CAPÍTULO XX
MÉTODOS DE DEFENSA. IV

Ángeles guardianes.— Héroes nacionales.— Los Ángeles Bueno y Malo de la Qábalah.— El yo superior.— La fuerza del Cristo.— La Policía Oculta.— Experiencias en conexión con la Policía oculta.— El adepto Indio y su grupo de meditación.— Cómo se consiguió el acceso a la mente grupal de la raza Británica.— Cómo se encontró la Policía Oculta.— Sus métodos.— El signo que dieron.— El cumplimiento del signo.— Prueba de que conocían los movimientos del adepto.— El segundo signo que se dio.— Las Logias de Caza.— Manera curiosa en que se obtiene la información.— Cómo puede ser contactada la Policía Oculta.— Las logias ocultas no tienen ninguna organización central.— El movimiento no es controlado por los Judíos.— Falta de base de los cargos traídos contra el movimiento en este respecto.— Principales abusos del movimiento oculto.— Los ocultistas principales son desconocidos fuera de sus propias logias.

Hay tantísimas historias sobre la aparición de ángeles guardianes en momentos de crisis que incluso el más escéptico debe admitir que hay un caso a ser contestado.

Hay una tradición en Devon de que si el Tambor de Drake, que está conservado en la Abadía de Buckland cerca de Tavistock, se toca en tiempo de crisis, Drake mismo volverá a conducir las flotas de Inglaterra. Newbolt ha inmortalizado esta leyenda en su famoso poema:

Lleva mi tambor a Devon, cuélgalo junto a la orilla.

Golpéalo cuanto tu pólvora empiece a escasear.

Si los Señores miran a Devon, dejaré el puerto del Cielo,

Y los tamborilearé hacia arriba del Canal como los tamborileamos hace mucho tiempo.

La idea del héroe que retorna para conducir a su gente, el ángel guardián que aparece en tiempos de crisis, está sellada profundamente en los corazones de todas las naciones, y nada la erradicará. Innumerables ejemplos fueron referidos por los hombres que retomaban de las trincheras durante la Guerra.

Refirámonos de nuevo a la antigua sabiduría de la Qábalah, ese almacén de conocimiento oculto. Aprendemos aquí sobre el Ángel Bueno y el Ángel Malo del alma del hombre que se hallan de pie tras sus hombros derecho e izquierdo, tentándole uno, e inspirándole el otro. Traducid el Ángel Oscuro en términos del pensamiento moderno y tendremos la subconsciencia Freudiana.

Pero tos Freudianos dejan de realizar que hay también un Ángel Brillante que se halla detrás del hombro derecho de todo hombre. Este es la supraconsciencia mística o, en otras palabras, el Yo Superior, el Santo Ángel Guardián que Abramelín buscó con tal ardor y esfuerzo.

Todos sabemos que, cuando se nos pilla desprevenidos, viene una oscura tentación desde las profundidades de nuestros seres inferiores, algo atavístico se excita, y pensamos pensamientos, o incluso hacemos actos, de los que nunca nos habríamos creído capaces. Hemos escuchado la voz del Ángel Oscuro hablando.

Igualmente en tiempos de espantosa tensión, cuando tenemos nuestras espaldas contra la pared y estamos luchando por algo más que nuestras vidas físicas, otra Voz se hace oír, la voz del Ángel Brillante. Nunca he sabido de que esto ocurriera cuando un hombre estaba luchando simplemente por su vida física. Para aquellos que ven mas allá del velo, la muerte no es un gran mal; pero en tiempos de crisis espiritual, cuando el ser mismo es barrido, entonces es cuando se oye el grito del alma, y Algo se manifiesta a partir de las brumas del Invisible, se manifiesta en una forma que es comprensible para el que llama. Si es que una tensión intensa induce una expansión temporal de la conciencia, un psiquismo fugitivo, o si es que un Ser por su propia volición pasa a través del velo y se manifiesta, no lo sé; nunca hay ningunos detalles disponibles sobre estos incidentes. Sólo tienen lugar en tiempos de espantoso esfuerzo y se van tan velozmente como vienen, no dejando traza ninguna excepto sobre el alma.

Yo mantengo que igual que el Yo Inferior puede elevarse en momentos de tentación, el Yo Superior puede descender en momentos de crisis espiritual. Es la meta del místico vivir exclusivamente en el Yo Superior. Es la meta del ocultista traer a su Yo Superior a través a la manifestación en la conciencia del cerebro, "seré Dios en mi carne". Igual de seguro que el Yo Inferior puede elevarse y traicionarnos a alguna acción horrible, así puede el Yo Superior venir al rescate, "terrible como un ejército con estandartes".

Ya he contado de la misteriosa voz que me instruyó sobre cómo desembarazarme de un grave peligro psíquico. En otras ocasiones de tensión y esfuerzo he experimentado una repentina expansión o un desvío del nivel de la conciencia. El Yo Superior ha descendido y tomado el control. De estar en medio de la baraúnda uno es elevado de repente por encima de ella y ve todas las circunstancias de la vida de uno esparcidas como a vista de pájaro, como se podría ver la tierra desde un lugar elevado, y uno conoce intuitivamente el resultado de la cuestión. Toda baraúnda emocional cesa, y uno es como un barco puesto al pairo, sorteando con seguridad la tormenta. Cuando esto me ocurre, la memoria de mis encarnaciones pasadas está también siempre vívidamente presente. Es este despertar simultáneo del pasado lo que me hace sentir que la voz, es la de mi propio Yo Superior, y no la de otra entidad.

Es mi creencia que en tiempos de crisis espiritual el hombre que tiene fe en la ley de Dios puede elevarse e invocar su protección y un aparente milagro se realizará en su beneficio. Sin embargo no puede haber ninguna ruptura de la ley natural; por consiguiente tal milagro debe ser simplemente un ejemplo del funcionamiento de una ley con la que aún no estamos familiarizados, igual que un eclipse le parece un milagro al salvaje, pero para el astrónomo es un fenómeno natural que puede predecir con exactitud.

¿Qué es lo que induce este cambio de control en nuestras vidas? Estarnos familiarizados con el hecho de que la máquina de un coche tiene tres velocidades y una marcha atrás. ¿No puede ser que nuestras mentes también estén engranadas, y que sea un cambio de engranaje el que induce el psiquismo? ¿No hay momentos en que vamos marcha atrás y el mono y el tigre dentro de nosotros se hacen cargo?

Detrás del plano físico se halla el plano astral, y detrás del plano astral se halla el plano mental, y detrás del plano mental se halla el plano espiritual, actuando cada plano como un plano de causación para el que esta debajo, y siendo controlado cada uno a su vez desde el plano superior encima suyo. Cuando ''cambiamos de engranaje", la conciencia es desviada de un plano más denso a uno más sutil y empezamos a movernos entre causas cada vez más remotas de las que los acontecimientos sobre el plano físico son los resultados finales; manipulamos estas causas y los resultados son efectuados inmediatamente.

Cuando cambiamos de marcha del físico al astral, nos encontramos sobre el plano de la conciencia psíquica y la magia menor. Suponiendo que está teniendo lugar un combate psíquico entre dos ocultistas, si uno de ellos es de un grado tal que puede cambiar de nuevo de marcha, de modo que su conciencia sea elevada desde el plano astral al mental, estará en la esfera de la magia mayor y estará en pleno control de la situación. El otro no puede hacerle ninguna resistencia. Pero ¿qué ocurre en el caso de la rara y mística alma que puede desviar la conciencia una vez más y engranar las marchas de un poder puramente espiritual? Ha sobrepujado al adepto. Hay muchas almas que tienen esta conciencia mística espiritual aunque no tienen ningún conocimiento oculto. Entre los modos de pensamientos superiores e inferiores hay un gran golfo atravesado que ellos saltan precariamente. Si están en tiempo de crisis son capaces de elevarse por fe y entrar en esta conciencia mística y estarse quietos, tendrán el aire superior de cualquier oculista que no se apoya sobre nada salvo la técnica del ocultismo.

La cuestión de la conciencia mística está, sin embargo, fuera del alcance de nuestra presente encuesta, que está concernida con los métodos psíquicos y la técnica tradicional del ocultista Temperamentos diferentes emplearán métodos diferentes, y el método místico no le llama la atención a todo el mundo.

El ocultista no ignora sin embargo la fuerza del Cristo; la reconoce entre la jerarquía de fuerzas supremas del universo, aunque pueda no estar preparado para asignarla la posición exclusiva que ocupa en el corazón del místico Cristiano. En la Tradición Occidental está simbolizada por Tifareth, el Sefira central de los Diez Santos Sefiroth del Árbol de la Vida Qabalístico.

La fuerza del Cristo es el factor equilibrador, compensador, sanador, redentor y purificador del universo. Debería ser invocada en toda operación de autodefensa psíquica en que esté concernido cualquier elemento humano, encarnado o desencarnado. Cuando tienen que tratarse elementos no-humanos, tales como elementales, formas de pensamiento, o losos Qlifoth, es el poder de Dios el Padre, como Creador del universo, el que se invoca, siendo afirmada Su supremacía sobre todos los reinos de la naturaleza, visibles e invisibles. Dios el Espíritu Santo es la fuerza que se emplea en las iniciaciones, y no debería ser invocada durante los tiempos de dificultad psíquica, pues su influencia tenderá a intensificar la condición y a hacer el Velo aún más fino.

Hay un aspecto muy curioso del área oculta concerniente al cual algo debe decirse en las páginas presentes, aunque no pueda revelarse mucho, sino solamente aquellos aspectos con los que realmente me he cruzado. Siempre lo he oído llamar la Policía Oculta; otros pueden conocerlo por nombres diferentes pero creo que es una cosa muy real y concreta, aunque su organización no esté sobre el plano físico, ni, por lo que yo sé, sus actividades mundanas estén reunidas en un simple par de manos. Me he cruzado con su huella en un número de ocasiones, y he jugado mi parte en sus actividades, y he hablado con otros que también han estado concernidos en ella, y siempre han dicho como yo, que es la voz interna y las circunstancias que dirigen nuestras actividades cuando cooperamos con esta misteriosa organización.

Creo que está organizada en unidades nacionales, pues la gente parece ir afuera y adentro de jurisdicciones, o ser pasada de una a otra. En mi experiencia no tiene ningún sesgo político particular, sino que se concierne solamente con los métodos ocultos aplicados a fines criminales y ofensas contra la sociedad.

Uno o dos casos ilustrativos pueden ayudar a aclarar la cuestión. Surgieron en un tiempo algunas complicaciones respecto a un ocultista indio que estaba visitando este país a fin de fundar una escuela. El estaba profundamente involucrado en la política de su propio país, y no podía haber duda alguna de que le disgustaban los ingleses y todos sus modales mucho en verdad. Creo que yo era el único anglosajón purasangre que estaba en contacto con él. Por lo que yo sé, no se concernía él mismo con las actividades políticas del plano mundano, siendo su idea organizar un grupo de meditación que vertiesen la fuerza espiritual regenerativa del Este dentro del alma-grupo del Imperio Británico, que declaraba que estaba en un estado en verdad muy malo. Yo mantenía, sin embargo, que el alma-grupo no estaba muriendo, como él sostenía, sino muy cansada, pues era inmediatamente después de la Guerra. Más aún, no podía ver cómo cualquiera a quien le desagradase tantísimo iba a ser capaz de regenerarla. Ni estaba segura de que la regeneración fuera a ser de nuestro gusto si fuéramos a conseguirla. Este hombre, a quien llamaré X., era de un orgullo espiritual intenso, y su idea-raíz era que Inglaterra debe reconocer la supremacía espiritual de la India y tomar su inspiración espiritual del Este. Yo era joven e inexperta por aquel tiempo, pero empecé a preguntarme qué clase de fuerza espiritual iba a ser vertida a través del canal que estábamos construyendo. Suponiendo que durante la Guerra un grupo de ocultistas ingleses hubiera tratado de llevar a cabo un servicio similar para Alemania, ¿qué línea habrían tomado? ¿No habrían tratado de influenciar la mente grupal alemana para abandonar sus ideas militaristas y concentrarse en la Liga de Naciones? ¿No era más que probable que nuestro amigo indio estuviera tratando de desengañarnos de nuestras tendencias imperialistas? ¿No le parecería, escocido como estaba bajo el prejuicio de raza del hombre blanco, que el mundo sería un lugar mucho mejor para la humanidad si los ingleses cultivasen su propio jardín y dejasen sola al resto de la gente? Me volví cada vez mas desasosegada, y X., siendo un buen psíquico, detectó mi desasosiego, y se me pidió retirarme del grupo que estaba organizando.

Yo estaba bastante convencida de que se estaba intentando algo siniestro contra la mente grupal de mi raza, pero no tenía medios de calibrar su extensión o potencia. Este no era la clase de cuento que uno puede llevar a Scotland Yard; más aún, algunas de mis amistades personales creían en la bona fides de X. y estaban tomando parte en el grupo que estaba organizando, y estaba muy ansiosa por no involucrarlas en ninguna molestia. En mi perplejidad resolví no hacer nada sobre el plano físico e invocar a los Maestros sobre los Planos Internos.

Por este tiempo yo no era de un grado que se supone tenga acceso directo a los Maestros, pero determiné tratar de conseguirlo telepáticamente, aunque no sabía si aquellos a los que estaba tratando de telepatizar eran humanos o no-humanos, encarnados en cuerpos físicos o entidades desencarnadas, pues por aquel tiempo no estaba muy avanzada en mis estudios ocultos.

Todo lo que tenía para apoyarme era una idea abstracta y el conocimiento de que en dificultades previas había sido capaz de entrar en contacto con Algo en los Planos Internos que había probado ser un amigo poderoso.

Al telepatizar, el método usual de entrar en contacto es visualizar a la persona con la que deseas comunicarte y llamarla por su nombre. Yo no tenía nada que pudiera visualizar y no conocía ningún nombre. Sin embargo, determiné hacer el intento lo mejor que podía y, metafóricamente hablando, puse mi cabeza fuera de la ventana de este tabernáculo carnal y llamé a la policía. Y obtuve una respuesta. La Voz Interna me replicó muy clara y distintamente:

"Tienes que ir al Coronel Y."

Me hice para atrás ante esto, pues el Coronel Y. era una persona más bien eminente a la que había sido introducida una vez, y la ultima persona en el mundo a la que una querría convidar a un cuento falso. No tenía ningún deseo de ponerme en ridículo subiéndome a las barbas de este formidable guerrero en su guarida. Mis estudios psicológicos me habían familiarizado con los funcionamientos de la mente subconsciente y lo que puede hacer cuando se disocia, y sentía que la situación requería manejarse con considerable precaución porque los resultados de un paso en falso podrían ser desagradables.

Repliqué por tanto a la Voz Interna, "No puedo creerte a no ser que me des un signo".

La réplica vino a través, "El Coronel Y. estará en tu próxima conferencia. Díselo entonces".

A esto repliqué, "Sé que el Coronel Y. no puede estar en mi conferencia porque su regimiento ha sido destinado fuera del país, y se habrá marchado antes de que tenga lugar".

La respuesta volvió, "El Coronel Y. estará en tu próxima conferencia".

"Muy bien", dije yo, "ése será mi signo. Si el Coronel Y. está ahí, se lo diré, y si no, dejaré que el asunto tome su curso".

Llegó debidamente el día en que tenía que dar una conferencia pública en cierta ciudad. Llegué al salón en el curso debido, ¡y la primera cosa que vi fue al Coronel Y. subiendo las escaleras! Así que determiné tomar el toro por los cuernos, e inmediatamente después de la conferencia me fui en directo hacia él y dije, "Tengo un mensaje para ti".

"Sé que lo tienes", replicó él, "pues se me ha dicho que lo esperara".

Tal parece que estaba sentado en su cuartel una tarde con sus dos perros. Ellos de repente se sintieron inquietos y empezaron a investigar algo que no estaba ahí. El oyó una voz que le decía claramente a su oído interno que yo iría y pediría su ayuda y que tenía que dármela. Se impresionó tanto por esta concurrencia que fue a una amiga mutua y la preguntó si yo estaba en problemas de alguna clase. Ante su petición ella me escribió para preguntar cómo me iba, y yo, no realizando la significación del incidente, devolví una respuesta no comprometida.

El escuchó mi historia y me dijo que dejara la cuestión en sus manos, lo que hice.

Esta es una historia bastante curiosa de coincidencia, pero la secuela es aún más curiosa. Después de dejar al Coronel Y., le pregunté una vez más al Invisible si debería tomar algún paso posterior. Vino a través la respuesta de que por el presente no tenía que hacer nada, pero que se me diría cuándo había de tomarse acción posterior. Supe posteriormente que X. había dejado el país pocos días después de mi entrevista con el Coronel Y.

Nada ocurrió por cerca de cinco meses, y entonces un atardecer cuando estaba sentada junto al fuego en el crepúsculo oí claramente a la Voz Interna diciéndome que ahora era el tiempo de hacer un movimiento en la cuestión de X., y que tenía que ir a Mr. Z., y contarle mi historia. Ahora bien Mr. Z. era una persona muy eminente en verdad, de quien tenía conocimiento como de un avanzado ocultista, pero con quien no me había encontrado nunca. Repliqué a la voz interior que me era imposible aproximarme a Mr. Z., simplemente se me mostraría la puerta y que a no ser que ellos pudieran abrir el camino desde su propio extremo, no veía cómo había de hacerse. Llegó muy claramente a través la respuesta de que se allanaría el camino. Y así fue.

Un par de días más tarde fue anunciado un visitante, un viejo amigo a quien sólo veía ocasionalmente, y después de los saludos e intercambios de noticias usuales, dijo, "Desearía mucho que te encontraras a un amigo mío que pienso que estaría interesado en tu trabajo. ¿Puedo traerle a que te vea? Su nombre es Mr. Z.". No hace falta decir que estuve de acuerdo.

Cuando llegué al encuentro señalado, dije a Mr. Z., después de haber sido introducida, "Tengo un mensaje para ti", pensando que igual podría ser colgada por un carnero que por una oveja. El escuchó atentamente, y cuando mencioné el nombre del indio, mi amigo, que estaba presente, exclamó, "Es una cosa curiosa que estés moviéndote en esta cuestión en el momento presente. X. aterrizó en Inglaterra hace un par de días".

Se notará que tan pronto como X. dejó Inglaterra, se me instruyó que contuviera mi mano, y tan pronto como retornó tras una ausencia de cinco meses, se me instruyó para que comenzara de nuevo la acción. A no ser que estemos preparados para tirar del largo brazo de la coincidencia limpiamente fuera de su articulación, debemos concluir que alguna inteligencia directora estaba en funcionamiento. Este no es sino uno entre muchos ejemplos en mi experiencia. Las limitaciones de espacio me impiden mencionar más.

En adición a la Policía Oculta, que funciona exclusivamente en los Planos Internos, existen también ciertos grupos de ocultistas que se han juntado con el propósito de combatir el Ocultismo Negro. Supongo que se dan a sí mismos diferentes nombres, pero no sé cuáles son éstos; siempre los he oído referidos genéricamente como las Logias de Caza. En diversas ocasiones he tenido una escaramuza en sus flancos y he presenciado algunas vívidas correrías. Imagino que están organizadas en conjunción con la Policía Oculta, y ciertamente poseen medios de obtener información que apuntan a una cooperación desde los Planos Internos, Parecen poseer alianzas en cuarteles inesperados y ser capaces de tirar de un notable número de cuerdas. Qué armas psíquicas usan no lo sé, pero sobre el plano físico parecen apoyarse mayormente sobre exposiciones en periódicos, y en mantener a los indeseables en movimiento, no permitiéndoles nunca asentarse y organizarse. Sabiendo lo que sé de sus métodos, he reconocido de tiempo en tiempo su manual de signos en diversas transacciones por las que los ciudadanos decentes tienen toda la razón para estar agradecidos.

Me crucé con ellos en una manera que sirve para ilustrar el modo en el que los ocultistas pueden "pedir" información que pueden necesitar, y el fortuito tren de circunstancias que la suministrará.

Cuando era una chica joven, al comienzo de mi interés en el ocultismo, entré en contacto con un adepto del que pronto realicé que estaba en el Sendero de la Izquierda, y con el que pronto corté mi conexión. Poco después de que rompí con él, estaba viendo una gimkhana en compañía de algunos amigos, entre ellos un estudiante de ocultismo, y empezamos a discutir materias de interés mutuo. Impelida por no sé qué impulso a confiar en él lo que nunca le había contado a ningún alma, le conté mis experiencias con el adepto al que me he referido. Para mi sorpresa lo sabía todo sobre él. Parecía que mi nuevo conocido estaba conectado con un grupo de ocultistas que habían tomado como trabajo la caza de Logias Negras; ellos ya se habían cruzado con la pista de mi adepto negro y le habían compelido a cerrar, y él había jurado no reorganizar su Orden. Habían tenido recientemente razones para creer que este juramento no estaba siendo mantenido y que había organizado de nuevo una Logia y estaba trabajando sus rituales, pero no sabían dónde ponerle las manos encima. Y entonces vine yo, un pedacito de pecio humano lanzando al aire en un campo de deportes para darles la información que necesitaban en el momento mismo en que la necesitaban. Estas cosas ocurren demasiado regularmente en el ocultismo para que se las considere como azar.

Es mi creencia que es posible para cualquiera que tenga necesidad de ella entrar en contacto telepáticamente con esta fuerza de la policía oculta. El símbolo que se me enseñó usar fue una Cruz de Calvario negra con círculo sobre un fondo escarlata. Esto se concibe en la imaginación, y mientras se contempla con firmeza mentalmente se envía la llamada al Invisible, proyectándola desde el centro de la frente.

Se han hecho diversos intentos para probar que las fraternidades ocultas son dirigidas todas desde un solo cuartel general, del que se ha dicho diversamente que está situado en Alemania, Tibet, Mongolia y Sudamérica. Personalmente no lo creo. Supongo que tengo una familiaridad bien variada con los trabajos internos del movimiento oculto, y nunca he visto nada en absoluto que indicase ningún control centralizado, sea para el bien o para el mal. Todo, de hecho, apunta al otro sentido, e indica que no hay ningún lazo conector salvo el de una literatura común, un idealismo común, y una serie de símbolos que, si no comunes a todas las secciones, son fácilmente traducibles por medio de equivalentes bien entendidos. La posición del campo oculto es análoga a la de la Cristiandad Protestante, no a la de la Cristiandad Romana. El Ocultismo no tiene Papa.

Tampoco creo que el Bolchevismo consiguiera nunca un fundamento en las Logias, aunque creo que lo intentó; como lo testimonia la aplicación a mi propia fraternidad. El ocultista corriente no está interesado en la política, su interés está en cosas invisibles. Más aún, las fraternidades ocultas están demasiado incoordinadas y esparcidas para ser formidables armas políticas incluso si fueran imbuidas de Bolchevismo.

También se ha dicho que las fraternidades ocultas son controladas por los Judíos en los intereses del Sionismo. Esto es bastante falso. Hay poquísimos Judíos en el movimiento oculto. Es verdad, sin embargo, que la Qábalah, el misticismo tradicional de la raza Judía, es una de las fuentes principales del ocultismo Occidental, y que cualquier ocultista que trabaje sobre esta tradición debe conocer al menos el suficiente Hebreo para ser capaz de transliterar escritura Hebrea. El estudio de la Qábalah mística moderna está casi exclusivamente en las manos de los Gentiles, y los eruditos Judíos ortodoxos saben muy poco o nada de su literatura y nada en absoluto de su significación mística.

Nadie ha dicho cosas más duras del movimiento oculto de lo que yo le he hecho, y si pensara que hubiera cualquier sistema organizado de influencia maligna, no vacilaría en decirlo, pues tengo la integridad del movimiento en muchísima estima; pero no creo honestamente que haya ninguna organización generalizada del movimiento oculto, sea para el bien o para el mal, cualquiera que pueda ser la concepción de una sobre el bien y el mal. Una sólo puede hablar, desde luego, de lo que ha visto, pero creo que me hubiera resultado imposible haber estado tan íntimamente asociada con ese movimiento como lo he estado y no haberme cruzado nunca con sus huellas en punto alguno. Me he cruzado con muchísimas huellas, y he visto, no lo negaré, muchísimo que era malo, pero este mal particular no lo he visto, y no creo que exista fuera de la imaginación de la gente con abejas en sus bonetes. El verdadero nexo del movimiento oculto es la devoción a un ideal común, pero este ideal es aproximado por una infinita diversidad de senderos, tantos como los alientos de los hijos de los hombres.

Lo siento por la hipotética persona que tenga la tarea de organizar el movimiento oculto, pues los ocultistas de diferentes escuelas no pueden ser inducidos a cooperar. Cualquier técnica que difiera de aquella con la que están acostumbrados es sospechosa; cualquier contacto no familiar es negro. La gran mayoría de las cabezas de escuelas que he conocido se han sentado cada una en su propio circulo de luz y han condenado a todos los demás. Como la vieja señora que observaba a su hijo marchar con los Territoriales, ellos exclaman, "Están todos fuera del paso menos nuestro Jock". Tuve una vez un sueño de una federación de sociedades ocultas con una convención anual, pero pronto realicé que no era trabajable. Si no puede hacerse que los ocultistas se organicen para servir sus propios intereses, es muy improbable que puedan ser nunca organizados para servir los de cualquier otra persona.

Los abusos más prevalecientes del ocultismo Occidental son la inmoralidad, la toma de drogas y la embaucación de mujeres estúpidas. Sus peores faltas son la credulidad, una erudición descuidada que linda en la falta de letras, y una abundantemente extendida necedad de intelecto. El decir la fortuna en todas sus formas y alguna curación espiritual muy espúrea constituyen otro borrón sobre lo que debería ser terreno santo. Es difícil hacer justicia a ideales que uno no comparte, pero siempre me ha parecido que el humanitarismo altamente coloreado con el que se empapan ciertas secciones del movimiento no es un ornamento. "Por sus frutos les conoceréis". Algunos de los frutos que he visto me han parecido estar algo pasados de maduros.

Las mentes más finas del ocultismo son totalmente desconocidas fuera de sus propias Ordenes. Una cláusula muy común en los juramentos de iniciación obliga al candidato a no revelar los nombres de sus compañeros miembros. Si se rompiera este juramento, el público general se llevaría algunas sorpresas. No teniendo una buena reputación el ocultismo para el público general, los hombres en posiciones públicas no pueden permitirse tener sus nombres asociados con él: su interés es por consiguiente cuidadosamente ocultado, y sólo hablan de él a aquellos con cuya simpatía y discreción pueden contar.

Aquellos que saben qué buscar, sin embargo, pueden descubrirlos fácilmente. Cualquiera que esté acostumbrado al análisis del estilo literario puede detectar al lector regular de la Biblia. Cualquiera que conozca los rituales ocultos detectará su sabor en el estilo literario u oratorio de un hombre que está habituado a su uso. Quizás pasado este tiempo pueda ser perdonada si rompo el Juramento de los Misterios que obliga al secreto concerniente a los nombres de los iniciados y sugiero que la clave de la controversia Bacon-Shakespeare puede residir en el hecho de que Bacon y Shakespeare eran miembros de la misma orden.