Notas
[1] Los de la entendensa del bé (comprensión del bien) eran, en la jerga de los cataros occitanos, los miembros de su Iglesia. <<
[2] «Padre santo, Dios justiciero de los buenos espíritus, tú que jamás te engañaste, ni mentiste, ni te equivocaste, ni dudaste, por el temor de que nosotros muriéramos en el mundo del Dios extraño —puesto que no somos de este mundo y este mundo no es el nuestro—, danos a conocer lo que tú conoces, a amar lo que tú amas». <<