Morris caminó alrededor de la losa, se acercó a ella, la tomó de los hombros, le dio un beso en la boca.

“Uau.” Peabody parpadeó varias veces. “Um, gracias. Eso fue bueno.”

“Es muy bueno verte,” dijo, y sus ojos sonrieron a Eve cuándo se apartó.

"Hasta el momento este es el mejor día que he tenido en siglos".

“Bueno, aférrate a eso,” le aconsejó Eve. “Tenemos un homicidio, un circo de medios de comunicación, y una larga lista de sospechosos. Vamos a trabajar. Gracias, Morris.”

“Cuando quieras. ¿Y Peabody? Me gustan tus piernas como son.”

“El día mejora y mejora.” Deslumbrada, Peabody volvió a entrar al túnel con Eve.

“Prueba esto. Llegas tarde. Y puedo ver por el salto en tu paso que llegas tarde debido al sexo, lo cual significa que tengo que informarte de los hallazgos del ME, y esto no hace mi día mejor y mejor.”

“No lo pude evitar. McNab me pidió que me casara con él.”

La segunda sacudida dura de la mañana detuvo a Eve en la mitad del paso. “¿Qué? Jesús. ¿Qué?”

“Estaba comiendo yogurt de frutas en vez del bagel y la mermelada que quería, y él estaba sentado allí con su bol de Crispy Crunchie Encantos, y me preguntó si me quería casar.” La emoción residual la hizo saltar en sus botas rosas. “Realmente, me preguntó si quería que me lo pidiera, lo cual es incluso más dulce y mejor, y uau oh uau, tuve que tener sexo.”

“Está bien.” ¿De cuántos shocks, se preguntó Eve, se suponía que debía recuperarse? “Entonces…”

“Entonces nos vamos a casar. Un día. No ahora. No nos queremos casar ahora.”

“Estoy confundida.”

“Pienso que yo necesitaba saber que quería hacerlo un día, conmigo. Y él necesitaba saber si yo quería hacerlo un día, con él. Y así es.” Peabody se abrazó. “Realmente así es. Le sacudió, sabes, ver a alguien que se me parece, que me representa, sabes. Muerta.”

“Si, lo entiendo.”

“Y él necesitaba saber, y yo necesitaba saber, así que me preguntó si me lo tenía que pedir, y nosotros… yo estoy loca por él, Dallas. Pero es más que estar loca. Realmente, absolutamente amo cada pulgada de él.”

“Supongo que lo haces.” Eve se tomó un minuto cuando salieron a la calle. “Nunca diré estas palabras otra vez, pero están bien juntos. Y son inteligentes al esperar antes de saltar al próximo nivel.”

“Tú no,” le recordó Peabody.

“Nada sobre mi y Roarke fue inteligente. Nada sobre nosotros tendría que haber funcionado, cuándo lo miras de cerca.”

“Te equivocas en eso. Cuanto más cerca miras, más claro está por qué funciona. Porque funciona.”

“Tal vez sea así. Pero si llegas tarde debido al sexo otra vez, te patearé el trasero.”

“Entendido.”

“Vamos a volver para hablar con Mavis y Leonardo antes de empezar. Se fueron antes que el cuerpo fuera descubierto, pero estaban allí durante la noche, y durante la función, así que necesitamos sus declaraciones. Además, Mavis hizo algunos trabajos con el reparto y los demás. Puede tener algo para añadir a la mezcla.”

Era todavía un poco extraño regresar al edificio, y al apartamento que una vez había sido suyo. Ahora Mavis, Leonardo, y su bebé tenían el lugar, y más, cuando habían tomado el apartamento de al lado y sacado la pared, rediseñado para acomodar a la familia y su trabajo.

Más extraño todavía de alguna manera que Peabody y McNab habían tomado un apartamento en el mismo edificio.

Muchos cambios, pensó Eve, en poco tiempo.

“Es temprano,” empezó cuando empezaron a subir las escaleras que una vez había subido diariamente. “Pero quiero hacer esto incluso si les tenemos que despertar.”

“Dallas, tienen una criatura de menos de un año. Créeme, están arriba.”

“Si tu lo dices.” Golpeó, notando la seguridad —solida— y el hecho que alguien había pintado recientemente la puerta rosa de color caramelo caliente.

Leonardo, con sus grandes ojos dorados, rojos por el sueño, su pelo cobrizo de rastas largas suelto, abrió la puerta con una sonrisa enorme. “Buenos días! Qué buena sorpresa.”

Llevaba lo que Eve supuso era su ropa de casa – una bata larga color crema- con un elaborado bordado en los puños sobre pantalones sueltos marrones.

Aunque las había visto unas horas antes, las saludó a ambas con entusiastas abrazos de oso. “Mavis está terminando de vestir a Bella. Vamos a ir a una clase de yoga familiar más tarde esta mañana antes que Mavis vaya al estudio para una grabación y yo empiece una ronda de reuniones sobre diseños de primavera.”

“¿Yoga? ¿La niña hace yoga?”

“Es una actividad buena para la familia.”

“Está bien. ¿Y primavera? Apenas es otoño.”

“La moda va adelante. ¿Café? Tengo algo de la mezcla de Roarke. Me he vuelto adicto.”

“Lo prepararé.” Como en casa, Peabody se movió a través del espacio abierto hacia una cocina nuevamente diseñada.

Eve tomó un momento para mirar alrededor. Todo era color, las paredes, el arte, las telas que colgaban aquí y allá como al azar. Habían separado la cocina de la sala de estar con paredes y alguna clase de vidrio con textura.

Cada vez que pasaba por ahí, se parecía menos a lo que había dejado.

“Se les parece,” decidió. “Es como ustedes.”

“Somos felices aquí.”

“Si, se siente la felicidad aquí. Mira, Leonardo, siento venir a arruinar su mañana, pero…”

Antes de que pudiera acabar, Mavis salió, el cabello revuelto recogido en un moño rizado, una parte superior ajustada de color amarillo, con pantalones hasta la rodilla con puños anchos. En su cadera, Bella llevaba pantalones similares en el mismo rosa de la puerta del frente y una parte superior blanca con Namaste escrito con diamantes de imitación brillantes.

Bella gritó. “Das!” Después de aquello, su nombre actual para Eve, ella balbuceó una corriente incomprensible de sonidos

“Pensé que oí a alguien. Y Peabody!” Mavis hizo baile rápido sobre patines de color rojo brillante. “Llegaste justo a tiempo. Espera a ver esto. Bueno, Bellissima, ve hacia Dallas!”

“Das!” Bella llamó cuando Mavis la puso cuidadosamente sobre sus pies, con la criatura agarrando los dedos de Mavis.

“Lo puedes hacer, criatura. Lo puedes hacer.”

Con los ojos azules enormes, Bella dio un paso vacilante en sus patines rosa. Luego otro, agitando las manos como las alas de un pájaro cuándo soltó los dedos de Mavis.

“¿Qué está haciendo? ¿Cómo puede hacer eso?” Eve se contuvo para no retroceder cuando las pequeñas piernas y las manos se movían, y los ojos azules brillaban con emoción.

“Está andando!” Dejando el café detrás, Peabody salió de la cocina. “Está dando sus primeros pasos.”

Y los acabó lanzándose a las piernas de Eve, aferrándose a sus pantalones como a una cuerda en un acantilado.

“Justo esta mañana,” Mavis sollozó, “Leonardo la puso abajo para jugar en el piso mientras desayunábamos. Y se agarró de la silla, y fue a él. Caminó hacia su papá. Todavía me hace llorar,” logró decir, y se secó los ojos.

Detrás de Eve, Leonardo sollozó a duo.

Y Bella, con la cabeza inclinada hacia atrás, apretando los dedos, los ojos implorantes, dijo, “Das.”

“¿Qué quiere?”

“Quiere que la levantes,” dijo Mavis.

“¿Por qué? Puede andar.”

“Das,” dijo Bella otra vez, y logró infundir en esa única sílaba un amor absoluto.

“Vale, vale.” Con temor, Eve se agachó, la levantó.

Bella pataleó de alegría, gritando, “Slooch!” Y apretó su boca—siempre húmeda—a la mejilla de Eve. “Hola! Hola!”

“Hola.”

Bella palmeó las mejillas de Eve, balbuceó, luego estiró los brazos. “Peebo!”

“Esa soy yo,” dijo Peabody, acercándose para tomar a Bella. “Soy Peebo. Eres tan bonita. Eres tan lista.” Peabody dio a Bella un envión en el aire que hizo que el corazón de Eve se parara.

“¿Estás loca?”

“Le encanta.” Peabody le dio un envión otra vez, y Bella se echó a reí como una loca.

“Estamos aquí oficialmente,” Eve empezó, y notó que a Mavis no parecía importarle que Peabody lanzara a su hija como una pelota de arena. “K.T. Harris fue asesinada anoche.”

“¿Asesinada?” La boca de Mavis quedó abierta. “Vamos, estábamos todos allí. Ella estaba, digamos mega borracha.”

“Se ahogó en la piscina de la azotea. Tuvo ayuda.”

“Esto es horrible. Esto es…” Leonardo se pasó una mano sobre su cara ancha. “No sé qué puedo decir.”

“Ustedes se fueron antes que el cuerpo fuera descubierto, pero necesitamos hablar con los dos.”

“Escucha, ¿por qué no llevo a Belle para jugar?” Sugirió Peabody. “Será más rápido y más fácil de esa manera.”

“Si, ¿verdad? No la quiero cerca de las vibraciones de un asesinato en todo caso,” decidió Mavis. “No puede ser bueno.”

Bella se apoyó sobre el hombro de Peabody cuando empezaron a salir, agitó su mano, sopló besos. “Adiós-adiós. Adiós-adiós.”

“Traeré el café.” Leonardo pasó una mano sobre el hombro de Mavis mientras iba a la cocina.

“Esto es un momento de shock total. Quiero decir, estábamos allí, hablamos con ella. Más o menos. Y esa mierda que tiró en la cena… ¿sabes quién fue?” Reclamó Mavis. “ Tienes un sospechoso de objetivo? Son todos actores o por el estilo. ¿Cómo podría uno de ellos matarla? Tienen un importantes video en marcha.”

“Siéntate, cariño.” Leonardo trajo las humeantes tazas en una bandeja. “Te hice un buen té de jazmín.”

“El café huele mucho mejor. Sin embargo hace mal,” añadió Mavis, “así que yo mayormente no tomo café. Tuve escenas con ella, ¿sabes? Y una vez estuvimos trabajando, ella era Peabody. Me gustaba cuándo estábamos en el set.”

“¿Tenía problemas con alguien?”

“Prueba con todo el mundo. Fuera del set, era una gran bebedora dicen, y nada como Peabody. Siempre buscaba joder con Marlo, y lastimar a Matthew cada vez que pudiera.”

Mavis estiró sus piernas, las cruzó debajo, bebió en el té. “ La oí gritarle a Julián dentro de su tráiler un día cuándo iba al mio. Y tratar a Preston—quien es una muñeca total— como la m-i-e-r-d-a. Ella no se metía mucho con Andi. Pienso que sabía que Andi le hubiera pegado, además Andi tiene una boca y una manera de utilizarla que es mejor que un puñetazo en la cara. Discutió con Roundtree un par de veces, pero salió mal de eso, según lo que pude ver.”

“¿Qué pasó anoche?”

“Ojalá hubiera prestado más atención. ¿Dulce?” Dijo a Leonardo.

“Fue tenso. No me gusta cuándo las cosas están tensas, especialmente de esa manera. Interrumpió mi conversación con Andi sobre un vestido para la premiere, insistió en el diseño, también. Estaba borracha y grosera, y Andi le dijo …” Su color aumentó. “Fue una sugerencia que era físicamente imposible, si me entiende. Se metió con ella un poco. K.T. dijo si tenía el papel más grande, más importante, debía ir primero. Andi Hizo otra sugerencia. Fue muy incómodo. K.T. salió, y Andi volvió a hablar del vestido como si nada hubiera pasado.”

“Aquello es bueno de saber. Andrea Smythe no mencionó nada de esto anoche.”

“Oh, vi a K.T. insultar a Matthew, realmente en su cara,” añadió Mavis. “No oí nada, pero parecía intenso, y le dio uno de estos” —Mavis pinchó su dedo medio en el aire—“antes de que lo pisoteara. Se veía molesto.”

“¿Cuándo fue esto?”

“Um.” Cerró sus ojos. “Justo antes de la cena. Si, unos cuantos minutos antes de que entremos a cenar. Y habló con Julián justo antes del espectáculo. Él no se veía furioso, se veía aburrido y molesto. Ella, sin embargo, se veía molesta. Ambos estaban bastante encendidos por entonces. Estoy bastante segura que ella se fue, se sentó atrás. No le presté mucha atención a ella porque quería ver el espectáculo. Fue muy divertido.”

“¿Viste a alguien más? ¿Alguna persona que dejó el teatro durante la función?”

“No.” Mavis miró a Leonardo quién sacudió su cabeza. “Estábamos abrazados, yo y mi pastel. Salimos más o menos inmediatamente después. Trina continuó sentada, pero yo no quería estar lejos de Belle demasiado tiempo. Nos despedimos de Roundtree y Connie, y salimos. Oh! Vimos a Julián. Se había quedado dormido en la sala de estar.”

“Bien. Si alguno de ustedes recuerda alguna otra cosa más, cualquier detalle, me lo hacen saber o a Peabody.”

“K.T. está muerta.” Mavis Sacudió su cabeza como si todavía intentando entenderlo. “¿Qué pasará ahora?”

“Ahora descubriremos quién lo hizo.”

Eve informó a Peabody camino a la Central.

“Nadie de los que Mavis o Leonardo vieron hablando con Harris lo mencionaron en la Entrevista,” señaló Peabody.

“Vamos a descubrir por qué.”

“¿Los traemos?”

Eve lo consideró. “Sí. Vamos a manejar esto como seguimiento rutinario, pero que ellos vengan a nosotros. Contacta con cada uno, haz los arreglos. Quiero tener esta nueva info, iniciar el tablero y el libro. Entonces los veremos uno a la vez. Refrescaremos sus memorias.”

Lo mantendremos amistoso, pensó Eve.

Por ahora.

CAPITULO SIETE

“INICIO UNA INVESTIGACIÓN MAS PROFUNDA DE LA VICTIMA,” ordenó Eve cuando ella y Peabody subieron al ascensor de la Central. “Vamos a ver si podemos encontrar alguna otra conexión entre ella y las otras personas en cena de Roundtree anoche, incluyendo al personal y al catering.”

“En eso.”

Cuándo se bajaron, Eve vio a dos de sus detectives frente a la maquina expendedora fuera del bullpen.

Carmichael, con el cabello trenzado y asegurado detrás de su cabeza con una especie de pinza giró. “Teniente.”

“Detectives.”

“Sanchez aquí está criticando nuestras opciones de refrescos.”

“Yo me limité a señalar que la gaseosa de limón que se vende aquí no contiene limones reales. Si quieres limones reales en una gaseosa, vas al de la de la esquina. Exprimen ellos los limones.”

“Y mi opinión es, que el cuerpo está lleno de sustancias químicas de todos modos. ¿Por qué no agregar más?”

“Fascinante.”

“Bueno, estamos buscando un refresco antes de transportar a un grupo de maleantes,” le dijo Carmichael. “ Atrapamos uno anoche. Un par de petardos explotaron en una cancha de baloncesto en la Avenida B donde estaban reunidos unos inmigrantes ilegales. Un tipo muerto en la escena con muchos agujeros en él. El otro aún respiraba, tenía agujeros, y también fue golpeado en la cabeza con un hierro viejo, qué tenía sangre, y piel encima, pero ninguna huella.”

“Más interesante que los limones,” decidió Eve.

“Desde el tipo que estaba golpeado y vivo esta mañana, tenemos una doble víctima, que tal como se ve a primera vista parecen como que el primero atacó a la segunda víctima .”

“Pero como la que tenía solo los agujeros no llevaba guantes, no estaba sellado, y fue la segunda víctima,” añadió Sanchez, “es duro de comprar que limpió sus huellas del poste de hierro antes morir. Además el ME no encontró ninguna tela, trapo, o camisa del golpeado en la remota posibilidad de que limpió y la tiró, y no encontramos ninguna cosa que podría haber usado para limpiar la escena. Concluimos que un tercero lo usó y limpió.”

Sanchez era bastante nuevo en su división, pero a Eve le gustaba su estilo. “Al llegar a este punto, estaría inclinada a estar de acuerdo con esa conclusión.”

“Así que vamos a transportar a un montón de pandilleros conocidos por asociarse con ambas víctimas, lo cual significa un largo día de mierda.”

“De ahí el deseo de ingerir un refresco antes,” acabó Sanchez.

“Por ello. ¿Estaba el tubo de hierro en la escena?”

“Unos cuantos de ellos por ahí,” confirmó Carmichael. “Eran parte de una valla.”

“Busquen a un iniciado, un joven aspirante a pandillero o una novia que no un miembro de combate. Otro pandillero probablemente utilizaría una navaja. El tubo es una arma de oportunidad, y cualquier pandillero respetado quiere cortar, no golpear.”

“Buen punto.” Carmichael Asintió con la cabeza. “Y potencialmente menos mierda.”

“Aún así no voy a beber limones artificiales.”

“Hay una tienda en la Avenida B que todavía hace cremas de huevo genuino,” les dijo Eve. “Les costará diez, pero vale la pena.”

“Conozco el sitio.” Dijo Carmichael a Sanchez. “ Sé donde está.”

“Bueno. Tú pagas.”

Se dirigieron hacia el deslizador, discutiendo sobre quién tendría que pagar. Era, para la mente de Eve, una buena sociedad, sólida, formada en un corto período de tiempo.

“Ahora quiero una crema de huevo,” murmuró Peabody. “Me perdí el desayuno almuerzo debido a que me preguntaron si quería que me pidieran casamiento y al sexo.”

“Decídete por los limones artificiales, porque no vas a ir a la Avenida B. Haz la carrera, prepara los seguimientos. Pondré los datos en el tablero.”

Caminó a través del bullpen, a través de los sonidos familiares y de los olores del azúcar artificial, la grasa artificial, el café artificial, el sudor real, las voces reales, el pitar de los enlaces, el zumbido de las computadoras, hacia su oficina.

La luz de mensaje en el enlace de su escritorio centelleaba como neón en las Vegas II. Ella lo miró frunciendo el ceño, fue al AutoChef por café, entonces ordenó una lista de personas que llamaron sin los mensajes.

Reporteros, pensó con leve molestia mientras corría la lista. Y más reporteros. Nadine, naturalmente, dos veces. Tendría que tratar con ellos, y antes de mucho más. Pero tendrían que esperar hasta que instale su tablero, escriba sus notas.

Cuando empezó, tenía una necesidad de bajo nivel por aquella crema de huevo, lo cual le hizo pensar en el chocolate, y el caramelo que ella exitosamente había escondido—otra vez—de las manos codiciosas del nefasto Ladrón de Caramelos.

Mire hacia su silla de visitante desvencijada donde el caramelo estaba guardado — esperaba— en el fondo del asiento ella que cuidadosamente había sacado y reemplazado.

El caramelo tendría que esperar, también, decidió.

Acabó el tablero, clavando las fotos del ID y de la escena del delito de la víctima, fotos de ID de todos los que habían estado en la cena, más fotos de la escena del delito—el bolso, las colillas de hierba/zoner, los vidrios rotos —el informe inicial de los barrenderos, los informes del ME y los resultados de Carter.

Se sentó en su escritorio, bebió el resto del café mientras estudiaba el tablero.

Había empezado sus notas, redactando una línea de tiempo, cuando oyó pasos acercándose.

No era Peabody, pensó. Peabody tenía una pisada fuerte distintiva. Este era un paso decidido.

Whitney, pensó, incorporándose al segundo de su escritorio antes que su comandante entrara.

“Dallas.”

“Señor.” Ella se paró, incómoda. El Comandante Whitney raramente venía a su oficina. Más, rara vez venía a su oficina y cerraba la puerta como ahora.

“K.T. Harris,” dijo.

“Señor. El ME ha determinado que su muerte fue un homicidio. Como estuve en la escena en el TOD, pude entrevistar, con los Detectives Peabody y McNab, a todos las personas presentes.”

“¿Incluyéndose usted?”

“Voy a escribirlo, señor. Voy a tener un informe completo para usted dentro de poco.”

“Siéntese, Teniente.”

Bajó a su silla de visitante, arrugó la frente. “¿Por qué en el nombre del dios no solicita un reemplazo para esto? Es como sentarse sobre ladrillos.”

Se sentía extraña sabiendo que el culo de su comandante haría un colchón de mierda de su caramelo. “Porque nadie se sienta sobre ladrillos por mucho tiempo. Tome la silla del escritorio, Comandante.”

Agitó su mano, se sentó por un momento, estudiando su tablero. Tenía una cara ancha, oscura, marcada por los años y el peso del mando. Su cabello, corto y muy cerca del cráneo, mostraba espesos hilos de plata.

“Tenemos algunas áreas de complicación con este asunto.” Asintió con la cabeza hacia su 'enlace centellante. “¿Medios de comunicación?”

“Sí, señor. Me ocuparé.”

“Sí, lo hará. Esa es una complicación. Otra es su conexión con la víctima.”

“No tuve ninguna conexión con la víctima.”

“Dallas, estuvo cenando con la víctima poco antes de su asesinato.”

“Estuve cenando con varias personas. Conocí a la víctima, hablé con ella, sólo una vez. No tuvimos ninguna conexión, señor.”

“Tuvo unas palabras con ella.”

La cara de Eve no registró nada, pero en su interior hubo un rápido movimiento de molestia y sorpresa. “Cruzamos unas palabras, sería más exacto, Comandante. La víctima había estado bebiendo, era, según las declaraciones tomadas, una persona difícil. Habló inapropiadamente y ofensivamente durante la cena, pero no a mí directamente. Mi respuesta fue, creo, breve y apropiada. Y eso fue todo.”

“Ella también representa a su socia en un importante vid.” Él hizo un gesto hacia su tablero. “Los sospechosos en este momento son las personas que están representando a usted, su marido, otros miembros de este departamento, otras personas que están asociadas a usted personalmente.”

“Sí, señor.”

“Los medios de comunicación tomarán ese heno y lo mezclarán con el estiércol.” Puso sus manos anchas sobre sus muslos. “Tenemos que hacer frente a eso. Pasar el caso a otro detective no ayudará al llegar a este punto, y”, dijo antes de que pudiera hablar, “podría empantanar la investigación. Pero eso no puede ser ignorado,” añadió, señalando su 'enlace. “Necesitaremos una declaración clara de usted, y de Peabody. Vamos a realizar una conferencia de prensa esta tarde. Y trabajará con el enlace de medios de comunicación en esa declaración, y en el enfoque de la conferencia.”

“Señor,” dijo, pensando que prefería ser acuchillada en el ojo con una aguja sacada de esa mezcla de estiércol y heno.

“Ambos preferimos que usted y su socia den al caso toda su energía y atención, pero esto es necesario. Ya hay informes en algunos medios de comunicación sobre la mala sangre entre usted y la víctima, otros jugando el ángulo de usted manejando la investigación de la muerte de la mujer que representa a su socia. Todos ellos machacando el hecho de que estaba en la cena, que estaba presente cuándo K.T. Harris murió. Se ocupará de eso, y continuará haciéndolo hasta que, como confío en que lo haga, cierre el caso.”

Se levantó. “A la sala de conferencia. Ahora. Con Peabody.”

“Sí, señor.”

Maldita sea, pensó cuando salió con él al bullpen, mientras llamaba a Peabody. “Conmigo.”

Esta mierda ya estaba retrasando el trabajo.

“¿Qué pasa?” Preguntó Peabody.

“Los medios de comunicación malditos,” dijo Eve en voz baja. “El enlace de medios de comunicación maldito, la conferencia de prensa maldita, las declaraciones malditas.”

“Oh.” Peabody dejó escapar una respiración. “Creo que sabíamos que esto iba a suceder.”

“Si, pero imaginé que tendría tiempo para acabar mi informe preliminar primero, conseguir los del laboratorios después. Alguien ya dijo que tuve allí unas ‘palabras con la víctima.”

“Tú no lo hiciste, no realmente. Ella era solo una imbécil.”

“Recuerda eso.”

Entraron a la habitación de conferencia. Allí había otro tablero comenzado y de inmediato enfadó a Eve fuera cuando vio su propia foto de ID junto a la de Marlo, la de Roarke junto a la de Julián, y toda la línea.

El hombre que completaba el tablero estaba parado con un traje gris humo. Su brillante cabello negro rozaba su nuca. Gemelos de plata brillaban en sus puños.

Se volvió, un extraño para ella, con una cara llamativa que destacaba su impactante herencia de mezcla de razas con la piel como crema moka, ojos oscuros alargados en las esquinas y largas pestañas. Cuándo sonreía, su boca se inclinaba y mostraba el atisbo de un hoyuelo en la esquina izquierda.

“Teniente Dallas.” Su voz era igual que su piel, rica y cremosa. “Detective Peabody.”

“Él es Kyung Beaverton,” les dijo Whitney. “ Trabaja con el Jefe Tibble, quién lo ha asignado a nosotros mientras dure este asunto.”

“Kyung, por favor.” Le tendió la mano a Eve, luego a Peabody. “Estoy complacido de ayudarlas a navegar por el laberinto de los medios de comunicación, que esperamos, y están, de hecho, ya enterados. ¿Quiere sentarse?”

Eve ignoró la cuestión. “Empiece por decirme por qué nos puso allí arriba con los sospechosos.”

“Porque los medios de comunicación, y de hecho, ya lo han hecho. Es molesto, pero la realidad lo es a menudo. Usted no es ella; ella no es usted, pero esta conexión se hará una y otra vez. Así que debemos manejarlo.”

Él extendió su mano de dedos largos. “A pesar de que respeta al actor que la interpreta, sólo está interpretando un reflejo, y de hecho en un caso ya investigado y cerrado. Usted espera que Marlo Durn continúe interpretando a otros personajes, de ficción o no, mientras continúa investigando homicidios. Su prioridad, en este momento, es la investigación de la desafortunada muerte de…”

“Él ME ha determinado homicidio,” le dijo Whitney.

“Ah. El asesinato de K.T. Harris. Va a seguir todas las pistas posibles en este asunto, y no puede hablar sobre los detalles de una investigación activa.”

“Está bien.” Eve se relajó un poco. Él no parecía ser como el idiota de enlace con el que había tratado antes.

“Se nos ha informado que discutió con la víctima antes de su muerte.”

“Eso es inexacto.”

“Bueno.” Él levantó un dedo, lo movió como si fuera un profesor ante un alumno excepcional. “Excelente, de hecho. Por favor, siéntese. Tuve la oportunidad de … conseguir la marca de café que utiliza. Tomaremos café, y me dirá, exactamente, qué ha pasado entre usted y la víctima. Detective Peabody, por favor siéntase libre de añadir sus propios pensamientos, o cualquier cosa que escuchó, se dijo en la mesa durante este “juego escénico secundario”.

“Juego escénico secundario.” Eve estudió a Kyung mientras programaba café para todos. “Esa es una buena idea. Un giro rápido.”

“Bueno, los giros, rápidos y verosímiles son mi trabajo. Soy bueno en mi trabajo, Teniente, como sé que usted y su socia lo son en el suyo.”

Sonrió, atractivamente. “A usted no le gusta, incluso le molesta todo esto. No le culpo. Usted no está obligada a gustar del laberinto de los medios de comunicación, razón por la cual va a dejarme guiarla en esa dirección.”

Sonrió otra vez cuando puso las tazas de café en la mesa. “Me gusta. Hacemos mejor nuestro trabajo si lo disfrutamos, ¿no es así?”

No, no era un idiota, sino un manipulador. Uno muy, muy listo. Eso lo podía respetar. “Está bien, Kyung, así es cómo fue.”

Le dio el “juego escénico secundario” esencialmente palabra por palabra.

“Una respuesta apropiada a una declaración inapropiada,” comentó Kyung. “¿Ella dijo algo más?”

“No entre nosotros. Me imaginé que tenía un problema con los miembros del reparto, y que el problema se había agravado por su bebida. Como no sabía que iba a terminar muerta, no le presté mucha atención.”

“Te llamó puta.” Peabody se encogió de hombros cuándo los ojos pasaron a ella. “Después de que todo el mundo empezó hablar otra vez, murmuró ‘puta' en voz baja. McNab me lo dijo más tarde. Estaba sentado junto a ella. Le molestó, pero dijo que lo ignoró porque supuso que no querrías más, um, juego escénico secundario.”

“Estaba en lo cierto. Además, si alguien no me llama puta una vez al día, imagino no estoy haciendo mi trabajo.”

Kyung sonrió ante eso. “Pienso que lo hará muy bien con los medios de comunicación, solo con el tono y la actitud.”

Eve lo miró. “El enlace normalmente me empuja a jugar bien, a ser diplomático. Y a usar pintura de labios.”

“Circunstancias diferentes, estilos diferentes.” Él simplemente se encogió de hombros. “Creo que usted tendría que ser tal como es, solo tener respuestas preparadas sobre las cuestiones que esperamos le preguntarán. Y cuándo le pregunten sobre este incidente en la cena —y lo harán — debe que responder como me respondió. Una discusión es inexacta. Harris hizo un comentario inapropiado al cual usted casualmente respondió. Este juego escénico secundario fue la única vez que usted y Harris hablaron durante la noche. Si dice esto como una cuestión de hecho, sin prisa, luego responde otra pregunta, lo hará bien.”

Él levantó sus manos, las palmas arriba, los gemelos brillando. “Si le presionan en el punto, repítalo y agregue sólo que usted y la Sra. Harris sólo reunieron dos veces, brevemente, y que simplemente no se conocían. Al llegar a este punto usted está centrada en encontrar a la persona responsable de su muerte. La he oído decir en otras declaraciones que implican un asesinato que la víctima le pertenece a usted ahora. Si esto le parece correcto y adecuado, dígalo.”

“Me pertenece ahora.”

“Sí, mantenga el diálogo en ese punto, en la investigación en la medida en que pueda hablar de ello públicamente. Le preguntarán, y a menudo, cómo se siente al investigar el asesinato de la mujer que personifica a su socia, que se parecía a su socia.”

“K.T. Harris no era mi socia. Era una actriz haciendo su trabajo. Mi trabajo es descubrir quién tomó su vida.”

Sonrió otra vez. “Me siento un poco superfluo. ¿Marlo Durn es sospechosa?”

“Durn, como todo el mundo que estuvo presente en el momento del asesinato, fue entrevistada. Ella ha sido muy cooperativa. Es demasiado pronto en la investigación identificar específicamente a alguien como sospechoso.”

“¿Cómo se siente interrogando, investigando a la mujer que la personifica en la película La Agenda Icove?”

“Otra vez, no soy yo, pero está bien, si, hay un hilo extraño. La mayoría de las investigaciones de homicidio tienen unos cuantos hilos extraños en su trama.”

“¿No cree que esta conexión inusual puede sesgar o afectar su trabajo?”

“¿Por qué lo haría?”

“Aquí, puedo ayudar.” Juntó sus palmas, hizo un gesto hacia adelante como si estuviera rezando. “Si usted sigue esa pregunta natural con la declaración que si creyera que la investigación de alguna manera puede verse afectada por el hecho de que los actores de La Agenga Icove están personificándola, y a su socia, no conduciría la investigación.”

“Porque estoy para K.T. Harris Ahora,” acabó Eve. “E identificar a la persona que causó su muerte, llevarla ante la justicia es lo que he jurado hacer como un agente del NYPSD. Siempre. Ahora váyase para poder hacer mi trabajo.”

“Perfecto. Si solo pudiera pensar la última parte en lugar de verbalizarla, estaría perfecto.” Le dio su una amplia sonrisa. “Tengo dificultades para computadorarender porque es considerada por mis colegas como una asignación difícil.”

“Porque la mayoría de ellos son idiotas. Y usted hasta el momento, no.”

“Esperemos que siga así. Ahora, Detective Peabody, vamos a repasar las preguntas y las respuestas posibles.”

“¿Tengo que hablar con los medios de comunicación?”

Ella no rechinó, pero estuvo peligrosamente cerca.

“Harris la personificaba, estaba presente en la cena, cuándo Harris fue asesinada. Es la segunda en la investigación. Es mejor manejar esto a través de esta conferencia de prensa en lugar de poco a poco.”

Eve miró al entrenador de Peabody. Parecía satisfecho con sus respuestas también, haciendo ajustes aquí y allá, ayudándola a permanecer breve y en el punto.

“Estará bien,” decretó. “Déjenme decirles que los medios de comunicación continuarán exprimiendo cada onza de jugo que puedan de esta historia, luego buscarán una manera de hacer más. Teniente, entiendo que su marido tendrá su propio equipo de prensa, y que alguien en su posición sabe cómo manejar a los medios de comunicación. Pero, en este caso, me gustaría coordinar con su gente.”

“Eso depende de él.”

“Sí, pero si le dice de mis intenciones antes, no pareceré un idiota.”

Ella dejó escapar una carcajada. “Le avisaré que no es uno.”

“Lo agradezco. Estaré con ustedes antes de la conferencia, y durante ella. Si necesitan alguna cosa de mí antes, estaré disponible.” Kyung se paró. “Comandante Whitney, me pondré a trabajar.”

“Gracias por su tiempo.” Se sentó un momento después que Kyung salió. “¿A quién va a traer para el seguimiento?”

“Andrea Smythe, Julián Cross, Matthew Zank. Para empezar, señor,” le dijo Eve.

Asintió con la cabeza. “Vamos a mantenerlo lo más tranquilo posible. Arregle para ellos para entren a través del garaje vigilado. Lo despejaré. Pídale a alguien quién no sea starstruck que los escolte a la Entrevista.”

“Sí, señor.”

“¿Se inclina hacia uno de ellos?”

“No por ahora.” Sabiendo que esperaba al menos un informe oral general, ella deseaba estar de pie. Pero parecía incómodo. “ Vamos a buscar cualquier conexión entre la víctima y cualquier del personal de la casa, del catering. Pero a ninguno de los miembros del elenco o al personal que atendió le gustaba la víctima, y en general todo lo contrario. Eso es a menudo motivo suficiente para un asesinato, particularmente cuándo la muerte parece, como esta, que a ha sido el resultado de una discusión o confrontación. Un empujón, una caída, un arrastre y rodada a la piscina. El alcohol puede haber sido un factor. Había mucho de ella. La víctima estuvo desagradable, difícil. Causó retrasos y fricciones en el set, hizo demandas.”

Eve asintió con la cabeza hacia el tablero. “Fue, en varias ocasiones, íntima con Zank y Cross. Ambos hombres dieron voluntariamente esta información. Zank también declaró que la víctima continuaba persiguiéndole después de que había acabado la relación, era violenta y obsesivamente celosa.”

“Y Zank es el que afirma haberla encontrado, el que la sacó.”

“Sí, señor, junto con Marlo Durn. Creo que Zank y Durn están actualmente involucrados en una relación personal, sexual. Si la víctima era consciente de esto, habría añadido todavía más fricción. Al TOD, los huéspedes estaban reunidos en el teatro de la casa de Roundtree mirando lo qué llaman un avance. Sabemos que Harris dejó el teatro durante el espectáculo, así como TOD confirma que murió durante su proyección. No podemos, por ahora, precisar quién más dejó el lugar, se le unió en la azotea. Sabemos que debió irse, llegar a la azotea, matar a Harris, y regresar antes que termine la proyección.”

Se detuvo un momento. “Buscaremos antecedentes, conflictos previos, cualquier comportamiento violento. El primer empujón, o la caída, se siente impulsivo, un momento de enojo. Pero dar vuelta y dejar a la mujer inconsciente en el agua, eso es un acto deliberado, ya que está cerca mientras la mujer se ahoga. Puede o no haber sido calculado, Comandante, pero es frío.”

“¿Y la probabilidad de que alguien del personal tuviera una relación con ella que terminó en su asesinato?”

“Muy baja. Va a ser uno del elenco o del personal, una de las personas que trabajaban con ella, uno de las personas a las que empujó, insultó, amenazó.”

“Quién la empujó a su vez.” Se paró. “Asesinatos de celebridades,” murmuró. “Probablemente harán otro maldito vid.” Ante la expresión ligeramente horrorizada de Eve, sonrió. “ Podrían hacer un libro de él,” dijo. “Manténgame informado. Y no llegue tarde a la conferencia de prensa.”

“Mierda,” dijo Eve cuándo salió. “Mierda. Puede tener razón.”

“¿Quién' va a representarme en este? Quiero decir, ¿es realmente salvaje, no? Alguien me personifica investigando el asesinato de alguien que me personificaba. Y entonces tenemos…”

“No. Estás dándome un dolor de cabeza. Haz las carreras.” Eve se frotó la nuca cuando mientras se dirigían de regreso al bullpen. Entró, se detuvo, escudriñó la habitación, consideró. “Uniformado Carmichael.”

Cuándo él levantó la cabeza en su cubo, ella hizo un gesto. “Mi oficina.”

Ella se apartó, hizo un mensaje de texto a Roarke para que esperara un contacto de Kyung, y que Kyung no era un idiota.

“¿Señor?” Dijo el Uniformado Carmichael, parado en su puerta.

“¿Es un seguidor de vids, Carmichael? Le gusta mirar, mantenerse al día con los chismes de Hollywood, leer sobre las celebridades?”

“Cuándo tengo tiempo de mirar algo de pantalla, me gustan los deportes. Eso es acción real.”

“Correcto. Esto es lo que hará.” Le asignó como escolta, le ordenó que mantuviera la vista sobre ellos, lo despidió.

Felizmente transfirió todos los mensajes de los reporteros a Kyung, y volvió a trabajar.

Había completado su informe inicial, incluyendo su propia declaración, justo había empezado una carrera más profunda de Harris cuándo su enlace indicó la entrada de un texto de Roarke.

No es un idiota. De ti, solo dice elogios. Se encargará.

Satisfecha, se inclinó hacia atrás, estudió los datos de Harris.

Padres divorciados, notó Eve, cuándo había tenido trece años. Un hermano, un hermano dos años mayor que ella. Había crecido en Nebraska hasta el divorcio. La madre, que había demandado y conseguido que le concedieran la custodia exclusiva debido a violencia doméstica, se reubicó con sus hijos en Iowa.

Eve no podría ver mucha diferencia entre Nebraska e Iowa. Según lo que ella sabía eran dos estados grandes con muchos campos, graneros, y vacas.

Cavó un poco más profundo, investigó algunos informes policiales, documentos del tribunal sobre la violencia doméstica, arrugando la frente ante las fotografías de evidencia de Piper Van Horn —la madre—después que su marido Wendall Harris la había puesto a punto. También se documentó una muñeca rota, ojo negro, contusiones de menor importancia en Brice Harris, de entonces quince años—ahora Brice Van Horn ya que había tomado el apellido de su madre después del divorcio. Wendall había pasado una temporada en una cárcel en Omaha, completó los cursos de manejo de ira y de abuso de sustancias. Entonces, Eve vio cuando investigó un poco más, que había muerto de las lesiones sufridas en una pelea en un bar cuándo Brice había tenido veinte.

Interesante, pensó Eve, que K.T.' mantuvo el apellido de su padre. Interesante que pareciera tener heredado o escogido —quién diablos sabía—su afición por la violencia- reforzada por demasiado alcohol.

Ella se desplazó a través de los registros escolares. Estudiante promedio con algunos problemas disciplinarios. Ninguna actividad extracurricular hasta la edad de catorce cuándo se enganchó con el programa de teatro en su escuela.

“Y mira aquí,” murmuró Eve. Harris había acumulado una serie de faltas hasta el momento que tuvo veintidós años, y se le revocó la licencia. Como su padre, la hija había completado un programa de abuso de sustancias.

A los dieciocho, Harris había dejado Iowa para Nueva LA. Tuvo un par de escaramuzas además de los delitos por cargos de agresión reducidos en ambos casos. Otro D&D, un bien pagado, programa de rehabilitación completa.

No lo tomó, pensó Eve, y recordó la cara, la voz, el dolor de Piper Van Horn cuándo contactó a la mujer para decirle que K.T. estaba muerta.

La madre lo lamentaba, pensó. La mayoría de ellas lo hacían. No todas, pero la mayoría sí. La suya no había dado a la niña que había parido, maltratada, y abandonado con un monstruo un segundo pensamiento. Incluso no la reconoció cuándo estuvieron juntas.

No se aplica, se recordó. Piensa en la víctima. Cuanto más entendiera a la víctima, mayor posibilidad tenía de entender la causa de su muerte.

Lo qué veía aquí era una mujer que había crecido arriba con violencia y rabia, una que parecía haber encontrado un escape o placer en la actuación, pero que' había continuado ese ciclo de ira y/o violencia hasta su muerte.

¿Por qué? se preguntó Eve. ¿Y a qué se debía, realmente?

Ella giró alrededor de su tablero. ¿La víctima sabía algo acerca de uno o más actores y equipo? ¿Algo con lo que había amenazado al asesino, alguna clase de extorsión—una vergüenza que dañaría su carrera?

¿O solo empujó a alguien demasiado duro por demasiado tiempo?

Ella se volvió de nuevo para leer una entrada del laboratorio.

“¿Dallas?” Peabody estaba en la puerta.

“Zoner mezclado con hierbas —casi cincuenta y cincuenta.”

“Por dios, entre eso y el vino, no necesitaba el golpe en la cabeza para perder el conocimiento.”

“Era una apuesta bastante segura una que vez que cayó, no volvería a levantarse. Hay rastro de sangre en los restos quemados recuperados. Sangre de la víctima. Únicamente de la víctima el ADN en las colillas recuperadas en la escena. Las marcas de arrastre en los tacones son compatibles con el material del zócalo y el patrón.”

“Ese es un trabajo bastante rápido.”

“Para un cambio. Vamos a mantener el zoner en reserva por ahora, ver si alguien menciona ese hábito.”

“Sí, señor. Carmichael está trayendo a Andrea.”

“Bueno.” Eve mantuvo sus ojos en los datos. “Vamos a darle unos cuantos minutos para acostumbrarse.”

Uno a la vez, se dijo. Tendría que raspar algo de ese brillo de Hollywood y descubrir qué era lo que había debajo.

Cuanto más sabía sobre Harris, menos le gustaba. Pero eso no hacía al muerto menos suyo.

CAPITULO OCHO

VESTIDA DE ROJO PARA PARAR EL TRAFICO, CON EL CABELLO brillante en ondas doradas en lugar del gris sutil de Mira, Andrea Smythe se sentó a la mesa llena de arañazos de la Entrevista. Llevaba audaces aros negros en sus orejas y un collar de piedras negras que formaban un corazón alargado en el hueco de su garganta.

Inclinó la cabeza con una sonrisa cuándo Eve y Peabody entraron.

“Es gratificante saber que nuestro diseñador de vestuario es tan preciso. Esto se parece mucho a lo que estamos utilizando.”

“No hay mucho para diseñar,” comentó Eve. “Registro encendido. Teniente Eve Dallas, y Detective Delia Peabody, ingresando a Entrevista con Andrea Smythe, en el asunto de Harris, K.T. Número de caso H-58091.”

“Tan formal.”

“No usamos corbata negra, pero nos tomamos el asesinato bastante seriamente por aquí. Le agradezco que viniera.”

“Parecía una elección sensata, dadas las circunstancias.”

“Ya has sido informada de tus derechos y obligaciones. ¿Necesito leértelos otra vez?”

“No. Tengo una memoria excelente.”

“Eso tendría que ayudar.” Eve y Peabody tomaron asientos. “Tienes algo que añadir a tus declaraciones de anoche? ¿Alguna corrección o cambio a las mismas?”

“No.”

“¿Quieres algo antes que empecemos?” le preguntó Peabody. “¿Café? ¿Una gaseosa?”

Andrea sonrió otra vez. “Tienes que tranquilizarme mientras tu Teniente me mantiene en vilo. Es un buen ritmo. Pienso Marlo y K.T. lo capturaron bien para la cámara. No perfecto, pero bastante bien. Estoy bien, pero gracias por preguntar.”

“Esto no es una escena,” le recordó Eve. “No hay ningún guión. Y el cuerpo es muy real.”

“Soy consciente. ¿Debería representar un papel?” Andrea levantó sus hombros. “¿Vestirme de luto, poner una cara solemne? Podría derramar una lágrima o dos. Pero el negro no es mi mejor color, y es no un secreto que K.T. y yo no éramos amigas. Siento que esté muerta. Lo siento, filosóficamente, la muerte es parte de la vida, y pienso que, fuera de la ficción, el asesinato es la acción de un maldito cobarde. Un egoísta, realizando un maldito juego cobarde. Aparte de eso, su muerte significa poco para mí.”

“Incomodo, sin embargo, ¿no es así? Dado que la película no ha terminado.”

Andrea levantó sus hombros otra vez, cruzó sus piernas. “Sus escenas estaban casi hechas, y Roundtree encontrará una manera de trabajar alrededor de ellas. Es un director brillante e innovador.”

“Y allí está impulso del zumbido de los medios de comunicación.”

“Bastante cierto. Es la naturaleza de la bestia. La máquina hará un negocio más grande con K.T. muerta de lo que hizo, o haría, cuando estaba viva. Irónico, ¿no es así? Finalmente tiene toda la fama y atención que deseaba. Sólo tuvo que ser asesinada para conseguirlo. Y eso es innecesariamente frío,” Añadió Andrea con un suspiro. “Incluso para ella. Siento haber dicho eso.”

“Has dejado claro que no te gustaba Harris, que la encontrabas personalmente y profesionalmente… difícil es la palabra que me viene. ¿Eso es correcto?”

“Como que el ojo del toro es sangriento.”

“¿Tú y ella tuvieron alguna confrontación ocasional?”

“Ocasional. Dudo que cualquiera que trabajara en el proyecto Icove haya huido una confrontación con K.T. Otra vez, la naturaleza de la bestia.”

“Has sido explicita sobre el tono de tu relación con la víctima, tus sentimientos sobre y hacia ella. Es por eso que tengo problema para entender por qué no has mencionado la discusión que tuviste con ella anoche, poco antes que fuera asesinada.”

“¿Discutimos anoche?” Andrea extendió sus manos y sonrió. “No lo podría decir. Intercambiamos palabras desagradables tan a menudo, que se desdibuja.”

“No lo creo. No con una memoria excelente como la tuya. Creo que una discusión con ella, la noche que fue asesinada, te quedaría grabada.”

“Había sido deliberadamente grosera en la cena, trastornado a Connie. Le dije que era una imbécil, que merecía que le patearan su considerable culo. Había estado bebiendo bastante para decirme que me fuera a la mierda. Eso fue todo, y no me afectó.”

“Otra vez, no lo creo. Si hubiera sido tan sencillo no ibas a mentir y evadir. Eso me dice que fue más… más personal, más intenso. Se dice que normalmente se evitaban, pero anoche las dos fueron vistas teniendo una discusión caliente, una que olvidaste mencionar en vuestra declaración. Una sobre la que estás mintiendo ahora. ¿Qué te dijo, Andi? ¿Qué empujó en tu cara?”

Andrea miró a Eve con ojos vacios. “No tengo idea de lo que estás hablando.”

“Ves, eso hace que me intrigue más. ¿Qué pasa cuando empiezo a intrigarme, Peabody?”

“Cuándo empiezas a intrigarte, empiezas a cavar. Cuándo cavas, tiendes a encontrar cosas que las personas quieren que permanezcan enterradas. Muchas cosas,” añadió Peabody. “A veces no tienen nada que ver con el caso, pero una vez son descubiertos, deben ser estudiados.”

“Si, y cuándo empiezas a descubrir más cosas, tienes que hacer más preguntas, hablar con más personas. Y los medios de comunicación tienen sus oreja atentas. De hecho, tengo una conferencia de prensa esta tarde. ¿Quién sabe qué preguntas podrían formular?”

“¿Ahora, quién está amenazando a quien?” reclamó Andrea.

“No es una amenaza. Es un comentario. Cuanto más intentes cubrirlo, más cavaré. Lo descubriré, y va a ser incómodo.”

Echándose hacia atrás, Eve se meció un poco sobre las patas traseras de su silla. El pie de Andrea, un zapato rojo con un tacón negro fino, había empezado a sacudirse.

“Y entonces me preguntaré si no seguiste esa discusión en la azotea, para tener mayor intimidad. Quizás se puso más caliente, quizás se puso físico. Tú la empujas. Se golpea la cabeza. Hay sangre. Está inconsciente. Estás muy enojada. La puta solo no lo dejaría. En tu cara. Ya has tenido bastante. La empujas otra vez, esta vez a la piscina. Lo merecía. Esa mierda se lo buscó.”

“Nadie merece ser asesinado, y estás malditamente loca si piensas que voy matando a los que son difíciles. No la maté. Nunca subí a la azotea anoche. Y no tengo nada más que decir.”

“Estás en tu derecho. Cavaremos, y lo encontraremos, porque ahora sé que lo que haya habido entre tú y la víctima anoche importó. Te asustó.”

“No me asustó.”

“Quizás, quizás no. Pero lo sabré.” Eve se inclinó hacia adelante. “Piensas que porque no estás en el ojo público, los medios de comunicación ya transmitieron todo lo que hay que saber o descubrir. Ni siquiera cerca. Si robaste un cubito de hielo cuándo tenías seis años, lo descubriré. Si uno de vuestros maridos estafa en sus impuestos, lo descubriré. Si uno de vuestros hijos engañó en una prueba de ortografía en escuela primaria, lo descubriré.”

Andrea se inclinó hacia adelante, y una vez más miró a Eve a los ojos. Pero esta vez estaban llenos de furia. “Deja a mis hijos fuera de esto.”

Allí, Eve pensó. Un punto débil.

“ Tienes un hijo de la edad de la víctima.” Miró a Peabody.

“Cyrus Drew Pilling, veintiséis años. Hijo único con su segundo marido, Marshall Pilling. Casado en octubre '34, divorciado en enero del '36. Ningún hijo con primer marido, Beau Sampson, se casó en junio del '30, se divorció en abril del '32, dos hijas gemelas con el tercer y actual marido, de dieciocho años. Casada con Jonah P. Kettlebrew, en septiembre '40.”

“Mi familia no tiene nada que ver con esto. No me gustan sus malditas insinuaciones.”

“Apuesto a que toda su familia visitó el set. Quizás Harris hizo un juego con su hijo, o su marido. Infiernos, quizás quiso probar con un par de chicas. Quizás uno o todos cogieron la pelota y corrieron con ella. Eso la enfurecería.”

“Esa es una cosa asquerosa de decir, y de las personas decentes. Personas que incluso no conoces.”

Eve se levantó, plantó sus palmas en la mesa, se inclinó. “Lo conoceré. Esa es su elección. Fue personal entre Harris y tú, ¿no es así? No era sobre el trabajo, era un desafío. Fue personal. Eso fue para ti.”

“He cuidado, y trabajado duro para proteger a mis hijos, para mantenerlos lejos del ojo público. No voy a dejar que los expongas a esta fealdad porque estás disparando a ciegas.”

“Mucho del trabajo policial es un juego de azar. ¿Estaba Harris metiéndose con tu familia, Andi?”

“No tuvo nada que ver con mi familia. Mi familia reconocida.” Se pasó una mano por la frente, por el pelo mientras estudiaba a Eve, luego a Peabody. “¿Estamos equivocados con usted? ¿Puedo confiar en lo que dicen las páginas sobre quiénes son? ¿Es una mujer, son unas mujeres, con integridad?”

“Una recibió una medalla por ello,” dijo Eve, haciendo un gesto hacia Peabody. “Pero, creo, es una apuesta.”

Andrea dirigió una sonrisa forzada. “Era sobre mi ahijado. Es como mi hijo. Es unos años mayor que Cy, y han sido amigos desde que nacieron. La madre de Dorian y yo somos amigas desde la primaria. Somos familiares.”

Eve se sentó otra vez. “Está bien.”

“Es un buen chico, un hombre joven. Pero hace unos cuantos años se metió en unos problemas. Fue a California en busca de descanso, como tantos hacen. Se quedó con nosotros un tiempo, y le conseguí algunos trabajos. Pero él … era joven.”

“Está bien,” dijo Eve otra vez. “¿En qué clase de problemas se metió?”

“Demasiadas fiestas, demasiadas personas capaces y dispuestas a proporcionarle ilegales. No hubo nada que pudiéramos hacer, nada que su madre pudiera hacer. Más de un año, casi un año y medio, fue en espiral hacia abajo. Lo rescatamos de la cárcel. Fue a algunas reuniones, luego volvió a los clubes, a las fiestas, a las esquinas de la calle. Dejó de buscar trabajo.”

“Es duro,” dijo Peabody suavemente, “cuándo alguien que amas se hace daño, y no lo puedes evitar.”

“Sí.” Andrea se estabilizó. “Es muy brutal. Robó o se prostituyó para conseguir su próxima dosis. Mintió y maquinó y … y yo me sentía responsable. Vino a mí, tan joven, tan brillante y reluciente. Luego apenas le reconocía con lo que las drogas le hicieron. Un mentiroso, un ladrón, un tramposo. Un joven violento. Un día, lo atraparon, y el comerciante al que había robado lo golpeó hasta casi matarlo. Estaba casi …”

Se calló, sacudió la cabeza. “De todas formas, la policía se comunicó con mi hijo. Dorian tenía el 'número del enlace de Cy encima. Tocar fondo lo llaman, por una buena razón. Cuándo pudo volver a caminar, Dorian fue a rehabilitación. Conocía un sitio con una reputación excepcional. Un sitio discreto en California Del norte. Lo lleve allí y eso le ayudé a recuperarse otra vez.”

“¿Cómo lo descubrió?”

“Estaba allí. El destino es un frío, hijo de puta.” La amargura resonaba en sus palabras. “K.T. estaba en el mismo sitio, al mismo tiempo. compartieron el mismo grupo un par de veces, y Dorian no escondió nada al grupo. Como dije, se recuperó. Vive en Londres donde es abogado. Está comprometido para casarse, con una chica preciosa. Vinieron a Nueva York para una visita hace una semana o algo así, y al set, naturalmente. Le reconoció. Y viendo nuestra conexión, pensó que sería divertido sugerir que podía pasar si los medios de comunicación se enteraban de la historia, del problema que había tenido.”

“¿Te chantajeó?”

“No. Estaba burlándose. Sabía que me molestaba, que me trastornaba, lo que podía hacer o decir que haría. Dorian se rehabilitó de aquel periodo de su vida. ¿Por qué quería exponerlo, a su familia, a su prometida a la vergüenza pública? Para devolverme el golpe, naturalmente.”

“¿Subiste con ella a la azotea? ¿Empujó y empujó, Andi, hasta que tú finalmente la empujaste también?.”

“No. No,” repitió. “Durante la discusión de la que estamos hablando, le dije que sería para ella peor, que me aseguraría que los medios de comunicación supieron cómo había llegado a tener esa información, y que se ganaría una la tormenta de mierda. Había hablado con Dorian esa mañana, y le había dicho lo qué estaba pasando.”

Sus ojos llenaron, pero parpadeó para contener las lágrimas. “ Me dijo que deje de preocuparme. Que no permita que ella me pelotee, y lo utilice como garrote. Le había dicho su chica todo mucho tiempo antes de haberle pedido que se casara con él. Les había dado a los socios un relato completo de eso durante la entrevista de contrato. Y sólo lamentaba, en caso que siguiera adelante con la amenaza, si eso me avergonzaba.”

Esta vez no consiguió contener las lágrimas. “No se trataba de que me avergonzara.”

“Lo querías proteger,” murmuró Peabody.

“Había hecho un trabajo tan pobre con él antes. Pero no necesitaba que lo protegiera. Así que cuando empezó a decirme esto en la fiesta anoche, dije todo lo que quería decirle. El resultado es, vete a la mierda puta fea. Esas fueron las últimas palabras que hablé con ella, y no lo lamento. No, en absoluto.”

Cuándo hubieron acabado la entrevista, escoltado a Andrea afuera, Eve se sentó otro momento. “¿Lo compras?”

“Sí. Los hechos fácilmente pueden ser verificados. El centro de rehabilitación, el tiempo, si ambos estaban allí y todo lo demás. Sería estúpido mentir sobre eso.”

Eve asintió con la cabeza de acuerdo. “Vamos a verificarlo en todo caso.”

“¿No lo compras?”

“Diría que las probabilidades son buenas que tenga un ahijado que estuvo en el mismo centro con K.T., en el mismo grupo y que K.T. lo reconociera cuándo fue a visitar el set.”

“Así que la colocamos abajo en la lista.”

“No, no lo hacemos. Creo ‘vete a la mierda, puta fea' probablemente pudieron ser las últimas palabras que Andi le dijo a K.T. Harris. Pero muy bien puede habérselas dicho en la planta alta, justo después de que hizo rodar a una inconsciente Harris a la piscina.”

“Aw, hombre.”

“La familiar es el punto débil, y Harris se concentró en eso, hundió la navaja en el centro de la misma. Así que, sí, quizás Smythe la empujó de nuevo —vamos, habla, puta, y será peor para ti. Harris está bebida y agresiva, y lo siguen hasta la planta alta. Smythe no quiere una confrontación pública. Pero se intensifica. Infiernos, quizás se puso físico por parte de Harris primero, pero cuándo Harris cae, Smythe enfurecida, tiene su oportunidad. Arrastra a Harris a la piscina, limpia la sangre, y baja por otra bebida. Y el mundo, como ella lo ve, es una mierda.”

“¿Realmente piensas que lo pudo hacer?”

“Pienso que tiene las pelotas para eso, sí. No sé si tiene la frialdad. Pero se queda arriba de la lista.”

Tomaron a Matthew luego. Puso una nota casual con una camisa verde oscura sobre jeans y botas. Aceptó la oferta de Peabody de una bebida, optó por un refresco cítrico. Estudió la pared con espejo de dos caras, movió su trasero en la silla.

“Siempre me pregunté cómo se sentiría en una de estas habitaciones. Se siente nervioso. Como si el aire fuera un poco demasiado delgado.”

“¿Tienes algo por qué estar nervioso?” Le preguntó Eve.

“Cuándo un policía quiere hablar contigo en una habitación así, te pones nervioso. Ese es el objetivo, ¿no es así? El interrogado ya está con las defensas bajas.”

Tomó un trago más de su refresco. “¿Cree que puedo darle una mirada a EDD mientras soy aquí? Estuve con McNab antes de… antes.”

“Lo comprobaré con el Capitán Feeney.” Actitud y ropa informal, pensó Eve. Jugaría con eso. “¿Cómo estás, Matthew?”

“Bien. No, no realmente. Estaba muerta cuándo la saqué del agua. Sé que probablemente es estúpido, pero me di cuenta más tarde. Estaba muerta cuándo la saqué, cuándo le hice el CPR, el boca-a-boca. Estaba muerta todo el tiempo. Mi cabeza sigue volviendo a eso. No lo sabía, pero ella estaba muerta todo el tiempo.”

“Y ustedes habían sido íntimos.”

“Sí. Conocí la forma de su cuerpo, el sabor de su piel, de su boca. Y anoche, la toqué, puse mi boca en la suya. Y estaba muerta. Pero… se sentía igual. No puedo superarlo.”

“Dijiste anoche no habían estado implicados sexualmente por varios meses.”

“Eso es cierto.”

“Pero ella lo quería.”

“Pienso que solo quería lo que no podía tener. Algunas personas se conectan de esa manera. Quizás.”

“Tenía que ponerlo en el lugar, especialmente porque representaban a unos amantes.”

“No diría que lo hizo fácil, pero tenía mucha ambición. Ella no iba a arruinar su trabajo para jorobarme a mí.”

“Dijiste que ella destruyó tu tráiler.”

“Sí.” Tomó otro trago. “Tuvo que ser. Ella ni siquiera me quería o se preocupaba por mí de esa manera, no realmente. Ella solo…” Él se encogió de hombros. “Tendría que haberme tomado un momento. Mirando hacia atrás, desearía haber esperado hasta que ella se fuera. Entonces no habría quedado tan enojada.”

“Por la forma en que hablaste anoche sonó como si estuviera obsesionada. De hecho, creo que ese es el término que utilizaste.”

“No sé.” Su mirada, verde como su camisa, fue al espejo de dos caras otra vez. “Supongo que sí, más o menos. Creo que solo no le gustó que no siguiera con ella. Cuando pienso en eso,” continuó, “tenía más peso que yo, una carrera conocida. Pudo haber presionado para tener a alguien más conocido como McNab. Quizás pensó que si volvíamos a relacionarnos durante el rodaje, entonces ella me podría dejar. No sé. Ni siquiera sé porque pienso en ello. Ella está muerta.”

“No podrías haber vuelto con ella ya que tu y Marlo empezaron a dormir juntos.”

Su cara se quedó blanca, totalmente, mientras bajaba su bebida. “No sé de qué está hablando.”

“¿No sabes si estás durmiendo con Marlo Durn, o no entiendes el término?”

“Escuche, no sé dónde consiguió esa información, pero…”

“¿Estás negándolo?” Eve afinó su voz. “Porque mentir a un agente policial en la entrevista no se ve bien. Solo nos hace sospechar de todos y ser más quisquillosos.”

Dudó, se movió. “Mi relación con Marlo no tiene nada que ver con K.T., o con cualquiera. Es personal.”

“¿Qué tú y Marlo retozaran en las sábanas no tiene nada que ver con una mujer que, según tu propia declaración, estaba obsesionado contigo? ¿Qué te acosaba? ¿Qué destrozó tu tráiler? ¿Te suena esa música, Peabody?”

“Ni siquiera hace ruido.” El tono de Peabody, irradiaba simpatía mezclada con un poco de ligera compasión. “Lo siento, Matthew. Es difícil e incómodo cuándo tienes que hablar sobre un asunto privado, pero si intentas evitarlo y eludirlo, solo haces que se vea mal. La manera en que lo veo, tú y Marlo son adultos, libres, ya sabes, de disfrutar el uno del otro.”

“Uno pensaría,” murmuró. “que no tiene nada que ver con K.T.,” insistió. “Habíamos terminado, antes, terminado antes de conocer a Marlo.”

“Pero K.T. no quería que fuera así, acabado,” dijo Eve.

Su tono, su rostro, se endureció. “Ese era su problema.”

“Lo hizo tuyo.”

“Era un dolor en el culo, ¿está bien? Un serio dolor en el culo incluso antes de que descubriera que Marlo y yo estábamos juntos. Solo se puso más feo una vez que se enteró.”

“¿Cuando fue?”

“hace un par de semanas, creo. Fue al tráiler de Marlo, la enfrentó, le dijo un montón de mierda de mí, que había estado con ella, y que ella, K.T. me refiero, y yo, todavía lo hacíamos. No era cierto. Nosotros hicimos un poco de publicidad, algunas sesiones de fotos donde estábamos en el papel. Aquello es parte del trabajo, pero no nos estábamos viendo. De hecho, llegó al punto en que apenas podía soportar hacer una escena con ella.”

“¿Provocó esa fricción una confrontación entre tú y Marlo?”

“No. Marlo no compró la mierda de K.T. ”

“Pero te trastornó,” insistió Eve.

“Si. Está bien. Cuándo Marlo me lo dijo, me molestó. Y si, enfrenté a K.T. por ello. No tendría que haberlo hecho. Tendría que haber escuchado a Marlo y solo dejado pasar, pero no lo hice. Le dije a K.T. que le daría un beso, y que se apartara de mis asuntos personales. Que se mantuviera alejada de Marlo fuera del set. Trató de jugar conmigo diciéndome que Julián y Marlo estaban jodiendo. Que podía preguntarle a él; me dijo.”

El temperamento se notó ahora, en su cara, su cuerpo, su voz. “Le dije que era patética. E infierno, fue como un flashback, con ella gritando y llorando y amenazando con arruinar mi vida, mi carrera. Lo único que hizo fue empeorar las cosas.”

“Define peor.”

“Marlo y yo conseguimos este loft. Pertenece a un amigo mío, fuera del negocio. Está fuera por un par de meses, y estamos utilizándolo. Hemos sido prudentes, utilizando disfraces para ir y venir, manteniéndolo tranquilo.”

“¿Debido a Harris?”

“No. Bueno, eso también. Pero los trajes y la máquina de la publicidad realmente quieren que juguemos el ángulo Eve/Roarke/Marlo/Julián.” Esbozó una leve sonrisa. “No es tan sexy si Eve y McNab están conectados.”

“Estás relegándome, Matthew.”

Ahora su sonrisa fue rápida, fácil. “¿Ve? Marlo y yo somos jugadores de equipo. Y el hecho es, que este proyecto es una gran oportunidad para mí. Decidimos mantenerlo privado, por eso, y porque lo quisimos así. Es fácil quedar atrapado en aquella máquina, y entonces estás oyendo o leyendo que eres esto o aquello, o que ella está haciendo cualquier cosa. Solo queremos una posibilidad de ver adonde va esto sin el bombo y el circo. Sé que muchas personas imaginan que solo es Hollywood, y que los actores tienen sentimientos de ficción en vez de lo real. Pero lo siento real con Marlo. La primera vez que la conocí… yo nunca sentía nada así. Solo queremos una posibilidad. Así que hemos estado manteniéndolo tranquilo por nosotros, por el proyecto.”

“K.T. descubrió sobre el loft.”

“Supongo que fuimos un poco descuidados. Sé que parece estúpido, ponerse una peluca o disfrazarse solo para ir la casa, y lo es. Pero al principio era divertido, también. Pero supongo que nos descuidamos en algún momento. Llegando al final del proyecto, pensando que estábamos casi allí. Tiene que haberme seguido. Es la cosa única que puedo imaginar, porque sabía todo sobre el loft. Y dijo que…”

Se ruborizó, y él levantó su bebida, bebió unos tragos. “Dijo que tenía fotos. Que hasta había hecho un video de nosotros. En la cama.”

“¿Desde adentro del loft?”

“Dijo que había encontrado mi pase y mi código cuándo entró a mi tráiler. Que lo había clonado. Y que contrató a un detective privado para instalar una cámara en el dormitorio, en el armario. Quizás era una cortina de humo, quizás no. Pero conocía todo sobre el loft, los colores, la disposición. Y cuándo comprobamos los discos de seguridad, había un par de áreas en blanco dos días separados.”

“Eso debe haber sido muy molesto.”

“Si. Si, lo podrías llamar molesto.” Su puño golpeó la mesa, luego se relajó, tomó su bebida otra vez. “Quería patearle el culo, ¿está bien? Nunca he pegado a una mujer en mi vida, pero quería hacerle daño. Pero no lo hice. ¿Sabe lo que dijo?”

“Soy todo oídos,” le dijo Eve.

“Dijo que tenía que deshacerme de Marlo, y hacerlo de manera dura. Y tenía que seguir con ella donde lo dejamos, sólo entonces me iba a dar las fotos. Quería un gran anuncio en los medios de comunicación de cómo nos habíamos enamorado en el set. ¿Quién hace eso?” Reclamó. “¿Quién quiere a alguien que no te quiere?”

“¿Y si te negabas?”

“Iba a poner el vídeo en la red. Y tenía a varios tipos que hablarían de cómo Marlo tuvo sexo con ellos, todo tipo de sexo extraño.”

La rabia parecía drenar fuera de él, y dijo, bajo, “creo que había perdido la razón. Juro por Dios, creo que solo había perdido su maldita razón.”

“¿Cuando te dio el ultimátum?”

“Dios.” Él se frotó la cara. “El día que fue asesinada. Aquella mañana. Le dije que no le creía. Ella dijo que estaba haciendo el tonto con ella, burlándome, y nadie se salía con eso. Dijo que me daría un preestreno esa noche, así podía ver que tenía la mercancía.”

“¿Te pidió que fueras a reunirte con ella en la azotea, Matthew?”

“Me dijo que era mejor que me reuniera con ella. Le dije a Marlo. No iba a hacerlo. Lo iba a manejar por mi cuenta, pero uno de las cosas que nos prometimos fue siempre ir de frente. Sin pretensiones, sin juegos. Así que le dije. Decidimos, mandarla a la mierda. ¿Era nuestra vida, no? Y como dije, somos libres de estar juntos. Ser jugadores de equipo no significa dejar que alguna puta loca tenga la última palabra. Además, si tenía un vid, y lo hacía público, presentaríamos cargos.”

Lanzó un suspiro, empujó su bebida a un lado. “Marlo sabía de eso, quizás por estar dentro de la piel de un policía en los últimos pocos meses. Pero dijo que si K.T. pagó a alguien para entrar en nuestro sitio, instalar la cámara, y lo utilizaba de este modo, nosotros, bien podíamos poner su maldito culo en prisión, y si a los productores, Roundtree, el público, los medios de comunicación no les gustaba, bien, a la mierda con ellos, también.”

“Pero ustedes subieron a la azotea,” le recordó Eve.

“Si. Teníamos este plan. Subir más temprano, antes de la cena, solo para echar un vistazo, sentarnos, y hablar de eso. Decidimos que subiríamos juntos, la enfrentaríamos, que si nos amenazaba de nuevo, hablaríamos sobre el piso, la cámara, todo eso. Marlo tenía una grabadora en su bolso. Entonces le diríamos a K.T. que si seguía con eso, llevaríamos la grabación a la policía. Quizás la gente nos vería a los dos en cama, pero sería más grande y mejor cuándo K.T. Harris fuera a prisión por chantaje y accesorios… no sé. Marlo tenía una maldita lista.”

“¿Y qué hizo Harris?”

“Nada, porque estaba muerta cuándo fuimos allí. Mire, discutí con ella más temprano esa noche. Le pedí que olvidara todo esto, que recuperara la cordura y diera marcha atrás antes que se pasara de la raya y no lo pudiera manejar. Y ella agarró mi entrepierna.”

Echó su cabeza atrás, miró la planta alta. “Jesús. Ella agarró mis pelotas, y dijo, ‘te tengo por estos, criatura, y mejor que lo recuerdes.'”

Tomó aire, miró a Eve. “Tendríamos que haberle dicho. Tendríamos que haberle dicho todo directamente, pero todo parecía tan… enorme. Y no teníamos ninguna prueba. Después que nos dimos cuenta que estaba muerta, después que el CPR no funcionó, Marlo miró el bolso de K.T.” Él hizo una mueca. “Sé que suena frío, pero estaba muerta, y queríamos… ¿Cómo se sentiría?” Reclamó. “¿Cómo se sentiría si un grupo de desconocidos se sentara a mirarle a usted y Roarke en cama, o usted y McNab?”

“Probablemente querría hacer daño a la persona responsable.”

“Íbamos a hacerlo. A la manera de Marlo. su manera. Pero no había ningún video o parte de uno en su bolsa. Ella debe haber estado mintiendo todo el tiempo. No lo entiendo. Juro por Dios, no sé por qué ella mentiría. Quizás pensó que yo solo desaparecería, hasta que no tuviera que salvar la cara. No sé.”

“O quizás tuviste bastante. Te enojaste, y la empujaste. ¿Quién puede culparte? Después de que eso, simplemente sucedió tan rápido. Impulso y rabia. Quizás no quisiste matarla, no quisiste ahogarla. Solo querías el vídeo, querías protegerte, tu intimidad, el proyecto. Pero entonces no conseguiste sacarla a tiempo.”

“No. No. No, estaba en la piscina, boca abajo, cuando llegamos allí. Incluso no pensamos en el vídeo hasta que… lo intenté. Ambos intentamos. Todo pasó exactamente como le dije. Dejamos fuera el chantaje, las amenazas. Pero pasó exactamente de la manera que le dijimos. Se lo juro.”

“¿Incluyendo a Marlo subiendo contigo, con una grabadora en su bolso?”

“Sí. Como dije, íbamos a…” Él pareció aclararse, encenderse como un interruptor. “Jesucristo, somos idiotas. Hemos sido tan… tenemos la grabación. Marlo encendió la grabadora cuándo subimos. Lo probamos primero. Tenemos una grabación.”

CAPITULO NUEVE

EVE DECIDIÓ RESERVARSE EL JUICIO DE SI calificaba a Marlo y Matthew como idiotas, inocentes, o calculadores. Mientras mantenía a Matthew enfriando sus tacones en uno sala de entrevista Peabody contactó a Marlo, le pidió que venga a la Central.

“Tomaremos a Julián mientras esperamos que ella venga,” dijo Eve a su socia. “Cuándo lo haga, veremos qué tenemos, o no. Y veremos si el otro Roarke tiene algún pequeño secreto que pretendía que Peabody se callara.”

“No me gusta pensar en ella más como Peabody. Cuanto más descubrimos, más malas y más loca parece. Es como si fuera que la otra Peabody hubiera sido lo suficientemente mala para ser asesinada, pero ahora la otra Peabody está muerta, y sigue amenazando a todo el mundo con eso. Es deprimente.”

“Si, todo es realmente muy malo para ti.”

“Bueno, lo es. ¿Cómo se supone que voy a disfrutar el video ahora, cuándo voy a estar pensando que detrás de las escenas trataba de a chantajear a McNab para ir a la cama, y todo el tiempo el estaba enamorado de ti? Y que quizás hay un video de los dos desnudos, sexy y…”

“Para ahí antes de que te patee.”

“Hey! Quizás hay un video de la otra Peabody y el otro Roarke desnudos y sexy. Eso sin duda lo compensaría. Quizás pueda conseguir una copia.”

“Va a haber un video mío desgarrando a tiras tu culo y luego utilizándolo como fondo de pantalla en mi oficina. Haré copias para todo el mundo. Trae a Marlo aquí. Empezaré con Julián.”

Eve se dirigió a Entrevista. Adentro estaba Julián sentado, con la cabeza en las manos. Cuándo él levantó la cara, estaba pálido, ojeroso y sin afeitar.

“No me siento bien,” empezó.

“No te ves bien tampoco. Registro encendido. Teniente Eve dallas, en Entrevista con Julián Cross.” Añadió los datos pertinentes, se sentó.

“Estoy en ayunas,” le dijo.

“¿Sí? ¿Estás llorando por Harris?”

“Un no. Bebí demasiado. Luego el Sober-Uo, el bloqueador, y tomé una píldora de dormir cuándo volví al hotel. Es demasiado para mi sistema. Estoy tomando solo líquidos ligeros hoy, para eliminar las toxinas.”

“Esa es una manera.”

“¿Necesito un abogado esta ves?”

“¿Quieres uno?”

“¿Quiero ir a casa, acostarme. Quiero despertar ayer antes de que todo esto pasara. Es como un sueño, un sueño realmente malo.”

“Discutiste con K.T.”

“En la cena.”

“Después de que cena. Antes de la proyección.”

“¿Lo hice?” Sus ojos, enrojecidos y sin brillo, se clavaron en los suyos. “¿Sobre lo que dijo en la cena? Estaba trastornado, avergonzado. ¿Le dije ya?”

“Algo de eso. ¿Qué pasó cuando fue golpear en la puerta de tu tráiler ayer? ¿Qué quería entonces?”

“No…no recuerdo.”

“Mentira, Julián. No estabas bebido entonces. Tengo un testigo que la vio golpeando tu puerta. Y estaba enojada, insistente.” El tiempo corre, pensó Eve, y era Peabody quien había oído a Harris gritando fuera del tráiler de Julián.

“Ella siempre estaba enojada por algo,” dijo encogiéndose de hombros.

“Quería que afirmaras que tu y Marlo estaban teniendo una aventura.”

“Eso es cosa del estudio. Es…”

“No, Julián. Quería que supieras que Matthew y Marlo estaban involucrados a sus espaldas. Matthew y Marlo están implicados. A Harris no le gustó. Quería que la ayudaras a separarlos.”

“No sabía que Matthew y Marlo tenían un asunto.”

“¿Hasta cuándo?”

“Ayer. Cuándo K.T. empezó a bramar sobre eso. Son muy buenos para ocultarlo. Lo pude ver anoche, cuándo lo miré. Hasta ese momento, pensé que eran amigos. Quizás tuvieron sexo, pasa, pero no sabía que tenían una aventura.”

“¿Por qué esperaba que hicieras lo que ella quería, decirle a Matthew que Marlo lo engañaba contigo?”

“Infierno si lo sé. Y no lo haría. Me gusta Marlo. Me gusta Matthew.” La sinceridad se notaba en su voz. “No voy a hacer nada para dañarlos de esa manera.”

“¿No te molestó que Marlo prefiriera a Matthew y no a ti?”

“De hecho, fue bueno descubrir que había una razón para que me rechazara.”

“¿No estás acostumbrado a ser rechazado, no?”

“No mucho,” dijo, sin un poco de orgullo o vergüenza. “Consigo mucho sexo. Me gusta. Es divertido, y después estoy muy relajado. Está bien que Marlo quiera estar con Matthew. Alguien más querrá estar conmigo, ¿verdad?”

Difícil discutir, pensó, con alguien que parecía pensar que el sexo era tan sencillo y disponible como una gaseosa en un 7/24 en la esquina. Y para él, quizás lo era.

Cuándo Peabody entró, Julián se estremeció visiblemente, luego miró hacia la mesa.

“Detective Delia Peabody, ingresando a Entrevista. Gracias por venir, Julián,” continuó Peabody. “¿Quieres alguna cosa? ¿Algo para beber?”

Sacudió la cabeza, entonces la miró. “De hecho, ¿podría tomar un poco de agua? Estoy eliminando fluidos.”

“Ningún problema.” Peabody Grabó su salida.

“No quisiste dejar a Harris entrar a tu tráiler ayer,” continuó. “¿Por qué?”

“Estaba gritando. No quería una confrontación.”

“¿Por qué iban a tener una confrontación?”

“No sé, no sé.” Dejó caer la cabeza en sus manos otra vez. “Siempre era algo con ella.”

Peabody volvió, puso una botella de agua en la mesa para Julián.

“¿Con que te estaba amenazando, Julián? Eso era otro el ‘siempre algo' con ella. ¿Qué dijo que haría si te negabas a mentir sobre Marlo?”

“No quiero hablar de eso.”

Eve miró a Peabody, asintió con la cabeza ligeramente.

“Julián.” Peabody extendió la mano, y cuándo tocó la mano de Julián, él la retiró.

“Lo siento.” Miró arriba, miró abajo otra vez. “Es que… me la recuerdas.”

“Pero no soy K.T. no voy a gritarte, amenazarte, o a decirte cosas que te hagan sentir mal. Ella lo hacía. A ti. A muchas personas.”

“No sé por qué algunas personas solo no pueden ser buenas. Ser felices.”

“No era feliz, y no era buena. Y siempre buscaba el lado malo. Todo el mundo tiene un lado malo, o algo que no quieren que otras personas sepan. A ella le gustaba descubrirlo, y entonces utilizar eso para hacer daño, o presionar para que hagan algo que no querían. ¿Qué descubrió de ti?”

“Fue hace mucho tiempo.”

“Está bien.”

“Y no fue mi culpa.”

“Te creo.”

“Estábamos de fiesta. Acababa de aterrizar de protagonista de Perdonado. Era mega, una carrera de decisiones, así que fuimos en un grupo a celebrar. Fue una fiesta muy dura toda la noche. Bebidas, ilegales. Ya no los uso, pero lo hice. Quizás un poco de zoner o Hype, algo siempre había allí, como recuerdos de la fiesta. Mujeres, también. Justo allí.”

“Perdonado. Eso salió aproximadamente hace diez años. Eras realmente joven,” dijo Peabody con el mismo tono comprensivo. “Difícilmente veinte.”

“Veintitrés. Era algo importante, mucho dinero. Estábamos todos celebrando por lo alto, y en un club de sexo. Dentro y fuera de las habitaciones privadas, sabes cómo es eso.” Él se encogió de hombros bebió un poco de agua.

“Seguro,” Peabody estuvo de acuerdo, aunque no era así.

“Entonces volvimos a mi casa, y algunos de las mujeres vinieron para seguir la fiesta un poco más. Y dos de ellas volvieron a la habitación conmigo. Por la mañana, todavía estaban allí. Nosotros acabábamos de estar juntos. Y hay un tipo en la puerta, y está gritando. Decía que me iba a matar. Una de las chicas era su hija. Tenía dieciséis. Las dos con las que estuve jodiendo tenían dieciséis.”

Se cubrió la cara con sus manos, frotándose duramente antes de bajarlas. “¿Cómo se supone que lo iba a saber? No tendrían que haber estado en el club. Ellas tenían IDs falsas, y dijeron que tenían veintiuno. No las obligué a tener sexo conmigo. No las forcé. Pero les compré bebidas, les di ilegales, tuve sexo con ellas. Si yo hubiera sabido que solo tenían dieciséis no lo hubiera hecho. Lo juro. No parecían tener dieciséis, y estaban en un club de sexo y me buscaban.

“El dijo que llamaría a los policías, me haría arrestar por tener relaciones sexuales con menores. Todo el mundo estaba gritando, y le abofeteó a su hija. Él realmente le pegó duro, y yo salté cuándo intentó pegarle otra vez. Mis amigos lo arrastraron afuera. Las chicas estaban histéricas. Uno de mis amigos es abogado, y empezó a hablar de toda esa mierda legal, de cómo las chicas iban a terminar en un reformatorio, y este tipo preso por agresión. Solo se puso peor y peor.”

“¿Qué pasó?” Le preguntó Peabody cuándo quedó callado.

“Les di dinero. Mucho dinero para hacerlo callar. Para hacer que se vaya. Fue hace mucho tiempo, y no sabía que estaba mal mientras lo hacía. Pero me habría arruinado. Si me hubieran acusado de violación, habría estado acabado. Todavía me puede arruinar.”

“Y K.T. lo descubrió.”

“Eso es lo que hacía,” dijo, amargamente ahora. “Descubrir. Entonces te apretaba los tornillos cuándo le convenía. Yo nunca tuve nada con ella, pero dijo que iba a filtrar lo que pasó a los medios de comunicación. Incluso tenía los nombres del tipo y su hija. Dijo que iría a prisión, y ningún estudio me contrataría otra vez. Fue casi hace diez años, y dijo que iría a prisión.”

“¿A no ser que jugaras con ella y mintieras sobre Marlo?”

“Sí. Dijo que tenía que decirle a Matthew estábamos teniendo algo, y darles detalles.”

“¿Qué le dijiste?”

“Le dije que no. No iba a hacer eso a mis amigos. Y dijo que no eran mis amigos. ¿Pensaba que alguno de ellos iría a prisión por mí? Me asusté.”

Tome otro trago, un largo trago.

“¿Qué hiciste?”

“Conseguí localizar de mi amigo abogado y le dije lo que K.T. había dicho. Dijo que la tenía que parar, y él iba descubrir dónde estaba la chica ahora, qué hacía. Dijo no iría a prisión porque hay un tiempo de prescripción, y este ya había pasado. Pero aún así, no quería todo esto sonando en los medios de comunicación. Mi amigo dijo que apostaba a que la chica y su padre no querrían que todo eso saliera tampoco, así que sería la palabra de K.T. contra la mía. Pero la tendría que parar, decirle que iba a pensarlo lo hasta que él averiguara un poco.”

“¿Hablaste con ella sobre eso anoche?” le preguntó Eve.

“Intenté quedarme fuera de su camino. Entonces sacó esa mierda en la cena. Fue peor porque sabía lo que ella quería que dijera, que hiciera. Así que solo seguí bebiendo para no pensar en eso. Me acorraló, empezó a insistir otra vez. Le dije que se fuera al infierno. No iba a hablar con ella sobre eso con toda la gente alrededor. Creo que dije algo estúpido sobre que mi abogado se ocuparía.” Se frotó la cabeza. “O lo pensé, y no lo dije. No sé. Es demasiado borroso. Bebí demasiado.”

Dejó caer la cabeza en sus manos otra vez. “Connie tiene razón.”

“¿Sobre qué?” le preguntó Eve.

“Beber no hace que los problemas desaparezcan. Solo porque no los puedes recordar no significa que no están allí.”

 

Para mantenerlo rodando, Eve pasó directamente a Marlo, y se preguntó si debía decirle a su homóloga en la ficción que mostraba demasiados nervios actualmente para ser un policía. En cambio, le leyó los datos para del expediente, lo dejó caer en la mesa.

“Llegaste aquí rápido.”

“Estaba… en el centro.”

“Esperando que Matthew terminara. Vamos a ahorrarnos tiempo. Somos conscientes que tú y Matthew están implicado, y esperaban mantener la relación en secreto. Sabemos que K.T. encontró el loft que están utilizando, y que intentó chantajearlos con una grabación de ustedes dos en una situación íntima.”

“Saben de todo un poco. Espero que sepa que Matthew no le hizo daño. No íbamos a aceptar su chantaje, acoso, y una mierda más, pero no la matamos.”

“Les dijo que había contratado un DPI para entrar a su casa, plantar una cámara, entrar otra vez para recuperar la misma. Pero no trajiste esa información a la policía.”

“No. Era privado. ¿Sabes qué valioso es lo privado cuándo se tiene tan poco de ello? Además, no sabíamos a quién había contratado. Si hubiéramos ido a la policía con la historia, ella podía haberlo negado. ¿Cómo podríamos probarlo? Decidimos como manejar todo este lio. Probarlo.”

“¿Cómo?”

“Matthew accedió a reunirse con ella en la azotea, pero ambos subimos—con una grabadora que tenía en mi bolso. La haríamos hablar sobre lo que hizo, el chantaje. Entonces le diríamos que no se meta. ¿Tendríamos algo con que negociar, ves? Si hacía público lo que tenía, no sólo íbamos a hacer público su admisión, presentaríamos cargos.”

Asintió con la cabeza rápidamente, con rectitud. “Allanamiento de morada, extorsión, acoso sexual. Pero cuando llegamos allí, ella ya estaba en el agua. Ya estaba muerta. Matthew, créeme, ni siquiera dudó. Entró tras ella. A pesar de lo que había hecho, lo que amenazaba con hacer, intentó salvarla. Lo intentó realmente.”

Las lágrimas brillaron ahora junto con la urgencia en su voz. “Le habría salvado la vida si hubiera podido. Pero ya era demasiado tarde. Y ahora, no te dijimos todo de esto porque no queríamos las sospechas, la pesadilla de medios de comunicación, las consecuencias. No lo merecemos. No hemos hecho nada salvo estar enamorados.”

“Eso es bueno para ti, pero también han obstruido justicia reteniendo información pertinente.”

“Bueno.” Se echó hacia atrás, se encogió de hombros. “arréstame. No hemos hechos nada malo.”

“¿Dónde está la grabación que K.T. tenía de ustedes?”

“No lo sé.” Marlo dudó, pero lo escupió. “Quizás era todo una mentira, todo eso. Un farol. Dijo que le iba a dar a Matthew un preestreno, así que si lo tuviese, tendría que haberlo tenido con ella. Pero…”

“Lo buscaste.”

“Bueno, sí. Quizás eso fue frio y egoísta, pero estaba muerta. No podíamos hacer nada al respecto. ¿Y si tu encontrabas la grabación, a quién mirarías por su asesinato? Y la grabación encontraría su camino hacia los malditos medios de comunicación, puedes contar con eso. Así que miré en su bolsa, pero no estaba allí. Ni en ella, o en la bolsa, o cualquier otro lugar de allí arriba. Así que supongo que puedes añadir intento de robo y de computadorarometer una escena del delito a mi lista de pecados.”

“Es un mal momento para una actitud de policía Marlo,” dijo Eve suavemente. “¿Dónde está la grabación?”

“Como te dije, no tenía ninguna grabación.”

“No la suya. La tuya.”

“Mi…” Su cara se congeló. La mano que había levantado hasta su cabello y cayó sobre la mesa. “Mi grabadora. Estaba encendida. Dios, estuvo encendida todo el tiempo. Estaba tan concentrada en la de ella, que lo olvidé. Está en mi bolsa. Está todavía en mi bolsa de anoche. Todo estaba tan loco, complicado y terrible. Está todavía en mi bolsa, en el loft. Iré a buscarla.” Ella se paró. “Iré a buscarla, y verás lo que pasó. Verás que no la matamos.”

“Voy a hacer que dos agentes te escolten al loft. Traerán la grabación. Justo un aparte, Marlo. Tenemos un excelente EDD aquí. Si fue alterada, editada, modificada, lo sabremos.”

“Bueno.” Cuadró su mandíbula, sus hombros. “Porque no ha sido, así que lo sabrás, también. La odiaba. Era una matona enferma, amargada. Una manipuladora que habría estado feliz de arruinar mi vida. Pero no quería verla muerta. Quería que supiera, y que viviera con el hecho de que era más lista, más fuerte, y solo mejor que ella. Quería que viviera con el hecho de que cuándo el proyecto estuviera completo, iba a mostrar la grabación que había hecho a Roundtree, a los productores, y su vida iba a estar arruinada. Habría sido afortunada de conseguir un papel haciendo de ama de casa en un dirigible de publicidad. Eso es lo que quería.”

“Le creo,” dijo Peabody cuándo Eve asignó los agentes para escoltar a Marlo de regreso al loft. “Funciona. Tiene sentido.”

“Es una actriz. Los actores hacen ficción y tiene sentido. Pero si, me estoy inclinando en la misma dirección. Así que ¿dónde está el avance que K.T. tenía para el chantaje?”

“Quizás era solo un farol.”

“No creo que lo fuera. Lo que me interesa es por qué el asesino lo tomó. ¿Para otra dosis de chantaje, o para protección? Después de que hagamos esta maldita conferencia de prensa, necesitamos ir hacia la habitación del hotel de la víctima. Si tenía parte de la grabación con ella, todo el resto está en algún otro lugar.”

“Podría tomar la búsqueda ahora mientras tú atiendes a los medios de comunicación.”

“Buen intento, Peabody.” comprobó su reloj. “vamos a acabar con esto de una vez para que podamos volver a hacer lo que nos pagan por hacer. Quiero a este Investigador privado, si existe,” añadió mientras se dirigían a la sala de prensa de la Central. “Si existe, le pagó. Si le pagó, podemos seguirlo a través de las finanzas de la víctima.”

“Quizás fue un trato de dinero efectivo. Además, a quiénes irrumpen, y se meten a fisgonear no les gusta dejar rastro.”

“Quizás dinero efectivo, pero habrá sido reciente, y sustancial para el allanamiento. Tuvo que encontrar a uno que lo haría. Lo encontraremos.”

“Habrá comprobado la grabación, para estar seguro que tenía algo de valor para el cliente.”

“Oh sí. Y las probabilidades son que hizo una copia para asegurarse. Un Investigador privado que haría esta clase de trabajo doméstico probablemente se especializa en lo mismo. Veamos lo que hará después. Con su cliente muerto, tiene dos opciones. Destruye la evidencia, limpia cualquier cosa que siente que le conecta a un allanamiento, o intenta sacar provecho de la grabación. Creo que con lo que tenemos, podemos dar un golpecito a los enlaces de Marlo y Matthew.”

“¿No crees que vendrían a nosotros si fueran exprimidos otra vez?”

“Ellos no lo hicieron la primera vez, lo cual añade peso para conseguir la orden. Entretanto queremos una búsqueda minuciosa de la habitación del hotel de K.T., su tráiler, una búsqueda de cajas de seguridad alquilada a su nombre, o al tuyo.”

“¿Mío? Por qué—oh.” Peabody infló sus mejillas. “En caso que lo hiciera para la cubrirse.”

“Apuesto a que tienen IDs, de los personajes policías. Placas para el vid. Es fácil utilizar eso para alquilar una caja segura. Es lo que haría. comprobaremos los bancos e instalaciones de alquiler cerca del hotel. Querría acceso rápido si ella lo escondió.”

Fueron a la sala de prensa donde Kyung las esperaba.

“A tiempo.” Las felicitó. “¿Hay alguna cosa que necesite o desee antes de que empecemos?”

“Solo hacerlo rápidamente,” dijo Eve. “Tenemos un par de pistas nuevas necesitamos seguir lo antes posible.”

“¿Alguna cosa que desee compartir con los medios de comunicación?”

“No.”

“Bien entonces, seguiremos con lo qué ya hemos hablado. Hay agua en la mesa. Quiere…”

“No voy a sentarme en una mesa,” le dijo Eve.

“Bien,” dijo sin perder el ritmo. “Instalaremos un podio grande. Daré a los medios de comunicación las reglas, presento a ambas. Responderá las preguntas por aproximadamente quince minutos. Cuando llegue el momento, lo cortaré, y ya estará libre de perseguir sus nuevas pistas.”

Era la forma en que lo hacía siempre, decidió Eve. El podio apareció sin retraso. Kyung tomó su sitio detrás para hacer el anuncio. Se las arregló para hacerlo con suavidad, amabilidad, y sobriedad a la vez.

Cuándo dio un paso atrás, Eve se adelantó con Peabody justo detrás. Las preguntas brotaron al instante, gritadas, superpuestas, chocantes. Eve sencillamente estaba, en silencio, escaneando la multitud.

La casa llena, pensó, con la mayoría de ellos saltando fuera de sus asientos, con las manos levantadas. Las cámaras apuntando como rifles láser.

Reconoció al operador de cámara habitual de Nadine, pero el as del Canal 75 estaba notablemente ausente.

Lista, decidió Eve. No podrás obtener la historia si eres la historia. Imaginó que Nadine había arreglado con Kyung para observar desde una de las habitaciones conectadas a la sala de prensa.

“K. T. Harris fue asesinada anoche aproximadamente entre las 20,00 y las 3,00.”

Eve no molestó en levantar su voz por encima de las peleas, ignoró las voces que pedían que hablara más alto. “Su muerte ocurrió durante una cena,” continuó con el mismo tono, “en la casa de Mason Roundtree y Connie Burkette, y donde asistían varias personas vinculadas al video adaptación del libro de Nadine Furst basado en la investigación del caso Icove.”

Hizo a la mitad un descanso.

“La Detective Peabody y yo tomaremos las preguntas relacionadas a este asunto mientras dichas preguntas no sean gritadas en una sala llena de periodistas que se comportan como niños malcriados en una excursión escolar. Tienes una,” dijo a uno de los reporteros que se sentó en su silla, levantó una mano.

“Gralin Peters, UNN. Mientras estuvo en la escena en el momento del asesinato, ¿entrevistó a todos los asistentes y tiene algún sospechoso en este momento?”

“Todas las personas en la casa en el momento de la muerte de Harris fueron entrevistados y dieron sus declaraciones inmediatamente después que el cuerpo fue descubierto. En este momento estamos revisando esas entrevistas y declaraciones, haciendo seguimientos, y conduciendo activamente la investigación. No podemos nombrar a ningún sospechoso en este momento.”

“¿Cómo se siente al saber que K.T. Harris, quién representaba a su socia en este vid, fue asesinado mientras estaba abajo? Bibi Minacour, Foxhall Media Group.”

“Se siente de la misma manera que cuando alguien es asesinado en cualquier parte en Nueva York. Se siente como que necesito descubrir la identidad de dicho asesino, reunir evidencia en contra de él o ella, y hacer un arresto.”

“Detective Peabody! Detective Peabody! Jasper Penn, New York Eye. ¿Es difícil para usted investigar el asesinato de la mujer que la personificaba en este video y a quién se le parece tan de cerca?”

“Es una situación inusual, pero no, no es más difícil que cualquier otra investigación.”

“¿Por qué ambas no son consideradas sospechosas? Loo Strickland, Necesidad de Saber.”

“Tenemos coartadas,” dijo Eve y ganó una ronda rápida de risa.

“Pero usted y la víctima discutieron públicamente poco antes de su asesinato.”

“Eso es inexacto. La víctima hizo un desafortunado comentario durante la cena. Respondí a su comentario. Conocí la víctima más temprano, ese día en el set, muy brevemente. Durante la cena, estuvo sentada en el extremo opuesto de la mesa. Durante la comida no tuvimos oportunidad de conversar, y, de hecho, esta breve escena sin importancia fue la única vez que la víctima y yo interactuamos, aunque indirectamente.”

Empezó a tomar la siguiente pregunta cuándo Strickland levantó la mano otra vez. “¿Cuál fue su comentario, y su respuesta?”

Consideró ignorarlo, entonces imaginó que alguien más lo preguntaría. “No necesita saberlo ya que no tiene ninguna relación con la investigación. Otra vez, no hablamos directamente, y hubo muchos comentarios, respuestas, conversaciones antes, durante, y después de la comida. Era, después de todo, una ocasión social.”

“Teniente! Tener una conexión social con no sólo la víctima sino con otros miembros del reparto y el equipo que, incluyendo a Marlo Durn, quién la personifica en este proyecto, representa un conflicto para usted.”

“Primero, solo conocí a la señora Harris, a la señora Durn, y a otros miembros del reparto y del equipo ayer a la mañana, y esta cena fue el primer contacto social. Por lo tanto, conexión social es una exageración. Si mi socia o yo creyéramos que el contacto, o la conexión inusual, influiría en cualquier manera o impediría la investigación, no estaríamos a cargo de la misma. K.T. Harris es nuestra prioridad ahora. Estamos para ella.”

“Alguien tomó su vida,” dijo Peabody. “No importa quién era, qué hacía para ganarse la vida, si sea un extraño o un amigo. Alguien tomó su vida, y la Teniente Dallas y yo utilizaremos todos los recursos del NYPSD para identificar a su asesino y ver que Harris reciba justicia. Aquellos de ustedes que solo buscan los chisme está malgastando nuestro tiempo. Tiempo que necesitamos para hacer nuestro trabajo.”

“Pero las circunstancias son inusuales, como la misma Teniente Dallas declaró,” dijo alguien. “Están investigando el asesinato de una actriz que hablaría y actuaría como la Detective Peabody. Durante el curso de la investigación entrevistará e investigará a los actores que hablan y actúan como la Teniente Dallas, como Roarke, como el Detective McNab, el Comandante Whitney, y así sucesivamente.”

“El asesinato nunca es normal,” dijo Eve. “Y apuesto a que nunca se siente habitual para la víctima o los amigos y familia de la víctima. Los actores,” continuó. “Representan sus roles. La víctima no es la Detective Peabody. Marlo Durn no soy yo. Supongo que la señora Durn continuará representando a otros personajes, tanto reales como de ficción, como yo pretendo continuar investigando asesinatos y asesinos. Ahora, mi foco, y el foco de mi socia es en K.T. Harris. Es nuestra ahora. Mi socia lo explicó muy bien. ¿El show de Hollywood?” añadió Eve. “Juéguenlo si eso les sirve, si golpea sus números. Me imagino que es su trabajo. Así que hagan su trabajo. Yo voy a hacer el mío. Peabody.”

Dio un paso atrás en el podio, se volvió para salir mientras más preguntas golpeaban su espalda.

“No tan discutido,” dijo Kyung en tono bajo. “Pero muy bueno. La celebridad conduce este tren,” añadió. “El suyo, el de ustedes, el de los otros en la cena.”

“No soy una celebridad.”

“Lo eres, y vas a tener que lidiar con eso. Por tu cuenta, como la esposa de un hombre rico, poderoso, como el personaje central de un best sellers y adaptación cinematográfica. De hecho, mientras la celebridad es el humo, te puede dar más espacio y libertad en la prioridad. En la investigación. Muchas de estas historias perseguirán el ángulo de la estrella. Si la víctima hubiera sido solo una persona que se ahogó en una fiesta, no habría ningún interés en particular. Por un tiempo, el interés se centrará en ella, en usted, en las otras estrellas, no en el trabajo, en la suciedad y el polvo de lo que está haciendo sobre su muerte.”

“Ese es un punto. Vamos a conseguir el lo sucio y a apretar ahora.”

“Buena suerte con eso. Y Detective Peabody, muy bien hecho. Muy bien hecho por cierto.”

“Gracias.” Se aclaró la garganta mientras caminaba con Eve. “No sabía que iba a decir hasta que lo dije. Es que solo parecía como si a nadie realmente se importaba que estuviera muerta, asesinada. Solo que fuera asesinada durante el rodaje, mientras estábamos allí, mientras me representaba. Simplemente no importaba ella en absoluto.”

“No, no importaba. Kyung tiene razón. Dejémosle jugar a eso, moverse alrededor en él. Nosotros nos preocuparemos.”

“Incluso aunque era una puta.”

“Aun así. Ponte en contacto con McNab, haz que empiece a mirar las finanzas, a ver si puede encontrar alguna cosa que la conecte al detective privado. Iremos al hotel de la víctima después que consigamos la grabación de Marlo.”

“¿Sabes qué pasaría si se filtran? Las grabaciones, una o ambas?”

“Si, así que vamos a asegurarnos de mantenerlo guardado.”

CAPITULO DIEZ

EVE SACO LAS GRABACIONES QUE LOS AGENTES DE ESCOLTA habían embolsado, etiquetado e inició la sesión. “Cierra la puerta, Peabody.”

Queriendo una pantalla más grande que el mini, Eve lo conectó a su computadora, ordenó una lectura e inicio. Entonces cruzó sus dedos para que la máquina cooperara.

Ella hipó un par de veces, parpadeó y luego se estabilizó con la cara de Marlo llenando la pantalla.

“Marlo Durn y Matthew Zank.”

“Hey, ¿cómo es que consigues mejores titulares?”

Ella se rió, entonces inclinó la grabadora y ambos aparecieron a la vista. Eve reconoció los pendientes que Marlo llevaba la noche anterior. “Durn y Zank, orden alfa. Vamos a asegurarnos que funciona.”

Después de un corto espacio en blanco, la grabación continuó. “Está bien.” La voz de Marl, más tranquila ahora, y la vista semi-obstruida de un ascensor. “Nosotros sabemos cómo lo vamos a tratar. Va a estar enojada, inmediatamente, porque estoy contigo.”

“Que se joda. Pueda ser loca, pero no puede estar tan enojada como yo. Quiero golpear su cara.”

“Matthew.”

“Está bien, pegarle. Chica contra chicas, mejor, y sexy.”

“Jesus,” murmuró Eve, “¿qué pasa con los hombres y las luchas de chicas?”

“Además,” continuó Matthew, “estás en forma —seriamente en forma—desde que has entrenado para Dallas.”

“Me encantaría probarlo.” La grabadora cogió una vista parcial los bíceps flexionados de una mujer. “Pero esto es mejor. Es bueno que ella esté molesta, como hemos hablado. Hablará sobre lo que hizo, de sus amenazas para hacer público la grabación del sexo.”

“Puta. Aún así… me gustaría verlo. En privado. Tú y yo.”

Marlo rió otra vez, y el ángulo cambió así que Eve vio el torso de Matthew, luego su cara sonriente. “Traeré las palomitas de maíz. Pero necesitamos conseguirlo primero. Y si esto funciona, lo negociaremos. No arriesgará su carrera por eso. ¿No?”

“Va a estar bien, nena. Va a salir todo bien. Va a descubrir que puede perder el tiempo con Zank y Durn. Va a saber quiénes son los mejores.”

“Realmente te amo.” La pantalla cambió cuando entraron a la sala de estar. “Cuándo esto esté acabado, cuándo hayamos terminado, vamos a ir a algún lugar por un tiempo. Encontrar una isla, una montaña. En algún lugar donde podamos mantener esto entre nosotros, solo un poco más de tiempo.”

“Lo que quieras. Adonde quieras.” La pantalla se empañó.

Evidentemente, pensó Eve, Marlo había improvisado una abertura en su su bolsa, que ahora se apretaba a alguna parte de Matthew cuando se abrazaron.

“No suena como que están planeando un asesinato,” comentó Peabody.

“No todavía.”

“Está bien.” Marlo se apartó, dejó escapar un profundo suspiro. “Acción.”

“Escena exterior, de noche,” murmuró Matthew cuando salieron a la terraza de la azotea. “Dios, está hermoso afuera. Me hubiera gustado que se nos ocurriera antes, solo sentarnos afuera.”

“Lo haremos otra vez. Cuándo esta cosa esté resuelta.”

“Es una cita. Está bien. K.T.!” Llamó. “Querías que nos reuniéramos. Vamos a hacerlo.”

“No la veo. Quizás no subió todavía.”

“No estaba en el teatro. Maldita sea, K.T., deja de joder.”

Continuaron caminando. Las luces jugaban en la superficie de la esquina de la piscina cuando entraron en la cúpula.

“Quizás ella…”

“Oh Dios!”

“Marlo, que pasa, oh Jesus!”

La imagen se inclinada, mostró a Matthew correr hacia la piscina, saltar completamente vestido, girar el cuerpo flotante para revelar la cara de K.T.

Marlo dejó escapar un grito ahogado, y la imagen borrosa y empañada cuando el bolso cayó a la falda de piscina. Eve vio sus piernas y pies, corriendo, la vio caer de rodillas, estirarse para ayudar a Matthew a sacar el cuerpo a un lado. Sus voces, sus palabras, se oían mezcladas y confusas.

¿Qué pasó?

Ayúdame a sacarla.

¿Está muerta? Oh Dios, ¿está muerta?

Dame espacio, dame espacio. No está respirando.

Miró a Matthew realizar el RCP, probar el boca-a-boca mientras Marlo frotaba la mano de K.T. entre las suyas como si tratara de calentarlas.

Vuelve, vuelve! Vamos!

Esta fría. Está tan fría. ¿Voy a buscar una manta?

Se ha ido, Marlo. Se ha ido.

Se sentó sobre sus talones, pálido, goteando. Su respiración sonó cruda, trabajosa, mientras Marlo se arrodilló, estremeciéndose.

“Tendríamos que pedir una ambulancia. Mi 'enlace.”

Pero Matthew tomó su mano. “Está muerta. Esta muerta, Marlo.”

“Pero, no puede— ¿cómo? Tiene que haber algo.”

“No la puedo regresar. Está muerta. Ella está… está fría.”

“Oh, Matthew.” Con el cuerpo entre ellos, se inclinaron, cayendo uno sobre el otro. “¿Qué hacemos? ¿Qué tenemos que hacer? Dallas y Peabody. Tenemos que bajar, decirles.”

“Si. Jesus, estoy temblando. Qué héroe. Necesito un minuto. Solo necesito un minuto.”

“Está bien. Está bien.” Ella lo abrazó y luego se echó hacia atrás. “La grabación. La tenemos que conseguir.” Se puso de pie.

“Marlo, no toques nada.”

“Solo voy a tomar la grabación. Tiene que estar en su bolso. Está aquí mismo. Si la policía lo encuentra, podrían pensar, Matthew, podrían pensar que la matamos, o peleamos con ella o… no está aquí. No hay nada aquí. ¿Tenía un bolsillo? ¿Lo tiene ella en algún lugar?”

“Marlo, para. Basta. No tiene nada. Ella debe haber mentido. Solo mintió, y ahora está muerta.” Sus palabras salieron como si hubieran sido raspadas con una escofina. “Está muerta, y no estamos haciendo nada.”

“Tú hiciste lo posible.” Marlo cayó junto a él, acarició su cabello mojado. “Tiene que haberse golpeado la cabeza y caído. Estaba ebria, y cayó y se ahogó. Mira, hay en su vaso, algo de vino derramado y un vaso roto. Fue un accidente terrible. Dios, Connie va enfermarse por esto. Tendríamos que bajar ahora. Vamos, criatura, vamos abajo, a conseguir ayuda.”

“Si. Si. ¿Qué les decimos, Marlo?”

“La verdad. Vinimos arriba, y la encontramos. La sacaste, y no la pudiste salvar. No tenemos que decir el resto. No le importa a nadie más que a nosotros.”

“Tienes razón. Yo quería hacerle daño, Marlo. Quería verla retorcerse. No sé cómo sentirme sobre eso ahora.” Tomó una respiración, otra, se paró. “¿Cómo te sentiste cuando te dije que estaba muerta?”

“¿Qué? Horrible. Horrorizada. Asustada. Enferma.”

“Bueno, así es como te sentirás cuándo bajemos. No tuvimos tiempo para calmarnos, o pensar en nada. La encontramos, la sacamos, tratamos con el RCP, entonces bajamos por ayuda. Nada del resto cambia lo que pasó, ¿bien?”

“No. No, no lo hace.” Tomó su bolso. “¿Listo?”

“Listo. Tendríamos que correr.”

No dijeron nada mientras corrieron abajo. La grabación continuaba, mientras Eve esperaba. En algún momento Marlo puso su bolsa a un lado. Por un momento hubo un fragmento de conversación, la imagen parcial de alguien pasando de largo. Entonces la grabación terminó.

“Es la manera que dijeron que pasó,” dijo Peabody.

“Si. Ambos son bastante buenos en su trabajo, así que… nos aseguramos que es legítimo. Quiero que Feeney corra el original a través de todas las pruebas. Haremos una copia para los archivos.”

Ordenó la copia, tamborileó sus dedos. “Es una vista interrumpida, pero un ángulo bastante bueno. No había sangre. La sangre ya había sido lavada cuándo esto se grabó. No pude ver el bolso de la víctima, si estaba abierto o cerrado cuándo Marlo fue por él. Veremos qué dice sobre aquel detalle.”

“Si esto fue real, el asesino limpió la sangre, tomó la grabación, entonces él o ella sabían sobre la grabación.”

“Suponiendo que había una grabación. Y suponiendo que no había, vamos a encontrarla.”

Por orden de Eve la suite de K.T. Harris en el hotel y el tráiler estaban cerradas y selladas. El gerente del hotel no estaba feliz con ello.

“El sello policial está trastornando a nuestros huéspedes,” dijo a Eve cuando las escoltó —a su insistencia—a la suite.

“Apuesto a que necesita el sello policial para evitar que merodeen en la habitación de su anterior, ahora muerto, huésped.”

El gerente apretó sus labios mientras salía rápidamente del ascensor en tacones altos, finos. “Todos nosotros en el Winslow sentimos mucho la muerte de la señora Harris. Pero tenemos una responsabilidad con nuestros huéspedes. No es como si la señora Harris hubiera sido asesinada aquí. La suite no es una escena del delito.”

“¿Es un policía?”

“No, soy el gerente de este hotel.”

“Vale, este es el trato. No te diré cómo dirigir tu hotel. No me digas cómo dirigir una investigación de homicidio.”

En la puerta, Eve rompió el sello policial. “Quiero los datos de la tarjeta clave o tarjetas para esta suite para anteayer, ayer, y hoy.”

“Nadie ha entrado en esta habitación desde que fue sellada anoche por dos agentes de policía.”

“Entonces el dato lo confirmará, ¿no?”

“Si está dudando de mi palabra, o de la seguridad de este hotel…”

“No lo estoy haciendo tampoco, todavía,” dijo Eve mientras su paciencia era tan delgada como los labios del gerente. “Estoy haciendo mi trabajo. Ahora puede abrir la puerta con el maestro que trajo, o puedo utilizar el mío. De cualquier manera puede volver a hacer su trabajo.”

El gerente golpeó la tarjeta con una sacudida de la muñeca. “¿Cuándo la habitación quedará sin sello y sacarán las pertenencias de la señora Harris?”

“Sus pertenencias serán tomadas como evidencia más tarde. La habitación quedará sin sello cuándo esté satisfecho de que no hay nada en habitación que sea pertinente a mi investigación. Será notificada. Hasta entonces…” Eve abrió la puerta, esperó hasta que Peabody entró, entonces se giró y cerró la puerta en la cara del gerente.

“Creo que no le gustas.”

“Oh, vamos. Nos estábamos volviendo muy cercanas.”

Eve puso sus manos en las caderas, miró alrededor. Habían entrado a una sala, uno con mucho espacio, color, y toques de lujo.

Un sofá de felpa de color dorado, con estructura curva contra una pared cubierta con espejos de diversos tamaños y formas. Flanqueando unas mesas con lámparas altas con la forma de pavos reales. Sillas de azul pavo real frente al sofá sobre una alfombra arriscadamente estampada. Otro conjunto de sillas, más pequeños, rodeaban una mesa cerca de la ventana con su vista al centro. Un bol pequeño con frutas en el centro de la mesa.

Un gabinete esmaltado —con pavos reales otra vez— extendido sobre la otra pared.

Curioso, Eve lo abrió para encontrar una pantalla de diversión, un bar, completamente equipado, y una biblioteca impresionante de video y discos de libro.

“Bonito,” dijo Peabody. “Y hay una pequeña cocina aquí. AutoChef, nevera llena, lavaplatos, cristalería, platos. “Todo está limpio, reluciente, y ordenado.”

“Habrán hecho el servicio a la tarde, antes de que sellemos la habitación. Hay un poco de polvo aquí, y el extremo del rollo del papel higiénico está doblado en la punta —una señal segura nadie utilizó el retrete desde que se hizo la limpieza.”

“Me gusta cuándo hacen eso. Mi tía lo hacía cuándo me quedaba en su casa. Y dejaba unos pequeños dulces caseros en la almohada.”

Eve fue al dormitorio. “Quizás tu tía estuvo aquí.” Miró los chocolates dorados, la colcha cuidadosamente doblada. La cesta encima tenía una bata doblada con el logotipo del hotel, y una tarjeta impresa que deseaba a Harris dulces sueños.

Eve a veces se preguntaba si los muertos soñaban, dondequiera que iban, dondequiera que estaban. Pero dudaba que los sueños de los muertos asesinados fueran dulces.

“¿Qué ves, Peabody?”

“Muchas almohadas, buena ropa de cama, buen servicio. Es un mag diseño para leer o mirar algo de pantalla en la cama. Y es tranquilo. Con buena insonorización. Difícilmente puedes oír a Nueva York.”

“¿Qué no ves?”

“Desorden. No hay ropa o zapatos, ningún efecto personal. No hay nada personal,” dijo Peabody. “Ninguna foto o recuerdos. Se habría quedado aquí por semanas. Meses realmente. Y no hay nada de ella aquí. O en la sala.”

“Exactamente. Nada que la hiciera sentirse como en casa. Debe haberle gustado estar en un hotel. El servicio, de nuevo, la falta de cosas personales. Cómodo, espacioso, bien equipado, y anónimo.”

Eve abrió un armario. “Hay mucha ropa. Elegante, de diseño, incluso las cosas casuales. La ropa sucia sacada, está vacío. Tiene que haber utilizado el servicio de ayuda de cámara. Vamos a ver cuándo recogieron su ropa sucia, conseguir una lista. Recuperarla.”

“Lo conseguiré.”

Eve entró el baño principal. Una bañera de chorros de gran tamaño, separada una ducha, tubos de secado, toallas blancas gruesas para quienes las preferían.

La profunda pileta del lavado dorada, una bandeja llena de pequeños obsequios del hotel.

“Mantenía las cremas para la cara y el cabello en los cajones,” dijo Eve después de abrir unos cuantos. “Las cosas básicas, también. Cosas para los dientes, desodorante, bloqueadores, tranquilizantes suaves, de prescripción. La mayoría de personas tienden para dejar algo fuera en la mesa del lavado, ¿no? El cepillo del pelo, cepillo de dientes, algo. Pero ella lo tenía todo guardado en los cajones. No mires mis cosas. Mio, mio, mio.”

“Quizás era solo realmente ordenada y organizada.”

“No lo guardaba todo ordenado y organizado. Está un poco revuelto. Lo ponía ahí, cerraba el cajón. Es todo anónimo otra vez. Comienza con los cajones,” decidió Eve. “Tomaré el armario. Búsqueda completa.”

Servicio de ayuda de cámara, sin duda, pensó Eve. Todo estaba colgado perfectamente, y en orden por tipo, por color dentro del tipo. Zapatos, un montón de ellos, estaban en los estantes que corrían a lo largo de la pared lateral. Los bolsos en cubículos, con uno colgando en un gancho.

La bolsa de día, concluyó Eve, y por el peso, a la víctima le gustaba llevar la mitad de su vida con ella. Eve lo tomó, lo vació sobre la cama.

“¿Jesús, quién necesita todas estas cosas? Y esto es lo qué llevaba además de lo qué tenía en su bolsa de noche, anoche.”

“A algunas personas les gusta estar preparadas para cualquier cosa.”

“¿Cómo la hambruna, el tufo, la invasión de alienígenas?”

“Cualquier cosa que pudiera pasar.”

“Así que un bolso cargado una señal de paranoia. Es bueno saberlo.”

Eve lo ordenó a través de la electrónica, bocados de comida, las mentas para la respiración, el maquillaje, la caja de píldoras—bloqueadores, notó—y un par de esos tranquilizantes.

Olió el contenido de una go-taza. “Vodka,” anunció. “Bastante seguro. Lo tendremos que comprobar. Parece que también quería estar preparada para la sequía y un regreso de la Prohibición.”

“Cualquier cosa que pudiera ocurrir.”

Divertida, Eve sacudió la cabeza. “Ninguna grabadora. Tampoco ningún dinero, ningún plástico, y no llevaba ninguno de ellos consigo en TOD. Debe haber utilizado la caja fuerte.”

“No tengo nada hasta ahora salvo ropa interior muy bien doblada. La ayuda de cámara debe ser de primera categoría aquí. Es sexy tirando a ropa interior picante, por cierto.”

Interesante, pensó Eve, y contactó con la administración del hotel para el código de la caja fuerte.

Quizás en represalia por la puerta en la cara, el gerente rechazó el pedido del código. En cambio insistió en enviar a alguien de Seguridad.

Mientras esperaba, Eve continuó la búsqueda.

“Tenía una alerta en el seguro,” dijo en voz alta. “Un pelo pegado en la esquina más inferior.”

“Eso es paranoia,” decidió Peabody. “Tenía una foto enmarcada de Matthew enterrada debajo de toda esa ropa interior. Eso es un poco triste.”

“Sácalo del marco.”

Monedas y créditos sueltos, notó Eve, comprobando los bolsillos. Más pastillas para refrescar el aliento. Una mini-botella. Tenía que ser vodka, decidió Eve después de oler.

“¿Cómo lo sabías!” Peabody empujó el armario agitando una llave.

“Porque es paranoica, así que esconde cosas. Y está obsesionada. Matthew es la obsesión actual. La llave de la caja de seguridad.”

“Eso es lo que parece.”

“Ponlo en una bolsa y sigamos adelante,” ordenó Eve ante el agudo sonido del timbre. “Es la seguridad para la caja fuerte.”

El de seguridad era grande y corpulento con un apretón de manos duro y poco que decir. Abrió la caja fuerte con rapidez, le hizo un gesto con la cabeza, luego salió afuera otra vez.

“Seguro está cargado,” dijo Peabody. “Dinero efectivo, plástico, joyas, agenda. Oops, tsk-tsk. Esto parece ser la mayor parte de una bolsa de zoner. Envelope Aquí hay fotos, probablemente del DP de Matthew, Matthew y Marlo. Algunos disfrazados, algunos no. Matthew y Julián, Matthew y Roundtree, y así sucesivamente. Y una pequeña caja de seguridad. Seguridad dentro de seguridad. Paranoia.”

“Tengo páginas de un guión, notas en el guión, qué eran —como hojas—en este escritorio.”

Eve llevó la pequeña caja de seguridad afuera, la estudió, analizó. Roarke podría haberla abierto en dos segundos —quizás menos—y probablemente solo con el poder de su mente.

“A la mierda con él.” Eve buscó su pequeña navaja. “¿Qué banco local utilizaba para sus asuntos en Nueva York?”

“Liberty Mutual, en Chelsea Piers. McNab está con sus finanzas.”

“No habrá utilizado ese banco, esa sucursal para la caja de seguridad. Habrás distribuidos los pollos en diferentes gallineros.”

“Creo que es huevos y cestas.”

“Pollos, huevos. La misma cosa.” Una vez sacado la placa del código, Eve probó hacer palanca empujando.

Nadie se sorprendió más que a ella se cuando la caja de seguridad se abrió. “No es tan difícil,” murmuró.

“Otra libreta, una tarjeta de visita para un AA Asner, Investigaciones y Seguridad Privada. Dirección Stone Street. Y un registro sellado. Apuesto a que es una copia. Si tenía el original, está en la caja de seguridad.”

Eve tomo la libreta, trató de abrirla. “Codificado.” Pensó un momento, entonces escribió MATTHEW. La pantalla se encendió.

“Paranoica, pero obvia.” Empezó a ojear, trabajando desde la última entrada hacia atrás. “Tiene anotada la cena aquí, fecha y hora, unos cuantos comentarios.

Esperar para abordar la elaboración de Connie para impresionar a la Puta Flaca y a Cuerpo Rellenito.

“Cuerpo rellenito! Qué infierno.”

“Yo soy la Puta Flaca, y apenas la conocí.”

Ya tuve bastante con la idiota de Andi. Ella va a cerrar la boca después de esta noche. Y es tiempo de que Foolian caiga en la línea. Harlo esta terminada, y Matthew va a volver donde pertenece y quiero.

Esta noche es la noche.

“Supongo que lo fue,” dijo Eve. “solo que no de la forma en que lo imaginó.”

Ella siguió mirando. “Tengo una nota de un pago de dinero efectivo de cien grandes a Triple A. ese sería el DP. Dos pagos y medios. El primero una semana después la última entrada, el segundo y el último hace tres días. Y hay un código. 45128. #1337.”

“¿Código de cerradura y número de caja?”

“Yo diría que sí,” estuvo de acuerdo Eve. “Vamos a ver los Bancos, Del Bajo oeste para empezar, a ver si alquiló una caja bajo su nombre. O el tuyo.”

“¿Mío otra vez?”

“Paranoia,” dijo Eve otra vez. “Y está personificándote. Es un paso natural. Terminamos aquí, encontramos el banco y la caja, y haremos una visita a Triple A.”

Otra vez a la hora de buscar resultó que pegaron con la veta madre. Mientras Peabody trabajaba con el banco, Eve llamó a los barrenderos y EDD. Quería que procesaran la habitación, comprobaran 'los enlaces y la seguridad y todas las pertenencias personales de la víctima embolsadas, sellados, y etiquetadas como evidencia.

“Todavía estoy trabajando en ello,” le dijo Peabody.

“Iremos hacia la oficina de Asner. Sigue así.”

Una personalidad paranoica, obsesiva con un problema de abuso de sustancia. ¿Por qué molestarse en matarla, pensó Eve, cuándo ella probablemente se autodestruiría antes de mucho tiempo, en todo caso?

Ella podía esconder sus botellas e ilegales, pero nadie las podía esconder tan bien. Sus colegas tenían que haber sabido que estaba bebiendo y que tenía un problema con ilegales. Haberla visto en uno de ellos, cualquiera de ellos, como un contrapeso a los secretos de Harris.

Consideró a Matthew y Marlo. La podrían haber matado, luego vuelto, hacer la grabación del descubrimiento. Elaborado, dramático, pero ese era su negocio, ¿no? Su naturaleza, hasta cierto punto.

El motivo parecía débil para ella. Seguro, tener al público consumiendo un video de ellos teniendo sexo sería embarazoso, pero no habían hecho nada incorrecto. El público miraría, se reiría y simpatizaría.

Por otra parte, el empujón/caída, eso parecía como un accidente o impulso. Incluso pueda ser utilizado como defensa propia. Vino hacia mí, la empujé hacia atrás. Resbaló.

El resto podría haber sido pánico.

No, no parecía pánico. Parecía como cálculo. Le decía a Eve: ya he llegado tan lejos, vamos a terminar con esto de una vez por todas.

¿Por qué tomar la grabación? ¿Por qué limpiar la sangre?

Porque la grabación tenía valor. Porque quienquiera que era el nuevo jugador, supuso que su muerte sería calificada como ahogamiento accidental a raíz de una caída en la piscina.

Lo que la regresaba al punto de partida. Podría haber sido cualquiera de ellos.

“Lo conseguí! Nueva York Financiera, y utilizó mi nombre.” Peabody se encogió de hombros. “Es un poco espeluznante.”

“Pero no imprevisible. ¿Qué dirección?”

Eve programó la navegación cuándo Peabody se lo leyó. “Sólo a una cuadra del DP. Iremos a verle primero, consigue una orden para la caja mientras tanto.”

Peabody puso la petición, entonces se sentó hacia atrás. “¿Todo esto, por un tipo? Y uno que la dejó, y estaba enganchado con alguien más.”

“No, esto no es solo por él. Todo esto es sobre ella. Si no era Matthew, sería alguien o algo más. Es sobre el ego y la codicia. Juegos de poder y generalmente una naturaleza jodida.”

“No puedo creer que lo hizo mientras me personificaba. Por favor, “Cuerpo Rellenito”, ”murmuró Peabody. “No tenía ningún respeto por mí en absoluto. Ojalá hubiera sabido que era un ser humano horrible antes que fuera asesinada. Le habría mostrado un “Cuerpo Rellenito”.”

“¿Cuánto tiempo calculas que vas a estar enojada por esto?”

“Bastante. Nunca he trabajado en una víctima a la que desearía haberle pegado en la cara antes de que alguien la matara. He ido trabajando en mi mano-a-mano.”

“¿Sí?”

“Así es. Creo que estoy mejorando. Además perdí dos libras. Bueno, uno punto-siete libras.”

“Uno-punto-siete.” Eve le dirigió una mirada. “¿En serio? ¿Pesas en decimales?”

“Para ti es fácil, “Puta Flaca”.”

“Hey, es Teniente Puta Flaca para ti, Detective “Cuerpo Rellenito”.”

Eso hizo que sus labios contraídos se extendieran en una sonrisa renuente. “Pero el punto es, que he estado trabajando en mi mano-a-mano, para no demorar mis movimientos y todo eso. La podría haber tumbado en un uno a uno.”

“Malditamente correcto. Podrías haber trapeado el piso con ella si no se hubiera ido y hecho matar primero. Hija de puta egoísta. Lo menos que podría haber hecho es vivido el tiempo suficiente para que la golpearas.”

“No me preocupa por cómo suena eso.” Después de doblar sus brazos, Peabody levantó su barbilla. “Es cierto.”

“Quizás cuándo atrapemos al asesino, habrá una oportunidad para que puedas demostrar un poco de tu mano-a-mano. Si golpeas al asesino, tendrás algún nivel de satisfacción.”

“Lo haré. Creo que lo haría. Sí, me siento mejor. Gracias.”

“Cuando quieras.” Eve decidió que el destino le había recompensado por aplacar a Peabody cuándo encontró un espacio en la calle a media cuadra de distancia. “Quizás puedas perder ese punto-tres libras caminando hacia la oficina de Asier, ida y vuelta.”

CAPITULO ONCE

LA OFICINA DE ASNER ESTABA SITUADA SOBRE un lugar de pierogi en un edificio de ladrillo situado entre un salón de tatuajes lúgubre y un bar de mala muerte, agregaron un tramo de escaleras a la caminata.

“Pierogies. Incluso el olor de los pierogies puede compensar la pérdida de peso. Es un fenómeno médico.”

“Controla tu respiración,” le aconsejó Eve cuando empezaron a subir.

Mientras que el edificio estaba entre el bar y un salón, la oficina de Asner estaba situada entre un despacho de abogados que Eve imaginó se especializaban en romper las pelotas y un agente de fianzas con quien sin duda compartía los clientes.

Eve abrió la puerta de una claustrofóbica área de recepción con apenas espacio suficiente para albergar un escritorio atendido por una aburrida rubia tetona, que estaba sentada pintándose las uñas de un rojo asesino.

Los clichés se convertían en clichés, dedujo Eve, porque estaban arraigados de hecho.

“Buenas tardes.” La rubia habló con un tono chillón de Brooklyn mientras se acomodaba en el escritorio. “¿Cómo puedo ayudarlas?”

Eve sacó su placa. “Necesitamos hablar con Asner.”

“Lo siento. Asner no está en la oficina actualmente.”

“¿Dónde está?”

“Lo siento. No puedo darle esa información.”

“¿Ve esto?” Eve tocó su placa.

“Uh-huh.” Cooperativamente la rubia asintió con la cabeza, agrandó los ojos. “Si me dice la naturaleza de su negocio puedo decirle a Asner a su regreso.”

“¿Cuándo espera que regrese?”

“Lo siento. No puedo darle esa información.”

“Escucha, hermana. Somos la policía, ¿entiendes eso? Y estamos aquí en un asunto policial. Necesitamos el paradero de tu jefe.”

“Lo siento…”

“No sigas repitiendo la misma línea.”

“Pero es cierto.” La rubia agitó sus manos de uñas rojas al aire. “No le puedo decir, 'porque no lo sé. Dijo que tenía algunos negocios afuera y que tendría que cuidar el fuerte.”

“¿Puede contactarle?”

“Lo intenté, porque Bobbie pasó por acá y me dijo por qué no salimos a tomar algo, pero no puedo salir a tomar algo si estoy cuidando el fuerte. Así que intenté llamar para preguntarle si podría abandonar el fuerte, pero me envió directamente al e-correo.”

“¿Es este habitual?”

“Bueno… depende. A veces un negocio afuera implica, um, apuestas. Cuándo es así quizás no contesta su 'enlace por un rato.”

“¿Sabes donde él apuesta?”

“Sitios diferentes. Se mueven.”

“Apuesto. ¿ Tienes un nombre?”

“Uh-huh.”

Eve esperó un segundo. Luego dos. “¿Cuál es tu nombre?”

“Es Barberella Maxine Dubrowsky. Pero todo el mundo me llama Barbie.”

“¿Realmente? Está bien, Barbie, vamos a probar esto. ¿Tienes un cliente que se parece a mi socia aquí?”

Barbie cogió su labio inferior entre sus dientes, un método, supuso Eve, de concentración. “Um, no, no creo.”

“¿Uno llamado K.T. Harris?”

Ahora las pestañas revolotearon, en un reflejo de ansiedad. “¿Se supone que debo decirle?”

“Si, debes.”

“Está bien. No, al menos no recuerdo ese nombre. Hay una actriz que tiene ese nombre. Solía salir con Matthew Zank. Es totalmente lindo. La vi en este video sobre empresas y crimen o algo así. No lo entendí. Pero ella se veía bien, además tenía a Declan O'Malley en él, y él es…”

“Totalmente lindo,” acabó Eve.

“Uh-huh.”

“¿Qué hay sobre un cliente llamado Delia Peabody?”

“Oh Seguro. Ella entró para verlo hace una semana. A algo así. Estuvo con él mucho tiempo, quizás una hora, y él estaba realmente entusiasmado cuándo ella se fue. Pero…” miró sobre su hombro, bajó su voz de muñeca a un murmullo. “Pensé que era una especie de… zorrón ¿sabe?”

“¿Y eso por qué?”

“Cómo ella me ordenó.” Barbie chasqueó sus dedos, entonces arrugados la frente ante sus uñas. “Como… si me disparara. Como si fuera una mugrienta. Soy realmente educada con los clientes, pero le quise decir, Escucha, tú, solo porque eres rica no significa que puedes chasquear tus dedos en mí y mirarme como si fuera basura.”

“¿Por qué piensas que era rica?”

“Tenía estos mag-o-mag zapatos. Los he visto en Styling, y cuestan un montón. Y llevaba un vestido ostentoso. Una pelirroja entra aquí con un vestido ostentoso y mag-o-mag zapatos, sé que es rica. Pero eso no significa que pueda ordenarme y decirme que salga y le consiga una taza decente de café con crema sin azúcar, por el que incluso no me pagó. No es que tengo una cuenta de gastos trabajando aquí, y el café me costó diez. Lo hice hace unos días, pero no tendría que haber hecho eso. ¿Correcto?”

“Correcto. Sabes por qué contrató a A?”

“Lo escribí sobre el archivo. ¿Está bien que se lo diga? Es confidencial.”

“Soy la policía,” le recordó Eve.

“Si, supongo. Bueno, escribí sobre el archivo vigilancia doméstica, y el contrato para ello. Nosotros hacemos mucho de eso porque las 'personas realmente hacen trampa, y aquello no es justo. A dijo que dejar el espacio para la cantidad.”

“¿Eso es habitual?”

“De ninguna manera, pero solo trabajo aquí. Dijo que dejara el espacio, luego no me dio una copia para mis archivos. Dijo que no me preocupara por eso, pero que hiciera la facturación y los libros. Soy buena con los números. Los números y las personas.” Ella sonrió, empujando sus pechos impresionantes. “Son mis fuerzas.”

“¿Volvió?”

“No, sólo entró esa vez. Me pareció bien. No me gustan las personas que me hablan así. Pero A estuvo de un humor realmente bueno desde entonces. Excepto, supongo esta mañana. Entró y apenas dijo hola, y se encerró en su oficina. Estaba bien cuando salió, sin embargo. Me dio un guiño. No es que seamos así, usted me entiende. No tienes que relacionarte con el jefe. Tienes para mantener eso fuera de la oficina, ¿no es así? O no te respetan.”

“Eso es inteligente, Barbie.”

“En todo caso, no he visto a soy-Demasiado-Buena-Para-Hacer-pis desde esa vez. ¿Está en problemas? No me preocuparía, exceptuando por A.”

“Se podrías decir que tiene algunos problema. Cuándo A vuelva, o puedes contactarle, te agradecería si le dices que necesito hablar con él.” Eve sacó una tarjeta.

“Yo… seguro. No creo que vaya a cuidar el fuerte mucho más, sin embargo. No tenemos ninguna cita en el libro en todo caso. Así que le dejaré un mensaje si me voy antes de que vuelva.”

“Gracias. Has sido muy útil.”

Ella sonrió. “Eso es bueno. Me gusta ayudar.”

Después de que dejaron la oficina, Peabody metió sus manos en sus bolsillos. “Estos apodos están cabreándome.”

“Pero no eres soy-Demasiado-Buena-Para-Hacer-Pis. Harris lo era.”

“Es mi maldito nombre. Y ahora tengo que hacer pis. Es como si mi vejiga tuviera que probar algo.”

“Haz pis en el banco. Considéralo un depósito.”

Encontraron otro registro en la caja segura, más dinero efectivo, y dos recibos manuscritos de AA. Asner por cincuenta mil cada uno.

Ellas los empaquetaron, etiquetaron y transportaron a la Central.

“Consigue que el dinero efectivo sea registrado y asegurado,” dijo Eve a Peabody. “Voy a llevar las grabadoras a Feeney para un rápido análisis. Escríbelo. Cuándo haya acabado con las grabaciones, iré al estudio, para echar un vistazo al tráiler de la víctima antes de irme a casa.”

“¿No me quieres contigo?”

“Entiende, ella era demasiado paranoica para tener cualquier cosa en su tráiler. Pero tenemos para mirar, así que me ocuparé de eso. Haz el escrito, envía una copia a Whitney. Y puedes enviar el archivo a Mira, consígueme algo de tiempo con ella mañana.”

“Está bien. ¿Dallas? He estado pensando. No hay ningún arma del asesinato. Tenemos motivos por todas partes, e igual para la oportunidad. Porque este es un grupo muy unido, como he estado pensando. Han pasado horas juntos cada día por los meses y todos están en el mismo negocio, el mismo mundo.”

“No voy a discutirlo.”

“Bueno, no sé si cualquiera de ellos nos diría si de hecho vieron a alguien salir del teatro. No sé si cualquiera de ellos nos diría si de hecho supieron cuál de ellos mató a Harris.”

“Probablemente no. O no todavía.”

“No veo cómo vamos a precisar esto, o probarlo a no ser que el asesino se decide a entrar y confesar.”

“Quizás arreglaremos eso. Por ahora tomamos todos los pasos, trabajaremos el caso. Y no pongas que crees que estamos jodidas en el informe.”

Pero tenía un punto, pensó Eve mientras se dirigía a EDD. Tenían una víctima que a nadie le gustaba, uno que amenazó o manipuló o enojó a todos los que estaban en la escena del asesinato.

Tres policías, pensó con molestia, un psicólogo y un ex delincuente ahora asesor civil experto, estaban allí en el momento y lugar, y no podían reducir la lista de sospechosos.

Era tan embarazoso como exasperante.

Entró al color y sonido de EDD. Y movimiento, pensó cuándo vio a McNab haciendo una especie de baile moviéndose alrededor de la habitación. Él se movía o esquivaba cuándo uno de sus compañeros e-geeks se cruzaban presumidos en su camino.

Como una extraña e inconexa danza, pensó Eve, donde incluso las sillas parecían menear el esqueleto, o se movían a un cierto ritmo interno constante.

Se puso delante de McNab, lo tocó para conseguir su atención.

“Hey.” Él se quitó su auricular. “Conseguí esas finanzas para ti.”

“Dos retiradas de cincuenta grandes, cada cual dentro de los últimos diez días.”

“Bien, infiernos. Estropeas la diversión.”

“Seguimos a su DP. ¿Alguna otra cosa interesante?”

“De hecho. Vamos, toma asiento en la sala.”

Se dirigió hacia su cubo, recientemente decorado, notó Eve, con un cartel de un mono en un tutu montando un airboard con una PPC en una mano, un sandwich en la otra mientras su auricular se iluminaba de verde. Un mono más pequeño montaba en un paquete en su espalda.

Se titulaba MAMA MULTITAREA.

“Imaginé que conseguí el oro con los retiros de 50 grandes, pero miré a través del resto de todos modos. Tiene auto-pagos en Nuevo LA, autos estándares para gastos de casa, cosas habituales. Gastos de su agente, su manager. No gasta mucho considerando lo que saca. La mayoría va para tratamientos faciales, corporales y ropa.”

Pasó través de lo que Eve supuso él consideraba cosas habituales.

“Entonces encuentro este buen cheque cobrado en tiendas de espionaje, así que cavo abajo, y es de esta tienda aquí, en Times Square. Sigo eso. Ella compró dos cámaras espías hace un par de semanas. Microminis, con audio, movimiento, y activación de sonido, remotos, temporizadores, para trabajos. Conseguí al empleado que les vendió y la recuerde. Excepto que la describió como pelirroja, una agresiva, pelirroja culo duro,' para utilizar sus palabras.”

“Cabe. Era pelirroja cuándo contrató al DP, y cuándo alquiló una caja de seguridad en un banco en el centro. Por eso debe haber ido disfrazada. Dos cámaras. Interesante. E interesante momento. Ese es un buen trabajo, McNab.”

“Todos los elogios aceptados Algo más. Ella también puso un gran depósito inicial, por una villa de clase alta, para una estancia de dos semanas que empieza el 23 de en Olympus Resorts, y reservó un trasbordador privado, para dos pasajeros. Tuvo que dar los nombres. El suyo, y el de Matthew Zank.”

“Y otra vez interesante. Envía los datos a mi unidad de casa. Le daré una mirada cuándo llegue allí. ¿Está Feeney en su oficina?”

“La última vez que lo vi.”

Se dirigió hacia allí. El capitán del barco ruidoso y de colores que atacaban los ojos estaba sentado en su escritorio en mangas de camisa. La plata surgía a través de la cada vez menos explosión de cabello de jengibre. Su cara hundida, como una vieja cómoda hamaca y donde parecía que vivía con su camisa arrugada.

Mientras trabajaba en su pantalla, tomó una de las nueces confitadas del bol en su escritorio.

Ella dio a su puerta abierta un golpe rápido con el nudillo. ¿Tienes un minuto?”

“Estoy trabajando en el maldito presupuesto. Puedes esperar una hora.”

“Yo ya acabé el mío.”

“Cierra la boca.”

Sonrió, cerró la puerta. Y los ojos caídos de Feeney se afilaron como flechas.

“¿Tienes donas? No huelo donas.”

“Porque no tengo donas.”

“¿Entonces por qué cerraste la puerta?”

“Necesito que analices algo.”

“Ya hice tu análisis. La grabación del bolso. Está limpio. completamente, ninguna edición, ningún empalme.”

“Bueno. Pero esto es otro. Y es sensible.” Se sirvió un par de frutos secos, estudió la rodaja de naranja torcida, verde, y el bol azul. “¿La señora Feeney hace esto?”

“No. Ella pueda hacerlo mejor que eso. En su mayoría. Mi nieta lo hizo. Ahora la niña quiere un maldito torno de cerámica y un horno para Navidad. ¿Quién puede pensar en Navidad tan temprano?”

Aparentemente Harris lo hacía.

“¿Nunca sales,” le preguntó Eve, “vas afuera, como unas vacaciones, para Navidad?”

“¿Por qué diablos íbamos a hacer eso? Es Navidad.”

“Sí. Está bien, así que mi víctima contrató un DP para plantar una cámara en el loft de su anterior compañero de cama y otra en el desván del su actual. Tengo dos grabaciones, una que tenía en una caja de seguridad en un lugar seguro en su suite del hotel, y una que tenía en una caja de seguridad en un banco.”

“¿Qué es lo que grabó? ¿El apareamiento de unos Doberman? ¿Planeaba un ataque terrorista?”

“No puedo decir porque no los he visto todavía, pero supongo que les atrapó haciendo lo que las personas hacen en el dormitorio.”

“Tiene que ser más que eso para guardar dos copias en lugares separados.”

“Bien, lo tengo que mirar y ver. Y quiero saber si alguna de las grabaciones es el original. ¿Puedes decírmelo?”

“Sí.” Se giró a su computadora, abrió un programa, jugueteó un momento. “Vamos a ver lo que tienes.”

Eve las sacó, anotó la hora, el lugar, su nombre, se las dio a Feeney. Él las colocó en su máquina. “Realizaré ejecuciones simultáneas, pantalla dividida. El programa detectará cualesquier anomalía, determinará la generación de la grabación.”

Ordenó la ejecución.

La pantalla parpadeó con escenas idénticas de Marlo entrando al dormitorio del loft.

“¿Esa es la actriz, no? Oí que se parece a ti. No lo veo.”

“Es más parecida cuando está caracterizada para eso.”

Fuera de la pantalla, Matthew llamó, le preguntó si quería un poco de vino.

“No voy a decir que no.” Caminó a un aparador largo con un brillo plateado suave, abrió un cajón. Ella tiró lo que parecía una camiseta y pantalones sueltos en la cama, entonces estiró el suéter que llevaba sobre su cabeza.

Con los ojos cerrados, se quedó un momento en sujetador y pantalones, rodando sus hombros.

Matthew se acercó con dos vasos de vino y sonrió.

“Me gusta tu ropa.”

Ella le devolvió la sonrisa. “Recibí un golpe en la escena de la lucha hoy.”

“Lo sacudiste.”

“Y estoy sintiendo cada parte de él.” Tomó el vino, bebió un sorbo, dejó escapar un suspiro complacido. “Pero eso es un comienzo. Voy a ponerme cómoda, entonces intentaré quitarme un poco los dolores.”

“ Puedo ayudarte con eso.” Dejó su copa a un lado, puso sus manos sobre los hombros de ella, la hizo gemir mientras la masajeaba.

“ Tienes algunos moretones, nena.”

“Dímelo a mí. No puedo imaginar cuánto Dallas debe pasar haciéndolo de verdad. Debemos terminar mañana, si puedo andar. ¿Oíste que K.T. habló de su parte con Nadine y Roundtree? Quería que escribiera más escenas para Peabody.”

“ Oí algo de eso. No pienses en ello. Estás tensa pensando en ella. No vale la pena.”

“Lo sé, lo sé. A ella no le importa la producción. Solo quiere más tiempo de pantalla. Le gritó a Preston hoy. La pude oír camino al armario. Amenazó con despedirlo porque no le gustaron los ángulos que usaba en el bullpen B que dirige.”

“Oh, por el amor de Cristo.”

“E hizo que Lindy llamara a los Servicios de Oficios, algo sobre la pasta. Lo juro, ella está más mala y más loca cada día.”

“Unas cuantas semanas más, terminaremos, y estará fuera de nuestras vidas.”

“Hasta las rondas de publicidad y promoción, las visitas a los medios de comunicación, las premieres. Incluso el solo pensarlo… No. Voy a parar. ¿Por qué estoy pensando en esa lunática cuándo mi tipo está dándome un masaje en el hombro?”

Él inclinó su cabeza, la besó entre los omóplatos. “Solo relájate.”

“Lo haré. Lo haré. De hecho.” Se dio vuelta, se estiró para poner su copa junto a la de él. “ Tengo muchos dolores, muchos sitios que necesitan un buen masaje.”

“Pobre criatura.”

Ella se echó a reír cuando tomó sus manos para llevarla a la cama. Entonces le dio un pequeño empujón para hacerla caer sobre sus espaldas. “Realmente creo que piel-con-la piel es la respuesta única,” continuó mientras le daba vuelta, desabrochaba su sujetador.

“Todo lo que puedas hacer.”

“Tengo algunas ideas sobre eso.” Ella tiró el sujetador, se desabrochó los pantalones.

Cuando ella se deslizó desnuda sobre él, Eve sintió que un calor subía pos su espalda hasta el cuello. Tuvo que luchar contra el impulso de darse vuelta.

¿Qué había estado pensando, trayendo esto a Feeney? Viéndolo con él. Quizás era estúpido, pero sabía malditamente bien que se sentía tan mortificado y desgraciado como ella.

Si hubieran estado mirando uno asesinato sangriento, con un hacha chorreando sangre, un blasters quemando la carne, no habrían parpadeado. ¿Pero una mujer desnuda, un hombre semidesnudo, vale, mierda, totalmente desnudo ahora, disfrutando un poco de sexo juguetón?

Una tortura.

“Está bien.” El sonido de la garganta de Feeney al aclararse fue explosivo. “Finalizar carrera,” ordenó. “Eso es bastante para el análisis. Ninguna edición o modificación en ambos.” No la miró mientras hablaba, lo cual le agradeció profundamente. “Y ambos son una segunda copia.”

“¿Ninguna es el original?”

“Eso es lo qué estoy diciéndote.” Con mucho cuidado él se las entregó.

“Asner.” La vergüenza se desvaneció mientras consideraba las probabilidades. “El DP retuvo el original, quizás para tratar de apretar por su cuenta. O quizás solo le gusta mirar.”

“Puedes mirar una copia.”

“Sí. Retuvo el original, y si lo vende, puede facturar de esa manera.” Todavía tenía que buscar en el tráiler de K.T. pero se inclinaba hacia el DP. “Lo vende a algún canal de chismes, o hacer un doble con los jugadores. Necesito dialogar con A.A. Asner.” Juntó las grabaciones. “Gracias, Feeney.”

“Sí, sí.” Con sus mejillas todavía con un mortificante tono rosa, él se inclinó sobre su trabajo.

Mientras ella se dirigía a su oficina para reunir lo que quería llevar a casa, sacó su enlace para tratar de hablar con Asner' en su oficina.

La voz chillona de Barbie le informó que las oficinas estaban cerradas, le dio las horas de operación, y la invitó a dejar un mensaje detallado.

“Soy la Teniente Dallas del NYPSD. Necesito hablar con Asner tan pronto como sea posible. Tengo algunas preguntas rutinarias con respecto a una investigación activa.”

Le dejó el mensaje. Asner tenía al menos cien mil, y podría estar tentado a huir si le empujaba demasiado duro.

Considerando la hora, el tiempo de viaje al estudio, lo que la búsqueda podría tomar—especialmente ahora que pretendía buscar en el tráiler de Matthew también, probó luego con Roarke.

“Teniente.” Su cara apareció en la pantalla. “Qué buen momento. Acabo de terminar una reunión.”

“Tuviste una reunión. Qué sorpresa.” Arrugó la frente ante el ruido de fondo, la vista borrosa detrás de su bella cara. “¿Estás en un transporte? ¿Tienes que ir en algún lugar?”

“No. Tuve que volver de algún lugar. Cleveland, de hecho.”

“Está bien. Escucha, tengo que volver al estudio, hacer una búsqueda en el tráiler de la víctima y algunas otras cosas. Voy a llegar tarde.”

“¿Vas a llegar tarde? Qué sorpresa.”

“Debería haberlo visto venir.”

“Me reuniré contigo. Tengo una tarea para realizar en el centro. Me reuniré contigo en el estudio, el tráiler de Harris, como dijiste. Cuando terminemos, tendremos una cena con vista al río.”

“Suena como un plan. Nada elegante, ¿está bien?”

“Pizza y cerveza.”

“¿Estás intentando seducirme?”

Se echó a reír. “Siempre. Te veré dentro de poco.”

Ella cargó lo que quería, salió de nuevo al bullpen. “Tampoco la grabación es la original,” dijo a Peabody. “Asner está todavía ausente por lo que sé. Vamos a intentar en su casa primero, por la mañana. A no ser que diga lo contrario, nos reuniremos allí.”

“Teniente,” la llamó Sanchez cuándo se volvió para salir. “Fue la novia, de los dos pandilleros muertos.”

“Correcto.”

“El Novio anterior que no quería ser un ex saca un cuchillo para el novio actual, y le engancha bastante bien antes que el actual pueda sacar su propio cuchillo. El actual está perdiendo mucha sangre mientras el ex lo está llenando de agujeros, y él tampoco deja de poner agujeros en el ex. La novia cogió el tubo y lo usó en el ex. Dice que intentó detenerle antes que matara al actual, demasiado tarde para eso, pero se sostiene bastante bien. Quizás ella le pegó más duro y más tiempo de lo que podría ser estrictamente en la línea, pero el actual estaba allí muerto o muriendo.”

“¿Vas a acusarla?”

“La cosa es, que hablamos con algunas personas, y confirman el ex estaba molestándoles, amenazándoles, empezó otras peleas. Y le golpeaba bastante, también, lo cual es qué lo hizo su ex. Quizás tenemos un Hombre, quizás dos. El PA hizo algunos ruidos, pero no está muy entusiasmado. Carmichael y yo no vemos la razón de ello.”

“Ver si Carmichael puede hablar con ella para que entre a uno de los programas de víctima, entonces ve si al PA le parece bien.”

“Gracias, teniente, esa es la manera en la que lo queríamos trabajar.” A veces, pensó Eve, mientras corría para tomar el ascensor al garaje, las cosas funcionaban de la manera que querías que funcionaran.

Ella se abrió camino a través de la seguridad en el estudio, y les informó que autorizaran a su asesor experto, civil, a su llegada.

Fue directamente a la pequeña ciudad de los tráiler.

Alineados cerca, notó. No hay mucha intimidad aquí. Se veían igual desde afuera, pensó, excepto por los nombres en las puertas.

Siguió las indicaciones del guardia hasta que llegó al de Harris con la puerta sellada. Entre la mujer que personificaba a Nadine y el tipo que personificaba a Feeney. No, notó, junto al de Matthew o al de Marlo o al de Julián. Apostaba que eso dio a Harris algo más de que quejarse.

Ella abrió la puerta, entró.

Una sala de estar, pensó, con sofás de colores vivos, una silla giratoria de cuero de gran tamaño. Una mesa con un bol de fruta, no tan frescas ahora. En la pequeña área de la cocina, el Friggie estaba bien abastecido. Agua, vino, bebidas blandas, una selección de quesos, frutas en un recipiente transparente sin abrir. Una botella de vodka en el congelador.

Para hacerse una idea del sitio, se dirigió hacia el dormitorio, miró el baño. Flores, otra vez no tan frescas, en la mesada, y abajo, una caja con jabones, champú, lociones.

Aunque el dormitorio no era amplio, contenía una cama, muy bien hecha, una silla lujosa y una pantalla de pared. El armario estaba equipado con varillas y cajones.

Empezó allí. Encontró otra botella del vodka —abierta y medio vacía—en un cajón, y una bolsa pequeña de zoner metido en la punta de una bota.

Casi había acabado con el dormitorio cuándo oyó que la puerta del tráiler se abría. Poniendo una mano sobre su arma, salió, y Roarke entró.

Jesús, nunca terminaba de asombrarse de lo bello que era.

Él le sonrió —sólo fue más bello—y cerró la distancia para darle un beso.

“Hola,” dijo. “¿Cómo estuvo Cleveland?”

“Ventoso. ¿Y qué estamos buscando a última hora, en el tráiler de la no lamentada K.T. Harris?”

“Creo que no encontraremos nada, pero tengo que mirar. Estoy a punto de terminar acá atrás. Te contaré.”

Él deslizó un dedo por el hueco en su barbilla. “Uno de mis momentos favoritos del día.”

“Estás de muy buen humor,” observó mientras caminaban de regreso.

“Lo estoy. Fue un día muy productivo.”

“No compraste Cleveland, ¿verdad?”

“Solo una pequeña parte.” Él levantó las cejas ante la botella de vodka, la bolsa de zoner, y la caja de hierbas que Eve sospechaba estaba abrochado con el ilegal. “¿Vamos a tener una fiesta?”

“Parece que la difunta y no muy lamentada, pasaba mucho tiempo al menos parcialmente bebida o drogada. Y estuvo muy ocupada el último par de semanas.”

Mientras terminaba con la habitación, le actualizaba, fue al baño, encontró tranquilizantes, otra prescripción, de un doctor diferente.

“Suena como una mujer triste, una que encontraba más natural hacer enemigos que amigos.”

“Y debido a eso tengo una casa llena de sospechosos que había alienado, trastornado, cabreado, o amenazado.”

“Odio preguntar, ya que me simpatiza, pero con su reserva de transporte y vacaciones para los dos, ¿podría Matthew haber estado trabajando con ella para estafar a Marlo de alguna manera? Se acerca a ella, arregla para este chantaje, y añade la rentabilidad real más tarde.”

“Es un pensamiento, y lo he tenido.” Pero sacudió la cabeza. “No es muy convincente. ¿Por qué el DP real y pago? Todo lo que tenía que hacer era convencer a Marlo que había un DP, una grabación. Matthew podría haber plantado la cámara y se ahorraban un montón.”

“Bastante cierto.”

“Voy a hacer una inmersión en sus finanzas en todo caso, a ver si hay alguna cosa deshonesta. Yo llamé, pedí permiso para mirar a través de su tráiler. Me autorizaron.” Ella se encogió de hombros. “No hay nada aquí.” Eve empujó su cabello. “No no se arriesgaría. Los fármacos, la bebida, los ilegales, sólo están aquí porque los necesitaba.”

Salió con ella, esperó mientras sellaba la puerta. “Mi dinero dice que plantó los cámaras que compró en Times Square, en el tráiler de Matthew, y las colocó cuándo oyó o vio algo entre él y Marlo.”

“Me imagino, sí. Es un infierno cuando una mujer es dejada.'”

“O al menos eso dicen,” decidió Roarke.

“Por lo tanto, tengo su visto bueno y puede mirar a través. Si tengo razón y los encontramos, soy libre de ver qué hay en ellos.”

Ella se abrió camino por el callejón entre tráiler, se volvió, y se dirigió al de Matthew.

Aunque el diseño era el mismo que el de K.T. la sensación era enteramente diferente.

Aquí era casual, vívido, un poco desordenado. En lugar de un bol de fruta, la mesa tenía una vaina de música y una cesta de barritas energéticas, barras de caramelo, goma de mascar. Había una botella de vino en su Friggie, pero la mayoría era refrescos y gaseosas. Su congelador tenía un trío de barras de postre congelado.

Roarke encontró la primera cámara fijada a la parte superior de la moldura de la ventana en menos de dos minutos.

“La otra estará en el dormitorio,” le dijo Eve. “También podrías ir a buscarla mientras acabo aquí. No tiene sentido no mirar sus cosas ya que tengo el permiso.”

Salieron de nuevo en menos de una media hora. “No hay ilegales, ni drogas excepto los bloqueadores estándar, una botella de vino, ningún juguete sexual, y bocados suficiente para un grado escolar.”

Miró alrededor otra vez. “Él y Marlo no se reunían aquí para un polvo rápido. Demasiadas personas vagando alrededor, demasiado, demasiado cerca. Quizás pensó que lo harían, o quizás solo quería espiarlos, terminó viéndoles dándose algún beso en la cara, o tirarse besos.”

“Tienes una habilidad con las palabras,” observó Roarke, y deslizó un brazo alrededor de sus hombros. “Vamos a tener una charla sobre besos en la cara.”

“Tendría que estar bebida primero.”

“Muy cierto.”

“De cualquier manera que imagines a K.T. y las cámaras, es enfermo. Ella estaba enferma y triste.”

“Ella te hace enojar, y te pone triste.” Él pasó un brazo alrededor de su cintura ahora, apretó los labios a su sien. “Vamos a tomar esa cerveza y pizza, alejarnos un poco de esto.”

“Sí.” Ella pasó su brazo alrededor de él a su vez. “Vamos a hacer eso.”

CAPITULO DOCE

RECARGA Y REAPROVISIONAMIENTO ERAN CONCEPTOS RELATIVAMENTE NUEVOS para Eve. Antes de la época de Roarke enrollarse podría haber sido beber una cerveza en un bar de policías, rodeada por otros policías hablando de cuestiones policiales. Ocasionalmente, si Mavis podía convencerla, una noche en un club. Pero la mayoría de las veces pasaba sola, en el apartamento ahora lleno de color y de la familia de Mavis.

Ella nunca había buscado, particularmente, a nadie con quien compartir el fin del día, pero hacer eso con Roarke—ya sea si se trataba de trabajo o como ahora, un pequeño interludio en él— se había convertido en un hábito.

Y era mejor.

Le gustó la abarrotada pizzeria con su ruido y conversaciones, su bonita vista del puerto y los barcos que balanceaban en sus embarcaderos. Tenía cerveza fría, pizza caliente, y un hombre que amaba con quien compartirlas.

Si, era mucho mejor.

“¿Por qué no tienes un barco?” Le preguntó.

“Creo que tengo uno o dos.”

“No me refiero a un barco de carga enorme o cualquier cosa parecida para enviar tu botín de un punto al otro.”

“¿Botín? Esa es una palabra vaga. Intento aferrarme a la luz ahora que estoy casado con un policía.” Él arqueó una ceja, levantó su cerveza. “Piensa que vergonzoso sería para ambos si tuvieras que arrestarme.”

“Yo te sacaría en libertad bajo fianza. Probablemente.”

“Es bueno saberlo.”

“Quiero decir, ¿por qué no tienes uno de esos barcos rápidos o los que funcionan a vela?” Mordió su pedazo, hizo un gesto hacia la ventana y la vista con su mano libre. “El tipo de barcos que tiene la gente que piensa que andar por todos lados rozando el agua es pasar un buen momento.”

“¿Quieres uno.”

“¿Yo? No. Mirar en agua es bueno. Estar en el agua en una piscina, en la playa, es muy bueno. Estar sobre algo que dónde podría terminar con las cosas que viven debajo y que te quieren comer? ¿Por qué voy a quererlo?”

“He estado por allí, y además de las cosas que viven debajo y te quieren comer, el mismo océano puede ser muy implacable.” Miró afuera, como ella había hecho, al agua y más allá. “ He vivido en una isla, de una u otra manera, toda mi vida,” le recordó. “Me tienen que gustar.”

“Pero no los barcos.”

“No tengo nada contra ellos.” Él deslizó otra porción de pizza en su plato. “He disfrutado algún tiempo sobre ellos, por negocios, por placer. Hubo un tiempo, cuándo el botín era más aplicable a mi negocio, que pasé un tiempo considerable en barcos.”

“Contrabando.”

Sonrió, tan fácil, tan malvado. “Esa es una manera de verlo. Otra sería participar en la libre empresa. Pero hay más policías y sinvergüenzas en la mezcla en lo que se refiere a la libre empresa en alta mar.”

“¿Cómo?”

“Bueno.” Él miró los barcos una vez más, luego a Eve. “Una vez, en el Atlántico Norte, en algún lugar entre Irlanda y Groenlandia, encontramos una tormenta. O nos encontró, para más con exactitud. Eso sería mi descripción del infierno. Una oscuridad absoluta, a continuación, los destellos cegadores de los relámpagos que traían olas, más altas que un edificio, más anchas que el mundo. Los sonidos del viento y el agua, los gritos de los hombres, y el frío que adormecía la cara y los dedos, y congelaba tus huesos dentro de la piel.”

Tomó un sorbo de cerveza, sacudió la cabeza. “Ese es un recuerdo.”

Y de la clase que él raramente habría compartido y ella raramente habría preguntado. “¿Qué pasó?”

“Bueno, luchamos toda la noche y el día, para mantenernos a flote. Éramos sacudidos como dados en una taza. El agua que se alzaba sobre la cubierta. Uno nunca está tan sólo, creo, como en una tormenta en el mar. Nosotros lo estábamos, y no hubo ninguna ayuda para quienes cayeron al agua. Al instante que lo hicieron, estuvieron perdidos.”

Pudo ver que había vuelto a sentirlo hasta la médula, así que no dijo nada mientras se tomaba un momento para el resto.

“Recuerdo golpear, caer hacia el riel y el mar que esperaba para tragar a otro hombre. Y chocar con algo, no puedo decir qué, incluso ahora, que me detuvo antes de que cayera a sus fauces. Y cuando me las arreglé para levantarme, me agarré de las manos de alguien mientras aquellas olas sangrientas que se levantaban, lo atrapaban y lo deslizaban por mí. Vi su cara en un relámpago. Pequeño Jim lo llamaban porque era pequeño y ligero. Duro, sin embargo, Pequeño Jim. Había tomado cincuenta de él la noche anterior a la tormenta en un juego de póquer. Se me detuvo el corazón un segundo cuando lo sujeté. Lo tengo, pensé, lo tengo, pero el agua nos golpeó de nuevo, y perdí el control, y él se fue por la borda.”

Se detuvo, levantó su cerveza, la bebió, como un brindis. “Y eso fue todo del Pequeño Jim de Liverpool.”

“¿Cuántos años tenías?”

“¿Hmm? Ah, dieciocho. Quizás más joven, quizás un poco más joven que eso. Perdimos cinco hombres esa noche. No les habrías llamado buenos hombres, supongo, pero fue una muerte dura para ellos igualmente. Y aún así, teníamos la carga adentro. Así que …”

Él se encogió de hombros, mordió su pizza. “No tengo deseos de viajar en una barco. Pero puedo pilotear uno bastante bien si te da un súbito deseo.”

“Creo que los dos estamos seguros con eso.” Puso una mano sobre la de él. “¿Valió la pena?” Le preguntó. “¿Todos los riesgos que tomaste?”

“Estoy donde estoy, y tú estás conmigo. Así que sí, valió la pena para esto.” Gire su mano bajo la suya, enlazó los dedos. “Por esto.”

Pensó en ello de regreso a la casa. Ella raramente preguntaba detalles de la vida que había llevado antes de que se hubieran conocido. Sabía sobre la miseria de su niñez, la pobreza, el hambre, el abuso violento a manos de su padre.

Ninguno de ellos tenían recuerdos alegres y felices durante lo que las personas llamaban los años formativos.

Sabía que había sido una rata de las calles de Dublín, un ladrón, carterista, un operador, y uno que había utilizado aquellas habilidades de la calle y más para construir las bases de lo que era, esencialmente, un imperio de negocios.

Ella entendía que si bien se había estado moviendo hacia la completa legitimidad cuándo se habían conocido, todavía tenía sus dedos en unos cuantos pasteles sucios, más por distracción que por necesidad. Había sacado sus dedos, tapado esos agujeros por ella. Por ellos.

Conocía algunas pequeñas partes de esa época, pero había grandes pedazos, como una tormenta en el mar, que no conocía.

Cuándo se preguntó —y los policías siempre se preguntaban— ella normalmente solo lo dejaba estar. Porque él tenía razón. Todo lo que había hecho, adonde sea que había ido, todo lo había llevado a ella.

Pero había momentos en que se preguntaba cómo, y por qué.

“¿Qué crees que hace que la gente se enganche? Además de lo físico. Quiero decir, el sexo que engancha a toda clase de personas no sirve.”

“¿Además de la química? Supongo que el reconocimiento juega un papel.”

Rodó sus ojos hacia él. “Eso es cosa de irlandés woo-woo.”

“¿Cosa?”

“Ya sabes.” Sacudió sus manos en el aire. “Veo cómo Matthew conectó inicialmente con K.T. Harris. Mismo trabajo, mismo sitio, ambos atractivos. Incluso veo, hasta un punto, por qué cuando él se la quitó de encima, ella se metió con él. Eso puede ser orgullo, tozudez, o simplemente obstinación. Pero esto es—era—más. Obsesión más que orgullo y obstinación. Lo seguía, lo espiaba, contrató a un DP con un gasto considerable para realizar actos ilegales, y esperaba chantajearlo con los resultados. Estaba tan metida con él que incluso planeó sus vacaciones juntos. No le importaba que él no la quisiera, o que si él aceptaba y se iba con ella sería bajo coacción. Es una especie de violación.

“Así que eso contesta mi propia pregunta.”

“El poder, el control, y la violencia inadvertida. Todo lo que me has dicho de ella habla de deseo de poder, sobre las personas, su imagen, su carrera.”

“Tú sabes más sobre el poder —como conseguirlo, mantenerlo—que nadie que conozca. Cuándo quieres algo, encuentras una manera de conseguirlo. Tú me quisiste.”

Acercándose, movió sus dedos sobre la palma de su mano. “¿Y te tuve, no?”

“Porque yo te quise también. Quiero decir, pensé solo en el café. Hubiera sido una tonta si decía que no.”

“Y tú no eres tonta.”

“Pero si hubiera sido, si hubiera dicho no…”

“Tú lo hiciste, inicialmente.”

“Si, y tú te alejaste. Eso fue orgullo, pero fue también una estrategia. Me cortaste, y porque estaba estúpidamente enamorada de ti, fui a ti.”

“Fuiste a tus sentimientos.”

“Necesitaba el café. Pero si no lo hubiera hecho. Si hubiera conseguido otra forma de alimentar mi necesidad por el café, ¿qué hubieras hecho?”

“Habría hecho lo que pudiera para persuadirte de que nunca serías feliz sin mi café.” Incluyendo arrastrarme, pensó. Pero, ¿por qué decirlo?

“No todo,” corrigió ella. “Un hombre en tu posición podría hacer cualquier cosa, ese es el punto. Podrías haberme presionado, amenazado, chantajeado. Podrías haber utilizado la violencia. Pero no lo hubieras hecho.”

“Te amo.” Sus ojos se encontraron con los suyos brevemente, y permanecieron allí. La simplicidad de eso. La enormidad de ello. “Hacerte daño no era el objetivo, o una opción.”

“Exactamente. Para K.T. hacer daño era solo un medio, porque la posesión era el objetivo. Y de hecho, hacer daño era una bonificación, creo. No se habría detenido.”

“¿Por qué dices eso?”

“Matarle era el medio para detenerla. No era personal en el sentido íntimo, sino como cerrar y bloquear una puerta cuándo lo que está adentro de la habitación es peligroso o solo realmente desagradable. La falta de violencia real en el asesinato es por eso. Ella cae, o es empujada. El asesino no la ataca, no la golpea, ella se ahoga. Lo que sí, la arrastra en el agua, ordena un poco. Así está bien ahora. Todo mejor.”

“Eliminaste a Matthew.”

“La grabación lo cubre, y a Marlo, aunque podríamos argumentar que lo escenificaron. Es lo que hacen. Sin embargo hay una falta de desquite físico. Sus intenciones eran forzarle a una relación sexual que no quería. Eso es personal, íntimo, pero el asesinato no lo fue. Entonces sí, Matthew baja en la lista. Ahora Marlo …”

“¿En serio?”

“No tan abajo. Yo esperaría algo más físico de ella, bofetadas, arañazos, algo. Pero puedo que tenía la intensión de enfrentarse a ella, como lo declaró. También puedo ver a Marlo enfrentarse a ella Marlo primero, darle un empujón, entonces ya sea por pánico o simplemente muy cabreada, ahogarla en la piscina. Matthew la cubriría. La ama. No juega muy bien para mí, pero puede sonar.”

Lo dejó pensativos mientras él daba conducía por el camino largo, sinuoso hacia la casa. El sol poniente pintaba las piedras en oro, centelleando lanzas rojas contra las numerosas ventanas. Las hojas, aún verdes del verano, absorbían la luz y daban a entender que el otoño se arrastraba.

Cuándo salió del coche, el aire tenía ese mismo toque, fresco, pensó, más que frio.

“Brindemos por el verano,” dijo.

“Bueno, tenemos un tramo largo, caluroso de él. Está bastante fresco, podríamos encender el fuego en el dormitorio esta noche.”

La idea le gustó tanto que continuó sonriendo incluso cuando entró y vio a Summerset acechando en el vestíbulo.

“Faltan semanas para Halloween todavía, pero veo que tiene su traje. Es bueno estar preparado.”

Él simplemente arqueó una ceja. “ Tengo una caja de la ropa que vino con usted a la casa y no han sido utilizados como trapos, hasta ahora. Es para el acontecimiento de truco-o-durmiente de la acera.”

“Una casa previsible,” dijo Roarke mientras tomaba el brazo de Eve para llevarla arriba, “es un consuelo para un hombre.”

“¿Qué significaba eso?” Le reclamó ella mientras el gato corría detrás de ellos. “¿O se estaba burlando de mí?”

“No tengo idea.”

Ella disparó una mirada oscura hacia atrás. “Mi ropa no estaba tan mal.”

“Sin comentarios,” dijo Roarke cuándo se volvió a mirarlo. “De todo.”

“Todo lo que él lleva es negro como fúnebre en todo caso. ¿Qué sabe él? Hey,” objetó cuándo él continuó conduciéndola hacia el dormitorio. “Tengo trabajo.”

“Sí, y estaría interesado en ayudarte con eso. Pero te quiero mostrar algo primero.”

“¿En el dormitorio?” Ahora entrecerró sus ojos, parpadeó. “ Lo he visto antes. Es bueno. Probablemente podré hacerme tiempo para jugar con él más tarde.”

“Eres demasiado buena para mí.”

Él la condujo directamente adentro, y hacia la caja atada con un lazo dorado sobre en la cama.

“Oh Hombre. Me trajiste algo de Cleveland.” Como un reflejo, metió sus manos en los bolsillos. “Deberías guardarlo hasta Navidad.”

“Es apenas octubre, y querrás esto antes de Navidad. No es de Cleveland.”

“Ya tengo todo. Tu siempre estás comprando cosas.”

“No tienes esto, lo cual verías por ti misma si solo abrieras esa maldita cosa.” Le dio un golpecito con el dedo en la cabeza.

“Vale, vale. Es demasiado grande para ser joyas, así que probablemente no lo perderé. Es ropa porque todo lo que solía tener son trapos. Es algo bueno.” Dio al envoltorio un tirón. “Así que probablemente la destruiré en el trabajo, entonces Summerset me dará una de sus miradas. Lo cual es solo una de las razones por las que desearía que no…

“Oh …” Hizo un sonido ante el aroma, como una mujer puede hacer al comer un suave y cremoso chocolate. “Bonito.”

Ella tenía una debilidad por el cuero y los colores ricos, lo cual él sabía muy bien. Cuándo sacó la chaqueta de la caja, vio el bronce profundo, bruñido que le sentaba tan bien como había esperado. Le llegaba a la mitad del muslo, y era muy sencilla. Los bolsillos profundos—reforzados—contendrían todo lo que necesitaba llevar. Los botones en el frente, y en el cinturón decorativo de atrás, eran de la forma de su placa.

“Es muy bueno.” Apretó la cara contra él, inhalando la fragancia. “Realmente muy bueno. Me encanta el abrigo que me regalaste el año pasado.” Incluso mientras hablaba frotaba su mejilla contra el cuero. “Realmente no necesito…”

“Considera esto una transición. El otro es más largo y para tiempo más frío. Puedes llevar esto ahora. Pruébatelo.”

Vio la etiqueta. “Leonardo lo hizo, así que me va a quedar—ha ha—como si estuviera hecho para mí. Mira los botones!”

“Pensamos que te gustarían esos.”

Sí, pensó, le quedaba perfectamente, le sentaba perfectamente—el color, el corte, los adornos sutiles. Cuándo se volvió hacia él, el borde se arremolinó alrededor de sus muslos.

“Se siente muy bien, también. No me tira en los hombros por mi arnés del arma.” Ella deslizó adentro una mano, sacó su arma sin problemas, y sin problemas la volvió a colocar. “No queda en el camino.”

“Hay una funda de cuchillo junto a los botones —a la derecha como prefieres cruzarlo, ya que utilizas tu mano derecha para tu arma principal.”

“No me digas.” Abrió la chaqueta, lo comprobó. Simuló cruzar sus armas, y sacar tanto la pistola como el cuchillo imaginario simultáneamente. “Práctico. Muy, muy práctico. ¿De qué es este forro? Parece algo denso. No es pesado, pero no parece el forro de un abrigo.”

“Algo en lo que hemos estado trabajando en R&D por un tiempo.” Se acercó a ella, pasó sus dedos sobre el forro. “Es la armadura del cuerpo.”

“Vamos.” Su frente se arrugó cuando lo examinó más estrechamente. “Es demasiado delgado y ligero. Además, se mueve.”

“Confía en mí, ha sido exhaustivamente probado. Leonardo pudo tomar el material y modelarlo al abrigo. Bloqueará el efecto de un aturdidor completo, aunque sentirás el impacto. Te protegerá de un blaster, aunque el cuero lo sufrirá. Y bloqueará una cuchillada, aunque otra vez, dañará el cuero.”

“¿En serio?” Sacó su arma otra vez, se la ofreció. “Pruébalo.”

Él se echó a reír mientras pensaba: Típico. Solo típico. “No lo haré.”

“No confías mucho en tu investigación y desarrollo.”

“No voy a despedir un stunner contra mi mujer en nuestro dormitorio.”

“ Podemos ir abajo.”

“Eve.” Con una sacudida de cabeza, guió su mano atrás, hasta que ella enfundó el arma. “Confía en mí. Ha sido probado. Tienes el prototipo en un modelo muy favorecedor y a la moda. Vamos a empezar a producirlo dentro de poco, y negociaremos con el NYPSD para que sea la primera fuerza policial así equipado, no tan elegante, naturalmente.”

“Es como ninguna otra cosa que tuve. Y realmente se mueve.” Ella probó agacharse, dar una vuelta, luego una patada de lado. “No entorpece el rango de movimientos o…” se le ocurrió entonces.

“Dijiste que has estado trabajando en él por un tiempo.”

“Toma tiempo desarrollar algo nuevo, y uno con ciertos requisitos específicos.”

“¿Durante cuánto tiempo?”

Sonrió un poco. “Oh, diría aproximadamente alrededor de dos años y medio. Desde que me enamoré de un policía.”

“Para mí.”

“Para mí también. Te quiero mantener.” Cuándo ella lo miró, puso una mano en su mejilla, tomó su muñeca, giró su palma para besarla. “Estábamos cerca, pero empujé un poco en las últimas semanas.”

“Desde Dallas.”

“Él te hirió. Me di cuenta de que no estabas llevando el chaleco antibalas cuándo McQueen te atacó en nuestra habitación del hotel, pero igual. Te hizo daño y yo no estaba allí.”

“Estabas allí cuándo te necesité. Lo derroté, otra vez, pero casi me gana.”

“No tendrías que haberlo hecho.”

“Todo lo que sé es que estabas allí cuándo te necesité. No sé si podría haber logrado a través de todo eso sin ti. No quiero volver nunca allí.” Cerró sus ojos brevemente. “Pero si tengo que hacerlo, sé que irás conmigo.”

“Nunca volverás sola, Eve.”

“Has sido cuidadoso conmigo desde que volvimos. Nada demasiado obvio, pero has sido cuidadoso. No necesitas serlo.”

“Podría decir lo mismo.”

“Supongo que los dos pasamos por el exprimidor, así que hemos estado tratando de no apretar los botones incorrectos. Uno de nosotros lo olvidará, o se enojará, y empujará. Y eso es bueno. Estamos bien.”

“No has tenido pesadillas desde entonces. Pensé que las tendrías, me preocupaba que … Eve,” dijo, rotundamente, cuándo ella dio un paso atrás.

“No son pesadillas. No como aquellas. Solo …” Ella se encogió de hombros, entonces se sacó el abrigo, cuidadosamente lo puso encima la cama. “Sueños. Solo sueños. A veces es solo ella, Stella, a veces con McQueen o con mi padre. A veces todos ellos. Pero puedo salir de ellos antes de que se pongan malos. Realmente malos.”

“¿Por qué no me dijiste?”

“Quizás porque estamos siendo cuidadosos el uno con el otro. No sé, Roarke. Son sueños. Sé que son sueños, incluso cuándo estoy teniéndolos. No tienen nada que ver con el nivel de lo que tuve en Dallas. Y los puedo detener, antes de que consiguen ser realmente malos, los puedo detener. Necesito hacerlo.”

“No necesitas hacer esto sola.”

“No lo estoy.” Tocó su cara otra vez. “Tienes razón. Si te necesito, estás allí.”

“¿Lo has hablado con Mira?”

“No todavía, no realmente. Yo lo haré,” prometió. “ Sé que tengo que hacerlo. No estoy lista, solo no estoy lista todavía. Me siento… bien. Fuerte, normal. Sé que necesito hablar con ella, pasar por el proceso, y que durante el proceso no me sentiré bien, fuerte, no me sentiré normal. No estoy lista para eso todavía.”

“Bien.”

Sonrió otra vez. “Todavía siendo cuidadoso.”

“Quizás, pero creo que sabrás cuándo estás lista. Y que yo lo sabré. No estás.” La besó en la frente. “Pero lo estarás.”

Ella se inclinó hacia él, apoyó la cabeza en su hombro. “Gracias por el abrigo mágico.”

“No hay de qué.”

Ella se movió, se abrazó a él para besarlo. Entonces suspiró. “Está bien, tendremos que hacer esto ahora.”

“¿Qué es esto?”

Dio un paso atrás. “Como de costumbre, estás usando demasiada ropa. Vamos a arreglar eso.”

Pasó delante de él para sacar el abrigo y la caja de la cama.

“¿Esto es una seducción?” Preguntó. “ Estoy temblando.”

“Así es cómo es.” Puso la caja y el abrigo en el sofá, se desabrochó el arnés del arma. “Una de las cosas que tuve que ver fue a Matthew y Marlo teniendo sexo, y todo ese tiempo Feeney y yo revisándolo juntos y padeciendo una mortificación del infierno. Después de hacer eso tener sexo contigo va a ser extraño. Así que lo haremos ahora, antes de que se vuelva extraño.”

“Quizás no estoy de humor.”

Dejó escapar un bufido. “Sí. Como si pudiera pasar.” Se sentó para sacarse las botas, lo miró. “Me hubiera gustado comprarte primero la cena, pero ya comimos.”

“No tuvimos postre.”

Ella le envió una sonrisa maliciosa. “Eso es lo que estoy diciendo.”

Él se rio, luego se sentó en el lado de la cama y se sacó los zapatos. “Bueno, ya que estás tan decidida.”

“Oh.” Se paró, sacó la camisa, los pantalones. “Puedo aceptar un no por respuesta.”

“¿Quién dijo no?”

Se acercó a él, larga y flexible, y se sentó en su regazo, mirándolo de frente. Agarrando su cabello aplastó su boca a la suya, besándolo fuertemente. Ella deslizó su mano entre ellos, le dio un apretón. “Si, pareces estar de humor ahora.”

Ella se movió, lo empujó hacia la cama, entonces rodado, levantó las cejas hacia él. “Sobre esa ropa.”

Le tomó cerca de diez segundos conseguir librarse de ellas. “¿Qué ropa?” Preguntó, y cayó con ella.

Rió cuándo rodaron. El gato, que había dado por sentado que era la hora de la siesta, saltó de la cama bufando con asco.

Necesitaba jugar, pensó Roarke, para compensar el breve viaje a sueños malos y recuerdos duras. Movió sus dedos por sus costillas, la hizo estremecerse y jadear al borde de una risita.

“Asqueroso!” Ella le dio a su culo un apretón duro.

“¡Qué, esto?” Él le hizo cosquillas en las costillas otra vez hasta que ella se resistió, retorciéndose con una risita.

“Sigues así no conseguirás echar un polvo.”

“Oh, yo creo que estarás demasiado débil para luchar.” Le hincó un dedo en su costado, y cuándo ella gritó, un sonido tan raro y extraño para ella, se disolvió de risa.

“Te tengo ahora,” murmuró, pellizcando suavemente su hombro. “Un poco de cosquillas y te convertirás en una chica.”

“Estás buscando problemas.”

“Oh, lo estoy, y como ya estás desnuda gritando como una chica debajo de mi, creo que los puedo encontrar.”

“Veremos quién chilla, colega.” Ella tomó el lóbulo de su oreja, no muy suavemente, entre sus dientes.

“Ese fue un grito,” afirmó. “Y uno muy varonil.”

Ella estaba a horcajadas, así que él utilizó el momento para rodar, una vez, dos veces, hasta que terminaron en la misma posición pero al revés de la cama.

“Te estás superando, Teniente. Y ya verás.” Él se apoderó de sus manos, les colocó sobre su cabeza. “También puedo darte algo.”

Bajó su boca para tomarla, y el sonido que hizo fue de puro placer. Su cuerpo era blando bajo el suyo mientras la planta de su pie se deslizó hasta acariciar su pierna.

Lo siguiente que supo es que estaba de espaldas, su rodilla entre sus pelotas, su codo en su garganta. Sus ojos brillaban bajo los suyos.

“Peso y músculo por debajo de la agilidad.”

“Eres una resbaladiza, eso es lo que eres.”

“Malditamente correcto, así que también puedo dar más.” Ahora bajó su boca, luego se detuvo al soplo de una respiración, se echó hacia atrás, bromeó un momento con unos besos, antes de que cubrir su boca con la suya.

“¿Quién es una chica?”

“Eres mía.” Sus manos se deslizaron por su espalda, y alrededor hasta sus pechos. “Eres mi chica.”

“SAP,” dijo, pero con un poco suspiro cuando le dio sus labios otra vez.

Ella nunca había sido la chica de nadie, nunca lo había querido ser. Siempre le había parecido un término débil para ella, uno de sumisión y vulnerabilidad. Pero con él, era dulce y tonto, y casi exacto.

Con más afecto que pasión, la pasión vendría, dejó caer besos en su cara. Oh, cómo amaba su cara, sus ángulos, los planos de sus pómulos, la línea de su mandíbula.

Sintió el afecto, la simplicidad de él, el alcance de él cuando envolvió sus brazos a su alrededor.

Por un momento se quedaron tranquilos, cuerpo con cuerpo, sus labios descansando en su mejilla.

Cuándo hundió su cara al costado de su garganta, pensó que era la cosa más magnífica.

Su chica, pensó, mientras las manos y los labios empezaban a avivar los primeros rescoldos de la pasión. Su fuerte, complicada, y resistente chica. Amaba todos los rincones de su mente, su corazón, incluso cuando ella lo enloquecía. No había nada que él quisiera, o atesorara verdaderamente más, nada de lo que había deseado o soñado en esos años oscuros, a menudo desesperados de la juventud que fuera tan rico ni tan poderoso como lo que ella le había dado.

Haya creído en el amor a pesar de la falta de él en los primeros años, o quizás debido a la falta. Pero ella le había enseñado lo que significaba el amor, lo que daba, que costaba, qué arriesgaba.

Su respiración se aceleró como el fuego en un incendio. Ella se movió sobre él, suave como la seda, luego debajo cuándo él se giró. Cuándo la llenó.

Una vez más tomó sus manos, una vez más sus ojos se encontraron, luego sus labios. Unidos, dejaron que el fuego los consumiera.

 

Más tarde en su oficina, con su tablero instalado, su ordenador zumbando, estudió las caras, los hechos, la evidencia, la línea de tiempo.

Y sintió como si estudiara una pared de ladrillo blanca.

“No los entiendo. Quizás es por eso que no puedo enganchar bien esto. Actuación, producción, dirección, y todo lo que va con ello. Es un negocio, una industria, pero está basado en la ficción.”

“Estás equiparando la simulación con la ficción,” le respondió Roarke. “No son lo mismo. La Imaginación es esencial para una sana condición humana, para el progreso, para el arte, incluso para el trabajo policial.”

Empezó a discrepar sobre el trabajo policial, entonces lo reconsideró. Tenía que imaginar, hasta cierto punto, a la víctima, al asesino, los acontecimientos para encontrar la realidad.

Aún así.