Día 130, CG Estándar 306
SOPLO
Ashby forzó una sonrisa mientras Yoshi divagaba por el sib. Aquel hombre nunca le había gustado mucho. No es que tuviera nada especialmente malo, pero podía pasarse días hablando. Las comprobaciones con la Cámara de Transporte eran una mera formalidad, en principio; una confirmación verbal de que Ashby no perforaría a través de ningún espacio que no le perteneciera. Más que nadie, él entendía la necesidad de medir dos veces y cortar una, pero Yoshi siempre se las arreglaba para convertir un simple «¿Tienes el plan de vuelo? Perfecto entonces, buen viaje» en una conversación de una hora.
Los píxeles que mostraban a Yoshi parpadearon levemente a consecuencia de un fallo de señal. Se arremangó y removió su mek; lo tomaba frío, notó Ashby, al estilo harmagiano. Se abstuvo de poner los ojos en blanco ante aquel teatrillo. El mek frío, el traje de estilo aeluoniano, el ensayado acento central en el que todavía se notaba la cadencia marciana si sabías qué escuchar. Las trampas de un burócrata que intenta fingir que tuvo la misma influencia que las poderosas especies que lo rodean. Ashby no se avergonzaba de su patrimonio cultural, de hecho, todo lo contrario, pero había algo irritante en ver a un humano tan creído.
—Pero ya está bien de hablar sobre mí —dijo Yoshi con una risita—. ¿Qué tal la vida a bordo de la Peregrina? ¿Todo bien con tu tripulación?
—Sí, estamos todos bien —respondió Ashby—. Y desde hoy contamos con una más.
—Sí, sí, ¡la nueva asistente! Te iba a preguntar por ella. ¿Se ha instalado ya?
—Todavía no la he conocido. Oí atracar a la cápsula hace un rato.
—Ah, entonces no te entretendré mucho tiempo. —Ja—. Ya sabes, Ashby, que incluir un asistente te da unos cuantos puntos extra ante la Cámara. Siempre has sido fiable en la tarea de tunelar, pero esto demuestra que también estás comprometido con el cumplimiento de nuestros estándares administrativos. Ha sido una buena jugada por tu parte.
—Ha sido una simple decisión práctica. Necesito la ayuda extra.
Yoshi se recostó en la silla; el rostro se le desenfocó al alejarse de la cámara sib.
—Has estado haciendo trabajo de nivel tres durante bastante tiempo. ¿Te has planteado subir de categoría una pizca?
Ashby se sorprendió. Yoshi era un farsante, pero no era incompetente. Sabía que la Peregrina no estaba equipada para trabajos de mayor envergadura.
—Claro, pero no estamos equipados para ello —respondió. Tampoco se lo podía permitir. Su nave estaba preparada para líneas de transporte de una sola nave, saltos coloniales principalmente. Se podía ganar mucho dinero con los túneles para caravanas de carga, pero hacía falta un equipo bastante especializado para conseguir que un pasadizo tan grande fuera estable. Ashby no conocía ninguna nave humana que hiciera ese tipo de trabajo.
—Cierto, pero eso tampoco justifica que debas limitarte —dijo Yoshi. Miró por encima del hombro con un gesto de taimada importancia. De nuevo, Ashby se contuvo antes de poner los ojos en blanco. Por lo que sabía, Yoshi estaba solo en la habitación—. Tan solo presta atención por si se presenta algún trabajo… interesante. En tu línea, pero…, ah, algo diferente.
Ashby se inclinó un poco hacia delante. Costaba trabajo confiar mucho en lo que dijera un humano que forzaba las erres en un runrún harmagiano, pero aun así, no iba a ignorar el consejo de alguien que se sentaba en un despacho del Parlamento.
—¿Qué tipo de trabajo?
—No estoy en posición de decir qué exactamente —respondió Yoshi—. Digamos que será un agradable cambio de ritmo respecto a lo que estás acostumbrado. —Miró a Ashby a los ojos. Los píxeles titilaron—. El tipo de trabajo que te daría algo de ventaja.
Ashby respondió con lo que esperaba que fuera una sonrisa amistosa.
—Eso no es muy explícito.
Yoshi sonrió con suficiencia.
—¿Ves las noticias?
—Todos los días.
—Asegúrate de que no te las pierdes durante, digamos, oh, los siguientes cinco días más o menos. No te preocupes por ahora. Ocúpate de la asistente, haz la perforación mañana, y después… Después ya verás. —Tomó un sorbo de su fría taza con petulancia y aire de enterado—. Confía en mí. Lo sabrás cuando lo veas.