Agradecimientos

En primer lugar, gracias a César Aira, cuyo artículo «La muñeca viajera», publicado en la contraportada de «Babelia», El País, de 8 de mayo de 2004, me lanzó a escribir esta historia.

En segundo lugar, gracias a la anónima niña y al autor de La metamorfosis por tan singular hecho; a Dora Dymant (o Diamant según algunas obras), que lo contó; y a Klaus Wagenbach, que lo convirtió en leyenda buscándola incesantemente, así como a cuantos lo han narrado hasta el presente.

Jordi Sierra i Fabra,

Vallirana, agosto de 2004, a los 80 años

de la muerte de Franz Kafka