Bulimia

La causa mental de la bulimia es muy semejante a la de la anorexia, sólo que la persona anoréxica nunca logra sentirse suficientemente delgada, mientras que la bulímica quiere mantener su figura a toda costa. La persona bulímica se atiborra de comida para ahogar sus sentimientos, y después se purga vomitando. En ambos casos hay una niña interior que necesita amor desesperadamente. Lo que tanto la persona anoréxica como la bulímica es preciso que sepan es que solamente ellas pueden dar a su niña interior el amor y la aceptación que necesita. La sensación de valía personal y la autoestima emanan de dentro y no tienen nada que ver con nuestra apariencia.

Uno de los mejores tratamientos para la anorexia y la bulimia sería una terapia de grupo que se centrara en el amor a sí misma. Es el marco ideal para descubrir nuestras falsas creencias y enterarnos de que otras personas sí nos aman y aceptan tal como somos. Cuando aprendemos a amarnos a nosotros mismos, automáticamente tendemos a cuidarnos y a averiguar qué alimentos son los mejores para nuestro cuerpo. Por sí solos, los alimentos sanos y nutritivos no convencen al niño interior herido de que es digno de amor.

Comer en exceso

Yo creo que engordamos debido a las toxinas que acumulamos en el cuerpo. Durante demasiado tiempo lo llenamos de alimentos nocivos. No tiene ningún sentido hacer dietas drásticas para perder peso, porque después de la privación se recupera rápidamente el peso perdido. La mejor decisión es optar por la salud y aprender a comer de manera sana. Sólo esto ya sirve para librarse del exceso de peso. Y si se continúa comiendo alimentos saludables, no se vuelve a recuperar el peso perdido. (Un buen libro para aquellos que deseen romper el vínculo entre malos tratos, estrés y comer demasiado es Losíng Your Pounds o/Pain [Pierde tus kilos de dolor], de Doreen Virtue.)

Las dietas estrictas son una forma de odio a uno mismo. No reflejan amor ni crean un cambio permanente. Cuando nos queremos de verdad a nosotros mismos, no tenemos necesidad de hacer dieta. En su libro The Only Diet There Is [La única dieta que existe], Sondra Ray nos enseña a eliminar los pensamientos negativos de nuestra dieta.

Si tus hijos comen alimentos nocivos o están obesos, trata de ser un ejemplo de amor para ellos. Mantén lejos de casa la comida basura, y estudiad nutrición juntos. Que tus hijos elijan lo que quieren comer de un grupo selecto de buenos alimentos. Haced experimentos para ver cómo diferentes alimentos afectan de modo distinto a cada uno. Haz que vuestra nueva manera de comer se convierta en una experiencia de aprendizaje. Deja que tus hijos te enseñen algo sobre nutrición cada semana.

Respecto a los niños obesos, recuerda que tú, como progenitor, haces la compra y controlas qué alimentos entran en tu casa. Sin embargo, los niños obesos suelen tener problemas de inseguridad. Trata de discernir qué preocupa tanto a tu hijo que necesita un exceso de peso para protegerse. ¿Lo tratas con demasiada dureza? ¿Dónde se ha roto la comunicación entre tú y tu hijo? A los niños obesos normalmente les ocurren muchas más cosas que el simple hecho de comer demasiado.

Evidentemente, he de añadir que la proliferación de los restaurantes de comida rápida ha hecho un enorme daño a la salud de nuestros hijos. No sólo tenemos muchos niños enfermos y obesos, sino que también tienden a convenirse en adultos que piensan que la comida rica en grasas y escasamente nutritiva es la norma. No es de extrañar que tengamos una población tan obesa. En Estados Unidos hay 56 millones de personas con exceso de peso. Las dietas ricas en grasas y azúcar contribuyen a la hiperactividad de los niños, la rebeldía de los adolescentes y la agresividad de muchos de los internos de las cárceles. Pero lo que necesitamos no son dietas, sino volver a comer alimentos naturales y sanos.