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El plan diabólico
Figureo Augusto y Matt Dolan se reunieron a las diez de la mañana en el Majestic Mall, ubicado en la avenida principal del exclusivo sector de Arroyo Hondo, puesto que a Matt no le gustaba para nada las reuniones en sitios lujosos, concurridos y céntricos del polígono central de la ciudad.
Ambos caminaron despaciosamente por los pasillos de la plaza, mientras sus guardaespaldas los seguían adelante y atrás, a menos de diez metros de distancia.
-Nuestros espías nos han reportado la entrada de cerca de quince colombianos y venezolanos que han llegado en diferentes vuelos en las últimas seis horas, desde el Aeropuerto Internacional de Puerto Plata, el Aeropuerto de El Cibao y el Aeropuerto internacional de Las Américas-, repuso Matt, con una seriedad y firmeza absoluta.
El capo miró a su derecha y a su izquierda, reparando en la gente que caminaba alrededor y prosiguió:
-Como te prometí, vamos a proteger las operaciones de la organización. Indudablemente se trata de un golpe que planea el Cártel de Cali contra ustedes, son sicarios de Cali. Esta información ha sido garantizada por nuestras fuentes.
Matt se detuvo frente a una tienda de venta de artículos deportivos y observó lo bates y guantes de excelente calidad colgados en sus vitrinas. Figureo se detuvo a su lado.
-Para contrarrestar esta acción dos de nuestros espías, que están infiltrados en Cali, uno en Colombia, y el otro aquí, han suministrado a la cúpula información falsa de sus posiciones, es decir, dónde está ubicado el cuartel principal del Pentágono del Mal. Los espías han averiguado que ya Cali sabe que ustedes han traicionado a la organización y conocen que tú no seguirás trabajando con ellos. El Cartel llegó a estas conclusiones, luego de una reunión de emergencia donde trataron la muerte de su principal hombre en el país, el colombiano Josué Santafé Treviño, anteayer-, explicó Matt.
En ese momento un grupo de adolescentes de uno y otro sexo se acercaron a ellos haciendo chistes y riéndose, y entraron a la tienda de artículos deportivos.
Matt y Figureo esquivaron al grupo, compuesto por cerca de diez jóvenes, apartándose un poco de la puerta principal del local, mientras Figureo no pudo evitar mirar el trasero de una de las jovencitas, quien, caminando con un estilo bien coqueto, meneaba su caderas de forma ondulante, en lo que los guardaespaldas concentraban su atención en el grupo.
En este momento los capos se encontraban en el corazón de la plaza Majestic Mall, pero sería difícil, por no decir imposible, que un agente antinarcóticos estuviera rondando por la plaza a esta hora y los descubrieran.
De seguro nadie iba a adivinar que esos dos hombres que se paseaban por allí, eran dos capos de renombre mundial, pero que aunque todavía no estaban en la lista de los más buscados del mundo, eso no quitaba que los capos se desplazaran con discreción por los centros comerciales, calles y avenidas de la ciudad.
Ambos llevaban pantalones vaqueros, bien ajustados y camisetas de algodón, frescas y acordes con el clima. Cada uno lucía gafas Ray Ban de última moda, que ocultaban completamente sus ojos, mientras Matt llevaba una gorra azul de los Yanquis de Nueva York.
Mat volvió a mirar disimuladamente a la izquierda y a la derecha, y a hacia delante y hacia atrás, y prosiguió:
-Ahora bien, el quid de la cuestión está en que nosotros hemos suministrado la posición donde, supuestamente, está el cuartel general del Pentágono del Mal. También hemos preparado el lugar para esperarlos allí y matarlos a todos. Hemos llamado su atención hacia una mansión que tenemos en el sector de Las Praderas, que es una fortaleza, donde hemos colocado nuestros mejores hombres y está artillada hasta el techo con toda clase de armas y municiones. Es todo un fortín, y tenemos toda el área vigilada y cuidada- repuso.
A Figureo se le prendieron los ojos, observando a Matt, como si viera al diablo montando a caballo y prendido en candela. Luego de la exposición de su nuevo socio, se quedó boquiabierto, sorprendido de la forma en que Matt había preparado todo en un tiempo récord.
-Me ha sorprendido cómo lo has preparado todo, y tan rápido-, dijo. Luego miró a sus guardaespaldas que examinaban los alrededores, y después reparó en los jóvenes que salían de la tienda, buscando con sus ojos dislocados el trasero de la jovencita coqueta, y continúo:
-Está todo perfecto Matt. Pero nos falta uno. Ese es el coronel Pepe El Gordo, jefe de Decomisos de la DNCD, que era el jefe de Operaciones del organismo antinarcóticos hasta hace poco. Ese pendejo se nos está acercando demasiado, peligrosamente. Matt, Tenemos que eliminarlo a como dé lugar. Ahora mismo es el policía más inteligente y astuto con que cuenta el organismo antinarcóticos. Tenemos que preparar la ocasión para acabar también con el agente y su grupo y hacer un borrón y cuenta nueva, para que podamos iniciar nuestras operaciones sin obstáculos-, explicó.
-He oído hablar de él, pero no sabía que fuera tan efectivo-, dijo Matt, pensando por un momento en lo que Figureo le acababa de revelar.
-Bueno-, dijo Matt. -Vamos a ir preparando algo para el agente, pero que conste que no me gusta improvisar. Con este nuevo objetivo tendremos que emplear todos los hombres que tengas disponible en la organización.
-Nos pondremos a disposición todos. Si es posible utilizaríamos cientos de hombres que trabajan para nuestra organización, y que prestan servicio en todo el país, como también puedes contar conmigo y los cuatro miembros restantes de la cúpula de la red-, replicó Figureo de forma insistente.
-Esto puede significar todos, o cualquiera de ellos que se necesiten-, reflexionó Figureo. -Lo que queremos es dar un golpe mortal a Cali y a la policía.
Matt pensó por un momento en las palabras de su socio, y estuvo de acuerdo que su razonamiento era bastante lógico y correcto. Sabía que en el instante en que la organización de Figureo eliminara a los remanentes del Cartel de Cali y al grupo de policías que le seguía la pista, su organización se iba a fortalecer de forma tal, que se haría invencible.
Matt sabía que él era la clave para ayudarlos a lograr este fin y que este era el momento preciso. Él podría planear el ataque sin que la organización resultara mínimamente afectada, pero con la policía no podía usar cualquiera de los métodos ordinarios y tradicionales.
Por tanto, Matt meditó en el hecho de que atrapar al coronel Pepe El Gordo requería de todo un plan diferente. Caminó lentamente por la vía principal de la plaza, observando las vitrinas de las tiendas, llenas de ropas americanas, europeas y chinas, y artículos, muebles y objetos de mucho valor. Luego contempló un grupo de hermosas mujeres, blancas y mulatas, enrojecidas y bronceadas por el sol, que preciosas, caminaban con ropas frescas, pantalones cortos y las espaldas descubiertas. Luego miró las fachadas de las tiendas y escrutó de repente los rostros de los transeúntes.
Mientras Figureo, a su lado, observaba las suaves líneas de las espaldas de las mujeres hasta que se perdieron de su vista, mientras su mente solo pensaba en asesinar a Pepe El Gordo. En tanto que para Matt, la única pregunta que bailoteaba en su mente era si realmente valdría la pena acribillar a ese coronel.
Matt se detuvo nuevamente y asintió: -Perfecto. Vamos a involucrar a la policía en esta operación. Para ello infiltraremos la misma información con que engañamos al Cartel a los dos agentes que tenemos comprados en la DNCD. Solo que a la policía le informaremos de que se trata de un cuartel general del Cartel de Cali. Para que la policía no sospeche, a ellos les pasaremos la información en el último momento, cuando todos estemos atrincherados y en nuestras posiciones de combate. Si logramos que tanto los sicarios de Cali como la policía lleguen juntos a la casa del sector Las Praderas, será un espectáculo digno de ver.
En ese momento un hombre joven y bien vestido, pasó por su lado, y Matt se calló por discreción, aunque no había motivos de alarma para hacerlo.
-Muy pronto comenzaremos la operación. Así es que debes irte a preparar a tus hombres, y nos encontramos en la Calle Lateral, casa número dos, del Sector Las Praderas. Allí nos reuniremos cuanto antes, Creo que con treinta tiradores de tu equipo será suficiente. Ustedes se concentrarán en la policía. Así es que ve planeando tu mejor estrategia, para que lances un ataque mortal, ordenó Matt.
-Entendido ¿cuándo crees que comenzará la operación?- preguntó Figureo.
-Posiblemente hoy en la noche, o en la madrugada o mañana en la mañana. Pero será en pocas horas. Las órdenes que tienen los sicarios de Cali, es acabar con ustedes cuanto antes, lo más pronto posible, para así evitar ser detectados por la policía- respondió Matt.
Figurero se despidió y se marchó, seguido de sus cuatro escoltas, mientras Matt se quedó unos minutos más, caminando por el camino principal de la plaza, miraba las vitrinas de las tiendas, bien decoradas, y observaba las caras curiosas de los transeúntes, que también, elegantemente vestidos, veían admirados las vitrinas de las tiendas.
-Si tenemos un poco de suerte-, pensó Matt, -podremos conseguir lo que queremos, y si acabamos con estos obstáculos nos espera una época dorada- pensó.