ECLESIASTÉS
1 Las palabras del congregador, el hijo de David el rey en Jerusalén. 2 “¡La mayor de las vanidades! -ha dicho el congregador-, ¡la mayor de las vanidades! ¡Todo es vanidad!” 3 ¿Qué provecho tiene el hombre en todo su duro trabajo en que trabaja duro bajo el sol? 4 Una generación se va, y una generación viene; pero la tierra subsiste aun hasta tiempo indefinido. 5 Y el sol también ha salido fulguroso, y el sol se ha puesto, y viene jadeante a su lugar de donde va a salir fulguroso.
6 El viento va hacia el sur, y da la vuelta en movimiento circular hacia el norte. Él va girando y girando de continuo en forma de círculo, y sin demora vuelve el viento a sus movimientos circulares.
7 Todos los torrentes invernales salen al mar; no obstante, el mar mismo no está lleno. Al lugar para donde salen los torrentes invernales, allí regresan para poder salir. 8 Todas las cosas son fatigosas; nadie puede hablar de ello. El ojo no se satisface de ver, ni se llena el oído de oír. 9 Lo que ha llegado a ser, eso es lo que llegará a ser; y lo que se ha hecho, eso es lo que se hará; y por eso no hay nada nuevo bajo el sol. 10 ¿Existe cosa alguna de la cual se pueda decir: “Mira esto; es nuevo”? Ya ha tenido existencia por tiempo indefinido; lo que ha venido a la existencia es desde tiempo anterior a nosotros. 11 No hay recuerdo de la gente de tiempos pasados; tampoco lo habrá de los que también llegarán a ser más tarde. Resultará que no habrá recuerdo ni siquiera de ellos entre los que han de llegar a ser más tarde aún.
12 Yo, el congregador, estaba de rey sobre Israel en Jerusalén. 13 Y puse mi corazón a buscar y explorar la sabiduría con relación a todo cuanto se ha hecho bajo los cielos… la ocupación calamitosa que Dios ha dado a los hijos de la humanidad en qué ocuparse. 14 Vi todas las obras que se habían hecho bajo el sol, y, ¡mira!, todo era vanidad y un esforzarse tras viento.
15 Lo que se hace torcido no se puede enderezar, y no hay manera de contar lo que falta. 16 Yo, yo mismo, hablé con mi corazón, y dije: “¡Mira! Yo mismo he aumentado mucho en sabiduría, más que cualquiera que, según sucedió, me antecedió en Jerusalén, y mi propio corazón vio muchísima sabiduría y conocimiento”. 17 Y procedí a dar mi corazón a conocer la sabiduría y a conocer la locura, y he llegado a conocer la tontería, que esto también es un esforzarse tras viento. 18 Porque en la abundancia de sabiduría hay abundancia de irritación, de modo que el que aumenta el conocimiento aumenta el dolor.
2 Dije yo, yo mismo, en mi corazón: “De veras ven ahora, déjame probarte con regocijo. También, ve lo bueno”. Y, ¡mira!, eso también era vanidad. 2 Dije a la risa: “¡Demencia!”, y al regocijo: “Esto, ¿qué logra?”.
3 Exploré con mi corazón mediante alegrar mi carne aun con vino, mientras conducía mi corazón con sabiduría, aun para echar mano de la tontería hasta que viera yo qué bien había para los hijos de la humanidad en lo que ellos hacían bajo los cielos por el número de los días de su vida. 4 Me ocupé en mayores obras. Me edifiqué casas; me planté viñas. 5 Me hice jardines y parques, y en ellos planté árboles frutales de toda suerte. 6 Me hice estanques de agua, para regar con ellos el bosque, donde brotaban árboles. 7 Adquirí siervos y siervas, y llegué a tener hijos de la casa. También llegué a tener ganado, vacadas y rebaños en gran cantidad, más que todos los que, según sucedió, me antecedieron en Jerusalén. 8 Acumulé también para mí plata y oro, y propiedad propia de reyes y de los distritos jurisdiccionales. Me hice cantores y cantoras, y los deleites exquisitos de los hijos de la humanidad, una dama, sí, damas. 9 Y llegué a ser mayor y aumenté más que cualquiera que, según sucedió, me antecedió en Jerusalén. Además, mi propia sabiduría permaneció mía.
10 Y nada de lo que mis ojos pidieron mantuve alejado de ellos. No retuve mi corazón de ninguna clase de regocijo, pues mi corazón estaba gozoso a causa de todo mi duro trabajo, y esta vino a ser mi porción de todo mi duro trabajo. 11 Y yo, yo mismo, me volví hacia todas las obras mías que mis manos habían hecho, y hacia el duro trabajo que yo había trabajado duro para lograr, y, ¡mira!, todo era vanidad y un esforzarse tras viento, y no había nada que sirviera de ventaja bajo el sol.
12 Y yo, yo mismo, me volví para ver la sabiduría y la locura y la tontería; pues, ¿qué puede hacer el hombre terrestre que entre tras el rey? La cosa que la gente ya ha hecho. 13 Y vi, yo mismo, que existe más ventaja para la sabiduría que para la tontería, tal como hay más ventaja para la luz que para la oscuridad.
14 Respecto al sabio, tiene los ojos en la cabeza; pero el estúpido va andando en pura oscuridad. Y he llegado a saber, yo también, que hay un mismo suceso resultante que les sucede a todos ellos. 15 Y yo mismo dije en mi corazón: “Un suceso resultante como el del estúpido me sucederá a mí, sí, a mí”. ¿Por qué, entonces, me había hecho yo sabio, yo en demasía en aquel tiempo? Y hablé en mi corazón: “Esto también es vanidad”. 16 Pues no hay más recuerdo del sabio que del estúpido hasta tiempo indefinido. En los días que ya están entrando, todos ciertamente quedan olvidados; y ¿cómo morirá el sabio? Junto con el estúpido.
17 Y odié la vida, porque el trabajo que se ha hecho bajo el sol era calamitoso desde mi punto de vista, porque todo era vanidad y un esforzarse tras viento. 18 Y yo, yo mismo, odié todo mi duro trabajo en que estaba trabajando duro bajo el sol, que dejaría atrás para el hombre que llegaría a ser después de mí. 19 ¿Y quién hay que sepa si él resultará ser sabio o tonto? Sin embargo, él asumirá el control de todo mi duro trabajo en que trabajé duro y en el que mostré sabiduría bajo el sol. Esto también es vanidad. 20 Y yo mismo me volví para hacer desesperar mi corazón por todo el duro trabajo en que yo había trabajado duro bajo el sol. 21 Porque existe el hombre cuyo duro trabajo ha sido con sabiduría y con conocimiento y con pericia sobresaliente, pero a un hombre que no ha trabajado duro en tal cosa se dará la porción de aquel. Esto también es vanidad y una calamidad grande.
22 Pues, ¿qué llega a tener un hombre por todo su duro trabajo y por el esfuerzo de su corazón con que trabaja duro bajo el sol? 23 Porque todos sus días su ocupación significa dolores e irritación; también, durante la noche su corazón simplemente no se acuesta. Esto también es simple vanidad.
24 En cuanto al hombre, no hay nada mejor [que] el que coma y en realidad beba y haga que su alma vea el bien a causa de su duro trabajo. Esto también lo he visto, yo mismo, que esto proviene de la mano del Dios [verdadero]. 25 Pues, ¿quién come y quién bebe mejor que yo?
26 Porque al hombre que es bueno delante de él, él ha dado sabiduría y conocimiento y regocijo, pero al pecador ha dado la ocupación de recoger y reunir simplemente para dar al que es bueno delante del Dios [verdadero]. Esto también es vanidad y un esforzarse tras viento.
3 Para todo hay un tiempo señalado, aun un tiempo para todo asunto bajo los cielos: 2 tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de desarraigar lo que se haya plantado; 3 tiempo de matar y tiempo de sanar; tiempo de derribar y tiempo de edificar; 4 tiempo de llorar y tiempo de reír; tiempo de plañir y tiempo de dar saltos; 5 tiempo de desechar piedras y tiempo de reunir piedras; tiempo de abrazar y tiempo de mantenerse alejado de los abrazos; 6 tiempo de buscar y tiempo de dar por perdido; tiempo de guardar y tiempo de desechar; 7 tiempo de rasgar y tiempo de unir cosiendo; tiempo de callar y tiempo de hablar; 8 tiempo de amar y tiempo de odiar; tiempo para guerra y tiempo para paz. 9 ¿Qué ventaja hay para el hacedor en aquello en que está trabajando duro?
10 He visto la ocupación que Dios ha dado a los hijos de la humanidad en qué ocuparse. 11 Todo lo ha hecho bello a su tiempo. Aun el tiempo indefinido ha puesto en el corazón de ellos, para que la humanidad nunca descubra la obra que el Dios [verdadero] ha hecho desde el comienzo hasta el fin. 12 He llegado a saber que no hay nada mejor para ellos que regocijarse y hacer el bien durante la vida de uno; 13 y también que todo hombre coma y realmente beba y vea el bien por todo su duro trabajo. Es el don de Dios.
14 He llegado a saber que todo lo que el Dios [verdadero] hace, resultará ser hasta tiempo indefinido. A ello no hay nada que añadir y de ello no hay nada que sustraer; sino que el Dios [verdadero] mismo lo ha hecho, para que la gente tema a causa de él.
15 Lo que sucede que ha sido, ya había sido; y lo que ha de llegar a ser, ya ha resultado ser; y el Dios [verdadero] mismo continúa buscando aquello tras lo cual se sigue.
16 Y además he visto bajo el sol el lugar de la justicia donde había iniquidad, y el lugar de la rectitud donde estaba la iniquidad. 17 Yo mismo he dicho en mi corazón: “El Dios [verdadero] juzgará tanto al justo como al inicuo, porque hay un tiempo para todo asunto y respecto a toda obra allá”.
18 Yo, yo mismo, he dicho en mi corazón, tocante a los hijos de la humanidad, que el Dios [verdadero] va a seleccionarlos, para que vean que ellos mismos son bestias. 19 Porque hay un suceso resultante respecto a los hijos de la humanidad y un suceso resultante respecto a la bestia, y ellos tienen el mismo suceso resultante. Como muere el uno, así muere la otra; y todos tienen un solo espíritu, de modo que no hay superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad. 20 Todos van a un solo lugar. Del polvo han llegado a ser todos, y todos vuelven al polvo. 21 ¿Quién hay que conozca el espíritu de los hijos de la humanidad, si asciende hacia arriba; y el espíritu de la bestia, si desciende hacia abajo a la tierra? 22 Y he visto que no hay nada mejor que el que el hombre se regocije en sus obras, pues esa es su porción; porque, ¿quién lo hará venir para que mire lo que va a ser después de él?
4 Y yo mismo regresé para poder ver todos los actos de opresión que se están haciendo bajo el sol, y, ¡mira!, las lágrimas de aquellos a quienes se oprimía, pero no tenían consolador; y de parte de sus opresores había poder, de modo que no tenían consolador. 2 Y felicité a los muertos que ya habían muerto, más bien que a los vivos que todavía vivían. 3 De modo que mejor que ambos [es] el que todavía no ha llegado a ser, que no ha visto la obra calamitosa que se está haciendo bajo el sol.
4 Y yo mismo he visto todo el duro trabajo y toda la pericia sobresaliente en el trabajo, que significa la rivalidad de uno para con otro; esto también es vanidad y un esforzarse tras el viento.
5 El estúpido está cruzando las manos y está comiendo su propia carne.
6 Mejor es un puñado de descanso que un puñado doble de duro trabajo y esforzarse tras el viento.
7 Yo mismo regresé para ver la vanidad bajo el sol: 8 Existe uno solo, pero no el segundo; además, no tiene hijo ni hermano, pero no hay fin a todo su duro trabajo. También, sus ojos mismos no están satisfechos con riquezas: “¿Y para quién estoy trabajando duro y haciendo que mi alma carezca de cosas buenas?”. Esto también es vanidad, y es una ocupación calamitosa.
9 Mejores son dos que uno, porque tienen buen galardón por su duro trabajo. 10 Pues si uno de ellos cae, el otro puede levantar a su socio. Pero ¿cómo le irá al que está solo y cae cuando no hay otro que lo levante?
11 Además, si dos se acuestan juntos, entonces ciertamente se calientan; pero ¿cómo puede mantenerse caliente uno solo? 12 Y si alguien pudiera subyugar a uno solo, dos juntos podrían mantenerse firmes contra él. Y una cuerda triple no puede ser rota en dos pronto.
13 Mejor es un niño necesitado, pero sabio, que un rey viejo, pero estúpido, que no ha llegado a saber lo suficiente como para que se le advierta ya más. 14 Pues él ha salido de la mismísima casa de encierro para llegar a ser rey, aunque en la gobernación real de este había nacido como uno de escasos recursos. 15 He visto a todos los vivientes que andan de acá para allá bajo el sol, [como sucede] con el niño, que es segundo, que se pone de pie en el lugar del otro. 16 No hay fin de todo el pueblo, de todos aquellos delante de quienes sucedió que él estuvo; tampoco se regocijará por él la gente después, pues esto también es vanidad y un esforzarse tras el viento.
5 Guarda tus pies siempre que vayas a la casa del Dios [verdadero]; y que haya un acercarse para oír, más bien que para dar un sacrificio como hacen los estúpidos, porque ellos no se dan cuenta de que hacen lo que es malo.
2 No te des prisa respecto a tu boca; y en cuanto a tu corazón, no se apresure a producir una palabra ante el Dios [verdadero]. Porque el Dios [verdadero] está en los cielos, pero tú estás en la tierra. Por eso deben resultar pocas tus palabras. 3 Porque ciertamente viene un sueño a causa de la abundancia de ocupación, y la voz del estúpido a causa de la abundancia de palabras. 4 Siempre que hagas un voto a Dios, no titubees en pagarlo, porque no hay deleite en los estúpidos. Lo que prometes en voto, págalo. 5 Mejor es que no hagas voto que el que hagas voto y no pagues. 6 No permitas que tu boca haga pecar a tu carne; tampoco digas delante del ángel que fue una equivocación. ¿Por qué debe indignarse el Dios [verdadero] a causa de tu voz y tener que destrozar la obra de tus manos? 7 Porque debido a la abundancia [de ocupación] hay sueños, y hay vanidades y palabras en abundancia. Pero tú teme al Dios [verdadero] mismo.
8 Si ves que se oprime a la persona de escasos recursos y que con violencia se quita el juicio y la justicia en un distrito jurisdiccional, no te asombres del asunto, pues uno que es más alto que el alto está vigilando, y hay quienes están muy por encima de ellos.
9 También, el provecho de la tierra está entre todos ellos; al rey mismo se ha servido por un campo.
10 Un simple amador de la plata no estará satisfecho con plata, ni ningún amador de la riqueza con los ingresos. Esto también es vanidad.
11 Cuando las cosas buenas llegan a ser muchas, los que las comen ciertamente llegan a ser muchos. ¿Y qué ventaja hay para el magnífico dueño de ellas, fuera de mirar[las] con los ojos?
12 Dulce es el sueño del que rinde servicio, sin importar que sea poco o mucho lo que coma; pero la abundancia que pertenece al rico no le permite dormir.
13 Existe una grave calamidad que he visto bajo el sol: riquezas que se tienen guardadas para su magnífico dueño para calamidad de este. 14 Y esas riquezas han perecido a causa de una ocupación calamitosa, y él ha llegado a ser padre de un hijo cuando no hay absolutamente nada en su mano.
15 Tal como uno ha salido del vientre de su madre, desnudo volverá a irse, tal como vino; y absolutamente nada puede uno llevarse por su duro trabajo, que pueda llevarse con la mano.
16 Y esto también es grave calamidad: exactamente como uno ha venido, así se irá; y ¿qué provecho hay para el que sigue trabajando duro para el viento? 17 También, todos sus días él come en la oscuridad misma, con muchísima irritación, con enfermedad de su parte y [causa para] indignación.
18 ¡Mira! La mejor cosa que yo mismo he visto, la cual es bella, es que uno coma y beba y vea el bien por todo su duro trabajo con el cual trabaja duro bajo el sol por el número de los días de su vida que el Dios [verdadero] le ha dado, porque esa es su porción. 19 También, a todo hombre a quien el Dios [verdadero] ha dado riquezas y posesiones materiales, también lo ha facultado para comer de ello y para llevarse su porción y para regocijarse con su duro trabajo. Este es el don de Dios. 20 Pues no se acordará frecuentemente de los días de su vida, porque el Dios [verdadero lo] tiene absorto en el regocijo de su corazón.
6 Existe una calamidad que he visto bajo el sol, y es frecuente entre la humanidad: 2 un hombre a quien el Dios [verdadero] da riquezas y posesiones materiales y gloria y que, para su alma, no necesita ninguna de las cosas por las que muestra anhelo, y sin embargo el Dios [verdadero] no lo habilita para comer de ello, aunque un simple extranjero puede comerlo. Esto es vanidad y es una enfermedad mala. 3 Si un hombre llegara a ser padre cien veces, y viviera muchos años, de modo que los días de sus años llegaran a ser numerosos, pero su propia alma no está satisfecha con cosas buenas y ni siquiera el sepulcro ha llegado a ser suyo, tengo que decir que mejor le va a uno que nace prematuramente que a él. 4 Pues en vano ha venido este, y en oscuridad se va, y con oscuridad quedará cubierto su propio nombre. 5 Ni siquiera ha visto el sol mismo, ni lo ha conocido. Este tiene descanso más bien que aquel. 6 Aun suponiendo que haya vivido mil años dos veces y sin embargo no haya visto lo que es bueno, ¿no es a un solo lugar adonde todos van?
7 Todo el duro trabajo de la humanidad es para su boca, pero aun su propia alma no se llena. 8 Pues, ¿qué ventaja le lleva el sabio al estúpido? ¿Qué tiene el afligido al saber andar enfrente de los vivientes? 9 Mejor es el ver de los ojos que el andar de un lugar a otro del alma. Esto también es vanidad y un esforzarse tras el viento.
10 Cualquier cosa que haya llegado a ser, su nombre ya ha sido pronunciado, y se ha llegado a saber lo que es el hombre; y él no puede defender su causa con uno que es más poderoso que él.
11 Dado que existen muchas cosas que causan mucha vanidad, ¿qué ventaja tiene el hombre? 12 Pues, ¿quién hay que sepa cuál es el bien que el hombre tiene en la vida por el número de los días de su vida vana, cuando él los pasa como una sombra? Pues, ¿quién puede decir al hombre lo que sucederá después de él bajo el sol?
7 Mejor es un nombre que el buen aceite, y el día de la muerte que el día en que uno nace. 2 Mejor es ir a la casa del duelo que ir a la casa del banquete, porque ese es el fin de toda la humanidad; y el que está vivo debe poner [esto] en su corazón. 3 Mejor es la irritación que la risa, porque por el mal humor del rostro se mejora el corazón. 4 El corazón de los sabios está en la casa del duelo, pero el corazón de los estúpidos está en la casa del regocijo.
5 Mejor es oír la reprensión de alguien sabio que ser el hombre que oye la canción de los estúpidos. 6 Pues como el sonido de los espinos debajo de la olla, así es la risa del estúpido; y esto también es vanidad. 7 Porque la mera opresión puede hacer que un sabio se porte como loco; y una dádiva puede destruir el corazón.
8 Mejor es el fin de un asunto, posteriormente, que su principio. Mejor es el que es paciente que el que es altivo de espíritu. 9 No te des prisa en tu espíritu a sentirte ofendido, porque el ofenderse es lo que descansa en el seno de los estúpidos.
10 No digas: “¿Por qué ha sucedido que los días anteriores resultaron ser mejores que estos?”, porque no se debe a sabiduría el que hayas preguntado acerca de esto.
11 Buena es la sabiduría junto con una herencia, y es ventajosa para los que ven el sol. 12 Porque la sabiduría es para una protección [lo mismo que] el dinero es para una protección; pero la ventaja del conocimiento es que la sabiduría misma conserva vivos a sus dueños.
13 Ve la obra del Dios [verdadero], pues ¿quién puede enderezar lo que él ha torcido? 14 En un día bueno demuestra que estás en el bien, y en un día calamitoso ve que el Dios [verdadero] ha hecho aun esto exactamente como aquello, a fin de que la humanidad no descubra nada en absoluto después de ella.
15 Todo lo he visto yo durante mis días vanos. Existe el justo que perece en su justicia, y existe el inicuo que continúa largo tiempo en su maldad.
16 No te hagas justo en demasía, ni te muestres excesivamente sabio. ¿Por qué debes causarte desolación? 17 No seas inicuo en demasía, ni llegues a ser tonto. ¿Por qué debes morir cuando no es tu tiempo? 18 Mejor es que te asgas de lo uno, pero de lo otro tampoco retires la mano; porque el que teme a Dios saldrá con todos ellos.
19 La sabiduría misma es más fuerte, para el sabio, que diez hombres en poder que haya en una ciudad. 20 Pues no hay en la tierra hombre justo que siga haciendo el bien y no peque.
21 Además, no des tu corazón a todas las palabras que hable la gente, para que no oigas a tu siervo invocar el mal contra ti. 22 Porque tu propio corazón sabe bien, aun muchas veces, que tú, hasta tú, has invocado el mal contra otros.
23 Todo esto lo he sometido a examen con sabiduría. Dije: “Ciertamente me haré sabio”. Pero estuvo lejos de mí. 24 Lo que ha llegado a ser está muy lejos y es sumamente profundo. ¿Quién puede descubrirlo? 25 Yo mismo me volví, aun mi corazón lo hizo, para saber y para explorar y para buscar la sabiduría y la razón de las cosas, y para saber acerca de la iniquidad de la estupidez y la tontedad de la locura; 26 y descubría: Más amarga que la muerte [hallé] a la mujer que es ella misma redes para cazar, y cuyo corazón es redes barrederas, [y] cuyas manos son grilletes. Uno es bueno ante el Dios [verdadero] si escapa de ella, pero uno peca si es capturado por ella.
27 “¡Ve! Esto he hallado -dijo el congregador-, una cosa [tomada] tras otra, para averiguar el resumen, 28 el cual mi alma ha buscado de continuo, pero yo no he hallado. Un hombre entre mil he hallado, pero una mujer entre todas estas no he hallado. 29 ¡Ve! Esto solo he hallado, que el Dios [verdadero] hizo a la humanidad recta, pero ellos mismos han buscado muchos planes.”
8 ¿Quién hay como el sabio? ¿Y quién hay que conozca la interpretación de una cosa? La sabiduría misma del hombre hace brillar su rostro, y hasta la severidad de su rostro es cambiada [a algo mejor].
2 Yo [digo:] “Guarda la misma orden del rey, y eso por consideración al juramento de Dios. 3 No te des prisa, para que salgas de delante de él. No te quedes plantado en una cosa mala. Pues todo aquello que él se deleita [en hacer] lo hace, 4 porque la palabra del rey es el poder de control; y ¿quién puede decirle: ‘¿Qué haces?’?”.
5 El que guarda el mandamiento no conocerá ninguna cosa calamitosa, y el corazón sabio conocerá tanto el tiempo como el juicio. 6 Pues existe un tiempo y juicio aun para todo asunto, porque la calamidad de la humanidad es abundante sobre ella. 7 Pues no hay quien sepa lo que llegará a ser, porque ¿quién puede informarle justamente cómo llegará a ser?
8 No hay hombre que tenga poder sobre el espíritu para restringir el espíritu; tampoco hay poder de control en el día de la muerte; ni hay licencia alguna en la guerra. Y la iniquidad no proveerá escape a los que se entregan a ella.
9 Todo esto he visto, y hubo un aplicar mi corazón a toda obra que se ha hecho bajo el sol, [durante] el tiempo que el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo. 10 Pero, aunque esto es así, he visto a los inicuos ser enterrados, que entraban y que se iban del lugar santo mismo y eran olvidados en la ciudad donde habían actuado de aquella manera. Esto también es vanidad.
11 Por cuanto la sentencia contra una obra mala no se ha ejecutado velozmente, por eso el corazón de los hijos de los hombres ha quedado plenamente resuelto en ellos a hacer lo malo. 12 Aunque un pecador esté haciendo lo malo cien veces y continuando largo tiempo según le plazca, sin embargo también me doy cuenta de que les resultará bien a los que temen al Dios [verdadero], porque le han tenido temor. 13 Pero de ninguna manera le resultará bien al inicuo, ni prolongará sus días, que son como una sombra, porque no le tiene temor a Dios.
14 Existe una vanidad que se lleva a cabo en la tierra: que existen justos a quienes les está sucediendo como si fuera por la obra de los inicuos, y existen inicuos a quienes les está sucediendo como si fuera por la obra de los justos. Dije que esto también es vanidad.
15 Y yo mismo encomié el regocijo, porque la humanidad no tiene nada mejor bajo el sol que comer y beber y regocijarse, y que esto los acompañe en su duro trabajo durante los días de su vida, que el Dios [verdadero] les ha dado bajo el sol. 16 De acuerdo con esto apliqué mi corazón a conocer la sabiduría y a ver la ocupación que se efectúa en la tierra, porque hay uno que no ve sueño con sus ojos, ni de día ni de noche.
17 Y vi toda la obra del Dios [verdadero], que la humanidad no puede averiguar la obra que se ha hecho bajo el sol; por mucho y duro que siga trabajando la humanidad en buscar, sin embargo no averiguan. Y aunque dijeran que son suficientemente sabios para saberlo, no podrían averiguarlo.
9 Pues puse todo esto en mi corazón, aun para escudriñar todo esto: que los justos y los sabios y sus obras están en la mano del Dios [verdadero]. Los hombres no se dan cuenta de todo el amor o el odio que hubo antes de ellos. 2 Todos son lo mismo en lo que tienen todos. Un mismo suceso resultante hay para el justo y el inicuo, el bueno y el limpio y el inmundo, y el que sacrifica y el que no sacrifica. El bueno es lo mismo que el pecador; el que jura es lo mismo que cualquiera que ha temido un firme juramento. 3 Esto es lo calamitoso en todo cuanto se ha hecho bajo el sol, que, porque hay un mismo suceso resultante para todos, el corazón de los hijos de los hombres también está lleno de lo malo; y hay locura en su corazón durante su vida, y después de eso… ¡a los muertos!
4 Pues, respecto a cualquiera que está unido a todos los vivientes, existe confianza, porque un perro vivo está en mejor situación que un león muerto. 5 Porque los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto, ni tienen ya más salario, porque el recuerdo de ellos se ha olvidado. 6 También, su amor y su odio y sus celos ya han perecido, y no tienen ya más porción hasta tiempo indefinido en cosa alguna que tenga que hacerse bajo el sol.
7 Ve, come tu alimento con regocijo y bebe tu vino con buen corazón, porque ya el Dios [verdadero] se ha complacido en tus obras. 8 En toda ocasión resulten blancas tus prendas de vestir, y no falte el aceite sobre tu cabeza. 9 Ve la vida con la esposa que amas, todos los días de tu vida vana que Él te ha dado bajo el sol, todos los días de tu vanidad, porque esa es tu porción en la vida y en tu duro trabajo con que trabajas duro bajo el sol. 10 Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismo poder, porque no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría en el Seol, el lugar adonde vas.
11 Regresé para ver, bajo el sol, que los veloces no tienen la carrera, ni los poderosos la batalla, ni tienen los sabios tampoco el alimento, ni tienen los entendidos tampoco las riquezas, ni aun los que tienen conocimiento tienen el favor; porque el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos. 12 Porque tampoco conoce el hombre su tiempo. Justamente como peces que se cogen en una red dañina, y como pájaros que se cogen en una trampa, así son cogidos en lazo los hijos de los hombres en un tiempo calamitoso, cuando este cae sobre ellos de repente.
13 También esto vi respecto a la sabiduría bajo el sol… y ella me pareció grande: 14 Había una ciudad pequeña, y los hombres en ella eran pocos; y vino a ella un gran rey, y la cercó y edificó contra ella grandes fortalezas. 15 Y fue hallado en ella un hombre -necesitado, [pero] sabio-, y ese proveyó escape para la ciudad por su sabiduría. Pero ningún hombre se acordó de aquel hombre necesitado. 16 Y yo mismo dije: “Mejor es la sabiduría que el poderío; sin embargo, la sabiduría del necesitado es despreciada, y sus palabras no son escuchadas”.
17 Más son de oírse las palabras de los sabios en tranquilidad que el clamor de uno que gobierna entre gente estúpida.
18 La sabiduría es mejor que los útiles de pelear, y simplemente un solo pecador puede destruir mucho bien.
10 Las moscas muertas son lo que hace que el aceite del ungüentario hieda, borbotee. [Eso mismo] hace un poco de tontedad al que es precioso por sabiduría y gloria.
2 El corazón del sabio está a su diestra, pero el corazón del estúpido a su siniestra. 3 Y, también, por cualquier camino en que esté andando el tonto, su propio corazón le falta, y él ciertamente le dice a todo el mundo que es tonto.
4 Si el espíritu de un gobernante se levantara contra ti, no dejes tu propio lugar, porque la calma misma templa grandes pecados.
5 Existe algo calamitoso que he visto bajo el sol, como cuando sale una equivocación a causa del que está en el poder: 6 La tontedad ha sido colocada en muchos puestos encumbrados, pero los ricos mismos siguen morando meramente en condición baja.
7 He visto a siervos a caballo, pero a príncipes andando en la tierra justamente como siervos.
8 El que cava un hoyo, él mismo caerá directamente en él; y al que rompe a través de un muro de piedra, una serpiente lo morderá.
9 El que saque piedras de la cantera se lastimará con ellas. El que parta troncos tendrá que tener cuidado con ellos.
10 Si un instrumento de hierro se ha embotado y alguien no ha amolado su filo, entonces empleará con esfuerzo sus propias energías vitales. De manera que el usar la sabiduría para lograr éxito significa ventaja.
11 Si la serpiente muerde cuando no se produce encantamiento, entonces no hay ventaja para el que se entrega a usar la lengua.
12 Las palabras de la boca del sabio significan favor, pero los labios del estúpido se tragan a este. 13 El comienzo de las palabras de su boca es tontedad, y el fin de su boca, posteriormente, es locura calamitosa. 14 Y el tonto habla muchas palabras.
El hombre no sabe lo que llegará a suceder; y lo que llegará a suceder después de él, ¿quién se lo puede informar?
15 El duro trabajo de los estúpidos los fatiga, porque ni uno solo ha llegado a saber por dónde ir a la ciudad.
16 ¿Cómo te irá a ti, oh país, cuando tu rey es un muchacho y tus propios príncipes siguen comiendo aun por la mañana? 17 Feliz eres tú, oh país, cuando tu rey es el hijo de personas nobles, y tus propios príncipes comen al tiempo apropiado para poderío, no simplemente para beber.
18 Por gran pereza se hunde el envigado, y porque se dejan bajar las manos hay goteras en la casa.
19 El pan es para la risa de los trabajadores, y el vino mismo regocija la vida; pero el dinero es lo que tiene buena acogida en todo.
20 Ni aun en tu alcoba invoques el mal contra el rey mismo, y en los cuartos interiores donde te acuestas no invoques el mal contra ningún rico; porque una criatura voladora de los cielos transmitirá el sonido, y algo que es dueño de alas informará el asunto.
11 Envía tu pan sobre la superficie de las aguas, pues con el transcurso de muchos días lo hallarás otra vez. 2 Da una porción a siete, o aun a ocho, pues no sabes qué calamidad ocurrirá en la tierra.
3 Si las nubes están llenas [de agua], derraman un verdadero aguacero sobre la tierra; y si un árbol cae hacia el sur o si hacia el norte, en el lugar donde caiga el árbol, allí resultará estar.
4 El que está vigilando el viento no sembrará; y el que está mirando las nubes no segará.
5 Tal como no te das cuenta de cuál es el camino del espíritu en los huesos dentro del vientre de la que está encinta, de igual manera no conoces la obra del Dios [verdadero], que hace todas las cosas.
6 Por la mañana siembra tu semilla, y hasta el atardecer no dejes descansar la mano; pues no sabes dónde tendrá éxito esto, aquí o allí, o si ambos a la par serán buenos.
7 La luz también es dulce, y bueno es para los ojos ver el sol; 8 pues si un hombre viviera aun muchos años, que en todos ellos se regocije. Y que se acuerde de los días de la oscuridad, aunque pudieran ser muchos; todo [día] que ha venido es vanidad.
9 Regocíjate, joven, en tu juventud, y hágate bien tu corazón en los días de tu mocedad, y anda en los caminos de tu corazón y en las cosas vistas por tus ojos. Pero sabe que debido a todas estas el Dios [verdadero] te traerá a juicio. 10 Por eso, quita de tu corazón la irritación, y evita a tu carne la calamidad; pues la juventud y la flor de la vida son vanidad.
12 Acuérdate, ahora, de tu Magnífico Creador en los días de tu mocedad, antes que procedan a venir los días calamitosos, o hayan llegado los años en que dirás: “No tengo en ellos deleite”; 2 antes que se oscurezcan el sol y la luz y la luna y las estrellas, y hayan regresado las nubes, después el aguacero; 3 el día en que tiemblen los guardianes de la casa, y se hayan encorvado los hombres de energía vital, y las mujeres que muelen hayan dejado de trabajar por haber llegado a ser pocas, y las señoras que ven por las ventanas lo hayan hallado oscuro; 4 y las puertas que dan a la calle hayan sido cerradas, cuando el sonido del molino se haga quedo, y uno se levante al sonido de un pájaro, y todas las hijas del canto suenen bajo. 5 También se han llenado de temor meramente de lo que es alto, y hay terrores en el camino. Y el almendro lleva flores, y el saltamontes se arrastra, y la baya de la alcaparra se revienta, porque el hombre va andando a su casa de larga duración y los plañidores han marchado alrededor por la calle; 6 antes que se remueva la cuerda de plata, y se quebrante el tazón de oro, y se quiebre el jarro junto al manantial, y haya sido quebrantada la rueda del agua para la cisterna. 7 Entonces el polvo vuelve a la tierra justamente como sucedía que era, y el espíritu mismo vuelve al Dios [verdadero] que lo dio.
8 “¡La mayor de las vanidades! -dijo el congregador-, todo es vanidad.”
9 Y además de haberse hecho sabio el congregador, también enseñó de continuo conocimiento a la gente, y meditó e hizo un escudriñamiento cabal, a fin de arreglar muchos proverbios ordenadamente. 10 El congregador procuró hallar las palabras deleitables y la escritura de palabras correctas de verdad.
11 Las palabras de los sabios son como aguijones, y justamente como clavos hincados son los que se entregan a las colecciones [de sentencias]; han sido dadas por parte de un solo pastor. 12 En cuanto a cualquier cosa además de estas, hijo mío, acepta una advertencia: El hacer muchos libros no tiene fin, y el aplicarse mucho [a ellos] es fatigoso a la carne.
13 La conclusión del asunto, habiéndose oído todo, es: Teme al Dios [verdadero] y guarda sus mandamientos. Porque este es todo el [deber] del hombre. 14 Porque el Dios [verdadero] mismo traerá toda clase de obra a juicio con relación a toda cosa escondida, en cuanto a si es buena o es mala.