Muchas son las personas que aportaron su ayuda a estas obras, desde las sugerencias y el apoyo moral hasta unos cruciales conocimientos de logística. Eva Cumming, Nancy Deming-Williams, Arthur Ross Evans, Andrew Harris, Paul Hudspeth, Peter Stampfel, Doug Werner, Michael Whelan, el amable equipo de DAW Books y todos mis amigos de GEnie® constituyen sólo una pequeña muestra de quienes me ayudaron a terminar La Historia Que Por Poco Acaba Conmigo.

Mi especial agradecimiento es para Mary Frey, que hizo un tremendo acopio de energía y de tiempo para leer y —a falta de una expresión mejor— analizar el monstruoso original. Fue ella quien me estimuló cuando yo de veras lo necesitaba.

Y, desde luego, las contribuciones de mis editores, Sheila Gilbert y Betsy Wollheim, son de un valor incalculable. El gran interés demostrado es… culpa suya, y aquí tienen, por fin, su bien merecido castigo.

Mis más cordiales gracias a todos los mencionados y a todos los demás amigos e incondicionales a los que, aunque no los nombre, no dejo de recordar.

Nota: Al final del libro hay un índice de personajes, un glosario y una guía de pronunciación.