CAPÍTULO XIII
LOS MOTIVOS DEL ATAQUE PSÍQUICO. I
Filtros de amor.— Presión psíquica.— Congressus subtilis.— Lilith de los Qabalistas.— "Contrapartes".— Los hijos de Dios y las hijas de los hombres.— Incidente de proyección astral en un lazo.— Caso curioso de substitución.— Casamientos de hadas.— Aspecto etérico del congreso sexual.— Incubos y súcubos.— Experimentos mágicos de Mr. X.: (a) con una chica soltera, (b) con una mujer casada.— Vicio no natural.
Hemos señalado en un capítulo anterior que el modo más simple de descubrir si la víctima de un supuesto ataque psíquico está noveleando o no, es buscar los motivos, y si no son discernibles, dar a la imaginación el beneficio de la duda. Los motivos comunes de codicia, lujuria, venganza y miedo de traición no necesitan de un discernimiento psíquico para su descubrimiento sino que son perceptibles al ojo desnudo. Hay otros motivos, sin embargo, que pueden ser operativos en círculos ocultos pero que serían pasados de largo sin sospechar por el investigador ordinario.
Los viejos libros de hechizos que han llegado hasta nosotros, mayormente a través del vestíbulo de los sirvientes, están repletos con recetas para asegurarse el amor del sexo opuesto. Los antiguos grimorios proporcionan prescripciones rituales más elaboradas, y los registros de juicios de brujas contienen frecuentes sumarios de la mujer sabia que, por una consideración, se encargó de dirigir los afectos de la gente hacia personas por las que aparentemente no tenían ninguna predilección natural. ¿Han de ser tomadas seriamente tales operaciones, o deberíamos clasificarlas con las píldoras antiobesidad que reducen sin dieta?
Ya nos hemos referido a los viejos filtros de amor. Los antiguos estaban bien familiarizados con las drogas afrodisíacas que excitaban la pasión sexual. Y no son del todo ignorantes los modernos, como revelan los anuncios cuidadosamente escritos en ciertas publicaciones astrológicas. Hay firmas en Francia que se especializan en la manufactura de chocolates que contienen dosis enmascaradas de estas drogas. Recientemente les fue dada publicidad a sus producciones debido a la muerte de dos chicas y un hombre por tomar sobredosis. Hay coktails en uso en este país que contienen ingredientes llamados "tónicos" cuyo efecto es bien conocido. Si éstos no son "filtros de amor", ¿qué son?
No estamos concernidos en estas páginas con métodos que pertenecen solamente al plano físico, pero estas cuestiones requieren mención porque hay motivos para creer que en más de una ocasión, incluso en este país, se han empleado afrodisíacos como ayudantes a las practicas ocultas. Hubo una cierta firma que empezó a anunciarse extensamente y que estaba levantando un buen negocio en lo que podrían llamarse "géneros diversos para ocultistas". Entre otras preparaciones que suministraban estaba el "Incienso para la operación de Venus". Sin embargo, la firma llegó a un fin inoportuno por la intervención de la policía, yendo ambos socios a la cárcel.
Pero aparte del uso de medios puramente materiales, no es difícil ver qué usos podrían hacerse de la influencia mental en esta dirección. He visto varios casos que parecían extremadamente sospechosos, pero en estas cuestiones es muy difícil llegar a los hechos. La manera del ataque es intangible y no deja traza, y la víctima puede no sospechar y ser enteramente ignorante no sólo del lado psíquico del sexo, sino también de sus aspectos físicos y emocionales más sutiles. Más aún, aquellos que han sufrido más a menudo son los que menos hablan. Se puede oír ocasionalmente de un intento que fue frustrado. El intento que tuvo éxito muy raramente viene a la luz porque la víctima tiene tanto motivo para ocultarlo como el agresor.
Cuando llegamos a las prácticas puramente ocultas, hay dos modos en los que puede alcanzarse el fin deseado: puede hacerse incidir una presión psíquica sobre la persona deseada de modo que él o ella caigan bajo la influencia del operador; o puede tener lugar la operación psíquica conocida como congressus sbhtilis.
¿Qué es exactamente congressus subtilis? Tendremos que saber un buen montón más sobre el lado oculto del sexo de lo que sabemos al presente antes de que podamos responder a esa pregunta. En primer lugar, ¿cuáles son los hechos, o supuestos hechos, de la cuestión? Los antiguos sostenían creencias muy definidas sobre el tema, y estas creencias pueden muy a menudo proporcionarnos una pista, incluso si no aceptamos las muy antropomórficas explicaciones por las que son acompañadas.
Se creía que la arcedemonio Lilith tenía muchísimo que ver con estas cuestiones. De acuerdo con los Qabalistas, Lilith fue la primera esposa de Adam, que solía visitarle en sus sueños mientras él estaba aún solo en el Jardín del Edén, y el Señor Dios se inquietó tanto con estas visitas que creó a Eva como una contra-atracción. Las brujas eran las recipientes de similares atenciones por parte del Diablo. Sta. Teresa de Ávila registra que la Divinidad Misma la visitó. La Virgen María recibió al Espíritu Santo. San Antonio fue tentado por apariciones de bellos demonios hembra. Hay muchos casos registrados de conventos enteros de monjas atacados por el Diablo, que visitaba a sus miembros. George Moore, en su extremadamente interesante estudio de la vida conventual, Hermana Teresa, da un relato de una erupción de "Contrapartes" entre las monjas más jóvenes, en el que formaban lazos con amantes angélicos, que se suponían que eran las almas de los ahogados en el Diluvio. Leemos en el Génesis y en el Libro de Enoc que los Hijos de Dios se casaron con las hijas de los hombres, y el resultado fue la raza demoníaca. El folclore de todo país contiene ejemplos del casamiento de humanos con elementales, usualmente con consecuencias desastrosas. La literatura clásica está llena de historias de visitas de dioses y diosas al género humano. ¿Que diremos de tales historias? ¿Hay algún elemento en ellas más allá del cuento de hadas y el cumplimiento del deseo? Podemos entender fácilmente el motivo de la monja que, deseando ocultar la identidad de su amante, declara que tiene un niño del Diablo. Podemos entender igualmente la psicología del resto del convento que acepta la historia y ve al Diablo en cada rincón.
Permítaseme citar ciertos casos que han llegado a mi conocimiento personal y veamos si a la luz de éstos podemos cerner el hecho de la fantasía. Vino a visitarme una vez un hombre joven que estaba enamorado de una mujer casada. El me contó que en varias ocasiones había tenido un sueño muy vivido de visitarla, y ella había soñado simultáneamente en que recibía su visita. El estaba ansioso por perfeccionar la técnica de esta operación, y de aquí su visita a mí. Me temo que fui antipática, y consecuentemente no obtuve ninguna información posterior concerniente a este curioso experimento.
Un caso aún más curioso llegó a mi conocimiento hace algunos años. Una mujer me contó que en los días de su juventud se había prometido para casarse con un hombre al que estaba muy profundamente apegada, y que fue asesinado mientras trabajaba como misionero en África Occidental. Habiendo perdido al único hombre al que creía que podría amar, consintió en casarse con un primo segundo que había estado enamorado de ella desde hacía largo tiempo, y que era un semiinválido. Cuandoquiera que tenía relaciones con su esposo, siempre visualizaba la forma de su primer amante. Ella misma era menguada, morena y bajita. Su marido, una relación de sangre, era de tipo similar a ella, y un hierbajo en el convenio. Pero sus tres hijos fueron altos, rubios del tipo nórdico, teniendo un fuerte parecido al hombre muerto. La verdad de esta historia me fue atestiguada por un amigo de la familia.
He conocido personalmente dos supuestos "niños intercambiados". El hombre tenía las orejas puntiagudas de Pan, y si alguien fue nunca un hijo del Diablo, él lo fue. La mujer era una criatura curiosa y fascinante, esencialmente no-humana, y cuando nació su niño vino al mundo sin mayores problemas que un gatito. Ambos de estos seres fueron concebidos cuando sus madres estaban bajo la influencia de la bebida, y ambos de ellos estaban caracterizados por una señalada dureza, que en un caso se desarrolló en deliberada crueldad. Aunque de apariencia muy peculiar, ninguno de ellos era deficiente en lo mas mínimo, poseyendo ambos, de hecho, considerablemente más que la ración corriente de cerebro.
Cualquiera que tenga algún conocimiento del aspecto esotérico del sexo sabe que la unión es tanto etérica como física. Es este hecho el que constituye la diferencia real entre la unión normal y el autoabuso, y explica por qué la primera es vitalizadora y armonizadora, y el último es agotador y acaba con los nervios. ¿No podemos concebir posible que alguien que pueda proyectar el cuerpo etérico, o un ser cuyo vehículo más denso sea etérico, tome parte en uniones bajo ciertas condiciones? Y si aceptarnos la teoría de la mediumnidad o de la obsesión, que es una forma patológica de mediumnidad, ¿qué diremos concerniente a la posibilidad de una unión mientras uno u otro de los partícipes está bajo control? ¿Qué clase de alma podría venir a la encarnación bajo tales condiciones?
La tradición medieval reconocía dos clases de demonios que invaden el sueño, y los llamaba Incubos y Súcubos. Se sostenía que éstos eran los responsables de los sueños lascivos. La psicología moderna no tiene en cuenta sus servicios y mira más cerca de casa. El psíquico, sin embargo, opina que hay algo en la vieja creencia, y que las imaginaciones lujuriosas de los corazones de los hombres (y de las mujeres también, en cuanto a eso) producen en verdad elementales artificiales de acuerdo con el método descrito en un capítulo anterior, y que estos elementales son algo más que imágenes subjetivas, y tienen una existencia etérica objetiva y juegan su parte en la génesis de ciertas experiencias. Por ejemplo, una persona puede tener sueños y fantasías de una naturaleza lasciva, y éstos pueden dar lugar a sus formas de pensamiento características; estas formas de pensamiento, existiendo ahora independientemente de la mente que las concibió originalmente, y estando en el aura de esa persona, la dan una sugestión igual que podrían hacerlo cualesquiera otras formas de pensamiento proyectadas telepáticamente desde la mente de otra persona. Realizamos poco la extensión hasta la que nos damos a nosotros mismos sugestión telepática por medio de formas de pensamiento exudadas. Estamos de hecho, en la esfera de nuestras propias atmósferas, emanadas por nosotros mismos. Recuerdo que de niña se me contó que si una jaula de pájaro se colgaba justo bajo el dosel de una cama de cuatro postes al viejo estilo, se encontraría el pájaro muerto por la mañana, envenenado por el gas ácido carbónico exhalado por el durmiente que yacía abajo. Realizamos poco la extensión en que somos envenenados psíquicamente por nuestras propias emanaciones de pensamientos sin guardia ni pureza.
Es bien sabido que el orgasmo tiene lugar en sueños, acompañado por imágenes de sueño apropiadas. Los antiguos creían que tal experiencia era debida a la acción de los demonios. Los modernos creen que es debido a la tensión física. No es tan generalmente conocido que hay gente, tanto hombres como mujeres, que pueden producir la misma reacción a voluntad con sólo el medio de sueños despiertos. ¿No podemos preguntarnos si ello puede ser producido también por medio de la sugestión telepática, y si esto no habrá jugado una parte en las operaciones de muchos grupos de brujería?
Hay otra curiosa fase de este aspecto del Sendero de la Izquierda, que fue traída a mi conocimiento a través de un caso que llegó a mis manos. Una chica joven, de mente simple y sin sofisticación, viviendo una vida muy aislada con una madre viuda, fue a consultar a un psíquico bien conocido, al que llamaremos Mr. X. En el círculo en el que tanto Miss Y. como Mr. X. se movían había otro, una figura prominente, al que llamaremos Mr. Z, que tenía la reputación de un conocimiento de la magia. Mr. X. dijo a Miss Y. que había leído los registros de sus vidas pasadas, y que había un lazo kármico entre ella y Mr. Z., y que ella podría ayudarle en su trabajo virtiendo sobre él amor y magnetismo. Se la instruyó meditar sobre Mr. Z. cada noche al tumbarse en la cama, hasta quedarse dormida. Esta pobre chica, solitaria y confiada, se entregó sin reservas a esta tarea. Pronto, sin embargo, empezó a sentirse desasosegada. Su sentido común se hizo valer, pues descubrió que las meditaciones que se la pedían hacer estaban teniendo un efecto muy perturbador sobre ella; pero Mr. X. apaciguó sus temores y recordó su sumisión asegurándola que había mirado en el futuro y había visto que finalmente Mr. Z. se casaría con ella. Por entonces ella tenía una aventura amorosa acongojante que la tenía muy infeliz e incapaz para su trabajo. Fueron intercambiadas un número de cartas sobre el asunto entre Miss Y. y Mr. X., que yo he visto. Traté lo mejor que pude de persuadirla de que abandonara todo el asunto. Mr. X. tuvo éxito en persuadirla de seguir con ello, jugando sobre sus sentimientos y contándola cuan terrible sería el apuro de Mr. Z. si ella le retiraba su apoyo psíquico, y renovando su seguridad en un lazo kármico que resultaría en un matrimonio final si ella era fiel. Miss Y., penosamente afligida y azorada, acudió a ciertos de los líderes de la organización a la que los tres de ellos pertenecían. Esta gente secundó mi consejo de que debería descontinuar estas prácticas, pero la persuadieron para que les entregara las muy comprometedoras cartas que estaban en su posesión. Habiéndose procurado éstas, declararon que todo el asunto era una imaginación de parte de ella, y en vez de sacar de sus filas a este par de bribones, les dejaron continuar funcionando según lo usual.
Este sería un caso suficientemente extraño si fuese uno aislado, pero no lo es. Otra mujer vino a mí por este tiempo en un estado que lindaba con la demencia, y me contó que también ella había estado consultando a Mr. X., que la había dicho que ya había recibido la iniciación en los Planos Internos, aunque ella podría no ser consciente de ello, y que sus facultades psíquicas estaban a punto de abrirse (un comentario de su repertorio), pero que si ella quería hacer un progreso real en el Sendero debería cesar de vivir con su esposo y él (Mr. X.) la pondría en contacto con su alma-pareja astral. La consecuencia de este precioso consejo fue destrozar su hogar y sacarla de sus cabales. Un día, caminando por el Parque, se encontró con Mr. Z., y le declaró que era su amante astral, una afirmación que Mr. X. confirmó, y embelleció con la información de que Mr. Z. era también el Maestro que la iniciaría.
Traté de persuadirla de llevar todo el asunto a una conclusión sumaria y volver con su marido, pero ella dijo que nunca podría hacer esto después de las experiencias astrales que había tenido. Mr. X. reestableció su influencia sobre ella, ella dejó la dirección en la que la había conocido, y nunca he oído qué fue de ella. Su condición cuando la vi por última vez era deplorable —debilitada, los ojos descontrolados y crispándose con movimientos convulsivos.
¿Creería alguien la historia de una mujer así? Obviamente nadie, a no ser que vieran las cartas que yo vi. Y no es éste el único caso; una compañera de trabajo me contó de dos precisamente similares que habían llegado a su conocimiento en conexión con Mr. X. Son casos como éstos los que hacen al investigador honesto de los fenómenos ocultos agradecido de que haya en nuestro libro de estatutos una ley que permite a los magistrados tratar efectivamente con ocultistas que prostituyen sus poderes. Es tan generalmente conocido que ningún iniciado puede usar las artes ocultas para su beneficio, que es difícil simpatizar con la gente que paga a algunos ocultistas que se anuncian su media corona o su media guinea, y se encuentra luego abandonada a desazones.
¿Qué conclusiones pueden extraerse de los incidentes que he relatado, sobre cuyos hechos puedo testimoniar por conocimiento personal? Cuatro mujeres son persuadidas a embarcarse sobre un proceso de meditación cuyo objetivo es verter fuerza. La naturaleza de la fuerza que se vierte es indicada por el hecho de que a las mujeres casadas se las instruye para que no vivan con sus marido y a la chica no casada se la anima a enamorarse del hombre que se constituye el foco de la operación. Este hombre es la cabeza de un grupo de gente que se sabe está ocupado en el ocultismo práctico y el ceremonial. La conclusión que extraigo es que un experimento oculto estaba a la vista, y que, sin consideración de las consecuencias para ellas, se hizo uso de estas mujeres a fin de llevarlo adelante, siendo el procurador el bien conocido psíquico, Mr. X., y el operador el notorio Mr. Z.
El mismo grupo tiene en su crédito una serie recurrente de escándalos en conexión con un vicio antinatural. Si éste fuera meramente un vicio como tal no vendría dentro de los alcances de estas páginas, pero parece usarse sistemáticamente como un medio de obtener poder oculto. Aquellos que tienen algún conocimiento de los aspectos más profundos del ocultismo saben que la fuerza sexual es una de las manifestaciones de kundalini, las serpiente de fuego que de acuerdo con la filosofía Tántrica yace enrollada en la base de la columna vertebral, o en los términos del ocultismo Occidental, el plexo sacro. El control y la concentración de la fuerza de kundalini es una parte importante de la técnica del ocultismo práctico. Hay un modo correcto de dirigirla a través del control del pensamiento, cuya técnica he explicado en mi pequeño libro, El Problema de la Pureza (Rider); pero hay también otro método, que consiste en estimular esta fuerza, y dirigirla entonces a canales anormales donde no será absorbida, sino que permanecerá asequible para fines mágicos. Es por esta razón que en ciertas formas de Misa Negra el altar es el cuerpo desnudo de una mujer que puede estar aún viva, o haber sido muerta sacrificalmente. A. E. W. Masón da un relato de tal cosa en su libro, El Prisionero en el Opalo.
Los operadores menos expertos, sin embargo, no pueden controlar esta forma de fuerza; tan pronto como la generan, ha de llegar a su conclusión lógica. Emplean por lo tanto otro tipo de estímulo, no la mujer, sino el muchacho o el joven. La práctica de la pederastia en conexión con el ocultismo es muy vieja, y fue una de las causas de la degeneración de los Misterios Griegos.
He tratado de estos temas en algún detalle en otro libro mío, Ocultismo Sano. Los particulares de los casos reales pueden encontrarse por referencia a las carpetas de Verdad, la revista ya referida.