NO LE DES MÁS VUELTAS, TU GENÉTICA NO TIENE LA CULPA
Cuando nos fijamos en un deportista destacado, pensamos en su genética y en las facilidades que esta le brinda para el deporte, e incluso llegamos a considerar el uso de sustancias que van más allá de la ética deportiva. ¡Por supuesto que el componente genético influye!, pero desde luego no debe ser la excusa en la que te refugies.
Diversas investigaciones han demostrado que las personas que creen que la genética determina su exceso de peso son las que menos hábitos saludables tienen.
Cuando hablamos de límite genético se hace referencia a la capacidad máxima que una persona puede alcanzar —por ejemplo, la máxima cantidad de masa muscular o de fuerza—. Y aunque su evolución hacia este techo a lo largo de los años es previsible, es probable una ligera modificación provechosa mediante una adecuada planificación del entrenamiento.
Por otro lado, la epigenética es la que se encarga del estudio de las modificaciones genéticas, por ejemplo, en relación con el ejercicio, y viene a explicar la forma en que se expresan los genes según los factores ambientales y los hábitos de vida.
La síntesis evolutiva moderna —neodarwinismo— se basa en la herencia biológica, complementada con los posibles cambios que ocurren en los genes durante la vida de cada individuo
Así, tanto la vida propia como la de futuras generaciones no estarán condicionadas únicamente por el material genético heredado, sino también por el impacto del entorno sobre esos genes.
Esto que en principio resulta complejo, se puede explicar de forma muy sencilla con un ejemplo real: es obvio que el ambiente obesogénico y consumista está presente en nuestros días de manera alarmante.
Resulta absurdamente sencillo acceder a restaurantes de comida rápida y a productos que fomentan el sobrepeso y la obesidad, ya que son los más económicos a la vez que los más publicitados en los medios de comunicación —de hecho, suponen el 44 % de la información total recibida por el ciudadano medio en términos de nutrición—. Es por eso que, aunque las causas del sobrepeso, la obesidad y la tendencia a la inactividad son múltiples y multifactoriales, existe un ambiente obesogénico que no resulta fácil de esquivar. Pero aunque no resulte fácil, puede conseguirse, por lo que la elección epigenética es una cuestión de prioridades y de autodeterminación.
Por tanto, no evites el ejercicio bajo ningún concepto, ya que como he dicho muestra beneficios saludables en todas las fases de la vida, incluyendo la prevención y el tratamiento del cáncer, el envejecimiento, el metabolismo y en trastornos metabólicos asociados a cambios epigenéticos —es decir, a elegir unas u otras formas de vida—.
C ONCLUSIÓN |
Si asumes que tienes mala genética estás condenado a fracasar sin importar cuál sea tu verdadero potencial. Si asumes que tienes la epigenética de tu lado, quizás te equivoques, pero posiblemente llegues más lejos de lo que en principio habías imaginado. |