Theola hubiera hecho cualquier cosa por salir de Inglaterra, pero la fuga estaba resultando mucho más limitante que su cárcel anterior.

Siempre había sido una cenicienta; la prima pobre que atendía a la joven y elegante lady Catherine Borune.

Ahora Lady Catherine había abandonado Inglaterra y navegaba por el mar Adriático para casarse con el Rey de Kavonia. ¡Y Theola la acompañaba! ¡Por fin estaba libre!

Pero al llegar a Kavonia, su sensación de libertad se esfumó. El pequeño reino se encontraba sitiado y el monarca había sido destronado por su pueblo.

Y antes que hubiera podido desempacar las maletas de Lady Catherine, Theola se sorprendió en un palacio desierto, vigilada por el hombre joven y fiero que había dirigido la revolución.