APÉNDICE
EROTIZANDO UN SEXO MÁS SEGURO

En lo que respecta al sida y al sexo seguro, el masaje en general no es considerado como una actividad de riesgo; en todo caso, con muy poco riesgo de contagio.

Cuando exista duda acerca de la salud de la persona que da o recibe masaje, o si cualquiera de los dos pudiera contagiar el virus del sida, es muy importante que se lean los siguientes párrafos. Las investigaciones recientes indican que cuando la sangre, las eyaculaciones o los flujos vaginales entran en contacto con alguna herida o con el tejido sensible, el peligro de contagio se agrava.

Si prefiere seguir prácticas para un sexo más seguro con relación al sida, a la hora de proporcionar el masaje al hombre o a la mujer en el área genital, se recomienda utilizar guantes de látex o vinilo, que pueden ser adquiridos en cualquier farmacia o tienda de productos quirúrgicos.

En cuanto a infecciones en la piel, tales como herpes o verrugas venéreas, es recomendable descartar por completo el contacto con el área daña da o consultar a un médico.

Si usa productos de látex, emplee únicamente lubricantes con base de agua, ya que el aceite los deteriora. Una alternativa para no utilizar guantes al proporcionar masaje a los genitales masculinos es colocar un condón al pene. Trate de aplicar el lubricante de agua dentro de la punta del condón antes de desenrollarlo. No obstante, algunos movimientos indicados en este libro requieren el uso de guantes sin condón, ya que funcionan mejor así.

Al principio, esta medida de protección podrá parecer una intrusión o impedimento. Sin embargo, después de haber explorado, usted descubrirá, al igual que muchas otras personas, que los guantes de látex o vinilo provocan una sensación única de suavidad y que el lubricante de agua dentro del condón crea placeres inexperimentados, así como inesperados.

Erotizar un sexo más seguro significa despojarse de expectaciones y permitirse el descubrimiento de nuevas sensaciones. Dar la caricia del amor en la forma en que recomienda este libro puede acercarnos a nuevas cotas de placer.