SERIE AMOROSA
Con ejemplos muestra a Flora la brevedad de la hermosura, para no malograrla.
La mocedad del año, la ambiciosa
vergüenza del jardín, el encarnado
oloroso rubí, Tiro abreviado[90],
también del año presunción hermosa;
5 la ostentación lozana de la rosa,
deidad del campo, estrella del cercado;
el almendro[91], en su propria flor nevado,
que anticiparse a los calores osa,
reprehensiones son, ¡oh Flora!, mudas
10 de la hermosura y la soberbia humana,
que a las leyes de flor está sujeta.
Tu edad se pasará mientras lo dudas;
de ayer te habrás de arrepentir mañana,
y tarde y con dolor serás discreta.
A Aminta, que teniendo un clavel en la boca, por morderle se mordió los labios y salió sangre.
Bastábale al clavel verse vencido
del labio en que se vio cuando esforzado
con su propria vergüenza[92] lo encarnado
a tu rubí[93] se vio más parecido,
5 sin que en tu boca hermosa dividido
fuese de blancas perlas[94] granizado,
pues tu enojo, con él equivocado,
el labio por clavel dejó mordido,
si no cuidado[95] de la sangre fuese,
10 para que a presumir de tiria[96] grana
de tu púrpura líquida aprendiese.
Sangre vertió tu boca soberana,
porque roja victoria[97] amaneciese,
llanto al clavel y risa a la mañana.
Describe a Leandro fluctuante en el mar.
Flota[98] de cuantos rayos y centellas,
en puntas de oro[99], el ciego Amor derrama,
nada Leandro; y cuanto el Ponto brama
con olas, tanto gime por vencellas.
5 Maligna luz[100] multiplicó en estrellas
y grande incendio sigue pobre llama:
en la cuna de Venus[101], quien bien ama,
no debió recelarse de perdellas.
Vela y remeros[102] es, nave sedienta;
10 mas no le aprovechó, pues, desatado
Noto[103] los campos líquidos violenta.
Ni volver puede ni pasar a nado;
si llora, crece el mar y la tormenta,
que hasta poder llorar le fue vedado.
Amor que sin detenerse en el afecto sensitivo pasa al intelectual.
Mandome, ¡ay Fabio!, que la amase Flora[104],
y que no la quisiese; y mi cuidado,
obediente y confuso y mancillado,
sin desearla, su belleza adora.
5 Lo que el humano afecto siente y llora,
goza el entendimiento, amartelado[105]
del espíritu eterno encarcelado
en el claustro mortal[106] que le atesora.
Amar es conocer virtud ardiente;
10 querer es voluntad interesada,
grosera y descortés caducamente.
El cuerpo es tierra, y lo será, y fue nada;
de Dios procede a eternidad la mente:
eterno amante soy de eterna amada.
Sencilla significación de afecto amoroso, proporcionada al sujeto amado.
Oye, tirano hermoso[107],
un hombre agradecido a su tormento,
con su mal tan contento,
que no está de otros bienes codicioso,
5 aunque ve malograr sus pretensiones.
Escucha las razones
que a tus paredes dice, por moverte[108],
y adora las que tiene de quererte.
Que no te siga ordenas,
10 cuando consiste en verte yo mi vida,
y que seré homicida
de mí, si te obedezco en tantas penas.
Mas si el ver que te sigo te da enojos,
mándales a tus ojos
15 que no me lleven tras sus rayos bellos,
ya si los miro, o ya me miren ellos.
Mándasme que te olvide:
¿quién lo podrá acabar[109] con mi memoria
cuando toda su gloria
20 en sólo contemplar tu beldad mide?
Fuérzome, ídolo mío,
y a olvidarte porfío;
pero como nací para adorarte,
cuando me olvido es sólo de olvidarte.
25 Tus desdenes adoro,
que al fin son tuyos, aunque son desdenes,
y ese rigor que tienes,
le busco y tengo yo por mi tesoro.
Estimo en ti lo que de ti merezco,
30 mientras sufro y padezco,
aguardando que tengas en tal calma[110],
ya que no voluntad, lástima a l’alma.
Si te obedezco, muero,
pues que tu vista pierde mi recato;
35 y si no, yo me mato,
enojando la cosa que más quiero.
Fatígome y procuro obedecerte,
y viendo que es mi muerte,
firme en mi amor y en mi tormento firme,
40 vengo a matarme yo, por no morirme.
Pintura no vulgar de una hermosura.
Tus niñas[111], Marica,
con su luz me asombran[112],
y mirando apenas[113],
dan a mirar glorias.
5 Ojos paladines[114],
que por toda Europa
desventuras vencen
y aventuras logran.
Es gala y no culpa
10 en ti el ser traidora,
pues tendrás dos caras
que serán hermosas.
Rica y avarienta
tienes esa boca,
15 pues de risa y perlas
nunca da limosna.
Esas dos mejillas,
de lo que les sobra,
prestan al verano
20 lo que a mayo adorna.
Jardines de Chipre[115]
son a puras rosas,
y de Falerina[116]
por lo que aprisionan.
25 Tu cabello bate
moneda en coronas;
Indias son tus sienes,
minas son tus cofias.
El nevado fuego
30 que tus manos forman,
ya amenaza hielos
cuando rayos forja.
Todos te codician
y te invidian todas,
35 pero yo entre todos
soy quien más te adora.
¿Qué es cosa y cosa[117]
pena y paraíso, infierno y gloria?