PRÓLOGO

Buenos Aires, marzo 27 de 1997

Paradójicamente, éste, mi tercer libro, no es mi tercer libro.

Hace casi veinte años cuando jugaba a escribir y martirizaba a mis pacientes de entonces con mis delirios, no sospechaba que alguno de aquellos textos iba a transformarse en parte de un libro, o mejor dicho de dos.

Tanto «Cartas para Claudia» como «Recuentos para Demian» tienen un antecedente en común: El cuaderno de apuntes, de hojas cuadriculadas, donde un atrevido (¡y mucho más joven!) Jorge Bucay garabateaba sus notas entre 1978 y 1989.

Fueron estos apuntes los que, tipeados a máquina, fotocopiados luego y abrochados después tomaron, en manos de mis amigos y pacientes la forma de un «libro casero» que comenzó a circular entre ellos bajo el nombre de «los cuentos para pensar».

Si bien es cierto que había entre esos escritos muchos breves relates salidos de mi imaginación, la mayoría de los textos no eran «cuentos». Vagaban por sus hojas, en desorden, algunos apuntes técnicos, textos de ensueños dirigidos y exploraciones personales; varios poemas en verso libre y, por fin, algunos escritos que tenían la forma de cartas dirigidas a mis pacientes intentando aportar datos que sirvieran para su crecimiento.

Todo entremezclado, en realidad, con un único fin: el de recordarme a mí mismo tal o cual manera de ver las cosas.

En 1991 se publicó «Recuentos…» —mi segundo libro— y yo extraje de mi viejo cuaderno dos cuentos: «Joroska» y «Las alas son para volar».

En las últimas paginas de ese libro había un índice alfabético bibliográfico, donde se citaba la fuente de cada relato. Para esos dos figuró, naturalmente, «Cuentos para pensar de Jorge Bucay»…

Y entonces sucedió algo insólito: muchos lectores fueron a las librerías a preguntar por aquel libro anterior.

Los libreros, que poco sabían de mí y mucho menos de estos «Cuentos…», llamaron a mi editor para pedirlo…

Y la editorial empezó a reclamarme un ejemplar del libro inexistente para «reeditarlo» (?)…

Y yo… Yo… no lo podía creer!!!.

Esto que tenés en tus manos es la primera edición comercial de la mayoría de aquellos textos de «Los cuentos para pensar», además de algunos otros escritos un poco más recientes, que no pude resistirme a incluir.

Quiero confesarte, que publicar este libro generó en mí, no pocas resistencias:

La mayoría de ellas porque me avergüenza un poco editar cosas escritas hace tanto tiempo por un Jorge Bucay que ya no soy.

Algunas otras, las más perturbadoras, porque hay, en estos textos, algunos párrafos (en «Obituario», por ejemplo), que pensé que nunca me iba a animar a mostrar.

Y muchas más por fin, porque estos cuentos no salen de historias traídas «de los tiempos de los tiempos» (como en «Recuentos para Demián»)… casi todos estos relates me pertenecen y por ello tengo, aún hoy, muchas dudas sobre su verdadero valor o utilidad.

Todas estas resistencias se balancearon con un sólo sentimiento, el halago que me produjo la búsqueda que algunas personas hicieron de este «Cuentos para pensar»…

Este libro no existe, pues, porque yo lo haya escrito, existe, básica y principalmente, por la fuerza generadora del deseo de algunos de ustedes.

El prólogo de «Cartas para Claudia» terminaba con esta frase:

«…Si leíste hasta aquí, ya sos parte de este libro y tu opinión me importa.»…

Hoy puedo cerrar este prólogo diciéndote:

Si contestaste, como muchos otros, a aquella invitación de entonces,

escribiéndome,

…si lo pensaste, aunque todavía no te hayas animado a hacerlo,

…si leíste hasta aquí, sintiendo que te escribo a vos,

quiero que sepas

que te agradezco haber ayudado en gran medida a que yo sea este que soy

hoy… y que tu opinión

¡me sigue importando!

Dr. Jorge M. Bucay