LEOPOLDO ALAS «CLARÍN» (Zamora, 25 de abril de 1852 - Oviedo, 13 de junio de 1901). Conocido por el seudónimo de Clarín, Leopoldo García-Alas Ureña comenzó sus estudios en León, en el colegio de los Jesuitas, y cursó el bachillerato en Oviedo, ciudad que sirve de trasfondo a sus obras más conocidas. Cuando tenía dieciséis años participó en las jornadas revolucionarias de septiembre, lo que afianzó sus convicciones progresistas y republicanas que marcaron su obra literaria, y especialmente su labor periodística. En ese mismo año Clarín comenzó la redacción de su periódico manuscrito Juan Ruiz. En 1869 empezó la carrera de Derecho, pero en 1871 se trasladó a Madrid para doctorarse y estudiar Letras en la Universidad Central. En la capital se dio a conocer como periodista. En 1872, Clarín y su amigo Armando Palacio Valdés comenzaron a publicar el periódico satírico Rabagás. Muchas de sus colaboraciones en El solfeo, diario madrileño en que Clarín publicó su primer cuento, Estilicón, consisten en poemas satíricos en la sección titulada Azotacalles de Madrid. Leopoldo Alas inauguró el uso del seudónimo Clarín, tomado del nombre del gracioso en La vida es sueño de Calderón de la Barca, para los artículos que publicó el 11 de abril de 1875 en El solfeo. Clarín se doctoró en 1878, presentando la tesis El derecho y la moralidad, y dedicó su tesis al profesor Francisco Giner de los Ríos, que había tenido gran influencia en él, como en muchos otros intelectuales coetáneos, a través del krausismo, un movimiento filosófico encabezado en España por Julián Sanz del Río y dirigido por Francisco Giner de los Ríos, quien lo aplicó a la pedagogía. Estas ideas, y sus críticas y parodias en los periódicos le valieron que, a pesar de ganar el mismo año las oposiciones a la cátedra de Economía Política y Estadística de la Universidad de Salamanca, sufriera el veto del conde de Toreno, ministro de Cánovas. En 1880, Clarín entró a formar parte de la redacción del Madrid Cómico, otro periódico satírico. En 1882, Clarín fue nombrado catedrático de la Universidad de Zaragoza. Ese mismo año se casó con Onofre García Argüelles. Un año después, en 1883, regresó a Oviedo como catedrático de Derecho Romano y, posteriormente, de Derecho Natural, en la Universidad de Oviedo. En 1887, fue elegido concejal republicano del ayuntamiento de Oviedo y ya no abandonaría la capital de Asturias. La importancia de la obra literaria de Clarín también reside en su ingente labor como cuentista. Fue autor de más de setenta cuentos y novelas cortas y elevó el género del cuento hasta nuevas cotas, aunque no tuvo la misma suerte con la única obra teatral que escribió: Teresa. Pero es su obra maestra La Regenta la que le consagró, ya que es considerada una de las cuatro novelas fundamentales de la literatura española; lo que Madame Bovary de Flaubert supone para la literatura francesa. La obra causó un enorme impacto tanto por su valentía y calidad literarias —Clarín utilizó varias técnicas como el monólogo interior, los sueños y los recuerdos, que anticipaban la novela del siglo XX—, como por la crítica demoledora que en la novela hace a todos los estratos sociales: la aristocracia decadente, el clero corrupto, las damas hipócritas y los partidos políticos.