Epílogo

... De modo que —comentó la tercera Amanda por fin— ya ves cómo ocurrió todo en realidad.

Hal Mayne asintió. De repente, alzó la cabeza para ver que ella le contemplaba penetrantemente.

—Tal vez —preguntó—, ¿ves algo más que yo en esta historia? — Tal vez —repuso. La soledad y la necesidad de explicarse le inundaron sin advertencia previa, como una pesada ola—. Has de comprender que soy un poeta. Yo..., manejo cosas que no entiendo deforma constante. Casi soy como alguien que permaneciera en total oscuridad, tanteando las cosas, sintiéndolas, pero incapacitado para ver las formas que le puedo describir a otra gente. Ella respiró despacio.

—Así que —dijo— desde el principio había algo más que tu simple interés en los ap Morgan y los Graeme.

—Sí...¡no! —exclamó casi de manera explosiva—. Todavía no lo comprendes. No puedo probar nada, pero siento... que hay conexiones.

Sus manos se movieron, se estiraron casi por voluntad propia para coger el aire vacío delante de él.

—Conexiones —prosiguió— entre el pasado y el presente. Entre Cletus y Donal y muchos otros, aparentemente no relacionados entre sí. Conexiones entre tú y las otras dos Amandas, y entre los ap Morgan y los Graeme..., y entre todo esto y el movimiento de cruce de las Culturas Divididas: la Nueva Especie, como se llaman a sí mismos ahora... y todo ello a su vez con el resto de la especie humana en todos los mundos. Voy dando tumbos en la oscuridad, pero estoy llegando... ¡Siento que estoy llegando!

Ella se había relajado. Todavía le observaba, pero ya no deforma acusadora.

—Esa es la razón por la que tienes que regresar ahora a la. Tierra y a la Enciclopedia, final —afirmó.

—Sí —la miró como poseído—. Tuve que marcharme para salvar la vida. Pero ahora he de regresar. Todo lo que me ocurrió en Coby, en Armonía, incluso lo que me sucedió aquí, señala continuamente haría la Tierra.

Alargó el brazo para tomar su mano. Ella se lo permitió, pero sin devolver la presión de sus dedos.

—Amanda —pidió con urgencia—. Vuelve conmigo, y no sólo porque desee que estés a mi lado. Lo que quiero decir es que allí es donde finalmente todo se unirá. Es donde todo acaba..., o comienza. Deberías estar presente..., al igual que yo. Amanda, ven conmigo.

Ella permaneció inmóvil durante un momento; luego, sus ojos fueron más allá de él. Con gentileza, retiró su mano.

—Si estás en lo cieno, entonces iré —repuso—. Pero no ahora, Hal. No ahora. Lo haré en mi propio momento.