Notas
[1] 1. U. Hannerz, Exploración de la ciudad, FCE, México DF., 1991, pp. 4-19. <<
[2] G. H. Mead, Espíritu, persona y sociedad, Paidós, Barcelona, 1990, pp 182193. <<
[3] G. Tarde, La opinión y la multitud, Taurus, Madrid, 1986, p. 142; el subrayado es suyo. <<
[4] J. Ortega y Gasset. La rebelión de las masas, Orbis, Barcelona, 1983, p. 17. <<
[5] E. Canetti, Masa y poder, Muchnik, Barcelona, 1994, p. 394. <<
[6] En la novela se brinda una insatisfactoria explicación al misterio, que es que Griffin ha de vestirse para combatir el frío y no puede hacer invisibles sus ropas. En un serial posterior titulado Los crímenes del fantasma, protagonizado por Ralph Byrd y dirigido por William Witney (1941), el protagonista conseguía la invisibilidad integral gracias a un artilugio electrónico…, que no podía evitar la emisión de un zumbido que se encargaba de delatar inequívocamente su presencia. En Memorias-de un hombre invisible, una revisión del mito debida a John Carpenter (1991), el agente que persigue al protagonista, aludiendo a la vida anodina que éste llevaba, puede decir en un momento dado que «el hombre invisible ya era invisible antes de volverse invisible». <<
[7] La lectura de Muerte y vida de las grandes ciudades, de Jane Jacobs (Península, Barcelona, 1973), o El declive del hombre público, de Richard Sennet (Península, Barcelona, 1974), tuvieron en su día para mí una virtud reveladora y este libro no quiere ni puede disimularlo. <<
[8] J. Remy y L. Voye, La ville: vérs une nouvelle definitíon? L’Harmattan, París, 1992, p. 14. <<
[9] G. C. Argam, Historia del arte como historia de la ciudad, Laia, Barcelona, 1984, pp. 211-213. <<
[10] Joseph, «Introduction: Paysages urbains, choses publiques», La ville sans qualités, Éditions de l’Aube, Paris, 1998, pp. 5-25. <<
[11] M. Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire. La experiencia de la modernidad, Siglo XXI, Madrid, 1991. <<
[12] Como criterio, las películas estrenadas en España se citarán por su título en castellano. <<
[13] L. Wirth, «El urbanismo como forma de vida», en M. Fernández-Martorell, ed., Leer la ciudad, Icaria, Barcelona, 1988, p. 45. <<
[14] H. Lefebvre, El derecho a la ciudad, Península, Barcelona, 1978, pp. 67-8. <<
[15] G, Simmel, El individuo y la libertad, Península, Barcelona, 1986, p. 234. <<
[16] A. R. Radcliffe-Brown, «Prólogo» a Estructura y función en la sociedad primitiva, Planeta-Agbstini, Barcelona, 1986, p. 12. <<
[17] H. Lefebvre, La revolución urbana. Alianza, Madrid, 1971, p. 39. El subrayado es suyo. <<
[18] Joseph, «Reprendre la rue», en Prendre place: Espaces publics et culture dramatique. Recherches, Plain Urbain, Paris, 1995, p-12. <<
[19] J. L. García, Antropología del territorio, Taller de Ediciones JB, Madrid, 1977, p. 29. <<
[20] A. Leroi-Gourhan, El gesto y la palabra, Universidad Central de Caracas, Caracas, 1971, p. 316. <<
[21] J. Remy, Sociologie urbaine et rurale, L’Harmattan, Paris/Quebec, 1998, pp. 182-183. <<
[22] I. Joseph, «Les lieux-mouvements de la ville», en Programme pluri-annuel de recherches concertées. Plan Urbain, RATP-SNCF, 1994, texto mecanografiado cedido por el autor. <<
[23] Jacobs, Muerte y vida de las grandes ciudades, pp. 280-281. <<
[24] E. Goffman, Relaciones en público, Microestudios de orden público, Alianza, Madrid, 1971, p. 47. <<
[25] A. Tarrius, Anthropologie du mouvement, Paradigme, Caen, 1989, p. 12. <<
[26] Cf. Y. Lung, Auto-organisation, bifurcation, catastrophe. Les ruptures de la dynamique spatiale, Presses Universitaires de Bordeaux, Burdeos, 1987. <<
[27] H. Lefebvre, La production de l’espace social, Anthropos, Paris, 1974, pp. 113-5. Los subrayados son suyos. <<
[28] M. de Certeau, L’invention du quotidien, I. Arts de faire, Gallimard, París, 1992, pp. 170-191. <<
[29] M. Merleau-Ponty, Fenomenología de la percepción, Península, Barcelona, 1975, pp. 258-312. <<
[30] M. Augé, Los no-lugares. Espacios del anonimato, Gedisa, Barcelona, 1993, p. 83. <<
[31] O. Lewis, Antropología de la pobreza. Cinco familias, FCE, México DF., 1961, pp. 17-18. <<
[32] I. Joseph, «Du bon usage de l’école de Chicago», en J. Roman, éd., Ville, exclusion et citoyenneté, Seuil/Esprit, Paris, 1991, pp. 69-96. <<
[33] Así por ejemplo: «El trabajo de campo, es decir la participación observante en una pequeña comunidad por un periodo largo de tiempo (entre uno y dos años), es la marca distintiva del antropólogo» (J. R. Llobera, La identidad de la antropología, Anagrama, Barcelona, 1999, p. 66). <<
[34] Richard Sennet hace notar —a partir precisamente de ese cuento de Hoffman— que el flâneur baudelairiano debe, si es que en efecto quiere ejercer como tal, «volverse como un paralítico», mirar constantemente sin ser interpelado ni advertido por aquellos a quienes observa (El declive del hombre público, p. 265). <<
[35] J. Gurwirth, «L’enquête en ethnologie urbaine», Hérodote, París, 9 (1er. trimestre 1978), p. 42. <<
[36] A título de ejemplo de este tipo de trabajos, véase el libro de Lyn H. Lofland A World of Strangers: Orden and Action in Urban Public Space, Basic Books, Nueva York, 1973. <<
[37] C. Pétonnet, «L’Observation flottante», L’Homme, París, XXII/4 (1982), p. 41. <<
[38] A. A. Arantes, «La guerra de los lugares: Fronteras simbólicas y umbrales en el espacio público», en D. Herrera, ed., Ciudad y cultura. Memoria, identidad y comunicación, Universidad de Antioquia, Medellín, 1998, p. 161. <<
[39] Ch. Baudelaire, El pintor de la vida moderna Colegio de Aparejadores, Murcia, 1995, pp. 81-90. <<
[40] L. Burckhardt, Le design au-delà du visible, Cenrre Georges Pompidou, París, 1991, pp. 71-84. <<
[41] Permítaseme remitirme, como ejemplo de ello y como homenaje, a uno de los mejores comunicadores que ha conocido k radio española, Luis Arribas Castro, que en la década de los setenta popularizó un lema: «La ciudad es un millón de cosas». <<
[42] Hidalgo, «El videoclip autorreflexivo de Alberto Cardin», El Basilisco, Oviedo, 12 (verano 1992), pp. 24-29. <<
[43] W. Benjamin, L’obra d’art a l’época de la seva reproductibilitat técnica, Edicions 62/La Caixa, Barcelona, 1983, p. 62. <<
[44] J. Rouch, «À propos des filmes ethnographiques», Positif, París, 14-15 (noviembre 1955), p. 14. <<
[45] M. Mauss, «Técnicas y movimientos corporales», en Sociología y antropología, Tecnos, Madrid, 1992, pp. 336-356. <<
[46] Leroi-Gourhan, «L’expérience ethnologique», en J. Poirier, éd., Ethnologie générale, Gallimard, Paris, 1968, p. 1823 <<
[47] T. Asch, «Del cine a la antropología», Gazeta de Antropología, Granada, 9 (marzo 1992), pp. 20-24. <<
[48] T. Asch, «La formación de antropólogos visuales», Fundamentos de Antropología, Granada, 1 (1991), pp. 114-122. <<
[49] Simmel, El individuo y la libertad, p. 253. <<
[50] Constant y G. Debord, «La declaració d’Amsterdam», en L. Andreotti y X. Costa. Teoría de la deriva i altres textos situacionistes sobre la ciutat, MACBA, Barcelona, p. 80. <<
[51] D. Vertov, El cine-ojo, Fundamentos, Barcelona, 1974, p. 150. <<
[52] El mismo esquema se empleó en una película producida por Cifesa sobre Barcelona y dirigida por Antonio Román, Barcelona, ritma de un día (1941), en la que destacaba —a diferencia de sus precedentes vanguardistas— un discurso manifiestamente antiurbano. Acerca de este tipo de films y, más allá, sobre la relación entre cine y ciudad en general, cf. G. Alrhabe y J.-L. Comolli, Regards sur la ville, Centre Georges Pompidou, París, 1994. <<
[53] Cf. H. Lefebvre y C. Régulier, «Le projet rythmanalytique», Communications, Paris, 41 (1985), pp. 191-199. <<
[54] Cf. R. Daly, «Liminality and Fiction in Cooper, Hawthorne, Cather, and Fitzgerald», en K. M. Ashley, éd., Victor Turner and the Construction of Cultural Criticism, Indiana University Press, Bloomington/Indianápolis, 1989, pp. 70-85. <<
[55] Jacobi, Muerte y vida de las grandes ciudades, p. 446. <<
[56] C. Lévi-Strauss, Mitológicas IV. El hombre desnudo, Siglo XXI, México DF, 1991, pp. 607-608. <<
[57] S. Worth, «Hacia una semiótica del cine etnográfico», en E. Ardèvol y L. Pérez Tolón, Imagen y cultura: Perspectivas del cine etnográfico. Diputación Provincial de Granada, Granada, 1995, p. 204. <<
[58] S. Sontag, Contra la interpretación, Seix Barrai, Barcelona, 1968, p. 309. <<
[59] P. P. Pasolini, «La lengua escrita de la acción», en P. P. Pasolini et al., Ideología y lenguaje cinematográfico, Alberto Corazón, Madrid, 1969, p. 22-23. <<
[60] G. Deleuze, La imagen-tiempo: Estudios sobre el cine 2, Paidós, Barcelona, 1987, p. 366 <<
[61] M. Griaule, «L’enquête orale en ethnologie», Revue Philosophique, Paris, CXL1I (1952), pp. 536-553. <<
[62] J. Aumône, «L’espace et la matière», en J. Aumont y J.-L. Leutrat, eds., Théorie du film, Albatros, Paris, 1980. <<
[63] M. Mead, Experiencias personales y científicas de una antropóloga, Paidós, Barcelona, 1987, p. 212. <<
[64] Cf. A. L. Riaye y J. N. Schenkein, «Notes on the art of walking», en R. Turner, éd., Ethnomethodology, Penguin, Baltimore, 1974, y W. H. Whyte, The Social Life in Small Urban Spaces, The Convervation Foundation, Washington DC, 1980. <<
[65] M. Lesy, Wisconsin Death Trip, Random House, Nueva York, 1973, y Real Life: Louisville in the Twenties, Pantheon, Nueva York, 1976. <<
[66] C. de France, Cinéma et anthropologie, Ed. De la Maison des Sciences de l’Homme, Paris, 1982. <<
[67] Como escribiría Claudine de France en su homenaje a André Leroi-Gourhan: «Todo etnógrafo que se dedica a describir las manifestaciones exteriores de la actividad humana es un cineasta en potencia» «Un promoteur du cinéma ethnologique», Terrain, Paris, 7 (octubre 1987), p. 75 <<
[68] H. de Saint-Simon, La Phisicologie sociale, Presses Universitaires de France, París, 1965, p. 145. <<
[69] É. Durkheim, Les Regles de la méthode sociologique, Alean, París, 1950, p. 102. <<
[70] G. Tarde, Études de Psychologie social, Giard & E. Briére, París, 1898, pp. 28-29. Cf., también, 1. Prigogine e I. Stengers, «Neptunianos y vulcanianos», en I. Prigogine, ¿Tan sólo una ilusión? Una exploración del caos al orden, Tusquets, Barcelona, 1988, pp. 99-120. <<
[71] É. Durkheim, Les Regles de la méthode sociologique, Alean, París, 1950, p. 133. <<
[72] É. Durkheim, De la division du travail social, PUF, París, 1960, p. 44. <<
[73] É. Durkheim, Elsuicidio, Akal, Madrid, 1982, p. 345. <<
[74] Jean Claude Filloux ha recopilado varios trabajos de Durkheim en que éste desarrolla sus apreciaciones acerca de la capacidad creativa del desorden social: La Science sociale et l’action. Émile Durkheim, PUF, París, 1987. <<
[75] É. Durkheim, Les formes elementals de la vida religiosa, Edicions 62, Barcelona, 1984, p. 424. <<
[76] Durkheim, Les formes elementáis… p. 389. <<
[77] M. Maffesoli, El tiempo de las tribus, Icaria, Barcelona, 1990, p. 101. <<
[78] B. Spinoza, Ética, Aguilar, Madrid, 1982, pp. 73-74. <<
[79] T. Negri, La anomalía salvaje. Ensayo sobre poder y potencia en B. Spinoza, Anchropos, Barcelona, 1993. <<
[80] C. Castoriadis, L’institution imaginaire de la société. Seuil, Paris, 1975, p. 461. <<
[81] Durkheim, Les formes elementáis…, p. 92. <<
[82] J.-P. Sartre, El ser y la nada, Alianza/Losada, Madrid/Buenos Aires, 1984, P. 53. <<
[83] ibidem, p. 48. <<
[84] M. Heidegger, ¿Qué es la metafísica?, Siglo Veinte, Buenos Aires, 1979, p. 48. El subrayado es suyo. <<
[85] Ibidem, p. 44. <<
[86] Sartre, op. cit., p. 52. <<
[87] C. Lévi-Strauss, El pensament salvatge, Edicions 62/La Caixa, Barcelona, 1985, pp. 263-264. <<
[88] Cf. los capítulos 9 y 10 de Antropología estructural Paidós, Barcelona, 1987, pp. 195-228. <<
[89] F. Giobellina, Sentido y orden. Estudio de clasificaciones simbólicas, CS1C, Madrid, 1990, p. 139. <<
[90] Simmel, «Puente y puerta», El individuo y la libertad p. 34. <<
[91] X. Rubert de Ventos, «Ontologia: frontera, perill i violència», en Col.legi de Filosofía, Frontera i perill, Edicions 62, Barcelona, 1987, p. 151. <<
[92] V. Turner, La selva de los símbolos, Siglo XXI, Madrid, 1981, p. 108. <<
[93] V. Turner, On the Edge of the Bush. The University of Arizona Press, Tucson, 1985, p. 117. Sobre las situaciones y personajes liminoides, cf. también, del mismo Turner, «Liminal to Liminoid, in Play, Flow, and Ritual», en From Ritual to Theatre. PAJ Publications, Nueva York, 1982, pp. 20-60. <<
[94] Heidegger, ¿Qué es la metafísica?, p. 47. <<
[95] V. Turner, El proceso ritual, Taurus, Madrid, 1988, p. 109. <<
[96] V. Turner, El proceso ritual, Taurus, Madrid, 1988, p. 109. <<
[97] Turner, La selva de los símbolos, p. 118. <<
[98] Turner, El proceso ritual, p. 205. <<
[99] G. Bueno, «El nihilisme religiós», en A. Sánchez Pascual et al., Metamorfosi del nihilisme, Fundació Caixa de Pensions, Barcelona, 1989, pp. 61-95. <<
[100] Turner, La selva de los símbolos, p. 108. <<
[101] Turner, On the Edfe of the Bush, p. 161. <<
[102] C. Lévi-Strauss, «Introducción a la obra de Marcel Mauss», en M. Mauss, Sociología y antropología, Tecnos, Madrid, 1992, p. 20. <<
[103] F. Tónnies, Comunitat i associació, Edicions 62/La Caixa, Barcelona, 1984, p. 36. <<
[104] G. Deleuze y F. Guattari, Mil mesetas, Pre-Textos, Valencia, 1982, p. 34. <<
[105] Sartre, op. cit., p. 60. <<
[106] Canetti, Masa y poder, p. 25. El subrayado es suyo. <<
[107] Un trabajo de etnografía urbana reciente ponía de manifiesto cómo los usuarios de trenes de cercanías se caracterizaban por estar, todos ellos, «ausentes»: hablando con el vecino, usando su teléfono móvil, escuchando música o la radio, durmiendo, leyendo, cavilando… Cf. D. Terrolle, «Entre-deux», en C. Pétonnet e Y. Delaporte, eds., Ferveurs contemporaines. Textes d’anthropologie urbaine offerts à Jacques Gutwirth, L’Harmattan, Paris, 1996, pp. 243-262. <<
[108] R. Sennet, La conciencia del ojo, Versal, Madrid, 1991, p. 153. <<
[109] H. Arendt, La condición humana, Paidós, Barcelona, 1998, pp. 220-221. <<
[110] G. Ivain, «Formulario para un nuevo urbanismo», en La creación abierta y sus enemigos. Textos situacionistas sobre arte y urbanismo. La Piqueta, Madrid, 1977, p. 31. <<
[111] Certeau, L’invention du quotidien, pp. 186-187. <<
[112] Ibidem, p. 66. <<
[113] K. Marx, Discurso pronunciado en la fiesta de aniversario del People’s Warn, en K. Marx y F. Engels, Obras escogidas, Akal, Madrid, 1975, vol. I, p. 369. <<
[114] Tarrius, Anthropologie du mouvement, p. 13. <<
[115] F. Giobellina, «El cuerpo sagrado», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 34 (1979), p. 190. <<
[116] Certeau, L’invention du quotidien, p. 154. <<
[117] Ibidem, p. 155. El autor de Walden y el Ensayo sobre la desobediencia civil, Henry David Thoreau, se anticipó un siglo a la percepción de Certeau del andar urbano como forma de desterritorialización, al notar cómo Las expresiones santering —en inglés «pasear», «deambular», «andurrerar»— y saunterer —en francés «paseantes»— están relacionadas etimológicamente con sans terre, «sin tierra» o «sin hogar» (Caminar, Árdora, Madrid, 1998, pp. 7-8). <<
[118] P. Boyer, Barricades mystérieuses et pièges à pensée. Société d’Ethnologie, Paris, 1988. Los capítulos VI y VII de esta obra aparecen bajo el título «La iniciación de los poetas y arpa-citaristas», en Ll. Mallart, comp., Ser hombre, ser alguien, Publicacions de la Universitat Autónoma de Barcelona, Bellaterra, 1992, pp. 113-138. <<
[119] J. Starobinski, «Les cheminées et les clochers», Le Magazine littéraire, 280 (1990); citado por Augé, Los no-lugares, p. 81. <<
[120] Acerca de la aplicación de las teorías del caos en sociología, me remito a J. P. Dupuy, Ordres et désordres. Enquête sur un nouveau paradigme, Seuil, Paris, 1982; M. Forsé, L’Ordre improbable. Entropie et processus sociaux, Université René Descartes, Paris, 1986, y R. Boudoun, La Place du désordre. Critique des théories du changement social PUF, Paris, 1991. <<
[121] Sobre el reconocimiento del papel de la inestabilidad en otras sociedades, cf. G. Balandier, El desorden. La teoría del caos y las ciencias sociales, Gedisa, Barcelona, 1990, y M. Maffesoli, Du nomadisme. Vagabondages initiatiques, Librairie Générale Française, Paris, 1997. <<
[122] R. Horton, «El pensamiento tradicional africano y la ciencia occidental», en M. Gluckman et al., Ciencia y brujería, Anagrama, Barcelona, 1976, pp. 88-116. <<
[123] E. R. Wolf, «Relaciones de parentesco, de amistad y de patronazgo en las sociedades complejas», en M. Banton, comp., Antropología social de las sociedades complejas. Alianza, Madrid, 1990, p. 20. <<
[124] Hannerz, Exploración de la ciudad p-309. <<
[125] Comentarios de Georges Bataille a Roger Caillois, «Cofradías, órdenes, sociedades secretas, iglesias», en D. Hollier, ed., El Colegio de Sociología Taurus, Madrid, 1982, p. 179. <<
[126] Turner, El proceso ritual, pp, 195 y ss. <<
[127] Cf. Ch. P. Loomis y J. A. Beegle, Rural Social Systems. A Textbook in Rural Sociology and Anthropology, Prentice-Hall, Englewood Cliffs, i 955. <<
[128] Tönnies, Comunitat i associació, p. 72. <<
[129] H. Cox, «Religión y política en Europa: Los nuevos debates sobre los dominios de lo secular/sagrado, y de lo público/secular», Historia y fuente oral, Barcelona 10 (1993), p. 31. <<
[130] Cf. J. Remy, «Villes, espaces publics et religions: récits d’espérance et pratiques quotidiennes», Social Compass, Lavaba, XL/1 (1998), pp. 23-42. <<
[131] Th. Luckmann, La religión invisible, Sígueme, Salamanca, 1973, p. 128. <<
[132] P. L. Berger, Para una teoría sociológica de la religión, Kairós, Barcelona, 1981, p. 214. <<
[133] G. Simmel, «Las grandes urbes y la vida del espíritu», en El individuo y la libertad, p. 2532. Tónnies, op. cit., p. 35. <<
[134] Tonnies, op. cit., p. 35. <<
[135] O. Spengler, El ocaso de Occidente, Revista de Occidente, Madrid, 1966, vol. II, pp. 122-123. <<
[136] C. Wright Mills, «La gran ciudad: Los trastornos privados y los problemas públicos», en Poder, política, pueblo, FCE, México DF., 1964, p. 313. <<
[137] R. Sennet, La conciencia del ojo, p. 152. <<
[138] Cf.R. Sennet. «Las ciudades norteamericanas: planta ortogonal y ética protestante», Revista Internacional de Ciencias Sociales, 12 (septiembre 1990), pp. 281-299. <<
[139] R. F. Burton, Viaje a la ciudad de los santos, Laertes, Barcelona, 1986, p. 34. <<
[140] A. Mendoza, Fuentes del pensamiento de los Estados Unidos, El Colegio de México, México DF., 1950, p. 155. <<
[141] Siguiendo aquella lógica que, contemporizada, venía a encarnar Harrison Ford como protagonista de la película La costa de los mosquitos, de Peter Weir (1986): un ciudadano medio americano que, hastiado de un mundo que «no funciona», escapa con toda su familia a una isla tropical con el fin de empezar allí una nueva vida. <<
[142] Un trabajo reciente de dos jóvenes antropólogos urbanos catalanes ha analizado el proceso de difusión geográfica de las congregaciones pentecostales en Barcelona, abundando en esa conceptualización de la difusión sectaria en términos de evangelización-civilización de territorios ignotos y fronterizos, habitados por infieles sin Dios. Las lógicas expansivas protestantes se revelan como impredecibles y sometidas a una combinatoria de interconexiones casi arbitrarías y cambios aleatorios en extremo, como corresponde al propio contexto socioespacial metropolitano. El resultado es «un movimiento de base policentrada que al expandirse confiere a su cartografía un carácter abigarrado y caótico de implantación y difusión». Ello lleva a los autores del trabajo a describir las dinámicas expansivas de los cultos pentecostales de ahora y aquí como la labor de «colonos-misioneros», predicadores que trabajan la palabra y que difunden su verdad por polinización. Cf. D. Iglesias, «El asentamiento protestante en Barcelona», y J. A. Sánchez de Juan, «Les estratègies de localització de les esglésíes evangèliques. L’exemple de les Assamblees de Germans a Barcelona», en H. Capel, éd., Habitatge, especialització i conflicte a la socíetat catalana, Ajuntament de Tàrrega, Tàrrega, 1996, pp. 109-128. Sobre el pentecostalismo en general, me remito al estudio de M. Canton Delgado, Bautizados en fuego, Plumsock Mesoamerican Studies, South Woodstock, 1998. <<
[143] B. Wilson, Sociología de las sectas religiosas, Guadarrama, Madrid, 1979, p. 38. <<
[144] M. Weber, L’etica protestant i l’esperit del capitalisme, Edicions 62/La Caixa, Barcelona, 1984, p, 218. Los subrayados son suyos. <<
[145] W. James, Les varietats de l’experiencia religiosa, Edicions 62/La Caixa, Barcelona, 1985, p. 157. <<
[146] G. Santayana, La idea de Cristo en los Evangelios, Sudamericana, Buenos Aires, 1966, p. 263. <<
[147] «Los confusos, ricos y blancos hijos de la clase media, grupo tan desarraigado y desposeído como el que más, [que] buscaban afanosos algo nuevo que les sirviese para definir sus vidas». R. Greenfield, El supermercado espiritual, Anagrama, Barcelona, 1979, p-21. <<
[148] A. Cardin, Contra el catolicismo, Muchnik, Barcelona, 1997, p. 172. <<
[149] Cf. J. M. García Jorba, «Testimonis de Jehová», Arxiu d’Etnografía de Catalunya, Tarragona, 8 (1990-91), pp. 49-73; Q. J. Munters, «Reclutement et candidats en puissance», Social Compass, Lovaina, XXIV/1 (1977), pp. 59-69. <<
[150] P. Salarrullana, Las sectas, Temas de Hoy, Madrid, 1990, p, 65. <<
[151] A. Woodrow, Las nuevas sectas, FCE, México DF. 1979, p. 105. <<
[152] Cf. J. Vallverdú, «La comunitat rural Hare-Krisna: estil de vida i pràctica religiosa», Quaderns de l’ICA, Barcelona, en prensa. <<
[153] M. Douglas, Símbolos naturales, Alianza, Madrid, 1988, p. 39. <<
[154] Este factor introversionista, como diferenciador del izquierdismo contracultural norteamericano respecto del marxismo ortodoxo, aparece muy bien descrito en el capítulo «Una invasión de centauros», del ya clásico libro de Theodore Roszak El nacimiento de una contracultura, Kairós, Barcelona, 1973, pp. 57-98. <<
[155] Cf. ]. Prat, El estigma del extraño. Un ensayo antropológico sobre sectas religiosas, Ariel, Barcelona, 1997, pp. 127-178. <<
[156] A. Van Gennep, Los ritos de paso, Taurus, Madrid, 1984, p. 14. <<
[157] I. Joseph, El transeúnte y el espacio urbano, Gedisa, Barcelona, 1984, p. 28. <<
[158] J. Caro Baroja, Paisajes y ciudades, Taurus, Madrid, 1984, p. 206. <<
[159] M. Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI, Madrid, 1990, p. 201. <<
[160] A. Finkielkraut, «Le devoir de transparence», Les Temps Modernes, París, XXXIII (1978), pp. 994-995. <<
[161] J. G. Moreno, «Nietzsche y Deleuze: encuentros», en J. Montoya, ed., Nietzsche, 150 años, Universidad del Valle, Cali, 1995, p. 307. <<
[162] Sennet, El declive del hombre público, p. 50. <<
[163] M. Augé, El viajero subterráneo, Gedisa, Buenos Aires, 1987, p. 12. <<
[164] R. Barthes, El grado cero de la escritura. Siglo XXI, México DF., 1989, p. 226. También Incidentes, Anagrama, Barcelona, 1987. <<
[165] A. Moles, Labyrinthes du vécu. L’espace: matière d’actions, Méridiens, Paris, 1982, p. 143. <<
[166] Hannerz, Exploración de la ciudad, pp. 136-137. <<
[167] Textos situacionistas. Crítica de la vida cotidiana, Anagrama, Barcelona, 1973, p. 16. <<
[168] Deleuze y Guattari, Mil mesetas, p. 156. <<
[169] Lefebvre, La production de l’espace, p. 485. El subrayado es suyo. <<
[170] Spengler, El ocaso de Occidente, vol. II, pp. 128-129. <<
[171] R. Vaneigem, Tratado del saber vivir para uso de las jóvenes generaciones, Anagrama, Barcelona, 1988, p. 284. <<
[172] Joseph, El transeúnte y el espacio urbano, p. 28. <<
[173] Lefebvre, El derecho a la ciudad p. 19. <<
[174] J. Montoya, «La emergencia de las subjetividades metropolitanas», Revista de Ciencias Humanas, Medellín, 24 (marzo 1998), pp. 91-133. <<
[175] Arendt, La condición humana, p. 223. <<
[176] Arendt, La condición humana, p. 223. <<
[177] M. Castells, Problemas de investigación en sociología urbana, Siglo XXI, Madrid, 1971, p. 169. <<
[178] Cerceau, L’invention du quotidien, p. 57. El subrayarlo es suyo. <<
[179] Citado por S. Neumeister, «La ciudad como teatro de la memoria». Revista de Occidente, Madrid, 148 (junio 1993), p. 71. <<
[180] Certeau, La invention du quotidien, pp. 141-142. <<
[181] Arendt, La condición humana, pp. 222-230. C. Castoriadis, «La polis griega y la creación de la democracia», en Los dominios del hombre: Las encrucijadas del laberinto, Gedisa, Barcelona, 1988, pp. 97-132. <<
[182] J. Habermas, L’espace public. Archéologie de la publicité comme dimension constitutive, Payor, París, 1978. <<
[183] Sennet, El declive del hombre público, p. 327. <<
[184] A. Giddens, Consecuencias de la modernidad, Alianza, Madrid, 1997, pp. 131-141. <<
[185] Deleuze y Guattari, Mil mesetas, p. 163. El subrayado es suyo. <<