio del hijo no tenía nada que ver con la muerte del padre, sino con las amenazas de asesinato de la madre?

HELLINGER Sí. Aunque también existe la otra dinámica, que una persona siga por lealtad al padre que ha muerto, aquí es más poderoso el otro modelo. Cuando algo más fuerte ocupa el primer plano, lo menos fuerte pierde importancia. Lo que sería importante en otros sistemas, aquí ya no lo es, porque este impacto eclipsa todo lo demás. En un caso así, esta cuestión se soluciona únicamente dejando de lado todo lo demás, al igual que hicimos aquí. Las amenazas de asesinato de la madre superan todo lo demás.

El miembro que ha perdido la pertenencia debe ser excluido

GEORG Dijiste que la madre de Thea había perdido su derecho a la pertenencia. Me interesaría saber cuándo se aplica esto y cómo hay que manejarlo.

HELLINGER Muchas veces, la única posibilidad de decidir cuándo se aplica esto es ver un caso concreto. El derecho a la pertenencia siempre se pierde cuando una persona mató o quiso matar a otra en el seno de la familia, o cuando cometió un crimen serio contra otros. En un caso así, la persona en cuestión debe marcharse o tiene que ser excluida. De lo contrario, otro miembro inocente del sistema será excluido.

«Excluir a una persona» significa, por ejemplo, que los hijos despidan a su padre o a su madre de sus corazones, con amor, dejando que se vayan con las víctimas.

Una vez, en un curso, hubo un participante de Irlanda cuyo abuelo había matado a su propio hermano en la Guerra de la Independencia. Pero en vez de ser excluido, se le consideraba un héroe. Así, pues, en su lugar había un nieto que vivía lejos de su país como uno que ya no pertenecía a la familia; además, estaba reñido con su hermano. En la Constelación de su familia hicimos salir de la sala al abuelo, e inmediatamente se hizo la paz entre los hermanos y en el sistema.

En otro curso tuve a la sobrina segunda de Hermann Göring, el responsable de los campos de concentración en el Tercer Reich. Cuando se configuró la Constelación de su sistema, el fantasma de ese hombre aún erraba por aquella familia. Aún conservaban una preciosa vajilla de plata con su nombre grabado. También en ese caso no hubo paz y tranquilidad en el sistema hasta que se le envió fuera y se le excluyó. También le aconsejé a la cliente que hiciera desaparecer la vajilla de plata, completamente. No debía ser vendida ni regalada, ni tampoco debían sacarle provecho de ninguna otra manera. Así lo hizo al cabo de un año.

GEORG ¿Y qué ocurre cuando una mujer engañó al marido, o el marido a la mujer, por ejemplo, casándose sin amor y sólo por razones económicas? ¿También pierden el derecho a la pertenencia?

HELLINGER A veces lo pierden en su familia actual, pero no en la familia de origen; allí es donde pueden volver.

Confiar en la imagen interior

FRANK ¿Me pregunto si en el presente caso no se podría partir también de la idea de que en la madre de Thea misma había una cólera asesina?

HELLINGER Lo que estás haciendo...

FRANK Aún no he terminado.

HELLINGER Pero basta para demostrar el efecto de tales preguntas, ya que lo cierto no puede cuestionarse impunemente. Yo lo vivo así: una persona dice algo, y en mi interior se forma una imagen del sistema. De repente veo dónde está la máxima energía. Ahora bien, si después dudo o hago una pregunta hipotética, la imagen desaparece. Toda pregunta que formulas respecto de la imagen, hace que la imagen desaparezca, restando fuerzas para la acción, tanto a ti como al otro. ¿Comprendes?

FRANK Bueno, es algo que conozco, pero en este caso simplemente tenía otra pregunta más. Yo mismo trabajo con asuntos de este tipo y me interesa saber si también podría verse así.

HELLINGER Es imposible comparar, porque esto aquí se puede ver. Cuando formulo una pregunta general, tan sólo me imagino la situación. Así falta el impacto de los hechos. Si tuvieras un caso concreto y lo presentaras, también podríamos tratarlo concretamente, y habría fuerza en ello. De esta manera, sin embargo, la pregunta no es más que hipotética y no tiene fuerza. La pregunta de cómo podría ser una montaña resulta superflua cuando la miras.

DAGMAR Aún tengo otra pregunta más. Antes se mencionó que la madre de Thea vivía con ella, y que su padre había muerto. ¿Cómo debe actuar ella ahora ante su madre?

HELLINGER Si respondo a esta pregunta, resto fuerzas a Thea; porque es una pregunta que se refiere a Thea, y ella ya ha comprendido de qué se trata. Si haces esta pregunta aunque en realidad sea suya, diriges la atención hacia ti en vez de dejar que se mantenga en Thea, y hacia el saber, en vez de hacia la acción.

DAGMAR Pero también forma parte de mi propia pregunta.

HELLINGER No. Te has apropiado de una pregunta ajena, y no tienes derecho a hacerlo. Cuando tengas una pregunta tuya, que se refiera a tu propio actuar, la responderé. Pero tiene que ser una pregunta concreta.

La responsabilidad del terapeuta en el trabajo con Constelaciones Familiares

HELLINGER Hay terapeutas que durante una Constelación Familiar les dicen a los participantes que busquen la solución por su propia cuenta, siguiendo su propia intuición. Sin embargo, de esta manera no la encuentran. La solución requiere el gran valor de mirar abiertamente la realidad, valor que, por regla general, sólo tiene el terapeuta, siempre que se mantenga independiente, conozca y afirme los órdenes que actúan en los sistemas, y se someta a ellos con respeto. Dejando que los participantes actúen por sí solos, éstos se comportan como si secretamente se hubieran puesto de acuerdo en mantener el problema. Por tanto, el terapeuta no debe actuar como si no viera lo que ve, ni ocultar sus conocimientos y experiencias detrás de frases formuladas en subjuntivo, ya que, de lo contrario, engaña a los participantes y forma parte de su complot. La persona que comprende los órdenes ve la solución. Tendrá que probar un poco para encontrarla con exactitud, pero, por regla general, lo esencial está claro inmediatamente.[*]

Al trabajar con Constelaciones Familiares, el terapeuta procede de manera puramente fenomenológica. Es decir, se expone a un contexto oscuro hasta que, de repente, le llegue la claridad. En cambio, si busca la solución a partir de un concepto determinado o de una asociación, no la encontrará nunca. Por medio de deducciones no encontrará nunca la solución, ya que ésta, en cada caso, ha de encontrarse de nuevo. Toda solución, por tanto, es siempre única e irrepetible. Al partir de la experiencia con otras constelaciones anteriores, al pensar que probablemente será de una o de otra manera, ya no estoy en contacto con la realidad que inmediatamente se halla ante mí. Por tanto es esto lo que cuenta: orientar el pensamiento hacia un modo de actuar, de percibir y de mirar radicalmente diferente. La única forma de lograrlo, sin embargo, será teniendo presentes y respetando a todos los implicados, sobre todo a la persona que lleva la carga. Al centrar mi mirada en esa persona encontraré la solución, ya que, de esta manera, tendré presente lo esencial.

El procedimiento en la configuración de la familia actual de Thea

KARL Aún estoy pensando en el trabajo con la Constelación de Thea. Conozco bastante bien a la familia de Thea y me di cuenta de que las personas que en la constelación actuaban como representantes, en parte se pronunciaban de manera totalmente distinta a lo que los propios miembros de la familia dirían sobre sus relaciones en la familia. Sin embargo, me impresionó que la imagen que después presentaste como variante más dura coincidiera muy claramente con mi percepción de la familia, aunque las personas aquí se hubieran expresado de manera distinta a nivel emocional. Es decir, lo que tú configuraste como imagen, desde mi punto de vista era acertado para esta familia. Desde entonces me pregunto cómo es que en tu imaginación y en tu trabajo no dependieras de los sentimientos expresados por los participantes.

HELLINGER No, no dependo de ellos. Noto si una persona está centrada y atenta al momento de expresar lo que siente o si hay algo que la distrae.

KARL Lo pude ver muy bien.

RAIMUND Siempre tuve la idea de que se trataba de encontrar cuanto antes la imagen final. Ahora veo que también los pasos intermedios tienen su importancia para la imagen final.

HELLINGER La imagen final se busca a través de varios pasos. Frecuentemente se señalan primero los extremos a los que el sistema tiende, para después buscar la solución mejor en varios pasos. De ahí resulta la imagen global. Sin embargo, es preciso acercarse a la meta con una cierta rapidez. Si la búsqueda resulta demasiado larga, la energía se pierde. A veces también se sabe en seguida lo que conviene. En un caso así, quizás baste con un solo paso, y todo estará hecho.

Confusión adoptada y sentimientos adoptados

JONAS Cuando en la Constelación de Thea representaba a su tercer hijo, me encontraba muy confuso, y en la pausa intenté averiguar qué había sido lo confuso. Pienso que había bastantes elementos que correspondían a mi propia familia. Lo confuso era que en un principio escuché dos veces con mucha atención para saber quién hacía el papel de quién, pero, a pesar de todo, tenía la imagen de que quien representaba a mi padre no era mi padre, sino el padre de mi madre. Ahora me pregunto qué tendrá que ver todo esto con mi familia, ya que mi madre también perdió a su padre muy pronto.

HELLINGER Yo interpretaría que tú sentías lo que ocurría en esa familia. Por tanto, no lo transfieras a tu familia, mejor trabájalo aparte. Pero es bueno que lo comuniques. Quizás exista este tipo de confusión en la relación de Thea con su marido, y nos acabas de dar un feedback importante.

LEO Yo tampoco he salido todavía de ese papel de suicida, del hermano en la Constelación de Thea, aunque noto que no tiene nada que ver con la persona que soy ahora.

HELLINGER Hay que retirarse muy conscientemente. Al participar en una Constelación Familiar, podemos percibir la rapidez con que una persona puede quedar involucrada en un sistema ajeno. ¡Cuánto más un niño que, día tras día, vive en un sistema así! ¡Con qué rapidez se verá involucrado en la dinámica y en los sentimientos de su familia! Por otra parte, también experimentamos cuán variables y poco fiables son nuestros sentimientos cuando, por ejemplo, en una Constelación, basta con dar un solo paso para hacerlos cambiar totalmente.

Al grupo ¿Podemos dar por acabado el tema?

HARTMUT No.

Amenazas de suicidio de la madre

HARTMUT Durante toda mi vida, dicho a grosso modo, estuve expuesto a las amenazas de suicidio del mundo femenino, ahora lo digo con ironía. Tras fracasar su matrimonio, mi madre me decía a mí, como hijo mayor:

—Tal día o tal otro me mataré.

Nunca lo hizo, pero a mí me impuso una carga terrible. Aún me acuerdo; era horrible. Empezó cuando yo tenía trece años.

HELLINGER ¿Cuál hubiera sido la solución? ¿Aún vive tu madre?

HARTMUT Sí.

HELLINGER ¿Aún lo dice hoy en día?

HARTMUT No, no. Ahora intenta alargar su propia vida y la de los demás.

HELLINGER ¿Cuál hubiera sido la respuesta adecuada en aquel entonces, la respuesta liberadora? Te la daré; para eso estoy. ¿Quieres oírla?

HARTMUT Claro que sí.

HELLINGER Hubiera sido: «Querida mamá, no te preocupes, en su momento ya lo haré por ti.»

Al grupo ¿Notáis el efecto? Después, ¿qué posibilidades de suicidarse hubiera tenido la madre? Y también él estaría libre. Aunque parezca extraño, el efecto es bueno. Aquí también usamos trucos, siempre que sean buenos.

HARTMUT Con mi primera mujer, es decir, con la madre de mis hijos, esto se repitió.

HELLINGER No quiero saberlo ahora.

Al grupo ¿Qué hace ahora?

WILHELM Perpetuar el problema.

HELLINGER al grupo Ya sabe la solución. Con su mujer podría hacer lo mismo que con su madre. Él, sin embargo, se mantiene en el problema.

JOHANN Pero ¿la frase sólo funciona si la formula como un truco, sin creer que al final tenga que hacer de veras lo que anuncia?

HELLINGER Si la dice así, únicamente puede decirla con un aire ambiguo, lo cual requiere mucha fuerza. Cualquiera podría decirlo en serio, pero de manera ambigua, de forma que el otro empiece a dudar, eso es un arte. Es un truco, pero exige que se tengan fuerzas. Imagínate que visita a su madre y se lo dice; le flaquearían las piernas.

JOHANN Lo que quiero decir es que podría ser que él, diciéndolo, piense que tenga que hacerlo realmente. Porque él no lo vive como algo ambiguo.

HELLINGER Mi sospecha es que él mismo habrá pensado seriamente que lo tenía que hacer. Esa frase, sin embargo, también lo salvaría a él.

GERTRUD A causa de la acústica no entendí la frase. ¿Podrías repetirla?

HELLINGER No. No repito este tipo de frases.

HARTMUT Ahora me siento amordazado, porque aún quería decir que la segunda...

HELLINGER No quiero saberlo ahora, ya lo percibes bien. Y no puedes obligarme. En todo caso tendrías que ganarme.

Al grupo Con relación al tema del suicidio, os contaré una historia. Es una de esas historias que nos conmueven. Al oírlas, parece que la muerte y la separación han quedado suspendidas, y así a algunos los alivia, como una copa de vino por la noche: después, duermen mejor. A la mañana siguiente, sin embargo, se levantan de nuevo y vuelven a su trabajo.

Otros, en cambio, una vez tomado el vino, permanecen echados y haría falta una persona que pudiera despertarlos. Ésta les cuenta la historia de manera un poco diferente, convirtiendo el veneno en antídoto, y así, quizás, se despierten de nuevo, libres del encanto.

El Final

Harold, un joven de veinte años que frecuentemente hacía ver que trataba a la muerte de tú a tú, extrañando así a los demás, le contó a un amigo sobre su gran amor: Maude, de ochenta años ya. Le contó cómo quería celebrar con ella su cumpleaños y también su compromiso, y cómo, en medio de la alegría, ella le confesó que había tomado un veneno y que a medianoche su vida habría acabado.

El amigo permaneció pensativo durante un momento; después le contó una historia:

«En un planeta diminuto vivía un hombrecito y, como allí era el único, se llamaba Príncipe, es decir, el Primero y el Mejor. Pero además de él había también una rosa. Antaño su olor había sido encantador, pero ahora parecía marchitarse a cada momento, y el Pequeño Príncipe —aún era un niño— no descansaba en su esfuerzo por mantenerla viva. Durante el día tenía que regarla y, por la noche, protegerla del frío. Pero cuando él necesitaba algo de ella —como ya había ocurrido antes, en otras ocasiones— ella le enseñaba sus espinas. Así, pues, no era de extrañar que con el tiempo él se cansara y decidiera marcharse.

Primeramente visitó algunos planetas cercanos. Eran diminutos como el suyo, y sus príncipes, casi tan extravagantes como él. Allí no le retenía nada.

Después llegó a la bella Tierra y encontró el camino a una rosaleda.

Debían de ser miles de rosas, cada cual más bella, y el aire estaba cargado de su dulce fragancia. Ni en sueños hubiera pensado que habría tantas rosas, ya que hasta entonces tan sólo conocía una; y quedó cautivado por su exuberancia y su suntuosidad.

Pero entre las rosas lo descubrió un zorro astuto. Fingía ser tímido, y al ver que podía engatusar al pequeño, le dijo:

—Quizás pienses que todas estas rosas son bellas, pero no son nada especial. Crecen solas y tan sólo requieren un poco de cuidado. Tu rosa, en cambio, allá lejos, ella sí es única, porque es exigente. ¡Vuelve con ella!

Al oír esas palabras, el Pequeño Príncipe se sintió desconcertado y triste, y tomó el camino que llevaba al desierto. Allí encontró a un piloto que había aterrizado por una avería, y pensó que quizás podría quedarse con él. Aquél, sin embargo, era un frívolo cuyo único interés consistía en divertirse. Así, el Principito le contó que volvería a casa con su rosa.

En cuanto se hizo de noche, sin embargo, se fue a hurtadillas a ver a una serpiente. Hizo como si quisiera pisarla y entonces ella le mordió. Él se sacudió un poco, pero después se quedó inmóvil. Así murió.

A la mañana siguiente, el piloto encontró su cadáver. “¡Qué pillo!”, pensó, y enterró los restos en la arena.»

Harold —así se supo más tarde— faltó al entierro de Maude. En lugar de ello —por primera vez en años— puso rosas en la tumba de su padre.

Quizás habría que añadir que a muchos que sienten un cariño especial por la historia de El Principito de Saint-Exupéry les gusta jugar, en su imaginación, con el suicidio, e incluso lo cometen a veces. Encuentran en esta historia una aureola que quita importancia a tal acto y que lo glorifica, como si se tratara de un juego de niños capaz de hacer realidad un sueño infantil. De esa manera, sueñan con que su anhelo y su esperanza sean más fuertes que la muerte y que ésta, quizás, suprima la separación en vez de sellarla. Pero se olvidan de un hecho: llamamos «inmortal» a lo que ya sabemos perdido y pasado.

A vida o muerte

LEO Aún estoy pensando que vengo de una familia en la que se dice que a partir de los treinta años la vida en sí ya no tiene gracia. Así me lo dijo mi madre por teléfono hace poco.

HELLINGER A veces es así en las familias cristianas: uno se muere con Jesús.

LEO Pero, a pesar de todo, no es fácil dejar que los padres se mueran así. Lo que aún quería decir esta mañana era que, hace poco, mi padre intentó coger el coche otra vez. Es muy tozudo y padece de un senilismo precoz, por lo que a veces no encuentra los interruptores, por ejemplo, para las luces. Así, le dije a mi madre, y quizás también éste fuera un comentario ambiguo:

—De acuerdo, entonces podremos enterrarlo entre Fulda y GieBen[†] cuando volvamos a hacer esa ruta la próxima vez.

Pero también hay algo de seriedad en todo eso. La situación es realmente nueva para mí. A veces realmente no sé si hacer una broma o retirarme y dejar que mis padres se las arreglen solos.

HELLINGER Cuando la muerte no tiene nada de terrible ni nada de serio, se la trata así. Así fue también esta mañana. Por eso te interrumpí en seguida. Hubo algo increíblemente destructivo en la manera en que hablaste de tus padres. Por regla general, considero en peligro de suicidio a las personas que hablan así. Por lo demás parecen alegres, muchas veces incluso simpáticas, pero a pesar de todo se nota que se mueven en otra dirección muy distinta; por debajo se desarrolla otra dinámica totalmente diferente. La forma en que se habla demuestra que algo terrible ocurre en ese sistema, y esta sensación aun se intensifica por lo que acabas de decir.

Ahora estás serio. ¿Ves la diferencia con esta mañana, lo serio, lo centrado que estás ahora?

Al grupo Es importante que el terapeuta no permita este evadirse a la ironía ante asuntos serios. Inmediatamente hace volver al grupo a la seriedad. Al fin y al cabo se trata de la vida y de la muerte.

LEO Pero no quería decirlo con ironía esta mañana. Se ríe al decirlo.

HELLINGER al grupo ¿Lo veis?, ya está otra vez. Acaba de demostrarlo nuevamente para que pudiéramos verlo. ¿Lo veis? Esto es, y es muy peligroso. Inmediatamente pienso que estas personas peligran, en el sentido de que traman algo, y es posible que ni siquiera sepan conscientemente de qué se trata. Se encuentran como impulsadas por una fuerza extraña.

A Leo Tampoco puedes contener la risa; te impulsa. En un caso así se va a las raíces. ¿Hubo algo especial en la familia de tus padres?

LEO El padre de mi madre era minero y murió muy pronto de silicosis.

HELLINGER En un caso así, cuando un hijo o una hija alcanza la edad del padre que murió joven, frecuentemente piensa que ya no tiene derecho a seguir viviendo, o quiere seguir al padre en la muerte. En el caso de tu madre, si los hijos perciben o sospechan algo así en ella, uno de los hijos querrá hacerlo en su lugar. Ese hijo se ríe al pensar en la muerte.

La tumba

UTE Estoy muy centrada en lo que dijiste durante la última media hora. Me encuentro muy agitada. Tiene algo que ver con la culpa y el suicidio, pero no puedo decirlo exactamente. También tiene algo que ver con ese inclinarme profundamente ante mi madre; hay algo que me retiene de hacerlo, pero no sé lo que es.

HELLINGER La reverencia te sacaría de la tumba. ¿Algo más?

UTE No puedo decirlo. Me entristece que me digas algo así. No sé hasta qué punto es cierto. No puedo decir nada al respecto, sólo que me entristece. Seguramente será porque tiene algo que ver con la muerte.

Rompe a llorar.

HELLINGER Para el momento lo dejaré así.

Constelación: Dos tíos abuelos expulsados y un tío despreciado

FRANK Soy Frank, y conozco a Bert desde hace bastante tiempo. Estoy divorciado y tengo dos hijos, de veintiuno y catorce años, con los que, afortunadamente, mantengo una buena relación. Vivo con Dagmar en una casa propia y, después de unos años tormentosos, hemos encontrado una relación mucho más pacífica. Como psicoterapeuta trabajo con un enfoque muy sistémico y, a veces, al trabajar con clientes, me doy cuenta de que algunas cosas me afectan tan intensamente a nivel emocional que sospecho que aún hay algo que hacer en ese punto. También aquí hubo algunas cosas que me afectaron muy intensamente. Primero, el destino de la hermana de Robert que no fue aceptada, y, después, la historia del supuesto criminal de guerra. Antes empecé a temblar tan fuertemente que no pude seguir escribiendo. Tengo que saber sin falta qué dinámica es ésta.

HELLINGER Entonces configúralo. Cuando hay tanta dinámica, hay que abordarlo en seguida.

FRANK ¿Me refiero a mi familia de origen?

HELLINGER Exacto. ¿Quiénes pertenecen a ella?

FRANK Mi padre, mi madre, mi hermana, yo (como segundo hermano), mi hermano menor y otra hermana más.

HELLINGER ¿Alguno de tus padres estuvo casado anteriormente, o comprometido, o mantuvo alguna relación seria?

FRANK No.

HELLINGER ¿Falta alguna otra persona?

FRANK Bueno, hubo personas en la familia que fueron expulsadas.

HELLINGER Empecemos con la familia nuclear. Después buscaremos si aún falta alguien más y lo integraremos.

Abreviaciones:

P padre

M madre

1 primera hija

2 segundo hijo (= Frank)

3 tercer hijo

4 cuarta hija

HELLINGER Cuando en una Constelación, como aquí, todos miran en una misma dirección, allá delante faltan algunas personas. ¿A quién miran? ¿Quién tendría que estar allí delante? ¿Hubo algo especial en la familia de tu madre?

FRANK El abuelo murió en la Primera Guerra Mundial cuando mi madre tenía doce años. Y después es importante que su hermano siempre fue la oveja negra.

HELLINGER ¿Qué quiere decir «oveja negra»?

FRANK En primer lugar, era homosexual; eso era grave. Además, se le consideraba totalmente incapaz; y eso también fue fatal en esa familia.

HELLINGER A éste lo incluiremos. ¿Qué más ocurrió en la familia de tu madre?

FRANK Dos de sus tíos fueron enviados a Estados Unidos por ser unos fracasados. Uno de ellos bebía y era considerado un fracasado, y el otro era una especie de veleta.

HELLINGER Estos son los dos que faltan. El hermano de la madre sólo los representa. Tenemos que colocarlos allí, delante de la familia. La importancia de estos tíos para la familia no resulta de su comportamiento, sino de su suerte. Que fueran enviados a Estados Unidos es lo decisivo aquí.

FRANK Por cierto, mi hermano también se marchó a Estados Unidos.

Hellinger introduce a los excluidos.

Abreviaciones:

HoM hermano de la madre

1TM primer tío de la madre

2TM segundo tío de la madre

HELLINGER ¿Qué ha cambiado para el padre?

PADRE Antes más bien miraba al vacío e iba flotando. Ahora hay tranquilidad, una especie de estabilidad, y ahora puedo quedarme aquí.

HELLINGER ¿Qué tal la madre?

MADRE Veo a los tres sólo con un ojo, pero quisiera mirarlos bien.

HELLINGER Ponte de manera que los veas.

MADRE Ahora está bien.

HELLINGER ¿Qué tal para la hija mayor?

PRIMERA HIJA Ha mejorado muchísimo. Antes estaba todo tan abierto aquí que podía entrar cualquier peligro, y me sentía como si la turba me hubiera puesto en la vanguardia, tenía que estar en primera fila. Ahora mi simpatía se dirige a mis tíos, allá delante; con ellos me encuentro bien.

HELLINGER al representante de Frank ¿Qué tal para el segundo hijo?

SEGUNDO HIJO Aún no sé qué pensar de todo esto, si sentirme atraído o intimidado.

HELLINGER ¿Cuál es el sentimiento? ¿Qué ha cambiado?

SEGUNDO HIJO Me centra más.

HELLINGER ¿Cuál es el sentimiento? ¿Mejor o peor?

SEGUNDO HIJO Mejor.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra el hermano menor que quería irse a Estados Unidos?

TERCER HIJO Pues, antes no me encontraba muy bien. No notaba nada de éstos aquí detrás. No me sentía vinculado.

HELLINGER A ti te enviaremos a Estados Unidos en seguida.

TERCER HIJO Lo hago en seguida. En el momento en que estos tres estuvieron aquí, yo tuve claro que debía ir con ellos.

FRANK Además, mi hermano constantemente está visitando familiares e insiste en que yo también vaya.

Hellinger coloca al hermano menor al lado del grupo de los excluidos.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la hermana menor?

CUARTA HIJA Estoy contenta de que al menos haya alguien allí delante. Antes lo encontraba horrible porque no tenía ningún contacto hacia atrás, con la familia. Me sentía bastante perdida. Estoy contenta de que ahora haya unas cuantas personas aquí delante. Me siento un poco en medio, pero se aguanta.

HELLINGER Éste es sólo el punto de partida; a partir de aquí seguiremos trabajando.

A Frank ¿Hay algo especial en la familia del padre?

FRANK Mi padre fue nacionalsocialista y nunca supe exactamente lo que hizo. Pero debió de tener un cargo importante, porque no lo llamaron a filas.

HELLINGER ¿Fue internado después de la guerra?

FRANK Fue internado, y durante años estaba furioso e indignado por la injusticia que se cometió con él y con Alemania.

HELLINGER Ahora configuraré el orden de manera que los excluidos sigan visibles para la madre, pero, al mismo tiempo, desaparezcan del campo visual de los hijos.

HELLINGER ¿Cómo se encuentra la madre?

MADRE Aquí, al lado de mi marido, me encuentro bien.

HELLINGER ¿Qué tal el padre?

PADRE Mucho mejor que antes.

HELLINGER ¿Qué tal los hijos?

TODOS Bien.

HELLINGER a Frank ¿Quieres ocupar tu lugar? ¿Qué tal te encuentras aquí?

FRANK Es una buena sensación.

HELLINGER Este es el orden. Y los excluidos son reconocidos aunque no estén a la vista.

FRANK Lo que no me gusta en absoluto es que mi tío homosexual se encuentre al lado de los otros hombres excluidos, y que los tres estén juntos.

HELLINGER Entre otras razones, una persona se convierte en homosexual cuando tiene que representar a otros miembros excluidos, considerados malos. Éste es un caso típico. Es un destino duro, y tú no puedes intervenir aquí.

FRANK Sí. Quizás sería también bueno que tuviéramos la mirada abierta al futuro.

HELLINGER ¿Quieres que te enseñe cómo se mira hacia el futuro? Los cuatro hijos se dan la vuelta; así tienen a sus padres a sus espaldas. Los padres permanecen allí y los hijos pueden ir hacia delante. Éste es el futuro. Pero aún pueden mirar a sus padres durante un tiempo.

HELLINGER De acuerdo, ya está. Pero apúntate la Constelación; a veces resulta muy útil.

¿Quién pertenece al sistema familiar?

HELLINGER ¿Qué personas pertenecen al sistema familiar? ¿Por quién hay que preguntar al momento de configurar la Constelación de una familia?

En este contexto, la palabra «sistema» se refiere a una comunidad de personas unidas por el destino a través de generaciones, cuyos miembros, de manera inconsciente, pueden verse involucrados en el destino de otros miembros. El alcance de este sistema se define por el alcance de los destinos causantes de implicaciones. Por regla general, éstas son las personas que forman parte de esta comunidad: