Capítulo 21
Cerca del Río Rapidan
Toffen
Dominio Oso Fantasmal
2 de Abril de 3062
Gregori vigiló la
ladera de la colina, al menos por centésima vez desde la salida del
sol. A pesar de todo aun no había señales de los Lobos, aunque el
sabía que estaban cerca. Su única compañía era el silencioso canal
de comunicaciones y una compañera que estaría tan feliz de
matarle como cualquier Lobo. Bethany se había apostado a casi
cien metros frente a él, más allá de la colina y frente al río. Su
robusto mech, un Nova de cortas piernas, vigilaba el terreno a sus
espaldas, hacía el lejano final del bosque que cubría buena parte
de las faldas de la colina. En la dirección en la cual esperaban
que llegasen los Lobos.
Desde la reprimenda
recibida por parte de la capitán estelar Ángela Bekker,
Gregori había retenido su lengua respecto a Bethany- una tarea que
encontraba muy lejos de ser fácil. No es que la odiara. Más bien
irritarla le entretenía, y mucho. Lo que odiaba de ella era el
desprecio con el cualtrataba su condición de librenacido. Era el
mismo sentimiento que le había costado varias promociones, de hecho
tenía ese record entre los Osos Fantasmales.
Eso se había
convertido en su lucha personal. Cuando había recibido
la información del codex de los guerreros que los Lobos habían
incluido en el envite, Gregori había comprendido la verdadera
naturaleza del enemigo. Los Bebedores de Sangre y su coronel
estelar eran insidiosamente crueles en sus tratos con los guerreros
librenacidos. Ni siquiera trataban de capturarlos y
convertirlos en sirvientes. De hecho antes
asesinarían salvajemente a un librenacido que tratarlo como a
un igual. Radick y su unidad se habían hecho una reputación
basada en su crueldad. Si Gregori fallaba al enfrentarse a
ellos, sabía cual sería su destino...la muerte.
Su Grizzly era un
mech de segunda línea, un pálido lamento de los modulares
omnimechs que pilotaban la mayoría de los
guerreros biennacidos. Tampoco le importaba. De setenta
toneladas de peso, su Grizzly estaba diseñado para combatir a
larga distancia, equipado con un mortal rifle Gauss, tres láseres
de impulsos de diferentes tamaños y un afuste de mísiles de
largo alcance de diez mísiles por salva.. Escaneó el área,
ajustando los controles de los filtros de sus sensores de largo
alcance, y en respuesta escucho el sonido de una alerta en los
auriculares de su neurocasco. Fijándose en la pantalla del
sensor, observó las señales de varios blancos no
identificados, y todos avanzaban hacia él.
-Bethany, confirme
mis lecturas- le transmitió Gregori.
-Claro que las
confirmo- le dijo- Veo cuatro mechs aproximándose.
-Mas bien cinco- le
replicó- Entraran en nuestro campo visual en un minuto o
dos.
Bethany no
vaciló.
-Mando Uno, aquí
Mando Dos. Tengo una estrella de los Lobos acercándose a mi
posición desde el sur.
La voz de la capitana
estelar le llego con claridad.
-¿Lo ha confirmado
Atacante Dos?
El corazón de Gregori
palpitaba acelerado por la excitación.
-Si, capitán
estelar.
-Ajustense al plan-
les advirtió Bekker-. Atraiganlos a la ladera de la colina que
desciende hacía el río, y nosotros nos ocuparemos del
resto.
Gregori hizo crujir
sus nudillos, después sujetó con fuerza el joystick del armamento y
los controles de aceleración. A su alrededor el Grizzly volvió a la
vida. Sintió el suave ronroneo del giroscopio, a unos cuatro metros
por debajo de su cabina, y el palpitante reactor de fusión- ahora
conectado a toda potencia. Si, esta iba a ser un peligroso combate,
pero tenía la intención de sobrevivir a el.
-¡Contacto!- vociferó
Bethany. Un mech de los Lobos salió del bosque, un Stormcrow de
reconocimiento avanzaba hacia su Nova, con
evidentes intenciones. Elevo sus armas y apuntó, y como era
habitual en los Stormcrows, adopto una extraña apariencia,
como si estuviera cepillando las ramas mas bajas de los
árboles. Bethany giró sus armas para disparar, pero Gregori fue más
rápido. Incluso mientras escuchaba el sonido de la computadora
al fijar el blanco disparo su rifle Gauss y el afuste de mísiles de
largo alcance. Al mismo tiempo el Stormcrow atacó al mech
más cercano con su cañón automático. En medio del intercambio
de fuego Bethany disparó la mitad de sus mortíferos laceres. A
lo lejos, Gregori vio avanzar a un Warhawk y un Executioner,
ambos preparados para el combate.
En el mismo instante
que Bethany y él habían atacado al mismo mech, aunque no lo
habían hecho adrede, habían permitido que su enemigo hiciera
lo mismo, de acuerdo con las reglas de combate de los clanes,
y habían convertido el combate en una refriega.
-¡Tu, grandísimo
idiota!- gritó Bethany mientras el Stormcrow retrocedía
balanceándose debido al ataque recibido.
-Demasiado tarde para
discutir- tartamudeo Gregori mientras disparaba otra descarga de
sus armas.
La bala plateada de
su rifle Gauss golpeó con toda su fuerza en un costado del
Stormcrow, llenando el aire de fragmentos de blindaje a la vez que
le alcanzaba la salva de mísiles. Las blancas estelas de los
mísiles rodearon al Stormcrow, alcanzando su cabina y el torso
central, originando una serie de explosiones al tiempo que
destrozaban el blindaje en aquellas zonas. La andanada de láseres
liberada por Bethany adornaron la negra humareda que rodeaba
al mech por un instante, para luego golpear con fuerza ambas
piernas y la cintura de aquel omnimech de extraño aspecto. El humo
impedía que Gregori pudiera comprobar los daños que
habían causado a aquel mech. La mayor parte del contraataque
del Lobo alcanzó al Nova de Bethany en su costado derecho, justo
donde su armadura había sido alcanzada
anteriormente.
El Warhawk apunto con
sus armas a Bethany, y sus láseres pesados y sus mísiles de
largo alcance crearon una oleada de luz y muerte en
su dirección. Los rayos de los láseres pesados rasgaron el
blindaje de su torso derecho y de las armas del modulo de su brazo
derecho. El acuclillado Nova tembló bajo aquel devastador
asalto mientras los mísiles le golpeaban por todas partes excepto
en la cabina.
-¡Bethany!- ladró
Gregori- Tenemos que salir de aquí.
En lugar de
responderle ella disparó otra salva sobre el Stormcrow, esta vez
con todos sus láseres. El Nova había lanzado su golpe más mortal:
doce láseres medios de alcance extendido. Una salva completa de
dichos láseres casi podían partir un mech por la mitad. Sin embargo
el piloto del Nova debía asumir un elevado coste, debía
soportar una tremenda oleada de insoportable calor, a unos
niveles que podrían incluso desconectar temporalmente el
reactor de su mech o bien herir al piloto.
Debe de estar
asándose, penso Gregori mientras observaba como los láseres
impactaban en el Stormcrow. Las esmeraldas descargas
de destrucción golpearon con tal fuerza al mech que este se
estremeció visiblemente, con su blindaje desvaneciéndose o
saliendo despedido en todas direcciones. Algunos de los
disparos alcanzaron la estructura interna del mech, penetrando en
su interior profundamente, como si de gusanos se tratase,
mientras el refrigerante de un enfermizo color verde, supuraba de
las ennegrecidas heridas del mech.
El Stormcrow se
balanceo, dando un par de pasos atrás mientras el Executioner
y el Warhawk avanzaban muy lentamente hacia los escasamente
arbolados flancos del límite del bosque de la colina. Algo esta
fallando, pensó Gregori. Incluso el mejor de los pilotos debería
perder el control del mech al sufrir tal cantidad de daños, pero de
alguna manera el Lobo mantenía su mech en pie y operativo. Por un
momento, Gregori comprendió lo buenos que eran los Bebedores
de Sangre, y el riesgo que estaban asumiendo. El resto de los
mechs de los Lobos continuaban desplegándose formando una
amplia línea de mechs. No estaban avanzando salvajemente,
aparentemente habían aprendido de sus anteriores encuentros. A
Gregori no le gustaba lo que estaba viendo, y
las palpitaciones de su corazón comenzaron a retumbar en sus
oídos.
Para demostrar que
aun no estaba acabado, el Stormcrow ataco con sus afustes de
mísiles de largo y corto alcance, golpeando la zona donde
el Nova de Bethany permanecía en pie, casi inmóvil debido al
aumento de temperatura que había experimentado. Por un
instante el Nova quedo bañado en humo, metralla, escombros y
los destellos anaranjados de las explosiones. Las placas de
blindaje estaban hechas trizas, al igual que el terreno que le
rodeaba y había sido alcanzado por los mísiles, que formaron
cráteres en la hierba sobre los cuales se disipaban pequeñas nubes,
con forma de champiñón.
-¡Bethany, vamonos de
aquí, ya!- le ordenó mientras ella se recuperaba de los
impactos.
-Neg, antes ese
Stormcrow debe caer- le siseo ella.
Él estaba tentado de
abandonarla allí mismo, pero comprendía exactamente como se
sentía. Bethany no se movería hasta que el mech de los Lobos
estuviera destruido. En lugar de esperar, o apresurarse a su lado,
apuntó con su rifle Gauss al tembloroso Stormcrow. El retículo del
sistema de puntería se poso sobre el mech y escucho el sonido que
indicaba que la computadora había fijado el blanco, justo en el
centro del mech enemigo.
Era el blanco
perfecto, con todas sus armas ayudándole a apuntar hacia la marca
con forma de X de su sistema de puntería. Apretó el gatillo de
su rifle Gauss y la bala plateada penetró velozmente en el
corazón del mech de los Lobos. No vio el daño que había causado. En
su lugar vio como el Stormcrow trastabillaba hacia atrás
debido a la fuerza del impacto, mientras su torso se colapsaba como
si su columna vertebral y sus costillas hubieran sido destruidas
por el impacto.
Escucho un aullido a
través de sus auriculares, el ensordecedor sonido de Bethany
expresando su rabia y su frustración. El Executioner
disparó sus mísiles de largo alcance contra Gregori, ocultando
la ira de Bethany bajo el rugido de los impactos. Los mísiles
alcanzaron al Grizzly en su costado izquierdo, debilitando el
blindaje de su brazo, pierna y torso mientras comenzaba a
retirarse hacia la cima de la colina. El Nova de Bethany se
giro justo a tiempo para encajar tan sólo la mitad del ataque
procedente del Warhawk., con su torso cubierto con los arcos
eléctricos debidos al impacto de un rayo de partículas
cargadas. Se movía despacio, aun debilitado por el exceso de calor,
moviéndose en diagonal hacia la cima de la colina. Entre
tanto, oleadas del calor generado por sus ataques iban siendo
disipados gracias al trabajo de los ventiladores.
-¡Tu hijo de un
surat, librenacido mamon, idiota!- le maldijo Bethany- ¡Ese era
mío!.
Gregori rehuso
responderle hasta que alcanzó la cima de la colina.
-Yo también te
quiero, Bethany, pero tuve que hacerlo para salir de
ahí.
Al tiempo giró su
mech para y disparó su Láser pesado de impulsos sobre el
Warhawk, para tratar de ganar algo de tiempo para Bethany. Desde su
posición elevada, Gregori ataco al Warhawk con fuerza,
disparando todos sus láseres a la vez y alcanzándole en una
pierna, derritiendo parte del blindaje con cada
acierto.
Tan pronto como
estuvo fuera de su campo visual, Gregori se giro
para descender por la colina hacia el lecho del río y acelero
su mech todo lo posible. Observó en su pantalla táctica como
Bethany alcanzaba la cima, seguida por varias explosiones
anaranjadas, y como también echaba a correr colina abajo. El
Warhawk fue el primero en alcanzar la cima de la colina, justo
cuando se estaba girando para enfrentarse a el. El piloto del
Warhawk le devolvió a Gregori su anterior ataque con sus cañones
de proyección de partículas.
Los CPP enviaron
sendos relámpagos fabricados por el hombre contra él, como el
mismo Zeus le estuviese lanzando rayos y relámpagos. Uno
le golpeó en el torso central y otro le golpeo en el
izquierdo. Los impactos le lanzaron hacia delante en su cabina,
mientras su Grizzly era sacudido por los ataques. Restos de energía
estática invadieron su cabina haciendo que sus cabellos se pusieran
de punta unos segundos, y trato de compensar la repentina perdida
de casi una tonelada de blindaje. Aunque apretó los dientes y
entrecerró los ojos, mantuvo la vista centrada en el
Warhawk, incluso cuando vio aparecer el Executioner y a un
Dire Wolf, aun moviéndose en los flancos a cada lado de la
colina.
Bethany se detuvo
cuarenta metros más allá, girándose y disparando la mitad de
sus láseres AE contra el Executioner, destrozando parte de
su armadura pero sin causarle daños serios. La situación que
mostraba su pantalla táctica no era nada buena. Tras ellos se
encontraba el río Rapidan, demasiado profundo y con aguas muy
rápidas, como para cruzarlo. Frente a ellos, en lo alto de la
colina y flanqueándola, cuatro mechs de los Lobos, cada uno
desplazándose lentamente, descendían cuidadosamente la
colina, avanzando sobre ellos.
Su rifle Gauss se
recargo de nuevo y escucho el sonido metálico del afuste de
mísiles al recibir una nueva carga. Un Hellbringer pintado con
tonos castaños y color arena-oscura se acercó desde uno de los
laterales inferiores de la colina, acercándose al Executioner,
mientras las fuerzas de los Lobos se preparaban para matar. Gregori
había luchado en muchas batallas a lo largo de su vida, pero
jamás se había sentido como ahora. Se sentía enfermo, sentía la
bilis subir desde el fondo de su estómago. Unas sensaciones que no
le ayudaban nada. Aun fijo en el Warhawk, le atacó con su rifle
Gauss y con otra andanada de mísiles de largo
alcance. No sin
luchar....