Informe I.M. 3
Dossier T.M. 3
con François Drugère
15 DE MARZO DE 1992
(DOCUMENTO): Le Monde, n.° 13721. I.M. 3 ࢤ 1
FRANCIA SE DUERME
por Pierre Viansson-Ponté
Hace exactamente veinticuatro años escribía en este mismo lugar: «Lo que actualmente caracteriza nuestra vida pública es el tedio». Ese pequeño artículo tuvo derecho a una cierta posteridad puesto que le siguieron, tras un intervalo de dos meses, los acontecimientos que todo el mundo conoce (no me atrevería a decir que los anunciaba) y que se entrecomillarán o no según el uso. No se crea que me entrego a esta exhumación por autosatisfacción, o por qué sé yo qué afán de posteridad que no va con mi carácter. Simplemente sucede que el pasado se superpone de tal modo con el presente que, para evocar hoy el estado de salud de Francia, tengo ganas de escribir, sin cambiar apenas mis palabras de antaño: Lo que actualmente caracteriza nuestra vida pública, es el sueño.
(...)
Después de las legislativas de abril del 88, que dieron como resultado que la mayoría gaullista-comunista quedara barrida por la coalición formada por el Nuevo Partido socialista y la Federación ecologista (que a partir de entonces pasaron a ser los Guardianes de la Tierra bajo la influencia de aquellos que anteriormente sólo eran sus «amigos»), se levantó un gran viento de esperanza. ¿Qué queda de ello cuatro años después? Naturalmente, el caos prometido por los perdedores, aunque eso constituía un hábito, no se ha instaurado. Pero la tasa de inflación de nuestra moneda ha batido nuevos records, aunque el país esté menos sometido a los caprichos del comercio exterior que antes. Pero las centrales nucleares continúan funcionando, si bien ya no se construyen otras nuevas. Y sigue siendo muy aleatorio querer bañarse en los ríos y el mar, aunque el segundo plan de saneamiento sea prometedor... sobre el papel. Y seguimos teniendo 4 millones de parados, aunque las unidades artesanas se multipliquen.
De hecho, lo penoso es la impresión de que, puesto que no todo va verdaderamente mal, se actúa como si todo fuese casi bien, y se deja que las cosas sigan su curso. (...)
En el ámbito de la política que se suele denominar pleonásticamente politicastra, los grandes tenores están callados. Los señores Mitterrand y Marcháis están acabados, el señor Rocard es alcalde de una ciudad mediana, el señor Chirac se halla en penitencia aún por algunos años en las Brigadas de reeducación, el señor Giscard d'Estaing persigue brillantes negocios con diversas Repúblicas africanas; ¿qué nos queda para hacernos salir de nuestro letargo? ¿El señor Fabre-Luce? Seamos serios. En cuanto a nuestro actual presidente de la República...
(...)
En el plano internacional, resulta inútil recordar con detalle las grandes convulsiones que sacuden el mundo. La contrarrevolución china, las masacres indonesias, la secesión sangrienta de algunas Repúblicas de la insegura Unión soviética, los perpetuos trastornos de América del Sur y del este africano, la guerrilla que socava el fuerte régimen de la R.F.A., todos ellos son braseros que debieran inflamar nuestra conciencia, nuestra energía. Pero, ¿la juventud francesa es sensible a estas señales de angustia de un universo que sirve de punto de unión entre Marte y Vulcano? Ciertamente, a cada nuevo conflicto, se registra un poco de fiebre aquí y allá. Pero esa fiebre conduce a la somnolencia antes que a la acción. Todavía se presume de internacionalismo revolucionario, pero sólo a guisa de consignas, que no van más allá de los recorridos balizados de las manifestaciones parisinas. Tampoco hablemos de la estrategia no-violenta, que ha quedado en manos de los sociólogos y los filósofos, los nuevos, claro está.
(...)
Gobernar no es sólo contentarse con administrar el casi, con canalizar una crisis latente desde hace veinte años. Gobernar es conducir un pueblo hacia nuevos horizontes, es mantenerle los ojos abiertos y el corazón despierto. Pero, he ahí que el pueblo duerme, Francia duerme, y los dirigentes nada hacen para despertarlos. Para sacarnos de este letargo sería preciso que se levantara un nuevo viento, una nueva borrasca. Espero que eso ocurra pero, a mi edad, espera y esperanza difícilmente se conjugan.
9 DE MAYO DE 1922 I.M. 3 ࢤ 2
(DOCUMENTO): Cinta magnética 2340/BT/CI. VII, 867, procedencia: I.N.E.D.
Entrevista Jérôme Bloquin/Clara Maserati
Pregunta. — Señorita... Señorita, por favor, ¿puedo retener su atención un minuto?... no más. Estoy haciendo una encuesta para el Instituto nacional de Estudios demográficos...
Respuesta. — ¿Perdón? ¿El qué?
P. — El Instituto nacional de Estudios demográficos... Ya sabe... los índices de natalidad, la proporción de varones y mujeres en los nacimientos, y todo eso...
R. (Risa.) — Ah sí, ya comprendo.
P. — Bien. Entonces comencemos por el principio. ¿Señora o señorita?
R. — Señorita...
P. — Ningún hijo, supongo...
R. (Risa.) — No. Ningún hijo.
P. — Bien. También necesito saber su edad y su domicilio —bastará la ciudad— así como su profesión. Es para las estadísticas. (...)
R. — Bueno... edad, veintitrés años. Profesión, actriz.» Domicilio, París.
P. — Bien. Ahora vamos a entrar en el meollo de la cuestión. ¿Tiene previsto tener hijos en el futuro?
R. — La pregunta de siempre, ¡eh! (Risa.) Bien... supongo que eso depende de varias cosas... En mi oficio no es fácil. Y además... ¡también depende de un encuentro, de un hombre, caramba! (Risa.) Pero, en fin, sí, en principio me gustaría tener hijos más adelante.
P. — ¿Cuántos?
R. — Bueno... ¡dos! (Risa.) Es lo clásico, ¿no?
P. (Risa.) — Sí, usted se incluye en lo normal... y, ¿qué sexo?
R. — Niño y niña. Creo que es cuanto tenemos a nuestra disposición. ¿No es así?
P. — Señorita, va usted a perturbar la buena marcha de esta encuesta... Bien. ¿Primero el niño o la niña?
R. — ¡Vaya! Se está complicando la cosa. (Risa.) Digamos el niño primero y después la niña...
(Otras preguntas no transcritas.)
P. — Entonces, una última pregunta... Usted sabrá —o tal vez no— que se está trabajando en la obtención de una pastilla para hacer niños... Se trata de un proceso químico que actúa sobre los cromosomas X y los frena. En fin, poco importa. Por otra parte su eficacia no es absoluta. Sólo alcanza alrededor de un 90 %. Entonces, la cuestión es: ¿tomaría usted esa píldora para tener un niño en primer lugar?
R. — ¡Uy! (Risa.) Escúcheme, ni siquiera tomo la píldora, por tanto no me pida que absorba ninguna otra de esas porquerías químicas. Cuando ustedes los hombres...
P. — Sí, sí. ¡He comprendido! (Risa.) No le preguntaré nada más, además... La sesión de tortura ha terminado. Y le agradezco que haya colaborado con tan buena voluntad. Hasta otra... Ah... Me llamo Jérôme Bloquin
R. — Y yo Clara Maserati. ¡Salud! Y, en caso de que se le ocurriera preguntármelo, no estoy emparentada con los automóviles; en más de una ocasión ya me han soltado eso de «qué línea», «mírame esos parachoques», y «puedo hacerle una varilla de conducción».
P. (Risa.) — Caramba. Y yo que quería ofrecerle una copa y no sabía por dónde empezar; ¡me deja cortado!
R. — Escucha: dime: te invito a una copa, eso bastará Y además una copa siempre cae bien, y tengo sed...
P. (Risa.) — Bien, vamos allá. ¡Ah!, tengo que para este aparato.
MAYO DE 1992 I.M 3 ࢤ 3
(DOCUMENTO): Artículo extraído de Population, boletín del Instituto francés de Estudios demográficos (número de junio de 1992)
UN PARÁMETRO DESCONOCIDO
EL ÍNDICE DE MASCULINIDAD
por Jean-Marie Doussard-Mayer
Director de Estudios en la Escuela Práctica
de Altos Estudios, demógrafo.
El índice de masculinidad («sex-ratio» para los anglosajones), como todo el mundo sabe, está definido por:
Número de nacimientos masculinos
I.M. = ——————
Número de nacimientos femeninos
para una población dada, durante un período dado (un año, por ejemplo). En la práctica demográfica, este parámetro se utiliza mucho menos que los demás parámetros clásicos, por una razón muy simple: es casi constante. En todos los países en que el registro civil es digno de confianza, y cualquiera que sea el período de referencia, siempre se aproxima mucho a 1,05. (En otros términos, sobre 1000 nacimientos, siempre se da una media de 512 niños y 488 niñas.) Este valor de 1,05 constituiría, pues, una característica invariable propia de la especie humana, y no tendría sentido seguir manteniendo el interés por el I.M.
Aunque esa sea una opinión muy extendida (ver en la bibliografía las referencias 1 a 7), no la compartimos, por las razones siguientes:
—En primer lugar, esta media de 1,05 calculada sobre centenares de millones de nacimientos (y que además constituye un ejemplo clásico en los tratados de estadística, ref. 8 y 9) muestra muy bien que los dos sexos no tienen iguales oportunidades en la lotería del nacimiento, y que debe existir un mecanismo biológico que favorezca ligeramente, pero de forma sistemática, los nacimientos masculinos.
—La cifra de 1,05 está calculada sobre nacimientos vivos. Pero si se calcula sobre los nacidos muertos, es netamente más elevada (ref. 10, 11 y 12). Y lo que es más; según algunos trabajos bien confirmados (ref. 13 a 18), el I.M. alcanzaría alrededor de 1,75 en la concepción. Por tanto, no habría uno sino dos mecanismos biológicos interviniendo: uno que favorece las concepciones masculinas y otro que se opone a los embarazos masculinos, siendo el índice observado al nacimiento la resultante de estas dos acciones antagónicas.
—Como todos los mecanismos biológicos, estos dos procesos deben depender, al menos parcialmente, de las condiciones de vida (higiene, alimentación, cuidados médicos, etc.). Por consiguiente, deberían observarse variaciones locales o temporales del I.M. cuando dichas condiciones son modificadas. Ahora bien: eso es precisamente lo que ocurre:
a) En realidad, el I.M. no es constante, y pueden observarse variaciones de 1,03 a 1,07 (ref. 19 a 24).
b) En período de guerra, y sólo en los países afectados por el conflicto, el I.M. aumenta, y vuelve a su valor habitual en pocos años una vez terminada la conflagración (ref. 25 y 26). Así, por ejemplo, en Francia, el I.M., que era de 1,04 en 1940, pasó a ser de 1,062 en 1943 y 1944, para volver a descender lentamente en el transcurso de los años siguientes.
c) A medida que los progresos de la medicina reducen la mortalidad intrauterina y de los recién nacidos, asistimos a un ascenso del I.M, Y eso está sucediendo desde hace veinte años.
—Por último, actualmente, y desde hace algunos años, existen al menos dos procedimientos que, en ciertas condiciones, permiten escoger antes de la concepción el sexo del hijo que vaya a nacer. Uno de ellos (ref. 27 a 34) actúa sobre el régimen alimentario de la futura madre; el otro (ref. 35 a 41) sobre la viscosidad de las secreciones vaginales. Estos procedimientos aún se practican poco, pero no cabe ninguna duda que cada vez se usarán más: entonces el I.M. se convertirá en un parámetro absolutamente indispensable para caracterizar una población.
Por tanto, el índice de masculinidad ofrece al investigador un campo de estudio aún poco explorado y rico en nuevos cálculos, aunque a condición de salir de la demografía pura y trabajar conjuntamente con investigadores de otras disciplinas. Algunos países extranjeros empiezan a darse cuenta de ello (ref. 42, 43). La escuela demográfica francesa, que tantas pruebas de su vitalidad ha dado, debiera evitar distanciarse.
15 DE MAYO DE 1992 I.M. 3 ࢤ 4
(DOCUMENTO): Cinta magnética 2386/EA/C1. II, 1875, procedencia: I.N.E.D.
Entrevista Francis Bouthier-Renard, director del I.N.E.D./ Jerôme Bloquin, encargado de estudios (grabación automática).
F.B.—R. — Siéntese, amigo, siéntese... Acabo de hojear su encuesta pasada en limpio. Lo ha hecho bastante bien.
J.B. — Gracias, señor. Pero ya sabe usted que no fue demasiado complicado... ni demasiado complicado ni demasiado... ¿cómo diría?...
F.B.—R. — ¿Apasionante? (Suspiro.) Vamos, Bloquin, ¡no me diga que esperaba algo apasionante en este oficio! Sólo se trata de una rutina que puede ser agradable. En lo que respecta a su informe, llenará algunas páginas de Population. Por primera vez aparecerá su firma en nuestro periódico. ¡Es un buen comienzo! Pero, seamos serios... ¿Cómo se desarrolla su tesis? ¿Ha dado con algo nuevo?
J.B. — Ay, ay, ay... ¡la tesis! La verdad es que no he hecho nada. Me lío. No acabo de decidirme por una dirección precisa. Tengo muchas ideas, pero...
F.B.—R. — ¡Sí! En general se tienen demasiadas o no se tiene ninguna... Pero creo que puedo darle una pista. Doussard-Mayer acaba de enviarme un artículo para Population acerca del índice de masculinidad. Verá, había pensado en usted para que se encargara de las pruebas.
J.B. — Hum... Doussard-Mayer, a decir verdad, lo encuentro un poco rancio. Y el índice de masculinidad no resulta demasiado apasionante...
F.B.—R. — ¿Quizás le gustaría más la reconstitución de las genealogías campesinas en Alta Saboya bajo la dinastía piamontesa? No, hablo en serio. Ese valiente Doussard-Mayer está un poco pasado de moda, de acuerdo, pero es quien hace y deshace en la Escuela Práctica de Altos Estudios. Si usted eligiera un tema aconsejado por él y le pidiese que presidiera su tribunal asesor de tesis, la cosa estaría hecha. Y, aparte de esto, tiene razón: el I.M. es interesante. Ni siquiera se calcula ya porque todo el mundo está seguro de que es constante. Pues bien, observe los de estos últimos cinco o seis años, y se llevará una sorpresa. Por consiguiente, es preciso que alguien del I.N.E.D. se ocupe de ello. Si ese alguien es usted, hace su tesis al mismo tiempo. ¡Incluso en las horas de trabajo! Es beneficioso desde todos los puntos de vista. Mire, ahí están las relaciones detalladas I.N.S.E.E. sobre los nacimientos de los últimos años. Examínelas cuidadosamente y vuelva para decirme qué piensa de ellas.
J.B. — Muy bien. Se lo agradezco. ¡Ya empiezo a estar intrigado! Por lo que respecta a (...).
MAYO DE 1992I.M.3 ࢤ 5
(DOCUMENTOS): Dossier personal Jerôme Bloquin.
Hoja suelta, notas manuscritas de J.B.
página 23/ párrafo II
Índice de masculinidad de Francia entera
(Calculado a partir de estadísticas nacimientos INSEE)
Año
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
I.M
1,05
1,05
1,05
1,06
1,08
1,10
1,12
1,15
¡Y esa vieja momia de Doussard que ni siquiera hablaba de esto en su papel! Sin embargo, estaba ante sus ojos, e incluso ante los nuestros: sólo hacía falta una división para calcular el I.M.
Bien: jamás se había visto un I.M. superior a 1,07 y ya hemos llegado a un 1,15. ¡Y va en aumento, por supuesto! A fin de cuentas, el tema de la tesis no resulta tan muermo como hubiera creído. En todo caso, el asunto plantea infinidad de preguntas:
—Ver series cronológicas de otros países, especialmente los limítrofes.
—Modalidad de evolución en Francia: ¿aumento global uniforme en todo el país, o focos localizados? En el segundo caso, en las zonas afectadas, el I.M. debe alcanzar valores increíbles (1,5 o incluso 2). Rehacer cálculos detallados a partir de nacimientos domiciliados, por región, departamento, distrito, y hasta por cantones o comunas (pero cuidado con la desviación tipo).
—¿Las poblaciones animales (mamíferos) están afectadas? (buscar informaciones al respecto: M. de Agricultura, sindicatos de ganaderos, veterinarios...)
—¿Causas posibles? Atontolinamiento. ¿Contaminaciones? ¿Radiactividad? ¿Epidemia? Consultar a un médico serio, si es que existe. De todos modos, extraño, extraño.
Recorte de prensa — Le Courrier de l'Eleveur
Correo de los lectores
La carta del señor Lemercier, de Thury-Hartcourt, que publicamos en nuestro último número, ha provocado una correspondencia abundante en nuestra redacción. Parece que muchos otros ganaderos han comprobado como él un porcentaje anormalmente elevado de nacimientos machos, no sólo en Normandía, sino también en Charentes, en el Morvan y en Saboya. Para algunos de nuestros comunicantes, como el señor Dupraz, de Beaufort, esta anomalía se viene manifestando desde hace tres o cuatro años consecutivos, e incluso tiende a acentuarse.
Los veterinarios consultados se pierden en conjeturas acerca de la causa de este extraño fenómeno. En cualquier caso, todos están de acuerdo en un punto: no se trata de una epidemia; en efecto, los animales están perfectamente sanos, y, además, ninguna enfermedad conocida provoca este género de consecuencias.
Según informaciones todavía sin confirmar, también se habría observado un índice excepcionalmente elevado de nacimientos machos en ciertas ganaderías ovinas en diversas regiones de Francia.
Por tanto, se trata de un asunto por investigar y tal vez resulte más serio de lo que parece.
Recorte de prensa — Le Petit Girondin
Noticias locales
El señor Laborit, nuestro simpático y laborioso secretario de alcaldía, no sale de su asombro: ¡ni una sola niña ha sido inscrita en el registro civil desde hace casi dieciocho meses!
«Habitualmente, nos ha explicado, los nacimientos de niños y niñas se equilibran en conjunto, de un año para otro. No obstante, desde hace cinco años, el número de niños no para de aumentar, y el de niñas no cesa de disminuir. Y en los últimos dieciocho meses no se ha inscrito ni una sola niña. ¡Es tan increíble como sacar cincuenta veces seguidas cruz tirando otras tantas veces una moneda!»
Cuando uno piensa que nuestros jóvenes que se quedan en la región ya tienen muchas dificultades para encontrar esposa
29 DE MAYO DE 1992 I.M.3 ࢤ 6
(DOCUMENTO): Cinta magnética «Clara, mayo del 92», procedencia: Jerôme Bloquin.
Conversación Jerôme Bloquin /Clara Maserati (pers.)
C.M. — Lo has puesto en marcha, ¿eh?... Acabaré creyendo que eres un vicioso de un género especial. ¡No! No me toques, ¡sátiro! Has logrado todo lo que querías... Vuelvo a cerrarme... No voy a librarme al desenfreno para hacer gozar a tu magnetófono...
J.B. — Mmmmm... deja que aún te dé un besito ahí... y ahí. Estás tibia, lisa. Y hueles a... no sé. ¿A canela?
C.M. — ¡Canela! ¡Qué no inventará! ¿Y por qué no cilantro, ya que estás en eso? Y además, déjame en paz. Quiero trabajar. No me sé ni la mitad de mi texto... Y puesto que tu maldito magnetófono está en marcha, lo aprovecharé... Pero te prevengo, Libachef, no es gran cosa.
J.B. — ¡Puah... Libachef! Yo que quería grabar el suave ruido de los espermatozoides deslizándose subrepticiamente por el cuello de tu útero...
C.M. — Pues eso, mi querido Je, ¡ni pensarlo! En este momento, el balón no es mi deporte favorito. Y si no estás contento.
J.B. — Estoy MUY contento, estúpida hembra... Me gusta todo lo que podemos hacer juntos, y me tiene sin cuidado lo que no podemos hacer. Ello no impide...
C.M. — ¿No impide qué?
J.B. — No impide que si uno de mis pequeños animálculos se detuviera donde no debe sobre todo en el momento en que no se debe, la madre Naturaleza cumpliría uno de tus tres deseos: tu primer hijo sería un niño.
C.M. — ¿Ah, sí?
J.B. — Sí... Sabes... bueno, voy a hablarte claro de una vez. En Francia, cada vez se están haciendo más niños y menos niñas... En nuestra jerigonza de jergonautas se dice que el I.M. se acrecienta. ¡Mierda!, no me escuchas.
C.M. — ¡Claro que sí! Por una oreja... Por la otra, aprendo mi Libachef. Ya sé que me tomas por una tontita; pero ya me has hablado diez veces de todo esto...
J.B. — Sólo que hay novedades, ¡gran idiota! Te dije que se había calculado que el I.M. medio en Francia había pasado de 1,05 a 1,25. Pero, afinando más, se han dado cuenta de que esta media falseaba completamente nuestra visión del problema... No corresponde a nada. De hecho, en algunos lugares, e incluso en la mayoría de sitios, el I.M. sigue siendo de 1,05. Pero en el resto siempre es superior a 2. Hasta conozco un pueblucho en el que no ha nacido ni una sola niña, ¡en dieciocho meses! Y la media en los municipios afectados es de un I.M. de 3. ¿Te das cuenta? ¡Nacen tres niños por cada niña! Y lo más extraño es que esto ha comenzado bruscamente. Los primeros casos datan de 1987, pero la mayor parte de los demás no comenzó hasta hace dos o tres años...
C.M. — Escucha, no alcanzo a comprender qué puede tener esto de excepcional. Es el azar... una coincidencia... qué sé yo.
J.B. — No, Clara. Son las estadísticas. Se refieren a centenares de miles de nacimientos, repartidos entre nuestros treinta y siete mil novecientos y pico municipios. Y, precisamente, cuando se examinan las estadísticas municipio por municipio, entonces el asunto resulta francamente extraño... Tú tienes un municipio donde el I.M. es de 1,05 y, justo al lado, zas, otro en el que puede ser de 2,8 o de 3,4. Si miras el mapa, te da la impresión que se trata de un verdadero rompecabezas chino.
C.M. — Pero entonces, ¿qué es lo que provoca eso?
J.B. — ¡Buf! Justamente: no se sabe nada. Podría pensarse, en esas famosas «píldoras para hacer niños», pero no se encuentran en los comercios, y según los tests publicados son de una eficacia bastante aleatoria. También hay los regímenes milagrosos del profesor Stokowski, ¡pero sería idiota suponer que todo un municipio se sometió al régimen! Además, no puede decirse que haya revolucionado la dietética. También podría deberse a factores climáticos, geológicos, naturales en fin, pero todavía no se ha logrado encontrar parámetros comunes a todos los municipios afectados. De hecho, la división no es geográfica, sino administrativa, ¡que ya es el colmo! Por tanto, más bien se investiga en lo relativo a los agentes específicos, localizados, pero de gran dispersión: una contaminación química particular, o un producto alimenticio distribuido aquí y no allí... Pera lo más sorprendente de todo, lo que no encaja con ninguna explicación, es que esto ocurre en Francia y no sucede en ninguna otra parte. El mundo entero conserva su antiguo I.M. de 1,05. En cambio, nosotros, ¡tararí!; ¡no podemos hacer nada como los demás! ¡Se detiene justo en las fronteras! En todo caso, el Ministerio de la Salud anda de cabeza. Han nombrado una comisión de investigación que trabaja con nosotros...
C.M. — En resumen: ¿si tú ahora me echaras un casquete tendría todas las posibilidades de tener yo también un niño?
J.B. (Risa.). — De hecho, no, nosotros no... Hace un momento bromeaba... Las regiones afectadas van del agregado intercomunal rural, que agrupa de dos a tres mil habitantes, a la ciudad mediana. Creo que el más importante de los centros afectados por el incremento del I.M. es Grenoble. Pero París sigue con su I.M. de 1,05.
C.M. — Y bien, dime, cochino, querías tomarme el pelo con tus estadísticas trucadas, ¿¡eh!? Ya que así es, telón: no te hablo más y vuelvo a Libachef: «¡Dejadme, impostores! ¡Sí, yo soy aquella por la que se desencadenará la tempestad! ¡Aquella que hará que se levanten las almas! Córdoba, San Diego, Mérida...» (...)
3 DE JULIO DE 1992 I.M.3 ࢤ 7
(DOCUMENTO): Cinta magnética (s. ch, de C), «Discurso de Robert Magnan», procedencia: Ayuntamiento de Aubusson (Creuse).
Discurso de Robert Magnan, diputado por la primera circunscripción de Creuse (May.) en la «Fiesta de los Guardianes de la Tierra» (extracto).
(...)
Y cuando veo esos generadores eólicos que giran sin ruido sobre nuestras verdes colinas, me digo con vosotros que sí, que algo ha cambiado. Y cuando veo a esos niños, a esos adultos, bañándose alegremente en el agua transparente del Creuse, me digo que sí, ¡que algo ha cambiado! Cuando veo todas esas casas nuevas equipadas con receptores solares, me digo que algo ha cambiado. Y cuando veo en las calles y plazas esos talleres al aire libre que acogen a jóvenes venidos de todos los rincones de Francia y del mundo para iniciarse libremente en el arte secular que ha dado renombre a nuestra ciudad, me digo que sí, ¡que algo ha cambiado! (Aplausos.)
Y hablando de cambio, me permito abrir aquí un paréntesis... Me dicen que desde hace dos años nace en Aubusson el doble de niños que de niñas. Incluso parece que los hay que se inquietan por ello. ¡Pues bien! Voy a deciros una cosa: la población mundial cuenta con una mayoría de mujeres... ¡Qué podía ser más normal que vosotros dierais ejemplo para restablecer el equilibrio de la balanza! (Risas.) Yo, ya veis, tengo dos encantadoras hijitas. Pues bien, si decido, junto con mi mujer, claro, poner en camino un tercer heredero, será aquí, ¡en Aubusson! (Risas, aplausos.)
(...)
6 DE JULIO DE 1992 I.M. 3 ࢤ 8
(DOCUMENTO): Cinta magnética 2407/EA/C1. II, 1923, procedencia: I.N.E.D.
Entrevista Jerôme Bloquin, encargado de estudios/Loic Le Kelech, permanente en la Federación de los Guardianes de la Tierra de Finisterre.
J.B. — Uno, dos, tres bien esto funciona Ahora, amigo Loic, vas a repetir para la posteridad todo lo que acabas de decirme.
L.L.K. — ¡Ah! Selaouit oll ta ar pezh a laran, tud en París Bien. Me mostraste tu mapa y, como eres un bromista, me dijiste: mira, Francia padece sarampión. Pero yo soy breizhad, bretón, y no francés, y enseguida me di cuenta de que eres daltónico: tu mapa no tenía sarampión; lo que en él figuraba era verdor. En otros términos, querido Watson, los I.M. anormales correspondían en general a los municipios controlados por los Guardianes de la Tierra, o por la coalición.
J.B — Sí. Digamos que, tras un examen somero, resulta que los municipios verdes, o verde pálido, en un 90 % tienen un I.M. anormal Naturalmente se pasará este dato al ordenador, pero parece desde ahora cierto que la incógnita en este caso no es un factor climático o químico, sino un factor político. Y ello, evidentemente, es el colmo del absurdo. Al menos a primera vista
L.L.K. — Porque, en un segundo estudio, y una vez desechadas todas las hipótesis inverosímiles, podemos decir que los municipios ecológicos han instaurado toda una cadena de cambios en la vida corriente de sus administrados Por otra parte, fueron elegidos para eso. Y hay que escarbar ahí para hallar dónde se oculta el factor I.M. +...
J.B. — Por consiguiente, propondré al I.N.E.D. el siguiente plan de trabajo: se escogen tres municipios muestra con un I.M. de alto crecimiento; por ejemplo, un municipio de 500 habitantes, otro de 5000 habitantes y otro de 50.000. Se envían a los respectivos lugares comisiones de estudios que, con el concurso de las municipalidades, deberán examinarlo todo cuidadosamente. Y si no se encuentra nada concreto, ¡será obra del diablo!
27 DE JULIO DE 1992 I.M.3 ࢤ 9
(DOCUMENTO 1): Pasquín relativo a las elecciones municipales de mayo de 1989; municipio de Vacheret (4628 habitantes, departamento del Creuse). Procedencia: Federación de los Guardianes de la Tierra del Creuse.
Elecciones municipales en Vacheret
AMIGOS DE LA TIERRA —
NUEVO PARTIDO SOCIALISTA — P.S.U.
VACHERET — ECOLOGÍA
«Autogestionar el municipio»
Amigos y amigas de Vacheret: ¿por qué una lista «ecológica» en las elecciones municipales?
Para-aprovechar la dinámica creada el año pasado, con ocasión de las elecciones legislativas de marzo del 88, que vieron cómo la reacción (y sus nuevos aliados, los comunistas) era expulsada del poder que ocupaba desde hacía treinta años;
Para llevar a nivel de municipio las decisiones (aún demasiado vagas) tomadas a nivel nacional;
Para acabar de una vez por todas con las delegaciones de poder que, incluso en una pequeña comuna como Vacheret, apartan de las decisiones a los simples ciudadanos: ¡VOSOTROS!
PARA NOSOTROS NO SE TRATA DE
HACER DEMAGOGIA ELECTORAL
A diferencia del alcalde saliente, no proponemos una retahíla de medidas grandiosas cuya realización es aleatoria. No tenemos biblia. Y, nos atrevemos a decirlo: ni siquiera tenemos programa; lo elaboraremos ¡CON VOSOTROS!
Simplemente proponemos algunas medidas concretas cuya puesta en marcha puede efectuarse en las semanas siguientes a la victoria de nuestra lista:
Recogida de basuras separadamente, con el fin de recuperar los materiales reconvertibles (vidrio, papel, etc.), y organizar a escala del municipio un centro de obtención de abonos a partir de los residuos biológicos.
Creación de un «consejo de la población» que trabajará en estrecha colaboración con los representantes municipales electos.
Rechazo inmediato y definitivo de la implantación de la fábrica SIGEGRAD (¡filial de Pechiney!), que nos aportaría contaminación, pero ningún puesto de trabajo o muy pocos.
Transformación de la estación depuradora de agua (¡por ozonización!) a un sistema de terlón (biológico y poco costoso).
Instalación de receptores solares en todos los edificios públicos.
(DOCUMENTO 2): Artículo del diario regional La Montagne, con fecha de 28 de agosto de 1989.
LA COMUNA DE VACHERET
INAUGURA SU NUEVO
SISTEMA
DE DEPURACIÓN DEL AGUA
Vacheret, 27 de agosto.
El pasado domingo, en presencia del joven y simpático alcalde del municipio, acompañado de todos sus consejeros municipales y de numerosos simpatizantes, fue inaugurado el nuevo sistema de depuración de agua de Vacheret.
La estación, que se halla enclavada en el Tardes, más arriba de la pequeña ciudad, funcionaba mediante el conocido sistema de ozonización. No obstante, es sabido que los ecologistas (qué, junto con sus aliados del nuevo P.S. ganaron las municipales del pasado mayo) no son partidarios de este método que consideran poco natural. Por consiguiente la ozonización ha sido reemplazada por un sistema basado en la aducción de terlón. Un sistema con futuro y actualmente adoptado ya por numerosos municipios. Pero, ¿qué es ese misterioso terlón? Digamos que (...)
29 DE AGOSTO DE 1992 I.M.3 ࢤ 10
(DOCUMENTO)— Cinta magnética TLM 897/08/92, procedencia. Ministerio de la Salud pública.
Entrevista Marie-Héléne Crouze, ministra de la Salud/Francis Bouthier-Renard, director de I.M.E.D./Jerôme Bloquin, encargado de estudios I.N.F.D., responsable de la comisión «I.M. 3»/ Jacques Pascalini, jefe de Gabinete del Ministerio de la Salud, delegado cerca de la comisión I.M. 3.
M.—H. C. — Señores, me alegra recibirles. He reducido unos cuantos días mis vacaciones, pero estén tranquilos: este año el tiempo no es muy bueno en la costa aquitana. (Risa.) Me enteré de su informe acerca de ese índice de masculinidad. Yo. A decir verdad, no estoy demasiado versado en demografía, y debo confesar que su inquietud me sorprende un poco. Un incremento de nacimientos masculinos no me parece que sea una epidemia tan grave. Además, la mayoría de mujeres desean más tener niños que niñas, ¿no es así? Lo cual, como feminista, no apruebo, ¡claro está (Risa.)
F.B.—R. — Querida señora, le agradezco su atención, y me excuso una vez más por haber acortado sus vacaciones. Dicho esto, debo indicarle que no estamos verdaderamente inquietos. Sólo estamos, diría, preocupados. Una variación del I.M., sobre el conjunto del territorio y en un período de tres años, en ningún caso puede ser considerado como un hecho natural, un incidente en la curva de natalidad que desaparecerá por sí mismo Por el contrario, nos enfrentamos a un fenómeno en constante crecimiento. Me permito recordarle algunas cifras por si no las tiene usted en la cabeza: en 1986, todo es normal. En el 87, ligero aumento— el I.M. llega a 1,06. En 1988, estamos en un 1,08; en el 89 llegamos a 1,10 y en 1990 al 1,12. Los últimos datos demográficos generales que poseíamos, los de 1991, indican un I.M. de 1,15... Mi colaborador, Jerôme Bloquin, precisará ahora algunas cifras que seguramente exigirán verificaciones ulteriores para este año.
J.B. — Sí... mmmh... señora ministra, quede claro que todavía no poseemos los datos correspondientes al año en curso, pero en lo que respecta a los seis primeros meses, el I.M. había alcanzado el 1,25. Es muy probable que, para el conjunto del año sea de 1,30 ± 0,02. Sólo se trata de un cálculo promedio, porque usted ya sabe...
M.—H. C. — Le ruego me perdone por interrumpirle, pero, ¿quiere usted pretender que ese... aflujo de niños va a ir acrecentándose indefinidamente?
F.B.—R. (Risa.). — Resulta imposible decirlo. No obstante, eso es lo que debiera tratarse de impedir. Porque se dará usted cuenta, claro, de los trastornos sociales que semejante hecho aportaría al país. A este respecto, pedí al Laboratorio de Prospectiva aplicada que tuviera a bien estudiar algunos guiones que desarrollaran los efectos de una catástrofe demográfica de ese género. Le entregaré personalmente una copia cuando tenga en mi poder esos documentos.
M.—H. C. — Gracias. ¡Pero me espanta usted utilizando el término catástrofe! Mi querido Bouthier-Renard, me gustaría que no dijese demasiado alto estas frases alarmistas. En su revista, por ejemplo, o en las comunicaciones que usted tenga que hacer al exterior, le ruego siga mi consejo y no manifieste tan vehementemente sus temores. Porque ya sabe que la situación no es brillante y tendremos que enfrentarnos a un duro comienzo de temporada. La oposición se moviliza y... Pero no hablemos de esto ahora y volvamos a centrar el tema en nuestros bebés. Al leer su informe, he creído comprender que las causas de este desajuste demográfico habían sido perfectamente circunscritas. ¿No es así?
F.B.—R. — Tal vez no perfectamente, querida señora. Pero lo que sí es cierto es que pudimos separar con exactitud los municipios afectados por un incremento del I.M. de aquéllos en que no se produce ninguna variación. Los primeros representan un 59 % del número total de los municipios franceses —que naturalmente está lejos de representar el 59 % de la población, puesto que la mayor ciudad con I.M. + es una aglomeración de 200.000 habitantes... Por ahora, los centros más grandes no están afectados por el incremento de I.M. En realidad, sólo está afectado alrededor del 27 % de la población. Sin embargo.
M.—H. C. — ¿Y ahí entra esa extraña historia de municipios ecológicos y de terlón?
J.B. — Verá usted, señora, tras una simple lectura del mapa, nos ha dado la impresión de que efectivamente los municipios afectados parecían hallarse en manos de la mayoría» Por tanto, estudiamos sobre el terreno aquello que, en la política de los municipios respectivos, podía constituir el origen de este aumento del I.M. Con el concurso de los delegados de su ministerio, nos centramos naturalmente en los problemas de alimentación: agricultura biológica, fertilizantes, etc. Pero el único dato que no da lugar a excepciones es el uso del terlón para la depuración del agua... Debo añadir que, tras un recuento sistemático, no sólo se hallan en ese caso los «municipios ecológicos». Éstos únicamente constituyen un 87 %, y el 13 % que resta está integrado por municipios de oposición. Porque, claro está, no todos los alcaldes de la coalición han adoptado el sistema de terlón, mientras que algunos municipios de la oposición...
M.—H. C. — Bien, bien dejemos los detalles. Querido Pascalini, ahora quisiera conocer su opinión al respecto. ¿Debemos condenar el terlón?
J.P. — Señora ministra, me temo que no puedo ser taxativo sobre este punto. La utilización del terlón ha estado sometida a numerosos controles, y ha recibido la entera y total autorización de su Ministerio. El uso del terlón nos apareció como una solución perdone la expresión, «ecológica», al problema de la purificación de las aguas. Sólo se le puede someter a acusaciones si ello se lleva a cabo con extrema prudencia. Por eso hoy no puedo responder categóricamente. Sin embargo, en los servicios del profesor Saugères se han realizado estudios muy avanzados, y estoy seguro de que, dentro de quince días, sabremos con exactitud a qué atenernos.
M.—H. C. — Pues bien, señores, sólo me queda esperar sus guiones y sus análisis Una vez los conozcamos, todos juntos tomaremos las decisiones que se impongan para el bien del país y el de sus habitantes. Les agradezco su cooperación.
F B-R — En cualquier caso, querida ministra, tenga usted bien presente esto: si no hacemos nada, en un plazo de 5 a 8 años, ¡Francia tendrá un I M global de 3!
10 DE SEPTIEMBRE DE 1992 I.M.3 ࢤ 11
(DOCUMENTO): Carta (Confidencial, a entregar en mano) de André-Clément Decouflé, director del Laboratorio de Prospectiva aplicada, a la señora Marie-Hélène Crouze, ministra de la Salud pública y de la Población.
Señora ministra,
Al comprobar el crecimiento anormal y cada vez más rápido del índice de masculinidad en Francia, el INED encargó a nuestro laboratorio que evaluase las consecuencias a largo plazo de dicho proceso. Este estudio, que hemos realizado con la mayor diligencia y la mayor discreción, está terminado en lo esencial, y el informe completo, con todos los cálculos justificantes, le será remitido oficialmente el día 25, tal y como estaba previsto en el contrato
Sin embargo, el carácter particularmente alarmante de nuestras conclusiones me incita a comunicarle oficiosamente las líneas maestras de las mismas, para que usted pueda medir toda la gravedad de la situación.
1) Evolución del índice de masculinidad.
—El estudio estadístico del señor Jerôme Bloquin, del que he tenido conocimiento, demuestra de manera irrefutable que la causa del incremento del I.M. es el uso del terlón como agente bactericida para el tratamiento de las aguas.
—El efecto de ese producto sobre el I.M. sólo se manifiesta al cabo de un tiempo de impregnación de alrededor de dos años
—Teniendo en cuenta todas las instalaciones que ya se hallan en funcionamiento y los programas conocidos de equipamiento de los municipios, puede preverse que el I.M medio de Francia alcanzará un valor de alrededor de 1,30 el año 1992; 1,65 en 1993; 2,24 en 1994. A continuación, el crecimiento del I.M. seguiría más lentamente, hasta detenerse en el año 2002 en el valor de 3. A partir de ese momento, en Francia nacerían tres niños por cada niña.
2) Consecuencias demográficas.
a) Guión tendencial.
En este guión, que respeta las tendencias actuales de la demografía francesa, se supone que la fecundidad no cambia y que cada mujer tiene dos hijos (como promedio). Por tanto, 100 mujeres tendrán 200 hijos que, puesto que el I.M. es de 3, se repartirán en 150 niños y 50 niñas. A la generación siguiente, esas 50 niñas tendrán, a su vez, 100 hijos, 75 de los cuales serán niños y 25 niñas, y así sucesivamente: el número de nacimientos queda, pues, dividido por dos a cada generación, es decir, aproximadamente cada 25 años. Teniendo en cuenta la pirámide de las edades al comienzo, la población francesa disminuiría en proporciones dramáticas. De los 55 millones actuales, pasaría a 44 millones en 2040, 33 millones en 2060, y 11 millones en 2080. Y eso no es todo: este descenso, que ya constituye una catástrofe en sí mismo, se agrava con un envejecimiento también catastrófico: entre 2000 y 2080, la proporción de los menores de 20 años pasaría del 30 % al 10 %, y la de los mayores de 60 años pasaría del 15 % al 40%.
b) Guión voluntarista.
En este guión se considera que el número de nacimientos permanece constante de una generación a la siguiente, pero ello implica que cada mujer tenga una media de cuatro hijos entre los que haya una niña. En este caso, la población comenzaría a crecer sensiblemente, y después se estabilizaría. No se producirían ni el descenso de población ni el envejecimiento, que caracterizan el precedente guión.
Pero no vemos en absoluto qué medios permitirían duplicar la fecundidad actual. Los medios habituales en la materia (subsidios familiares, etc.) parecen totalmente irrisorios frente al objetivo a alcanzar. Si bien este guión permite teóricamente evitar la doble catástrofe a que conduce el otro de una forma ineluctable, por desgracia resulta del todo irrealizable-en la práctica. Por tanto, el futuro más probable es el descrito por el guión tendencial.
3) Consecuencias sociológicas
Las consecuencias sociológicas se hallan esencialmente relacionadas con la desigualdad numérica de los dos sexos en la población; por consiguiente, grosso modo son idénticas en los dos guiones, si bien en el guión tendencial se añade otro desequilibrio entre las clases de edad.
La escasez de mujeres, en una sociedad en que son tres veces menos numerosas que los hombres, da lugar a una dura competencia: por la fuerza de las cosas, las muchachas se casan cada vez más jóvenes, y los hombres cada vez más mayores. La edad media de casamiento tenderá a 16 años para las mujeres y a 45 años para los hombres, lo que, evidentemente, conducirá a un tipo muy poco igualitario de relaciones conyugales. De hecho, las mujeres estarán reservadas a los hombres «maduros» y por consiguiente constituirán un símbolo de éxito social. Para evitar que encuentren muchachos de su edad, será preciso encerrarlas, impedirles que salgan, que estudien, que ejerzan una profesión, confinarlas a su papel de reproductoras. Así, pues, asistiremos a una espectacular regresión de la Condición femenina, acompañada, como de costumbre, de una exaltación puramente retórica de la «feminidad» y de la maternidad.
La suerte de los hombres no será más envidiable. Aquellos que habrán conquistado una mujer tras ardua lucha (sólo uno de cada tres) estarán roídos por el temor a perderla; los demás, más numerosos (dos de cada tres) y más jóvenes, estarán roídos por la frustración sexual. Al principio intentarán casarse con extranjeras, puesto que los demás países no se ven afectados por el aumento del I.M., pero resulta evidente que los gobiernos extranjeros se opondrán a ello de una manera u otra. Un gran número de hombres emigrará, y con ello se agravara aún más la despoblación. Para los que queden será preciso tolerar, e incluso estimular oficialmente, la homosexualidad masculina. Su agresividad latente haría de ellos una masa ideal para ser manipulada por un golpe de fuerza de tipo fascista.
He aquí en conjunto, lo que encontrará en nuestro informe evidentemente en un estilo más académico. Y ahora diré lo que no va a encontrar en ese informe: mi opinión personal, que me permito darle en nombre de nuestra camaradería de partido.
Las consecuencias de un índice de masculinidad que llegue a 3 en Francia entera son absolutamente inaceptables El único paliativo que pudiera encararse (duplicar la fecundidad) es irrealizable en la práctica y además no cambiaría nada las consecuencias sociológicas evocadas más arriba. Lo único que se puede hacer es volver el I.M. a su valor normal y, por consiguiente, renunciar inmediatamente al uso del terlón.
Suyo affmo., etc.
3 DE OCTUBRE DE 1992 I.M.3 ࢤ 12
(DOCUMENTO): Cinta magnética 56. 6. 78. 34. 08, procedencia: Presidencia de la República.
Entrevista presidente de la República/Marie-Hélène Crouze, ministra de la Salud Pública (Grab. Autom./Conf.).
P. de la R. — Siéntese, querida amiga siéntese. ¿Se encuentra bien? Tiene usted un aspecto estupendo. La costa aquitana, como siempre, ¿me equivoco?
M.—H. C. — No se equivoca, señor presidente. Pero el tiempo, este año, no...
P. de la R. — Sí, sí, el tiempo. Sin ánimo de hacer un fácil juego de palabras, debo decirle que el mío está más que contado esta mañana. Ya ve, ¡nos harían falta días de 48 horas! Bien. Vayamos al meollo del asunto, si le parece.
M.—H. C. — Señor presidente, si he insistido en verle personalmente es a causa de ese problema del índice de masculinidad creciente según parece relacionado con el uso del terlón para la purificación.
P. de la R. — Sí, sí, querida amiga, la sigo Esta noche he leído su informe, y también los guiones, mmmh bastante impresionantes que iban adjuntos. Verá usted, mi querida amiga, los sucesos descritos no resultarán evidentes verdaderamente hasta dentro de unos treinta años, si no he comprendido mal. Y serán precisos sesenta años para que puedan darse las sociedades masculinas previstas. En este caso no navegamos en la previsión, ¡estamos en plena ciencia ficción! Por tanto, de nada sirve querer hacernos los catastrofistas
M.—H. C. — No es esa mi intención, señor pre...
P. de la R. — Lo sé perfectamente, estimada amiga. Simplemente quiero decir que no nos hallamos a seis meses vista de estos sucesos. Y dentro de seis meses deberemos enfrentarnos a una prueba muy dura: las legislativas..., Los sondeos dan malas previsiones, como usted no ignora. Malas previsiones... No sería conveniente dar como pasto a la oposición una píldora ecológica envenenada. Además, ¿está bien probado que el terlón sea la causa de estos trastornos?
M.—H. C. — La comisión de investigación del ministerio me comunicó oficiosamente los resultados de sus trabajos hace unos días: parece que el resultado es positivo. Dentro de ocho días tendré un informe oficial y detallado que le...
P. de la R. — Quede claro que confío totalmente en usted. Ha sabido llevar este asunto con celeridad y discreción, y la felicito por ello. Naturalmente, mis felicitaciones también se extienden al Instituto de Estudios demográficos. Querrá transmitírselas al señor..., al señor...
M.—H. C. — Bouthier-Renard...
P. de la R. — ¡Eso es: Bouthier-Renard! Pero, de momento, y no me cansaré de insistir, no aireemos el asunto, no asustemos a la población con informaciones alarmistas que la oposición ampliaría a placer. Pediré a mis servicios que actúen discretamente cerca del ministerio de Equipamiento para que a la propaganda relativa al terlón se le cierre el grifo. Al mismo tiempo, me pondré en contacto con el ministerio del Interior: por medio de los prefectos, los alcaldes de quienes estamos absolutamente seguros ¡de quienes estamos absolutamente seguros! recibirán la notificación de volver, en orden disperso y bajo cualquier pretexto, a la esterilización con hipoclorito de sosa, o a la ozonización. Eso, claro está, mientras esperamos encontrar un nuevo método revolucionario.
M.—H. C. — Ese me parece un excelente camino a seguir, señor presidente... Yo misma...
P. de la R. — Pues bien, querida amiga, ya está dicho todo. Ahora tengo que dejarla. Pero permítame que le diga una cosa. Usted ya sabe, las cifras son las cifras, después de todo. Y nosotros, los socialistas, lo mismo que ustedes, ecologistas, trabajamos sobre lo humano, sobre lo concreto, lo vivido. Nunca hay que perder esta sabia noción elemental. Hasta luego, querida amiga, adiós...
10 DE OCTUBRE DE 1992 I.M. 3 ࢤ 13
(DOCUMENTO:)
LABORATORIO DE FISIOLOGÍA
U.E.R. de Medicina de Lyon
Prof. Adj. Sr. SAUGÈRES
INFORME A LA SEÑORA MINISTRA DE LA SALUD PÚBLICA Y DE LA POBLACIÓN SOBRE LOS EFECTOS FISIOLÓGICOS DEL TERLÓN Y EL AZMOTIL.
1) Evocación de los ensayos efectuados en 1984.
En 1984, a petición del ministerio, nuestro laboratorio procedió a realizar ensayos sobre dos compuestos orgánicos, el terlón y el azmotil, con vistas a su homologación como agentes bactericidas para el tratamiento de las aguas.
Siguiendo el método clásico, los ensayos consistían en comparar tres lotes de ratones de un mismo tronco, que recibieron como bebida respectivamente agua tratada con terlón, agua tratada con azmotil, y, el tercer lote (lote testigo) agua pura.
Ninguna de las observaciones, ni ninguno de los análisis o mediciones realizados permitieron poner en evidencia la menor anomalía, ni en los ratones tratados ni en sus descendencias, que también fueron estudiadas. En particular, el índice de masculinidad era el mismo en las carnadas de los tres lotes, y conforme a la norma de la especie.
A la vista de estos resultados, recomendamos la homologación, que fue concedida a los dos productos.
2) Nuevos ensayos efectuados en 1992,
A petición de su ministerio, reemprendimos esos ensayos en el curso del verano de 1992, para verificar ciertas hipótesis emitidas por el señor Bloquin del INED, a partir de observaciones demográficas. Según el señor Bloquin, el terlón modifica el índice de masculinidad, pero después de un «período de impregnación» del orden de dos años. Puesto que, claro está, lo que importa es la fecha de concepción y no la del nacimiento, cabe pensar que, si esta hipótesis es exacta, el efecto sólo se produce si la concepción tiene lugar tras 15 meses de absorción. Por consiguiente, realizamos de nuevo nuestras experiencias haciendo variar el tiempo transcurrido entre el comienzo del tratamiento y el acoplamiento de los ratones.
Por lo que respecta al terlón, el efecto sobre el I.M. se manifiesta por las concepciones acaecidas tras al menos 25 días de exposición al producto, pero, una vez pasado ese umbral, no depende de la duración de exposición. Por otra parte, sólo depende de la hembra y aparece tanto si el macho ha sido tratado como si no.
Por lo que respecta al azmotil, y cualquiera que sea la duración de exposición, no se manifiesta ningún efecto sobre la descendencia.
Este fenómeno nos había pasado por alto en los ensayos de 1984, porque, en esa serie, todas las concepciones tenían lugar al cabo de 15 días de exposición, lo que supone una duración inferior al umbral que hemos puesto en evidencia en 1992.
Por tanto, concluimos que debe retirarse la homologación del terlón, y que debe mantenerse la del azmotil.
Profesor Adjunto Maurice SAUGÈRES
Y, sujeto con grapas al informe precedente:
Nota del jefe del gabinete a la ministra
He aquí algo que parece poner el asunto en regla y, al mismo tiempo, nos proporciona una puerta de escape. El terlón y el azmotil fueron puestos a punto en 1984 por Rhône-Poulenc. El primero en salir al mercado fue el terlón, que sería lanzado industrialmente en 1985 y utilizado el mismo año por un pequeño grupo de municipios de mayoría ecologista. A continuación se extendió su uso, sobre todo después del éxito ecologista en las municipales de 1989. Pero el azmotil, cuya fabricación industrial planteaba algunos problemas de ajuste, está ahora a punto para ser lanzado al mercado. El modo de empleo de ambos productos es el mismo, el fabricante es el mismo, y Rhône-Poulenc estaría dispuesto a proceder a la sustitución puesto que, a precios iguales, su beneficio con el azmotil es netamente superior.
Para no levantar suspicacias en contra del nuevo producto, tal vez bastaría con denominarlo «terlón B», y servirlo en lugar del terlón sin más comentarios.
J. PASCALINI
24 DE DICIEMBRE DE 1992 I.M.3 ࢤ 14
(DOCUMENTO): Cinta magnética «Clara, septiembre-diciembre del 92», procedencia: Jerôme Bloquin.
Conversación Jerôme Bloquin/Clara Maserati (pers.)
(.)
C.M. — ¿Cómo tienes todo ese asunto de I.M., terlón y espermatozoides frenados?
J.B. — Ya ves, como se suele decir, sigue su curso. Pero no hay que remover nada antes de las elecciones. ¿Te vuelve a interesar el tema?
C.M. — Me interesa, me interesa... es una excusa para hablar. De hacerte hablar, más bien. Porque esta noche parece que hay sinistrosis...
J.B. — Oh, escucha, Clara, por favor, no me tomes el pelo ¿No querrás que dé saltos de alegría?
C.M. — No quiero absolutamente nada. Yo... habíamos quedado de acuerdo para pasar la noche juntos, bueno... Si aún me soportas...
J.B. — ¡Mierda! ¿Quieres acabar con tus hipocresías? No soporto que me dejes, y basta. Y lo sabes perfectamente. No puedo soportar pensar que después de haber salido de mi casa te vas a echar sobre el catre de...
C.M. — ¿Crees que siendo grosero cambias las cosas?
J.B. — Sí... tienes razón no cambia nada. Nada cambia nada. De acuerdo, recupero la compostura, ¿dónde estábamos? ¿El informe I.M.3? He comenzado a escribir algunas cosas para mi tesis. De aquí a que esté terminada, todo el asunto estará archivado. ¿Y tú?
C.M. — ¿Yo qué?
J.B. — El teatro
C.M. — ¡Oh!, el teatro, no me quejo. El viejo Confortes es simpático, todo va bien.
3! DE MARZO DE 1993 I.M.3 ࢤ 15
(DOCUMENTO 1): Le Monde, n.° 14 048 (editorial).
LA LECCIÓN DE LAS LEGISLATIVAS
Así, pues, a pesar de los sondeos de opinión que quince días antes de la primera vuelta le pronosticaban una derrota, la coalición Nuevo P.S. — Guardianes de la Tierra conserva la mayoría. Cierto que el 50,7 % de los votos no constituye lo que incluso en lenguaje político pudiera llamarse un «resultado honorable». Y los perdedores, con el partido comunista a la cabeza, en los próximos días no dejarán de explotar su derrota que casi es una victoria.
¿En qué ha venido a parar la dinámica que en las legislativas del 88 llevaba a la entonces recién formada coalición a obtener un porcentaje jamás alcanzado en este tipo de elecciones (59,2 %)? ¿Por qué los vientos de esperanza que se levantaron hace cinco años han caído tan repentinamente? Podríamos anticipar que el «objetivo» de los electores del 88 (contra el capitalismo, la burocracia, la tecnología, el hormigón cantilena sabida), en el 93 ha sido cambiado, y por esos mismos electores, y se ha convertido en un objetivo cuyo blanco, esta vez, vendría a ser una autogestión anárquica que no ha hecho sino acentuar el paro, una utilización incierta de energías blandas que ha precipitado la penuria, una serie de imprudencias en política internacional, que sólo han acelerado la caída de Francia a la ciénaga de las potencias de tercera categoría.
Pero, en realidad, la situación es más compleja que eso. Si bien es cierto que el poder desgasta, la coalición se ha desgastado muy deprisa. Y, corriendo el riesgo de hacer un juego de palabras poco afortunado, también diremos que no ha sabido gastar. Sus intenciones innegablemente-sinceras y su generoso programa de reformas «revolucionarias» se han erosionado en los pequeños recovecos de cada día (si bien las fugas de capitales, la actitud de la patronal, la de ciertos sindicatos, del ejército y algunos sectores públicos, no han sido ajenas a dicha erosión). Si el «gran cambio» producido se hubiera llevado a término, la coalición hubiera sido reelegida con un resultado apabullador; también hubiese corrido el riesgo inverso y ser derrotada por cinco o diez puntos. Pero, al menos, las cosas hubieran quedado claras, mientras que la indecisión de los votantes de ayer refleja perfectamente la del poder.
Aparte de las grandes opciones, mal sostenidas o sin sostén de ninguna clase, la coalición también tiene contra sí el hecho de haber acumulado toda una serie de faltas puntuales, materiales, que, si bien no siempre se les pueden imputar exclusivamente, han concurrido a degradar su imagen en el espíritu de los ciudadanos. Hablemos en plata: el más grave incidente jamás registrado en una central nuclear de Europa (Bugey-III, agosto del 90); las repercusiones internacionales resultantes del apoyo apresurado e incondicional a la catastrófica revolución del; Tchad; la agravación de la crisis de empleo consecutiva a la nacionalización y luego al desmantelamiento del grupo Pechiney; aquel turbulento asunto del terlón, que, según nos dicen, estuvo a punto de provocar un vuelco de-demográfico irreversible; ().
11 DE ABRIL DE 1993 I.M.3 ࢤ 16
(DOCUMENTO): Cinta magnética (ref. XXX — ultraconfidencial), procedencia: ministerio del Interior.
Consejo de ministros (breve extracto).
(...)
P. de la R. — Señoras, señores... estimados camaradas, vamos, se lo ruego... Un poco de calma, ¡diablos! Tiene la palabra nuestra amiga Marie-Hélène Crouze, ministra de la Salud pública... Querida amiga...
M.—H. C. — Agradezco al Presidente de la República su comprensión lo que no me parece sea el sentimiento dominante de la mayoría de este consejo. (Exclamaciones diversas.) Sin embargo, para terminar de una vez por todas con esa historia, voy a precisar tres cosas... En primer lugar, la campaña emprendida por el Ministerio del Interior en favor del terlón (breve interrupción)... por el Ministerio del Interior, se inició de total acuerdo con mi ministerio, y tras un estudio en profundidad que por aquella época llegó a la conclusión de que el producto incriminado era absolutamente inocuo...
(Voz no identificada): ¡Lo que demuestra la seriedad con que trabajan los laboratorios del Estado! (Risas.)
M.—H. C. — En segundo lugar, actuamos para dar marcha atrás, y siempre en plena coordinación con el Ministerio de Equipamiento, es decir, con vuestro predecesor, señor Leroy, desde el momento en que el Instituto de Estudios demográficos nos puso la mosca tras la oreja En tercer lugar, todo el denominado asunto del terlón hubiera quedado enterrado sin ruido y sin ninguna incidencia sobre la salud de la población o sobre la opinión pública, si ese famoso artículo del Match no hubiese levantado la liebre.
(Voz no identificada): El problema, es que siempre hay quien levanta la liebre... (Risas.)
M.—H. C. — Si ustedes tienen la bondad de permitírmelo, termino... Tenemos a nuestra disposición otro producto purificador, que cuenta con el aval de todos nuestros amigos ecologistas, ya que ha sido estudiado en un laboratorio experimental de química biológica dirigido por varias eminentes personalidades científicas miembros de los Guardianes de la Tierra. Se trata del azmotil, del que algunos de ustedes han oído hablar. La perfecta eficacia de este producto...
(Voz no identificada): Como la del terlón, en resumen. (Risas.)
P. de la R. — Queridos camaradas, les ruego que se sometan a un mínimo de disciplina... El orden del día es considerable, y a partir de hoy hemos de tomar algunas decisiones que sorprenderán a la opinión pública. Una de éstas es la relativa al sistema de depuración del agua. Por mi parte, confío plenamente en nuestra amiga Marie-Hélène Crouze y en su ministerio, que trabajarán de acuerdo con el del Interior y el de Equipamiento para tratar lo mejor posible este problema... Pero, a este respecto, cedo la palabra al ministro del Interior.
M. del I. — Bien. Ustedes no ignoran que la aglomeración parisina sufre, desde hace algunos decenios, de una precaria resolución del problema de la depuración de las aguas. Creo que ello se debe..., creemos, el señor presidente de la República y yo mismo, que sería bueno lanzar una gran operación azmotil en París, la cual disfrutaría del máximo de publicidad. Se han establecido contactos con el señor alcalde de París, que está de acuerdo en desbloquear créditos a tal efecto. Naturalmente, habrá ayuda del Estado...
(Guirigay. Una voz): ¡Eso es ponernos ante el hecho consumado!
P. de la R. — ¡Tengo que recordaros que aquí no hay ningún hecho consumado! Hay un Consejo cuyo funcionamiento es democrático. Por esto me propongo someter a votación inmediatamente la propuesta de los ministerios de la Salud y del Interior, acerca del lanzamiento de una operación azmotil que comenzaría en la capital (Ligera algazara.) ¿Quién está a favor? Mmmh ¿Quién está en contra? Mmmmh ¿Quién se abstiene? ¡Bien! El asunto seguirá su curso. Ahora, si les parece bien, pasemos a ()
JULIO DE 1993 I.M.3 ࢤ 17
(DOCUMENTOS): Informe (Confidencial y a entregar en mano), procedencia: ministerio de la Salud.
LABORATORIO DE FISIOLOGÍA
U.E.R. de Medicina de Lyon
Prof. Adj. M. SAUGÈRES
INFORME A LA SEÑORA MINISTRA DE LA SALUD PÚBLICA Y DE LA POBLACIÓN SOBRE LOS EFECTOS FISIOLÓGICOS DEL AZMOTIL
Tras los ensayos que fueron objeto de nuestro precedente informe, continuamos nuestras observaciones sobre los ratones tratados con azmotil. Todavía no se ha manifestado ningún efecto sobre el índice de masculinidad, y ya estamos a la 15a generación.
Sin embargo, unas observaciones efectuadas a consecuencia de un incidente fortuito nos llevaron a emitir ciertas reservas sobre la utilización de este producto.
A causa de una falsa maniobra, una decena de ratones de ambos sexos se encontraron reunidos en una sola jaula. Entonces se pusieron a copular con una frecuencia y un ardor netamente superiores a lo normal, tal y como pudimos verificarlo procediendo a la misma experiencia con ratones no tratados. Hemos realizado ensayos metódicos y ello nos ha permitido demostrar el notable carácter afrodisíaco del azmotil. El hecho había pasado inadvertido hasta ahora, porque los ratones, aislados, sólo eran juntados para el acoplamiento, y se les separaba inmediatamente después.
En la dosis habitual, el efecto afrodisíaco del azmotil sólo aparece tras un tiempo de exposición de 5 días. Con una concentración diez veces más elevada, produce en los ratones un verdadero frenesí sexual, al cabo de sólo una hora.
Me parece extremamente importante proceder a una experimentación en el hombre, puesto que la transposición de los resultados de una especie a otra puede estar sujeta a riesgos. Naturalmente, y como lo requiere la tradición médica en caso de experiencias arriesgadas, haré el experimento sobre mí mismo. No dejaré de hacerle conocer los resultados desde el momento en que queden establecidos de forma indiscutible.
Profesor adjunto Maurice SAUGÈRES
Recortes de prensa: Le Progrés de Lyon, 17 de julio.
INTENTO DE VIOLACIÓN EN EL MERCADO PERRACHE
El culpable, detenido infraganti
todavía no ha sido identificado
Las numerosas personas que ayer por la mañana, hacia las 10, se apresuraban por los pasillos del mercado Perrache fueron súbitamente alertadas por unos gritos que provenían del puesto de charcutería de la señora Garnier. Un hombre, que intentaba violar a la señora Garnier, fue reducido rápidamente por una decena de personas presentes, y luego entregado a la fuerza pública.
Según nuestras averiguaciones —los testimonios son muchos y concuerdan—, el agresor de la señora Garnier, cuya identidad aún se desconoce, llegó al mercado alrededor de las 9h 45. Era un hombre de unos sesenta años, con el cabello grisáceo, con gafas, y vistiendo con cierta elegancia un traje azul marino con finas rayas blancas. Calzaba zapatos negros impecablemente lustrados.
Tras haber deambulado durante unos minutos sin llamar particularmente la atención, agarró por el talle a una ama de casa cargada con dos grandes cestos, y a viva voz y de forma inteligible le hizo proposiciones inequívocas. El marido de la dama, que caminaba Junto a ella, gratificó de inmediato al insolente personaje propinándole un par de bofetadas que le hicieron volar las gafas. Un poco más tarde, se vuelve a encontrar la pista del desconocido frente un puesto de frutas y verduras donde, sin duda engañado por su vista deficiente, hacia las mismas proposiciones a un jubilado de ochenta y cinco años que, no sin dificultad, logró escapar a su acoso. Como es natural, alrededor del hombre del traje azul marino se había formado un corro, y, acompañado de una escolta guasona, se presentó ante el puesto de charcutería de la señora Garnier. Allí, tras haber declarado: «¡Muéstreme sus jamones!», saltó por encima del mostrador con una agilidad sorprendente en un hombre de esa edad, le subió las faldas a la señora Garnier hasta el talle, a pesar de los gritos de ésta, la tiró en medio de las salchichas y se dispuso a violarla sin más preámbulo. Sin duda lo hubiera conseguido si los espectadores de la escena, recuperados de su estupor, no se hubiesen precipitado sobre él para reducirlo.
Fueron avisados los gendarmes y enseguida el loco fue conducido a un furgón celular entre los gritos del gentío, con las manos esposadas, la vestimenta en desorden, y una ristra de salchichas alrededor del cuello. Antes de subir al furgón, encontró el medio de besar en el cuello a uno de los dos gendarmes.
(Ver en la pág. 6 la narración detallada del caso y las declaraciones de los principales testigos.)
En última página (recuadrado):
ULTIMA HORA
El agresor del mercado Perrache ha sido identificado formalmente. Se trata de uno de nuestros más eminentes conciudadanos, el profesor adjunto Maurice Saugères, titular de la cátedra de Fisiología en la U.E.R. de Medicina de Lyon, y miembro de numerosas sociedades científicas.
De 65 años de edad, viudo y sin hijos, el profesor Saugères, hasta ahora y según todos los que le conocen, había dado ejemplo de una vida enteramente dedicada al trabajo y la ciencia. Son muchas las conjeturas que se hacen acerca de las causas de la locura pasajera que le ha conducido a comportarse de un modo tan contrario a su carácter y a la dignidad de su profesión. Ha quedado en observación en un hospital psiquiátrico.
20 DE JULIO DE 1993 I.M.3 ࢤ 18
(DOCUMENTO): Cinta magnética 2765/EA/Cl. II, 2307, procedencia: I.N.ED.
Conversación Jerôme Bloquin, encargado de estudios/Clotilde Favard, cursillista.
J.B. — Uno... dos... tres... ya funciona. Clo, léeme las cifras subrayadas en rojo en tu relación. A medida que lo hagas yo iré marcando en mis papelotes. Si no hay error lo tendremos en el bote... y...
C.F. — Para ya de tocarte, ¡me pones nerviosa!
J.B. — ¿Yo? No desvaríes. Me estaba rascando. Escucha, mañana me voy de vacaciones y me gustaría acabar ese...
C.F. — ¡Oh!, lo que yo decía. Pfff... Hace un calor en este cuchitril... Estoy empapada de los pies a la cabeza. Toca bajo mis brazos...
J.B. — ¿Qué dices? (Risa.) A ver. Sí, es verdad, estás toda... Estás completamente mojada.
C.F. — No te he pedido que pares... Dime... ¿Qué es eso, ahí...? Estás erecto, cerdo...
J.B. — Escucha... es eso exactamente... me pones los pechos en las manos, y cómo quieres que... Para... para... ¿y si el viejo llega?
C.F. — Rrrroooo... qué incómodos pueden llegar a ser estos... ¡Ja!, ya está... Espera... ahí, ahííí...
J.B. — No... escucha... no eres seria... para... Mmmm... qué hermosos son., suaves... firmes...
C.F. — Sí... con suavidad. ¡Me has mordido! Así, sí, bésalos... sigue besándolos, lámelos. Espera... Mete la mano así... Ahí...
J.B. — Clo... chorreas... voy a...
C.F. — Sí... espera... sí... Ahí... ahí...
SEPTIEMBRE DE 1993 I.M.3 ࢤ 19
(DOCUMENTOS): Diversos recortes de periódicos.
Le Monde, 11 de septiembre.
¿UN FENÓMENO DE SOCIEDAD?
Eso que se ha dado en llamar la «revolución sexual» y que luego se ha incorporado al lenguaje sociológico bajo el término más docto de liberalización de las costumbres, pudiéramos situarlo en el tiempo a mediados de los sesenta, coincidiendo con la aparición de la píldora contraceptiva ¿Cómo se denominará el fenómeno que hoy amenaza con sumergirnos? Porque ya no se trata de una revolución (en lo que ésta tiene de estructurado alrededor de un proyecto ideológico), se trata de una revuelta salvaje, porque ya no se trata de una liberación (en cuanto ésta pueda tener de liberación de pesados tabúes), se trata de un desencadenamiento de las pasiones al estricto nivel de la animalidad..
The Daily Express, 13 de julio.
FRENCHMEN (AND WOMEN)
AT LAST UP TO THEIR
REPUTATION AS LOVERS?
(OUR PARÍS CORRESPONDENT, ROBERT
CASTLEMAINE, REPORTS: SEE P. 15)
Le Figaro, 16 de septiembre.
CORREO DE LOS LECTORES
La señora Christiane M., por su parte, nos escribe: Me adhiero de todo corazón a su campaña contra la escandalosa depravación sexual de la que cada día se nos ofrecen nuevos y lastimosos ejemplos. He renunciado a pasear a mis hijos por los jardines públicos para no ensuciar sus ojos inocentes con el repugnante espectáculo de esas jóvenes parejas estrechamente enlazadas que se besan y se acarician sin el más mínimo pudor. Parece que algunos incluso van a hacer el amor sobre los parterres de césped, sin siquiera tomarse la molestia de cubrirse con una manta. Desde aquí quisiera hacer un llamamiento a las pocas personas que aún poseen eso que me atrevo a llamar dignidad humana: ¿no sería posible unirse, formar grupos que fuesen a enseñar a los pornógrafos y otros exhibicionistas cuál es la manera de comportarse en público? (...)
Le Canard Enchaîné, 17 de septiembre.
DEJEMOS QUE ACTÚE EL EFECTO
Habitualmente, más bien es la primavera la que os hace efecto. Pero, ¿contendrá nuevas virtudes el aire del otoño?
En todo caso los patitos y las patas (...).
Minute (anuncio).
¡ALTO
A LA
DESVERGÜENZA!
¿Quién, sino la pandilla
que está en el poder
quiere pudrir
a la juventud francesa?
7 DE OCTUBRE DE 1993 I.M.3 ࢤ 20
(DOCUMENTO): Cinta magnética (ref. XXX — ultraconfidencial), procedencia: Ministerio del Interior.
Consejo de ministros (breve extracto).
(...)
(X). — Se lo ruego... se lo ruego... no hay que ceder a... ¡oh! escucha... escucha, déjeme, usted...
(X). — Todos esos chismes; todos esos chismes... ¿por qué vas encorsetada como...? Hmmmm, dámelos... ¡dámelos! Son bonitos... son grandes... HMMM... Siempre había notado que tenías unos buenos globos, pero, ¡uf!
(X). — No... No J(...), conmigo no... yo no estoy, lo sabes bien... No... no... J(...), me haces... Sientes lo que me estás haciendo, ¡viejo zorro! ¡ah sí! ¡ah! ¡AH!... AAAH...
(X). — Ven... ven... no puedo más... ven... de prisa... eso es... ahí... Ven a mí... ¡Ven! ¡Ven, te digo!... Sí... Sííí... más de prisa... ¡más deprisa!... ¡No!... más despacio ahora., más... des... pa... ció... así... sí... sí... Más de prisa... ¡Va! ¡Más deprisa! ¡Sí!
(X). — Dios mío, M(...), ¡mira eso! ¡Mira eso. Dios mío! ¡La tranca que tengo!... Al menos hacía cinco años que no había. ¡Te burlas! ¡Cinco años, viejo! ¡Cinco años! ¡Y mira! ¡Mira! ¡Mirad, camaradas! ¡Mirad qué tengo!
(X). — Yo no he llegado... no he tenido... quiero más... Desciende, desciende... ahora adelante, así, besa mi conejito, bésalo, bésalo, bésalo... ¡Síiíí!
(X). — ¡Jéjéjéjé!... querido colega... jéjéjé... mi querido camarada... jéjéjéjé... cómo vas para descargar tu moción... al fondo de las cosas... jéjéjé... ¡siempre al fondo de las cosas, el bueno de R(...)! Siempre al fondo de la cosa, ¡sí!
(X). — ¡Un minuto de silencio, descarados, el presidente acaba de soltar su puré! (...)
28 DE NOVIEMBRE DE 1993 I.M.3 ࢤ 21
(DOCUMENTO): Carta (Confidencial y a entregar en mano), del señor Georges Leroy, ministro del Interior, al señor presidente de la República. Procedencia: Ministerio del Interior.
Señor Presidente y estimado camarada,
Tal y como usted me sugirió en nuestra última entrevista, y para el bien y la seguridad del estado y del país, me he ocupado personalmente de hacer desaparecer toda traza de grabación del Consejo de ministros del 7 de octubre corriente. Esas grabaciones fueron reemplazadas por las del Consejo secreto de 9 de octubre. Por consiguiente, podemos considerar que ese engorroso incidente jamás tuvo lugar.
En lo que concierne a la investigación propiamente dicha, tengo ante mis ojos el informe del profesor adjunto Henri-Bernard Degrain, director interino de la U.E.R. de medicina de Lyon, en sustitución de Maurice Saugères. Según él, no cabe duda de que, tal y como lo habíamos supuesto, el agua que contenían los frascos situados sobre la mesa para ese famoso Consejo del día 7, contenía una solución de azmotil diez veces superior a la normal, de ahí el efecto casi inmediato, y sin posibilidad de control, que pudimos observar. El personal que manipuló ese agua no pudo tener la ocasión de hacerlo; como usted sabe, se hallan en estado de residencia obligatoria y vigilada, y aún ahora son objeto de estrictos interrogatorios que realizan nuestros servicios. No obstante, todavía no es posible saber si este incidente es debido a malevolencia o simplemente a un error mecánico. Puesto que no puedo descartar un complot de la derecha, sigo el caso muy de cerca, y naturalmente le tendré al corriente de sus desarrollos ulteriores.