3. Familia, profesorado y escuela ante las Altas Capacidades

Hijos e hijas con altas capacidades

Como ha quedado demostrado en capítulos anteriores, los padres y madres reaccionan de muy diferentes maneras ante un hijo con altas capacidades. Pueden afrontar la evidencia, de forma negativa o positiva:

Negativa:

— Como una fuente de problemas.

— Negando sus capacidades.

— Dejando toda la responsabilidad a la escuela.

— No sintiéndose implicados en la educación de sus hijos.

— Tratándolos con rigidez.

— Ejerciendo fuerte presión sobre ellos.

Positiva:

— Respetando las aficiones de sus hijos.

— Escuchándoles siempre, aunque no compartan su criterio.

— No descargando en ellos las preocupaciones de los adultos.

— Poniendo los recursos necesarios y adecuados para que sean felices.

— Relacionándose con otros padres y madres de niños/as con Altas Capacidades.

Primeras señales de Altas Capacidades en el ámbito familiar

Como bien señala Berché (2003) los padres, cuando los hijos están en el período 0-5 años, son los primeros en detectar esta precocidad en el niño o la niña.

En el entorno:

— Responde muy pronto a estímulos visuales y auditivos.

— Se muestra expresivo y abierto con el adulto.

— Está alerta a cualquier señal, ruido o movimiento.

En su capacidad comunicativa:

— A los seis meses dice las primeras palabras.

— A los doce meses las primeras frases y al año mantiene una conversación.

— Comienza a hablar usando un vocabulario rico y variado.

En su desarrollo psicomotriz:

— Gatea y camina antes de lo normal.

— Tiene buena motricidad fina, maneja bien el lápiz, los punzones, etc.

En el aprendizaje:

— A los tres años pregunta el significado de las palabras que le son desconocidas.

— Desde muy pequeño identifica los colores.

— Memoriza muy pronto poesías, canciones, cuentos…

— Quiere bañarse y vestirse solo, desde muy temprana edad.

— Muestra interés por todo, haciendo muchas preguntas.

— Resuelve puzles de 10 piezas antes de los tres años.

En la socialización:

— Ante situaciones cómicas se ríe, antes del año.

— Llama la atención de otros niños.

— Es sociable con todo el mundo.

En el pensamiento:

— Plantea muy pronto el problema de los límites.

— Pregunta prematuramente sobre el nacimiento, la muerte, el mundo, el alma, Dios, el cielo, el hambre, el tiempo…, o cosas que le pueden provocar miedos y preocupaciones.

Alteraciones más frecuentes que manifiestan estos niños

Los niños con altas capacidades presentan con frecuencia distintas alteraciones, aunque varían según cada persona. Indicamos a continuación algunas de ellas.

Trastornos del sueño

Las familias explican que duermen pocas horas, de modo que si se les dejara no irían a dormir. Aunque duerman poco, algunos, se despiertan muy temprano y siempre están muy activos; a otros les cuesta levantarse. No se les debe permitir dormir menos de ocho horas.

Son posibles causas la excesiva energía creativa o imaginación desbordada.

Es el momento del despertar de la imaginación y también de los miedos. Los niños/as con altas capacidades, que en muchas ocasiones ven frenada su capacidad creativa durante las horas escolares, encuentran por la noche, el momento idóneo para desenvolver esta capacidad, lo que les conduce a descansar mal y si no tienen esta acción reparadora del sueño, se levantan cansados o les cuesta levantarse. Les gusta mucho leer y dedican parte de la noche a esta actividad o bien en realizar otras cosas que les gustan porque lo que les ofrece la escuela (rutina, monotonía…) no les motiva.

Retraso en los aprendizajes psicomotrices

Dada la característica general de estos niños, lo primero que deberían practicar es un deporte individual (natación, atletismo, golf, tenis…) ya que en estos deportes el único competidor es él mismo. Como segunda opción serian los deportes en equipo (básquet, fútbol, balonmano…) controlando que sean satisfactorios para ellos/as, porque suelen ser poco habilidosos y los compañeros/as no confían en ellos/as.

Alteraciones de la conducta

A la hora de levantarse, comer, vestirse suelen presentar problemas en casa. Pueden mostrar conductas obsesivas, dedicando mucho tiempo y esfuerzo a lo que realmente les interesa.

Tienen miedos fundados. Debido a su capacidad intelectual, pueden acceder a informaciones de alto nivel, pero emocionalmente no son capaces de procesarlas y, si añadimos una gran imaginación, es comprensible que tengan miedo.

A veces se aburren en su tiempo libre y hay que ofrecerles actividades extraescolares, pero sin saturarlos.

Algunas orientaciones para el ámbito familiar

Desarrollar en ellos y ellas una correcta autoestima

— Aceptarlos tal como son. Evitar poner etiquetas de superdotados, talentosos, genios… tener en cuenta que son niños y tienen unas características compartidas con los demás que no pueden ser ignoradas.

— No interrumpir su concentración, su intimidad, y ser flexibles y respetuosos con sus trabajos.

— Fomentar su autonomía para que sepan encontrar sus propias respuestas. Es preciso enseñarles, que se aprende de los propios errores.

— Hay que evitar el menosprecio, los comentarios despectivos y las comparaciones con los demás porque generan una baja autoestima.

— Fomentar en ellos el sentido del humor y darles pautas para evitar la vanidad, el orgullo y el desprecio hacia sus compañeros.

— Escuchar con empatía a los hijos. Los padres deben ponerse en su lugar para entenderlos mejor. No eludir nunca sus preguntas, ni manifestar curiosidad hacia ellos, cuando son mayores, para que no se sientan controlados.

— No criticar su curiosidad ni insistencia en sus preguntas, mejor felicitarles por su interés.

Desarrollar la afectividad emocional

— Participar de sus inquietudes y compartirlas, animándoles a resolver sus problemas sin miedo al fracaso.

— Darles el mismo trato que a los demás hermanos, procurando que se sientan queridos. El afecto es fundamental para su desarrollo normal.

— Todos los sentimientos y deseos son aceptables, pero no todas las conductas. El papel de los padres es poner límites claros y explicar las consecuencias de traspasar estos límites. Se tiene que juzgar siempre la conducta, nunca la persona.

— Dejar que los hijos expresen libremente sus sentimientos para poder comprender sus emociones. A veces las expresan de forma indirecta, comiendo en exceso, dolores de cabeza, enuresis, inapetencia…

— Los padres deben ayudar a los hijos a reconocer sus emociones y a ponerles nombre (tristeza, cólera, envidia…), de tal manera que identifiquen sus sentimientos y sean sensibles a las emociones de los demás. Cuando los padres están muy enfadados no pueden dialogar ni escuchar al hijo, es mejor dejar la conversación para otro momento.

— Ante una conducta disruptiva, darle opciones positivas (reparación). Ponerse a su nivel, relajarse, mirarle a los ojos para que así se sienta comprendido. Se ha de crear un ambiente de seguridad, a fin de que pueda vencer el miedo a expresarse y a ser rechazado.

— Para desarrollar la conciencia emocional es necesario el silencio y la soledad para poder reflexionar. De la misma manera que el padre controla sus emociones, los hijos aprenderan a controlar las propias. Si los padres las niegan, no podrán ofrecer a sus hijos ningún modelo para dirigir y controlar las suyas.

— Es posible que los hijos expresen de forma indirecta sus emociones, hay que estar alerta ante, la desgana, las pesadillas, dolores de cabeza, enuresis, etc.

— Se debe perdonar y pedir perdón; no mentir al hijo y comprender las causas de sus mentiras (puede ser por miedo, angustia, introversión…).

Favorecer la integración social

— Ayudarles a ser reflexivos, sencillos, comprensivos con las limitaciones de los demás, dándoles la oportunidad de relacionarse y convivir con todo tipo de alumnado.

— Enseñar y ayudar a los hijos a ser tolerantes con las diferencias de opinión.

— Potenciar actividades variadas, en el tiempo libre, para evitar el aburrimiento.

— Potenciar una actitud cooperadora, solidaria y procurar que forme parte de algún grupo en el que haya de aportar algo y del que pueda recibir afecto, estímulo y amistad.

— Facilitar las interacciones con otros compañeros, familiares y adultos, evitando el individualismo, el aislamiento, encerrarse en sí mismo… y el autoritarismo.

— En el caso de que se convierta en líder, aprovecharlo para que sea un líder positivo, estando al servicio de los demás.

— Partiendo de los deportes en equipo, enseñarles a valorar los éxitos y aceptar los fracasos.

— Conviene controlar los móviles, internet, videos, TV…

— Participar en algún campus de verano junto con otros compañeros de altas capacidades con programas pensados para ellos, como por ejemplo: razonamiento e imaginación, investigación científica, taller de habilidades, idiomas, liderazgo…

Potenciar la motivación

— Procurar que profundice en aquellos temas que les motivan.

— Tratar de establecer una organización y disciplina de trabajo teniendo en cuenta las preferencias de los hijos.

— Estimularlo con elogios, que deberán ser entusiastas, moderados, realistas e intermitentes. Apoyarles en el progreso de sus objetivos (autocompetividad) y evitar competir con los demás.

— Animarles a encontrar soluciones y aceptar nuevos retos. Evitar caer en los extremos, no forzar ni frenar su desarrollo.

Respetar la creatividad

— Valorar todo lo que es positivo en vez de resaltar y criticar lo negativo.

— No conviene darles pautas demasiado concretas y rígidas para resolver o buscar soluciones. Dejar que encuentren una o más soluciones al problema.

— Participar en los sueños y fantasías de los hijos, esto facilitará la empatía. Proporcionar alternativas y respetar sus deseos.

— Dejar que pongan en práctica sus ideas, siempre que sea posible.

— Ante una respuesta inesperada, acogerla y pedir que la expliquen.

— Potenciar, apoyar y proteger sus proyectos creativos, ayudándoles y animándoles a llevarlos a la práctica y a elaborarlos de nuevo con libertad de pensamiento.

Adolescentes conflictivos.

— Conviene identificar los motivos de conductas disruptivas.

— A veces muestran deseos de llamar la atención del adulto o del grupo y así obtener muestras de aceptación. Las manifestaciones pueden ser: inestabilidad, desorden, timidez, ansiedad, desconcentración, etc.

— Deseo de manifestar su poder desafiando al adulto. Cuando éste quiere dominar la situación, refuerza la conducta disruptiva y si es un adolescente aún más. Las manifestaciones pueden ser: desobediencia, malestar, rabietas, terquedad…

— Deseos de mostrar una incapacidad real o fingida, para mantener su prestigio ante sus compañeros. Manifiesta: apatía, indiferencia, pasividad, inercia, despistes…

Altas capacidades e Internet

Los alumnos con altas capacidades (Collell y Escudé, 2008) tienden a utilizar mucho las nuevas tecnologías. Los padres deberían involucrarse, aprendiendo a usarlas y así saber qué hacen sus hijos, cuando están conectados a la red, y conocer los posibles riesgos a los que se enfrentan:

— Enseñarles a conocer y a ignorar el correo-basura y a no abrir archivos de los que no se conoce su procedencia.

— Hablar con los adolescentes sobre lo que ven navegando por Internet, qué páginas visitan, con quienes se comunican y sobre qué tema.

— Mentalizarles sobre la importancia de no dar sus datos personales a la gente que sólo han conocido en los chats Messenger, no enviar fotos personales, ni siquiera de amigos, a un desconocido. Conviene dialogar mucho sobre los peligros de Internet. Si su hijo se muestra deprimido, triste o enfadado después de una sesión de Internet o bien observa que disminuye el contacto con sus amigos, que evita ir a la escuela, puede ser el indicador de que tiene algún problema. Hay que averiguar lo que le pasa sin demora.

— Conviene explicarles que el uso de Internet se ha de regir por unas normas mínimas de comportamiento y respeto hacia los demás.

— Fomentar el uso responsable de la red, para contribuir a cambiar la sociedad de la información por la del conocimiento.

— Mantener el ordenador en una habitación común a toda la familia, esto facilitará a los padres establecer cierto control. Navegar con sus hijos puede ser una buena estrategia, en las primeras edades.

Conclusiones

Se constata ya desde la infancia que los superdotados desarrollan unas habilidades inusuales para su edad, que sirven de pista a los padres. Si se les identifica a tiempo, y se les da la atención adecuada podrán potenciarles plenamente a la edad adulta, pero en caso contrario, su desarrollo intelectual se verá frenado y el paso siguiente será el fracaso escolar. En consecuencia podemos afirmar que:

✓ Las experiencias y vivencias, durante la infancia, influyen positiva o negativamente en la vida adulta.

✓ Un niño superdotado puede ser un óptimo estudiante en la escuela primaria, pero puede acabar fracasando en su carrera académica, si no se atienden sus necesidades. Se puede encontrar dentro del colectivo de altas capacidades, tanta variación de personalidad y sociabilidad, como en el resto de la población.

✓ De su familia y de la escuela depende, el que pueda llegar a la plenitud de su madurez y ser productivo en todos los niveles: social, personal, y laboralmente. Estos alumnos, a veces, pueden esconder sus talentos e incluso llegar a suspender, con tal de poder tener amigos. También manifiestan conductas disruptivas.

✓ Tienden a mentir, fruto de su imaginación y su creatividad. Para evitar crearles un problema de autoimagen, conviene no exigirles ser los mejores en todo. Eludir presionarles para que cumplan las expectativas que la familia se ha forjado sobre ellos.

✓ Necesitan de un diálogo sincero, en un marco de comprensión y seguridad, para evitar que se encierren sobre sí mismos, si no encuentran respuestas a sus preguntas.

✓ El resentimiento y la hostilidad de sus compañeros, su baja tolerancia a la frustración, el ser perfeccionistas, su extrema sensibilidad…, son actitudes que indican que algo les ocurre; se sienten diferentes de los otros, pero no saben el porqué. Es muy importante que observen que los demás les dedican su tiempo, que creen en sus ideales, que les dejan desarrollar su imaginación y sus producciones y les ofrecen seguridad.

✓ Tienen tendencia al aislamiento y a la soledad, son muy sensibles y tienen un fuerte sentimiento de justicia, de intolerancia hacia los demás, a veces se muestran muy sencillos y tienen una baja tolerancia a la frustración.

✓ Los padres deben ser los que dirijan a sus hijos. Ante un hijo/a superdotado/a a veces se producen conflictos entre los hermanos, por la baja autoestima de éstos.

Alumnos con altas capacidades

Es posible que los maestros no sean conscientes de que los alumnos con altas capacidades se aburren, se desmotivan, tienen sensación de fracaso y aún menos de que esto repercute en sus resultados académicos e incluso en conductas irregulares, por insatisfacción escolar. Les pueden faltar hábitos de estudio. Son alumnos que no aceptan las rutinas, ni las tareas repetitivas. Aprenden y se organizan de manera diferente a la de los demás alumnos.

Primeras señales de altas capacidades en la escuela

Desde la primera infancia, en el período 0-5 años, el niño o la niña presenta signos que pueden ayudar a detectar posibles altas capacidades.

Comunicación:

— Mantiene una conversación fluida.

— Explica sus sentimientos y pensamientos de manera clara y precisa.

— Sabe describir objetos, personas, animales…

— Explica los cuentos ordenadamente.

Aprendizaje:

— Aprende a leer rápidamente a partir de los tres o cuatro años.

— Tiene buena memoria y un alto nivel de atención.

— Asimila el cálculo mental con rapidez.

— Tiene interés en aprender cosas nuevas.

— Dibuja la figura humana con muchos detalles a los tres o cuatro años.

Socialización y personalidad:

— Le gusta la tranquilidad y evita las situaciones conflictivas.

— Se muestra inconformista debido a su nivel intelectual.

— Coopera con los maestros y ayuda a sus compañeros.

— Está muy atento a todo lo que sucede a su alrededor.

— Puede manifestar conductas antisociales.

— A veces se muestra muy tozudo.

— Puede ser un líder en clase.

— Muestra un carácter abierto con los compañeros, pero en el patio busca la compañía del adulto o de niños mayores.

Creatividad:

— Es original en sus trabajos y en sus ideas.

— Se divierte investigando, descubriendo o experimentando.

— Muestra una gran riqueza y personalidad en sus dibujos y cuentos inventados.

— Ante una dificultad, prueba todas las alternativas para buscar una solución.

— Manipula con facilidad juegos de construcciones realizando construcciones sorprendentes.

— Tiene mucha inventiva, que aplica con éxito en juegos y cuentos. Es conveniente darle actividades abiertas, no cerradas.

Alteraciones más frecuentes que manifiestan estos alumnos/as

Retraso en el aprendizaje psicomotriz

A estos alumnos lo que más les gusta es aprender. De pequeños muestran mucho interés por las letras, los números, el significado de las cosas, y escuchan atentamente a los adultos. Suelen preferir las actividades intelectuales, como mirar cuentos o leer, que sencillamente correr y saltar. No realizan ningún entrenamiento y son poco hábiles.

Trastornos de lateralidad

El cerebro se halla diferenciado en dos hemisferios, el derecho, que es predominantemente intelectual y el izquierdo que es motriz. En casi todas las personas domina la función eminentemente motriz del hemisferio izquierdo. Son mayoritariamente diestros. En muchos de los superdotados, el hemisferio derecho ejerce cierta dominancia sobre la parte motriz que es la izquierda. Hay un alto porcentaje de superdotados que son zurdos. Los que tienen una lateralidad bien definida, a la derecha o a la izquierda, no suelen presentar problemas. Los zurdos van a tener más dificultades, ya que la sociedad está pensada para los diestros. Hay más problemas cuando la lateralidad no está bien definida, es decir, cruzada por ejemplo: zurdos de mano y dominancia diestra de ojo.

Dificultades en el trazo y problemas de ortografía

Frecuentemente observamos la mala calidad de la escritura en estos alumnos, que puede ser causada por la disincronía entre la superioridad del aprendizaje y una normal e incluso inferior capacidad motriz. Hay un déficit entre la velocidad en la escritura respeto a su nivel superior de aprendizaje. Suelen ser muy perfeccionistas, y tienen baja tolerancia a la frustración, al ver que su trazo no es muy correcto, presentan cierto nivel de ansiedad.

Los alumnos con altas capacidades poseen mucha información, y cuando tienen que hacer una redacción o un examen, y piensan que no van a tener tiempo de explicarlo todo, entonces sus manos se ponen tensas, porque quieren ir más rápido de lo posible, y hacen mala letra, luego se frustran pues no pueden acabar de poner todo lo que saben por falta de tiempo. Por ello, a medida que van creciendo dejan los acentos, escriben frases incompletas y su trazo empeora. Conviene rebajar su nivel de ansiedad, dejándoles más tiempo para escribir, potenciar su psicomotricidad fina, como la grafomotricidad, y en algún caso puntual permitirles escribir en el ordenador.

Hábitos de estudio

Estos alumnos consideran los deberes como una actividad bastante inútil. El hecho de repetir los ejercicios, los desmotiva y como consecuencia no quieren hacer deberes, se olvidan de los libros… y por consiguiente no desarrollan hábitos de estudio adecuados. Los padres se quejan de que en casa no hacen nada, los maestros consideran que responden bien en la clase, pero sería necesario mejorar la presentación de los trabajos, la letra, etc.

La falta de hábitos de estudio, la desmotivación, el aburrimiento por unos estudios que no satisfacen sus intereses, les produce la sensación de que no sirven para estudiar una carrera. Al ir haciéndose mayores, se les añaden, los problemas emocionales, de ahí que su rendimiento académico, pueda disminuir. Un alumno con buena inteligencia pero sin esfuerzo no rinde. Necesita motivación para el trabajo, y poner esfuerzo e ilusión para aprender.

Problemas sociales o de relación

Los intereses de estos alumnos suelen ser diferentes o superiores a los de su misma edad. Si el área de interés, es muy concreta, tienen necesidad de comentarla, con sus compañeros, a cualquier hora y en cualquier lugar. Los niños no les entienden, les consideran «pesados», no los eligen para jugar o no les invitan a sus fiestas; pero les buscan, para realizar los trabajos de clase o los deberes que les resultan complicados. Ellos se dan cuenta, porque tienen mucha sensibilidad, y se separan del grupo, se aíslan, porque se sienten incomprendidos o rechazados.

Algunos tienen dificultades de relación y adaptación en su propio ambiente debido a su superioridad intelectual. Puesto que sus intereses y motivaciones no coinciden con los de los demás compañeros; éstos los ven raros y los marginan o los atacan, diciéndoles «empollón» o «sabelotodo». Ante esta situación, algunos han llegado a suspender a propósito, escondiendo su talento, para no sobresalir de sus compañeros.

Problemas psicológicos

El no tener el reconocimiento y aceptación social de sus capacidades específicas, les ocasiona sufrimiento, insatisfacción, bajo nivel de autoestima, intolerancia, fracaso, aislamiento, introversión, etc. Como despiertan envidias, rivalidad, enfrentamientos, se les etiqueta de orgullosos, cuando normalmente no lo son.

Tienen sentimientos de incomprensión, inadecuación, aislamiento social, o bien llaman la atención haciendo payasadas o rebajando su nivel cognitivo, rindiendo por debajo de sus capacidades. Son bastante inconformistas y muy resistentes a la autoridad. Tienen dificultades en aceptar las críticas y son muy competitivos.

Poseen un profundo interés sobre la moralidad y la justicia. Son autocríticos, así como perfeccionistas internos.

Algunos sufren trastornos psicológicos, e incluso depresión… por aburrimiento, inadaptación escolar, baja autoestima, poca tolerancia a las frustraciones y fracaso escolar (actitud negativa hacia la escuela). Poseen más diversidad de sensibilidades, comparados con las de los alumnos de su misma edad. Son muy idealistas. Se sienten diferentes, no saben porqué y esto les provoca sufrimiento y ansiedad.

Consecuencias pedagógicas

Debido a la fuerte dedicación que suelen canalizar sobre sus áreas de interés, dejan de lado las otras materias. Por eso en el momento de diseñar un programa individual, hay que respetar estas áreas de interés, sin dejar de motivarles para que trabajen, también las demás áreas, porque se corre el riesgo de dejar lagunas en los contenidos curriculares básicos. También conviene obtener la aceptación del alumno, junto con la aprobación de los padres.

Los alumnos con altas habilidades, en todas las materias, y con múltiples intereses, tendrán más dificultades en el momento de la elección de una carrera o profesión que otros.

Algunas orientaciones

Los profesores deben tener una actitud positiva, ser flexibles en su metodología y en la elaboración de sus programaciones ante un alumno o alumna con altas capacidades, evitando el etiquetarlo como niño «problema». Su rendimiento académico empeora, ante esta actitud.

Las enseñanzas de las áreas deben ser profundas y extensas. En su metodología deben emplear explicaciones más creativas, porque así se incentiva su interés en producir más que en reproducir.

Conviene tener presente que, las conductas disruptivas, no son atribuibles exclusivamente al alumno, sino que suelen ser el producto de una interacción entre éstos y su entorno.

La tarea docente debe desarrollar el razonamiento, el criterio propio y el juicio positivo. Es necesario escuchar siempre (reclamaciones, peticiones, confidencias) hacerles reflexionar sobre el comportamiento y animarles. Proporcionar libertad, pero dentro de un orden; sinceridad, dentro de un respeto; entusiasmo dentro de la tranquilidad.

Cada docente deberá revisar sus propias actitudes:

De impaciencia: ser impulsivo, nervioso, descontrolado o agresivo, resulta altamente negativo para todos los alumnos.

De excesiva benevolencia: ahoga toda disciplina y orden de la clase.

Equilibrada: se exterioriza por el hecho de preocuparse por el alumno/a como persona, no como un numero de la lista, ni tampoco como un simple receptor de contenidos.

Reflexiva: antes de actuar pensar el cómo y el porqué, se ha producido el hecho, la situación de la conducta.

Dinámica: capacidad para controlar diversas actividades o situaciones al mismo tiempo. Recordar siempre que antes de amenazar, conviene ofrecer alternativas.

Innovadora: capacidad para recrear, inventar y estimular, para huir de la monotonía y del aburrimiento.

Conclusiones

Se ha constatado que desde la infancia, los superdotados, desarrollan unas habilidades inusuales para su edad, que en cierta manera sirven, de pista para los profesores. Si se les identifica a tiempo y se les presta atención adecuada, podrán ser potenciadas plenamente más tarde. En caso contrario su progreso intelectual, se verá frenado y puede acabar en fracaso escolar. Por consiguiente se puede afirmar que:

✓ El tener gran capacidad de liderazgo o bien quedar aislados de sus compañeros determinará su futuro social. Se debe procurar que se relacionen con sus compañeros y no sólo con el tutor o con los adultos, porque esta actitud les separa del grupo. A veces llegan a la adolescencia sin amigos.

✓ La educación debe contemplarse desde todas las perspectivas, no solamente desde los aprendizajes, sino desde la integración social y las habilidades motrices Es muy importante la observación y seguimiento del juego infantil, por parte del docente.

✓ Cuando más alto es el coeficiente intelectual, mayor es la distancia con la normalidad y hay más tendencia al aislamiento y la soledad.

✓ Los alumnos con altas capacidades están muy pendientes de todo lo que les rodea, tenemos la percepción de que les falta interés y concentración pero si los evaluamos, vemos que han captado todos los conceptos.

✓ No siempre ser superdotado es sinónimo de éxito, a veces constatamos que el fracaso, no es sólo educativo sino también personal. Es preciso crear hábitos de estudio para que vean la necesidad de la autodisciplina y la responsabilidad en las diferentes materias del currículo.

La escuela y los alumnos de altas capacidades

Competencia curricular

Superdotación no quiere decir éxito académico. Son muy competentes en las áreas que les interesan pero se desmotivan fácilmente en las restantes (Artiles, 2005). En la adolescencia se incrementan los obstáculos para detectar el nivel de competencias del alumno, porque no siempre muestran lo que saben, para que no se les etiquete o para sentirse más integrados en el aula. Esto es producto de las variaciones de personalidad y de la inestabilidad emocional propia de este periodo evolutivo.

Es conveniente identificar los contenidos que el alumno ya domina, los que debe adquirir en menos tiempo que sus compañeros y determinar los que no domina y son imprescindibles para posteriores aprendizajes del currículo. También se ha de analizar qué contenidos de la programación responden a sus intereses de aprendizaje y cuáles no se contemplan y sí conviene incorporarlos.

Para este tipo de alumnado es imprescindible valorar el dominio de los contenidos y habilidades curriculares con la finalidad de modificar y reajustar el currículum de acuerdo con sus necesidades.

A través de la evaluación el profesor determina la competencia curricular de cualquier alumno. Los instrumentos más utilizados son: la observación, la pruebas basadas en el currículo (evaluaciones de rendimiento), pruebas objetivas, de desarrollo, fichas de seguimiento del aprendizaje, análisis de los contenidos del trabajo, valoración de las producciones personales o de equipo, entrevistas, intercambios orales y el portafolio (recogida de todas las producciones de un alumno, trabajos individuales, en grupo, deberes, exámenes).

Valoración de la competencia socio-afectiva

Los alumnos de altas capacidades no son un grupo homogéneo ni en los aspectos cognitivos ni en los socio-afectivos. La valoración adecuada de sus características personales y del entorno es imprescindible tanto en el proceso de identificación como en el de intervención, todas son necesarias para la adecuada intervención psicopedagógica en el aula.

El desarrollo social y emocional interactúa con el desarrollo cognitivo y en consecuencia con el comportamiento y el rendimiento escolar.

En la motivación del aprendizaje influyen muchas variables socio-afectivas como: el autoconocimiento, la relación con los compañeros, con el profesor, la autonomía, el autocontrol, etc.

Las variables socio-afectivas pueden ser elementos positivos que favorecen el aprendizaje o, si son problemáticas, afectan al rendimiento.

La educación no puede limitarse a la simple transmisión de conocimientos o sólo al desarrollo de las capacidades cognitivas del alumno si no que ha de contribuir a su desarrollo personal y social.

Autoconcepto

Es la percepción y valoración emocional (autoestima) que hacemos de nosotros mismos, tanto de nuestra apariencia física como de nuestras habilidades cognitivas y emocionales, como la capacidad de relacionarnos con los demás. El autoconcepto puede ser:

Físico: es la valoración de nuestro aspecto, salud y habilidades relacionadas con el cuerpo, capacidad deportiva, rítmica…

Académico: es nuestra competencia en el ámbito escolar, se relaciona con la valoración de nuestras habilidades cognitivas y con el talento académico.

Emocional: es la valoración y percepción de nuestra personalidad así como el control de nuestras emociones. Se podría relacionar con la inteligencia intrapersonal en el sentido de autoconocimiento.

Social: es la valoración que hacemos de nuestra manera de relacionarnos con los demás ya sean compañeros, familia, profesores, amigos, etc… Interactúa con la inteligencia interpersonal.

El concepto que tenemos de nosotros mismos va cambiando con el tiempo, y requiere una retroalimentación directa (perspectiva personal) e indirecta (perspectiva de los demás). Desde estas dos perspectivas, realizamos comparaciones que nos sirven de patrón o criterio para modificar nuestro concepto y en consecuencia nuestra conducta. En general los alumnos superdotados suelen tener un autoconcepto alto, que se ajusta a la realidad. Tienen en cuenta su visión personal y la de aquellas personas que les son un referente.

Los alumnos con un talento específico por ejemplo, académico, tienen un buen autoconcepto en este ámbito e incluso sobrevalorado, y en otros aspectos un concepto bajo o distorsionado.

Competencia social

Es un conjunto de habilidades socio-cognitivas que permiten a un alumno interactuar eficazmente con otros ámbitos diversos. El desarrollo de la competencia social es un proceso largo de aprendizaje. Requiere esfuerzo, cualidades personales y modelos de comportamiento social adecuado que le sirvan de referente. Implica una habilidad para mantener buenas relaciones con la familia, amistades y con la gente en general. Ser capaz de adquirir el liderazgo entre otras personas para resolver problemas, influenciar en decisiones así como velar por las relaciones y armonía de los grupos. No se puede obviar el desarrollo moral, los valores implícitos y cómo éstos se ponen en práctica en las interacciones sociales.

El desarrollo socio-emocional que muestra un alumno está claramente afectado por sus experiencias emocionales, tanto con sus compañeros como con los adultos del entorno. El profesor es responsable de crear comunidades en las aulas que acepten y ayuden a todos los niños, ya que la escuela es un buen contexto de aprendizaje social. Respecto a la competencia social de los alumnos con altas capacidades existe tanta diversidad como con el resto de los alumnos.

Dentro de la competencia social podemos definir algunas variables:

Conocimiento y comportamiento social: implica el saber cómo funcionan las interacciones en una determinada cultura, qué reglas han de respetarse y cuáles son los fines sociales consensuados y cuales no.

Adaptabilidad: es la capacidad de acomodarse a las situaciones sociales.

Capacidad de comunicación: no es sólo la expresión lingüística. Un buen comunicador domina tanto los elementos verbales como los no verbales, conoce las reglas de la comunicación y sabe ponerse en el lugar del otro y adaptar su mensaje a las necesidades de éste. La función de la comunicación no es únicamente información, también es persuadir, convencer y regular nuestra acción tanto como la del otro.

Liderazgo: el líder tiene que desarrollar cuatro componentes: conocimiento o capacidad de procesar información, capacidad para resolver problemas, comunicación interpersonal y toma de decisiones. También puede haber un aspecto motivacional, es decir puede ejercer de líder en algunas ocasiones si le interesa o bien lo considera necesario.

Popularidad: Conviene desterrar el estereotipo de que el alumno con altas capacidades es rechazado por sus compañeros. Hay diferencias según el tipo de talento y en función de la etapa escolar. El talento creativo o artístico por ejemplo, por sus características, hace que se favorezca el ser mejor aceptados por los compañeros y por lo tanto elegidos para muchas actividades escolares y extraescolares. Algún talento como el lógico-matemático puede tener más problemas con sus compañeros y también con otros del ámbito social.

Se ha de insistir en el desarrollo de la capacidad para convivir y cooperar, para aceptar las diferencias, para establecer relaciones interpersonales basadas en el respeto y en la valoración del otro, sean cuales sean sus capacidades.

Intervención escolar

Cualquier diagnóstico, orientación o intervención ha de proporcionar una educación adecuada a las capacidades y características de cada alumno, no olvidando el conocimiento y la modificación de prejuicios y actitudes ante un alumno determinado. Conocer y analizar la perspectiva y la carga emocional antes de una intervención ayudaría a que fuera adecuada y positiva.

Estos alumnos no necesitan un profesor de altas capacidades, porque no precisan de respuestas a todas sus preguntas sino que se les acompañe y motive para la búsqueda de las respuestas. La superioridad del profesor se ha de centrar en su madurez y en un alto conocimiento de los procesos de aprendizaje (aprender a aprender) y de los métodos para obtener información. Hace falta una revisión de los modelos de enseñanza.

La comunicación grupal entre padres, alumnos y profesor implica contrastar las diversas interpretaciones clarificando posibles ambigüedades y malentendidos, proceso que sólo es posible cuando hay una comunicación interactiva.

Se postula un modelo de transmisión centrado en el diálogo y un funcionamiento del aula dinámico y grupal, superando el método tradicional de déficit de transmisión unilateral y el aprendizaje individual, pero sin olvidar este último, es decir la parte emocional del alumno. Se ha de conjugar el crecimiento personal (subjetivo) con el aprendizaje consciente de los tópicos científicos transmitidos culturalmente. Se debe fomentar el pensamiento crítico, autónomo de las materias curriculares. Es decir aprender a aprender y aprender a pensar, individualmente y en grupo.

El tutor, mediatiza y ofrece herramientas para investigar y solventar problemas. El profesor efectivo ha de tener: conocimientos y experiencia y cualidades personales y sociales como madurez emocional, actitud profesional, estrategias metodológicas, competencia y actualización, flexibilidad, creatividad y habilidad comunicativa.

Características del profesorado de alumnos/as con altas capacidades

Debe ser sensible y reconocer las necesidades cognitivas, sociales y emocionales de los alumnos. Estar dispuesto a aceptarlas, valorarlas y tenerlas en cuenta en sus estrategias de trabajo. Las características que podemos señalar son las siguientes:

Tiene habilidades para adaptar y diferenciar el plan de estudios de los alumnos de altas capacidades y usar métodos para estimular a los estudiantes y llegar a niveles de pensamiento superiores. Tiene buena predisposición para el trabajo en equipo con toda la comunidad educativa.

Sabe asumir la responsabilidad que conlleva el trabajo pedagógico más allá de los programas establecidos. Motiva a los estudiantes de altas capacidades hacia un aprendizaje independiente. Es entusiasta y crea un clima no represivo ni amenazador.

Es un buen gestor de recursos y guía de los procesos de aprendizaje, está dispuesto a equivocarse y se considera un aprendiz a lo largo de su vida.

Posee intereses variados, especialmente literarios y culturales. Es inteligente y tiene excelentes habilidades comunicativas. Proporciona oportunidades de aprendizaje centradas en las altas capacidades.

Piensa creativamente y sabe organizarse muy bien. Conoce profundamente el tema. Sabe proporcionar estímulos más que presión. Tiene capacidad de evaluar el proceso y el producto simultáneamente incorporando elementos para aprender a aprender.

Tiene sentido del humor. Correcto autoconocimiento. Abierto a nuevas ideas y experiencias. Posee un conocimiento claro y comprensivo del significado de los hechos diferenciales intelectuales, socio-afectivos de los alumnos de altas capacidades.

Facilita el «feedback» más que juzgar el proceso educativo. Ofrece modelos de aprendizaje, alternativos, flexibles y enriquecedores. La cualidad y el talento del profesor es un factor fundamental para atender las demandas de estos alumnos.

El clima del aula

El profesor ha de tener la habilidad de crear un ambiente de autoestima y seguridad en el aula con la finalidad de que todo el alumnado pueda asumir retos creativos y cognitivos. El clima del aula ha de ser:

Receptivo: que le proporcione seguridad y facilite la sincronía entre el pensamiento y la conducta.

Abierto: que genere confianza con el adulto.

Estimulante: que le motive a encontrar soluciones y afrontar nuevos retos.

Colaborador: que facilite posibilidades, medios y recursos para desarrollar y profundizar en todos los temas que le motiven.

Participativo: que le haga sentir miembro del grupo para poder aportar y recibir afecto, estímulo, compañía…

Positivo y alegre: los juicios de valor y críticas serán: positivas y optimistas.

El profesor debe evitar ser:

Excluyente: que rechaza intereses, trabajos personales o planteamientos diferentes y preguntas espontáneas.

Limitador: aislar al alumno que se encierra en sí mismo y se siente diferente.

Pasivo: no se preocupa de innovar, cae en la rutina.

Restrictivo: con una dinámica de trabajo igual para todos, con prohibiciones y la repetición como sistema para llenar el tiempo.

Según Artiles (2005) es importante la intervención en el aula con alumnos de altas capacidades. El profesor debe encontrar el momento adecuado, y proponer las situaciones siguientes:

— Cuando el alumno conoce sobradamente los contenidos que se trabajan en el aula.

— Cuando el alumno acaba muy deprisa y bien las tareas asignadas a todo el grupo.

— Cuando algunas tareas de ampliación o enriquecimiento puede hacerlas en casa (tareas escolares diferenciadas).

Algunas orientaciones

Es recomendable redactar un proyecto de centro, con la colaboración de todo el equipo docente, adoptando una metodología didáctica, que pueda:

— Facilitar estrategias para la investigación de la información y permitir plantear dudas y preguntas.

— Estimular la creatividad y el pensamiento divergente en el aula.

— Respetar los diferentes ritmos y estilos de aprendizaje con actividades variadas de ejecución, expresión y grados de dificultad.

— Investigar criterios de evaluación fuera de los exámenes, valorando las pruebas de evaluación continua y sumativa.

— Interiorizar la evaluación como una oportunidad más de aprender y reflexionar, no como un juicio o resultado final.

— Planificar las actividades de libre elección conjuntamente, valorando las capacidades e intereses de los alumnos.

— Favorecer el trabajo cooperativo.

— Organizar espacios de ampliación o talleres coordinando y flexibilizando horarios.

— Potenciar el uso de los recursos de investigación en el aula y en la escuela (biblioteca, videoteca, internet…).

— Organizar grupos flexibles, interniveles, entre ciclos, por área, por afinidades.

— Combinar el trabajo con un gran grupo, pequeños grupos, por parejas e individuales.

— Crear una comisión de profesores responsables que busquen y adapten materiales para estos alumnos.

— Organizar grupos de trabajo entre los profesores para compartir las experiencias de formación y fomentar el cambio de actitudes.

— Transmitir a los equipos educativos la importancia de la competencia socio-afectiva, tanto para el desarrollo del alumno como para el éxito académico.

— Fomentar la actitud cooperativa entre la familia y la escuela, evitando el enfrentamiento, la competitividad y la negación del hecho diferencial.

— Valorar los procesos de detección-evaluación-intervención abiertos, con la necesidad de retroalimentación o revisiones periódicas.

Conclusiones

✓ Preparar actividades diferentes para los mismos contenidos variando la complejidad, la conectividad entre otras materias y la extensión de las mismas.

✓ Favorecer la comunicación entre los alumnos y el clima positivo dentro del aula y evitar que todo el grupo haga lo mismo, de la misma manera y al mismo tiempo, especialmente cuando en el grupo hay diversidad.

✓ El sistema educativo no ha afrontado todavía con suficiente rigor y recursos el reto de la identificación y su adecuada atención. Si no se detectan las altas capacidades, superdotados y talentos, difícilmente se podrán potenciar y si no se cultivan pueden perderse. Ningún país puede desperdiciar la reserva de talentos que poseen todos y cada uno de los alumnos.

✓ Concienciar a la sociedad en general y la comunidad educativa en particular junto con los padres, de la especial problemática del mundo de la alta capacidad.

✓ Potenciando a estos alumnos, en el futuro podremos disponer de mejores científicos, políticos, empresarios, artistas y ciudadanos.