150 EXT. BOSQUE PROFUNDO - NOCHE AMERICANA
Mercedes corre entre los árboles. Un grupo de hombres armados, a caballo y a pie, la persiguen…
Ella resbala en el lodo, pierde ventaja.
Mercedes se pone en pie, con una ligera cojera—
150A EXT. CLARO EN BOSQUE / DESCAMPADO - NOCHE AMERICANA
Llega hasta un claro. De su caballo desmonta Garcés. Se acerca a ella. Unos seis hombres más la rodean. Mercedes toma su cuchillo. Los caballos aprietan el círculo.
GARCÉS
Más vale que vengas conmigo por las buenas.
El Capitán—
Mercedes se pone el filo contra su propia garganta.
GARCÉS
No hagas tonterías, bonita, que si alguien
te va a matar—
Saca su pistola.
GARCÉS
Prefiero ser yo—
Se acerca más. Súbitamente, un disparo lo hiere en la cabeza. Cae al suelo, muerto.
Una serie de disparos mata a los otros jinetes.
Dos de ellos tratan de escapar. Herido, Serrano lo logra, el otro es abatido por una ráfaga de tiros.
Mercedes mira con alegría como emergen de la lluvia, docenas de hombres armados (unos 50 al menos). Pedro va al frente de ellos. Suman por lo menos cuarenta. Se abrazan.
CORTE A:
151 INT. DESPACHO VIDAL - NOCHE
Vidal se descubre la herida de la mejilla. La mira en el espejo y se acerca una lámpara de gas: Luce fatal.
Vidal usa una aguja de cirugía para coserse la herida él mismo.
Ofelia entra sigilosamente al despacho. Se acerca a la mesa de trabajo del Capitán. Súbitamente Vidal se gira y va hasta su mesilla. Recoge un poco de gasa limpia.
Se sirve un trago de aguardiente pero no lo bebe.
Vuelve al espejo y se coloca la gasa limpia.
Ofelia saca el frasquito con somnífero. Vacía su contenido en el vaso con aguardiente que ha quedado en la mesilla.
Vidal siente un movimiento. Se gira y va hacia su mesilla: no hay nadie. Entra el—
SARGENTO BAYONA
Capitán— Capitán— Venga usted pronto—
VIDAL
Y ahora, ¿qué coño sucede?
SARGENTO BAYONA
Serrano ha vuelto. Está herido.
VIDAL
¿Herido?
Sale de ahí, dejando a la niña sola, escondida detrás de unos sacos de arena. Ofelia sale de su escondite y mira hacia la cuna, donde el llanto amaina.
152 EXT. MOLINO - NOCHE AMERICANA
Una docena de hombres se reúne alrededor de Serrano.
VIDAL
¿Dónde está Garcés?
SERRANO
Muerto. Nos han tendido una emboscada—
VIDAL
¿Y los otros?—
SARGENTO BAYONA
Ninguno de los otros grupos han regresado,
señor y los puestos de vigilancia no
responden a nuestras señales—
VIDAL
(al Guardia herido)
—¿Cuantos eran?
SERRANO
No menos de cincuenta hombres, mi Capitán—
VIDAL
(al SARGENTO BAYONA)
¿Cuantos hombres hay en el campamento?
SARGENTO BAYONA
Veinte— quizá menos, señor—
153 DESPACHO VIDAL - NOCHE
Ofelia saca su trozo de tiza. Empieza a dibujar una puerta con tiza. Inesperadamente, la tiza se rompe y rueda por el suelo.
OFELIA
Nos vamos a ir de aquí. Tú y yo juntos. No
tengas miedo. No te va a pasar nada.
Recoge a su hermano, lo envuelve en una cobija y lo abraza, va hacia la salida cuando—
VOZ VIDAL
Quiero que vigilen el perímetro del bosque—
en cuanto vuelva una de las patrullas,
quiero verles.
Vidal entra a su despacho con Bayona.
VIDAL
Comuníquese por radio con el Teniente Coronel.
Necesitamos apoyo urgentemente—
SARGENTO BAYONA
Sí, señor.
Sale. Vidal va a beber su aguardiente pero se detiene— recoge su reloj de plata, le da cuerda, se lo pone al bolsillo.
Bebe el aguardiente, que le quema la mejilla herida y le mancha la gasa limpia, mezclándose con sangre.
Vidal nota de pronto el silencio en la habitación. Mira a su alrededor, va hasta la cuna: está vacía.
Ofelia no sabe que hacer. Está asustadísima. Se esconde lo mejor que puede.
Vidal descubre a Ofelia, de pie, frente a él: con el niño en brazos.
VIDAL
Déjalo—
Saca su pistola y da un par de pasos. Se tambalea. Afuera se empiezan a escuchar disparos y gritos. Por las ventanas entra el resplandor de algunas explosiones. Cae algo de polvo y escombros.
La niña retrocede hacia la puerta de salida. Vidal trastabillea hacia ella.
VIDAL
Que lo dejes, te digo—
Tropieza con su mesa de trabajo. Apenas si se puede sostener en pie. Ofelia echa a correr. Vidal trata de sacudirse el mareo y va tras ella.
154 INT. COCINA - NOCHE
La niña se dirige hacia el exterior. La luz de una explosión ilumina la estancia, permitiéndole a Vidal localizarla. Va tras ella.
155 EXT. MOLINO - PARTE TRASERA - NOCHE
Ofelia sale del molino corriendo con su hermano en brazos. Corre hacia el laberinto.
Vidal sale detrás de ella, tambaleándose. Al fondo son visibles más explosiones y fuegos. Una batalla campal.
Serrano se le acerca—
SERRANO
Capitán— Capitán. Cúbrase—
Algunos disparos explotan cerca de Vidal pero este sigue avanzando. Serrano muere envuelto en una explosión. Su cuerpo se fragmenta en varias secciones.
Algunos GUERRILLEROS surgen de entre los árboles y Vidal les dispara sin dejar de avanzar hacia el laberinto.
156 EXT. LABERINTO - NOCHE
Ofelia entra al laberinto con el bebé. Vidal avanza hacia ellos, acercándose peligrosamente. La noche iluminada por el fuego de las explosiones lejanas.
157 INT. PASAJES LABERINTO - NOCHE
Ofelia se pierde entre los corredores.
OFELIA
Por favor— Por favor— Yo no conozco el
camino sin vuestra ayuda.
Mostrádmelo por favor…
Está agotada. La voz le tiembla, las lágrimas le afloran a los ojos.
Mágicamente las paredes se mueven para dejarle el paso libre —una y otra— y otra vez. Luego se cierran para impedirle el paso a Vidal que la sigue de cerca pero se topa con obstáculos por todas partes. Mareado, débil, se reclina contra una pared, luego continúa buscando el camino.
Ofelia llega hasta la Rotonda. Mira hacia arriba: LA LUNA ESTA LLENA.
FAUNO
¡Rápido, Majestad, entregádmelo ya…!
Ahí está el fauno, más joven y más bello que nunca antes. En su mano está la daga dorada. Ofelia se detiene.
OFELIA
¿Que lleváis en la mano?
FAUNO
El portal solo se abrirá si derramamos en
él— sangre inocente.
(pausa)
Solo un poco de sangre. Un pinchazo tan
solo… Confiad en mí— es la última prueba—
Vamos—
El macuto vibra furiosamente. El hada verde se escapa del macuto y revolotea angustiada alrededor de Ofelia.
FAUNO
Prometisteis obedecerme sin chistar—
Entregadme al niño— Dejaremos este mundo atrás—
El Fauno se acerca a la niña. Que retrocede horrorizada.
FAUNO
Llevo siglos aquí— No quiero esperar más.
OFELIA
No.
Vidal entra a la rotonda. Descubre a Ofelia. Sola— Vidal, haciendo un enorme esfuerzo, levanta la pistola.
El fauno saca el libro. Lo entrega a Ofelia.
FAUNO
Mirad en el interior, así sabréis que os digo
la verdad. Mirad el libro. Mirad vuestro futuro.
Ofelia recibe el libro, pero no lo abre.
OFELIA
No necesito saber mi futuro. No me interesa.
Mi hermano se queda conmigo.
El hada verde se posa en su hombro.
FAUNO
¿Sacrificaréis vuestro derecho sagrado— por
este mocoso al que apenas conocéis?
OFELIA
Sí. Lo sacrifico.
FAUNO
¿Negareis vuestra cuna Por él— Él, por
quien habéis sido humillada, ignorada?
OFELIA
Sí. La Niego.
FAUNO
Hágase pues vuestra voluntad—
VIDAL dispara. El disparo alcanza a Ofelia en la cintura. Cae suavemente al suelo, a la orilla del pozo, con su hermano en brazos. El libro cae cerca de ella.
Vidal recoge al niño. Ofelia le extiende las manos, suplicando ayuda con lágrimas en los ojos. Vidal la ignora, escupe al suelo y se aleja de ahí.
CÁMARA se acerca al rostro de Ofelia. De su nariz mana un grueso hilo de sangre.
Cerca de ella, el libro. El aire mueve sus hojas. Cada vez más rápidamente…
161 INT. LABERINTO - NOCHE
Vidal recorre el último segmento del laberinto antes de salir—
162 EXT. LABERINTO - NOCHE
Fuera lo esperan Pedro y sus hombres. Y al frente de todos: Mercedes, que se acerca a él— Se miran largamente.
VIDAL
Mi hijo—
Mercedes asiente, y lo recoge de sus brazos. Vidal comprende su situación.
Saca el reloj de bolsillo y lo estrella contra el suelo.
VIDAL
Decidle a mi hijo— decidle la hora en
que morí— decidle— que su padre—
Pedro se acerca a él, con una pistola.
MERCEDES
(a Vidal)
No— Nunca sabrá tu nombre.
La cara de Vidal refleja el más absoluto desamparo. Las palabras de Mercedes no podrían hundirle más—
Es entonces precisamente que Pedro le dispara en la cabeza.
De su frente mana un hilillo de sangre. Vidal cae muerto.
163 INT. ROTONDA EN EL CENTRO DEL LABERINTO
Mercedes llega a la Rotonda, se arrodilla junto a la niña moribunda. Llora, le tararea una dulce canción de cuna.
Las pupilas de Ofelia se contraen. La sangre que mana de su cuerpo entra al pozo y desciende—
163AA INT. POZO - NOCHE
hasta el charco del fondo en el que se refleja la luna.
163AAA EXT. ROTONDA EN EL CENTRO DEL LABERINTO - NOCHE
Una imagen se empieza a formar en la página del libro: Es la de Ofelia, frente a un trono fastuoso en una corte real.
VOZ PADRE / REY
Poneos de pie, hija mia.
Ofelia se levanta—
163A INT. SALÓN DEL TRONO - CREPÚSCULO
El laberinto ha desaparecido. Está en una sala enorme, en un castillo oscuro y majestuoso. Múltiples hadas revolotean alrededor de su cabeza. Frente a ella hay un hombre sentado en un trono dorado. A su lado, un trono igual, pero vacío, aguarda. Es el REY DEL MUNDO SUBTERRÁNEO.
A su lado está la REINA, que guarda un asombroso parecido con Carmen, la madre de Ofelia. Lleva al bebé en los brazos.
Ofelia se inclina ante el Rey.
OFELIA
Padre…
REY
Poneos en pie, hija mia—
Derramasteis vuestra sangre antes
que la de un inocente. Esa era la
última prueba…
Detrás del trono vacío está el FAUNO, pero ahora es más bello, más joven. Se inclina ante Ofelia.
FAUNO
… y habéis elegido bien, Majestad.
REY
Venid a mi lado. Sentaos junto
a vuestro padre, que tan largo
tiempo os ha esperado.
El hada verde vuela alrededor de Ofelia, que es vitoreada por cientos de voces.
164 INT. LABERINTO - NOCHE
Ofelia sonríe, y muere al fin. En sus ojos: una lágrima congelada. Mercedes abraza a la niña muerta.
164A VISTA AÉREA 164A
En el fondo del pozo, la luna se refleja. Revoloteando en el aire: el INSECTO VERDE.
VOZ NARRADOR
Y se dice que la princesa descendió
al reino de su padre—
(pausa)
Y que ahí reinó con justicia y
bondad por muchos siglos. Que fue
amada por sus súbditos…
165 EXT. ÁRBOL VIEJO - AMANECER
La luz del sol emerge gradualmente de la oscuridad e ilumina la silueta de el árbol caído en el que brotan, ante nuestros ojos, flores blanquísimas.
VOZ NARRADOR
Y que dejó detrás de si, pequeñas
huellas de su paso por el mundo.
(pausa)
Visibles solo para aquel que sepa
donde mirar…
El árbol muerto ha vuelto a florecer.
FUNDE A NEGRO.
07/06/05