—Quería un animal ideal para cazarlo —explicó el general.

Así que dije:

—¿Qué características tendría una presa ideal?

La respuesta fue, por supuesto:

—Debe ser valiente, astuta y, por encima de todo, capaz de razonar.

—Pero si ningún animal es capaz de razonar —objetó Rainsford.

—Mi querido amigo —dijo el general—, existe uno que sí lo es.

RICHARD CONNELL,

The Most Dangerous Game