Sobre el conocimiento de las ventajas de las armas en las artes marciales

Al distinguir las ventajas de las armas de los guerreros, descubrimos que, cualquiera que sea el arma, existe un momento y una situación en la que ésta es apropiada.

El sable de corto es principalmente ventajoso en lugares reducidos, o en sitios estrechos, cuando estáis muy cerca de vuestro adversario. El sable largo tiene generalmente usos apropiados en cualquier situación. La alabarda parece ser inferior a la lanza en el campo de batalla. La lanza es la vanguardia, la alabarda es la retaguardia. Dado el mismo grado de entrenamiento, alguien con una lanza tiene un poco de ventaja.

Tanto la lanza como la alabarda dependen de las circunstancias. Ninguna de las dos es muy útil en acciones con mucha gente. Ni siquiera son apropiadas para hacer prisioneros; deben reservarse para el campo de batalla. Son armas esenciales en batallas campales. Sin embargo, si aprendéis a utilizarlas en las salas de ejercicios, centrando la atención en pequeños detalles y perdiendo así el método real, difícilmente podrán ser adecuadas.

El arco también se adapta al campo de batalla, para llevar a cabo cargas y retiradas estratégicas; es excelente en las batallas a campo abierto, porque puede dispararse rápidamente y de inmediato contra las filas de los lanceros u otros. Sin embargo, es inadecuado para asediar un castillo y para situaciones en las que el adversario se encuentra a más de doscientos metros.

Actualmente, no sólo el arco, sino también las demás artes poseen más flores que frutos. Dichas técnicas son inútiles cuando se presenta una auténtica necesidad.

Dentro de las murallas del castillo nada es comparable al arma de fuego [ 7 ] desde que empieza la batalla. No obstante una vez que se ha empezado la lucha cuerpo a cuerpo, aquélla ya no es adecuada.

Una de las virtudes del arco consiste en que podéis ver el trazado de las flechas que disparáis, lo cual es bueno. Parte de lo inadecuado de un arma de fuego es que no puede verse la trayectoria de las balas. Habría que considerar esto con atención.

En cuanto a los caballos, es esencial que sean fuertes pero no fogosos.

Hablando en términos generales de las armas del guerrero, un caballo debe ser un buen trotador, sables largo y corto deben cortar perfectamente, la lanza y la alabarda deben penetrar profundamente, y el arco y el arma de fuego deben ser resistentes y exactos.

No tenéis que apegaros especialmente a ningún arma en particular, o a ninguna otra cosa, esto es importante. El exceso es lo mismo que la insuficiencia. Sin limitar a nadie, debéis tener tantas armas como convenga. Mantener gustos y aversiones es malo tanto para los oficiales como para los soldados. El pensamiento pragmático es esencial.