PRESENTACIÓN
Cuando la SF riza el rizo
Puesto que la SF[1] se ocupa (entre otras cosas) de los distintos aspectos de la ciencia, era lógico que acabara ocupándose también de la ciencia… ficción. Esto puede parecer un mero juego de palabras, pero expresa un fenómeno muy concreto —aunque no demasiado frecuente— dentro del género: la existencia de unos relatos de SF cuyo objeto de especulación es, directa o indirectamente, la SF misma.
Género eminentemente reflexivo y analítico, no podía dejar de lado la autorreflexión y el autoanálisis.
Una de las manifestaciones más habituales de esta SF que riza el rizo, esta «reciencia-ficción» (o SF2, para los matemáticos y amantes de la lógica simbólica), es, como se puede suponer, la parodia, que en este caso es autoparodia. Un género que siempre ha hecho de la ironía uno de sus recursos críticos favoritos, halla en la autoironía una de las más eficaces —y divertidas— formas de autocrítica. Y para dejarnos de una vez de juegos de palabras, de rizar rizos, remito al lector al primer relato de esta selección: Las arenas azules de la Tierra, que muestra mejor que cualquier análisis de qué forma la SF puede convertirse en el blanco de sus propios dardos satíricos, y cuan interesante (y divertido) puede ser el resultado.
Y si en el primer relato encontramos una clara muestra de autoparodia, en el último —Una galaxia llamada Roma— asistimos a una autorreflexión completamente seria (aunque no exenta de ironía) sobre el género, sus recursos y sus mecanismos (e incluso sus tópicos).
Aunque el caso de una narración centrada en la SF misma como objeto de análisis no sea muy frecuente, lo que si hallamos a menudo son relatos en que algún elemento del género aparece «distanciado» o abiertamente presentado como tal elemento característico de la SF. No hace mucho publicamos El árbol de saliva, de Brian Aldiss[2], un homenaje a papá Wells en el que el propio H. G. aparece como «estrella invitada»; y en esta misma selección hay un relato en que se alude a otro autor de notable influencia en el género —Conan Doyle— a través de su célebre retoño mental Sherlock Holmes (por cierto que ya lo tuvimos recientemente en nuestras páginas, en un relato —La aventura del cliente marciano, selección 19—, que situaba al personaje de Conan Doyle en el escenario wellsiano de La guerra de los mundos; relato que, además de rendir homenaje a ambos maestros, es otro claro ejemplo de SF sobre la SF).
Pero no sólo la SF riza el rizo. Otros lo hacen, y a menudo con fines no tan elogiables como la autocrítica; por ejemplo, los medios de información… Lean, si no, las inquietantes Últimas noticias incluidas en este volumen, y piensen hasta dónde puede llegar el «rizado» de la manipulación informativa… que, desde luego —y permítanme un último juego de palabras—, es «permanente».
CARLO FRABETTI