4

MANUAL DE INSTRUCCIONES

Fried interrumpió mis pensamientos diciendo que lo que él tenía en la mano, la caja de Hanna, en la que había varias fichas correspondientes a los pasos que debía seguir, casi hacía sospechar que alguien creía tanto en los demás, en los hombres, que finalmente había abandonado a su propia hija con un catálogo de fichas para su aprendizaje. Es decir, había confiado tanto en los demás —como un loco, susurró Fried—, que había creído no sólo que alguien podría acompañarla, sino que también podría enseñarle cosas y hacer que progresara en los objetivos referentes a (y Fried fue leyendo en voz alta algunos de los objetivos a medida que hojeaba el catálogo): «HIGIENE, MOTRICIDAD FINA, REACCIONAR A ESTÍMULOS TÁCTILO-CINESTÉSICOS». A veces, dijo Fried, yo mismo aún no sé que la mejor manera de reaccionar a un puñetazo es con otro puñetazo, otras veces es fingir que no se tienen fuerzas para responder, «ADQUIRIR HÁBITOS EN LA MESA, REACCIONAR A INSTRUCCIONES GESTUALES Y VERBALES, REACCIONAR A LA SEXUALIDAD DE MANERA SOCIALMENTE ACEPTABLE, REALIZAR TRABAJOS CON MATERIAS METÁLICAS, CUIDAR DE ANIMALES», y el objetivo que viene a continuación es difícil, sí, ¿cuántos de nosotros lo conseguiremos?; y Fried leyó: «OCUPAR EL TIEMPO LIBRE DE MANERA ADECUADA», ¿usted lo consigue?, me preguntó Fried, yo sonreí con la pregunta, y sí, por supuesto, aquel método de aprendizaje y educación de personas con discapacidad intelectual me hacía pensar en cuántos de nosotros no tendríamos un problema mucho más leve, es verdad, pero ¿cuántos de nosotros, por ejemplo, sabríamos «OCUPAR EL TIEMPO LIBRE DE MANERA ADECUADA»? Sí, eso es cierto, pero seamos claros, dijo, ella no es como nosotros, y eso no es una tragedia para nosotros, es para ella. Nosotros podemos bromear con eso, ella no, porque simplemente no puede.

—Es un poco, y perdone la imagen —dijo Fried vuelto hacia mí, interrumpiendo mi razonamiento y como si pidiese disculpas al mismo padre de la niña por la grosería que iba a decir—, es como si hubiesen abandonado una máquina en medio de la calle, una máquina desconocida, inusual o por lo menos muy rara, es como si la hubiesen abandonado con el cuidado de haber dejado también un manual de instrucciones para que quien la recogiese, la máquina extraña, supiese qué hacer con ella, dónde ponerla en marcha, cómo sacar mayor rendimiento. Perdone la imagen —repitió Fried—, pero esto es un manual de instrucciones, incluso tiene dibujos —y, de hecho, tenía dibujos de dedos torpes apretando botones, de manos haciendo una fuerza excesiva para simplemente lavarse los dientes, una tarea no de fuerza, sino en cierta manera, de pericia, considerémoslo así, una tarea que requiere, si nos ponemos en la piel de alguien con dificultades motoras, una puntería muy particular. Bueno, dijo Fried, no sé quién la ha abandonado, no sé si quien la ha abandonado merece nuestro odio y nuestra venganza por haber cometido la canallada de abandonar a alguien demasiado débil para defenderse mínimamente, o merece nuestro agradecimiento.

¿Por qué merecería nuestro agradecimiento? —me dieron ganas de preguntarle, pero estábamos llegando a Berlín, a la estación.

Una niña está perdida en el siglo XX
titlepage.xhtml
ncl_indice.htm
portadilla.htm
I_La_cara_0001_0000.htm
1_La_cara_0001_0001.htm
2_Las_fichas_0001_0002.htm
3_Un_fotografo_de_animales_0001_0003.htm
4_Donde_0001_0004.htm
II_La_revolucion__Decir_adios_0002_0000.htm
1_El_cartel_0002_0001.htm
2_Fried_Stamm_la_revolucion_0002_0002.htm
3_Como_ayudar_0002_0003.htm
4_Manual_de_instrucciones_0002_0004.htm
5_Decir_adios_0002_0005.htm
III_El_hotel_0003_0000.htm
1_El_hotel_0003_0001.htm
2_La_habitacion_0003_0002.htm
3_Las_sonrisas_en_la_calle_0003_0003.htm
4_Comer_0003_0004.htm
IV_Subir_y_bajar_0004_0000.htm
1_Vertigo_0004_0001.htm
2_La_visita_al_anticuario_Vitrius_0004_0002.htm
3_Don_Quijote_0004_0003.htm
4_La_mano_0004_0004.htm
5_Las_dos_agujas_0004_0005.htm
6_El_descenso_0004_0006.htm
7_Gritar_0004_0007.htm
V_El_nombre_0005_0000.htm
1_La_forma_del_hotel_0005_0001.htm
VI_La_visita_subita_0006_0000.htm
1_Nueva_visita_a_Vitrius_0006_0001.htm
2_La_tarea_de_la_familia_Herencia_0006_0002.htm
3_Continuar_0006_0003.htm
4_El_ojo_0006_0004.htm
5_Regreso_al_hotel_0006_0005.htm
VII_La_pesadilla_0007_0000.htm
1_Una_pesadilla_0007_0001.htm
VIII_En_el_hotel_alrededor_del_hotel_perdidos_en_el_hotel_0008_0000.htm
1_Los_huespedes_0008_0001.htm
2_Perdidos_en_el_hotel_0008_0002.htm
3_La_espalda_0008_0003.htm
IX_Buscar_una_planta_0009_0000.htm
1_El_ojo_rojo_0009_0001.htm
2_Una_fotografia_0009_0002.htm
3_Buscando_una_planta_0009_0003.htm
X_Peso_y_musica_0010_0000.htm
1_La_importancia_del_peso_0010_0001.htm
2_Un_paseo_con_Terezin_0010_0002.htm
3_Algunas_preguntas_sobre_el_bienestar_0010_0003.htm
XI_Otra_pesadilla_0011_0000.htm
1_Marius_0011_0001.htm
XII_Siete_Siglos_xx_0012_0000.htm
1_Los_Siglos_xx_0012_0001.htm
2_El_Siglo_xx_en_Moscu_0012_0002.htm
XIII_Pequenas_palabras_0013_0000.htm
1_Ojo_rojo__y_la_tarjeta_de_visita_0013_0001.htm
2_El_ojo_rojo_la_campana_0013_0002.htm
XIV_Hansel_y_Gretel_0014_0000.htm
1_Dejar_pistas_0014_0001.htm
2_Hanna_y_Marius_en_el_tren_0014_0002.htm
3_Josef_Berman_aparece_0014_0003.htm
XV_La_fuga_0015_0000.htm
1_Escondite_0015_0001.htm
2_Regresar_a_Berlin_0015_0002.htm
3_Nada_0015_0003.htm
4_La_multitud_finalmente_0015_0004.htm
0016_0000.htm
Creditos_0017_0000.htm