CAPÍTULO IX

 

Mallorca, septiembre de 2005

Madeleine Beth McCann, con dos años y medio y sus hermanos gemelos, en aquella época con pocos meses de edad, salieron de vacaciones junto a sus padres en dirección a la isla de Mallorca. Con ellos iban otras tres parejas de médicos con los respectivos hijos: David y Fiona Payne, que se encontraba embarazada del segundo, con una hija de 1 año de edad; S. y T., con dos hijos, dos varones de 1 y 3 años; el matrimonio S.G. y K. G., con la hija E., de 1 año y medio de edad. K.G. también estaba embarazada de la segunda hija. El viaje había sido organizado por David Payne y el grupo se instaló en una gran casa alquilada para tal efecto.

S. G. había estudiado en la universidad de Dundee entre 1987 y 1992, habiendo conocido allí a la futura madre de Madeleine. K. G. no conoció a Gerry McCann hasta la boda de éste con Kate Healy, en torno al año 1998 en Liverpool. Después del acontecimiento, el matrimonio S. G. y K. G. se hicieron amigos íntimos de los padres de Madeleine, encontrándose con regularidad, pasando fines de semana juntos y manteniendo el contacto por teléfono.

En la tercera o cuarta noche en Mallorca, después de la cena, comiendo y bebiendo, se encontraban sentados alrededor de una mesa en el patio exterior de la casa; K.G. asiste entonces a una escena que le produjo mucha inquietud y le hizo temer por el bienestar de su hija y de los otros niños. Estaba sentada entre Gerry McCann y David Payne cuando oyó a este último preguntar si ella, tal vez refiriéndose a Madeleine, haría “esto” y a continuación comenzó a chuparse uno de sus dedos, haciéndolo entrar y salir de la boca como si fuera un objeto fálico, al mismo tiempo que con los dedos de la otra mano hacía círculos alrededor del pezón, de forma provocadora y sexual. En el momento en que K.G. miró con estupefacción para Gerry McCann y para David Payne, se hizo un silencio nervioso. Después continuaron todos conversando como si nada hubiese pasado. Este episodio provocó en K.G. serias dudas respecto a la relación de David Payne con los niños. Todavía en otra ocasión, K.G. volvería a ver a David Payne hacer los mismos gestos, esta vez hablando de la propia hija. En aquellas vacaciones eran los padres los que bañaban a los niños, pero a partir de esta situación, K.G. nunca más dejo que David Payne se acercara a su hija. Después de las vacaciones en Mallorca, K. G. sólo volvió a encontrarse con la pareja David y Fiona Payne en una ocasión, y desde entonces no había vuelto a hablar con ellos. En los últimos dos años, la relación entre el matrimonio McCann y la pareja mencionada, S. G. y K.G. se enfrió, reduciéndose a encuentros sociales, reuniéndose tan sólo para las fiestas de cumpleaños de los niños.

Lo que arriba se ha descrito, fue relatado el 16 de mayo de 2007, trece días después de la desaparición de Madeleine por el matrimonio S.G. y K.G. a la policía inglesa. Era una información muy importante y pertinente para la investigación. Sin embargo, no fue transmitida a la policía portuguesa. A mediados de julio, entre el equipo de investigadores comenzaron a correr rumores de que algo parecido habría sucedido, desconociéndose, en aquel momento, los detalles y la identidad de los intervinientes. Estos rumores apuntaban a una idéntica situación, ocurrida supuestamente en un viaje de vacaciones a Grecia. Sin embargo no tuvimos conocimiento de ninguna prueba testimonial. Se pidió información a la policía inglesa, pero en aquel momento, no se nos confirmó nada. Pienso que sólo después de que yo abandonará la investigación, tal vez a finales de octubre de 2007, la declaración de K.G. fue remitida a la policía portuguesa. Es legítimo plantearse la pregunta: ¿por qué razón la policía inglesa ocultó –todo así lo indica- esta declaración durante seis meses? ¿Cuando supieron que David Payne, el organizador del viaje a Mallorca y al que se le imputaron comportamientos anómalos en su relación con los niños, era el mismo que organizó el viaje a Portugal; que formaba parte del grupo de vacaciones del pueblo de Luz integrado también por Madeleine; que fue el primer amigo de la familia que fue visto al lado de Kate McCann después de la desaparición de la niña (como más adelante se verá) y que en la fecha de la declaración todavía se encontraba en Portugal, pudiendo, por tanto, haberlo enfrentado a estas declaraciones? No cabe la menor duda de que los investigadores portugueses podrían haber avanzado en la investigación más rápidamente, si hubiesen sido informados a su debido tiempo. Estas declaraciones sobre el viaje a Mallorca parecían indicar un determinado comportamiento extraño, merecedor de una investigación en profundidad. ¿Estaríamos ante un perfil pertinente? ¿Podría relacionarse este perfil con lo sucedido la noche del 3 de mayo? De la credibilidad de las declaraciones de S.G. y K.G. no se puede dudar fácilmente, ya que ambos son médicos y del mismo círculo de conocidos: tal y como los miembros del grupo de Vila da Luz, que son médicos ingleses y se conocen bien entre sí.