Notas

[1] I Corintios 15:3-4. <<

[2] Adolf von Hamack reconstruyó el origen de estas expresiones formales; véase History of Dogma, volúmenes I, pp. 5-6, y II, pp. 1-2, en la traducción de Neil Buchanan de la edición de 1900 de Dogmengeschichte (Nueva York, 1961), volúmenes I, pp. 267-313, y II, pp. 1-29. <<

[3] Ireneo, Libros Quinque Adversus Haereses 2.32.4, ed. W. W Harvey (Cambridge, 1851), citado de ahora en adelante como AH. <<

[4] Tertuliano, Apología 39. <<

[5] Rodney Stark, The Rise of Christianity: A Sociologist Reconsiders History (Princeton, 1996), especialmente, pp. 73-94. <<

[6] Del resumen (perdido) que hizo Galeno de la República de Platón, conservado en árabe y traducido por R. Walzer, Galen on Jews and Christians (Londres, 1949), p. 15. <<

[7] Marcos 12:29-31; véase también Deuteronomio 6:4. <<

[8] Stark, Rise of Christianity, pp. 86-87. <<

[9] Mateo 25:35-46. <<

[10] Tertuliano, Apologia 39. <<

[11] Ibid. <<

[12] Romanos 6:3-14. <<

[13] Tertuliano, Apologia 3. <<

[14] Ibid., 2; sobre las ideas de Tácito, véanse sus propias palabras en Annales 15:44.2-8. <<

[15] Passio Sanctarum Perpetuae et Felicitatis 3.1-2. <<

[16] Ibid., 3.3. <<

[17] Ibid., 5.2-4. <<

[18] Ibid., 5:5. <<

[19] Ibid., 6:5. <<

[20] Ibid., 18:2. <<

[21] Justino, I Apologia 61. <<

[22] Ibid., 14. <<

[23] Es decir, si podemos tomar lo relatado por san Justino como indicador de lo que eran prácticas comunes. Los expertos han creído a menudo que Justino describía las prácticas de los cristianos de Roma —en realidad, de todos los cristianos de Roma—, pero otros estudios más recientes han modificado esta creencia; véase, por ejemplo, George La Piaña, «The Roman Church at the End of the Second Century», Harvard Theological Review 17 (1925), pp. 214-277; también A. Hamman, «Valeur et signification des renseignements liturgiques de Justin», Studia Patrística 13 (1975), pp. 264-274; asimismo las agudas observaciones admonitorias de Paul E Bradshaw en The Search for the Origins of Christian Worship: Sources and Methods for the Study of Early Liturgy (Cambridge, 1992), pp. 11-113. <<

[24] Véase la visión general de Bradshaw sobre las pruebas y los problemas en The Search for the Origins of Christian Worship. <<

[25] Aquí sigo la datación cronológica sugerida por Jonathan Draper en, por ejemplo, su artículo «Torah and Troublesome Apostles in the Didache Community», en J. Draper, ed., The Didache in Modem Research (Leiden, Nueva York y Colonia, 1996), pp. 340-363. <<

[26] Didakhé 1.2. <<

[27] Ibid., 1.3-5. <<

[28] Ibid., 2.2; 4.8. El punto de vista que san Mateo adopta sobre la Didakhé viene expresado en la obra de Helmut Koester, Synoptische Überlieferung bei den apostolischen Väter (Berlín, 1957), pp. 159-241; y Bentley Layton, «The Sources, Dating and Transmission of the Didache l:3b-2:4», Harvard Theological Review 61 (1968), pp. 343-383. Christopher Tuckett coincide en que los paralelismos con san Mateo y san Lucas quedan mejor explicados si se acepta que la Didakhé presupone «los excelentes evangelios de san Mateo y san Lucas», p. 128, en «Synoptic Tradition in Didache», en Draper, Didache in Modem Research, pp. 92-128. Sin embargo, encuentro interesante la perspectiva que introduce Draper, por ejemplo, en «Christian Self-Definition Against the “Hypocrites” in Didache VIII», en el mismo volumen, pp. 223-243, y en «The Jesus Tradition in the Didache», en D. Wenham, ed., Gospel Perspectives V: The Jesus Tradition Outside the Gospels (Sheffield, 1985), pp. 269-289. <<

[29] No sabemos si en este caso el cumplimiento de «la ley divina en su integridad» habría requerido la circuncisión, pero ciertamente requería renunciar a la idolatría —el culto a los dioses— y probablemente también la práctica de alguna versión de las leyes de la comida kosher. En la interpretación que hago aquí sigo el texto de Draper, «Torah and Troublesome Apostles», pp. 352-359. <<

[30] Véase también Draper, «Social Ambiguity and the Production of Text: Prophets, Teacher, Bishops, and Deacons in the Development of the Jesus Tradition in the Community of the Didache», en C. N. Jefford, ed., The Didache in Context: Essays on Its Text, History, and Transmission (Leiden, 1995), pp. 284-313. <<

[31] Didakhé 9:4. Los expertos han entablado muchas discusiones a cuenta de las informaciones que figuran en la Didakhé sobre el bautismo y la eucaristía; para un resumen de opiniones, véase Bradshaw, The Search for the Origins of Christian Worship: Sources and Methods for the Study of Early Liturgy (Cambridge, 1992), pp. 80-82, 132136; véase también Willy Rordorf, «The Didache», en The Eucharist of the Early Christians (Nueva York, 1978), pp. 1-23; John W. Riggs, «From Gracious Table to Sacramental Elements: The Tradition History of Didache 9 y 10», Second Century 4 (1984), pp. 83-101; y Johannes Betz, «The Eucharist in the Didache», en Draper, Didache in Modern Research, pp. 233-275. <<

[32] Didakhé 10:6; véase también Enrico Mazza, «Elements of a Eucharistic Interpretation», en Draper, Didache in Modem Research, pp. 276-299. <<

[33] Marcos 14:22-24; compárese con Mateo 26:26-29; Lucas 22:713; I Corintios 11:23-25. <<

[34] Tertuliano, Apología 7. <<

[35] Ibid., 8. <<

[36] Un antropólogo contemporáneo ha sugerido que san Pablo y sus seguidores adoptaron este ritual para repeler a los judíos de mentalidad tradicional y situarse así ellos mismos a distancia de las comunidades judías. <<

[37] Justino, I Apología 66. Hay paralelismos más cercanos en algunos de los Manuscritos del Mar Muerto; véase, por ejemplo, Otto Betz, «Early Christian Cult in the Light of Qumran», Religious Studies Bulletin 2:2 (abril, 1982), pp. 73-85. <<

[38] Justino, 1 Apologia 54. Muchos expertos han observado los paralelismos existentes entre los rituales que se practicaban en las religiones mistéricas y la eucaristía cristiana; véase, por ejemplo, E. Lohse, The New Testament Environment (Londres, 1976) y, más recientemente, A. J. M. Wedderburn, «The Soteriology of the Mysteries and Pauline Baptismal Theology», Novum Testamentum 19:1 (1982), pp. 53-72, y «Hellenistic Christian Traditions in Romans 6?» en New Testament Studies 29 (1983), pp. 337-355. <<

[39] 1 Corintios 1:23. El término griego es skandalon. <<

[40] Por la última frase estoy en deuda con N. T. Wright, Jesus and the Victory of God (Minneapolis, 1992). <<

[41] Lucas 24:21. <<

[42] Marcos 8:31. San Marcos utiliza la palabra griega dei, que se suele traducir como «es necesario». <<

[43] Marcos 14:22. Véase la nota 50 para estudios sobre las «palabras de la consagración». <<

[44] Marcos 14:24. Sobre el lenguaje figurativo del sacrificio, véase Edward J. Kilmartin, S. J., «Sacrificium Laudis: Content and Function of Early Eucharistic Prayers», Theological Studies 35:2 (junio, 1974), pp. 268-286. <<

[45] Mateo 26:27-28. <<

[46] Para las traducciones de las citas del Antiguo Testamento, aquí y en lo sucesivo, se ha utilizado como referencia La Santa Biblia, Planeta, Barcelona, 4.a edición, 1967, traducción directa del hebreo de Francisco Cantera Burgos y José Manuel Pabón Suárez de Urbina, junto con un equipo de colaboradores. (N. de la t.) <<

[47] Éxodo 24:8. <<

[48] Sobre las alusiones de san Marcos a la alianza de Moisés, véase el resumen en Reginald Fuller, «The Double Origin of the Eucharist», en Biblical Research: Papers of the Chicago Society of Biblical Research VIII (Chicago, 1963), pp. 60-72; véase también Joachim Jeremías, Die Abendsmahlworte Jesu (Gotinga, 1949), traducido como The Eucharistic Words of Jesus (Londres y Nueva York, 1966). <<

[49] Jeremías 31:31-34. <<

[50] Sobre la interpretación que hace san Pablo de las palabras de la eucaristía, véase, por ejemplo, Eduard Schweitzer, The Lord’s Supper According to the New Testament (Filadelfia, 1967); también Paul Neuenzeit, Das Herrenmahl: Studien zur paulinischen Eucharistieauffassung (Munich, 1960). <<

[51] Para un resumen del comentario y otras referencias, véase Bradshaw, The Search for the Origins of Christian Worship: Sources and Methods for the Study of Early Liturgy (Cambridge, 1992), pp. 48-51. Sobre el sacrificio de la eucaristía, véase, por ejemplo, Robert Daly, The Origins of the Christian Doctrine of Sacrifice (Londres y Nueva York, 1986); y Rowan Williams, Eucharistic Sacrifice: The Roots of a Metaphor (Bramcote, Notts, 1982). <<

[52] Justino, I Apologia 67. Pero véanse, por ejemplo, las referencias que se ofrecen en la nota 23, en las que se cuestiona si —o hasta qué punto— describe Justino unas prácticas reales y, de ser así, qué es lo que él podía pensar al respecto. <<

[53] I Corintios 5:7. <<

[54] Marcos 14:12-16. <<

[55] Lucas 22:15. <<

[56] Lucas 22:19b; I Corintios 11:24-25. <<

[57] Juan 13:1. <<

[58] Alrededor del mediodía. (N. de la t.) <<

[59] Juan 19:14. <<

[60] Para discutir la perspectiva general desde la cual san Juan relata la pasión y su cronología especial, véase Raymond E. Brown, S. J., The Death of the Messiah: From Gethsemane to the Grave (Nueva York, Londres, Toronto, Sydney y Auckland, 1993). <<

[61] Juan 19:34. <<

[62] Aunque san Juan no ofrece relato alguno de la «Última Cena», en el conjunto de la narración sí menciona cómo Jesús insta a sus discípulos a comer «[su] carne» y a beber «[su] sangre» (6:35-58). <<

[63] Éxodo 12:46. La Versión Oficial Revisada [en lengua inglesa] ofrece aquí una traducción que hace que parezca como si el pasaje hiciera referencia a Jesús y no a un animal llevado al sacrificio: «Not a bone of him shall be broken» [«no le quebraréis ni un hueso»]. <<

[64] Juan 19:36. <<

[65] Juan 6:35-60. <<

[66] I Corintios 11:26. <<

[67] Para la traducción de las citas de los textos gnósticos de Nag Hammadi se ha utilizado como referencia la obra de Antonio Piñero José Montserrat Torrents y Francisco García Bazán, Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi, volúmenes I, II y III, Trotta, Madrid, 1999. (N. de la t.) <<

[68] Apocalipsis de san Pedro 81:10-11. El signo que Constantino adoptó posteriormente, aunque a menudo parece una cruz, en realidad consistía en las dos primeras letras de la palabra Christos. <<

[69] Véase el capítulo 4 para el comentario y las referencias correspondientes. <<

[70] Gershom Scholem, el gran experto en textos judíos, escribió que «un mito es la línea argumental para un ritual» (On the Kabbalah and Its Symbolism [Nueva York, 1969], pp. 132-133); y aunque algunos podrían oponerse a aplicar la palabra mito a los evangelios, ya que éstos relatan acontecimientos que, según testimonios, sucedieron realmente, la historia de Jesús, tal como la cuentan los evangelios, si no es un mito, es al menos una historia con la que se pretende expresar un propósito. <<

[71] El profesor Helmut Koester, mi primer e inestimable mentor en historia del cristianismo, ha demostrado en una amplia serie de artículos que las primeras versiones del evangelio tienen conexión con la celebración litúrgica. Véase, por ejemplo, su reciente artículo «The Memory of Jesús, Death and the Worship of the Risen Lord», Harvard Theological Review 91:1 (1998), pp. 335-350. <<

[72] La palabra griega koinonia se puede traducir como «comunión» o «participación» en pasajes tales como I Corintios 10:16: «El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es koinonia de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es koinonia del cuerpo de Cristo?». <<

[73] «No hay judío ni gentil, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer: todos, en efecto, sois uno solo en Cristo Jesús». Gálatas 3:28. (N. de la t.) <<

[74] I Corintios 10:17; Gálatas 3:28; I Corintios 10:3-4. <<

[75] Justino, I Apología 61; véase también 65-66. <<

[76] Para comentarios al respecto, véase mi libro anterior Los evangelios gnósticos, Crítica, Barcelona, 1982; además, al lector interesado le recomiendo especialmente varios comentarios importantes y recientes que lamento no haber tenido a mi disposición cuando estaba escribiendo este texto: Bart Ehrman, Lost Christianities (Nueva York, 2003); Marvin Meyer, Secret Gospels (San Francisco, 2003); y Richard Valantasis, The Gospel of Thomas (Londres, Nueva York, 1997). <<

[77] Actualmente hay muchos expertos cuyos trabajos están cambiando nuestra imagen anterior, más simplista, de los orígenes del cristianismo. Entre los libros admirables que se están publicando ahora, véanse, por ejemplo, Daniel Boyarín, Border Lines: The Idea of Orthodoxy and the Partitioning of Judeo-Christianity (Pennsylvania, 2004); Bart Ehrman, Lost Christianities (Nueva York y Londres, 2003); Karen King, What is Gnosticism? (Cambridge, 2003); Marvin Meyer, Secret Gospels (California, 2003). Estoy enormemente agradecida a estos colegas por permitirme leer el manuscrito original de cada uno de dichos libros. <<

[78] Este capítulo condensa y resume un trabajo de investigación que se ha publicado de manera más completa y técnica como Elaine Pagels, «Exegesis of Genesis I in the Gospels of Thomas and John», Journal of Biblical Literature 118 (1999), pp. 477-496. <<

[79] Juan 15:12, 17. <<

[80] Juan 3:18. <<

[81] Juan 8:44. Para comentarios y referencias con respecto al modo en que el evangelio de san Juan, y también los otros, retratan a «los judíos», véase el libro de Elaine Pagels, The Origin of Satan (Nueva York, 1995), especialmente pp. 89-111 y las referencias citadas en este libro. <<

[82] Para un informe que explica con autoridad la historia del descubrimiento, véase James M. Robinson, «The Discovery of the Nag Hammadi Codices», Biblical Archaeologist 42 (1979), pp. 206-224. <<

[83] Ireneo, AH 1, Praefatio. <<

[84] Evangelio de santo Tomás 70, en la Nag Hammadi Library (de aquí en adelante NHL) 126. <<

[85] Crítica, Barcelona, 1982. <<

[86] Véase el inteligente libro de Michael Williams, Rethinking Gnosticism: An Argument for Dismantling a Dubious Category (Princeton, 1996); y otro más reciente, el importante libro que acaba de publicar Karen King, What is Gnosticism? (Cambridge, 2003). Véase también Bentley Layton, «Prolegomena to the Study of Ancient Gnosticism», en I. M. White y O. L. Yarbrough, eds., The Social World of the Early Christians: Essays in Honor of Wayne A. Meeks (Mineápolis, 1995), pp. 334-350; así como el minucioso ensayo de Antti Marjanen, «Is Thomas a Gnostic Gospel?» en la excelente colección editada por Risto Uro, Thomas and the Crossroads: Essays on the Gospel of Thomas (Edimburgo, 1998), pp. 107-139. También James Robinson editó en un volumen una traducción inglesa de todos los textos descubiertos, titulándola The Nag Hammadi Library in English (San Francisco, 1977); Bentley Layton publicó posteriormente otra traducción titulada The Gnostic Scriptures (Nueva York, 1987). Sin embargo, la edición más completa que se puede conseguir en inglés es The Nag Hammadi Series, más de veinte volúmenes publicados por Brill Press en los Países Bajos, que incluyen los textos en copto junto con introducciones, traducciones y notas en inglés. <<

[87] Véase, por ejemplo, Steven Davies, The Gospel of Thomas and Wisdom Tradition (Nueva York, 1963); Stephen J. Patterson, The Gospel of Thomas and Jesus (Sonoma, California, 1993); Gregory J. Riley, Resurrection Reconsidered: Thomas and John in Controversy (Mineápolis, 1995); April De Conick, Seek to See Him: Ascent and Vision Mysticism in the «Gospel of Thomas» (Leiden, Nueva York y Colonia, 1996); también su fascinante ensayo «“Blessed are those who have not seen” (John 20:29): Johannine Dramatization of an Early Christian Discours», en J. D. Turner y A. McGuire, eds., The Nag Hammadi Library After Fifty Years (Leiden, Nueva Yorky Colonia, 1997), pp. 381-400. <<

[88] Juan 20:31; sin embargo, una aguda crítica a este tipo de utilización puede verse en Paul-Hubert Poirer, «The Writings Ascribed to Thomas and the Thomas Tradition», en Turner y McGuire, The Nag Hammadi Library After Fifty Years, pp. 295-397. <<

[89] Para comentarios al respecto, véase el capítulo 4; además, entre las muchas obras especializadas sobre este tema: Maurice E Wiles, The Spiritual Gospel: The Interpretation of the Fourth Gospel in the Early Church (Cambridge, 1960); T. E. Pollard, Johannine Christology and the Early Church (Cambridge, 1970); C. H. Dodd, Interpretation of the Fourth Gospel (Cambridge, 1953); y E. Pagels, The Johannine Gospel in Gnostic Exegesis (Nashville, 1973). <<

[90] Marcos 11:15-16. <<

[91] Marcos 11:18. <<

[92] Juan 2:15. <<

[93] Juan 12:10. <<

[94] Juan 11:48. <<

[95] Orígenes, Comentario sobre Juan 10.4-6. <<

[96] Juan 10:33. <<

[97] Juan 20:28. <<

[98] Orígenes, Comentario sobre Juan 1.6. <<

[99] Un comentario sobre las denominaciones «hijo de Dios» y «mesías» puede verse en la influyente obra de Bart Ehrman, The New Testament: A Historical Introduction to the Early Christian Writings (Oxford y Nueva York, 2000), pp. 60-84. Un excelente comentario sobre varias cristologías puede verse en Pheme Perkins, «New Testament Christologies in Gnostic Transformation», en The Future of Early Christianity: Essays in Honor of Helmut Koester, Birger A. Pearson, ed. (Mineápolis, 1991), pp. 422-441. <<

[100] Juan 20:28. <<

[101] Un magistral comentario sobre las tradiciones conservadas en el evangelio de santo Tomás y su relación con los evangelios sinópticos y con san Juan puede verse en Helmut Koester, Ancient Christian Gospels: Their History and Development (Londres y Filadelfia, 1990), especialmente pp. 75-127. <<

[102] Para una visión general de los comentarios sobre la tradición en el evangelio de santo Tomás, véase Poirier, «The Writings Ascribed to Thomas». <<

[103] Koester, Ancient Christian Gospels, pp. 78-80; véase también la perspicaz valoración de Philip Sellew, «The Gospel of Thomas: Prospects for Future Research», en Turner y McGuire, The Nag Hammadi Library After Fifty Years, pp. 327-346; véase también Jean-Marie Sevrin, «L’interprétation de l’évangile selon Thomas, entre tradition et rédaction», en el mismo volumen, pp. 347-360. <<

[104] Evangelio de santo Tomás 1, en NHL 118. <<

[105] Génesis 1:3. Un excelente comentario puede verse en Steven Davies, «Christology and Protology in the Gospel of John», Journal of Biblical Literature 111 (1992), pp. 663-683. <<

[106] Juan 1:3. <<

[107] Koester, Ancient Christian Gospels, pp. 86-128; véase también Patterson, Gospel of Thomas and Jesus. <<

[108] Juan 1:9; la expresión griega phos ton anthropon puede traducirse como «luz de los seres humanos». <<

[109] Génesis 1:26-27; de nuevo, para una versión más detallada y técnica del comentario que se ofrece en este capítulo, véase Pagels, «Exegesis of Genesis 1». <<

[110] Una palabra que pudo haber sido acuñada por Ireneo: AH 3.11.8. <<

[111] Ibid., 1.20.1. <<

[112] Marcos 8:27-29. <<

[113] Marcos 15:39. <<

[114] Salmos 2:7; para un comentario sobre el modo en que estos pasajes están incorporados a los relatos de san Mateo y san Lucas sobre el nacimiento, véase Raymond E. Brown, S. J., The Birth of the Messiah: A Commentary on the Infancy Narratives in Matthew and Luke, 2.a edición (Nueva York, 1993). <<

[115] Marcos 1:1. <<

[116] Véase, por ejemplo, Ezequiel 2:1; 2:8; 3:1; 3:4; 3:10; 3:17; 3:25; y en los oráculos de Ezequiel. <<

[117] Daniel 7:13. <<

[118] Marcos 14:61-62. <<

[119] La mayoría de los expertos coinciden en que el autor del evangelio de san Lucas escribió también los Hechos de los Apóstoles del Nuevo Testamento; véase Hechos de los Apóstoles 2:22-23, 32-36. <<

[120] Juan 1:1. <<

[121] Filipenses 2:7-8. <<

[122] I Corintios 12:3. <<

[123] Ignacio de Antioquía, Epístola a los romanos 6:3. <<

[124] Plinio, Epístola 10.96.7; véase el comentario sobre el «himno [prepaulino] a Cristo» de Filipenses 2 en la excelente monografía de Ralph P. Martin, Carmen Christi (Londres, 1967). <<

[125] Sobre la composición, véase Koester, Ancient Christian Gospels, pp. 80 y ss.; y, más recientemente, los agudos comentarios de Risto Uro, en su introducción a Thomas at the Crossroads, pp. 1-32. <<

[126] El evangelio de san Mateo, por ejemplo, incluye el famoso dicho: «muchos son los llamados, pero pocos los elegidos» (22:14); en el evangelio de santo Tomás, Jesús dice: «Yo os escogeré, uno de entre mil y dos de entre diez mil» (dicho 23, en NHL 121). También en la versión de san Juan, Jesús pone el énfasis en la iniciativa divina a la hora de escoger: «No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros» (15:16; véase también 13:18). <<

[127] Mateo 16:17. <<

[128] Evangelio de santo Tomás 13, en NHL 119. <<

[129] Ibid., 13, en NHL 119. <<

[130] Marcos 1:1-4. <<

[131] Marcos 1:15. <<

[132] Marcos 9:1. <<

[133] Marcos 13:2. <<

[134] Marcos 13:8-19. <<

[135] Marcos 13:24-26. <<

[136] Marcos 13:30-33. <<

[137] Juan 5:25. <<

[138] Juan 11:24. <<

[139] Evangelio de santo Tomás 3, en NHL 118. <<

[140] Marcos 13:2-37. <<

[141] Evangelio de santo Tomás 51, en NHL 123. <<

[142] Ibid., 113, en NHL 130. <<

[143] Lucas 17:20-21. <<

[144] Thomas Merton, citado por Marcus Borg en Meeting Jesus Again for the First Time: The Historical Jesus and the Heart of Contemporary Faith (San Francisco, 1994). <<

[145] Evangelio de María 8:15-20. Véase la nueva edición y los comentarios de Karen King, de próxima publicación (más o menos cuando se publique este libro) por Harvard University Press. <<

[146] Lucas 21:34-36. <<

[147] Juan 1:1. <<

[148] Génesis 1:2. <<

[149] Génesis 1:3. <<

[150] Juan 1:9. <<

[151] Evangelio de santo Tomás 18, en NHL 120 <<

[152] Ibid., 77, en NHL 126. <<

[153] Ibid., 1, en NHL 118. <<

[154] Ibid., 2, en NHL 118. <<

[155] Ibid., 70. <<

[156] Ibid., 6, en NHL 118. <<

[157] Mateo 6:3-4. <<

[158] Mateo 6:17. <<

[159] Mateo 6:9-13. <<

[160] Evangelio de santo Tomás 6, en NHL 118. <<

[161] Ibid., 91, en NHL 128. <<

[162] Plotino, Enéadas 5, Contra los gnósticos. <<

[163] Evangelio de santo Tomás 3, en NHL 118. <<

[164] Ibid., 19, en NHL 120. <<

[165] Véase, por ejemplo, Sobre el origen del mundo 108.7-9, en NHL 177; Eugnosto, el Bienaventurado 76.14-81.12, en NHL 228-232; Apócrifo (Libro secreto) de san Juan II, 14.13-15.13, en NHL 113; una edición más completa en la que se comparan los manuscritos existentes puede verse en Frederick Wisse y Michael Waldstein, editores, The Apocryphon of John: A Synopsis of Nag Hammadi Codices II, 1; III, 1; and IV, 1 with BG 8502, 2 (Nag Hammadi and Manichaean Studies 33, Leiden, 1995), pp. 82-89. <<

[166] Ireneo, AH 1.30.1. Para referencias al respecto, véase Pagels, «Exegesis of Genesis I», pp. 202-205; y un comentario magistral puede verse en Hans-Martin Schenke, Der Gott «Mensch» in der Gnosis: Ein religionsgeschichtlicher Beitrag zur Diskussion über die paulinische Anschauung von der Kirche als Leib Christi (Gotinga, 1962); y los fascinantes artículos de Gilles Quispel, «Der Gnostische Anthropos und die jüdische Tradition», Eranos Jahrbuch 22 (1953), pp. 195-234, y «Ezekiel 1:26 in Jewish Mysticism and Gnosis», Vigiliae Christianae 34 (1980), pp. 1-13. <<

[167] Un comentario clásico puede verse en Gershom Scholem, Major Trends in Jewish Mysticism (Nueva York, 1965); véase también Ithamar Gruenwald, Apocalyptic and Merkavah Mysticism (Leiden, 1980), y From Apocalypticism to Gnosticism: Studies in Apocalypticism, Merkavah Mysticism and Gnosticism (Francfort, Berna, Nueva York y Paris, 1988); Moshe Idel, Kabbalah: New Perspectives (New Haven, 1988); Elliot Wolfson, Through a Speculum That Shines: Vision and Imagination in Medieval Jewish Mysticism (Princeton, 1994); y Peter Schafer, The Hidden and Manifest God: Some Major Themes in Early Jewish Mysticism (Albany, 1992). <<

[168] Evangelio de santo Tomás 50, en NHL 123. <<

[169] Ibid., 24, en NHL 121. <<

[170] Ibid., 84, en NHL 127. <<

[171]Sie kämen denn / bei Nacht zu dir, dich ringender zu prüfen, / und gingen wie Erzürnte durch das Haus / und griffen dich als ob sie dich erschüfen / und brächen dich aus deiner Form heraus. Rainer Maria Rilke, Der Engel, Nuevos poemas, traducción al castellano de Federico Bermúdez-Cañete, edición bilingüe, Ediciones Hiperión, Madrid, 1994. <<

[172] Mi agradecimiento a Stephen Mitchell por sus ideas y su traducción; este poema puede verse en Meetings with the Archangel (Nueva York, 1998), p. 137. <<

[173] Evangelio de santo Tomás 2, en NHL 118. <<

[174] Ibid., 108, en NHL 129. <<

[175] Libro de Tomás, el Atleta 138.7-19, en NHL 189. <<

[176] Juan 11:16; para comentarios al respecto, véase Riley, Resurrection Reconsidered. <<

[177] Para un comentario sobre la realización de este evangelio, véase, por ejemplo, Raymond E. Brown, S. J., The Gospel According to John; Introduction, Translation, and Notes (Garden City, N. Y., 1966). <<

[178] Juan 21:20-24. La mayoría de los expertos consideran que este capítulo es un añadido al texto original; véase, por ejemplo, el comentario de Brown en el capítulo 21 de Gospel According to John. <<

[179] Mateo 4:22. <<

[180] Mateo 16:18. <<

[181] Este discípulo aparece, por ejemplo, en Juan 13:23. <<

[182] Juan 13:24-25. <<

[183] Juan 20:4. <<

[184] Juan 21:7. <<

[185] Juan 21:17. <<

[186] Juan 21:21. <<

[187] Para comentarios al respecto, véase la edición, próxima a publicarse, del Evangelio de María de Karen King; véase también el excelente artículo de Risto Uro, «“Who will be our leader?” Authority and Autonomy in the Gospel of Thomas», en Fair Play: Diversity and Conflicts in Early Christianity: Essays in Honour of Heikki Raisánen (Leiden y Boston, 2002), pp. 457-485. Véase también el interesantísimo trabajo de Richard Valantasis, Spiritual Guides of the Third Century: A Semiotic Study of the Guide-Disciple Relationship in Christianity, Neoplatonism, Hermetism, and Gnosticism (Mineápolis, 1991). <<

[188] Juan 20:30-31. <<

[189] Juan 20:28. <<

[190] Un nuevo camino se abre con el trabajo de Louis Martyn, History and Theology in the Fourth Gospel (Nashville, 1979), donde se sugiere que la historia narrada en Juan 9 es, en efecto, la de la comunidad de san Juan. La influyente tesis de Martyn ha sufrido modificaciones debidas a las críticas de otros expertos, que ponen en cuestión especialmente sus afirmaciones sobre la formación y uso del llamado birkat ha mininm; véase Asher Finkel, «Yavneh’s Liturgy and Early Christianity», Journal of Ecumenical Studies 18:2 (1981), pp. 231-250; William Horbury, «The Benediction of the Minim and Early Jewish-Christian Controversy »Journal of Theological Studies 33 (1982); Alan F Segal, «Ruler of This World: Attitudes About Mediator Figures and the Importance of Sociology for Self-Definition», en E. P. Sanders, ed., Jewish and Christian Self-Definition, volumen II (Filadelfia, 1980), pp. 245-268; y el fascinante artículo publicado recientemente por Daniel Boyarín, «The Gospel of the Memra: Jewish Binitarianism and the Prologue to John», Harvard Theological Review 94:3 (2001), pp. 243 y ss. <<

[191] Juan 1:1-41. <<

[192] Juan 9:7. <<

[193] Juan 9:22. <<

[194] Juan 9:38. <<

[195] Juan 9:39. <<

[196] Juan 10:8-9. <<

[197] Juan 8:58. <<

[198] Éxodo 3:14. <<

[199] Juan 16:2. <<

[200] Juan 3:18. <<

[201] Corintios 3:4. <<

[202] Juan 1:1-4. <<

[203] Juan 1:5. <<

[204] «El Verbo era la luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene al mundo». San Juan 1:9. (N. de la t.) <<

[205] Juan 1:10. <<

[206] Juan 1:11. <<

[207] Juan 1:14. <<

[208] Ibid. <<

[209] Juan 1:1. <<

[210] Estoy muy agradecida a mi colega Alexander Nehamas por indicarme que esta palabra griega tiene una fuerte connotación de singularidad, un uso que se remonta a la descripción que hizo Parménides de lo que él llamaba «ser» (το ον). <<

[211] Juan 14:1. <<

[212] Juan 15:12. <<

[213] Juan 15:12-24. <<

[214] Evangelio de santo Tomás 24, en NHL 121. <<

[215] Juan 8:12. <<

[216] Juan 8:23. <<

[217] Juan 8:24. <<

[218] Juan 1:29. <<

[219] Juan 3:5. <<

[220] Juan 6:53-55. <<

[221] En su excelente monografía Resurrection Reconsidered. <<

[222] Juan 11:16; véase el comentario de Riley en Resurrection Reconsidered, pp. 100-180. <<

[223] Juan 14:3-4. <<

[224] Juan 14:6. <<

[225] Lucas 24:33-36. <<

[226] Mateo 28:10. <<

[227] Juan 20:24. <<

[228] Juan 20:19-23. <<

[229] Juan 20:28. <<

[230] Juan 20:29. <<

[231] Juan 21:24-25. <<

[232] Ireneo, AH 3.11.1-3. <<

[233] C. H. Dodd, en su comentario sobre el evangelio de san Juan, observa que esto es lo que hacía que el mensaje de san Juan fuera diferente del de los «gnósticos»; para Dodd, esto confirma la posición de san Juan como auténtico maestro cristiano; véase Interpretation of the Fourth Gospel, pp. 97-114, 250-285. <<

[234] Con respecto a los comentarios técnicos sobre la investigación que he resumido en este capítulo, véase Elaine Pagels, «Irenaeus, the “Canon of Truth” and the Gospel of John: “Making a Difference” Through Hermeneutics and Ritual», Vigiliae Christianae 56:4 (2002), pp. 339-371. <<

[235] El comentario de Theodor Gaster surgió durante una conversación; la frase de Buber sirve como título a su libro I and Thou (traducido por W Kaufmann del original Ich und du y publicado en Nueva York, 1970). <<

[236] Raymond E. Brown, S. J.; paráfrasis del final de su reseña del libro The Gnostic Gospels, publicada en el New York Times, noviembre 1979. <<

[237] Tertuliano, Apología 1. <<

[238] Ibid., 2. <<

[239] Martirio de san Policarpo 3 s. <<

[240] Plinio, Epístola 10.96.3. <<

[241] Martyrdom of St. Justin and His Companions, Recensión A, 3.2. El nombre del lugar ha sido alterado en los manuscritos; he seguido aquí la interpretación de Herbert Musurillo, The Acts of the Christian Martyrs (Oxford, 1972), p. 45. <<

[242] Orígenes, Contra Celso 3.54. <<

[243] Tertuliano, Apología 50. <<

[244] Martirio de san Policarpo 12. <<

[245] Al menos, así es como el autor de su martirio le representa; véase capítulo 8. <<

[246] Ireneo, AH 3.3.4. <<

[247] Ibid. <<

[248] Policarpo, Epístola a los filipenses 6.3. <<

[249] Ireneo, AH 3.3.4. <<

[250] Para comentarios y referencias relativos al Diatessaron de Taciano, véase Koester, Ancient Christian Gospels, pp. 403-430. <<

[251] Ireneo, AH 3.11.8. <<

[252] Markus Bockmuehl, «“To Be or Not to Be”: The Possible Futures of New Testament Scholarship», Scottish Journal of Theology 51:3 (1998), pp. 271-306. <<

[253] Martirio de san Policarpo 6-15. <<

[254] WH. C. Frend, Martyrdom and Persecution in the Early Church (Oxford, 1965; Nueva York, 1967), pp. 5-6. <<

[255] The Letters of the Churches of Lyons and Vienne, 1.10. <<

[256] Eusebio, Historia Ecclesiae, cita a san Apolinar en 5.16.5. <<

[257] Ibid., 5.17.12; puede verse un minucioso informe sobre esta controversia en Christine Trevett, Montanism: Gender, Authority, and the New Prophecy (Cambridge, 1996); entre los autores antiguos, una fuente básica es el informe de Eusebio en 5.16.1-19.2. Una edición de los dichos atribuidos a los profetas puede verse en Kurt Aland, «Der Montanismus und die Kleinasiatische Theologie», Zeitschrift für Neue Testamenten Wissenschaft 46 (1955), pp. 109-116. <<

[258] Eusebio, Historia Ecclesiae, 5.16.17; Aland, Montanismus, dicho 16. <<

[259] Según otras traducciones: el Patrono; el Consolador. (N. de la t.) <<

[260] Juan 16:4. Véase el fascinante y provocativo artículo de M. E. Boring, «The Influence of Christian Prophecy on the Johannine Portrayal of the Paraclete and Jesus», New Testament Studies 25 (1978), pp. 113-122; véase también Sayings of the Risen Christ: Christian Prophecy in the Synoptic Tradition (Cambridge, 1982); R. E. Heine, «The Role of the Gospel of John in the Montanist Controversy», Second Century 6 (1987), pp. 1-18; véase también su artículo «The Gospel of John and the Montanist Debate at Rome», Studia Patrística 21 (1989), pp. 95-100; y Dennis E. Groh, «Utterance and Exegesis: Biblical Interpretation in the Montanist Crisis», en D. H. Groh y R. Jewett, editores, The Living Text (Nueva York, 1985), pp. 73-95. <<

[261] Ireneo, AH 3.11.9; Eusebio, Historia Ecclesiae 3.28.1; véase Dionysios bar Salibi, Commentary on the Apocalypse 1. <<

[262] Sobre la modestia, 21. Sobre Tertuliano, véase Timothy D. Barnes, Tertulian: A Historical and Literary Study (Oxford, 1971). <<

[263] Sobre los medios de la revelación, véase David E. Auné, Prophecy in Early Christianity and the Ancient Mediterranean World (Grand Rapids, 1983); sobre Valentín véase el estudio definitivo de Christoph Markschies, Valentinus Gnosticus? Untersuchungen zur valentinianischen Gnosis mit einem Kommentar zu den Fragmenten Valentins (Tubinga, 1992). <<

[264] Eusebio, Historia Ecclesiae 5.20.4. <<

[265] Marcos 1:10-11. <<

[266] Lucas 2:8-13. <<

[267] Lucas 24:34. <<

[268] Hechos de los apóstoles 2:17-21; Joel 2:28-32. <<

[269] I Corintios 1:1; 15:3-11. <<

[270] II Corintios 12:4. <<

[271] Juan 16:13. <<

[272] Apocalipsis de san Juan 1:10-19. <<

[273] Hechos 2:1-4. <<

[274] Martirio de las santas Perpetua y Felicitas 1. <<

[275] Así lo indica el Canon de Muratori, una fuente que en opinión de Harnack y otros sería de finales del siglo N, pero que según la reciente datación, más convincente, de A. C. Sundberg sería del siglo IV; véase «Towards a Revised History of the New Testament Canon», Studia Evangélica 4 (1968), pp. 452-461; y véase un estudio más completo de Geoffrey M. Hahneman titulado The Muratorian Fragment and the Development of the Canon (Oxford Theological Monographs, Oxford, 1992). <<

[276] Hechos de los apóstoles 1:9-11. <<

[277] Martirio de san Policarpo 5. <<

[278] Ireneo, AH 5.6.1. <<

[279] Ibid., 2.32.4. <<

[280] Ibid. <<

[281] Ibid., 3.11.9. <<

[282] Ibid., 2.13.8. <<

[283] Ibid., 1.13.1. Este comentario parafrasea, hasta cierto punto, lo que se describe en Pagels, Gnostic Gospels, 59-61. <<

[284] Ibid. La oración de san Marcos hace alusión a Mateo 18:10. <<

[285] Ireneo, AH 1.13.3. <<

[286] Ibid., 1.13.4; véase Hechos de los apóstoles 1:17-26. <<

[287] Ireneo, AH 1.14.1. <<

[288] Ibid., 1.14.4. <<

[289] Un comentario más reciente puede verse en Moshe Idel, Kabbalah: New Perspectives (New Haven, 1988). Idel, siguiendo lo dicho previamente por otros expertos, incluido Moses Gaster, considera que la doctrina de san Marcos se acerca a algunas especulaciones y prácticas teológicas judías. Una contribución importante más reciente puede verse en la monografía de Nielas Forster, Marcus Magus: Kult, Lehre, und Gemeindeleben einer valentinianischen Gnostikergruppe: Sammlung der Quellen und Kommentar (Tubinga, 1999).

<<

[290] Cf. Génesis 1:3. <<

[291] Ireneo, AH 1.14.8. <<

[292] Ibid., 1.14.1. <<

[293] Aquí la polémica de san Ireneo se hace eco de la de un admirado predecesor al que él llama «el santo anciano» (presbyter: este término se traduce a veces como «sacerdote», pero puede tratarse de una connotación posterior); Ibid., 1.15.6. <<

[294] Ibid., 1.18.1. <<

[295] Ibid., 1.20.1. <<

[296] También llamado Apócrifo de Juan. (N. de la t.) <<

[297] Para comentarios sobre el Libro secreto de san Juan y el Evangelio de la verdad, así como sobre el modo en que interpretan «las Escrituras» estos textos, véase el capítulo 4; algunos artículos o exégesis gnósticas más recientes pueden verse, por ejemplo, en Pheme Perkins, «Spirit and Letter: Poking Holes in the Canon »Journal of Religion (1996), pp. 307-327; Harold W. Attridge, «The Gospel of Truth as an Exoteric Text», en Nag Hammadi, Gnosticism, and Early Christianity, C. W. Hedrick y R. Hodgson, editores (Peabody, Massachusetts, 1986), pp. 239-255; Patricia Cox Miller, «“Words with an Alien Voice”: Gnostics, Scripture, and Canon »Journal of the American Academy of Religion 57 (1989), pp. 459-483; Robert M. Grant, Heresy and Criticism: The Search for Authenticity in Early Christian Literature (Louisville, Kentucky, 1993); y Louis Painchaud, «The Use of Scripture in Gnostic Literature», Journal of Early Christian Studies 4:2 (1996), pp. 129-146. <<

[298] Para comentarios al respecto véase el capítulo 5; de los numerosos comentarios especializados, véase, entre los artículos más recientes, David Brakke, «Canon Formation and Social Conflict in Fourth Century Egypt», Harvard Theological Review 87:4 (1994), pp. 395419, así como su esclarecedor libro Athanasius and the Politics of Asceticism (Baltimore y Londres, 1995). <<

[299] Apócrifo de Santiago. (N. de la t.) <<

[300] Hechos de los apóstoles 1:9. <<

[301] Apócrifo de Santiago 2:9-15, en NHL 30. <<

[302] Ibid., 2:19-25, en NHL 30. <<

[303] Ibid., 3:35-4:27, especialmente 4:19, en NHL 31. <<

[304] Ibid., 5:19-20. <<

[305] Ibid., 15:6-28. En su libro, recientemente publicado, April De Conick evalúa esto como una visión que al mismo tiempo restringe y se parece a las que, según ella, se buscaba en ciertos círculos de visionarios judíos. Véase Seek to See Him. <<

[306] La traducción de Cantera Burgos y Pabón Suárez de Urbina (La Santa Biblia, Planeta, Barcelona, 1967) dice: «Sé de un hombre de Cristo que… —no sé si con el cuerpo, ni sé si fuera del cuerpo— fue arrebatado hasta el tercer cielo… Dios lo sabe… y oyó palabras inefables que no le es lícito al hombre decir». (N. de la t.) <<

[307] II Corintios 12:1-4. April De Conick y Jarl Fossum, «Stripped Before God: A New Interpretation of Logion 37 of the Gospel of Thomas», Vigiliae Christianiae 45 (1991), pp. 123-150; véase también Alan F Segal, «Heavenly Ascent in Hellenistic Judaism, Early Christianity, and Their Environment», Aufstieg und Niedergang der römischen Welt 2:23:2 (1980), pp. 1.333-1.394; Paul the Convert: The Apostolate and Apostasy of Saul the Pharisee (New Haven y Londres, 1990); y C. R. A. Morray-Jones, «Paradise Revisited (II Corintios 12:1-12); The Jewish Mystical Background of Paul’s Apostolate, Part 2: Paul’s Heavenly Ascent and Its Significance», Harvard Theological Review 86:3 (1993), pp. 265-292. Una perspectiva crítica importante ofrecen Martha Himmelfarb en Ascent to Heaven in Jewish and Christian Apocalypses (Nueva York, 1993); «The Practice of Ascent in the Ancient Mediterranean World», en John J. Collins y M. Fishbane, eds., Death, Ecstasy, and Other Worldly Journeys (Albany, 1995); «Revelation and Rapture: The Transformation of the Visionary in the Ascent Apocalypses», en John J. Collins y James H. Charlesworth, eds., Mysteries and Revelation: Apocalyptic Studies Since the Uppsala Colloquium, JSP Supplements 9 (Sheffield, 1991); y Peter Schäfer, ed., Synpose zur Hekhalot-Literatur (Texte und Studien zum Antiken Judentum 2, Tubinga, 1981); Mystik und Theologie des rabbinischen Judentums (ed., con M. Schlüter, Nueva York, 1992); y especialmente The Hidden and Manifest Cod: Some Major Themes in Early Jewish Mysticism (Albany, 1992).

<<

[308] Oración de Pablo 1:6-9, en NHL 27. <<

[309] Ibid., 1:26-34, en NHL 28; cf. I Corintios 2:9-10. <<

[310] Carol Newsom, Songs of the Sabbath Sacrifice: A Critical Edition (Atlanta, 1985). <<

[311] Véanse las referencias de la nota 298. <<

[312] II Corintios 12:3. <<

[313] Véanse las referencias de la nota 298. <<

[314] Isaías 6:1-5. <<

[315] En todo caso, así es como muchos interpretan el significado de Génesis 5:24. <<

[316] Véanse, por ejemplo, los Libros de Enoc. <<

[317] David J. Halperin, The Faces of the Chariot: Early Jewish Responses to Ezekiel’s Vision (Tubinga, 1988); Wolfson, Through a Speculum That Shines. <<

[318] Apocalipsis de Pedro 72:15-25, en NHL 341. <<

[319] Ibid., 81.10-82.15, en NHL 344. <<

[320] Evangelio de María 9.14-20, en NHL 472. Una nueva traducción y comentarios del Evangelio de María puede verse en la edición, próxima a publicarse, de Karen King. <<

[321] Evangelio de María 10.1-6, en NHL 472. <<

[322] Ibid., 10.10-25, en NHL 472. <<

[323] Ibid., 17.7-15, en NHL 473. <<

[324] Ibid., 17.19-18.19, en NHL 473. <<

[325] Jeremías 23:25-32. <<

[326] Zacarías 9:9. <<

[327] Mateo 21:6-7. <<

[328] Justino, Diálogo con Trifón 7. <<

[329] Ibid., 8. <<

[330] Ibid., 9. <<

[331] Isaías 7:14. <<

[332] Justino, Diálogo con Trifón 43. <<

[333] Ireneo, AH 1.11.9. <<

[334] Ibid., 1.10.1. <<

[335] Ibid., 1.11.8. <<

[336] Comentarios más técnicos y completos relativos a la investigación que he resumido en este capítulo pueden verse en Elaine Pagels, «Irenaeus, the “Canon of Truth” and the Gospel of John: ‘Making a Difference’ Through Hermeneutics and Ritual», en Vigiliae Christianiae 56.4 (2002), pp. 339-371; también en Pagels, «Ritual in the Gospel of Philip», en Turner y McGuire, Nag Hammadi Library After Fifty Years, pp. 280-294; «The Mistery of Marriage in the Gospel of Philip», en Pearson, Future of Early Christianity, pp. 442-452; y Johannine Gospel in Gnostic Exegesis. <<

[337] And the light shone in darkness and / Against the Word the unstilled world still whirled / About the center of the silent Word. <<

[338] T. S. Eliot, «Miércoles de ceniza». <<

[339] Ireneo, AH 1, Praefatio. <<

[340] Estos fragmentos, con la correspondiente traducción, y con un importante y detallado estudio reciente, pueden verse en Christoph Markschies, Valentinus Gnosticus? Untersuchungen zur valentinianischen Gnosis mit einem Kommentar zu den Fragmenten Valentins (Tubinga, 1992). <<

[341] El título de este poema, Theros, puede traducirse como «cosecha» o «fruta de verano». [La traducción que aparece en el original en inglés es de la propia autora]; para otras traducciones y para leer el original griego, véase Christoph Markschies, Valentinus Gnosticus?, pp. 218-259; véase también la perspicaz respuesta de Andrew McGowan, «Valentinus Poeta: Notes on Theros», Vigiliae Christianae 51.2 (1997), pp. 158-178. <<

[342] Para comentarios al respecto, véase Hans von Campenhausen, The Formation of the Christian Bible, traducido por J. A. Baker del original titulado Die Entstehung der christlichen Bibel, editado por primera vez en Tubinga en 1968 (Filadelfia y Londres, 1972), pp. 80-87. <<

[343] Carta a Flora 3.8. <<

[344] Ireneo, AH 3.11.7. <<

[345] Para consultar fuentes y comentarios, véase Pagels, Johannine Gospel in Gnostic Exegesis. <<

[346] Véase, por ejemplo, Ireneo, AH 1.9.4; y los comentarios de R. L. Wilken, «The Homeric Cento in Irenaeus’ Adversus Haereses 1.9.4», Vigiliae Christianae 21 (1967), pp. 25-33; A. Rousseau y L. Dautreleau, Irénée de Lyon contre les Héresies (París, 1965). <<

[347] Un excelente estudio de tales enseñanzas, con las interpretaciones correspondientes, es la reciente obra de R. M. Grant, Heresy and Criticism. Véase también Robert Lamberton, Homer the Theologian: Neoplatonist Allegorical Reading and the Growth of the Epic Tradition (Berkeley, 1986). <<

[348] Ireneo, AH 2.10.1-4. Un comentario fascinante sobre el paralelismo entre las exégesis gnóstica y patrística del prólogo del evangelio de san Juan puede verse en Anne Pasquier, «Interpretation of the Prologue of John’s Gospel in Some Gnostic and Patristic Writings: A Common Tradition», en Turner y McGuire, Nag Hammadi Library After Fifty Years, pp. 484-498. <<

[349] Véase Perkins, «Spirit and Letter», 307-327. <<

[350] Juan 2:13 s. <<

[351] Orígenes, Commentary on John 10.4-6; para referencias y comentarios más completos al respecto, véase Wiles, Spiritual Gospel, pp. 96 y ss., y Pagels, Johannine Gospel in Gnostic Exegesis, pp. 66-113. <<

[352] Valentín 2, en Clemente de Alejandría, Stromateis 2.14.3-6 (para los comentarios, véase Markschies, Valentinus Gnosticus? pp. 54 y ss.). <<

[353] Valentín 7, en Hipólito, Refutación de todas las herejías 6.42.2. <<

[354] Evangelio de la verdad 29.9-25, en NHL 43. <<

[355]the world, which seems /to liebeforeus like a land of dreams, /so various, so beautiful, so new / hath really neither joy, nor love, nor light, nor certitude, nor peace, nor help for pain; / and we are here as on a darkling plain / swept with confused alarms of struggle and flight / where ignorant armies clash by night. <<

[356] Líneas iniciales de «Dover Beach». <<

[357] Evangelio de la verdad 29.9-25, en NHL 43. <<

[358] Ibid., 30:16-21, en NHL 43. <<

[359] Ibid., 24:5-9,en NHL 41. <<

[360] Mateo 18:2-4; Lucas 15:3-7. <<

[361] I Corintios 2:7. <<

[362] Evangelio de la verdad 18:24-29, en NHL 38. <<

[363] Ibid., 18:29-34, en NHL 38. <<

[364] Ibid., 16:31-33, en NHL 37. <<

[365] Ibid., 42:1-10, en NHL 48. <<

[366] Ibid., 33:35-34.35, en NHL 44. <<

[367] Ibid., 32:35-33.30. <<

[368] I Corintios 11:23. <<

[369] Juan 13:4-5. <<

[370] Juan 13:7-8. <<

[371] «Danza circular de la Cruz», en Hechos de san Juan 94.1-4. Un texto griego editado recientemente con traducción al francés y notas es E. Junod y J. P. Kástli, Acta Johannis: Praefatio-Textus, en Corpus Christianorum (Turnhout, 1983). En el presente libro he seguido la reciente traducción al inglés publicada por Barbara E. Bowe en su artículo «Dancing into the Divine: The Hymn of the Dance in the Acts of John», Journal of Early Christian Studies 7:1 (1999), pp. 83-104. <<

[372] «Danza circular de la Cruz», en Hechos de san Juan 94.995.50. <<

[373] Ibid., 96.1-15. <<

[374] Ibid., 95.27-30. <<

[375] Ibid., 88.12-18. <<

[376] Ibid., 90.1-17. <<

[377] Apócrifo de san Juan 1.5-17; véase la reciente edición ya citada, de la que son editores Frederick Wisse y Michael Waldstein; véase también el comentario sobre el Apócrifo de san Juan realizado por Karen King, que publicará Harvard University Press en la primavera de 2003. <<

[378] Apócrifo de san Juan, 1.18-33. <<

[379] Ibid., 2.9-14. <<

[380] El «Todo», según precisa José Montserrat Torrents (ver n. de la t. en el capítulo 1, p. 39), suele designar la totalidad de los eones del Pleroma. Según la interpretación de este experto, «el Dios Transcendente no es el padre del mundo, sino el padre de los eones». Sin embargo, según el original, en inglés, «Father of all things» se traduciría literalmente como «Padre de todas las cosas». (N. de la t.) <<

[381] Ibid., 2.3-10. <<

[382] La última parte de la cita corresponde a BG 25.14-20; cf. Juan 1:1-4:10. <<

[383] Para lo que nos proponemos aquí, la identidad exacta del autor no es una cuestión fundamental; especialmente porque no se conoce. Sin embargo, hemos de indicar que Christoph Markschies ha puesto en duda de manera convincente la identificación tradicional en un importante artículo titulado «New Research on Ptolomaeus Gnosticus», en Zeitschrift für Antike und Christentum 4 (Berlín y Nueva York, 2000), pp. 249-254. <<

[384] Ireneo, AH 1.8.5. <<

[385] Ibid., 1.9.1. <<

[386] Ibid., 1.9.2. <<

[387] Ibid., 1.18.1. <<

[388] Ibid., 1.9.4. <<

[389] Ibid., 1.10.1. <<

[390] La cuestión relativa a la práctica bautismal entre los cristianos valentinianos ha provocado un fuerte debate; para comentarios y referencias, además de un comentario más completo sobre lo que se resume brevemente en este capítulo, véase Pagels, «Ritual in the Gospel of Philip». Un punto de vista diferente puede verse en los recientes estudios sobre las prácticas valentinianas realizados por Einar Thomassons; por ejemplo, en su artículo titulado «How Valentinian is the Gospel of Philip?» en Turner y McGuire, Nag Hammadi Library After Fifty Years, pp. 251-279; y Martha Lee Turner, «On the Coherence of the Gospel According to Philip», pp. 223-250. Véase también el excelente y detallado estudio de Peter Lampe, Die stadtrömischen Christen in den ersten beiden Jahrhunderten: Untersuchungen zur Sozialgeschichte (Tubinga, 1989). <<

[391] Cf. Juan 3:5; Evangelio de Felipe 69.4-6, en NHL 141. <<

[392] Evangelio de Felipe 64.22-26, en NHL 139. <<

[393] Ibid., 64.29-31, en NHL 139. <<

[394] Ibid., 79.25-31, en NHL 147. <<

[395] Ibid., 55.23-24, en NHL 147. <<

[396] Ibid., 71.3-15, en NHL 143. <<

[397] Ibid., 52.21-24, en NHL 132. <<

[398] Ibid., 55.30, en NHL 134. <<

[399] Ibid., 56.26-57.23, en NHL 134-135; una exposición más completa del texto puede verse en Pagels, «Ritual in the Gospel of Philip». <<

[400] Evangelio de Felipe 57.4-6, en NHL 134. <<

[401] Ibid., 67.26-27, en NHL 140. <<

[402] Ireneo, AH 1.9.4; 1.10.1. <<

[403] Ibid., 3.15.2. <<

[404] Ibid., 1.10.2. <<

[405] Eusebio, Historia Ecclesiae 5.23-26. <<

[406] Ireneo, AH 1.11.9; sin embargo, no podemos afirmar con seguridad que el Evangelio de la verdad que san Ireneo menciona aquí, y atribuye a unos «valentinianos», sea el mismo que el texto que lleva ese nombre y fue descubierto en Nag Hammadi. <<

[407] Ibid., 1.29.4; la mayoría de los expertos considera la doctrina que Ireneo resume en AH 1.29.1-4 como una paráfrasis del tipo de doctrina que aparece en el Apócrifo de san Juan. <<

[408] Comentarios y referencias mucho más completos pueden verse en Pagels, «Irenaeus, the “Canon of Truth” and the Gospel of John». <<

[409] Ireneo, AH 1.15.2; Tertuliano describe un comportamiento similar —aunque puede que su fuente de información sean los escritos de san Ireneo, en vez de sus propios encuentros con estos maestros— en Adversas Valentinianos 1-2; sin embargo, algunos pasajes de la polémica de Tertuliano, especialmente, por ejemplo, el capítulo 4, hacen pensar que tenía un fino oído para los diálogos reales. <<

[410] Marcos 1:7-8; Mateo 3:11; Lucas 3:16. <<

[411] Marcos 10:38. <<

[412] Gálatas 4:5-7. <<

[413] Evangelio de la verdad 43.5-8, en NHL 49. <<

[414] «Danza circular de la Cruz», en Hechos de san Juan 96.2-8. <<

[415] Ireneo, AH 1.21.1. <<

[416] Ibid., 1.21.3. <<

[417] Ibid., cf. Colosenses 3:3. <<

[418] Ireneo, AH 1.21.3. <<

[419] Ibid., 1.21.4. <<

[420] Evangelio de santo Tomás 50, en NHL 123. <<

[421] Ireneo, AH 1.21.4. <<

[422] Ibid., 4.33.7. <<

[423] Ibid., 1.21.1. <<

[424] Ireneo, AH 2.13.8. <<

[425] Ibid., 2.13.10. <<

[426] Ibid., 2.13.3; 2.13.10. Véanse comentarios en Pagels, «Irenaeus, the “Canon of” and the Gospel of John». <<

[427] Ireneo, AH 3.19.2. <<

[428] Ibid., 3.19.1. <<

[429] Juan 20:20-28; citado en Ireneo, AH 5.7.1. <<

[430] Ireneo, AH 5.1.1. <<

[431] Ibid. <<

[432] Ibid., 1.20.1. <<

[433] Es difícil y muy discutida la cuestión del canon y de su introducción en la tradición cristiana. A. C. Sundberg, en «Canon Muratori; A Fourth Century List», Harvard Theological Review 66 (1968), pp. 1-41, ofrece una aguda crítica a la datación tradicional según la cual la lista del Canon de Muratori —considerada hasta entonces como la lista más antigua de textos del Nuevo Testamento— sería del siglo II. En relación con esto pueden verse unos comentarios detallados y convincentes en Hahneman, Muratorian Fragment. Para un análisis excelente y mesurado de esta cuestión, véase Harold Gamble, The New Testament Canon: Its Making and Meaning (Mineápolis, 1985); y «The New Testament Canon: Recent Research and the Status Quaestionis», artículo de próxima publicación que Gamble me permitió amablemente leer cuando sólo era un manuscrito. Una extraordinaria introducción a temas relacionados con la formación del Nuevo Testamento puede verse en David E. Auné, The New Testament in Its Literary Environment (Filadelfia, 1987). Véase también el perspicaz estudio de Franz Stuhlhofer, Der Gebrauch der Bibel von Jesüs bis Euseb: Eine stätistische Untersuchung zur Kanonsgeschichte (Wuppertal, 1988); asimismo John Bar ton, People of the Book? The Authority of the Bible in Christianity (Louisville, Kentucky, 1989). <<

[434] Ireneo, AH 1.9.4. Véase el clásico análisis del «canon» como confesión bautismal en Adolf von Harnack, History of Dogma, volumen 1, capítulo 3; también la crítica de R. Seeberg en Lehrbuch der Dogmengeschichte I-II (Basilea, 1953-1954), así como los agudos comentarios de D. van den Eynde, «Les Normes de l’Enseignement Chrétien dans la littérature patristique des trois premiers siècles», enj. Duculot, ed., Écriture et Tradition, Universidad Católica de Lovaina, Serie de Disertaciones 2.25 (París, 1933), pp. 281-313; también L. William Countryman, «Tertullian and the Regula Fidei», The Second Century 2 (1982), pp. 201-227. <<

[435] Ireneo, AH 3.11.7. <<

[436] Algunos expertos han debatido sobre la historia de la transmisión del evangelio de san Juan en fuentes anteriores a Ireneo; véase, por ejemplo, el comentario que hace Koester en Ancient Christian Gospels, pp. 240-267. En un análisis anterior, el profesor Koester parece estar de acuerdo con muchos otros en que Justino se había referido a san Juan, o a la tradición de la doctrina de san Juan, al aludir a Juan 3:5 en su descripción del bautismo (I Apología 61). Pero en otro libro más reciente Koester valora la versión que hace Justino de este dicho, considerándola una tradición anterior transmitida de manera independiente (361). Sobre los manuscritos que prueban la presencia del evangelio de san Juan en Egipto, véase Colin H. Roberts, Manuscript, Society, and Belief in Early Christian Egypt (Londres, 1979). T. E. Pollard en Johannine Christology and the Early Church dice que Teófilo de Antioquía fue el primer escritor cristiano que atribuyó el cuarto evangelio a «Juan» y que «utilizó explícitamente citas del cuarto evangelio» (40). Véanse también los importantes estudios realizados por J. N. Sanders, The Fourth Gospel in the Early Church (Cambridge, 1943), y Maurice F Wiles, Spiritual Gospel. <<

[437] Véanse las últimas recensiones de las cartas de san Ignacio, obispo de Antioquía, en las que parece haber inserciones de material procedente del evangelio de san Juan. <<

[438] Véanse referencias al respecto en la nota 40 del capítulo 3; también en Trevett, Montanism, pp. 139-140; véase también Charles H. Cosgrove, «Justin Martyr and the Emerging Christian Community», Vigiliae Christianae 36 (1982), pp. 209-232. <<

[439] En sus escritos Ireneo dice haber oído de san Policarpo que san Juan, «el discípulo del Señor», fue enemigo jurado de Cerinto, al que había declarado, siempre según san Policarpo, «primogénito de Satanás» (AH 3.3.4). <<

[440] Conocido como Diatessaron: una combinación armonizada de los evangelios. (N. de la t.) <<

[441] Un comentario reciente puede verse, por ejemplo, en T. Baarda, «Diaphonia-Symphonia: Factors in the Harmonization of the Gospels, Especially in the Diatessaron of Tatian», en W. L. Peterson, ed., Gospel Traditions in the Second Century: Origins, Recensions, Text, and Transmission (Notre Dame, 1989), pp. 133-154; y el reciente estudio de W. L. Peterson, Tatian’s Diatessaron: Its Creation, Dissemination, Significance, and History in Scholarship (Leiden, 1994). <<

[442] Ireneo, AH 3.11.1; 3.3.4; san Ireneo indica que los discípulos de Ptolomeo estaban de acuerdo (1.8.5). <<

[443] Ibid., 3.11.8-9. T. C. Skeat escribe en «Irenaeus and the Four-Gospel Canon», Novum Testamentum 34 (1992), p. 194: «Todo estudio del canon de los cuatro Evangelios comienza, y es adecuado que comience así, con el famoso pasaje en el cual san Ireneo, que lo escribe hacia el año 185, intenta defender el canon buscándole un significado místico al número cuatro». <<

[444] Ireneo, AH 3.11.8-9. <<

[445] Ireneo cita en 1.8.5 un comentario escrito al prólogo del evangelio san Juan. Aunque sugiere que lo que sigue a continuación es la doctrina de Ptolomeo, el discípulo de Valentín, lo más probable es que lo escribiera uno de los discípulos de Ptolomeo; véase Markschies, «New Research on Ptolomaeus Gnosticus», pp. 49-254. Véase también Pasquier, «Interpretation of the Prologue», pp. 484-498. <<

[446] Ireneo, AH 1.9.2-3. <<

[447] Mi agradecimiento a Paula Fredriksen por recordarme que no es probable que esta deducción fuera lo que Ireneo, obviamente influido por el platonismo medio, hubiera entendido. <<

[448] Un análisis más completo de las traducciones del prólogo puede verse en Pagels, «Exegesis of Genesis 1», pp. 208-209, y Dodd, Interpretation oj the Fourth Gospel, pp. 268-269. Muchas traducciones al inglés, por ejemplo la Revised Standard Versión, editada por Herbert G. May y Bruce M. Metzger, no sólo capitalizan el término logos (palabra, verbo), sino que además traducen los pronombres de 1:7-10 como «él», dejando entender que dichos pronombres podrían hacer referencia a Jesucristo, en vez de indicar que el término griego se puede entender como neutro o masculino, dependiendo de si se entiende que el antecedente del pronombre es phos («luz», que es neutro en griego) o logos («palabra», que es masculino en griego). Incluso el lector que recurra al original griego puede encontrarse con que, por ejemplo, en la edición de Nestle-Aland, el texto griego capitaliza el término logos, que en los primeros manuscritos habría sido indistinguible del resto del texto. <<

[449] Ireneo, AH 1.22.1. <<

[450] Ibid., 4.20.1-10. <<

[451] Ibid., 4.20.10-11. <<

[452] Ibid., 5.15.2. <<

[453] Ibid., 3.11.8. «También Mateo habla del modo en que [Cristo] fue engendrado, diciendo (Mateo 1:1)…» <<

[454] Ibid. «El evangelio según san Lucas… establece su carácter sacerdotal». <<

[455] Ibid. «Por otra parte, san Marcos comienza su evangelio hablando del espíritu profético que desciende de las alturas» (cf. Marcos 1:1). <<

[456] Ibid., 3.11.1. <<

[457] Ibid., 4.7.4. <<

[458] Ibid., 4.18.4. <<

[459] Ibid., 17.4-6. <<

[460] Ibid., 4.18.1-4. <<

[461] A. S. Jacobs, «The Disorder of Books: Priscillian’s Canonical Defense of Apocrypha», Harvard Theological Review 93:2 (2000), pp. 135-159; véase también A. Reed, «Apocrypha, “Outside Books”, and Pseudepigrapha: Ancient Categories and Modern Perceptions of Parabiblical Literature», ponencia presentada en el Philadelphia Seminar on Christian Origins: Parabiblical Literature, 10 de octubre de 2002. <<

[462] Ireneo, AH 4.36.2-4. <<

[463] Ibid., 5.2.1-2. <<

[464] Ibid., 5.21-34. <<

[465] Ibid., 1, Praefatio. <<

[466] Véase el reciente y detallado estudio de Christoph Markschies, Valentinus Gnosticus?; también Lampe, Die stadtrömischen Christen in den ersten beiden Jahrhunderten, pp. 251-268. <<

[467] Véase, por ejemplo, Judith Kovacs, «Echoes of Valentinian Exegesis in Clement of Alexander and Origen», ponencia presentada en Pisa, agosto de 2000, de próxima publicación en Origeniana Octava. <<

[468] Tertuliano, De praescriptione Haereticorum 3. <<

[469] Un agudo y fascinante análisis de fenómenos correlacionados del IV puede verse en David Brakke, Athanasius and the Politics of Ascetism (Oxford y Nueva York, 1995). <<

[470] Tertuliano, Adversus valentinianos 4. <<

[471] Tertuliano, De praescriptione Haereticorum 41. <<

[472] Ireneo, AH 3.15.2. <<

[473] Éxodo 9:35; Ireneo, AH 4.28.3-30. <<

[474] Génesis 19:33-35; Ireneo, AH 4.31.1-3. <<

[475] William James, The Varieties of Religious Experience (Cambridge, Massachusetts, 1985). <<

[476] Juan 4:46-53. <<

[477] Juan 4:11-23; sobre los fragmentos del comentario de Heracleon que se han conservado, véase Werner Foerster, Gnosis, Die Fragments Heracleons (Zurich, 1971), pp. 63-86. Un comentario sobre estos fragmentos puede verse en Pagels, Johannine Gospel in Gnostic Exegesis; y más recientemente, el estudio de J. M. Poffet, La méthode exégétique d’Héracléon et d’Origéne (Friburgo, 1985). <<

[478] Juan 4:16. <<

[479] Heraclio, fragmento 19, en la obra de Orígenes Commentary on John 13:15. <<

[480] Juan 4:23, véase Heraclio, fragmentos 23-25, en la obra de Orígenes Commentary on John 13:19. Un perspicaz análisis de los puntos de vista «gnósticos» sobre el culto puede verse en Klaus Koschorke, Die Polemik der Gnostiker gegen das kirchliche Christentum (Leiden, 1978), especialmente pp. 142-147. <<

[481] Véase la edición y traducción de Frederick Wisse y Michael Waldstein, Apocryphon of John: Synopsis of Nag Hammadi Codices II.1; III.1; and IV.I, with BG 8502,2; también el fascinante ensayo de Waldstein, «The Primal Triad in the Apocryphon of John», en Turner y McGuire, Nag Hammadi Library After Fifty Years, pp. 154-187, y el comentario de próxima publicación de Karen King en la Harvard University Press. <<

[482] Apócrifo de san Juan 20.15-25, en NHL 110. <<

[483] Para conocer esta versión de la historia, véase Sobre el origen del mundo, 108-118, en NHL 167-174. <<

[484] Apócrifo de san Juan 26.14-15, en NHL 113. <<

[485] Ibid., 26.15-19, en NHL 113. <<

[486] I Corintios 13:12. <<

[487] Apócrifo de san Juan 30.2-4, en NHL 115. <<

[488] Ibid., 11.20-21 y 20:10-11, en NHL 105 y 110. <<

[489] Génesis 3:16-19. <<

[490] Génesis 3:16 b. <<

[491] Génesis 3:22-24. <<

[492] Apócrifo de san Juan 28.5-30.11, en NHL 114-115. <<

[493] Ireneo, AH 4.19.2. <<

[494] Eusebio, Vita Constantinae 1.26-29. <<

[495] Eusebio, Historia Ecclesiae 10.6. <<

[496] Ibid., 10.5.15-17. <<

[497] Un informe detallado puede verse en Timothy D. Barnes, Constantine and Eusebius (Cambridge y Londres, 1981), especialmente pp. 208-227. <<

[498] Eusebio, Historia Ecclesiae 10.7. <<

[499] Codex Theodosius 19.5.1. <<

[500] Un artículo de próxima publicación escrito por Glen Bowersock, que sugiere que Constantino no era el emperador que construyó la primera basílica de san Pedro en el Vaticano (como sostiene la tradición), puede verse en el suplemento de Antiquite Tardive en honor de Lellia Cracco Ruggini, y también en un volumen sobre el Vaticano editado por William Tronzo que publicará próximamente Cambridge University Press. <<

[501] Eusebio, Vita Constantinae 2.45-46. Véase Ramsay MacMullen, Christianizing the Roman Empire, A. D. 100-400 (New Haven y Londres, 1884), 43-59; también Barnes, Constantine and Eusebius, especialmente 224-260. <<

[502] Sobre los subsidios a los cereales, véase M. J. Hollerich, «The Alexandrian Bishops and the Grain Trade: Ecclesiatical Commerce in Late Roman Egypt», Journal of the Economic and Social History of the Orient 25 (1982), pp. 187-207. <<

[503] Barnes, Constantine and Eusebius, p. 252. <<

[504] Ibid., 252; Codex Theodosius, 16.8.6; 16.8.1. <<

[505] El esbozo que ofrecemos aquí se debe fundamentalmente a la meticulosa historiografía de Timothy D. Barnes, que ha publicado varias excelentes historias de este período. Además de su libro Constantine and Eusebius, puede verse otro más reciente: Athanasius and Constantius: Theology and Politics in the Constantinian Empire (Cambridge y Londres, 1993). Un excelente artículo que presenta una visión general de estos acontecimientos es el de Glen W. Bowersock titulado «From Emperor to Bishop: The Self-Conscious Transformation of Political Power in the Fourth Century A. D.», Classical Philology 81 (1986), pp. 298302; véase también la importante obra de Peter Brown, incluido Power and Persuasion in Late Antiquity: Towards a Christian Empire (Madison, Wis., 1992), y Authority and the Sacred: Aspects of the Christianisation of the Roman World (Cambridge, 1995); Susannah Elm, Virgins of God: The Making of Asceticism in Late Antiquity (Oxford y Nueva York, 1992); y David Brakke, Athanasius and the Politics of Asceticism. <<

[506] Glen W. Bowersock ofrece un excelente estudio de aquellos acontecimientos en «From Emperor to Bishop». <<

[507] Carta citada en J. Stevenson, A New Eusebius: Documents Illustrative of the History of the Church to A. D..337 (Londres, 1957), p. 358. <<

[508] Eusebio, Vita Constantinae 4.24. <<

[509] Barnes, Constantine and Eusebius. <<

[510] Epístola de Eusebio de Cesarea a su iglesia, en Historia Ecclesiae 1.8 de Sócrates. Un comentario minucioso y equilibrado puede verse en Rowan Williams, Arius: Heresy and Tradition (Londres, 1987). <<

[511] Barnes, Constantine and Eusebius, 215. <<

[512] Véase MacMullen, Christianizing the Roman Empire, pp. 59-119; véase también Stark, Rise of Christianity. <<

[513] Véase Virginia Burrus, The Making of a Heretic: Gender, Authority, and the Priscillianist Controversy (Berkeley, 1998), donde se ofrece un ejemplo fascinante de la persistencia de unos grupos que los cristianos católicos consideraban desviacionistas. <<

[514] Barnes, Constantine and Eusebius, 213. <<

[515] Erik Peterson, Monotheismus als politisches Problem: ein Beitrag zur Geschichte der politischen Theologie im Imperium romanum (Leipzig, 1935), interpretado posteriormente por George H. Williams, «Christology and Church-State Relations in the Fourth Century», en dos fascículos en Church History 20:4 (1951), pp. 3-33 y 20:4 (1951), pp. 3-33. <<

[516] Un agudo comentario sobre las pruebas puede verse en Susannah Elm, Virgins of God: The Making of Asceticism in Late Antiquity (Oxford y Nueva York, 1992). <<

[517] Véase Philip Rousseau, Pachomius in the Age of Jerome and Cassian (Oxford, 1978) y su importante libro Ascetics, Authority, and the Church: The Making of a Community in Fourth Century Egypt (Berkeley, Los Ángeles y Londres, 1985); Peter Brown, Society and the Holy (Londres y Nueva York, 1982); y Power, Politics and Persuasion; David Brakke, Athanasius and the Politics of Asceticism, Birger A. Pearson y James E. Goerhing, The Roots of Egyptian Christianity (Filadelfia, 1980) y The Making of a Church in Fourth Century Egypt (Berkeley, 1985); y Samuel Rubenson, The Letters of St. Anthony: Origenist Theology, Monastic Tradition, and the Making of a Saint (Lund, 1990); véase también Richard Valantasis, Spiritual Guides of the Third Century: A Semiotic Study of the Guide-Disciple Relationship in Christianity, Neoplatonism, Hermetism, and Gnosticism (Mineápolis, 1991). <<

[518] San Atanasio, Festal Letter 39. Comentarios al respecto pueden verse, por ejemplo, en Martin Tetz, «Athanasius und die Einheit der Kirche: Zur ökumenisches Bedeutung eines Kirchenväters», Zeitschrift für Theologie und Kirche 81 (1984), pp. 205-207; y Brakke, «Canon Formation and Social Conflict». <<

[519] Sobre el uso por parte de san Atanasio del término dianoia como término estándar para referirse a la exégesis, véase T. E. Pollard. «The Exegesis of Scripture and the Arian Controversy» en The John Rylands Library 41 (1958-1959), pp. 421-429; como en san Atanasio, Or. Contra Ar. 7 (PG 261); también C. Kannengiesser, Arius and Athanasius: Two Alexandrian Theologians (Aldershot, Hampshire, Gran Bretaña, y Brookfield, Vt., 1991). <<

[520] Augustine, On the Incarnation of the World 6:1; 13.2; 10.3; véase también 11.3. Dios «concede [a la humanidad] una participación en su propia imagen, nuestro Señor Jesucristo, y hace a los seres humanos a su propia imagen y semejanza, de tal manera que, percibiendo esta imagen por la gracia, es decir, la Palabra del Padre, pueden ser capaces a través de él de… conocer a su maestro y vivir una vida feliz y bienaventurada». <<

[521] MacMullen, Christianizing the Roman Empire, p. 86; sobre las ventajas de la conversión a partir de aquella época, véase «Nonreligious Factors in Conversion», pp. 52-59; véase también Stark, Rise of Christianity. <<

[522] Me parecen muy convincentes los argumentos de Timothy D. Barnes, en Constantine and Eusebius, 208-260; «The Constantinian Reformation», Crake Lectures, 1982 (Sackville, 1986); y «The Constantinian Settlement», en Eusebius, Judaism, and Christianity (Detroit, 1992), 655-657. <<

[523] El clásico libro de Jacob Burckhardt plantea el punto de vista tradicional; véase también Eduard Schwartz, Zur Geschichte des Athanasius (Berlín, 1959), Kaiser Constantin und die christliche Kirche (Leipzig, 1936), y Zeit Constantins des Grosses (Leipzig, 1880). <<

[524] Véase, por ejemplo, Brown, Power and Persuasion; Richard Lim, Public Disputation, Power, and Social Order in Late Antiquity (Berkeley, 1995); Averill Cameron, Christianity and the Rhetoric of Empire (Berkeley, Los Angeles, y Oxford, 1991); y Virginia Burrus, «Begotten, Not Made»: Conceiving Manhood in Late Antiquity (Stanford, 2000). <<

[525] Mi agradecimiento a mi amigo y colega Heinrich von Staden por plantear esta cuestión; un análisis de «la dinámica de la fe» en el marco de la teología cristiana puede verse, por ejemplo, en Paul Tillich, The Dynamics of Faith (Nueva York, 1957). La perspectiva budista (por lo tanto no-teísta) puede verse en Sharon Saltzberg, Faith: Trusting Your Own Deepest Experience (Nueva York, 2002). <<

[526] Tertuliano, Adversus valentinianos 4. <<

[527] Peter Berger, The Heretical Imperative: Contemporary Possibilities of Religious Affirmation (Nueva York, 1979). <<

[528] Mateo 7:7; obsérvense las objeciones de Tertuliano contra el modo en que los «herejes» utilizaban este dicho (prácticamente como lo he hecho yo aquí) en su obra De praescriptione haereticorum 8-13. <<