Capítulo 21

Diez acciones diarias que mantienen el equilibrio

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En este capítulo

Image Hacer una pausa

Image Construir el hábito del equilibrio

Image Regalarte un capricho

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Dedicar unos minutos al día a equilibrar el nivel de energía devuelve enormes dividendos frente al pequeño esfuerzo que esto implica. Y hacerlo es la forma más rápida de poner en práctica el coaching. Ensaya las sencillas recomendaciones de este capítulo y notarás cómo mejoras tu vida diaria. La felicidad es un hábito, no un destino.

Ten una visión clara

Al menos una vez al día dedica unos minutos a revisar la totalidad de tus metas en la vida y hazlo también siempre que te sientas tenso (consulta el capítulo 8 para más información sobre cómo establecer metas y crear esa visión). Esta “visualización creativa” es como “soñar despierto”. Cuanto mejor te imagines tu día perfecto, más te motivarás para avanzar hacia él. Con sólo disfrutar del lujo de ver, oír y sentir tus ideales podrás relajarte, poner en la mira tus objetivos y regresar a la lucha cotidiana.

Ve con claridad.

Toma el tónico de la gratitud

Toda emoción fuerte tiene un efecto físico en el cuerpo que dura hasta seis horas. Cuando sientes mucha rabia, frustración o ansiedad, los efectos dañinos de esos sentimientos siguen agitando tu ser interior mucho tiempo después de que tú los has superado. Esa indeseable basura puede contribuir al estrés y a la depresión. Los sentimientos buenos, fuertes y positivos también permanecen en el flujo sanguíneo emocional.

Es posible contrarrestar el efecto de las toxinas que aparecen en un día corriente con la sencilla técnica de repasar y valorar las bendiciones que has recibido en la vida.

Anna Maravelas, escritora y consultora corporativa, describe cómo el hecho de valorar las bendiciones que ha recibido le ayudó a superar la ira incontrolable que una vez la llevó a lanzar una silla por la ventana de un segundo piso:

Al repasar de manera conciente las bendiciones que he recibido, dos veces al día, creé en mi cerebro un circuito para la gratitud. Ahora, dondequiera que esté puedo hacer acopio de la energía positiva que hay dentro de mí; no necesito que nadie la active.

Image Si tú sientes un fuerte dolor físico, te tomas un analgésico. Y si deseas crear una barrera eficaz contra los efectos del dolor emocional, debes hacer algo parecido: dedica cinco minutos dos veces al día a recargarte de emociones positivas que liberen bienestar por todo tu sistema. Las primeras horas de la mañana son un magnífico momento para examinar todas las bendiciones que has recibido en la vida y las cosas por las cuales te sientes agradecido, incluso si se trata simplemente del calor del hogar o del suave ronquido de tu mascota a los pies de tu cama. Adminístrate otra dosis de gratitud hacia la tarde, para que te sirva durante el resto del día.

Piensa con atención.

Ten un gesto de amabilidad

Tú pasas buena parte del tiempo pensando en tus necesidades y propósitos. Si equilibras esos pensamientos con un gesto espontáneo de amabilidad inyectarás un factor de bienestar en tu vida y podrás ver las cosas con perspectiva. Aquí tienes algunas ideas:

No notarás la falta de lo que das, pero percibirás un nuevo ritmo en tu paso. Observa las cosas buenas que recibirás como retribución.

Da en abundancia.

Empápate de palabras sabias

Las palabras tienen el poder de cambiar mentes y vidas, y muchas palabras sabias te pueden conducir a una serie de verdades. Reúne citas inspiradoras y tenlas a mano. Podrás absorber su sabiduría cuando te sientas perdido.

Lee con sabiduría.

Alterna acción y reflexión

Aunque estés disfrutando de un excelente momento y vayas a toda velocidad por la vida, debes pasar con regularidad al estado reflexivo para conseguir el equilibrio. Y si dedicas el tiempo necesario a reflexionar sobre tus experiencias, podrás tomar mejores decisiones. De igual manera, si has invertido mucho tiempo reflexionando, teorizando o explorando tus opciones mentalmente, cambia al estado de acción para recuperar el equilibrio.

Asegúrate de no olvidar estas recomendaciones: programa la alarma de tu teléfono cada hora para acordarte de cambiar de energía; este pequeño cambio despertará ideas creativas en ti. Te irá mejor si alternas los estados de actividad y de reflexión y te rendirá más el tiempo.

Juega con la acción y la reacción.

Respira hondo

Respirar profunda y controladamente es como tomarse un fresco vaso de agua el día más cálido del año. La respiración profunda revitaliza y calma de inmediato. Basta con que tomes conciencia de tus inhalaciones y exhalaciones durante cinco minutos, en especial cuando estés ansioso, estresado e hiperactivo; eso también te ayudará a tomar conciencia de ti mismo.

Busca un lugar tranquilo y respira profundamente. Piensa en tus exhalaciones. Repite mentalmente la palabra fuera con cada exhalación. A medida que lo haces, imagina el estrés negativo saliendo de tu cuerpo; te sentirás relajado.

Cuando estés agotado, busca ese lugar tranquilo y piensa en tus inhalaciones. Repite mentalmente la palabra dentro e imagina que te entra energía positiva al cuerpo y te pone alerta, dejándote listo para la acción.

Respira con un propósito.

Comparte una sonrisa

La risa es un maravilloso acto de equilibrio e incluso una simple sonrisa puede aliviar tensiones y generar armonía. ¿Te has dado cuenta de que es casi imposible sonreír a alguien sin obtener una sonrisa como respuesta? Cuando la energía de quienes te rodeen no sea armoniosa, reestablece el equilibrio con una radiante sonrisa. Al menos se preguntarán qué te hace estar de tan buen humor y probablemente respondan de igual modo por cortesía.

Sonríe con entusiasmo.

Permítete un capricho

Tu agitada rutina se beneficiará con la inyección de un regalo ocasional y espontáneo para ti. Así como estableces recompensas asociadas con el progreso de tus objetivos, también puedes encontrar o hacer algo cada día que te recuerde que te merece un poco de cariñosa atención.

Ese lujo debe ser pequeño, pero significativo. Busca un momento que aprecies tanto por la experiencia como por lo que te vas a regalar. Aquí tienes algunas ideas:

Pasa tiempo contigo.

Estírate

Todas las mañanas haz ejercicios de estiramiento durante dos a cinco minutos para lograr un efecto positivo en el equilibrio.

Párate erguido y extiende los brazos sobre la cabeza, tratando de alcanzar algo que está muy arriba. Siente cómo una cuerda eleva tu cuerpo desde la parte alta de la columna vertebral. Mantente en esa posición durante 20 segundos, suéltate y repite.

Mientras te estiras, siente cómo se estira y alarga tu cuerpo y recuerda todos tus objetivos.

Estírate con energía.

Sé natural

Seguramente, algunas fuerzas de la naturaleza te trasladan a un estado libre de tensiones. Tal vez tu conexión con la naturaleza es el olor de la tierra después de la lluvia, los pulmones llenos de aire fresco o la presencia de una planta o una flor. Es posible que te encante caminar descalzo sobre la hierba o que un paisaje te recuerde unas maravillosas vacaciones o una aventura.

No es necesario abrazar a los árboles para entrar en comunión con la naturaleza. Pero contemplar un fuerte y sólido roble durante unos minutos aporta una cierta dosis de perspectiva…

Absorbe la belleza del mundo natural.