[1] Syd Field, El manual del guionista, p. 158.
[2] Jean-Claude Carrière, La película que no se ve, p. 111.
[3] Kurosawa se basó en dos relatos de Akutagawa. De Rashomon tomó tan sólo algunas ideas, como el lugar en el que se cuenta la historia, el antiguo puente de Rashomon. Pero la esencia de la película, las diferentes versiones o narraciones de una misma historia, proceden del relato «En el bosque».
[4] David Bordwell y Kristin Thompson, El arte cinematográfico, p. 43. Este punto de vista lleva a Bordwell y Thompson a considerar en ocasiones «elementos formales cosas que algunos consideran contenido».
[5] Pudovkin, Lecciones de cinematografía.
[6] Robert McKee, «Los principios del diseño narrativo», en El guión, pp. 305 y ss.
[7] El método del brainstorming se examina brevemente en capítulos posteriores.
[8] Dilema extraído de Guía y juegos para superar bloqueos mentales, James L. Adams.
[9] James L. Adams, Guía y juegos para superar bloqueos mentales, p. 57.
[10] Jean-Claude Carrière, Práctica del guión cinematográfico, p. 52.
[11] Charles Darwin, Autobiografía, p. 84.
[12] Michael Ondaatje, The conversations, p. 44.
[13] De todos modos, los hermanos Wachowski fueron acusados de plagio, no por Lewis Carroll o Platón, sino por Sophia Stewart, quien aseguraba que les presentó un guión muy semejante llamado El tercer ojo en 1981. Stewart ganó el juicio tras seis años y recibió una indemnización millonaria.
[14] William Shakespeare, La tempestad, Acto II, Escena I.
[15] Michel de Montaigne, «De los caníbales».
[16] John Wain, El mundo de Shakespeare, p. 32.
[17] James L. Adams, Guía y juegos para superar bloqueos mentales, pp. 98 y ss.
[18] François Truffaut, «Ciudadano Kane, el gigante frágil», en Las películas de mi vida, p. 285.
[19] Reglas del brainstorming tomadas de: www.brainstorming.co.uk.1999-2000 Infinite Innovations Ltd. All rights reserved).
[20] En algunos libros y páginas web se llega a decir justo lo contrario de lo que el brainstormig recomienda: «Lo que importa es la calidad, no la cantidad». Sin duda la formulación original resulta tan paradójica a primera vista que se toma por un error de transcripción.
[21] Daniel Goleman, El espíritu creativo, p. 27.
[22] L. Ron Hubbard, Dianética (edición digital).
[23] Elliot Grove, Write + sell the hot screenplay, p. 22.
[24] José Antonio Marina, La inteligencia fracasada. Teoría y práctica de la estupidez, pp. 110 y ss.
[25] José Antonio Marina, La inteligencia fracasada. Teoría y práctica de la estupidez, p. 111.
[26] Jean Guitton, El trabajo intelectual, p. 53.
[27] Walter Murch, En el momento del parpadeo, p. 63.
[28] Syd Field, El manual del guionista, 151
[29] Entrevista a Neil Simon en El oficio de guionista, de John Brady.
[30] Citado por Jordi Pérez Colomé en «El trabajo del negro» (El Ciervo, julio — agosto de 2005).
[31] Citado por Syd Field en El manual del guionista, p. 156.
[32] Walter Murch, En el momento del parpadeo, p. 67.
[33] Jean-Claude Carrière, Práctica del guión cinematográfico, pp. 70 y ss.
[34] Aunque un guión, como decía Pudovkin, se debe escribir sabiendo cómo puede ser utilizado por toda esa gente, y también conviene, por supuesto, que el guionista conozca el medio para el que trabaja y sus características. Dice también Carrière: «De nada sirve pretender ignorar, con el desdén típico de algunos hombres de letras, todas esas máquinas y ese quehacer artesanal» (La película que no se ve, p. 133).
[35] Luis Buñuel, Mi último suspiro, p. 286.
[36] Citado en el foro de ABC Guionistas: http://www.abcguionistas.com
[37] En Entrevistas con directores, de Andrew Sarris.
[38] François Truffaut, El cine según Hitchcock, pp. 248 y ss.
[39] Joseph McBride, Hawks según Hawks, p. 45
[40] Dirigida por Kazan en 1971.
[41] Michel Ciment, Elia Kazan, p. 80.
[42] Robert McKee, El guión, p. 29.
[43] Syd Field, Manual del guión, p. 151.
[44] Elliot Grove, Write sell the hot screenplay, p. 2.
[45] Robert McKee, El guión, pp. 31 y ss.
[46] Ramón Gómez de la Serna, Greguerías.
[47] Kenko Yoshida, Tsurezuregusa (Ocurrencias de un ocioso), p. 85.
[48] David Stove, «La neutralización de las palabras de éxito», en Popper y después.