El falso policía se preparó para disparar.

¿Es que quieres que te acribille, estúpido...?

¡Lo que quiero es que dejen de aterrorizar a los turistas con historias de demonios y de infiernos! ¡Bastante los asustan ya con sus metralletas!

¿Historias de demonios, dices...?

¡Sí!

¡Somos dos demonios auténticos!

¡Dos chiflados, eso es lo que son! Los ojos del tipo llamearon.

¡Te voy a llenar el pecho de agujeros, mequetrefe!

¡No! chilló Abby, que ya veía a Trevor destrozado por las balas. El chófer la miró brevemente.

No temas, Abby. Los tipos no me matarán. Me necesitan para conducir el autobús.

Ellos no sabrían. Y menos, por un camino tan estrecho y tan malo como éste.

La azafata, con la respiración contenida, esperó la reacción del falso policía. Efectivamente, el tipo no disparó.

Trevor había acertado.

Los individuos le necesitaban para conducir el autobús. No podían liquidarle.

Pero el sujeto que le apuntaba estaba furioso por sus palabras y no quiso dejarle sin castigo. Con un veloz movimiento, le incrustó el cañón de la metralleta en el estómago.

Trevor dio un grito de dolor y se dobló, agarrándosela zona castigada.

¡Salvaje! exclamó Abby, encogiéndose como si el golpe lo hubiera recibido ella. El tipo ni siquiera la miró.

Lo que hizo fue propinarle un segundo golpe al chófer, esta vez en la cara y con la culata de la metralleta.

Trevor cayó al suelo.

Abby vio que tenía una herida en el pómulo izquierdo.

¡Bestia, más que bestia! gritó, saltando de su asiento para socorrer al conductor.

No pudo hacerlo, porque el individuo la agarró violentamente del pelo, con su mano izquierda, sosteniendo la metralleta con la derecha.

¿Adónde ibas con tanta prisa, rubia...?

¡Suélteme, animal!

Lo haré si me prometes volver a tu asiento y quedarte quietecita.

¡Tengo que ayudar a Trevor! ¡Está herido!

Es un corte sin importancia. Se levantará sin tu ayuda. Buckley, desde el suelo, rogó:

Obedece, Abby.

¿Estás bien?

Sí, no te preocupes.

El falso policía empujó a la azafata.

Vamos, preciosa, siéntate de nuevo. Abby hizo caso.

Tú, arriba ordenó el individuo a Trevor, tocándole el costado con la punta del pie.