NEUROINDUCCIÓN PARA DECIR ADIÓS A LA DEPRESIÓN
En la década de 1920, un científico alemán llamado Hans Berger descubrió las ondas cerebrales y su relación con diferentes estados de conciencia. Él reveló que el cerebro emite tenues impulsos eléctricos que pueden ser medidos en microvoltios mediante un electroencefalograma o EEG (aparato que amplifica los impulsos y traza los ritmos cerebrales).
Existen cuatro tipos de ondas cerebrales principales, medidas según la frecuencia o la velocidad del impulso y la amplitud o el voltaje del impulso, y asociadas con una determinada actividad cerebral:
• ONDAS BETHA: Originan un campo
electromagnético con una frecuencia comprendida entre trece y
treinta hercios (vibraciones por segundo). Se registran cuando la
persona se encuentra despierta y en plena actividad mental. Los
sentidos se hallan volcados hacia el exterior, de manera que la
irritación, inquietud y temores repentinos pueden acompañar este
estado.
• ONDAS ALFA: Tienen una frecuencia de ocho a doce hercios y están
asociadas con estados de relajación. Se registran especialmente
momentos antes de dormir. Sus efectos característicos son la
relajación agradable, pensamientos tranquilos y despreocupados,
optimismo y un sentimiento de integración de cuerpo y
mente.
• ONDAS THETA: Con una frecuencia de entre cuatro y siete hercios,
se producen durante el sueño (o en meditación profunda,
entrenamiento autógeno, yoga…), mientras actúan las formaciones del
subconsciente. Las características de este estado son la memoria
plástica, una mayor capacidad de aprendizaje, fantasía, imaginación
e inspiración creativa.
• ONDAS DELTA: Con una frecuencia de uno y tres hercios, surgen
principalmente en el sueño profundo y muy raras veces se pueden
experimentar estando despierto. Sus estados psíquicos
correspondientes son el dormir sin sueños, el trance y la hipnosis
profunda. Las ondas delta resultan de gran importancia en los
procesos curativos y en el fortalecimiento del sistema
inmunitario.
Lo anterior nos da un «mapa» del ritmo del cerebro, y si conocemos cómo estimularlo, podemos alcanzar estados adecuados y solucionar los distintos problemas que nos agobian.
Por ejemplo, en el caso de los trastornos de atención (TDA: Trastorno por Déficit de Atención), las ondas betha están muy estimuladas, por lo que al utilizar frecuencias que estimulen las ondas Theta, se puede equilibrar el ritmo cerebral sin sustancias químicas externas ni efectos secundarios.
El cerebro se estimula cuando recibe ciertas frecuencias de ondas, sincronizándose con éstas, efecto que se conoce como FFR (Frecuency Following Response o Respuesta de Seguimiento a una Frecuencia).
La neuroinducción es una técnica de estimulación mediante los ritmos del cerebro. La función de ésta es adecuar el ritmo cerebral para lograr el cambio. Las técnicas utilizadas inducen al cerebro a estados adecuados.
El término y la técnica de la neuroinducción fueron concebidos por Juan Antonio Guerrero Cañongo, quien continúa investigando sobre ella.
Los patrones de ritmo y su inducción son utilizados por muchas culturas desde hace miles de años, pero no se utilizan científicamente. Incluso se tienen datos de logros impresionantes al alterar la conciencia con ritmos determinados, como por ejemplo lo hacen los «caminantes» del fuego de diversas partes del mundo, entre ellas, la India.
Si miles de hombres pueden caminar sobre el
fuego alterando sus frecuencias, la restauración de la salud debe
ser (y es) algo sencillo.
Los monjes del Tibet, desde hace miles de años, alteran
constantemente las funciones de los órganos del cuerpo, todo con
las frecuencias adecuadas.
Las funciones de nuestro cuerpo son rítmicas, por ello, es necesario utilizar los ritmos adecuados para aprender y para lograr la salud. Éstos son captados por nuestro ser desde la concepción, ya que el bebé tiene contacto con un mundo rítmico: el latido cardiaco, los ruidos intestinales y múltiples sensaciones y estados (al caminar, dormir, hablar, etc., la madre provoca vibraciones).
Estimular y equilibrar el ritmo cerebral debe ser el objetivo de todos los profesionales de la salud y del aprendizaje, con ello se ahorrarían miles de horas de tratamientos farmacológicos, además de proporcionarle un mejor estilo de vida al paciente.
La neuroinducción tiene muchas ventajas, entre ellas:• La sincronización de los hemisferios
cerebrales.
• La estimulación cerebral sin métodos intrusivos (no coloco
electrodos, no se inyecta al paciente, no se le administra droga
alguna).
• Utiliza muchos elementos de la musicoterapia y multiplica los
beneficios.
• No tiene efectos secundarios.
• Dolor crónico.
• Déficit de atención asociado o no con hiperactividad.
• Hipertensión.
• Diabetes.
• Secuela de embolias.
• Alzheimer.
• Parkinson.
• Depresión.
• Ansiedad.
• Insomnio.
• Estrés.
• Osteoporosis.
… además de estimular y potenciar el
aprendizaje, la memoria y el lenguaje.
Sólo falta que comiences este viaje de autodescubrimiento para
decirles a los que te rodean: «¿Depresión? No, gracias».