Agradecimientos

 

 

 

 

La gratitud es la memoria del corazón.

JEAN BAPTISTE MASSIEU

 

 

Este libro ha sido un auténtico parto. Y no solo porque empecé a escribirlo justo cuando mi mujer se quedó embarazada, sino porque ahora mismo, apenas un mes después de nacer nuestra hija —entre lloros, pañales y mucha ternura—, pongo fin a este viaje literario. Nuevamente, en mi corazón solo hay lugar para el agradecimiento.

Doy gracias a mi mujer, Irene, por ser lo más maravilloso que me ha pasado en todas mis vidas. Y a mi hija, Lucía, por convertirse en mi nueva fuente de inspiración. Este libro lo he escrito con la paz y la luz que me genera sentiros tan cerca.

También quiero dar las gracias a mis padres, Carmina y Félix, por todo lo que han hecho por mí a lo largo de mi vida. Es un regalo contar con vuestra complicidad. Y lo mismo agradezco a mis hermanos, Verónica y Santiago. A mis cuñados, Domingo, Gina, Adriana y Alejandra. A mis sobrinos, Maya y Teo. A mis suegros, Marta e Ignacio. Y a mi abuela, Pilarín. Con los años me voy dando cuenta de que no me podía haber tocado una familia mejor.

En esta misma línea, doy gracias a Víctor Ángel, Carla Asmarats, Pepe Barguñó, Marc Bonavia, Josep Burcet, Luis Ferrajoli, Iurancha Foguet, Rafa Fuente, Víctor Gay Zaragoza, Javier Marigorta, Marc Marín, Gregory Norris-Cervetto, Marc Oromí, Sergio Piera Jr, Enrique Pintocoelho, María Serra, Jesús Sérvulo González, Marc Singer, Sebastián Skira y Gonzalo Vilar. Gracias por haber sido y seguir siendo grandes compañeros de viaje.

Por otra parte, quiero dar las gracias mis compañeros de El País Semanal, por permitirme hacer llegar este mensaje a cada vez más personas. Y también a Gonzalo Bernardos, por abrirme las puertas de la Universidad de Barcelona para dirigir el Máster en Desarrollo Personal y Liderazgo. Gracias a todos los facilitadores por vuestra pasión. Y a todos los participantes por vuestra confianza. También agradezco a mis socios de la consultora Koerentia por hacer posible en las empresas lo que muchos siguen pensando que es imposible. Doy gracias a todo el equipo de voluntarios que constituyen el proyecto educativo La Akademia. Y a todos los jóvenes participantes, por creer en vosotros mismos.

Con respecto a la publicación de este libro, doy gracias a mi amiga y agente literaria, Sandra Bruna, por seguir ayudándome a escribir desde el corazón. A mi editor, Carlos Martínez, por creer en mí y, muy especialmente, en el mensaje de este libro. A Jordi Gallí, por su complicidad y confianza. Y también al equipo de Random House Mondadori en general y a la editorial Conecta, en particular, por ser corresponsables del destino de este manuscrito. Y por supuesto, te doy gracias a ti, querido lector, por ser co-creador de este libro. Si no hubieras tenido la necesidad de reinventarte y prosperar profesionalmente, jamás habría sentido la motivación de escribirlo.