Comentario del autor

Es paradójico trazar un panorama retrospectivo de una obra que jamás ha querido ser prospectiva. Es algo así como Orfeo, que mira demasiado pronto a Eurídice y, de golpe, la devuelve para siempre a los Infiernos. Eso significaría que la obra se adelanta a sí misma y presiente su final desde el principio, que estaba cerrada, que se desarrolla de forma coherente, que siempre había existido. Así que no veo otra manera de tratarla que en términos de simulación, un poco a la manera como Borges reconstruye una civilización perdida a través de los fragmentos de una biblioteca. Es decir que difícilmente puedo plantearme la cuestión de su verosimilitud sociológica, a la que, por otra parte, me resultaría extremadamente difícil contestar. Sin duda hay que ponerse en la situación de un viajero imaginario que tropezara con estos textos como con un manuscrito olvidado y que, carente de documentos en los que apoyarse, se esforzara en reconstruir la sociedad que describen.

J. B.